Educación para Adultos en la ‘Escuelita’ de los Gigantes

El viernes 5 de mayo comenzó a funcionar una propuesta de educación para adultos con modalidad semipresencial en la escuela Ntra. Sra. del Valle en Los Gigantes, Córdoba. Dicha institución es parte de la Fundación Manos Abiertas, que presta sus servicios en a través de diferentes obras que trabajan en todo el país para responder a distintas necesidades.

La ‘escuelita,’ como la apodan cariñosamente, viene ofreciendo la posibilidad de acceder a la educación a niños y adolescentes desde hace años. Ahora esa posibilidad se amplía a los mayores y ha sido recibida con gran emoción por parte de la comunidad. Para comenzar, se contó con más de 30 inscriptos, con ex alumnos, más jóvenes y hasta mayores de más de 70 años.

 

El Trabajo que No Educa y Refuerza la Pobreza

Aunque el trabajo infantil suene para muchos como una realidad perteneciente a otra época de la historia u otros lugares del mundo, lo cierto es que la problemática está latente en nuestro país y afecta las oportunidades y la vida de niños y adolescentes de todo el país.

En el marco del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, los gremios han alertado por el impacto en la escolarización.

La inspección al horno ladrillero llegó de imprevisto, como debe ser. No los esperaban y la mujer sentó a sus hijos alrededor suyo. Era una familia oriunda de Bolivia, los nenes no pasaban de los siete años y de las rodillas para abajo estaban tapados con un poncho. Después de resistir la negativa de la madre y hablarles en su lengua originaria, uno de los inspectores logró ver que debajo del poncho ocultaban una cruel postal del trabajo infantil: los pies desnudos y llenos de barro evidenciaban que los nenes habían estado trabajando en la fabricación de ladrillos. La escena tuvo lugar hace poco un horno ladrillero de la localidad santafesina de Recreo y permite ponerle rostro a la naturalización de que los chicos trabajen junto a los adultos. “Esos chicos que están ocho o diez horas en esos lugares después no están en la escuela”, señalan desde el Sindicato de Ladrilleros.

La Ctera, por su parte, advierte que los mayores niveles de trabajo infantil se siguen dando en el campo, pero que el que más cuesta detectar es el de los chicos que realizan tareas domésticas.

El trabajo infantil en las ladrilleras, uno de los sectores que presentan esta problemática

A mediados de mayo la ciudad de Santa Fe fue sede del lanzamiento de una campaña por la erradicación del trabajo infantil impulsada por la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina (Uolra), en consonancia con una movida del sindicato a nivel nacional. “Nuestra preocupación es a raíz de que tenemos mucho trabajo infantil en las ladrilleras”, admite Ramón Romero, delegado normalizador en Santa Fe de la Uolra.

Un estudio cualitativo realizado por el Ministerio de Trabajo provincial da cuenta que “la fabricación artesanal de ladrillos con presencia de población infantil se realiza bajo la modalidad de emprendimiento familiar de uno o varios hogares asociados”, donde según algunos relatos recabados, los niños realizan estas tareas en contraturno a la escolaridad obligatoria. Y describe que entre otras labores, los chicos ayudan en la carga y descarga de la leña para los hornos, preparan la mezcla para elaborar los ladrillos o directamente se encargan de acomodar los ladrillos en las “canchas”.

Reconquista, Avellaneda, Esperanza, Monte Vera y Recreo son algunas de las localidades que menciona el dirigente gremial donde han encontrado chicos explotados laboralmente. Destaca ante estos casos el compromiso por parte del Ministerio de Trabajo provincial para dar respuestas a las familias, ya sea mediante becas o la compra de útiles y bicicletas. La provincia cuenta también con más de 30 Centros de Cuidado Infantil en distintas localidades “para prevenir el trabajo infantil doméstico y/o peligroso y las peores formas de trabajo adolescente, en ámbitos urbanos y rurales”, tal como describe el sitio oficial del gobierno santafesino. Santa Fe tiene además una Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (Copreti), conformada por organismos del Estado provincial y municipal, gremios, empresas y cámaras de empleadores; y ONGs.

De todas maneras, Romero advierte que en muchos casos falta un mayor compromiso de las comunas, tanto para erradicar el trabajo infantil como el empleo precario en el sector. “En los lugares donde llegamos como gremio las personas trabajan ocho horas, pero donde no hemos llegado trabajan hasta doce horas. Hasta que no les rindan a ellos no dejan de trabajar y el patrón los explota. A veces llegás a las ocho de la noche, como nos ha tocado ver en algunos hornos, y los chicos están ayudando a los padres a apilar los ladrillos. Y esos chicos a veces no están yendo a la escuela”.

El campo sigue siendo uno de los sectores que registra altos niveles de trabajo infantil.

Oportunidades

“Trabajo infantil: la única oportunidad es la escuela” es el nombre del material realizado por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), para alertar sobre esta problemática. Allí aclaran: “Se entiende por trabajo infantil a toda actividad económica y/o estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niñas y niños, por debajo de la edad mínima de admisión al empleo o trabajo, que no han finalizado la escolaridad obligatoria o que no han cumplido los 18 años si se trata de trabajo peligroso”.

El material —que año a año el gremio docente actualiza con nuevos aportes— destaca la importancia de “garantizar la educación como respuesta adecuada para erradicar el trabajo infantil”. Viviana Doval, quien es una de las referentes de Ctera en la temática, advierte que pese a todos los avances y mayores niveles de concientización social, “nunca se termina de hacer campaña para visibilizar y sensibilizar el tema”. En uno de sus párrafos, el documento de Ctera afirma que “una sociedad con trabajo infantil refuerza y multiplica la pobreza”.

Por tratarse de una problemática compleja, Doval propone abordarlo de forma integral, entendiendo el entramado social que se teje detrás del niño o adolescente que trabaja. Y aclara: “Si bien tenemos una legislación fantástica que hasta lo considera delito, no se puede solo denunciar que un chico está trabajando sin darle una solución integral a su familia”.

A la hora de describir los sectores más problemáticos, admite que el sector rural es donde detectan más casos de trabajo infantil. “Si bien —explica— cuando hay políticas de tinte neoliberal también en las ciudades van apareciendo más casos, sigue siendo el campo donde hay más”. Agrega que “mientras exista el pago a destajo es muy difícil sacar a los chicos de la situación de trabajo o de estar con sus padres en el lugar donde se trabaja, porque algunos viven ahí”.

Doval alerta también sobre los peligros de naturalizar el trabajo de niños, niñas y adolescentes bajo el concepto de que de esa forma van “aprendiendo el oficio de sus padres”. Al respecto, sostiene que es una línea muy delgada entre las pautas culturales y el trabajo infantil en sí: “Una cosa es aprendizaje que ocasionalmente un chico lo haga para ir aprendiendo el oficio. Y otra es que todos los días se tenga que levantar a las 4 de la mañana para largar los animales, ir a la escuela y a la vuelta hacer otras tareas”.

Pero si el más visible es el trabajo en actividades como las cosechas en el campo o los chicos que piden monedas en las esquina de las ciudades, para la representante de Ctera el más invisibilizado es quizás el empleo de niños en tareas domésticas. “Podés tener fiscalización para el trabajo infantil en todas las áreas, pero no podés ingresar a una casa a ver si el chico trabaja o no. Ahí volvemos al hilo tan delgado entre el aprendizaje y el trabajo. Porque no está mal que el chico colabore, haga la cama y ponga la mesa. Pero otra cosa es que haga todos los trabajos domésticos, que quede al cuidado de sus hermanitos y por eso no tener tiempo para ir a la escuela”, apunta Doval.

Precisamente en uno de los apartados del material de Ctera se abordan las consecuencias del trabajo infantil en el trayecto escolar de los niños y niñas. Que van desde el ausentismo y el bajo rendimiento al abandono de la escuela. En el texto de Ctera se destaca que solo uno de cuatro chicos y adolescentes que trabajan terminan la escuela obligatoria a término.

Doval agrega que en el caso del empleo doméstico, las más golpeadas por el trabajo infantil son las nenas y adolescentes, que se quedan en la casa para cocinar, cuidar a sus hermanitos, lavar y cumplir tareas que a la larga las obligan a dejar la escuela o evidenciar una merma en su rendimiento. El documento de Ctera alerta que “el trabajo infantil es causa de pobreza, ya que los niños que trabajan y abandonan la escuela seguirán siendo pobres”.

Fuente: CPAL Social

 

Un Día en la Obra de San José

Compartimos una nota publicada en diario Clarín sobre la Obra de San José, una de las obras sociales pertenecientes a la Compañía de Jesús en Argentina y Uruguay, en la ciudad de Buenos Aires.

Algo más que asistencia. Unas 200 personas por día buscan refugio y comida en la Obra de San José. Aquí, algunas de esas historias de dolor y superación. En la Obra San José, del barrio de Balvanera, se brinda día y noche atención psico-social y espiritual.

Un hombre cruza, apurado, la puerta de chapa colorida y algo despintada de Rincón 675, ciudad de Buenos Aires. Carga un bolso de mano del que se asoman algunas herramientas. Desborda de pelo, blanco impoluto desde la cabeza hasta la barba, lleva unas bermudas color beige algo manchadas, una remera y unas ojotas. Entra con actitud segura y, como al pasar, comenta al aire algo sobre el acto del día anterior con la presencia del presidente Macri. Pasa, hace el comentario, y se va caminando como quien tiene su cabeza en asuntos serios, o se le enfría el mate cocido. “Ese era el que le soldaba las lanchas a Scioli”, dice Luis, uno de los dos porteros de la Obra San José.

Son las 7.40 de la mañana de un día hábil y la siguiente persona en acercarse viene vociferando desde unos cincuenta metros sobre la idea de casarse, sobre por qué no casarse, y le dice a la mujer que está parada en la puerta si por casualidad está disponible. “A este, la mamá le gira plata desde Suiza. Se la fuma en drogas”, informa Luis. El joven, barba de días, pantalón de jean que cae por debajo de la cintura, se rasca los brazos con énfasis y va para adentro. Casi pisándole los talones entra una mujer arrastrando un changuito y detrás dos hombres, uno de rulos, el otro de pelo algo desgreñado, con el aroma de quien ha pasado días sin bañarse. Luis dispara: “Estos son del vino”.

En el frente una placa de acrílico dice: “Obra de San José. Atención psico-social y espiritual. Compañía de Jesús. www.obrasdesanjose.org.ar”. Adentro, un par de voluntarios de pantalón caqui y camisa a cuadros o a rayas, dejan en las mesas de plástico bandejas con pan, fuentes con magdalenas, jarras de leche y mate cocido. No hay demasiado diálogo. Las engullen las 80 personas que se acercaron a desayunar en el primer turno (el segundo empieza 8.45 y habrá otras 80) que son los desclasados, aquellos que se quedaron afuera del sistema, que viven en la calle o en algún hotel gracias a un subsidio del Estado y están luchando -o no- por volver a entrar.

Mientras revuelve las dos ollas de 50 litros Luis, 49, ex empleado gastronómico, muchos años en situación de calle y ahora en usufructo del cuarto de un estacionamiento, sonríe con su piel arrugadísima y sus pómulos salidos. Su historia es un hilo embrollado que va desde su nacimiento en Tucumán, el trabajo en negro como ayudante de cocina, el desempleo en 2001, los trabajos esporádicos en limpieza, hasta el actual desfilar por instituciones asistenciales. Hace tres años es el encargado de preparar el desayuno, un trabajo por el que cobra un viático. Dice que viene para “aprender cosas de los voluntarios” porque conversar, contarse sus historias le hace bien, y lo ayuda a “entretener su mente”, algo perdida después de un golpe fuerte hace meses.

Lo que más la maravilla a Aracely Baenninger, la primera coordinadora mujer y laica en los 27 años de la institución después de una seguidilla de curas, es que al preguntarle cómo están, estas personas al borde del abismo responden que bien, o que muy bien, que gracias y hasta sonríen. Algunos ya están anestesiados e “inmóviles” en su situación. Otros sufren y sienten que se cayeron al subsuelo, saben que allí, cada paso es un Everest. Pero igual están agradecidos. Por eso los logros se miden en centímetros: hacer el documento, o un currículum, tramitar un subsidio habitacional para poder pagar el hotel, empezar terapia o un taller de escritura les puede llevar meses, años; un click interior lento, porque viene acompañado de una situación emocional de derrota. Y por eso, ahí adentro, entre quienes se sostienen y sostienen a otros, cada centímetro se festeja como un kilómetro.

Desde hace cuatro o cinco años, la edad de las personas que llegan en busca de cobijo a la Obra San José bajó estrepitosamente; la mayoría de los jóvenes son adictos a las drogas. Algunos piden llorando, por favor, que los internen. Al frente de lo que llaman el “kiosco” se hace una fila. Un hombre se asoma y pide desodorante. Se abre la campera, descarga el aerosol debajo de sus axilas, sobre su remera, devuelve el tubo y sigue viaje. Detrás otro pide un pedacito de jabón, otro papel higiénico y otro una maquinita de afeitar, que son como las monedas de oro del rey Midas. Hoy las duchas son para las mujeres. Ellas piden toallas y shampoo.

En una de las paredes color maíz de este galpón con techo de chapa están colgadas las reglas de convivencia. No hay policías ni guardias privados y el orden lo cuidan entre todos. Alguna vez Leo, el otro portero, ha tenido que sacar a los empujones a alguno que por alguna pelea desenvainó un cuchillo. El lugar, sin embargo, se destaca por su tranquilidad y por la calidad de la comida. En el piso de arriba Félix, el panadero, hace pan, pasta frola, bay biscuits, alfajores. En la Obra no hay sistema de admisión. Para desayunar o bañarse sólo se les pide que sean mayores de 18 años y que adentro “no alcohol, no drogas, no peleas”.

Después, si quieren acceder a los talleres o a la ropa sí, tienen que hablar con una asistente social. Unos 50 voluntarios, ocho personas del staff, donaciones de padres y egresados del Colegio El Salvador, un torneo de golf, dos ferias de venta de ropa usada, raciones de comida y docentes del Gobierno de la Ciudad y de la Fundación Educando mantienen vivo este lugar que ocupa un pedacito de Balvanera, el refugio de los que necesitan un empujón, para sobrevivir o salir a flote.

Fuente: Clarín.com

Talleres en Zonas Veredales acompañan Procesos de Paz en Colombia

Durante el mes de Junio se realizaron 9 talleres en ciudadanía y democracia en las Zonas Veredales de Colombia, con la intención de acompañar los procesos de paz que se llevan a cabo en dicho país. Julio Villavicencio sj, estudiante argentino de Teología, comparte su trabajo en esta experiencia.

Un equipo integrado por profesionales de la ESAP, profesionales del SJR, investigadores del Cinep/PPP y el equipo pedagógico de las FARC tendrá encuentros en las diferentes Zonas para trabajar con las personas asistentes los siguientes temas: participación ciudadana, Estado social y democrático de Derecho, defensa de los Derechos Humanos y solución pacífica de los conflictos. El objetivo principal de los talleres es aportar herramientas para la integración territorial. En ese sentido, existe un componente de Reconciliación que se trabaja durante los tres días que dura el taller.

Los equipos facilitadores están conformados por seis personas de las diferentes organizaciones. Y los participantes son treinta por parte de las zonas veredales y 10 por parte de la comunidad.

El diseño de los talleres se ha realizado en conjunto con el comité pedagógico de las FARC y pretende configurarse como un ejercicio participativo en donde el diálogo de saberes permita potenciar conocimiento y competencias de los y las participantes a los talleres para transitar hacia la integración de los territorios.Este diálogo de saberes se ha centrado en los siguientes temas: arquitectura constitucional, comprensión de los DD.HH y los mecanismos para su protección, mecanismos de participación y mecanismos alternativos de resolución de conflictos.

Además de seguir una ruta temática, los facilitadores diseñaron una ruta metodológica que permite ilustrar cada una de las actividades que realizarán en cada tema. Los participantes tendrán la oportunidad de establecer un diálogo sobre sus experiencias previas y posteriores a la exposición teórica de los temas y adentrarse en la comprensión de lo masculino y lo femenino en el abordaje que hacen de cada uno.

Mi Experiencia en las FARC-EPC

Julio Villavicencio, S.J., nos cuenta su experiencia de apostolado con el SJR en el tema de reconciliación trabajado con las FARC- EP, en el marco del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno de Colombia y este grupo subversivo.

Mi nombre es Julio Villavicencio, soy jesuita hace 12 años. Actualmente estoy estudiando teología y una maestría en Filosofía en Bogotá, Colombia. Desde que llegué a Colombia comencé mi apostolado en el Servicio Jesuita a Refugiados de América Latina y el Caribe (SJR-LAC), que tiene su sede en esta ciudad. Dado que en Colombia se ha vivido una guerra interna durante los últimos 53 años, este conflicto armado ha dejado una gran herida en el tejido social y aproximadamente 8 millones de víctimas. Entre los crímenes que han padecido las víctimas se cuentan: desplazamiento forzado, homicidio, mutilaciones por minas, secuestro, tortura, reclutamiento de menores, despojo de tierras, agresión sexual, amenazas y atentados, desaparición forzada y robo de bienes.

Debido a este panorama y frente a los Acuerdos de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias-Ejército del Pueblo (FARC- EP), la Compañía de Jesús a través del SJR, ha visto la necesidad urgente de comenzar una línea de trabajo en Reconciliación. Es en esta línea en la cual la Compañía me ha ido formando desde el 2015.

En los últimos meses se ha visto necesario realizar esta actividad también desde el lado las FARC- EP, y es este el trabajo que he venido haciendo en el último mes. Es sobre esta experiencia que me gustaría compartir con ustedes. Esta ha sido tanto a nivel personal, espiritual y académico muy desafiante e impresionante para mí.

La misión está integrada por el CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular) de la Compañía de Jesús, la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) del Estado colombiano y el SJR. La temática a desarrollar es Democracia y Ciudadanía, con un enfoque en reconciliación. La metodología es a manera de taller con una pedagogía popular muy fuerte, donde se van visitando los campamentos de la guerrilla y se trabaja durante tres días en cada uno.

La reconciliación es trabajada desde la transformación de las relaciones, con el objetivo de elaborar relaciones justas. De este modo construir un panorama en una primera instancia de tolerancia, capaz de convivir en las diferencias sin necesidad de apelar a la violencia armada. Es la construcción de la paz desde procesos de transformación que van atravesando los niveles personales, interpersonales, grupales, socio-políticos, espirituales y finalmente, un nivel que tiene que ver con nuestra relación con la Creación.

Como jesuita el poder desplegar una de las misiones que Ignacio deseó para nosotros, como es la “reconciliación de los desavenidos”, me ha hecho sentir muy fuerte la misión de la Compañía, el compromiso de los compañeros jesuitas que están comprometidos con esto y el valor de creer en el Reino de Dios más que nunca donde ha habido tanto dolor y odio. El poder del Evangelio trabajado desde categorías políticas y sociales como son ciudadanía, democracia y reconciliación.

 Fuente: www.cinep.org 

CIE: Acompañar a Personas Sin Libertad

El trabajo del Servicio Jesuita a Refugiados en España, una tarea cada vez más compleja y más necesaria en todo el mundo.

Uno de los criterios que San Ignacio señala en las Constituciones de la Compañía para elegir la misión de los jesuitas es ir a donde otros no llegan. Ya en 1980 el entonces Superior General, Pedro Arrupe SJ, fundó el Servicio Jesuita a los Refugiados, una obra para atender a las personas que se ven obligadas a dejar sus hogares en busca de una vida digna. Desde entonces el drama de la movilidad humana no ha dejado de aumentar.

En esta línea de misión, desde hace 8 años, la Compañía de Jesús en España está presente en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE). Por supuesto, no somos los únicos, y otras instituciones –civiles y de iglesia, como Karibu o SOS Racismo- también trabajan en la misma línea. Pero la realidad es que los CIE siguen siendo una realidad demasiado oculta, y todo lo que contribuya a poner luz sobre su existencia y sus límites es hoy muy necesario. Jesuitas y personas vinculadas a las distintas obras del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) acuden con regularidad a los CIE de Madrid (a través de Pueblos Unidos) , Barcelona (Migra Studium) , Valencia (SJM), y Tarifa y Algeciras (a través de la Asociación Claver de Sevilla).

Los CIE son lugares donde se priva de libertad a personas extranjeras en situación irregular que van a ser expulsadas del territorio nacional; en teoría no son ni deberían ser cárceles, centros de acogida o centros de estancia temporal. Sin embargo, a veces parecen cárceles, se utilizan como centros de acogida, y la duración excesiva de las estancias hace que la línea entre el CIE y la estancia temporal sea, cuando menos, difusa. Además, si el fin de estos centros es la expulsión, hay dos elementos muy cuestionables. El primero, el mismo concepto de “gente expulsable”, muy problemático desde un punto de vista ético. El segundo, el hecho es que en 2016 solo se expulsó al 29% de los detenidos muestra que los CIE no se están utilizando para lo que eran. Son estructuras opacas, en las que en muchas ocasiones se vulneran derechos básicos y que además son manifiestamente ineficientes.

¿Qué hacen los jesuitas en los CIE? Por un lado tratan de responder a las necesidades más básicas de los internos: ponerles en contacto con sus familias o sus abogados, asesorarles jurídicamente, cubrir necesidades básicas como ropa, escucharles, atenderles pastoralmente, etc.

Por otro lado, realizan una labor de incidencia, de denuncia de las injusticias observadas y de sensibilización de la sociedad española para cambiar estas estructuras injustas. A lo largo de los años se han ido viendo progresos fruto de esta labor de incidencia, como la mejora de las condiciones y derechos de los internos, pero aún queda mucho camino por recorrer hasta el cierre definitivo de los CIE. Una de las concreciones de esta incidencia es el informe sobre los CIE en España que elaboran los jesuitas cada año. El de este año se ha presentado en Madrid ante la Defensora del Pueblo este jueves 8 de junio y se presentará en Barcelona el 15 de junio.

Fuente: Ser Jesuita

 

América Latina es la Región más Desigual en la Distribución de la Tierra

América Latina es el continente con mayor desigualdad en la distribución de la propiedad de la tierra. Estadísticas que están en consonancia con otras desigualdades que atraviesan toda la región.

Mejorar el reconocimiento de los derechos de tenencia de la tierra y su distribución es un paso necesario para erradicar el hambre y avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe, señaló la FAO.

La región tiene la distribución de tierras más desigual de todo el planeta: el coeficiente de Gini –que mide la desigualdad y donde 0 es a igualdad perfecta y 1 la desigualdad perfecta– aplicado a la distribución de la tierra en la región como un todo alcanza 0,79, superando ampliamente a Europa (0,57), África (0,56) y Asia (0,55).

En América del Sur la desigualdad es aún mayor que el promedio regional (alcanzando un coeficiente Gini de 0,85), mientras que en América Central es levemente inferior al promedio, con un coeficiente de 0,75.

Un informe de la organización humanitaria OXFAM, publicado a fines del año pasado, señala que el uno por ciento de las unidades productivas de América Latina concentra más de la mitad de las tierras agrícolas.

Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), mejorar la gobernanza de la tenencia de la tierra, los bosques y la pesca y enfrentar la creciente concentración de tierras es un aspecto fundamental para reducir la pobreza rural y cuidar los recursos naturales.

Aumenta la concentración de la tierra

Aurélie Brès, oficial de Tenencia de Tierras y de Recursos Naturales de la FAO, advirtió que la tierra en manos de pequeños propietarios ha sufrido una disminución importante, situación que afecta especialmente a las mujeres, que solo poseen ocho por ciento de las tierras en Guatemala y 31 por ciento en Perú, tierras que suelen ser de menor tamaño y calidad de las que poseen los hombres.

La mala distribución de las tierras ha crecido tras las diversas reformas agrarias en los distintos países, que promovieron importantes inversiones en la región a través de pools de siembra, arriendos anuales de grandes extensiones o compras de terrenos.

Además, se estima que 23 por ciento de las tierras de América Latina son manejadas o están en manos de pueblos indígenas. Si bien el reconocimiento de sus derechos ha mejorado en los últimos veinte años, especialmente en el caso de los bosques de la región, aún se deben dar importantes pasos para mejorar su tenencia de la tierra.

La FAO está apoyando a los países de la región a implementar las Directrices Voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria (DVGT), aprobadas por los países hace cinco años atrás, un instrumento busca asegurar la participación de todas las partes involucradas en la gobernanza de la tenencia.

Fuente: CPAL Social

 

Desde la Amazonia: No Sonar Como Latas Vacía

Testimonio de Lorena Pérez (ecuatoriana) perteneciente a la Comunidad de Vida Cristiana (CVX), que decidió ser voluntaria en el Proyecto Panamazónico de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL).

Por Lorena Pérez – CVX Ecuador

“Aunque reparta todos mis bienes, y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me aprovecha. El amor es paciente, es amable; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo escusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.” (1Cor 13,3-7)

Es uno de mis pasajes favoritos de la Biblia, muchas veces lo he leído en diferentes contextos de mí vida y siempre ha tocado muy profundo mi corazón.

En este mes, desde esta triple frontera con el pequeño aporte que puedo hacer en el equipo pastoral desde este voluntariado, siento que, a pesar de mí misma, Dios, ese Padre que es Bueno me va permitiendo vivir con intensidad este trabajo, motivándome a poner el corazón en lo que hago, me apasiona el contacto con los niños en las escuelas, quienes en estos meses poco a poco me han ido conociendo y ahora, ya se acercan con confianza y familiaridad. Les encanta pronunciar mi nombre gritando “Lorena” para llamar mi atención, yo volteo a verlos, les guiño el ojo y les sonrío, ellos responden mi sonrisa y se acercan para que los abrace. Tal vez, tanto ellos como yo, lo hacemos por necesidad, sí, necesidad de afecto, de cercanía, de sentir el amor de Dios a través del otro. Qué bueno y gratificante es dar y recibir un abrazo, deberíamos hacerlo con más frecuencia, con certeza crearíamos más lazos y menos muros en el mundo.

Soy una persona de muy pocos rezos, es más, probablemente con suerte aprendí el Padre Nuestro, el Ave María, (Alma de Cristo y Tomad Señor y recibid) solo cuando entré en CVX. Nunca me ha gustado repetir oraciones ya elaboradas, prefiero orar con mis propias palabras, tratando que brote lo que llevo en mi corazón, a veces cuando no siento inspiración para orar, opto por quedarme en silencio y dejar que se hablen y se encuentren los corazones. Por eso tal vez la forma de evangelizar que más me agrada es la pastoral del acompañamiento, del simplemente estar, conversar sobre un tema, escuchar, cuestionar y motivar esos deseos profundos que van saliendo de las personas con quienes voy compartiendo, niños o adultos, hombres o mujeres, ancianos o jóvenes.

Algunas veces me sucede que, en medio del trabajo con los niños, disfrutando lo que hago al sensibilizar en contra de la trata de personas, o cuando estamos viendo un video, haciendo una dinámica, cantando o reflexionando con ellos el trabajo, me quedo por unos segundos en blanco y me pregunto: ¿qué hago aquí?, ¿por qué estoy aquí? Y la respuesta que sale desde lo profundo de mi corazón es el recuerdo de mi madre que con su ejemplo siempre me enseñó a servir y a luchar en contra de las injusticias, y a mi padre que fue y sigue siendo un luchador, que me enseñó a no darme por vencida, a terminar todo lo que empiezo, un hombre que ayuda silenciosamente a las personas que lo necesitan. Ese instante, ese flash, provoca en mí un gran sentimiento de gratitud por ellos, mis padres, porque gracias a su ejemplo estoy viviendo esta experiencia. Porque gracias a ellos me duele la injusticia y la exclusión.

Aunque no sea bien vista y te tachen de subversiva, loca o comunista, que te digan “es peligroso en lo que te estás metiendo”, ”hablar en contra la trata de personas aquí hay que tener cuidado”, hablar a los niños para que no se dejen toquetear por los padres, profesores o adultos, querer que ellos conozcan su derecho a cuidar de su cuerpo, a denunciar si sienten que su corazón se entristece cuando algún adulto, sea quien fuera les hacen daño, eso para mí es evangelizar. Al final, sólo les informo lo que sucede en el mundo y como siempre en libertad, ya desde lo que aprenden, ellos toman sus decisiones, pero ya no caen por desconocimiento.

En una conversación que tuve con un sacerdote aquí, le comenté que creo que Jesús era de izquierda, me quedó mirando y con una risotada me dijo “yo también creo lo mismo”, porque estar aquí es de locos y Jesús volvería a hacer lo mismo que hizo hace dos mil años, es decir no estaría en las iglesias, estaría itinerando en el río o por las montañas, probablemente no sería muy instruido desde los estándares profesionales, con certeza estaría confrontando y motivando a las personas para que se cuestionen sobre lo que está pasando a su alrededor, estaría motivando a que nos desinstalemos de nuestras comodidades y que seamos los pies y las manos de Él para la construcción del reinado de Dios.

Fuente: CPAL SJ

Declaración Regional por el Día Mundial de la Persona Refugiada y Desplazada

En ocasión del Día Mundial de la Persona Refugiada y Desplazada celebrado el 20 de junio, la CPAL ha difundido una declaración sobre el tema, considerando la realidad de los países con un mayor porcentaje de personas desplazadas de manera forzada.

En tiempos de muros hacemos puentes

La persona Refugiada y Desplazada en muchas ocasiones sufre injusticias y estigmatización. En su cotidianidad es negada su humanidad.

En ocasión del Día Mundial de la persona Refugiada y Desplazada quienes apoyamos la Campaña por la Hospitalidad invitamos desde Latinoamérica y el Caribe, a asumir el reto de seguir promoviendo la Humanidad de todas las personas y en particular de aquellas que sufren debido a los discursos, prácticas de estigmatización y la implementación de políticas con enfoque de securitización.

La Hospitalidad es una interacción que permite humanizar a quienes participan de ella.

Una mirada desde el norte hasta el sur del continente.

Uno de los corredores migratorios más transitados del mundo y donde se destaca la diversidad de flujos migratorios y las múltiples causas de estos se extiende desde Centroamérica, a través de México, hasta EE.UU. Aproximadamente 400.000 personas transitan cada año por México y según organizaciones de la sociedad civil, estiman que 150.000 tienen necesidad de protección internacional.

México

En México entre el 2015 y 2016 las solicitudes de asilo presentaron un incremento del 156%. Sin embargo, la protección que el gobierno mexicano ha concedido a casi 3 mil personas en 2016 está muy lejos de ser una respuesta acorde a la necesidad de protección de miles de personas, más aún si se contrasta con las deportaciones, que sólo en 2015 fueron de más de 165.000.

Costa Rica

En Costa Rica, se presentaron 4.470 solicitudes de refugio, el doble de lo registrado en 2015 de acuerdo a la ACNUR. Se estima que para este 2017 las nuevas solicitudes de protección internacional en Costa Rica, crecerán entre un 35% y 45%, en particular de personas salvadoreñas, hondureñas y venezolanas, así como de personas extra-continentales que han venido en ascenso.

En la frontera colombo-panameña persisten flujos migratorios irregulares asociados a la trata y tráfico de personas, el narcotráfico y la vinculación de niños, niñas y adolescentes a grupos armados ilegales.

Colombia

En Colombia el desplazamiento forzado interno sigue siendo realidad en muchos territorios. Aunque el proceso de paz con las FARC-EP ha disminuido considerablemente los índices de violencia, nuevas conflictividades han estado emergiendo en el país dejando a la luz retos humanitarios muy grandes de cara al periodo de pos acuerdos como: las acciones armadas del Ejército de Liberación Nacional (ELN); la reorganización y consolidación de los Grupos Paramilitares Pos desmovilización; el auge y afianzamiento de mega-proyectos de desarrollo y economías extractivas. Sigue siendo además una tarea pendiente, pese a las políticas existentes en la materia, la atención y reparación integral de millones de víctimas, incluidas aquellas que han debido huir del país a causa del conflicto y para las cuales no hay planes ni programas específicos. A lo anterior se suma que poco a poco Colombia se ha convertido en un país de destino de personas con necesidad de protección internacional, en especial de venezolanos, una nueva dinámica que ha cuestionado y planteado serios retos a la capacidad de respuesta efectiva a nivel normativo e institucional del Estado.

Venezuela

En Venezuela la agudización de la crisis socio-política y económica sigue generando movimientos forzosos de venezolanos particularmente hacia países de América Latina, EE.UU y países europeos, convirtiéndose en el éxodo de migrantes forzados más novedoso de la región. En general todos los países de la región reportan la llegada masiva de personas de éste país, y comienza a ser palpable que los migrantes venezolanos están quedando, en la mayoría de los casos, fuera de los sistemas de protección de los Estados al no ser reconocidos como refugiados sufriendo un estado de indefensión y vulnerabilidad.

Ecuador

En Ecuador persiste el flujo de colombianos y haitianos en condición de vulnerabilidad, sobre todo, estos últimos en tránsito hacia otros países, en tanto que su ingreso como su estadía regular en el país presentan dificultades. Del mismo modo, se evidencia un aumento de la presencia de venezolanos en busca de protección internacional, quienes finalmente han sido inadmitidos al proceso, ya que el Estado ecuatoriano no reconoce la presencia de un conflicto en ese país; evidenciando un enfoque de seguridad que desconoce los tipos de persecución previstos por la Declaración de Cartagena de 1984 y exponiendo a estas personas a riesgos muchos más altos de deportación y abusos de la autoridad migratoria.

En promedio mensualmente 423 personas cruzan la frontera colombo-ecuatoriana en busca de protección internacional, en esa dinámica, apenas 60.524 personas han logrado el estatus de refugiados hasta Enero de 2017, de una población de más de 226.000 solicitantes de asilo.

¡Hacemos eco a un llamado que nos une!

Vemos con preocupación en toda la región: el aumento de las solicitudes de asilo, el incremento del número de detenciones y deportaciones con relación a la poca capacidad Estatal y la falta de un marco legal garante de los derechos para los migrantes; igualmente la persistencia de escenarios de inseguridad y precariedad que afectan a los migrantes forzados que están en toda la región.

Como respuesta a la realidad aquí reseñada vemos la necesidad de hacer un llamado al uso de una definición más amplia sobre refugio a fin de proteger a todas las personas que de facto son violentamente forzadas a una migración.

Es deber de todo los países en Latinoamérica y el Caribe establecer medidas de protección y prevención para aquellas comunidades profundamente amenazadas por las nuevas violencias; avanzar hacia soluciones estables y duraderas que les permita reconstruir sus proyectos de vida en armonía con los territorios y de cara a un desarrollo económico con un rumbo ambientalmente sostenible y socialmente equitativo; y garantizar la vida de los migrantes forzados que huyen de sus países de origen por situaciones de violencia social generalizada, por políticas económicas erróneas y por violación sistemática de DD.HH.

Allí donde nacen muros de exclusión, securitización, desconfianza y xenofobia, reiteramos la invitación para construir más y más puentes de Hospitalidad, Humanidad y fraternidad.

Fuente: CPAL SJ

 

Red de Centros Sociales de la CPAL

La Red de Centros Sociales – RCS – nace como una respuesta al llamado de la Congregación General 35 (CG35), a consolidar iniciativas de coordinación y articulación entre las obras promovidas por la Compañía de Jesús, a nivel provincial, regional y mundial. A continuación compartimos la entrevista realizada a Galo Bogarin, Coordinador de la RCS.

¿Cómo trabajan los Centros Sociales de la CPAL?

El dinamismo de la Red requiere de una participación activa de cada uno de los Centros Sociales a través de las acciones, propuestas, proyectos y programas definidos por la Red, hoy se viene trabajando varias acciones, propuestas y proyectos a través de diferentes grupos de homólogos y la Red Comparte. A fin de garantizar dicho dinamismo definimos una estructura mínima de funcionamiento.

Los órganos de la Red de Centros Sociales son los siguientes: la Asamblea de Directores y/o sus representantes (el espacio que se realiza ahora en Salvador Bahía, Brasil), el Coordinador General de la Red y el Comité Coordinador de la Red (Equipo Dinamizador).

La forma de trabajo más en concreto durante el año se da a través de:

  • El Comité Coordinador de la Red que estará integrado por: la Coordinación General de la Red, el coordinador o delegado del Sector Social de la CPAL, los responsables de los programas vigentes de la Red y en caso necesario, de los responsables de los programas-servicios. Entre sus funciones está la de evaluar periódicamente, junto con la coordinación de la Red, los planes, políticas, servicios y programas de la Red.
  • Grupos de Homólogos: hoy existen 4, cuya estructuración se basa en acuerdos sobre ejes temáticos y a los cuales se suman los diferentes Centros Sociales. Actualmente están los Grupos de Homólogos de Incidencia Política, Recursos Naturales, Minería y Derechos Humanos, Vivienda y Hábitat; y el Grupo de Homólogos de Microfinanzas.
  • Red Comparte: es una comunidad creada por un grupo de personas y organizaciones que comparten un espacio de reflexión y trabajo conjunto, en la que están varios Centros Sociales CPAL y otras organizaciones fraternas, y acompañadas en el proceso por ALBOAN de España.
  • Alianzas y trabajo articulado: También se trabaja con otros sectores y se van abriendo procesos en el trabajo de articulación con otros, como universidades, sectores, etc.

¿Cómo es el Aporte de los Centros Sociales a la Misión de la Compañía de Jesús?

Desde la Red de los Centros Sociales y los propios Centros vienen aportando a través de implementar estrategias de comunicación e intercambio de información y experiencias, intentando:

  • gestionar diversas formas de articulación y coordinación entre los Centros Sociales que conforman la Red, al igual que con otros sectores e instancias.
  • Promover espacios de formación, análisis y reflexión entre los Centros Sociales de la CPAL, de modo que puedan ir logrando una incidencia e impacto significativo. Se promueven la investigación y sistematización de la realidad social, política, económica, cultural, ambiental y religiosa de la región y los desafíos que ella presenta a la Compañía de Jesús y a la sociedad en general.
  • Contribuye a la construcción de alternativas de sociedad con énfasis en temas económicos – productivos, ecológicos y ambientales, en vinculación con otros agentes de la sociedad civil y de la Iglesia que buscan los mismos objetivos.
  • Se desarrollan acciones de incidencia que tengan impacto en las decisiones a favor del buen vivir y en políticas públicas; aportar a las iniciativas de articulación de redes que se den a nivel de la Compañía universal en vistas a construir sinergias y producir mayor impacto.
  • Favorecer la sostenibilidad de los Centros Sociales y su articulación con los otros sectores e instituciones jesuitas.

¿Qué temas centrales tratarán este año en la Asamblea de la Red de Centros Social – CPAL?

Como temas grandes estaremos dando continuidad a la temática desarrollada en Lima – Perú, en el año 2016, en cuanto a “generosidad y eficacia”. Las temáticas centrales son: dar seguimiento a las conclusiones y poner en práctica dicha temática en los centros sociales. nos haremos un tiempo también para reflexionar lo que fue el ImPACtando de la CPAL, en cuanto a la evaluación y proyección, así como las prioridades en ella contenida con relación al trabajo de los centros sociales, también esto relacionado con la novedad del nuevo modelo de la estructura de la CPAL, recientemente comunicada.

(…)

Durante la Asamblea de la Red de Centros Sociales, ¿tocarán algún tema especial, según lo discutido en ImPACtando?

Se buscará reflexionar juntos y enlazar la evaluación y proyección del ImPACtando del Proyecto Apostólico Común (PAC) 2011-2020 de la Conferencia de Provinciales de América Latina y El Caribe, que se realizó en Lima, en marzo 2017. A partir de los documentos del ImPACtando se buscará cómo los Centros Sociales se sienten interpelados o reflejados en los mismos, y qué luces y desafíos encontramos. A partir de ello que se sugiere o se plantea realizar de manera conjunta.

¿Cuáles son los desafíos que tiene la Red de Centros Sociales actualmente en América Latina y El Caribe?

Potenciar la acción social que realiza la Compañía de Jesús en América Latina, actualizando y concretando las fronteras y prioridades apostólicas determinadas por el Gobierno de la Compañía de Jesús y la Conferencia de Provinciales de América Latina en el Proyecto Apostólico Común (PAC) 2011-2020 y en el marco de los Estatutos de la Conferencia, ese el ideal común que se tiene.

De manera práctica existen desafíos que necesitamos responder de manera urgente que serían

  • consolidar iniciativas de coordinación y articulación entre la RCS – CPAL a fin de afrontar debidamente los desafíos y necesidades de la realidad latinoamericana y caribeña.
  • Apuntalar los procesos llevados a cabo por los diferentes grupos de homólogos y Red COMPARTE;
  • ayudar y promover las dinámicas de “en-red-darse”;
  • responder de manera más articulada y sostenida en la Incidencia Política en sus distintos niveles, entre otros son los desafíos actuales.

Fuente: CPAL SJ

 

Rafael Moreno Villa SJ nuevo Delegado para la Misión de la CPAL

El P. Rafael Moreno Villa, SJ es uno de los tres Delegados para la Misión que desde el mes de marzo del 2017 se ha unido al equipo ejecutivo de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL). De ahora en adelante será el responsable de acompañar cinco redes: la Red Latinoamericana de Parroquias Confiadas a la Compañía de Jesús (RELAPAJ), la Red de Jesuitas con Migrantes, la Red de Solidaridad Indígena, la Red de Centros Sociales y la Red de Comunicación (radios, editoriales y otros medios).

La Oficina de Comunicaciones de la CPAL le ha hecho una entrevista en la que habla de cómo se proyecta para ejercer su función en este nuevo cargo dentro de la Conferencia Latinoamericana.

Luego de su participación en el encuentro ImPACtando, ¿qué desafíos considera que tendrá el sector social en los próximos años?

Lo que por ahora veo cómo desafíos, los clasificaría en dos perspectivas: la primera desde el punto de vista procesal interno que nos atañe a nosotros y nuestras obras: debemos aprender a hacer discernimiento en común. Hasta ahora tenemos poca experiencia de hacerlo colectivamente. La Congregación General y el Padre General nos insistieron mucho en que nuestro modo de proceder apostólico incluya el discernimiento en común, planeación, evaluación; todo ello con el objetivo de incidir más. Creo que debemos en-red-darnos cada vez más, unirnos más en redes y hacerlas más intersectoriales. Es, además muy importante crecer más en colaboración entre el Cuerpo Apostólico (jesuitas y otros/as) y también con otras obras y personas que no sean de la Compañía. Por último creo todo esto ha de estar orientado a tener una mayor incidencia, un mayor impacto en beneficio de los excluidos.

La segunda perspectiva es más hacía afuera, como Misión: Para ello habrá que promover una mayor visión latinoamericana y caribeña. Hasta ahora tengo la impresión que sí estamos más o menos articulados entre nosotros. Sí hay una colaboración interprovincial, pero cada quien sigue viendo su realidad desde una perspectiva muy pequeña y muy nacional; entonces pienso promover la identificación de algunos ejes o tendencias más importantes comunes y en las que podamos converger para que eso nos dé una mayor visión latinoamericana. Lo segundo, sí creo que debemos contribuir con nuestro granito de arena para la elaboración de una alternativa al modelo de desarrollo capitalista, que tanto daño nos está haciendo. El Papa en su Encíclica Laudato SI, ha insistido mucho en eso y creo que las obras de la Compañía como Cuerpo Apostólico tenemos algo que contribuir en ese sentido. Tercero, también muy inspirado en el Papa Francisco, integrar en nuestro compromiso social la perspectiva ecológica: que realmente afrontemos una crisis que no es sólo social, sino socio ambiental, y contribuyamos para reducir esta crisis.

¿Cuáles son los principales desafíos en las redes: de indígenas, de migrantes y de centros sociales?

La que más conozco es la Red de Migrantes, que ya es intersectorial; a ellos lo que les sugeriría es actualizarse porque últimamente ha cambiado mucho la naturaleza y la trayectoria de los flujos tanto migratorios como de desplazamiento forzados en América Latina y El Caribe; y segundo: tener mayor incidencia a nivel latinoamericano. La otra, que conozco un poco menos, es la Red Indígena; y me parece que tienen que hacer un esfuerzo por ser una red más intersectorial. Para la Red de Centros Sociales, que está subdivididas en varias redes o programas, sí creo que hay que profundizar más en el aspecto de investigación e incidencia de los centros y en ese sentido va a ser muy importante la articulación con las redes del sector educación: AUSJAL, FLACSI y Fe y Alegría.

¿Cuáles son los principales desafíos de la Compañía de Jesús en el Territorio Amazónico?

Veo cuatro retos internos. El primero es: tener una visión más amazónica, me parece que hasta ahora tenemos una visión atomizada. Hemos de favorecer una visión conjunta con todas las obras que están en la Amazonia. El segundo es: promover una mayor integración de nuestras obras en la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) que ya existe, que me dio muy buena impresión y está teniendo impacto en la Amazonia. Desde allí podemos colaborar más con otros y dar nuestro humilde aporte, en lugar de crear una red aparte. También tengo la impresión que es tan grande el desafío de la Amazonia para el mundo y sobre todo para América Latina que nuestras obras ubicadas en la Amazonia deberíamos hacerlas más interprovinciales para tener mayor impacto. Finalmente creo que hay que escuchar más a los pueblos indígenas y hay que preguntarles en que podemos servirles.

¿Qué expectativas tiene ante este nuevo rol y cómo jesuita qué puede aportar ante su experiencia?

Estoy convencido de la necesidad de enredarnos más en un mundo tan globalizado. Promover la máxima articulación posible va hacer quizás uno de mis principales aportes o impulsos que yo quisiera dar. Mientras más nos articulemos entre nosotros y con otros, mucho más podemos contribuir. Para ello quero aportar los aprendizajes que adquirí durante más de 15 de años de experiencia en la formación de la RJM.

FUENTE: CPAL SJ