XVI Encuentro Deportivo de colegios Jesuitas del Cono Sur

Del 5 al 8 de septiembre se llevó a cabo en el Colegio San Luis Gonzaga de la Ciudad de Mendoza, el Encuentro Deportivo de Colegios Jesuitas del Cono Sur, también conocido como ‘interjesuítico’. De él participaron alumnos de colegios pertenecientes a la Compañía en Chile, Paraguay, Argentina y Uruguay. 

Compartimos las palabras de Julio Navarro, uno de los coordinadores, una vez finalizado el encuentro. 

Julio Navarro – Coordinador del Encuentro

En tiempos de especulaciones, mercados y chanchullos oportunistas, resuena con especial fuerza la Voz del Señor que nos invita a ser pastores y distinguirnos de los asalariados.

Entonces entra en escena la lógica de la gratuidad que es la lógica del amor.

Lo que hemos vivido en estos días ha sido una experiencia de gratuidad, una experiencia de GRACIA. Es decir, una experiencia que está por encima de lo mercantil. Tiene que ver con la desmesura. No tiene precio, no se paga, no se puede pagar. Se agradece.

Es lo que quiero expresar y reconocer al terminar este Encuentro. Cuando digo, cuando decimos “gracias a todos y a cada uno”, estamos reconociéndonos indignos de tanto bien recibido. Entonces humildemente y llenos de alegría agradecemos el trabajo de tantos.

Los coordinadores, el equipo organizador, los profesores, las familias, la comunidad Jesuita de Mendoza, los alumnos y ex alumnos locales y los visitantes.

Gracias por sintonizar con el desmesurado Buen Pastor que da su vida sin medirse, que no huye, que no le pone precio a lo que hace, que da y se da. La gracia de Dios es Jesucristo y ha estado con nosotros. Está con nosotros. Estamos en la Compañía de Jesús (en Su compañía) y por eso damos gracias y experimentamos la auténtica Alegría. El gozo del Evangelio.

Cultura del Encuentro, lógica pastoral, desmesura y don. Mucha GRACIA. ¡Muchas Gracias!

Pastoral de la comunicación: una tarea urgente

‘Lo sorprendente de esta situación es que se está dando hacia el interior de la Iglesia el mismo fenómeno que la Iglesia siempre ha criticado en los medios “no confesionales”.’

Por Jorge Oesterheld 

Desde hace poco tiempo nos hemos acostumbrado a hablar de los medios de comunicación que llamamos “de la Iglesia”, o “eclesiales”, en los mismos términos en los que se habla de los medios “no confesionales”. A juzgar por los comentarios periodísticos o por las conversaciones que se pueden escuchar, en la Iglesia hay medios de izquierda y de derecha, “progres” y “conservas”, anti-Francisco y pro-Francisco, cercanos a “la derecha norteamericana” o a las “corrientes populistas”. En definitiva, parece que en la Iglesia hay para todos los gustos.

Curiosamente detrás de esos simplificadores calificativos se nombra a obispos y cardenales como mentores, financistas o directamente propietarios. De hecho a cada paso que da el papa Francisco, para los observadores atentos, es fácil prever las reacciones de los diferentes medios de comunicación eclesiales, ya se trate de cadenas internacionales de televisión, publicaciones periódicas, portales en internet, espacios en redes sociales, radios o agencias de noticias. Quizás por eso el Papa prefiera hablar con Jordi Évole en La Sexta.

Salvo honrosas excepciones que se destacan por su calidad periodística y en las que los editores aclaran que no representan la voz de toda la Iglesia sino que se muestran como una voz más en la Iglesia, en general ese tipo de publicaciones tienden a aparecer como representativas de “la verdadera Iglesia”, ya se refieran a la Iglesia de las más “puras tradiciones” o a la Iglesia representativa de “los pobres y marginados” del planeta. En general se presta de esa manera un pobre servicio al Pueblo de Dios.

La comunicación de los medios eclesiales

Lo sorprendente de esta situación es que se está dando hacia el interior de la Iglesia el mismo fenómeno que la Iglesia siempre ha criticado en los medios “no confesionales”. De diferentes maneras la enseñanza de la Iglesia ha criticado la forma en que los grandes medios se ocupan de las problemáticas eclesiales o sociales y de la tendencia a ser representativos de intereses o ideologías en virtud de los cuales tergiversan la realidad.

Esas mismas críticas hoy pueden dirigirse a medios eclesiales que, en ocasiones con notable imprudencia, son también vehículos de fake news y de todo tipo de chismes o comentarios que solo tienen como objetivo confundir o engañar. Se ofrece de esa manera un triste espectáculo que fácilmente se podría calificar de “escándalo” en el sentido bíblico del término.

En medio de esta verdadera jungla de voces aparecen las Oficinas de Prensa oficiales del Vaticano, de las diócesis y las Conferencias Episcopales, que en ocasiones deben preocuparse más de lo que publiquen los medios “católicos” que de lo que digan los medios “seculares”. La tarea de estas oficinas es compleja y desafiante porque deben informar con la mayor objetividad posible sobre la vida de la Iglesia en un contexto nada favorable. Pero la comunicación de la Iglesia no puede reducirse a las informaciones oficiales y todos los fieles tiene derecho a expresarse también a través de los medios.

Pastoral de la comunicación

Preocupada por lo que los medios masivos de comunicación seculares dicen sobre la institución eclesial quizás la Iglesia haya descuidado el acompañamiento pastoral de quienes, en muchos casos con honestidad, desean hacer presente la voz del Evangelio en el desafiante mundo de las comunicaciones. Allí es urgente una voz iluminadora que con conocimientos técnicos sea capaz de orientar pastoralmente.

Las tecnologías han irrumpido en la vida de la Iglesia y la están transformando más allá de lo imaginable. El tema no pertenece a un aspecto marginal en la vida del Pueblo de Dios, la Iglesia es comunión, es comunicación, se trata de una cuestión central a la que es necesario dedicarle esfuerzos, recursos y tiempo de reflexión.

Fuente: Vida Nueva Digital

Historias reales de vida celebró su 6ta. Edición

“Un espacio para promover una cultura de  hospitalidad y de encuentro”

En un ambiente lleno de empatía, nostalgia, compañerismo,  los estudiantes de 5to. Año pertenecientes a escuelas Jesuitas, laicas y parroquiales, plasmaron a través del canto, poesía, exposiciones y videos, las vidas de personas migrantes desde una perspectiva humana e inclusiva para celebrar  la 6ta. Edición del coloquio “Historias Reales de Vida”, el cual fue realizado en el marco del Día del Migrante, el pasado jueves 5 de septiembre de 2019 en el Centro Loyola, ubicado en la localidad de San Miguel, Argentina.

 En el coloquio participaron un total 120 jóvenes, conformados en grupos de 5 alumnos de 23 divisiones entre todos los colegios, quienes fueron seleccionados por haber destacado en las categorías de profundidad, creatividad y compromiso con el proyecto.

Colegios participantes:

  •         Colegio Parroquial Nuestra Señora de Itati (San Miguel- Bs. As.)
  •         Instituto Jesuita Sagrada Familia (Códoba)
  •         Instituto Gabriela Mistral (Moreno- Bs. As.)
  •         Colegio Parroquial Santa María del Trujui (San Miguel)
  •         Colegio Parroquial Patriarca San José
  •         Colegio Nuestra Señora de Luján
  •         Colegio San Agustín
  •         Colegio del Salvador
  •         Colegio Asunción
  •         Colegio Nuestro Señor Mailín

 

Cecilia Duarte, Coordinadora de San Miguel y precursora del proyecto, destacó que esta actividad viene realizándose desde el año 2014 y tiene como objetivo: promover una cultura de  hospitalidad y de encuentro, para seguir formando jóvenes, no solo comprometidos con la realidad que nos rodea, sino también compasivos; capaces de reconocer en el otro a un hermano”.  

“Como Docente, me conmueve profundamente, el compromiso y ese cambio de mirada que podemos percibir con el relato de estos jóvenes valientes,  que no solo se implican con una tarea escolar, sino que son capaces de salir al encuentro del otro y aprender desde el relato “en propia voz ”, de quienes son los verdaderos protagonistas de este proyecto, los migrantes”. Señaló Duarte.

Durante el encuentro, los profesores, coordinadores e invitados fueron espectadores de la gran capacidad creativa de los alumnos para interpretar la vida de los migrantes y transmitir sentimientos profundos sobre las vivencias de sus entrevistados, evidenciando así el grado de compromiso de los jóvenes en un tema tan delicado e importante como lo es la movilidad de personas.

Impresiones de los docentes, coordinadores e invitados

Julio Villavicencio, director del Servicio Jesuita a Migrantes, indicó: Ustedes chicos han ido tejiendo historias de su juventud con personas mayores, yo no conocía la historia de vida de ese paraguayo, uruguayo, italiano. Cuando nos acercamos a la vida de otra persona siempre ganamos.”

“Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad. En sus proyectos pude rescatar algunas palabras claves: cultura de hospitalidad, sueños, conciencia, discriminación, expandir la mente, sufrimiento, experiencia, sorpresa, miedo, pobreza y esperanza. Me voy muy contenta que ustedes chicos, se colocaran un poquito en el lugar del inmigrante. Algunas de las palabras suenan negativas, pero al final lo importante es la esperanza.” Verónica Rodríguez. Profesora de Geografía, acompañando en el proyecto desde el año 2015.

Padre Marcos Muiño Sj.  Párroco de Patriarca San José y representante legal del Colegio, opinó: “A Mona Jiménez le mandan letras y él le pone música, lo que él vive, piensa y experimenta. Ustedes pudieron comunicar lo que el otro siente y vive. Son voz de los sin voz. Deseo que nunca se queden callados por las personas que más sufren, no son prejuiciosos, son compasivos. Somos voz de los que no tienen voz”.

Además de participar en el coloquio, los estudiantes tuvieron la oportunidad de escuchar las charlas de diferentes representantes de organizaciones dedicadas a la ayuda de migrantes y refugiados, quienes dieron a  conocer sus ópticas  sobre la situación a través de cifras y realidades de la Argentina y el mundo, respecto a las políticas de migración y a la acogida de refugiados.

Charlas:

  •       Exposición “La migración actual en Argentina, su aporte para la nación” – Gonzalo Álvarez, Director de Relaciones Migraciones Institucionales de la Dirección Nacional de Migraciones
  •       Exposición “No se trata solo de migrantes, la mirada de la Iglesia”- P. Flavio Lauria Cs., Secretario de la Comisión  Episcopal de la Pastoral Migrantes e Itinerantes.
  •       Exposición  “Las Migraciones forzadas” – Lic. Jorge Fernández, Coordinador del Centro de Apoyo al Refugiado, ADRA Argentina.

Basta que creas

Llega ese momento, siempre llega, en que comenzamos a creer en nosotros mismos.

Ese instante en que comenzamos a dar credibilidad a la voz de nuestro interior que nos dice “puedes hacerlo”, “puedes lograrlo”, “no te rindas”, “no te desanimes”. Y mientras en nuestra mente desfilan los pensamientos que dicen no podrás, no lo lograrás, no es posible, y hacen alianzas con nuestros miedos y cobardías, esa voz interior, con una sola palabra, tiene la fuerza para abrir nuestro corazón de par en par y dar rienda suelta a nuestra creatividad. 

«No temas», dirá susurrando a nuestro espíritu tembloroso.

 «Basta que creas» y sentiremos cómo explota dentro de nosotros una fuerza y convicción que ahuyentará nuestras dudas. 

¿Puedes oír esa voz? Pero no te engañes. Esa voz interior que te dará valor, fuerza y convicción no te inyectará adrenalina haciéndote creer que eres invencible. No, no es así como funciona.

Esa fuerza interior que brotará de tu interior no estará al servicio de tus fantasías infantiles, de tus deseos de omnipotencia ni de aparentar o disfrazarte de quien no eres, sino que te ayudará reencontrarte con tu verdad más profunda y creer en ti aun en medio de las dificultades. 

Esa voz te dirá que a pesar de los problemas por los que atraviesas, y aun cuando sientas que ya no tienes motivos ni razones para luchar, siempre podrás confiar en Él. Siempre tendrás en su abrazo tu hogar. 

Entenderás que con amor siempre podrás abrir un camino. No te rindas en las dificultades, no te abandones en tus fracasos, no pierdas la fe ante tus errores. Confía, confía en Él y ponte de pie. Aún queda camino por recorrer.

Fuente: Santuario Nuestra Señora de los Milagros

El P. Cristóbal Fones SJ visita la Provincia

Este mes, el jesuita chileno reconocido en nuestro país principalmente por su música, estará visitando Argentina y Uruguay. 

Esta visita lo llevará por las ciudades de Mendoza, Santa Fe, Montevideo, Buenos Aires y Córdoba. En todos estos lugares tendrá alguna instancia de encuentro con los jóvenes y compartirá sus ‘oraciones cantadas’: una propuesta de oración comunitaria en la que se van poniendo en juego distintos recursos, y en el que la música juega un rol central. 

Fechas

  • 13 de septiembre – Mendoza
  • 15 de septiembre – Buenos Aires 
  • 16 de Septiembre – Montevideo
  • 20 de Septiembre – Santa Fe
  • 21 de Septiembre – Córdoba

I Encuentro de Directores Académicos y de Pastoral FLACSI

Del 3 al 6 de setiembre se llevó a cabo el I Encuentro de Directores Académicos y de Pastoral de FLACSI en Puebla, México. 

El encuentro tuvo como grandes objetivos:

  • compartir y dialogar en torno al contexto global de nuestra educación jesuita, la experiencia de Dios en los jóvenes, la innovación curricular y en la investigación educativa;
  • integrar las necesidades compartidas y las experiencias de las áreas de dirección académica y de pastoral de los centros educativos de FLACSI, en el contexto de los desafíos actuales del Apostolado Educativo de la Compañía de Jesús;
  • y así potenciar el trabajo en red como mecanismo para consolidar una cultura de la mejora continua que favorezca el cambio sistémico.

Cómo San Ignacio está dando a los adolescentes las herramientas para los desafíos de hoy

Casi todos los estudiantes descubren que tienen una voz interior, que los llama a hacer el bien y evitar el mal. La mayoría de los estudiantes encuentra esta práctica inmensamente útil. Escriben sobre cómo aprendieron a escuchar sus voces internas, a discernir el bien del mal y a ganar confianza para seguir el bien.

Por Molleen Dupree-Domínguez

En este otoño, todos los estudiantes de la escuela secundaria donde enseño habrán nacido después del 11 de septiembre de 2001.

Han sido 18 años de flagelos para muchos de nosotros: de Bush a Obama, de Obama a Trump; de teléfonos celulares a teléfonos inteligentes y a celulares completamente inteligentes; de guerras a tiroteos en las escuelas y a la brutalidad policial publicitada.

En resumen, estos jóvenes viven en una época de gran crisis existencial – y sólo han vivido en esta época de gran crisis existencial.

Las herramientas espirituales ignacianas son esenciales para mis estudiantes. La seducción de la violencia, el cinismo y la desesperanza suele ser convincente. A su alrededor, los adultos expresan su disconformidad contra los líderes públicos, el miedo a la violencia armada en todas sus formas y el pánico por el cambio climático.

La práctica de la oración ignaciana ayuda a mis estudiantes a cruzar el ruido de los mensajes mediáticos sobre estos grandes temas, así como las preocupaciones más típicas de la adolescencia como las primeras relaciones, su apariencia y sus logros. Las herramientas ignacianas sientan la base de la esperanza eterna de que Dios está verdaderamente con nosotros, incluso y especialmente en los tiempos de lucha.

Discernimiento de los espíritus

Ignacio sabía cómo proceder en estos tiempos inciertos — debemos estar atentos a los espíritus que se disputan nuestra energía. El Espíritu Santo rivaliza con muchos otros espíritus, la mayoría de los cuales desean alimentar nuestras ansiedades y despertar nuestras dudas.

Es bueno que mis alumnos sepan esto: existen fuerzas espirituales en competencia en el mundo, y dejarse llevar por el espíritu negativo no es la única opción. Las voces de ansiedad, duda y miedo son reales, pero no son necesariamente la voz de Dios.

Aunque suene un poco extraño, esto tiene que ver con sus propias experiencias de vida. Saben que hay muchas voces en sus cabezas, y para la mayoría de los estudiantes es un alivio descubrir que tienen el permiso de ignorar a la mayoría de éstas.

Diario de un examen de conciencia

En primer lugar, enseño el discernimiento en el plano de la conciencia, definiéndolo desde el punto de vista secular y católico. Luego hablamos de cómo todos tenemos diferentes voces en nuestras cabezas, y el discernimiento es un estado armónico de nuestra atención con la voz de nuestra conciencia que, en la tradición católica, es la voz de Dios.

Para rastrear la voz de sus conciencias, durante una semana los estudiantes escriben todos los días en su diario preguntándose: ¿Hasta qué punto hoy honré uno de mis principales valores? ¿En qué medida informé a mi conciencia? ¿Hasta dónde escuché mi «voz interior» hoy?

En estos diarios casi todos los estudiantes descubren que tienen una voz interior, que los llama a hacer el bien y evitar el mal. La mayoría de los estudiantes encuentra esta práctica inmensamente útil. Escriben sobre cómo aprendieron a escuchar sus voces internas, a discernir el bien del mal y a ganar confianza para seguir el bien.

Mientras ellos ven flujos constantes de imágenes y videos, de titulares y comentarios en sus teléfonos, la habilidad para sosegar la mente y sintonizar la voz del amor es indispensable.

Examen

Después de observar de cerca la conciencia, en clase practicamos el examen durante varios días. Los estudiantes recuerdan el día anterior y le piden a Dios que les muestre dónde estaba presente el Espíritu o dónde necesitan hacer un cambio. Es durante este tiempo que le presento herramientas de oración en línea, tales como la aplicación Hallow (en inglés, Santo) y Pray as You Go (en inglés, Voy rezando). Muchos estudiantes las aman y las encuentran útiles para orar por su cuenta.

Lleve el examen diario con usted dondequiera que vaya agregándolo como fondo de pantalla de bloqueo de su teléfono.

Cultivando las virtudes

Ahora estamos listos para poner en práctica las buenas acciones.

Ignacio ha escrito:

“Es cierto que los perezosos nunca tendrán paz mental o la posesión perfecta de la virtud, ya que éstas no se conquistan a sí mismas; mientras que los diligentes obtienen fácilmente ambas en pocos días”.

Cada estudiante elige una virtud cardinal o teológica para practicarla durante cinco días. Ellos documentan sus esfuerzos con fotos y textos, intercambian ideas sobre asuntos a experimentar y se comunican periódicamente con un mentor para hablar sobre su práctica.

Todos los días, durante una semana, recibo reflexiones bellas: cómo los estudiantes decidieron decirle a sus madres que las amaban; cómo decidieron apagar sus celulares mientras hacían sus deberes para practicar la ponderación; cómo decidieron intervenir cuando uno de sus amigos hizo una broma a expensas de otro. Ellos quieren practicar estas virtudes. Tienen apetencia por una dirección que los convierta en el tipo de persona que realmente quieren ser — como, creo, somos todos.

También tienen ansias por ser auténticos y, tras una semana de práctica, pueden estar de acuerdo con Ignacio en que las acciones hablan más persuasivamente que las palabras:

«(Las personas) de gran virtud, aunque su saber para ayudar al prójimo sea exiguo, predican con más elocuencia y persuaden a su gente hacia la bondad más poderosamente por su apariencia que por su habilidad retórica, por más instruidas que estén».

Los adolescentes de hoy digieren mucha información preocupante. Aunque las generaciones anteriores han enfrentado desafíos, es difícil hacer comparaciones debido a la gran cantidad de información disponible ahora para los adolescentes las 24 horas del día. Con ese bombardeo constante nunca habían sido más importantes el discernimiento y la virtud. Tengo que agradecer a Ignacio por estas herramientas y prácticas que puedo compartir con mis estudiantes, porque les ayudan a sortear los desafíos de esta época.

Fuente: es.jesuit

Cristianismo y Justicia abre este curso con la reconciliación como tema central

El trabajo por una cultura de la reconciliación ocupará buena parte de la reflexión del equipo Cristianismo y Justicia, así como la oferta formativa del centro durante el curso 2019-20. 

Desde la conciencia de que nuestro mundo y nuestra sociedad tienen múltiples fracturas de tipo social, político, ambiental que necesitan ser recosidas, los meses de octubre y noviembre se ofrecerá el curso «Fundamentos para una cultura de la reconciliación». 

Con la coordinación del jesuita Joan Carrera, varios expertos aboradaran este tema desde diferentes ámbitos: la psicología, con Maite Valls; la pedagogía, con Marta Burguet; la espiritualidad, con Javier Melloni; las fracturas sociales, con el director del ICIP Kristian Herbolzheimer; la teología, con Javier Vitoria; o la ecología, con Gustavo Duch.

Y es que la reconciliación es en primer término una tarea personal, y luego una tarea esencialmente ética y política para recrear aquellas condiciones humanas que hacen posible el desarrollo integral de la vida social, a contracorriente de la actual cultura hegemónica de la exclusión, el descarte y el triunfo del poder y la fuerza sobre las víctimas. Así pues, trabajar por una cultura de la reconciliación significa poner en marcha procesos alternativos con valores de inclusión, sostenibilidad, respeto a las diferencia y a la dignidad humana fundamental. Este curso comenzará el 17 de octubre y las inscripciones ya están abiertas.

Precisamente el acto inaugural, que tendrá lugar el 7 de octubre, tratará sobre este tema, con el jesuita belga Jacques Haer, profesor de Teología y de Ciencias Religiosas en la Universidad Católica de Lovaina. 

También en esta línea, el grupo de noviolencia de Cristianismo y Justicia realizará este curso varios talleres, dirigidos sobre todo a personas del ámbito educativo formal y no formal que quieran trabajar esta cuestión.

Cabe destacar la oferta que un año más se realizará a través del Aula Virtual, desde la cual se podrán cursar online un buen número de seminarios, lo que permite que la oferta de Cristianismo y Justicia pueda llegar a muy diversos lugares de todo el mundo.

La programación de curso de Cristianismo y Justicia incluye también, como es habitual, seminarios sobre temas muy diversos relacionados con la teología, la espiritualidad, la vivencia de la fe y el compromiso social. Además, habrá nuevas ediciones de los cursos de Iniciación Teológica y de Transformación Social y Ciudadanía Crítica, el ciclo de cine Ignasi Salvat, una vez al mes, y las conferencias de los Lunes de los Derechos Humanos, en colaboración con Justicia y Paz, Manos Unidas y Cáritas.

Fuente: infosj

Nota en Defensa de la Amazonía – Palabra de CPAL de Septiembre

El mes de septiembre en la Palabra de la CPAL, los jesuitas se expresan sobre la situación de la Amazonía, movidos principalmente por los grandes incendios que han afectado toda la región. 

A través de la Preferencia Apostólica Amazónica (PAAM), junto con el Observatorio Nacional de Justicia Social y Ambiental Luciano Mendes de Almeida (OLMA), el Servicio Jesuita Panamazónico (SJPAM) y la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL) levantan su voz para cuidar de la Casa Común, desde nuestro terreno y en favor del territorio de la Pan Amazonía.

Con un historial de compromisos diversos para proteger este territorio, estamos preocupados por los terribles incendios que se han deflagrado en la región, especialmente aquellos que han ocurrido, y aún ocurren, en Brasil y Bolivia.

La gravedad de la tragedia causa importantes impactos, no solo locales o regionales sino planetarios, y exige respuestas firmes en defensa y promoción de la selva y de su gente. Después de todo nos preguntamos: ¿qué mundo queremos para las generaciones presentes y futuras? ¿Será que la avaricia de algunos que desean obtener ganancias a cualquier costo, quemando y deforestando para expandir sus áreas de agro-negocio, puede ser más fuerte que la necesidad de respirar y de tener buena agua para beber y consumir alimentos saludables?

Estas preguntas no nos pueden dejar callados. Sabiendo que los incendios se originan principalmente por acciones humanas, es necesario y urgente exigir a las diversas autoridades nacionales de la panamazonia medidas efectivas para protegerla.

Por lo tanto solicitamos:

  • Que estas autoridades intensifiquen los esfuerzos para combatir los incendios;
  • Que brinden atención de calidad a las poblaciones, especialmente a las que son directamente afectadas: en su inmensa mayoría indígenas y habitantes de los ríos;
  • Que permanezcan abiertos al diálogo y a la ayuda internacional, encontrando soluciones conjuntas para recuperar áreas que han sido devastadas o que son vulnerables;
  • Que hagan cumplir las políticas nacionales sobre Áreas Protegidas, Prevención y Combate de la Deforestación Ilegal, Demarcación (titulación) de Tierras de los Pueblos Tradicionales, entre otras medidas necesarias.

Queremos expresar nuestro compromiso de defender y trabajar con los proyectos de vida de los pueblos de la Amazonía. Expresamos nuestro apoyo y cercanía particular a los pueblos indígenas y poblaciones de las riberas de los ríos, así como a las poblaciones de las ciudades – no solo las metrópolis sino del rosario de ciudades – que a lo largo de los ríos panamazónicos están llamadas a humanizar los espacios urbanos e interactuar con las poblaciones “del interior” para garantizar un desarrollo justo y sostenible, en colaboración con gobiernos y organizaciones de la sociedad civil.

Finalmente, desde el principio de la Ecología Integral y en el contexto favorable del Sínodo para la Amazonía, sumamos nuestra voz a la de las personas y entidades que luchan por la defensa y promoción de la Amazonía y que también alzaron sus voces: como el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Cuenca del Amazonas (COICA), y otras.

 João Renato Eidt – Provincial de Brasil

David Romero Bravo – Delegado en la Amazonia

Jose Ivo Follaman – Director OLMA

Alfredo Ferro – Director SJPAM

Roberto Jaramillo -Presidente de la CPAL

Compartir lo que somos

“Existe una tendencia en nosotros de quererlo “todo para mí”. Compartir es lo que viene después del egoísmo.”

Por Javier Rojas SJ

Encontrar

«Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. Porque si solamente aman a los que los aman, ¿cuál es el mérito de ustedes? ¡También los malos se comportan así! Y si solamente se portan bien con quienes se portan bien con ustedes, ¿cuál es el mérito de ustedes? ¡Eso también lo hacen los malos! Y si solamente prestan a aquellos de quienes esperan recibir algo a cambio, ¿cuál es el mérito de ustedes? ¡También los malos prestan a los malos con la esperanza de recibir de ellos otro tanto! Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. De este modo tendrán una gran recompensa y serán hijos del Dios Altísimo, que es bondadoso incluso con los desagradecidos y los malos. Sean compasivos, como también el Padre de ustedes es compasivo». (Lc 6, 31-36)

El éxodo del yo

Una de las primeras cosas que aprendemos a pronunciar de niños, junto con decir papá y mamá, es la palabra «mío»: ¡Esto es mío!

La palabra “mío” se graba tan fuertemente en nuestra mente y corazón, que resulta difícil incorporar la expresión “es de los dos” o “es de todos”. Cuando de niños nos compraban algo y nos decían “es para los dos” o “es para todos” era igual a decir “ya pueden pelear con una razón”. ¿Por qué? Porque existe una tendencia en nosotros de quererlo “todo para mí”. Compartir es lo que viene después del egoísmo. Es la instancia de superación personal, es un signo de progreso y crecimiento humano.

Desde niños nos hacemos conscientes de quienes somos, de lo que ocurre a nuestro alrededor, nos sentimos queridos por las personas que tienen un amor “preferencial” hacia nosotros, y nos damos cuenta de lo importante y necesarias que nos resultan esas personas. Ésta es la primera etapa de nuestra vida.

La siguiente etapa está marcada por la necesidad de aprender a compartir con los demás lo que somos, lo que es nuestro, pero nos damos cuenta que no es un paso sencillo de dar. Es un cambio total de perspectiva y nos exige ponernos en el lugar del otro. Sólo podremos ubicarnos en este nuevo paradigma, si hemos transitado bien la primera etapa y estamos dispuestos a cruzar el mar del egoísmo para entrar en la vida de los demás: entrar en nuevo mundo.

Traspasar las propias fronteras del «yo» para entrar a percibir la vida desde el «tu» es un paso que requiere de valentía y coraje. Hay que estar dispuestos a dejar las propias seguridades y comodidades, e incluso, a luchar contra uno mismo, contra esa tendencia interna de girar sobre uno mismo. Atravesar la primera etapa de nuestra vida es dar un salto cualitativo, significa realizar un éxodo interior que muchos no se atreven a dar.

¿Qué implica la segunda etapa? Aprender a pronunciar y conjugar, con la propia vida, la palabra compartir. Si lo primero que aprendemos es a valorar lo que somos, es decir, el “yo”, el siguiente paso es empatizar con el “tu”.

Aunque pueda parecernos extraño, la madurez del ser humano se configura a medida que se desarrolla y se adquiere la actitud de compartir. En pocas palabras, la madurez de una persona se mide por su capacidad de entrega. Quien atraviesa el umbral de la primera etapa, superado el “yoismo”, emprende un camino de madurez humana que lo conduce al encuentro con el «tú». Desarrollar la actitud de compartir significa romper y salir, poco a poco, del «cascarón» del egoísmo y descubrir la belleza de la vida a través de los ojos de los demás. Cuando contemplamos el mundo a través de los ojos de los demás, nos ubicamos en una nueva perspectiva de la realidad que nos hace descubrir nuevas cosas.

No crean que es fácil compartir. Puede que resulte sencillo dar algo, una porción de algo que es de nuestra propiedad, pero darnos a nosotros mismos, es una realidad que nos hace templar. Dar lo que somos es una tarea difícil porque toca las fibras más íntimas del egoísmo que lo referencia todo a sí mismo. No siempre estamos dispuesto o preparados para romper la inercia de girar sobre nuestro propio ombligo.

Compartir es una batalla interior que tiene como objetivo liberar el amor y su potencial: la generosidad. Debemos aprender a vivir «todo» lo que somos y lo que tenemos, haciéndonos «parte» en el otro. Compartir es una actitud que nos obliga a enfrentarnos al desprendimiento y el desapego.

Sólo si transitamos bien esta segunda etapa estaremos preparados para valorar el «nosotros».  Sin este proceso de la conciencia humana y desarrollo afectivo no comprenderemos acabadamente lo que significa dar-nos, ofrecer-nos, compartir-nos con los demás.

Distinto es dar limosna

Sin desmerecer bajo ningún aspecto esta acción, es fundamental que comprendamos que dar de lo que sobra a los demás, no es lo mismo que dar de lo que tenemos. (Cfr. Mc 12, 41-44) Cuando hablamos de compartir-nos referimos a entregar una «parte» del «todo» que somos y tenemos, sabiendo que el vacío que deja lo que se entrega tal vez no sea colmado con lo que recibe de la otra parte, en su totalidad. Al entregarnos, al darnos u ofrecernos al otro, nos enfrentamos al vacío, al desprendimiento y el desapego. ¿Estamos preparados para ser parte cuando queremos ser el todo? ¿Estamos dispuestos a sentirnos “incompletos” cuando no recibimos de los demás la “misma cantidad” que damos?

Por ejemplo. Cuando nos enamoramos de alguien, o sentimos una amistad con alguien nos damos cuenta que esa persona comienza a ser importante para nosotros. Nos percatamos de cuán valiosa es, y a veces surgen los celos y las envidias, aunque no lo confesemos del todo, porque anhelamos que sea «todo» para nosotros.

En el amor y en la amistad una «parte» de lo que somos entregamos a la otra persona. Aceptamos vaciarnos de nosotros para darnos al otro. Al igual que la persona amada o el amigo se ofrenda, se entrega a sí mismo, para hacerse parte de nuestra vida.

Ésta dinámica mantiene su equilibrio mientras ninguno comience a comparar entre lo que da y lo que recibe. Cuando esto sucede, dejamos de alegrarnos por lo que podemos dar a los demás y comenzamos estar pendiente de lo que recibimos. Cuando mi «yo» deja de salir al encuentro del «tu», volvemos a la etapa anterior de referirlo todo a mi «yo». La expresión que encontramos en el libro de los Hechos de los Apóstoles nos deja claro cuál es el cambio de perspectiva y mentalidad que trae la novedad del evangelio: «Hay mayor alegría en dar que en recibir» (Hch 20,35).

La renuncia o desapego a lo «mío» para compartir-me a los demás produce un cierto vacío interior que no debemos buscar rellenar con la ofrenda que el otro nos hace de sí mismo. Si pretendemos cubrir las propias expectativas de felicidad con la parte que la otra persona entrega, significa que no hemos comprendido el sentido de la actitud de compartir. Compartir es celebrar juntos lo que cada uno entrega sin lamentarse por el vacío que se produce en nosotros al entregarnos.

Compartir es sinónimo de vínculo, de relación, de estrechar lazos. Nos habla de justicia, de generosidad, de mirada atenta a los demás, de acciones solidarias. Cuando atravesamos el límite del «yo» se ingresa al ámbito del «tu» y si juntos damos un paso más habitamos en el mundo de lo «nuestro». Lo mío y lo tuyo, al convertirse en lo «nuestro» nos enriquece, nos complementa y surge una nueva conciencia de la humanidad.  Salir del «yo», nos enriquece. Abrirnos al «tu» nos llena de novedad, pero ingresar al «nosotros» nos vuelve uno en todos.

Fuente: Nuestra Señora de los Milagros