Reflexión del Evangelio – Domingo 9 de Julio

Evangelio según San Mateo 11, 25-30

Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana”.

Reflexión del Evangelio – Por Ignacio Puiggari SJ

Intentemos escuchar la palabra del Evangelio que nos lleva hacia lo que Jesús en una ocasión quiso decir. Pensemos que esta lectura tiene un regalo para darnos; está envuelto en palabras y frases, pero ahí está. Sólo los pequeños saben lo hermoso que es recibir regalos y con el corazón atento, acordes a la ocasión, esperan por él. Algo nos dice Jesús de esta gratuidad y este peculiar poder del dar, muy diferente al poder que nos otorga el saber y la prudencia social con la que aprendemos a acomodarnos en este mundo.

Y sí, poder nos da mucho placer; pero ello no nos gana, sin embargo, el sentir la incondicional gratuidad de Dios. Más bien parece que hay un punto, un tiempo, una ocasión donde el cúmulo de esfuerzos humanos se quiebra para aligerar esa bienvenida al don de Dios. Y este suceso nos recuerda siempre que el hombre no puede bastarse a sí mismo, que la utopía del éxito y la autosuficiencia son una carga que no nos merecemos. Hijos en el Hijo por la abundancia de Dios Padre nos merecemos vivir de su gratuidad. Nos es legítima esta pobreza de pequeños que anhelan y quieren conocer el regalo prometido. Busquemos, pues, desandar estas palabras del Señor atentos a su regalo.

 El evangelio tiene tres partes: la primera es la alabanza de Jesús al Padre; la segunda, su dar a conocer la íntima relación entre el Padre y él mismo; finalmente, la invitación que nos hace a descansar en él y cargar su yugo. Así descubrimos algo de cómo es Jesús: es alguien que reza, alguien que da a conocer a otros su experiencia del Padre y alguien que invita. Esto no es menor. Imitarlo en este sentido sería sugerente: rezar, comunicar a otros nuestra experiencia de Dios e invitar a otros. Hay mucho bien condensado en ello.

Además, poniendo atención a los verbos, notamos que en las dos primeras partes la pareja “ocultar y revelar” se repite y se asocia a la pareja “cargar y descargar” del tercer momento. Podríamos decir que vivir con un Dios que no aparece es muy pesado y difícil, ¿quién puede acaso cargar con el yugo de una vida intrascendente? Y a pesar de que llenamos con saberes, ocupaciones y poderes esta ausencia, el agobio y la aflicción persisten. Sin embargo, está el deseo y la invitación del Padre por medio de Jesús ¿Y cómo verificar su llamado si no es a través de ese profundo alivio existencial que produce su voz? Pues seguramente se trate de una voz serena que nos inspire a poner en orden el mundo de nuestros afectos (saberes, ocupaciones, vínculos) y a descansar en el centro de su Amor. Descansar no significa no hacer nada, sino más bien cargar su yugo, es decir, poner sobre nuestras espaldas la certeza de su amor que nos impele al eco de una respuesta semejante. Sentirnos amados, deseados por el Padre es un regalo. Sabemos que decirlo y escribirlo es una cosa, pero sentirlo y recibirlo, otra. Puede ocurrir en cualquier momento: en una oración, un servicio o en la venida de un prójimo. Como un ladrón puede asaltarnos a media noche y solicitarnos un destino. Pidamos entonces la gracia de este regalo de cuya primicia siempre inédita nacen las respuestas más genuinas de nuestro amor.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe

 

 

 

CVX: Comunidades hacia una Transformación Integral con Responsabilidad

Una reflexión sobre el estilo de vida integral que se plantea desde las Comunidades de Vida Cristiana (CVX), que implica considerar a aquél que más víctima del sistema injusto en que vivimos.

Por Nicolás Iglesias Mills

Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros,

pero a mí no siempre me tendréis (Mt. 26, 11)

 Este miércoles 24 de mayo es el hito de inicio de nuestras nuevas comunidades en Valdivia, ciudad de estudiantes y laicos que se han hecho cargo repetidas veces de este espíritu ignaciano que se plasma en nuestro estilo de vida, sin una necesidad constante de sacerdotes o religiosos en la ciudad. Este hito no puede sino llevarme a reflexionar sobre los aires de cambio que trae la iglesia en los últimos años, sobre todo desde que Francisco aparece como un viento esperanzador.

Ya hace 4 años de la toma de mando de nuestro Santo Padre, y ya nos acostumbramos a escucharlo hablar repetidas veces sobre la pobreza y la humanidad. Recuerdo ese día, cuando supimos que era latinoamericano, que pidió que recemos por él, que era jesuita, y no sólo eso, sino que se iba a llamar Francisco.

Hace unos días volví a leer una noticia sobre el Papa donde se había reunido con la Fundación Centesimus Annus, una fundación que se crea en el pontificado del Papa Juan Pablo II para promover ideas y valores católicos dentro del mundo del liderazgo empresarial ¿Irónico, eh? Pero no menos desafiante en estos tiempos de cambio. El titular de esta noticia hablaba del desempleo y la pobreza

Siempre que escucho hablar del desempleo me da la misma sensación que cuando escucho hablar de la deserción escolar. Como si tuvieran un cuerpo, fueran una persona o un monstruo que nos viene a atacar. Como si tuvieran motus propio y motivos para destruir la humanidad. Es como si estos factores hubieran sido humanizados y encarnados (como el mismo Cristo) y nos pudieran hacer daño en persona. Como si tuvieran ojos, boca, manos, cuerpo. ¿Qué olor tendría entonces el desempleo? ¿Qué ropas vestiría? Y para muchos la respuesta es siempre la misma: es el pobre. ¿Y qué imagen hay del pobre? Sucio, feo, mal vestido, depresivo, con hambre, violento. Le ponemos carne y cuerpo al desempleo y a la deserción escolar: una pobreza miserable que ni si quiera sabemos si existe. Y le ponemos nombre porque podemos ponerle nombre, porque tenemos la oportunidad, porque tenemos voz y voto, porque no tenemos que trabajar 14 horas al día, porque podemos estudiar.

Y para muchos, esto es un alivio, porque nos aleja de la responsabilidad de ser personas parte de una humanidad donde todos somos todos, cada uno es uno y todos al mismo tiempo. Poner al desempleo y a la pobreza en un cuerpo, nos aleja de ser responsables de estos. Oportunidad y responsabilidad se alejan.

Pero, como muchos sociólogos y filósofos han estado insistiendo hace muchos años, Francisco también nos habla de una pobreza integral. No sólo basta con leer esta noticia, sino también podemos encontrarlo en el Laudato SI repetidas veces.

Que podamos decir que el otro es “pobre”, quiere decir que tenemos el poder de decir que hay alguien que es algo, y que, al mismo tiempo es algo-que-yo-no-soy. Por ende, el otro se convierte en un objeto, un juguete al que puedo vestir: sucio, feo, mal vestido, depresivo, con hambre, violento. Y yo, en mi comunidad, estoy fuera de eso, protegido: puedo reflexionar sobre él, e incluso, si soy más arriesgado, hacer un apostolado que nos acerque al otro como si fueran un pueblo, una etnia perdida en medio de una selva de cemento.

Nunca pensamos que el desempleo, como la deserción escolar, es una ayuda para entender que el sistema en el que vivimos es el que se desadapta cada vez más y no son “los desempleados”, o “los desertores” los que no están adaptados al mundo. Si estos factores van en aumento, entonces existe algo en la complejidad del sistema que no estamos construyendo bien. Y entonces, mientras el desempleo tiene una cara y ojos (los ojos del pobre) ya nada hacemos por cambiar ese sistema desde mi responsabilidad.

La cita bíblica con la que arrancamos este texto siempre me pareció desesperanzadora y desgarradora, pero hoy entendemos que se trata de esto mismo. Jesús comprendía a “los pobres”, como parte de la humanidad misma, como hijos de Dios igual que Él.

Como CVX, creemos en un estilo de vida integral, sirviendo ahí donde nos llamen. La invitación a las nuevas comunidades (y a las viejas también) es pasar de la famosa responsabilidad social a ser responsables y punto. A hacernos responsables de la desaptabilidad del sistema, de la objetivización del pobre, de lo neutras y herméticas que son nuestras comunidades frente al mundo. Que nos atraviese el desempleo, que nos atraviese la deserción, y más importante aún, que nos atraviese la pobreza como algo de lo que no podemos escapar, de lo que también somos responsables y de lo que es lógico que quiebre todos nuestros esquemas y barreras comunitarias.

Fuente: zenit.org

Desde la Amazonia: No Sonar Como Latas Vacía

Testimonio de Lorena Pérez (ecuatoriana) perteneciente a la Comunidad de Vida Cristiana (CVX), que decidió ser voluntaria en el Proyecto Panamazónico de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL).

Por Lorena Pérez – CVX Ecuador

“Aunque reparta todos mis bienes, y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me aprovecha. El amor es paciente, es amable; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo escusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.” (1Cor 13,3-7)

Es uno de mis pasajes favoritos de la Biblia, muchas veces lo he leído en diferentes contextos de mí vida y siempre ha tocado muy profundo mi corazón.

En este mes, desde esta triple frontera con el pequeño aporte que puedo hacer en el equipo pastoral desde este voluntariado, siento que, a pesar de mí misma, Dios, ese Padre que es Bueno me va permitiendo vivir con intensidad este trabajo, motivándome a poner el corazón en lo que hago, me apasiona el contacto con los niños en las escuelas, quienes en estos meses poco a poco me han ido conociendo y ahora, ya se acercan con confianza y familiaridad. Les encanta pronunciar mi nombre gritando “Lorena” para llamar mi atención, yo volteo a verlos, les guiño el ojo y les sonrío, ellos responden mi sonrisa y se acercan para que los abrace. Tal vez, tanto ellos como yo, lo hacemos por necesidad, sí, necesidad de afecto, de cercanía, de sentir el amor de Dios a través del otro. Qué bueno y gratificante es dar y recibir un abrazo, deberíamos hacerlo con más frecuencia, con certeza crearíamos más lazos y menos muros en el mundo.

Soy una persona de muy pocos rezos, es más, probablemente con suerte aprendí el Padre Nuestro, el Ave María, (Alma de Cristo y Tomad Señor y recibid) solo cuando entré en CVX. Nunca me ha gustado repetir oraciones ya elaboradas, prefiero orar con mis propias palabras, tratando que brote lo que llevo en mi corazón, a veces cuando no siento inspiración para orar, opto por quedarme en silencio y dejar que se hablen y se encuentren los corazones. Por eso tal vez la forma de evangelizar que más me agrada es la pastoral del acompañamiento, del simplemente estar, conversar sobre un tema, escuchar, cuestionar y motivar esos deseos profundos que van saliendo de las personas con quienes voy compartiendo, niños o adultos, hombres o mujeres, ancianos o jóvenes.

Algunas veces me sucede que, en medio del trabajo con los niños, disfrutando lo que hago al sensibilizar en contra de la trata de personas, o cuando estamos viendo un video, haciendo una dinámica, cantando o reflexionando con ellos el trabajo, me quedo por unos segundos en blanco y me pregunto: ¿qué hago aquí?, ¿por qué estoy aquí? Y la respuesta que sale desde lo profundo de mi corazón es el recuerdo de mi madre que con su ejemplo siempre me enseñó a servir y a luchar en contra de las injusticias, y a mi padre que fue y sigue siendo un luchador, que me enseñó a no darme por vencida, a terminar todo lo que empiezo, un hombre que ayuda silenciosamente a las personas que lo necesitan. Ese instante, ese flash, provoca en mí un gran sentimiento de gratitud por ellos, mis padres, porque gracias a su ejemplo estoy viviendo esta experiencia. Porque gracias a ellos me duele la injusticia y la exclusión.

Aunque no sea bien vista y te tachen de subversiva, loca o comunista, que te digan “es peligroso en lo que te estás metiendo”, ”hablar en contra la trata de personas aquí hay que tener cuidado”, hablar a los niños para que no se dejen toquetear por los padres, profesores o adultos, querer que ellos conozcan su derecho a cuidar de su cuerpo, a denunciar si sienten que su corazón se entristece cuando algún adulto, sea quien fuera les hacen daño, eso para mí es evangelizar. Al final, sólo les informo lo que sucede en el mundo y como siempre en libertad, ya desde lo que aprenden, ellos toman sus decisiones, pero ya no caen por desconocimiento.

En una conversación que tuve con un sacerdote aquí, le comenté que creo que Jesús era de izquierda, me quedó mirando y con una risotada me dijo “yo también creo lo mismo”, porque estar aquí es de locos y Jesús volvería a hacer lo mismo que hizo hace dos mil años, es decir no estaría en las iglesias, estaría itinerando en el río o por las montañas, probablemente no sería muy instruido desde los estándares profesionales, con certeza estaría confrontando y motivando a las personas para que se cuestionen sobre lo que está pasando a su alrededor, estaría motivando a que nos desinstalemos de nuestras comodidades y que seamos los pies y las manos de Él para la construcción del reinado de Dios.

Fuente: CPAL SJ

Tiempo de Trabajo y Oración en la Curia SJ

Entre fines de mayo y principios de Junio, el Padre General, con integrantes de la curia y otros jesuitas invitados estuvieron compartiendo 8 días de ejercicios espirituales y un tiempo de trabajo denominado “Tempo Forte” más intenso que se da tres veces al año.

Entre los días 28 de mayo y 4 de junio el P. General junto con sus consejeros y otros invitados hicieron sus Ejercicios Espirituales del año en Torricella in Sabina, Lacio, a una hora y media de Roma.

En seguida, entre el 5 y 9 de junio se realizó el segundo Tempo Forte del año, una semana de trabajo más intenso del Consejo General. El P. Arturo Sosa ha decidido que los secretarios de la Compañía (en este momento 4: colaboración, Justicia Social y Ecología, Educación Superior y Educación Secundaria y básica) así como los 6 presidentes de las Conferencias de Provinciales hagan parte de ese trabajo del “Tempo Forte” en las tres oportunidades anuales en que se realiza (enero, junio, septiembre).

Fuente: CPAL SJ

 

Descalza: la Historia de ‘Mama Antula’

Ha salido un libro sobre la vida de ‘Mama Antula’, la futura primera santa argentina, con la intención de dar a conocer a una figura tan relevante y admirable como olvidada por nuestra historia.

Por Fernanda Jara

«Descalza» narra vida y obra de la laica que desafió a los poderes máximos de su tiempo. Fue creyente e introdujo a San Cayetano en la fe argentina. Hace pocos meses fue beatificada en su ciudad natal

«Este libro es un salto al pasado colonial, describe una sociedad patriarcal en la que las mujeres no tenían poder de decisión. La audaz protagonista desafió esos mandatos, caminó descalza más de 4.000 kilómetros del territorio argentino. Desde que empezó el viaje su historia se llenó de hechos inexplicables y misteriosos», define la contratapa del libro que relata la vida de la religiosa. Descalza recorre el peregrinar de Mama Antula, la mujer que desafió a los máximos poderes de su época. El 27 de agosto de 2016 fue beatificada por el papa Francisco, en Santiago del Estero.

María Antonia Paz y Figueroa (1730-1799), conocida como Mama Antula, fue la responsable de traer a Argentina la imagen del Patrono del Pan y el Trabajo, San Cayetano. Durante su juventud trabajó junto a los jesuitas, y cuando la Compañía de Jesús fue expulsada del Virreinato inició un peregrinaje que la llevó a recorrer a pie varias provincias para difundir los ejercicios ignacianos. Radicada en Buenos Aires, dedicó sus últimos 20 años a predicar el mensaje de Cristo. El papa Francisco es devoto de la religiosa: siendo arzobispo de la Ciudad solía nombrarla y tener presentes sus enseñanzas en las homilías y desde que asumió la titularidad de la Iglesia Católica pregonó para declararla beata.

El libro, fue escrito por Nunzia Locatelli, Cintia Suárez y Gisela García. «En una época en que la mujer no tenía el protagonismo que hoy podemos tener, ella fue un estandarte del liderazgo femenino y del servicio de la mujer a la Iglesia y al mundo», escribió la vicepresidenta, Gabriela Michetti en el prólogo.

Para Locatelli, Antula es una de las mujeres a las que la historia les niega un lugar. «Quisimos darle importancia a su persona como laica y a los detalles no menores de su vida. Es una de las mujeres olvidadas de la historia…», lamentó.

«Antula fue importante para la historia argentina porque fue quien preparó a los próceres de la patria con ejercicios espirituales», contó la escritora, que supo de la existencia de esta laica mientras producía un documental sobre el papa Francisco y quedó maravillada. «Me hablaron de esa mujer admirable y empecé a investigarla. Con el proyecto de este libro se involucró la vicepresidente Gabriela Micheti, quien es devota, y lo hizo desde lo religioso. Coincidimos en la beatificación de Antula y aceptó escribir el prólogo».

Al referirse a lo poco conocida que es la protagonista de su flamante texto, Locatelli se quejó: «Los argentinos vamos a tener una primera y única santa y nadie la conoce, no sé si porque es mujer o laica. No es como el cura Brochero o Ceferino, que son mártires o religiosos; ella no encaja en ninguna de las acepciones: es una mujer que no perteneció a ninguna orden, hizo todo de cabeza, desde viajar hasta peregrinar, mientras muchos le decían que era una loca, una hechicera… No le fue fácil caminar el tiempo ni la distancia que caminó proclamando su fe».

Antula llegó enferma y con una costilla rota y fue recibida con piedras. «Llegó con una capa negra de jesuita, era como su protección y siempre la usó junto a su báculo», recordó la autora de Descalza, y enfatizó: «Fue una mujer sola, laica no consagrada. En su época era una cosa imposible: desobedeció a sus padres, era de familia acomodada, querían que se casara o que entrara a un convento, y nada de eso hizo. Además, fue una de las primeras mujeres en aprender a leer y escribir… En 1740 sus cartas fueron traducidas a siete idiomas. Entre esas cartas escribió cómo debería ser la organización de los conventos, cosas que tomaron en Europa… Era una mujer admirable».

Fuente: infobae

 

CVX UY en el Departamento de Laicos

Una integrante de CVX Uruguay comparte algo de lo compartido en el Espacio de Discernimiento Frontera Iglesia, del Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal del Uruguay (DELAI-CEU), del que participa en representación de las CVX desde el año pasado.

DELAI se trata de uno de los departamentos de la CEU que reúne a laicos de distintos grupos, movimientos o diócesis del Uruguay. Se reúnen 5 veces al año para tratar distintos temas que hacen a la vida del laico en el Uruguay y también conocerse y compartir en qué trabaja cada movimiento o grupo.

En este 2017, se han dado dos encuentros: uno en marzo y otro en mayo.

Interpretar el Evangelio en su contexto

El primero encuentro estuvo a cargo del P. Daniel Kerber, Vicario Pastoral de la Arquidiócesis de Montevideo, quien en el marco de la Animación Bíblica de la Pastoral, realizó una presentación en la que propone retomar el valor de las escrituras interpretadas en su contexto. Utilizó el evangelio que narra el pasaje de los discípulos de Emaús (Lc. 24, 13-35). La invitación fue poder buscar formas de crecer en este aspecto dentro de nuestras comunidades o grupos.

La mirada puesta en el otro

El segundo encuentro, el de mayo, Mercedes Clara, autora del libro “Cuando el otro quema dentro. Padre Cacho”, precisamente presentó el testimonio de vida de este cura y propuso reflexionar sobre aquellos puentes que podemos tender como laicos y como iglesia para acercarnos a los otros, esos otros en los que el Padre Cacho, encontró a Cristo Vivo. Alguna de las preguntas que motivaron el encuentro y que nos pueden motivar a nosotros, en nuestras comunidades, para seguir caminando, fueron: ¿Cómo es mi escucha del otro? ¿Cómo es mi mirada del otro? ¿Cómo es mi lenguaje para con el otro? ¿Qué promueven mis palabras en el otro? ¿Qué puentes debemos tender como Iglesia, movimiento, comunidad para tender puentes?

Fuente: CVX Uruguay

Sobre la Reforma de la Constitución en Venezuela

Análisis y opinión del jesuita Luis Ugalde sobre el proyecto de reforma de la Constitución en Venezuela.

Por Luis Ugalde SJ

El régimen ha decidido matar su “mejor constitución del mundo”. Para no seguir violándola, decide librarse de ella asesinándola. Mejor matarla y hacer otra sumisa y dictatorial. Con ese propósito Maduro –usurpando un poder que no tiene– convocó a una asamblea nacional constituyente. Maduro es usurpador porque él no es el pueblo y solo “el pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario” y solo este “puede convocar a una asamblea nacional constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y una nueva Constitución” (art. 347). Cuando Venezuela clama indignada por el brutal empobrecimiento por falta de comida y medicinas, alto costo de la vida, inseguridad, persecución y exilio, es una burla cruel agravar estos problemas y decir que se necesita una nueva constitución para resolverlos. El régimen la quiere para impedir elecciones con voto libre, universal y secreto del pueblo entero para acallar del todo su grito y eliminar “los poderes constituidos” no serviles.

Antecedentes Históricos

En el fascismo y en el comunismo el jefe es el soberano, que se autoproclama como la suprema encarnación del pueblo. Maduro no es el pueblo, como no lo eran Hitler y Stalin, pero el pueblo –afirman esos dictadores– se encuentra con su verdadera esencia al identificarse con el caudillo.

Todo el poder para los soviets, dijeron los bolcheviques a partir de 1917; todo el poder para los consejos de obreros, campesinos, soldados… Poder popular ascendente desde la base hasta la cúspide de la Unión Soviética. En la realidad –fuera de los primeros momentos revolucionarios– todo el poder fue para el jefe de Estado, llámese Stalin, Mao o Castro. El partido único comunista manda en el país, en el partido manda su comité central y en este su secretario general. El partido, la burocracia, los cargos y los soviets o consejos, todos deben convertirse en “correas de transmisión” de las órdenes de arriba. La Constitución, como instrumento dócil del poder dictatorial, consagra esa realidad, con líder único, omnipotente y permanente. Castro en Cuba era jefe vitalicio del partido, del gobierno y del Estado. Sociedad totalitaria donde el Estado-gobierno-partido es el único empresario, el único educador, el único comunicador… Todos los demás son buenos si adoran a ese ídolo y comulgan de ese sacramento; malos y enemigos sin derechos, si disienten.

Medidas Antidemocráticas

El año 2007 el pueblo de Venezuela logró derrotar con votos la imposición de la constitución cubanoide y el jefe se vio obligado a reconocer la derrota. En diciembre de 2015 con la estrepitosa derrota en las elecciones para la Asamblea Nacional, el régimen comprendió que nunca más podría ganar elecciones con voto libre, secreto y universal. Su legitimidad estaba perdida a causa de la evidente ruina, ineptitud y corrupción; 80% de los venezolanos está convencido de que con este régimen y modelo llegó la muerte de toda esperanza.

Conclusión: hay que anular la Asamblea Nacional, evitar las elecciones democráticas y aplicar la tenaza jurídico-militar que legisle y reprima al gusto y necesidad del Ejecutivo. Pero ¿qué hacer con la Constitución democrática de 1999 que sigue molestando? Hay que acabarla con una nueva “constituyente originaria” (que puede barrer con todo lo “constituido”). Pero, como el pueblo pide a gritos la aplicación de los principios e ideales humanitarios de esa Constitución y no su eliminación, no queda más alternativa: que Maduro usurpe el derecho de convocarla y elabore las “bases comiciales” en laboratorios gubernamentales. El CNE esperaba de rodillas para aplicar de inmediato fórmulas mágicas para que una minoría sumisa de menos de 20% se imponga a la mayoría. Recordemos que en los países comunistas el gobierno siempre ganaba sus peculiares elecciones con una votación entre 93% y 97%. Por eso el madurismo ha decidido cambiar las reglas del juego y pasar a jugar con otro tablero hecho a su imagen y control. No más elecciones con voto universal y secreto, sino voto sectorial parcial que permita a la minoría decidir como si fuera mayoría.

Los venezolanos queremos comida, trabajo, ingresos suficientes, medicinas y salud, seguridad, paz, libertad… No una nueva constitución, sino el cumplimento de la que tenemos. Pero esta dictadura necesita nueva constitución, por eso ha decidido asesinar a la bolivariana y el CNE vergonzosamente se apresura a hacer los mandados del Ejecutivo. La sociedad venezolana, los demócratas todos (chavistas o no) estamos obligados a impedir este crimen con preaviso. Como dice el artículo 333, todo ciudadano “tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia” y el pueblo de Venezuela “desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”. Al convocar la constituyente el régimen dictatorial anuncia su decidida voluntad de matar la Constitución que viene violando sistemáticamente, y el pueblo demócrata de Venezuela está obligado a “desconocer cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos” (art. 350).

Fuente: CPAL Social

 

Reestructuración Ejecutiva de la CPAL para Potenciar el PAC

El Padre Álvaro Dávalos SJ, nuevo secretario ejecutivo de la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL), explica en qué consiste la Reestructuración Ejecutiva de la misma, cómo se piensa el proyecto y qué acciones acompañarán la reforma.

El secretario ejecutivo de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL), P. Álvaro Dávalos SJ, aseguró que desde esta instancia se impulsa el Proyecto Apostólico Común (PAC 2011-2020), para encaminar todos los esfuerzos de las doce Provincias, ante esto se lleva adelante una reestructuración en el equipo ejecutivo que tiene sede en Lima.

“Ahí se vio la necesidad de procurar una acción un poco más intensa de los agentes mismos que están trabajando en las Provincias, de manera que la prioridad sea el enfoque suyo y así se repliegue un poco el equipo ejecutivo de la CPAL para dejar prioridad a estos líderes”, afirmó.

Esta reestructuración será un proceso que llevará algunos meses. El objetivo es dar curso al relanzamiento que se tuvo del PAC en la reunión denominada “ImPACtando” realizada en Lima en el mes de marzo, donde se revisó el impacto del PAC en la labor de la Compañía de Jesús en América para incorporar elementos aportados por la 36 Congregación General y realizar un reajuste de metas planteadas al 2020.

Como todas estas acciones se espera que a la larga se las vaya evaluando y se vaya viendo el efecto que van teniendo.

Por último, se está poniendo énfasis en el ámbito comunicacional mediante la renovación de la página web de la CPAL gracias al apoyo de SJ Digital de España, y con el fin de elaborar el Plan de Comunicación de la Conferencia.

“Una de las falencias que hemos tenido en la evaluación fue el reportar mucho desconocimiento tanto de las acciones de la CPAL como de los programas que se iba difundiendo, entonces se espera que con el Plan de Comunicación muchas de estas falencias se vayan solucionando”, concluyó.

Fuente: CPAL SJ

 

Declaración Regional por el Día Mundial de la Persona Refugiada y Desplazada

En ocasión del Día Mundial de la Persona Refugiada y Desplazada celebrado el 20 de junio, la CPAL ha difundido una declaración sobre el tema, considerando la realidad de los países con un mayor porcentaje de personas desplazadas de manera forzada.

En tiempos de muros hacemos puentes

La persona Refugiada y Desplazada en muchas ocasiones sufre injusticias y estigmatización. En su cotidianidad es negada su humanidad.

En ocasión del Día Mundial de la persona Refugiada y Desplazada quienes apoyamos la Campaña por la Hospitalidad invitamos desde Latinoamérica y el Caribe, a asumir el reto de seguir promoviendo la Humanidad de todas las personas y en particular de aquellas que sufren debido a los discursos, prácticas de estigmatización y la implementación de políticas con enfoque de securitización.

La Hospitalidad es una interacción que permite humanizar a quienes participan de ella.

Una mirada desde el norte hasta el sur del continente.

Uno de los corredores migratorios más transitados del mundo y donde se destaca la diversidad de flujos migratorios y las múltiples causas de estos se extiende desde Centroamérica, a través de México, hasta EE.UU. Aproximadamente 400.000 personas transitan cada año por México y según organizaciones de la sociedad civil, estiman que 150.000 tienen necesidad de protección internacional.

México

En México entre el 2015 y 2016 las solicitudes de asilo presentaron un incremento del 156%. Sin embargo, la protección que el gobierno mexicano ha concedido a casi 3 mil personas en 2016 está muy lejos de ser una respuesta acorde a la necesidad de protección de miles de personas, más aún si se contrasta con las deportaciones, que sólo en 2015 fueron de más de 165.000.

Costa Rica

En Costa Rica, se presentaron 4.470 solicitudes de refugio, el doble de lo registrado en 2015 de acuerdo a la ACNUR. Se estima que para este 2017 las nuevas solicitudes de protección internacional en Costa Rica, crecerán entre un 35% y 45%, en particular de personas salvadoreñas, hondureñas y venezolanas, así como de personas extra-continentales que han venido en ascenso.

En la frontera colombo-panameña persisten flujos migratorios irregulares asociados a la trata y tráfico de personas, el narcotráfico y la vinculación de niños, niñas y adolescentes a grupos armados ilegales.

Colombia

En Colombia el desplazamiento forzado interno sigue siendo realidad en muchos territorios. Aunque el proceso de paz con las FARC-EP ha disminuido considerablemente los índices de violencia, nuevas conflictividades han estado emergiendo en el país dejando a la luz retos humanitarios muy grandes de cara al periodo de pos acuerdos como: las acciones armadas del Ejército de Liberación Nacional (ELN); la reorganización y consolidación de los Grupos Paramilitares Pos desmovilización; el auge y afianzamiento de mega-proyectos de desarrollo y economías extractivas. Sigue siendo además una tarea pendiente, pese a las políticas existentes en la materia, la atención y reparación integral de millones de víctimas, incluidas aquellas que han debido huir del país a causa del conflicto y para las cuales no hay planes ni programas específicos. A lo anterior se suma que poco a poco Colombia se ha convertido en un país de destino de personas con necesidad de protección internacional, en especial de venezolanos, una nueva dinámica que ha cuestionado y planteado serios retos a la capacidad de respuesta efectiva a nivel normativo e institucional del Estado.

Venezuela

En Venezuela la agudización de la crisis socio-política y económica sigue generando movimientos forzosos de venezolanos particularmente hacia países de América Latina, EE.UU y países europeos, convirtiéndose en el éxodo de migrantes forzados más novedoso de la región. En general todos los países de la región reportan la llegada masiva de personas de éste país, y comienza a ser palpable que los migrantes venezolanos están quedando, en la mayoría de los casos, fuera de los sistemas de protección de los Estados al no ser reconocidos como refugiados sufriendo un estado de indefensión y vulnerabilidad.

Ecuador

En Ecuador persiste el flujo de colombianos y haitianos en condición de vulnerabilidad, sobre todo, estos últimos en tránsito hacia otros países, en tanto que su ingreso como su estadía regular en el país presentan dificultades. Del mismo modo, se evidencia un aumento de la presencia de venezolanos en busca de protección internacional, quienes finalmente han sido inadmitidos al proceso, ya que el Estado ecuatoriano no reconoce la presencia de un conflicto en ese país; evidenciando un enfoque de seguridad que desconoce los tipos de persecución previstos por la Declaración de Cartagena de 1984 y exponiendo a estas personas a riesgos muchos más altos de deportación y abusos de la autoridad migratoria.

En promedio mensualmente 423 personas cruzan la frontera colombo-ecuatoriana en busca de protección internacional, en esa dinámica, apenas 60.524 personas han logrado el estatus de refugiados hasta Enero de 2017, de una población de más de 226.000 solicitantes de asilo.

¡Hacemos eco a un llamado que nos une!

Vemos con preocupación en toda la región: el aumento de las solicitudes de asilo, el incremento del número de detenciones y deportaciones con relación a la poca capacidad Estatal y la falta de un marco legal garante de los derechos para los migrantes; igualmente la persistencia de escenarios de inseguridad y precariedad que afectan a los migrantes forzados que están en toda la región.

Como respuesta a la realidad aquí reseñada vemos la necesidad de hacer un llamado al uso de una definición más amplia sobre refugio a fin de proteger a todas las personas que de facto son violentamente forzadas a una migración.

Es deber de todo los países en Latinoamérica y el Caribe establecer medidas de protección y prevención para aquellas comunidades profundamente amenazadas por las nuevas violencias; avanzar hacia soluciones estables y duraderas que les permita reconstruir sus proyectos de vida en armonía con los territorios y de cara a un desarrollo económico con un rumbo ambientalmente sostenible y socialmente equitativo; y garantizar la vida de los migrantes forzados que huyen de sus países de origen por situaciones de violencia social generalizada, por políticas económicas erróneas y por violación sistemática de DD.HH.

Allí donde nacen muros de exclusión, securitización, desconfianza y xenofobia, reiteramos la invitación para construir más y más puentes de Hospitalidad, Humanidad y fraternidad.

Fuente: CPAL SJ

 

Arturo Sosa SJ: “He sentido la Serenidad de Quien Se Pone en las Manos del Señor y de los Compañeros”

Entrevista al P. Arturo Sosa SJ, que habla de su experiencia como Superior General de los jesuitas, a meses de haber asumido el cargo.

¿Cómo se encuentra el P. Sosa tras estos primeros meses como General de la Compañía de Jesús?

Acabo de cumplir siete meses desde la elección. Ha sido una temporada intensa desde todo punto de vista. Afectivamente me ha supuesto el proceso que todos vivimos cuando recibimos inesperadamente una nueva misión comprometedora.

Inmediatamente he tenido que tomar las responsabilidades del cargo, al mismo tiempo que continuaban los trabajos de la Congregación General (duró un mes más). Es una experiencia de aprendizaje sobre la marcha, solo posible por el apoyo cualificado del equipo de Consejeros, Asistentes, Secretarios, compañeros y compañeras que hacen de la Curia General un auténtico equipo de consulta y discernimiento. Me he sentido también espiritualmente consolado y desafiado. He sentido la serenidad de quien se pone en las manos del Señor y de los compañeros. He sentido profundamente lo que significa pertenecer a la Compañía de Jesús. Un grupo de compañeros dispuestos a servir la misión de Cristo, por tanto, confiados en que es Jesús quien se ocupa de ella, nos acompaña todos los días e inspira nuestro discernimiento.

¿Considera el P. Sosa que en la vida consagrada estamos decididos a ganar en agilidad para responder mejor a los retos de la pobreza en el mundo? ¿Estamos liberándonos de inmuebles del pasado para servir a la misión?

En la vida religiosa percibo dos actitudes distintas. Unos son los que se ubican ante los cambios del mundo, la Iglesia y las congregaciones de vida consagrada resignados a aceptar lo inevitable, aunque no siempre deseado. Otros, en cambio, los viven como llamada a contribuir a sembrar el evangelio en tierra nueva y desean adentrarse en la situación cambiante, aunque asuste no conocer bien el terreno. La primera se alimenta de la nostalgia del pasado y se resigna a “hacer lo que se puede” en el presente, con menos personal, instituciones con menor impacto social y sociedades secularizadas. Se plantean, entonces, los reacomodos necesarios para prolongar el testimonio y el servicio.

La segunda acepta el consejo del Concilio Vaticano II de ir a las fuentes carismáticas, al origen de cada congregación, y se dispone a escuchar el llamado que le hace hoy el Espíritu. Se preocupa menos del número de personas con las que cuenta o de la preservación de obras (inmuebles incluidos) que de responder con creatividad a lo que nos indican los signos de los tiempos. Se plantea, entonces, nuevas formas de vida comunitaria, de organización apostólica y de vinculación con la Iglesia y el mundo.

Considero que la vida religiosa está en un proceso de descubrir su identidad propia en la “Iglesia en salida” que propone el papa Francisco.

Formamos parte de un plan de Dios. El Espíritu está suscitando las vocaciones que quiere y como quiere. ¿Entendemos en la vida religiosa esta reducción drástica de nuestros números? ¿Estamos trabajando para recrear una nueva vida consagrada que comparta vida y misión con otras formas de seguimiento?

Con todos los cristianos buscamos hacernos discípulos del Señor Jesús y compartimos la misión evangelizadora. Con muchos otros seres humanos nos comprometemos en la tarea de humanizar este mundo roto por la injusticia social, la explotación personas y pueblos, la pobreza, las guerras, la violencia cotidiana… La fecundidad de la vida religiosa depende más de la calidad de su compromiso cristiano que del número de sus miembros. La reducción del número podemos leerla como una llamada a la radicalidad de nuestra consagración, preocuparnos más del ser que del hacer. Seguimos deseando muchas vocaciones y pidiéndoselas al Señor. Al mismo tiempo nos esforzamos en mejorar nuestra calidad de vida consagrada y colaborar generosamente en la misión de toda la Iglesia en la que cada quien responde a su vocación.

Fuente: CPAL SJ