Julio Villavicencio SJ sobre la Preferencia Apostólica Universal nº 2

Preferencia Apostólica Universal n° 2: Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia. 

Julio Villavicencio SJ ha sido nombrado en enero pasado, durante el Encuentro de Provincia, como encargado de un Sector Apostólico nuevo para la Provincia Argentina-Uruguay: el Servicio Jesuita con Migrantes (SJM). El SJM es una ‘institución’ a través de la cual, la Compañía de Jesús trabaja por y con los migrantes y refugiados en todo el mundo. 

Por Julio Villavicencio SJ

 Cuando leí esta preferencia no me sorprendí, pues la Compañía tiene su compromiso con los más pobres en su ADN, ya que seguimos a un Jesucristo que nos envía a los más pobres. Pero puedo decir que me gustó la manera en la que esta preferencia nos invita a realizar nuestra misión. Se puede ir a los más pobres de muchas maneras; hay algunas pueden llegar a ser nocivas para las personas, mientras que hay otras más evangélicas.

Creo que el “caminar junto a…” propone una manera similar a la de Jesús. Tiene que ver con compañía y no superioridad; con compartir, dar y recibir, como hermanos, y no desde la posición de quien tiene más que el otro.

Esta manera de encarar y entender la misión me desafía personalmente. por experiencia personal, es que no es fácil. A veces es más práctico hacer todo uno y que los demás solo se adecuen a lo que yo propongo, sin embargo ¿qué logro con esto? Aún no tengo respuesta, pero ciertamente no creo que sea el camino.

 Los pobres materialmente, los descartados por la sociedad y los vulnerados en su dignidad tienen diferentes rostros en nuestras obras apostólicas. Rostros que van cambiando. Obras como el Hogar de San José o la Obra de San José, que dedican a atender a las personas en situación de calle. Pobres que no tienen lo necesario para vivir, muchas veces ni siquiera cariño. Al mismo tiempo son los descartados de la sociedad. Aquellos que están presentes en las grandes ciudades, y sin embargo, de tanto verlos, ya son invisibles. Y ciertamente que su dignidad está siendo vulnerada cotidianamente. No es fácil acompañar en este camino a los pobres, asumir su manera de ver la vida y desde allí mostrarles una vida nueva. Hace falta mucha humildad, salir de nuestro propio querer, “morir a nosotros mismos”, para encontrarnos con el Evangelio. Esta manera de encarar la misión hacia los más necesitados nos desafía a ser más cristianos y menos protagonistas.

Y así como en la Obra y Hogar San José nos encontramos con los pobres, descartados y vulnerados, en la misma población, también, en todas nuestras obras, siempre está presente este dolor de muchas maneras distintas. A veces los descartados no son pobres materiales, pero si son vulnerados en sus derechos. Saber mirar desde el Evangelio, es poder reconocer a los que están necesitando resucitar y al Resucitado en sus vidas.

Hoy la provincia ARU se embarca en nuevos horizontes apostólicos. Uno de ellos es el Servicio a los Migrantes. Personas que han dejado todo, con sus familias a cuesta y sin ningúna certeza más que la fe que los ilumina, emprendieron el camino. Son los actuales José y María, que van a dar a luz a un lugar lejano y no encuentran donde quedarse. Creo y confío que nos da la oportunidad de estar cerca de Jesús, de abrir nuestro corazón al Reino que viene y experimentar el Amor de Dios por todos nosotros. Y que podemos aprovechar poniéndonos a disposición, cual servidor humilde, caminando juntos, partiendo y compartiendo lo nuestro con ellos. Esta es la justicia que cuida la dignidad de los hijos de Dios, al tiempo que reconcilia nuestra vida con la de los demás, con nuestras propias heridas y con Dios. Haciendo de toda la creación un lugar de encuentro y resurrección.

 

 

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