Día Internacional de la Mujer: urge una verdadera conversión

Palabras del P. Roberto Jaramillo SJ, Presidente de la CPAL, con ocasión del día internacional de la mujer.

Lo primero que surge en mí al escribir estas líneas es una inmensa gratitud a todas las mujeres que con su presencia han tejido la historia que nos trae hasta aquí como seres humanos, como ciudadanos, como cristianos, como jesuitas, como compañeros y compañeras de Jesús. Marías, Magalis, Cármenes, Cristinas, Clarisas, Dianas, Mariluces, Rosas, Anas, Virginias, Tiffanis, Teresas, Cristinas, Lauras y tantas otras amigas y compañeras, presencia maravillosa de la más clara obra del Creador.

¡No lo digo para inflar el ego de nadie!, pero sin el amor vivido en carne femenina algo del infinito amor de Dios se quedaría encubierto para el mundo; y su revelación no sería perfecta. Un amor que es a la vez ternura y firmeza, perdón y justicia, denuncia y reconciliación, paciencia y compromiso, sufrimiento y generosidad.

El Papa Francisco nos ha ayudado a tomar consciencia y a decir bien alto que “las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir superficialmente” (EG, 104).

El P. General constituyó, hace un año exactamente, una comisión internacional sobre el papel de la mujer en la vida y servicio apostólico de la Compañía; comisión que ha de presentar sus resultados en tres años. En nuestra Conferencia (CPAL) ya desde 2018 existe un grupo – hoy llamado Genero e Igualdad – que nos ayuda a “promover en todo el Cuerpo Apostólico relaciones de igualdad entre los géneros, que sean testimonio contracultural de superación de cualquier tipo de sexismo”, objetivo específico que nos hemos propuesto en el PAC.2.

No es fácil ni rápido transformar los modos (cultura) y las estructuras de la sociedad, de la Iglesia Católica y de nuestra Compañía de Jesús, nacidas y arraigadas en esta secular tradición occidental de carácter marcadamente patriarcal. Urge una verdadera conversión, liberación, transformación de lo masculino para permitir que la igualdad, la fraternidad y la libertad reinen entre todos.

A todas y cada una de las compañeras de camino en este servicio apostólico de la Compañía de Jesús en América Latina y el Caribe nuestro abrazo agradecido, nuestra admiración por sus vidas y sus luchas, y nuestro deseo sincero de avanzar en el camino de la igualdad, de la fraternidad y de la libertad; que “para ser libres nos libertó Cristo” (Gal 5,1).

Roberto Jaramillo, SJ
Presidente de la CPAL

Fuente: jesuitas.lat

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