Testimonio de un peregrino: Ruta ignaciana Gipuzkoa 2015

en /por

El año pasado un grupo de jóvenes adultos decidimos realizar Ruta Ignaciana por Cataluña (momento que también compartimos en este mismo Blog). De esa ruta nació un nuevo grupo de comunidad que hemos mantenido durante este curso. Un año después, gracias a la labor del Centro Loyola y CVX en Donostia, un grupo de 9 personas –mayoritariamente jóvenes adultos- hemos vuelto a realizar parte del Camino Ignaciano, pero esta vez por Gipuzkoa.

Es importante destacar que la ruta ignaciana ha ampliado sus horizontes; ahora tiene tres fases diferentes: Antes, Durante y Después. Sin embargo, sigue teniendo la misma base; compartir en comunidad vida, comidas, sentimientos, problemas, ideas, fe…

En el ‘Antes’, hemos tenido la oportunidad de realizar diferentes encuentros con nuevas realidades de voluntariado de la mano de Caritas. Estos encuentros se han potenciado con una guía para oraciones, textos, reflexiones… que nos ha facilitado el análisis de las luces, sombras, llamadas y sentimientos que hemos ido teniendo a través de estas nuevas experiencias.

En el ‘Durante’ hemos peregrinado realizando la Ruta Ignaciana en Gipuzkoa, donde hemos podido seguir los pasos de Iñigo comenzando por Loyola. Allí, además de revivir su historia, también hemos podido conocer a los Jesuitas que residen en la enfermería de Loyola. Ésta ha sido una experiencia de solidaridad que nos permitió sentir la fragilidad de la vida, aprendiendo a confiar en la voluntad de Dios. Allí vivimos testimonios enriquecedores, personas transmisoras que son Evangelio. En este día aprendimos uno de los pilares fundamentales de Iñigo, el autoconocimiento como elemento fundamental para descubrir a Dios.

Nuestra ruta continuó hacia Zumarraga para visitar la Ermita de la Antigua, punto de paso de Ignacio en su camino hacia Manresa. A través de diferentes momentos hemos trabajado –como comunidad- los temas propuestos en la primera semana de Ejercicios Espirituales; hemos visto que el mundo es injusto, que hay pecado, además de reconocer con sinceridad que somos pecadores… Sintiendo, como no podía ser de otra manera, el perdón incondicional de Dios ante estas realidades. Por otro lado, hemos pedido para tener la valentía de aceptar el amor y el perdón de Dios reconociendo nuestra fragilidad.

En la última etapa, llegamos hasta Arantzazu, donde ante la mirada de la Virgen intentamos hacernos más conscientes de todas las ‘sonrisas’ que vemos en nuestro día a día. Tratando de interiorizar estas sonrisas, reflexionamos sobre las diferentes maneras en las que también nosotros podemos aportarlas, acercándonos a nuevas realidades, mejorando nuestro entorno, trasmitiendo el mensaje de Dios… Nos hemos dado cuenta de cuáles son las claves que permiten ser Iglesia para los demás construyendo Evangelio; debemos buscar protagonismo transformando la realidad a través de pequeños gestos allá donde nos toque movernos.

No podemos olvidar que los paisajes que nos acompañaron durante estas etapas son muy recomendables para cualquiera que quiera disfrutar de una naturaleza extraordinaria.

Todo esto ha sido una experiencia que no puede quedar aquí. Son muchas las preguntas con las que volvemos, muchas realidades que nos han removido y que ahora tenemos en la cabeza y compromisos que tenemos que seguir aclarando. Debemos analizar todo lo vivido y sentido con tiempo para hacer todo esto nuestro e introducirlo en nuestro día a día. Esto no ha hecho más que empezar.

Aún nos queda el momento de ‘Después’. Un momento para que a través de la oración, y con algo de distancia temporal desde esta Ruta Ignaciana, reposemos lo vivido en los encuentros solidarios del ‘Antes’ y en la propia Ruta para discernir a qué somos llamados.

La ruta ha sido todo un éxito. Los objetivos que nos fijábamos a lo largo del año se han cumplido con creces y los participantes hemos vuelto con mucha fuerza. De cualquier forma, seguiremos buscando más respuestas y más preguntas mientras caminamos transmitiendo todas estas claves a los que nos rodeen (al menos, hasta la próxima ruta).

Jesuitas de la Tierra de Loyola y de Javier

 

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *