Por Rodrigo Ayude, Roma
Los trabajos del sínodo entran en su recta final. Quedan, prácticamente, las sesiones en las que se presentará el borrador del documento que se entregará al papa Francisco el sábado. Un documento que nació como Instrumentum Laboris y al que se han incorporado las propuestas recogidas en las 39 relaciones de los grupos lingüísticos (círculos menores). Además de esto, cada padre sinodal tendrá la oportunidad de corregir, añadir y sugerir cambios tanto el jueves por la tarde como en la sesión del viernes por la mañana.
Compartimos, a continuación, algunos de los temas que han salido con más fuerza en las sesiones de trabajo del sínodo y que han tenido una acogida muy amplia entre los padres sinodales.
1. Un nuevo lenguaje
Entre los temas más repetidos se encuentra la necesidad que tiene la Iglesia de un nuevo lenguaje, capaz de dialogar con la cultura postmoderna. Ese lenguaje, según los padres sinodales, ha de construirse sobre dos ejes: la inclusión y la misericordia. Debe ser un lenguaje de inclusión, que evite los juicios negativos sobre personas o situaciones, que respete a las personas en su ser más profundo y que parta de una escucha atenta de las necesidades. Un lenguaje que tenga como fundamento la misericordia, es decir, una forma de hablar que salga al encuentro del alejado, que se ponga a su altura y se haga cargo de sus dificultades, que le cure las heridas y que lo porte a la verdad.
2. Pastoral de inmigrantes
Los padres de Oriente Medio y África compartieron en el Aula los dramas de la migración, especialmente la derivada de la guerra, de la persecución por la fe y de la pobreza. Algunos obispos han propuesto una pastoral específica que promueva la cultura del encuentro. Para ello consideran necesario una colaboración más estrecha entre las iglesias locales en los países de origen de las personas y las iglesias de los pasíses de acogida. Se busca acoger e integrar de la mejor manera a los que han tenido que dejar forzosamente su tierra para revestirlos de una nueva dignidad.
3. Matrimonio como vocación
Los obispos del sínodo han reflexionado ampliamente sobre el matrimonio como proyecto vocacional de Dios, la gracia específica de esta vocación y su misión propia en la Iglesia. Tras semanas de estudio, cada vez es más clara la idea de la importancia de la familia como edificadora de la Iglesia y no sólo como beneficiaria de una pastoral. Son muchos los campos donde las parroquias pueden y deben contar con las familias.
4. Catequesis de preparación para el matrimonio
La perspectiva vocacional del matrimonio también ha suscitado el estudio sobre si es suficiente o no la preparación actual de los novios para crear esta “iglesia doméstica”. Los padres sinodales consideran escasa la formación que se da para el matrimonio. En muchas ocasiones se queda en la explicación de la ceremonia. Están buscando un camino más largo -se habla de unos seis u ocho meses- en los que los futuros esposos profundicen en los aspectos propios de la vocación matrimonial y en su misión
5. Pastoral con convivientes estables
Entre las situaciones irregulares, el sínodo ha prestado particular atención a aquellos que, sin estar casados, conviven de forma estable y prolongada. Los obispos consideran que esa convivencia puede tener algunos elementos propios del matrimonio: unidad, indisolubilidad y apertura a la vida. Por eso buscan fórmulas para acompañar a estas parejas hacia el sacramento del matrimonio, que les prestará la ayuda eficaz para vivir con plenitud su proyecto de amor.
6. Acompañamiento en los primeros años de matrimonio
La alta cifra de separaciones y divorcios no ha pasado desapercibida a los padres sinodales. Con frecuencia las rupturas suceden tras los primeros años de convivencia. Teniendo en cuenta esto, los obispos consideran necesario que cada parroquia cuente con algunos matrimonios con experiencia que puedan acompañar a los nuevos esposos durante los primeros años. Compartir las dificultades y comprobar que otros han sabido superarlas es una buena herramienta para ayudar eficazmente a las familias.
7. Educación sexual
Los obipos del sínodo propusieron una mejor educación sexual en el camino de preparación al matrimonio. Consideran que la Iglesia debe entrar en este ámbito con determinación, ante una actual educación sexual negativa. La Iglesia quiere presentar la buena noticia de la sexualidad humana como un camino de amor y no como un camino de pecado. Además, la educación de la afectividad es considerada fundamental para entender la donación esponsal y, por ello, formará parte del camino de preparación para el matrimonio.
8. Formación de los sacerdotes
Los fuertes cambios sociales que afectan a las familias exigen nuevas herramientas para los sacerdotes, de modo que puedan ayudarlas eficazmente en sus problemas cotidianos. Para este fin, se ha hablado tanto de incluir nuevas materias sobre familia y bioética en la formación de los futuros clérigos. En cuanto a los seminaristas, se ha valorado la posibilidad de que dediquen parte del tiempo en la parroquia a visitar a las familias para conocer su vida cotidina, sus preocupaciones y sus necesidades. Otra propuesta es, por ejemplo, dar cursos de asesoramiento familiar a los párrocos.
9. Atención a las situaciones dolorosas
Los padres sinodales coinciden en que no habrá “recetas generales” para admitir a los sacramentos a los bautizados que han establecido una nueva convivencia después del fracaso del matrimonio sacramental. Sobre esta realidad hay numerosos puntos de vista entre los obispos. Desde perspectivas diversas, todos están de acuerdo en respetar la doctrina actual y en que se deben evitar soluciones del tipo “todo o nada”, “sí o no”. Los padres sinodales opinan que corresponde al obispo diocesano conocer las situaciones concretas y juzgar caso por caso. En este discernimiento, convendrá descubrir los problemas que han llevado a la familia a este punto, especialmente para quienes es ya imposible volver con su marido o su mujer.
10. Papel de la mujer
Un tema profundizado en los círculos menores es el papel de la mujer en la Iglesia. El papa recordó frecuentemente que es necesaria una teología de la mujer. Aunque no han trascendido propuestas concretas, el tema ha sido ampliamente debatido. En cambio, para los obispos resulta claro que la mayor participación de la mujer en la Iglesia, de servicio o diaconía, nada tendrá que ver con el sacramento del orden.
Fuente: Iglesia En Directo