Espiritualidad Ignaciana y Justicia Social

Por Paxti Álvarez SJ

Muchas veces los equipos de nuestras instituciones sociales quieren profundizar en la espiritualidad ignaciana que anima su compromiso. No siempre saben cómo hacerlo. Es cierto que los jesuitas solemos conocer bien los Ejercicios espirituales de S. Ignacio y estos compendian su espiritualidad; sin embargo, no es sencillo construir el puente entre las dinámicas experimentadas en los Ejercicios y el trabajo social propiamente dicho. La tarea se complica aún más cuando, como suele suceder, queremos dialogar sobre la espiritualidad ignaciana colectivamente y en equipos que acostumbran ser muy plurales. Entonces se necesita realizar una adaptación de los Ejercicios a circunstancias muy diversas del retiro espiritual para el que la propuesta de Ignacio está pensada.

Es decir, hay una cierta tarea de divulgación y adaptación de la experiencia propuesta por Ignacio a circunstancias diferentes a las originales, en concreto a las nuestras del trabajo social. Además, si bien la promoción de la justicia encuentra raíces en la espiritualidad ignaciana, también es cierto que está modelada por el modo en que esta tradición ignaciana ha sido vivida en el cuerpo de la Compañía en los últimos años. De ahí que no se pueda soslayar una relectura de los textos recientes de nuestras Congregaciones Generales. Por tanto, si deseamos trabajar la espiritualidad ignaciana en nuestros equipos necesitamos realizar esta labor de adaptación de las fuentes y de revisión de los textos de nuestras últimas Congregaciones.

Este es el doble desafío que acepta el texto que presentamos en este número de Promotio. Descubre algunos gérmenes del compromiso por la justicia en la espiritualidad de Ignacio y los enriquece con la evolución reciente de la propia Compañía. A su vez, trata de ver cómo la espiritualidad ignaciana enriquece este trabajo por la justicia. Por este motivo, el presente artículo puede ser de particular ayuda en la formación de personas y equipos que quieran profundizar en el trasfondo de espiritualidad ignaciana que anima su misión. Puede ser usado para la lectura personal, pero también para jornadas de formación colectiva. Contiene numerosos matices que seguramente moverán a continuar ahondando en la materia.

El autor del texto, José María Rambla sj, es un jesuita sabio, con un gran conocimiento de las fuentes ignacianas y con una singular capacidad de acercar la experiencia de Ignacio a la vida cotidiana. El texto fue preparado con ocasión de una Conferencia del autor, que le fue pedida para el Seminario sobre “Liderazgo ignaciano y justicia social”, que tuvo lugar en Loyola (España) en febrero de 2013 con personas procedentes de universidades de UNIJES (España), AUSJAL (América Latina y el Caribe) y AJCU (EEUU). El autor, así como el equipo responsable de la organización del Seminario, han permitido que este Secretariado tradujese el documento y lo publicara en Promotio Iustitiae en las diversas lenguas habituales. Desde estas páginas les agradecemos su generosidad.

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Tenemos la enorme oportunidad de Dar

Carolina Salado, Coordinadora Regional de Fe y Alegría en NOA, y Jairo Palma, egresado de nuestro Centro Educativo en Solidaridad (Salta), brindaron una conmovedora presentación en el evento Be.ideas, al que asistieron 300 personas. Además, por medio de un Stand institucional, los participantes se acercaron más a la obra. Jaquelina Guantay, voluntaria en la oficina de FyA Salta, comparte su testimonio del evento.

“…Porque en un mundo en que tenemos mucho por arreglar, por cambiar y para quejarnos, tenemos la oportunidad enorme de dar. El “otro” somos todos. El desafío es borrar las diferencias de fronteras físicas e imaginarias y comenzar a construir todos juntos una sociedad más justa, más equilibrada, más sana”. Frente a una auditorio atento, con emoción y firmeza, Carolina, avanzaba en su relato contando su transformación en Fe y Alegría.

Be.Ideas, un evento organizado por Fundación Buenos Hábitos, fue la oportunidad de poder mostrar un poco más a Fe y Alegría. La organización fue excelente: sin duda, una oportunidad única para poder compartir y ser testigo de grandes ideas y experiencias de vidas. Las puestas en escena de los oradores exponiendo sus intereses por diversas temáticas, además de la calidez con la que los voluntarios colaboraban en la organización del evento fue tan mágico que hacían a uno “sentirse en casa” con amigos. Lo más sorpresivo para mí fue conocer a Jairo Palma en persona, junto a sus compañeros de clases que fueron al evento a acompañarlo. Tener la posibilidad de compartir con ellos un evento con ideas tan positivas y buena onda fue un placer. Lo confortable fue el poder ver y escuchar lo que es para ellos FyA; dijo Jairo sonriendo “Fe y Alegría es una gran familia”. Sin duda lo emocionante fue que a medida que él y sus compañeros contaban sobre sus proyectos, descubrí que ellos ya no tienen límites, no creen en los NO, siguen soñando y con muchas ideas más en la cabeza para un buen fin. Lo admirable y maravilloso es que los chicos siguen formándose en sus estudios, con muchas ilusiones de llegar a ser educadores de Fe y Alegría el día de mañana.

“Estos chicos son… nosotros, son nuestros. Están aquí” . Así finalizaba Carolina su presentación sobre el escenario.

 

Reflexión del Evangelio, domingo 4 de octubre

Por Emmanuel Sicre Sj

Evangelio según San Marcos 10, 2-16.

Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?”. 

Él les respondió: “¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?”.

Ellos dijeron: “Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella”. Entonces Jesús les respondió: “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, “Dios los hizo varón y mujer”. “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne”. De manera que ya no son dos, “sino una sola carne”. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”.

Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. Él les dijo: “El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquélla; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio”.

Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”.

Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

¿Qué hacer con el divorcio? Y ¿cómo considerar a los niños?

La liturgia nos regala dos momentos de la vida de Jesús muy importantes para la comunidad cristiana del primer siglo, cuando se redactaba el Evangelio de Marcos, el primero de todos: ¿Qué hacer con el divorcio? Y ¿cómo considerar a los niños? Ambas cuestiones nos llegan a nosotros hoy donde al parecer aún seguimos buscando cómo enfrentarnos al fracaso en el amor de los esposos y al trato de los niños. El tema es muy serio.

Hoy 5 de octubre comienza en la Iglesia católica un sínodo sobre la Familia que aborda justamente estos temas, entre otros. Veamos algunas actitudes de fondo.

Los fariseos: ellos quieren poner a prueba a Jesús frente a un tema escabroso. En verdad pareciera que la respuesta nos les interesa, sino que tienen la intención de hacer caer a Jesús para tener otra razón para acusarlo. La pregunta que ellos plantean ya está respondida en la Ley. Pero Jesús va más allá de la Ley y los pone en contacto con el origen del amor de la familia humana. Los conecta con el ideal de la creación: De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pero Jesús no es torpe y sabe que entre el ideal y la realidad hay que trabajar mucho. Por eso vuelve a responder a la pregunta de los discípulos cuando llegan a casa. En esto anda la Iglesia en el año de la Misericordia y del sínodo de la Familia.

¿Cómo y qué le preguntamos hoy a Jesús nosotros sus discípulos sobre estas cuestiones difíciles? ¿Acaso nos interesa de corazón saber qué piensa Jesús sobre la realidad de hoy? ¿O tenemos miedo a que nos responda algo que no nos guste? ¿Qué diría Jesús ante la realidad tan dura de los matrimonios que fracasan en su intento? ¿Los condenaría? ¿No será que nos pide al emprender un proyecto de vida que nos conectemos con el origen, en vez de con la Ley? Por eso el Papa Francisco ha dicho que con cuatro charlitas prematrimoniales para un sacramento que dura toda la vida, hay algo que no funciona. Se necesita algo que sea mucho más profundo, más auténtico, más originario en la preparación, que las flores, la iglesia y el cura. Por eso cuando no hubo algo más hondo y honesto desde el principio de la pareja, cuando venció uno sobre el otro y no fueron “una sola carne”, sino una idea bonita pero desencarnada de lo que a cada uno realmente le toca para entregarse al otro, la cuestión no funciona, y en este sentido es que algunas veces se habla de nulidad matrimonial (y no de divorcio católico, cosa que no existe porque nunca hubo matrimonio).

Los discípulos, en el segundo momento, apartan a los niños de Jesús quizá reproduciendo la actitud de la época que no valoraba los niños, (y de hecho muchas veces si sobraban los mataban). Jesús una vez más nos revela cuál es la actitud de Dios para “los que son como ellos”: los más débiles y frágiles de la sociedad son los que reciben la Buena Noticia del Reino. ¿Qué hacer? Tomar la actitud de Dios: acoger a los pequeños y ser como ellos de corazón. Cuidándolos, respetándolos, siéndoles sinceros para que cuando crezcan no se venguen de una familia humana que los maltrata.

Creo que hoy Jesús nos pide unas actitudes hondas: amor, honestidad y cuidado mutuo. No podremos acceder a ellas por nuestra propia voluntad. Es un regalo que se recibe en el diálogo con Jesús desde la realidad que a cada uno le toca. ¿Dejaremos pasar esta oportunidad de disponernos a escuchar lo que tiene para decirnos en nuestra propia conciencia y en la de la comunidad?

 

CPAL: Reunión de Delegados de Formación

Por Juan Miguel Zaldua SJ

Del 14 al 18 de septiembre se han reunido en San Miguel, Argentina, los Delegados provinciales de Formación de América Latina, junto con el Delegado de CPAL, que funge de Coordinador.

Durante cinco días trataron diversos asuntos relativos a la formación de los jesuitas, tales como: la nueva cultura comunicacional y el valor de las nuevas tecnologías; la perseverancia en la Compañía y las causas de las deserciones; el proceso de formación interprovincial y los nuevos Filosofados regionales; las metas para el 2016 del Proyecto Apostólico Común (PAC) referidas a la Formación; la formación de los Hermanos jesuitas… El P. Deyvi Astudillo (PER) orientó el tema de la Comunicación y Nuevas Tecnologías, haciendo énfasis en el actual fenómeno comunicacional, la fuerza de las redes sociales, el uso bastante generalizado del “smartophone” y otros aparatos de nueva tecnología.

La Comunidad del Colegio Máximo, aunque el alojamiento y la reunión eran en el Centro Loyola, les abrió las puertas y acogió para compartir la mesa y las tertulias nocturnas con los jesuitas de esa comunidad. Igualmente, el Filosofado organizó una Eucaristía y un asado, que les permitió conocer y compartir con los estudiantes procedentes de Argentina-Uruguay, Chile y Paraguay.