Testimonios SJ: Experiencia cubana

Tras cerrar una gran etapa de trabajo apostólico en Cuba, David Sánchez SJ comparte un mensaje de agradecimiento al pueblo cubano: por recibirlo generosamente y por dejarse acompañar abiertamente en las dificultades de la realidad cotidiana.  Aquí compartimos su testimonio:

David Sánchez SJ: Experiencia cubana

Habiendo finalizado la misión en Cuba, me queda en lo profundo de mi corazón una actitud grande de agradecimiento a los compañeros jesuitas, a los laicos/as y a todas las personas que han estado presentes en este largo camino de labor apostólica.

Agradezco al pueblo cubano que me abrió las puertas de su corazón para acompañarlo en su dura realidad cotidiana, para descubrir las riquezas y fragilidades de su gente,  enriqueciendo mi propia vida con su diferente cultura. Años que los he desarrollado en las parroquias de diversas provincias de la isla, en los Centros Loyola que son espacios de formación integral para niños/as, jóvenes y adultos y en la pastoral de ejercicios espirituales.

Llevo incorporado en mi interior la experiencia de intercambiar con el pueblo cubano nuestras vidas y culturas, para buscar y encontrar juntos la manera de llevar mejor la vida con la ayuda del Señor, en medio de los desafíos y dificultades por las que están atravesando. 

Valoro mucho en ellos la capacidad de mantener la alegría, el cariño y solidaridad mutua para hacer frente a las limitaciones sociales por falta de libertad, justicia y desarrollo personal, como también por las carencias cotidianas para solucionar sobre todo, la escases de alimentos y medicinas.  Me enseñaron que en el desarrollo de los proyectos y emprendimientos pastorales que llevamos, es más importante cada persona que está presente en ese camino escuchándola, respetándola y acompañándola que la eficiencia, el resultado y los intereses personales que uno tiene en dichos proyectos. El sentido del tiempo, el ritmo de vida y el criterio de eficiencia son diferentes a otras realidades, lo que permite tener más disposición y consideración para acompañar a las personas en sus procesos personales.

La situación de la pandemia, como en el resto del mundo, ha agravado en Cuba la crisis ya existente en lo social, económico y político agravada por la unificación monetaria y  debido a un régimen dictatorial que no da espacio a que otros agentes sociales puedan manifestarse aportando la riqueza de las diferencias. Esto produce que sea muy difícil mantener la esperanza y sentido de vida cuando el futuro sobre todo para los jóvenes es cerrado, incierto y sin posibilidad de cambio. Me llega mucho, sobre todo del pueblo creyente que espera en la ayuda de Dios y sobre todo de la maternidad de la Virgen de la Caridad, la capacidad de aguante, de paciencia y espera de que la vida pueda cambiar y mejorar. 

Gracias al pueblo de Cuba que me ha permitido con su gran corazón descubrir sus valores humanos y espirituales que han enriquecido y acompañado mi propia vida. Con alegría y esperanza me incorporo a la misión de la provincia contando con la oración y colaboración de todos aquellos que son parte de ella.

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