Un llamado a discernir y actuar a favor de los pobres y los marginados

El P. Xavier Jeyaraj,  jesuita indio de la Provincia de Calcuta y actual secretario para la Justicia Social y la Ecología, dirigió un mensaje para animarnos y darnos algunas orientaciones en el contexto de la pandemia mundial. Compartimos el mensaje completo:

Por Xavier Jeyaraj SJ

Mis queridos hermanos y hermanas:

¡Saludos desde SJES – Roma!

Hace unos meses, celebramos el 50 aniversario del Secretariado de Justicia Social y Ecología (SJES) con un Congreso en Roma en el que participaron más de 200 delegados y delegadas de todas partes del mundo. El Santo Padre Francisco, en su audiencia, nos animó e invitó a: «abrirnos de par en par al futuro, crear posibilidades e imaginar alternativas». Nos recordó que: «por encima de todo, el apostolado social debe promover procesos y fomentar la esperanza». En las conclusiones del Congreso, identificamos cuatro procesos de conversión que el apostolado social debe asumir: la transformación necesaria para la sociedad, la colaboración, la sinodalidad y la creación de nuevas narrativas. Este año planeábamos trabajar en la preparación de un documento basado en estos procesos de conversión a fin de proporcionar información para el discernimiento y la planificación apostólica en línea con las Preferencias Apostólicas Universales.

No podíamos prever entonces que, en los meses siguientes, nuestras vidas y el mundo, tal como lo conocíamos, cambiarían drásticamente. No sabíamos entonces que, en pocos meses, nos encontraríamos en una crisis de salud global, sin precedentes, debido a la Pandemia COVID-19. Con cifras que aumentan cada día desde su nivel actual de casi 1.300.000 casos y más de 70.000 muertes en 183 países a 6 de abril de 2020, el virus ha interrumpido la vida en casi todos los rincones del mundo. En respuesta a su rápida propagación, muchos países han decidido cerrar sus fronteras, cesar todas las actividades no esenciales e imponer cuarentenas a todos los residentes.

Los sistemas de salud corren el riesgo de verse aún más colapsados a medida que la pandemia se extienda. La salud y las consecuencias socioeconómicas y políticas serán devastadoras y afectarán -de hecho, ya están afectando – a las personas y comunidades más vulnerables, incluyendo, en particular, a los ancianos, niños y niñas, personas migrantes refugiadas y desplazadas forzosas y a los pueblos indígenas. ¿Cómo afrontarán los pobres y los excluidos esta crisis? ¿Cómo mantendrán la “distancia social” en los barrios marginales de muchas de las ciudades de nuestro mundo? ¿Dónde encontrarán los “sin techo” una casa segura? ¿Cómo se encerrarán durante días y semanas aquellos que tienen que ganarse el sustento diario? Como muchos ya están diciendo: si tienen que elegir entre el hambre y el coronavirus, elegirán el último. Al mismo tiempo, esta crisis global nos da un sentido de interconexión y de ser parte de la misma familia humana en una casa común.

En la situación actual, creo sinceramente que muchos de nosotros, en el apostolado social de la Compañía de Jesús hemos respondido a esta crisis global de manera creativa pero prudente. Me siento profundamente consolado e interpelado por las palabras del Padre General en su reciente seminario web del 2 de abril de 2020, a los miembros y colaboradores de la Compañía de Jesús, cuando dijo: «Mi primer pensamiento es para los pobres y aquellos que viven al margen de nuestra sociedad».

Entonces, ¿a qué nos está llamando Dios? Me gusta escuchar de muchos de ustedes que, a pesar de las grandes dificultades debido al confinamiento, están estableciendo redes y conexiones, “creando posibilidades e imaginando alternativas” para llegar a las personas afectadas, en particular a los pobres, a los migrantes, a los trabajadores, a los ancianos, a los abandonados y a los desamparados. Muchos de ustedes han encontrado creativamente maneras de ser solidarios con los pobres y de expresar su cercanía y afecto.

Creo que a todos los niveles estamos discerniendo y activando procesos colectivamente, estrategias y acciones que alivien la difícil situación de las personas y comunidades marginadas y que les ayuden a elevar su voz en la esfera pública. Las Preferencias Apostólicas Universales nos dan una excelente hoja de ruta. En el plano internacional, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 también pueden ser un buen marco para nuestras iniciativas de incidencia pública.

A pesar de las limitaciones impuestas por el confinamiento, desde el Secretariado de Justicia Social y Ecología nos sentimos obligados a aceptar este desafío y a dar respuestas. Por ello, hemos iniciado las siguientes líneas de trabajo:

a) Mantuvimos reuniones virtuales con los seis delegados de las Conferencias, los cuatro líderes de los GIAN, junto con el grupo de emergencia de la Red Xavier (XN), espacios éstos en los que compartimos sobre las situaciones en los distintos países, conferencias y redes.

b) Con el apoyo de la Red Xavier, el Secretariado inició una encuesta el pasado 30 de marzo de 2020 para obtener información básica sobre las dificultades encontradas, las medidas adoptadas y los planes hechos por los centros, instituciones y redes de la Compañía de Jesús. Este estudio incluye a las redes internacionales de los jesuitas como Fe y Alegría y el Servicio Jesuita a Refugiados. Esperamos que esta encuesta nos proporcione información clave para un discernimiento colectivo con el fin de favorecer la articulación global, en base a una planificación estratégica conjunta tanto para la acción inmediata como en el medio plazo durante la fase de recuperación. Les invitamos a compartir sus sugerencias y unirse a estos esfuerzos.

c) El Secretariado también ha creado una nueva sección, Covid-19, dentro de nuestro sitio web: https://www.sjesjesuits.global/en/index.php/covid-19/. Confiamos en que fortalecerá nuestras estrategias de comunicación global, para compartir noticias y reflexiones, preocupaciones mundiales y buenas prácticas de la Compañía de Jesús en este momento de la pandemia. Les animo a compartir sus experiencias, aprendizajes y buenas prácticas, especialmente en esta época de crisis.

d) Estamos actualizando los cuatro procesos de conversión que identificamos al final del Congreso: la transformación de nuestra sociedad, la colaboración, la “sinodalidad” y la creación de nuevas narrativas, también durante esta crisis sanitaria mundial.

Estamos viviendo la prueba más dura e inesperada que podíamos imaginar. Sin embargo, llegaremos a mejor puerto si nos acordamos de cómo el padre Pedro Arrupe llegó a las víctimas de la bomba atómica de Nagasaki el 6 de agosto de 1945. Sigamos su ejemplo y recordemos sus palabras: «El Señor nunca había estado tan cerca de nosotros, porque nunca nos habíamos sentido tan inseguros». Pedimos que, por su intercesión, la luz del Espíritu nos guíe para que podamos responder adecuadamente en esta crisis mundial, defendiendo la dignidad y los derechos de las comunidades pobres y marginadas, y ayudando a construir un mundo más sano, sostenible y fraterno para todos.

Con profunda gratitud y los mejores deseos de una Semana Santa llena de gracia y la convicción de que resucitaremos con Cristo.

Fuente: jesuitas.lat

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