Día Mundial del Medio Ambiente

Una reflexión sobre el día del Ambiente que nos invita a volver a pensarlo y ponerlo como prioridad desde nuestras acciones y oraciones en medio de una situación política adversa a las iniciativas de cuidado de la casa común.

Por Por Iñaki Ceberio de León y Pablo Sánchez Latorre

Este año el Día Mundial del Medio Ambiente se presenta con una amplia polémica en la comunidad global por el anuncio de la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París. La noticia representa una importante disrupción en la ardua tarea de construcción del proceso tutelar del ambiente, y se ganó el repudio de aquellos Estados comprometidos en respetar los pactos que ponderan el estricto cuidado de la vida.

EEUU es el segundo emisor de CO2 a la atmósfera, y su decisión representa una inminente amenaza de incrementar el consumo energético procedente del carbón.

Hace diez años, que concedieron el Premio Nobel de la Paz, al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), junto al ex vicepresidente Al Gore. Este grupo, ha conseguido el mayor consenso científico de la historia. Pudieron demostrar que el cambio climático era causado por el ser humano, y que de no modificar el consumo de combustibles de origen fósil y el estilo de vida, habrá un incremento de catástrofes climáticas.

Resulta alarmante el cinismo del Presidente de EEUU, visitando al autor de la Encíclica papal Laudato si, que nos invita al cuidado de nuestra única casa común. El Papa declaró que «El clima es un bien común, de todos y para todos.» Nos afecta al íntegro colectivo social, salvo con una particularidad, que a los pobres les afecta más, y tienen menos recursos para solventar las catástrofes y adversidades climáticas, como consecuencia y justificación de un «falso desarrollo».

Diversos estudios científicos, religiosos y éticos, demuestran cómo nos enfrentamos a uno de los mayores problemas de la especie humana y cuyas consecuencias, ponen en grave peligro a gran parte de la biodiversidad biológica de este planeta. El incremento de las inundaciones, huracanes, y demás temporales, no son una mera casualidad, sino que obedecen a una alteración climática cuyas consecuencias aún ignoramos. Empero, podemos asumir con profundo pesar autocrítico, que sus causas, derivan de la irresponsabilidad en la gestión política o corrupción, sin más.

La acción de EEUU no es tan sorprendente. Fue anunciado en la campaña electoral, y aunque históricamente ha firmado diferentes protocolos, ha sido un país que no se ha caracterizado por cumplirlos. Sin embargo, la raíz del problema se encuentra en la razón instrumental que ha operado en el primer mundo y en todos los países que buscan un desarrollo meramente económico. De ahí, la gran relevancia de forma una nueva ética que nos conecte esencialmente con la naturaleza.

En palabras de Aldo Leopold, una ética que “extiende las fronteras de la comunidad para incluir los suelos, las aguas, las plantas y los animales; dicho de un modo colectivo, la tierra.» Esta ética de la tierra, podrá emanar cuando la sociedad tenga una conversión ecológica y empiece a valorar a la naturaleza de manera sagrada. Hoy, la espiritualidad y la ética, pasan por un reconocimiento de la naturaleza como valor intrínseco y fundamental para preservar nuestra vida y la de los sujetos constitucionalmente reconocidos como «generaciones futuras», aunque políticamente inexistentes. Es ingenuo sostener que la existencia de leyes o acuerdos internaciones, son una herramienta suficiente para modificar y mitigar los impactos de las malas prácticas antrópicas, aun cuando existan mecanismos de control efectivo. Para ser eficaz, deben generarse desde los espacios públicos y privados motivaciones adecuadas y estratégicas, a fin de lograr una verdadera transformación personal de incidencia colectiva.

Finalmente, mirando la experiencia de Córdoba, cabe destacar la manifestación de la sociedad que ha rechazado en las calles la confusa propuesta parlamentaria en relación al bosque nativo.

En este día, más que ningún otro, invitamos a reflexionar y dar un pequeño paso, modificando al menos, conductas mínimas para impactar globalmente.

Fuente: Noticias UCC

 

Alonso Rodríguez, Horizonte de Santidad

Este año se recuerdan los 400 años de la muerte de San Alonso Rodríguez SJ, patrono de los hermanos jesuitas. En función de este aniversario se vuelve a mirar a esta figura tan sencilla como profunda para redescubrir la impronta que su modo de vivir la misión ha dejado a toda la Compañía.

Los aniversarios de cualquier tipo, ya sean cumpleaños, conmemoraciones institucionales o fechas en las que recordamos acontecimientos trágicos, son ocasiones para hacer memoria del camino recorrido y descubrir en la propia historia los elementos que conforman nuestra identidad y nos orientan en el presente.

Por ello es tan importante el cuarto centenario de la muerte de San Alonso Rodríguez SJ que celebramos este año 2017. La Compañía de Jesús evoca en ocasiones una imagen de elevación, prestigio e influencia social. El propio fundador de la orden, Ignacio de Loyola, ha sido tradicionalmente retratado en obras de arte irradiando poder y gloria. Pero lo cierto es que «el peregrino», como se hacía llamar Ignacio, se sentiría mucho más identificado con la cercanía de este sencillo portero del colegio Montesión de Palma de Mallorca ―de quien fue casi coetáneo― que con la sublimidad de los templos jesuitas del barroco.

«Ya voy, Señor» decía Alonso Rodríguez cada vez que sonaba la campana de la portería. Y esa sencilla frase englobaba toda su persona y su santidad: humildad, servicio, apertura a Dios. Frente a la propensión en nuestra sociedad, incluso a veces en la Iglesia, a medir la grandeza según dones particulares o logros cuantificables ―aunque sean frutos apostólicos―, contemplar la vida de este auténtico místico de lo cotidiano nos invita a buscar, por encima de todo, el encuentro con Jesús en cada rostro que nos rodea.

San Alonso Rodríguez también nos enseña que la siguiente página de nuestras vidas no ha sido aún escrita y que el Señor puede llamarnos de maneras imprevistas. Cuando ya pocas sorpresas podía esperar en su vida, la muerte de su esposa e hijos le llevaron a ingresar en la Compañía de Jesús. No imaginaba que su servicio en una humilde portería y sus escritos espirituales, de lenguaje sencillo y belleza singular, dejarían una impronta imborrable en la Compañía universal.

A lo largo de este año lo recuerdan muy especialmente en su Segovia natal y en la isla de Mallorca, donde sirvió durante su vida de jesuita y donde se lo venera como patrono principal. La Compañía entera lo homenajea como uno de sus maestros espirituales y como patrono de los hermanos coadjutores. El aniversario es ocasión para rememorar aquello que nos configura como compañeros de Jesús, situando nuestro horizonte de santidad en el confiado seguimiento y en la profundidad de una vida espiritual que nos impele a afanarnos en el servicio a los demás.

Jesuitas España

 

Fiesta del Mailín en Buenos Aires

Relato de la experiencia de la Fiesta de Nuestro Señor del Mailín, de la que participan como voluntarios los jóvenes de la Red Juvenil Ignaciana de San Miguel.

Villa de Mayo volvió a vestirse de fiesta para celebrar al Señor del Mailín a pesar del mal tiempo. Una multitud se acercó a venerar la imagen santiagueña que desde hace décadas se instaló en pleno conurbano bonaerense.

Como hace casi una década, los jóvenes de Trujui volvieron a colaborar desde el voluntariado al servicio de los devotos, ofreciendo cercanía y afecto para que todos se sientan en casa.

Una devoción renovada que trasciende generaciones sigue siendo eco de un pueblo creyente que no teme las distancias.

Fuente: ciberfogon

Reflexión del Evangelio del Domingo 11 de Junio

Evangelio según San Juan 3, 16-18

Dijo Jesús: “Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios”.

Reflexión del Evangelio – Por Maximiliano Koch SJ 

En este domingo, la Iglesia nos invita a celebrar a la Trinidad, misterio por el cual proclamamos que las tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son un solo Dios. Poco podemos decir acerca de este Misterio. Ya decía San Agustín que intentar comprender racionalmente a la Trinidad resulta más difícil que cavar un pozo en la arena e intentar meter todo el agua del océano en él. Sin embargo, podemos sumergirnos en su misterio dejando que cuestione nuestro modo de comportarnos con nuestro prójimo en nuestra Iglesia. Ofreceremos tres pistas que pueden iluminarnos en este sentido.

En primer lugar, debemos destacar que la Trinidad es un único Dios, pero no por ello las Personas pierden su identidad. Padre, Hijo y Espíritu Santo son distintos, actúan de manera distinta y tienen distintas responsabilidades en el proyecto salvífico. La unidad no elimina la diferencia, sino que la sostiene, la supone y la afirma. Sin embargo, a menudo confundimos el anhelo de unidad con eliminación de las diferencias. En efecto, queremos una Iglesia donde todos seamos iguales y pensemos, celebremos y nos comportemos de un único modo. Confundimos unidad con uniformidad, contrastando el ejemplo que la Trinidad nos dá. Por ello, ante la evidencia de que la diversidad existe, actuamos intentando eliminarla suprimiendo al otro, quien parece ser un rival y no un compañero de camino.

 Un segundo aspecto es que la unidad de la Trinidad se produce por el vínculo de amor que mantienen las Personas. No es el uso de la fuerza, no es el poder, no es la jerarquía lo que sostiene el vínculo, sino el amor lo que lo torna indisoluble. Por ello, Jesucristo puede mostrarse plenamente confiado en que el Padre habrá de concederle lo que necesita para cumplir su misión y andar despreocupado por los caminos de Galilea (Lc. 12,22-32). Podríamos preguntarnos qué sostiene nuestra pertenencia a la Iglesia, si es verdaderamente el amor o hay otros motivos como la tradición, la jerarquía, la costumbre, el miedo. Y si nos animamos a decir que es el amor, deberíamos preguntarnos cómo se vive en nuestras comunidades: resulta fácil y triste constatar que poco conocemos del otro, de sus preocupaciones, de sus deseos, de sus miedos, de sus anhelos. Actuando de este modo, ¿pueden otros hombres confiar sus vidas, sus proyectos en nosotros, del mismo modo en que Jesús confió en el Padre?

 Un tercer aspecto es que el amor trinitario no se encierra en sí mismo, sino que sale en búsqueda de los hombres, quienes necesitamos contagiarnos de esa manera de amar. “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna”, dice el Evangelio de este domingo. Y aclara, rotundamente, que no viene a juzgar al hombre, sino a invitarle a participar de la dinámica amorosa. Pero nosotros encontramos serios límites para entrar en esta lógica. Nos cuesta creer que el amor es la única respuesta que se nos pide. Y mucho más nos cuesta amar a quien no forma parte de nuestro grupo, de nuestra Iglesia y piensan de manera distinta, creen en algo distinto, sostienen distintos credos y no comparten nuestro modo.

 A diferencia de Dios que no dejó de amar al hombre a pesar de estar colgado en una cruz, nosotros anteponemos nuestro juicio olvidando los consejos que nos dejó Jesús en el Sermón del Monte: “Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.” (Mt 5,38-39); “Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores” (Mt 5,43); o “No juzguen para no ser juzgados” (Mt 7,1). Sabemos que amar supone el riesgo del sufrimiento y el dolor. Nuestra historia está marcada por las heridas que pueden producirnos quienes se aprovechan de nuestras buenas intenciones. Y, sin embargo, esto es lo que debería caracterizar un cristiano. Actuar de esta manera es, según el mismo Sermón del Monte, construir nuestra casa sobre roca y no sobre arena.

 Sumergirnos en la dinámica de la Trinidad es comulgar con un proyecto de amor, de encuentro, de misericordia. Un proyecto que invite a otros, que espere a otros, que transforme nuestra realidad. Un proyecto que no puede implantarse por decreto ni aparece en un instante, de forma inmediata: debe ir germinando y creciendo en nuestras vidas, familias, sociedad del mismo modo que lo hace el grano de mostaza o la levadura en la masa (Mt. 13,31-33).

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe 

Comunicado del Provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela

El Provincial de Venezuela, Padre Rafael Garrido SJ, expresa el posicionamiento de la Compañía de Jesús frente a la crisis política y humanitaria que enfrenta hoy su país.

Por P. Rafael Garrido S.J.- Provincial de Venezuela

El P. Rafael Garrido, Provincial de la Compañía de Jesús, en nombre de los jesuitas de Venezuela, se dirige a la opinión pública para emitir el siguiente comunicado:

Junto con la inmensa mayoría de los venezolanos, nosotros religiosos de la Compañía de Jesús en Venezuela estamos horrorizados con la realidad de miseria, persecución, exilio y muerte que estamos viviendo. Ante Jesús crucificado y el pueblo crucificado nos preguntamos ¿qué hemos hecho y hacemos por Venezuela y qué debemos hacer para que los venezolanos cuanto antes superemos esta situación y emprendamos el camino de vida para todos?

Agradecemos a nuestros obispos que, unidos a la Santa Sede, han levantado, con claridad y valentía, su voz de venezolanos seguidores de Jesús y de pastores exigiendo un rápido y profundo cambio de esta realidad de muerte causada por el empeño en imponer un proyecto totalitario que ha fracasado en todas partes. El Papa Francisco y la Santa Sede nos dicen “Mientras me uno al dolor de los familiares de las víctimas, para quienes aseguro oraciones de sufragio, dirijo un apremiante llamamiento al gobierno y a todos los componentes de la sociedad venezolana para que se evite cualquier ulterior forma de violencia, sean respetados los derechos humanos y se busquen soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y económica que está agotando a la población”. Nuestros obispos subrayan que no saldremos de la ruptura democrática mientras no sean respetadas la Constitución y los derechos humanos, se mantenga anulada a la Asamblea Nacional electa, sigan y se incrementen el número de presos, exiliados y perseguidos políticos, y no se realicen elecciones libres para que el pueblo soberano elija sus representantes en todos los niveles e instancias, como lo exige la Constitución. La Iglesia, interpretando el clamor del pueblo, exige la inmediata apertura de la ayuda humanitaria internacional en medicinas y alimentos y la pronta apertura a todas las iniciativas para la activación de una economía productiva con libre iniciativa comprometida con el bien común y una Fuerza Armada no partidista que respete y defienda la Constitución.

Nosotros los jesuitas en esta dramática hora nos sentimos llamados a acompañar a la gente y a sacar lo mejor de lo que hemos recibido de Jesús de Nazaret y su Iglesia: poner a los pobres de Venezuela en el centro de nuestras vidas y trabajo y aportar el espíritu del Evangelio para discernir los caminos de vida con el fin de lograr la necesaria reconciliación de todos los venezolanos. Sólo el amor construye; el odio mata, divide y destruye. Pedimos a los venezolanos de diversos sectores, mirar al rostro dolorido de quienes consideran estar más lejos y en nombre de Jesús abrazarlos para juntos rescatar la democracia y la pacífica construcción del bien común. No seremos capaces de producir la nueva Venezuela unida, honesta y productiva mientras no estemos convencidos de que los pobres deben estar en el centro de la nueva Venezuela democrática como sujetos activos de la política y de la economía. El eje central de la Venezuela productiva ha de ser la oportunidad de trabajo digno para todos en la producción exitosa en nuestras fábricas, campos abandonados y centros de servicios.

Prolongar la actual dramática situación con jóvenes sin esperanza, exiliados y perseguidos, resulta criminal. El tiempo urge y debemos buscar sin demora la transición a una Venezuela reconciliada e inclusiva. Cada día que se demora aumenta la muerte y la miseria, el éxodo y la desesperanza. Con gran dolor, lamentamos el asesinato de jóvenes durante los últimos meses.

La Compañía de Jesús tiene una presencia educativa variada en universidades, colegios, centros educativos populares de Fe y Alegría… Desde ahí queremos levantar un grito de alarma y de esperanza: se está ahogando la buena educación y con ello el futuro de los niños y jóvenes, tanto en la formación de personas en sus competencias profesionales, como en su formación en valores cimentados en el amor y la solidaridad. Faltan educadoras y educadores, se está matando su tan necesaria vocación y se ahogan las instituciones educativas. Nada es más urgente e imprescindible que la renovación de toda la educación con una amplia invitación a que la sociedad entera sienta y desarrolle su responsabilidad educativa, junto con su estado democrático. Necesitamos que florezcan múltiples iniciativas apoyadas por el presupuesto público y por las empresas productivas con colaboración activa de las familias en su mantenimiento y desarrollo integral. Con una pobre educación para los pobres Venezuela no tiene futuro. Lamentablemente la educación en todos los sectores y niveles vive en una gran crisis.

Los jesuitas trabajamos junto con decenas de miles de personas, animados por la vida, vocación y trabajo “a mayor gloria de Dios”. Jesús nos enseña que la mayor gloria de Dios es que vivan dignamente los hombres y mujeres y que esa nueva vida no es posible construirla con el odio y la muerte. Agradecemos su generoso trabajo en condiciones difíciles y con recursos económicos precarios.

En esta hora los venezolanos no claman por el cambio de la Constitución, sino por su cumplimiento. Como muy bien han dicho los obispos, ahora una Asamblea Constituyente es innecesaria y contraproducente: “Lo que necesita y reclama el pueblo, en primer lugar, es comida, medicinas, seguridad, paz y elecciones justas”.

Nuestro seguimiento de Jesús en esta hora trágica nos llama a que el lema ignaciano “en todo amar y servir” se centre en la pronta superación de esta agonía y en la renovación espiritual empeñada en la reconciliación y encuentro como constructores de la nueva Venezuela de esperanza y vida.

Pedimos al Espíritu Santo que nos confirme en la construcción de un país con posibilidad de vida digna para todos.

Fuente: CPAL SJ

La Llamada a la Vida Pública desde la Fe

Hablar de la relación entre fe y política a veces suena más a meterse en una dicotomía antagónica. Sin embargo, la espiritualidad ignaciana invita a tomar acciones concretas sobre el mundo a partir de la experiencia de Fe, que hoy pueden canalizarse en numerosas iniciativas y modos de ejercer la incidencia pública.

Según cómo se entiendan los términos fe y política, parece que fe y política están necesariamente destinadas a oponerse o que deben estar separadas. Para muchas personas la vinculación de ambas dimensiones de la vida es una intromisión o una mezcla de lo privado con lo público, de lo personal con lo colectivo, y sin embargo, la fe que es encarnada ha de buscar la transformación de las estructuras. Por eso no es extraño encontrar a lo largo de nuestra historia a jesuitas o instituciones de la Compañía de Jesús que se han pronunciado públicamente e incluso se han movilizado defendiendo transformaciones sociales y políticas.

La espiritualidad ignaciana es necesariamente “política” en el sentido propio. Ignacio y los primeros compañeros se dedicaron desde el comienzo a hacer lo que hoy llamaríamos incidencia, mediando dentro y fuera de la iglesia entre secciones y partidos, y tratando de influir para la defensa de los pobres y enfermos. La Compañía de Jesús se siente enviada a incidir con otros para transformar estructuras injustas que causan dolor a los hijos/as de Dios y a la creación.

La vinculación de la fe y la justicia en el último tercio del siglo pasado y hoy de la fe, la justicia y la cultura es también una forma de insistir en la necesaria convergencia de la fe y la transformación social a través de la vida pública. Ya más recientemente hemos decidido dar un impulso a nuestro trabajo en incidencia política (en inglés, advocacy) realizando campañas y acciones concretas, y desarrollando un modo propio de realizar la incidencia desde los elementos de la espiritualidad ignaciana.

Existen ya un buen número de iniciativas, como las redes globales internacionales de incidencia ignaciana que trabajan en el ámbito de las migraciones, el derecho a la educación, la ecología y la gobernanza de recursos naturales. O la labor de centros como el Jesuit European Social Center, que trata de influir en las políticas de las instituciones europeas. En la Provincia de España, centros como el Pignatelli de Zaragoza, Cristianisme i Justícia en Barcelona o entreParéntesis en Madrid, promueven no solo la reflexión sobre estos temas, sino que se hacen presenten en redes y plataformas de movilización social junto a otras organizaciones. En cualquier caso, es necesario paralelamente promover la formación de las personas que quieren reflexionar sobre lo que representa el servicio a la vida pública vivido desde el compromiso cristiano. A ello se dedican cursos como el que se celebrará este verano en Málaga.

Todo esto supone situarse en la encrucijada donde se encuentran la fe y la política, la creencia personal y la actividad pública. Sin duda son espacios en los que surgirán retos y también conflictos. Pero no son conflictos que podamos eludir. Existe una necesidad, un sufrimiento, y como cristianos estamos llamados a ser instrumentos de cambio, a tratar de vertebrar una sociedad más ética, más justa y contribuir al bien común.

Abordamos este reto desde la espiritualidad ignaciana, que nos ayuda a definir cómo debe ser nuestra presencia y participación en la vida pública y la política partidista si fuera el caso: un compromiso crítico que se lleva a cabo desde la necesaria libertad religiosa, la promoción de los valores evangélicos, especialmente la perspectiva de los últimos, que supone reflexión y discernimiento, y sobre todo, que surge de la experiencia de acompañar y servir a los más vulnerables.

No solo es posible, sino que es deber del cristiano no ser indiferente ante cuestiones políticas.

Porque la fe es para la vida, personal y colectiva. Y nos jugamos en ello que la fe pueda contribuir a hacer del mundo una casa común.

Fuente: Jesuitas España

Jesuitas Acústico te Invita a Colaborar

Los jesuitas y músicos Cristóbal Fones, David Pantaleón y Jorge Ochoa, después de reunirse en Colombia en 2016, han decidido reunirse de nuevo en México en junio del 2017, para un nuevo “Jesuitas Acústico”. Esta vez con un nuevo compañero: Enric Puiggròs SJ.

Buscamos celebrar juntos con nuestro canto, desde México, la alegría de ser compañeros.

​Para ello, realizarán juntos varias actividades en el mes de junio en México:

  • grabación de 5 canciones,

  • concierto en la Ciudad de México,

  • vídeos y participación en el ENJUVI 2017 (Encuentro Nacional Juvenil Ignaciano) que celebra 10 años de caminar de la Red Juvenil Ignaciana México.

En esta ocasión, han decidido que Jesuitas Acústico cante a las y los jóvenes y que dichas canciones tengan un sentido de solidaridad y sensibilidad hacia con los migrantes y refugiados. Por ello decidimos grabar un disco que contiene una canción seleccionada por cada uno de sus participantes e incluir el tema: ¿Quién es el que vieron pasar? 

A través de la Fundación Loyola, se ha iniciado una campaña de crowdfounding  (financiamiento colectivo, a través de la web) con el objetivo de solventar la grabación del proyecto. Con estos aportes será posible Jesuitas Acústico México y la grabación del disco, cuyas ganancias serán destinadas en su totalidad a Servicio Jesuita a Migrantes.

Si quieres saber más o colaborar con el proyecto

Fuente: Fundación Loyola México

Jornadas “Bancos del Tiempo y Economía del Bien Común”

Desde el Centro Arrupe de Valencia (España) se ha convocado al Encuentro “Bancos del Tiempo y Economía del Bien Común”, que convoca a personas interesadas en la Economía solidaria y del Bien Común y en su contribución práctica; y a profesionales de entidades sociales, empresariales, educativas y corporaciones municipales interesadas en impulsar acciones en esta línea.

¿En qué consiste esta línea de acción?

Presentamos aquí un breve resumen del posicionamiento respecto de la Economía:

¿Hay una economía alternativa al modelo actual? ¿Qué es la Economía del Bien Común? ¿Qué papel juegan los Bancos del Tiempo en la promoción de una economía solidaria y sostenible? ¿Es posible crear una cultura del intercambio?, ¿qué beneficios personales y comunitarios tienen los Bancos del Tiempo? Estos y otros interrogantes son a los que trataremos de dar respuesta en estas jornadas, que tienen como principal objetivo promover un espacio formativo y de intercambio en torno a los bancos del tiempo y su contribución en la Economía del Bien Común, a la vez de dar a conocer experiencias e iniciativas prácticas en la Comunidad Valenciana y a nivel nacional a favor de una economía solidaria.

La Economía del Bien Común quiere recuperar el concepto de éxito económico asociándolo a la contribución positiva en la sociedad. Proponen sustituir los indicadores financieros de éxito actuales -beneficio neto, PIB…- por otro tipo de indicadores como la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social y la sostenibilidad. En función de estos valores, la persona consumidora podrá escoger sus productos o servicios. En definitiva, se trata de crear una economía basada en valores éticos.

Por otra parte, los Bancos del Tiempo producen y agrupan valiosos recursos no mercantiles, inagotables y no competitivos como son los conocimientos, las habilidades, el trabajo creativo, las relaciones y la vida social, por lo que podemos afirmar que los Bancos del Tiempo son una propuesta de bien común: cuanta más gente los comparte, más crece el bien y más abundantes se hacen los recursos básicos para la vida individual y social como son la confianza y la reciprocidad. A su vez, los bancos del tiempo contribuyen a la promoción de una economía solidaria y alternativa puesto que comparten y fomentan valores comunes y contribuyen a crear un espacio comunitario.

Información Práctica

En encuentro será los días 17 y 18 de febrero de 2018.

Inscripción gratuita: Las inscripciones se formalizarán completando el presente formulario online.

Fecha límite de inscripciones: 13 de febrero 2017. Habrá certificados de asistencia para aquellas personas que así lo indiquen en el formulario.

Lugar de realización: SJM-Valencia Gran Vía Fernando el Católico, 78 bajo (Centro Arrupe).

Para más información: redintercambios.valencia@sjme.org

Fuente: Centro Arrupe Valencia

 

Nuevo Modelo de Trabajo y Nuevo Equipo de Delegados en la CPAL

El Presidente de la CPAL, Ricardo Jaramillo SJ, anuncia y explica algunos cambios que se darán los equipos de delegados de la Conferencia y su funcionamiento.

Por Ricardo Jaramillo SJ

“Ignacio seguía al Espíritu… no se le adelantaba. De ese modo era conducido con suavidad a donde no sabía. Poco a poco se le abría el camino y lo iba recorriendo sabiamente ignorante. Puesto sencillamente su corazón en Cristo” (Nadal, FN II 252)

Algunos de ustedes ya leyeron una carta que a mediados del mes de mayo le envié a los delegados de sectores de la CPAL (luego hecha más pública) agradeciendo su trabajo y su generosidad en los años pasados, y presentando el nuevo “modelo” de funcionamiento del equipo ejecutivo de la Conferencia en Lima. El Presidente tendrá ahora sólo tres Delegados para la Misión, cada uno de ellos con responsabilidades que combinan redes, dimensiones y prioridades (según el PAC). A esta decisión se llegó después de muchas reflexiones, propuestas y discusiones que comenzaron hace por lo menos un año y medio en el seno del equipo ejecutivo y la asamblea de la CPAL.

Los tres Delegados son ya conocidos: Álvaro Dávalos, Rafael Moreno y Hermann Rodríguez. Ellos asegurarán, junto con el Presidente, la tarea de promover, animar y ayudar a coordinar los trabajos de los diferentes sectores en que organizamos nuestra acción apostólica y la de “las redes” (proyectos, encuentros, grupos, asociaciones, federaciones). La preocupación principal será la de promover y cuidar de que en sus relaciones mutuas y proyectos estén cada vez más presentes todas las dimensiones esenciales de nuestra misión (que es a la vez espiritual, educativa, social, intelectual, pastoral y eclesial) y las seis prioridades del PAC: tanto las prioridades de misión: “excluidos y pobres, juventudes, conciencia latinoamericana y territorios prioritarios”, como las prioridades del modo de proceder: “una espiritualidad encarnada y apostólica, en diálogo intercultural y religioso, con un gobierno renovado para una misión en colaboración”.

Las razones fundamentales para plantear ese nuevo modelo de funcionamiento en el que cada Delegado acompaña trabajos intersectoriales tienen que ver fundamentalmente con los desafíos que nos propuso la Congregación General 36:

  • fortalecer el trabajo en redes (la responsabilidad y el protagonismo de aquellos que se organizan para colaborar internacional, interprovincial e intersectorialmente),
  • estimular la colaboración (reforzar su vocación particular como parte de un Cuerpo Apostólico con una misma Misión), y
  • promover más clara y directamente el discernimiento (escucha y acogida de la acción del Espíritu) y la planificación (organización en función de resultados que puedan causar imPACto) de nuestras acciones comunes.

Todos los delegados en el equipo central en Lima con un conocimiento más integrado -entre los miembros del equipo ejecutivo- de las diversas realidades de la acción de sectores y redes o proyectos superando el esquema de la sectorización y propiciando contactos entre proyectos de diversos sectores y redes es mejor animar a muchos en su responsabilidad particular y en la inter-relación (en-red-darse), que hacer depender muchas cosas de muchos delegados los delegados no coordinarán ni redes ni acciones; estarán de tiempo completo en su labor de animación y articulación.

Al Cuerpo Apostólico de la Compañía de Jesús (colaboradores y colaboradoras) en América Latina se le quedó pequeña la camisa de los sectores. Ellos no desaparecen; por el contrario se fortalecen y refuerzan en la medida en que las obras de un sector salen y buscan a otras obras y redes de sectores diversos para trabajar en común, para alcanzar objetivos misionales que nos unen y producir imPACtos significativos que transformen las personas, las sociedades y la Iglesia. Por eso Asamblea de los provinciales de la CPAL aprobó una manera de funcionar que, en su misma forma, anuncia lo que quiere provocar.

Invito, pues, a todos los colaboradores, jesuitas y otros compañeros y compañeras, a participar activamente en este trabajo con su iniciativa, con su palabra, con su generosidad y su deseo de dar Mayor Gloria a Dios en-Red-dándonos y siguiendo al Espíritu como colaboradores de Cristo.

Abrazo fraterno desde cerca de Roma (en Torricella) donde comenzamos hoy (27-05-17) Ejercicios Espirituales con el P. General y su Consejo, y luego (entre el 5-9/06/17) un “tempo forte” de deliberaciones sobre la universal Compañía. Contamos con su oración.

Fuente: CPAL SJ

Asamblea Latinoamericana 2017 en Lima-Perú

Del 2 al 5 de de Junio se realizó, en Lima, y después de 20 años, la Asamblea Latinoamericana de CVX con el lema «Un cuerpo en camino… Peregrinando con los ojos puestos en el horizonte del Reino».

Asistieron 34 delegados de 15 países. También acompañaron el Presidente Mundial de la CVX, Mauricio López, el P. Herminio Rico, Vice-asistente mundial y Alwin Macalalad, Secretario Ejecutivo mundial. Esta Asamblea busca definir las prioridades apostólicas y las estructuras necesarias de la CVX en la región en la línea de las Fronteras discernidas en la Asamblea Mundial Líbano 2013: Ecología, Jóvenes, Globalización y Pobreza, y Familia.

A 20 años de la última Asamblea regional, este encuentro de presidentes (o sus delegados) y Asistentes Eclesiásticos de los Consejos Ejecutivos Nacionales de CVX en América Latina (CENAL) ha sido un espacio de encuentro, intercambio y acompañamiento como comunidad CVX América Latina, con miras a promover la profundización de nuestras redes fraternas y de pertenencia, de forma que nuestros sueños y acuerdos como región se vayan constituyendo en aportes significativos, con sentido de discernimiento, para fortalecer nuestra misión cristiano-ignaciana, y nuestro rumbo hacia la conformación de UN CUERPO APOSTÓLICO regional y mundial.

Fuente: cvx.org