Juan José Berli SJ: nuevo delegado de Misión para la Red Latinoamericana de Parroquias Jesuitas

Juan José Berli SJ acompaña acutalmente a las comunidades parroquiales de Luján y Fátima en la Diócesis de Quilmes, es asistente nacional de CVX y delegado provincial del sector colaboración en ARU.

En el mes de Agosto, la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe, le ha asignado una nueva misión. Así nos lo cuenta: 

El pasado 15 de agosto, fiesta de la Asunción, Roberto Jaramillo SJ presidente de la CPAL, me ha nombrado Delegado de Misión para el servicio parroquial y coordinador de RELAPAJ (Red Latinoamericana de Parroquias Jesuitas).

Eso me hace miembro del equipo central de la CPAL, aunque ejerciendo el cargo sin ser residente en Lima. La anterior coordinadora, Roxana Gutierrez, y los jesuitas José Raul Arbelaez (COL) y Fernando Casillas (MEX) continuarán siendo miembros del equipo asesor. Ya para la próxima reunión -17 de septiembre- de delegados provinciales de este sector estaré participando de manera activa.

Me anima poder colaborar con este servicio que ofrecemos los jesuitas a la Iglesia, concretamente con el aporte de nuestra espiritualidad y la inserción apostólica en las diversas realidades más pobres de cada Diócesis. Es un desafío permanente poder fecundar con nuestra experiencia misionera desde la impronta de los Ejercicios este apostolado parroquial. Creo que allí confluyen muchas obras nuestras: apostolado social, educativo, espiritual, misionero, grupos/movimientos, juventud, adicciones, migrantes y como no, también el apostolado intelectual.

Se me pide colaborar en el fortalecimiento de la vinculación entre las diferentes líneas de acción apostólica: “enredando” el apostolado parroquial con AUSJAL, Fe y Alegría, FLACSI, CENTROS SOCIALES, INDÍGENAS, JÓVENES, VOCACIONES, CLACIES, y con otras muchas iniciativas que iré conociendo en el caminar del servicio.

Otros dos desafíos más son el de continuar el trabajo de formación de agentes pastorales y las iniciativas de misión parroquial de “salida” a las fronteras.

¡El Señor se sirva de mi instrumentalidad para no descuidar la actual misión parroquial de Lágrimas y Luján! Cuento ya con el apoyo de mis compañeros de comunidad -Gabriel, Fabio, Agustín-. Les pido también a ustedes, hermanos SJ de la Provincia, su intercesión y compañía.

Segundo Encuentro Regional de colaboradores de la Red Jesuita con Migrantes

Camila Robledo Ullúa es parte del Servicio Jesuita a Migrantes de nuestra Provincia y el pasado 20 de agosto participó del segundo Encuentro Regional de colaboradores de la Red Jesuita con Migrantes.¹ «Cada uno ha aportado su perspectiva, su riqueza personal y todos juntos nos hemos potenciado.», afirma. A partir de lo vivido en el encuentro, comparte su testimonio con nosotros.

Por Camila Robledo Ullúa

La primer palabra que me viene a la mente cuando pienso en el encuentro vivido el pasado 20 de agosto definitivamente es “encuentro”. Si bien la situación actual impidió la presencialidad y la cercanía física, la tecnología nos dio la herramienta para darle una vuelta de tuerca al asunto y poder reunirnos. Hemos logrado humanizar lo que antes era considerado un poco frio e inhumano, los medios tecnológicos.

Estas experiencias han estado llenas de risas, alegría, baile, canto, espacios formativos y de compartir muy ricos y valiosos.

Con la ayuda de Natalia y Luis Fernando, los coordinadores de las campañas por la hospitalidad del RJM (Red Jesuita con Migrantes), fuimos descubriendo la riqueza, con nombre y rostro, que representa el Servicio Jesuita a Migrantes. Hemos asumido las fronteras, y las hemos llevado a otro nivel previamente desconocido. Nos dimos cuenta de que la unión entre los países no sólo debe ser marcada en un mapa, sino que puede y debe ser marcada mediante metas en común. Nuestra meta en común es concreta, nuestros corazones arden y luchan por una sociedad más hospitalaria, más amiga, más humana y receptiva con aquel que migra en busca de una vida digna. Es esta meta en común lo que nos ha transformado en una comunidad, y nos ha inspirado a coonspirar todos juntos.

Personalmente, esta experiencia ha sido un paño de agua fría ante tanta preocupación general que se vive hoy en día. El saber que muchas personas, en diferentes lugares de Latinoamérica y el Caribe luchan por lo mismo que uno, realmente es un alivio y un motor para seguir adelante.

Hemos aprendido tanto en estos encuentros que sintetizar todo en un pequeño texto parece imposible, pero más allá de los saberes y de los aprendizajes incorporados, lo que considero más valioso es el haber descubierto los corazones de personas tan maravillosas que donan su tiempo sin pensarlo dos veces al rostro de Jesucristo que reside en el hermano migrante o refugiado.

Cada uno ha aportado su perspectiva, su riqueza personal y todos juntos nos hemos potenciado. Hablo por mí, pero estoy segura que todos sintieron, en mayor o menor medida, lo mismo. Salimos de los encuentros con más respuestas, con nuevas ideas y sueños para nuestras oficinas y para nuestros países; con más rostros concretos, con más energía para encarar los proyectos que vengan y con muchísimas ganas de seguir trabajando por esa meta común, por esa sociedad hospitalaria, que ahora pareciera sonar utópica, pero que de a poco se va haciendo realidad y cada vez mas cercana.

El Reino que tanto ansiamos y del que tanto nos habla Jesús, lo imagino con un nivel de hospitalidad deslumbrante, y es lo que siento en cada uno de estos encuentros, un anticipo del Reino con risas, con emociones y con tanta gratitud cruzando límites y kilómetros.

Presiento y sueño que este es el comienzo de un gran futuro, donde la humanidad será más hermana y más consciente de la riqueza de la alteridad.  Creo firmemente que, si todos comenzamos a soñar lo mismo, todos comenzaremos a coonspirar para lograr alcanzar la meta que nos une, la de una comunidad que acoja a los hermanos y hermanas migrantes con el amor con el que el Padre recibe al hijo en la parábola del hijo pródigo.

¹es el esfuerzo colectivo de personas y obras vinculadas a la Compañía de Jesús en su búsqueda de la Justicia y la Reconciliación a través dela defensa y promoción de los derechos de migrantes, personas desplazadas y refugiadas en Latinoamérica y el Caribe.

Reflexión del Evangelio – Domingo 6 de septiembre

Evangelio según San Mateo 18,15-20.

Jesús dijo a sus discípulos:
Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.
Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos.
Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá.
Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.

Reflexión por Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

Había una señora a la que le tenían mucha envidia. Casi todos los días, cuando salía a la puerta de su casa para barrer, encontraba estiércol que las vecinas le dejaban en señal de desprecio. La señora no protestaba nunca. Hasta que un buen día, sabiendo que sus vecinas eran las que le dejaban porquerías delante de su puerta todas las noches, decidió colocar un arreglo floral delante de la puerta de cada una de ellas. En cada uno de los arreglos, las vecinas encontraron un letrero que decía: “Cada uno da de lo que tiene”.

El Evangelio propone, en distintos momentos, formas diferentes de responder a las ofensas y daños que los otros nos hacen. La más conocida es la invitación de Jesús que dice: “Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos” (Mateo 5, 39-41). En otra momento, cuando Jesús respondió a una de las preguntas del interrogatorio del sumo sacerdote, “uno de los guardianes del templo le dio una bofetada, diciéndole: ¿Así contestas al sumo sacerdote?” Esta vez Jesús no ofreció la otra mejilla… Sencillamente le preguntó al agresor: “Si he dicho algo malo, dime en qué ha consistido; y si lo que he dicho está bien, ¿por qué me pegas?” (Juan 18, 22-23). Otras veces Jesús sencillamente guardó silencio ante la agresión y la violencia que otros ejercieron contra él, como queda patente en todo el proceso de la Pasión.

Este domingo el Evangelio nos presenta otra alternativa para responder al mal que los otros nos pueden causar: “Si tu hermano te hace algo malo, habla con él a solas y hazle reconocer su falta. Si te hace caso, ya has ganado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a una o dos personas más, para que toda acusación se base en el testimonio de dos o tres testigos. Si tampoco les hace caso a ellos, díselo a la congregación; y si tampoco hace caso a la congregación, entonces habrás de considerarlo como un pagano o como uno de esos que cobran impuestos para Roma”.

Se trata de todo un plan de acción ante las agresiones que podemos sufrir. La invitación es a conversar con el que nos hace daño y tratar de ayudarlo a caer en la cuenta de su error; si no hiciera caso a nuestro reclamo, Jesús invita a buscar a otros que apoyen nuestra solicitud de cambio… Y si esto tampoco tuviera efecto positivo, pues habría que comentarlo con toda la comunidad. Pero queda aún una última alternativa: “habrás de considerarlo como un pagano o como uno de esos que cobran impuestos para Roma”.

A simple vista, esto podría significar desprecio, rechazo total, renuncia a buscar su transformación; sin embargo, el modo como Jesús trató a los ‘paganos’ y a los ‘publicanos’, hace pensar que la invitación es a tener con ellos una paciencia aún mayor y una delicadeza extrema. ¿Cuál es nuestra actitud ante las ofensas o daños que recibimos de los demás? ¿De verdad nos hemos dejado impregnar por las actitudes de Jesús? Tal vez la creatividad de la señora de la historia con la que comenzamos pueda ayudarnos a buscar alternativas más evangélicas ante el dolor que los otros nos pueden causar.

Fuenta: jesuitas.lat

«Indiferencias»: novena edición de la Revista Aurora

Ya está disponible la edición número 9 de la «Revista Aurora: voces jesuitas sobre la pandemia», correspondiente a la primer quincena del mes de septiembre.

«Este  nuevo volumen trae en su conjunto, reflexiones y propuestas muy valiosas, a partir de la experiencia de compañeros y compañeras que, en Brasil, Chile, Venezuela, Ecuador y Cuba, son testigos del drama y la tragedia que significa la secular indiferencia e indolencia, política y social ante las causas estructurales que multiplican los efectos nocivos de la pandemia.» Roberto Jaramillo SJ, Presidente de la CPAL.

Podes descargar la nueva edición haciendo click aquí: Revista Aurora – Edición nº9

 

El sistema de bibliotecas UCC, número uno de Argentina

El Sistema de Bibliotecas de la Universidad Católica de Córdoba fue evaluado por el Ranking Bibliotecas, obteniendo el primer lugar en la Argentina y el décimo puesto a nivel latinoamericano.

El ranking califica individualmente a 390 bibliotecas universitarias latinoamericanas que aparecen en el Ranking QS. Para desarrollar esta medición se creó y diseñó una herramienta cuantitativa que califica, a través de los sitios web de las bibliotecas, 90 variables agrupadas en cinco dimensiones:

  •  Servicios de biblioteca: 21 variables.
  •  Contenidos de la biblioteca: 32 variables.
  •  Diseño web: 13 variables.
  •  Herramientas de navegación: 12 variables.
  •  Aplicaciones web 2.0: 12 variables.

Esta revisión se realizó entre los meses de marzo de 2019 y mayo de 2020, fechas donde por la cuarentena a raíz del COVID-19, las Universidades y sus bibliotecas debieron prestar sus servicios de manera virtual, poniendo a prueba su capacidad de ofrecer sus recursos de información a los usuarios de manera eficiente y online.

El ranking ofrece un panorama completo, cuantitativo y segmentado de cada una de las bibliotecas universitarias e identifica tendencias y oportunidades de mejora.

La biblioteca

Se proyecta como un entorno dinámico, un lugar de encuentro, un espacio recreativo y un centro de recursos para el aprendizaje y la investigación que adquiere un papel activo e integrado dentro del proceso educativo mediante la inserción de las nuevas tecnologías de la información.

Son tres los pilares que orientan el accionar de la biblioteca:

  • la disponibilidad de recursos y servicios bibliográficos,
  • el conocimiento de las necesidades de información de la comunidad universitaria,
  • la profesionalización del personal bibliotecario.

 

Fuente: www.uccor.edu.ar

El CELAM a los presidentes de América Latina: “Construyamos creativamente soluciones conjuntas”

Los obispos que lideran el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), han enviado una carta a cada uno de los presidentes de los países de la región latinoamericana con un llamado a la integración y a la cooperación en búsqueda de soluciones frente a la crisis por el Covid-19.

En el mensaje expresa su preocupación frente al aumento de la pobreza en el continente, fruto de la pandemia, y la urgencia de “curar las estructuras sociales enfermas”.

Expertos en humanismo y solidaridad

Movidos por su responsabilidad como pastores del Pueblo de Dios, y con el ánimo de aportar al discernimiento de este “delicado contexto”, los responsables de la Iglesia en América Latina y el Caribe se dirigen a los mandatarios del continente desde su “experticia en humanismo y solidaridad” y con una mirada de esperanza, “recordando que toda decisión política, económica o social tiene como fundamento la moral y, por lo mismo, repercusiones morales“.

Fiel a su opción por los pobres, los prelados latinoamericanos exponen, de entrada, su preocupación por “el efecto de la pandemia en las vidas humanas y en la salud de los ciudadanos, en especial de los más pobres”. De hecho, las consecuencias devastadoras de la pandemia, que ya se ha cobrado más de 200.000 vidas en el continente, con casi cinco millones de contagiados, y podría generar un drástico aumento de la pobreza, rozando el 35% del total de la población –cuando se estima que antes de que termine el año podría llegar a unas 215 millones–, para el CELAM “es un dato escandaloso que repercute en nuestras conciencias” pues, “más que cifras, se trata de personas“.

En este escenario, la situación de los migrantes, los pueblos indígenas y afro, los campesinos, las mujeres, las personas mayores y la niñez, merece una particular atención, lo mismo que “el grave deterioro de la salud mental, que se expresa en la violencia y el miedo que atenta contra la libertad, fundamento de la democracia”.

“Mejor normalidad” con justicia social

De hecho, en su misiva –publicada en español y en portugués– la presidencia del episcopado latinoamericano, en cabeza de Miguel Cabrejos Vidarte, es enfática en señalar la necesidad de curar las “estructuras sociales enfermas“, esa otra “pandemia que nos afecta desde ya hace mucho tiempo”. Por eso, más que una “nueva normalidad”, los obispos exhortan a trabajar por una “mejor normalidad, con justicia social y respetuosa de la Casa Común”.

Se trata, por tanto, de atacar de raíz el “pecado estructural” de la injusticia que azota a los latinoamericanos, así como el “pecado ecológico” al que se refirieron los obispos en el Sínodo Panamazónico. “La pobreza, la injusta distribución de la riqueza, la carencia de adecuada educación, trabajo, vivienda, salud y el deterioro del medio ambiente nos obligan a demandar, más que crecimiento, desarrollo, y un desarrollo humano integral“.

La vacuna

Por otra parte, con relación a la premura de encontrar una vacuna que permita dar solución a la pandemia sanitaria, el CELAM bendice los esfuerzos de quienes trabajan en ello en el ámbito de las ciencias médicas y biológicas, incluyendo a los voluntarios que participan en las pruebas que se realizan en personas. No obstante, apela al principio médico primum non nocere (lo primero es no hacer daño) para pedir que las vacunas sean seguras y éticamente probadas, como también lo ha solicitado la Asociación Católica de la Salud de los Estados Unidos.

Con todo, ante la amenaza de que la vacuna se comercialice “con márgenes de utilidad excesivos” y bajo el primado de “los monopolios legales en la producción de los medicamentos innovadores, protegidos por leyes y convenios internacionales sobre patentes y propiedad intelectual”, los obispos latinoamericanos levantan su voz para que “se adopten oportunamente las medidas para asegurar que las vacunas estén disponibles para todos, priorizando a los más pobres, quienes han sido los más afectados por la pandemia en nuestro continente y en la humanidad entera”.

“Que no sea el criterio económico el que, una vez más, margine de la salud a los más golpeados por esta crisis sanitaria: los pobres“, clama la Iglesia latinoamericana y caribeña, animando a los líderes y a los gobernantes para que “junto con nuestros pueblos y con el apoyo de la comunidad científica construyamos creativamente soluciones conjuntas”.

Decisiones políticas impostergables

Con voluntad política y haciendo realidad el sueño de la ‘Patria Grande’, el CELAM confía que se avance decididamente para que los países de la región puedan lograr “entre todos lo que por separado ninguno o muy pocos pueden“, en las actuales circunstancias.

Ello implicaría, por ejemplo, “que se adopten acciones concretas que permitan disponer de centros de investigación, laboratorios y producción de medicamentos, que reúnan lo mejor de nuestra inteligencia científica y que sean sostenidos en forma cooperativa por los países de la región”.

La Iglesia latinoamericana, por su parte, se compromete a mantener con firmeza su compromiso “con la reconstrucción del tejido social latinoamericano y caribeño, y nuestra particular dedicación pastoral por la defensa y el cuidado de la vida, especialmente la de los más vulnerables y excluidos”, recordando, con san Romero de América, que “traicionaría su mismo amor a Dios y su fidelidad al Evangelio si dejara de ser voz de los que no tienen voz”.

 

Fuente: www.vidanuevadigital.com

La conversación espiritual

La Palabra que la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL) comparte a jesuitas y colaboradores en el mes de septiembre.

Roberto Jaramillo, SJ – Presidente de la CPAL

Uno de los más novedosos elementos que nos trajo la CG 36 y que pienso todavía no ha sido suficientemente valorado es la llamada “conversación espiritual”. Es como un precioso regalo pequeñito que recibe un niño en la noche de navidad y que, ante la magnitud de la fiesta y en medio de las músicas y de las expectativas del momento, se refunde y se olvida todavía empacado esperando que su destinatario lo des-cubra. Yo mismo soy un converso al valor infinito (literalmente) de ese instrumento para el discernimiento de la misión. 

Después de la CG 36, cuando comencé a participar en los tres encuentros anuales del consejo ampliado del P. General, sentía artificial y demasiado formal la insistencia de algunos compañeros (especialmente de Europa) en que usáramos la metodología de la “conversación espiritual”: tres rondas de diálogo fraterno en el Espíritu en el cual, después de la oración personal y del ejercicio de “anotar las mociones”, se pone en común en una primera ronda lo escrito sin glosas ni comentarios ni preguntas, se deja reposar lo escuchado y en una segunda ronda se establece un diálogo aclaratorio o de profundización de ciertas cuestiones y, finalmente, en una tercera ronda se perciben (experimentan, identifican) los consensos y los disensos para encontrar “un camino abierto” como lo hicieron los primeros padres en sus deliberaciones. 

La insistencia y la simplicidad del método me causaba cierta repulsión; justo lo del niño que desprecia el regalo pequeñito por centrar su atención en presentes mayores. Y yo no era el único del grupo; nos parecía que el discernimiento era una cosa más complicada, más difícil, más profunda, mucha más seria. La verdad fue que, poco a poco, en la medida en que íbamos acogiendo la simplicidad del método y yendo más allá de su servicio (del continente al contenido) y nos dejábamos tocar por el trabajo del Espíritu las barreras ideológicas y los prejuicios fueron cayendo; y no sólo eso, sino que aprendimos a hacer de la “conversación espiritual” un instrumento habitual y central en el discernimiento, sin por ello confundirla con él.  

Así se han alimentado todas las conversaciones del consejo ampliado del P. Sosa. Así se han enriquecido enormemente todas las asambleas y las deliberaciones de los provinciales en el seno de la CPAL desde 2017: nuestros aportes para el proceso de elección de las PAU, la decisión sobre el cuarto año de teología, el discernimiento del proceso de reestructuración de provincias, las orientaciones sobre el proceso de evaluación del PAC 2010-2020 y la planeación del PAC.2 (21-28), así como la decisión recientemente tomada sobre el CIF de Santiago de Chile en el marco de la evaluación y mejora de los tres CIF con motivo de sus 10 años. 

Elegir (más allá de decidir) es ejercicio supremo de la identidad, de la dignidad y de la libertad, el más preciado de los bienes divinos. Todos estamos conminados día por día a tomar decisiones y a hacer elecciones en el ámbito personal, grupal o institucional. Siempre cabe la posibilidad de acertar o de errar – homines sumus. Contra la más corriente tentación de decidir y elegir movidos por “el propio amor e interés”, la conversación espiritual nos ofrece un instrumento precioso para dejarnos guiar por el Espíritu en función de la misión que nos ha sido encomendada. 

Es tan simple que podemos despreciar su infinito valor; su simplicidad desafía nuestros métodos y nuestros prejuicios. En la medida en que la conversación espiritual se convierta en un modo habitual de intercambio en nuestras comunidades, grupos y obras apostólicas, prepara el discernimiento como modo de hacer elecciones en función de la vida-misión de la Compañía. Usémosla.  

Encontrarse con el pueblo: Francisco y las audiencias generales

El Papa regresa al encuentro con los fieles después del «ayuno» de seis meses debido a la pandemia. Ciento ochenta y nueve. Son muchos los días que separan la última audiencia general con los fieles en la Plaza de San Pedro, el 26 de febrero, de la que tuvo lugar hoy 2 de septiembre en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico. Mucho tiempo, parece aún más largo, porque las audiencias generales gracias a la catequesis y quizás aún más a los gestos y los gestos «no programados» de Francisco se convirtieron en una cita esperada y seguida no sólo por los fieles católicos, sino también por muchos que, aunque lejos de la Iglesia, escuchaban al Papa. Como en el caso de las misas matinales en la Casa Santa Marta, el público en general -más de trescientas ya- se caracteriza sobre todo por el encuentro con el Pueblo de Dios. Ese es el corazón. Tan breves son las homilías, pronunciadas en las misas matinales, como breves son las catequesis de las audiencias generales, a menudo enriquecidas por añadidos improvisados y no pocas veces por diálogos con el público presente. «Si se lee – dijo una vez – no puedes mirar a la gente a los ojos».

En cambio, Francisco dedica mucho tiempo, a veces sorprendentemente largo, a conocer a la gente y en particular a los más débiles, los enfermos, los que sufren. Los últimos se convierten en los primeros. Algunos de estos encuentros, debido al mensaje resultante, han ido más allá de la esfera de las relaciones individuales para asumir un valor universal. Este es el caso del abrazo del Papa a Vinicio, un hombre desfigurado por una terrible enfermedad, la neurofibromatosis, al final de la audiencia general del 6 de noviembre de 2013. Las imágenes de ese momento en la Plaza de San Pedro han dado la vuelta al mundo testimoniando, con más de mil palabras, lo que Francisco quiere decir cuando pide a todos los cristianos, sin excluir a nadie, que toquen en los que sufren, las heridas de Cristo. En las audiencias generales no se puede de hecho separar la palabra del gesto del Papa porque la primera es la premisa de la segunda que, a su vez, la fortalece y la hace tangible. Al igual que al ver al Pastor con sus ovejas, que es uno solo con su rebaño, se comprende que no se puede separar a los fieles individuales de la comunidad eclesial. «En la Iglesia», subraya el Papa, en una audiencia general, la del 25 de junio de 2014, «no hay bricolaje, no hay bateadores libres», porque «ser cristiano significa pertenecer a la Iglesia». El nombre es cristiano, el apellido pertenece a la Iglesia».

Igualmente significativo es el lenguaje utilizado en las audiencias de los miércoles, en línea con lo que sucede en las homilías de Santa Marta. De hecho, el Papa se centra en los temas centrales de la vida cristiana, utilizando siempre un lenguaje sencillo, comprensible para todos y que capta la esencia de la fe en Jesucristo. En una época marcada por el analfabetismo religioso, el Papa se convierte en «catequista» y explica directamente, sin subordinados conceptuales, por qué el encuentro con el Señor cambia la vida y nos abre a una esperanza que nunca muere. En estos siete años y medio, en cambio, los ciclos de su catequesis han abarcado un espacio muy amplio: de los Sacramentos a la Misericordia, de la Eucaristía a los Mandamientos, y Francisco no dejó de ofrecer sus meditaciones también sobre cuestiones fundamentales de la vida cotidiana: de la familia a la paz, de la llamada a una economía justa y solidaria al último ciclo de catequesis, que comenzó el 5 de agosto, centrado en el tema «Sanar el mundo».

El Papa sabe que la Iglesia no tiene «recetas» listas para salir de la crisis, pero – con estas últimas reflexiones – quiere compartir con todas las personas de buena voluntad una mirada cristiana sobre los temas que la pandemia ha puesto de relieve, especialmente las «enfermedades sociales», un virus aún más difícil de derrotar que el Covid 19. Ciertamente, aunque en un contexto y de una manera nueva, el encuentro con el pueblo, con el Pueblo de Dios al que tantas veces se ha confiado, siente que necesita, le ayudará a darnos una perspectiva de esperanza, de curación y de renovación. Una perspectiva que parte de la convicción, expresada en la Statio Orbis del 27 de marzo pasado, de que «nadie se salva a sí mismo» y que, por lo tanto, sólo caminando juntos, sólo sintiendo a los hermanos y hermanas del otro, podremos salir mejor de este tiempo de prueba.

Alessandro Gisotti

 

Fuente: vaticannews.va

Indignarse para transformar

A sus 17 años, Carmen Cortés tiene muy claro qué es lo que quiere hacer para transformar las realidades de su comunidad. Su ímpetu y claridad al hablar son contagiosas y nos permiten entender como transformar realidades de otros genera impactos positivos en nuestra propia realidad.

Por María Paula Arango Z. – Comunicaciones Fe y Alegría

Desde el 2018 entró a hacer parte de la Red de Protagonismo Juvenil de Fe y Alegría en Argentina y manifiesta que a través de esta iniciativa “he logrado empoderarme, decir lo que pienso, manifestarme desde mi rol como joven y sobretodo poder ayudar a otros”

Sin dudar, afirma que al estar involucrada en todas las acciones de la Red se dio cuenta que hay problemáticas más grandes de las que otras personas tienen, incluso ella misma. Y lo más importante, es que “aprendí a ver mi entorno desde otra perspectiva y con otra mirada”

“Cuando inicié en el 2018, exalumnos de Fe y Alegría seguían acompañando el proceso”, y afirma que esto le llamó mucho la atención. Con el tiempo entendió que este compromiso no solo cambia otras realidades, sino también la propia.

Hasta la fecha, han alcanzado y concretado muchas de las metas que se propusieron, una de las más significativas ha sido la del cuidado de la casa común; y una de las actividades más relevantes fue el basura challenge.

“Queríamos que este año fuera más potente, por eso iniciamos desde principios de mes, aprovechando la celebración del Día internacional de las Juventudes”. Se inició con dos foros virtuales; uno nacional y otro internacional donde se reconoció el trabajo de todos y todas.

“Con la situación planteada por la crisis sanitaria hemos seguido trabajando virtualmente y este año, en la planeación anual definimos indignarnos por todas las situaciones que impiden el derecho a la educación; haciendo varias actividades para conmemorar el 29 de agosto, Día de la Indignación”

El trabajo a distancia lo han realizado con jóvenes de Salta y Buenos Aires y ha estado basado en tres ejes: derecho a la educación; cuidado y afectividad; y violencia de género. “Decidimos trabajar sobre derecho a la educación pero agrupando los tres ejes”. La idea es que hay varias acciones programadas para antes del 29 en redes sociales y el 29 de agosto compartiremos un video con fotos y videos de los chicos y las chicas, donde cuentan qué les indigna y qué proponen para cambiar esas realidades”. Igualmente, seguirán con las actividades unos días después del 29 para generar más incidencia y recordación.

“Una de las acciones qué hemos planificado es hacer un vivo por Facebook, entrevistando a jóvenes de otros países para que nos cuenten sus realidades frente al derecho a la educación”, asegura Carmen que sabe que las realidades que los indignan también son comunes en otros países.

Finalmente, nos cuenta la situación que más le indigna actualmente y cómo esta trabajando para cambiarla: “A mi me indigna mucho la brecha de conectividad y la falta de recursos… hay muchos chicos y chicas en mi pueblo que no pueden acceder a la educación online porque no tienen un celular o una computadora; o porque no tienen acceso a Internet. Por lo tanto, yo me comprometo a seguir trabajando y haciendo parte del grupo de protagonismo juvenil para junto con ellos ver qué solución les podríamos dar; cómo conseguir solidariamente esos recursos que necesitan”.