JESUITAS EN SIRIA: «Nuestro país se está recuperando»

En esta sentida declaración sincera y portadora de esperanza, los jesuitas en Siria reflexionan sobre la situación del país que se esfuerza por alcanzar la unidad y la reconciliación en medio de los desafíos actuales. Los jesuitas piden un proceso de sanación que trascienda el miedo y la división y un compromiso conjunto para trabajar por una Siria mejor.


Hombres y mujeres sirios, hermanos y hermanas en un país digno de la vida:

Los jesuitas en Siria formamos parte del pueblo sirio, con el que y para el que nosotros trabajamos. Nuestras preocupaciones son las suyas, y nuestros sueños son los suyos… Somos libres del régimen de Assad, pero aún no somos libres del miedo. Buscamos el diálogo nacional, pero la percepción que tenemos los unos de los otros sigue distorsionada, porque las heridas a la fraternidad aún no han cicatrizado. Hoy tenemos que emprender, juntos y decididamente, un proceso de curación.

 

Confesamos

En una declaración que emitimos en 2011 sobre los acontecimientos en Siria, reflexionamos sobre la unidad nacional, el diálogo, la libertad de expresión y el rechazo a la violencia. Desde 2011, hemos hecho todo lo posible para solidarizarnos con los que sufren, por servir a nuestro país. Cuando sus hijos y sus hijas se sacrificaban generosamente como mártires, detenidos, ausentes o desplazados, las vidas del P. Frans van der Lugt y del P. Paolo Dall’Oglio fueron la mejor expresión del deseo de estar unidos a nuestro pueblo. Pero no siempre fuimos fieles, también a nosotros nos atenazó el miedo, y a veces nos callamos cuando había que alzar la voz de la verdad.

 

Creemos

Creemos en la bondad y en la libertad del hombre. Creemos que cada uno merece encontrar su lugar en la sociedad. Creemos que la dignidad de un individuo es inseparable de la dignidad de los demás, que nuestro mundo hoy necesita puentes, y confianza para alcanzar la reconciliación. Reconocemos los desafíos y las dificultades a las que nos enfrentamos, creemos que todos somos socios en la construcción y recuperación de este país. Esperamos con impaciencia un país que una a todos sus hijos e hijas, que preserve su libertad y su dignidad sobre la base de los valores que nos unen, como la fraternidad y la hospitalidad, el valor y la apertura, la confianza y la responsabilidad.

 

Nos comprometemos

En armonía con nuestra fe y nuestras aspiraciones, enraizados en los valores que nos unen, nos comprometemos a caminar con aquellos que tienen el valor de superar sus debilidades y sus limitaciones, nos comprometemos a caminar con aquellos que están abrumados por la desesperación o perdidos, para encontrar juntos el camino de la vida, y de la esperanza.

Juntos, traduciendo y promoviendo en nuestras vidas, a nivel social, artístico, académico o espiritual, los valores que nos unen, contribuyamos a curar las heridas que desfiguran la fraternidad. ¡Juntos, construyamos una Siria sana, valiente y liberada!

Damasco, 6 de febrero de 2025

 

Texto original en árabe

@jesuits.global | t.ly/hjRi3

rmop papa fones castellaro raed

Una espiritualidad en camino: Mensajes claves del Papa a su Red Mundial de Oración

El jueves 23 de enero, el Papa Francisco ofreció un mensaje profundo y esperanzador a representantes de la Red Mundial de Oración en una audiencia privada. En este encuentro, nos recordó nuestra misión central: promover una espiritualidad enraizada en el Corazón de Jesús, que nos impulse a ser testigos vivos de Su amor compasivo por el mundo.

El Papa destacó tres puntos esenciales que iluminan nuestro camino:

1. La nueva encíclica Dilexit Nos como alimento espiritual
El Santo Padre señaló que su reciente encíclica Dilexit Nos será un recurso valioso para profundizar en la espiritualidad del Corazón de Jesús, que constituye el núcleo de nuestra misión. Este documento nos invita a contemplar el amor infinito de Cristo, un amor que nos transforma desde dentro y nos envía a ser canales de Su misericordia en el mundo. En este sentido, la encíclica es una guía para renovar nuestra vida espiritual y nuestro compromiso con los demás, especialmente con los más vulnerables.

2. Un itinerario formativo de corazón a corazón
El Papa subrayó que nuestro itinerario formativo, El Camino del Corazón, refleja adecuadamente dos dinámicas esenciales de nuestra espiritualidad: por un lado, el camino de Jesús, que desde su Sagrado Corazón se abre al corazón del mundo; y, por otro, nuestro propio camino personal, desde nuestro corazón herido hacia el centro de Su Misericordia. Este doble movimiento es una invitación a dejarnos transformar por el amor de Dios y a ser testigos de ese amor en nuestras comunidades y en el mundo.

3. María, peregrina de esperanza, como guía en el camino
El Santo Padre también nos recordó el papel fundamental de María en nuestra espiritualidad. Como peregrina de esperanza, María nos enseña a custodiar nuestra amistad con el Señor y a caminar con confianza, guiados por la presencia del Espíritu Santo. En ella encontramos un modelo de fe y de amor que nos inspira a vivir nuestra misión con generosidad y alegría.

2025-02-07_pwpn_audience

El Jubileo 2025: oración y compasión en acción

El Papa Francisco nos ha encomendado además una misión especial en el marco del Jubileo 2025: ayudar a las personas y a las comunidades a vivir este tiempo de gracia como un camino en el que la oración y la compasión se conjugan inseparablemente. Nos ha llamado a promover una espiritualidad que une la oración con la cercanía a los últimos, la oración con las obras de misericordia.

Este Jubileo es una oportunidad única para vivir un amor que se expresa más en las obras que en las palabras, un amor que activa nuestra vida cristiana en relación con los hermanos y hermanas, especialmente los más vulnerables. Se trata de una oración que no se queda solo en el ámbito personal, sino que nos impulsa a salir al encuentro del prójimo, a ser instrumentos de la misericordia de Dios en el mundo.

Las intenciones de oración del Papa: brújula espiritual para el Jubileo

En este camino, las intenciones de oración mensuales del Papa son una brújula que nos orienta hacia las realidades que requieren nuestra intercesión y nuestro compromiso. Estas intenciones, que reflejan las necesidades del mundo y la misión de la Iglesia, nos invitan a abrir el corazón a los desafíos de nuestro tiempo.

Conocerlas, rezarlas en comunidad, difundirlas y utilizar los materiales formativos que ofrecen nuestros proyectos internacionales, como El Video del Papa y Click To Pray, son formas concretas de responder a esta llamada. Participar activamente en esta red de oración, ya sea en nuestros grupos parroquiales, comunidades y movimientos, o sea de modo personal, es ya un modo de vivir nuestra fe de manera comprometida y solidaria durante este tiempo. Eso irá transformando nuestra mirada y nos ayudará a discernir los modos concretos en que se nos invita a servir, según nuestros contextos.

Una invitación a las comunidades locales

Con el fin de facilitar esta vivencia espiritual durante el Jubileo, hemos enviado una carta a todas las Conferencias Episcopales y a los templos jubilares de Roma, en colaboración con el Dicasterio para la Evangelización. En esta carta, invitamos a las comunidades locales a integrar las intenciones de oración del Santo Padre en sus actividades jubilares. También hemos recordado la importancia de conocer estas intenciones a través de la plataforma oficial de oración del Papa (www.clicktopray.org).

Un tiempo de gracia y renovación

El Jubileo 2025, como nos explica el Papa en su bula Spes non confundit, es un tiempo de gracia particular en el que se ofrece la indulgencia plenaria a quienes vivan este camino de fe, oración y misericordia. En este contexto, orar por las intenciones del Santo Padre es una forma de unirnos a la misión universal de la Iglesia y de recibir las gracias de este tiempo jubilar.

Como Red Mundial de Oración del Papa, renovamos nuestro compromiso de acompañar a las personas y a las comunidades en este camino espiritual. Queremos ser un puente que conecta la oración con la acción, la fe con la vida, el amor de Dios con las necesidades del mundo.

Que María, nuestra guía en este camino, nos ayude a vivir este Jubileo con un corazón abierto y disponible a la voluntad de Dios. Y que el Corazón de Jesús, fuente de misericordia y esperanza, nos impulse a ser testigos de su amor en el mundo.

Por Cristóbal Fones, SJ – Director Internacional, Red Mundial de Oración del Papa

Encuentro de Superiores Mayores: Una Llamada a la Oración, a la Reflexión y al Discernimiento

El P. General Arturo Sosa ha convocado a todos los Superiores Mayores de la Compañía de Jesús, invitándoles a una reunión en Roma del 17 al 26 de octubre de 2025. En una reciente carta dirigida a toda la Compañía, el P. Sosa también invitó a los miembros del Consejo del P. General, a los Oficiales Mayores, al Director de la Oficina de Comunicación y a los Secretarios de las Áreas Apostólicas de la Curia General, a participar en este significativo encuentro.

Anunciado como un tiempo de “oración, conversación espiritual y reflexión compartida”, el próximo encuentro de octubre marca un momento crucial en el discernimiento en curso de la vida-misión de la Compañía, inspirado por la 36ª Congregación General (CG 36). También ofrecerá la oportunidad de recoger los frutos de varios procesos en curso dentro del cuerpo universal de la Compañía de Jesús.

Desde la CG 36 la Compañía ha seguido un camino marcado por las Preferencias Apostólicas Universales, que han inspirado la planificación apostólica y guiado su compromiso en el mundo. Además, el examen del significado y los desafíos del voto de pobreza, junto con la revisión de los Estatutos de la Pobreza y la Instrucción sobre Administración y Finanzas, han servido como una llamada de atención del Espíritu Santo a la Compañía.

2025-01-27_major-superiors_fg

Además, el papel de las mujeres en el trabajo apostólico, la vocación de los Hermanos Jesuitas, el fortalecimiento de las redes, la identidad y la misión en el apostolado educativo son temas de reflexión permanente. Asimismo, el compromiso de la Compañía con la ecología integral, una comprensión más profunda de las fuentes de nuestro carisma – particularmente los Ejercicios Espirituales de San Ignacio y las Constituciones – y el perfeccionamiento de los programas de formación son parte importante de estas deliberaciones.

Paralelamente, la Compañía ha reafirmado continuamente su compromiso de fomentar una cultura de salvaguardia mejorando los “entornos seguros” en nuestras obras apostólicas, al mismo tiempo que reconoce la necesidad permanente de una mayor formación para todos los que participan en la misión.

La 71ª Congregación de Procuradores, celebrada en mayo de 2023, permitió a la Compañía evaluar el pulso del cuerpo universal. Las reflexiones de las Congregaciones Provinciales, las visitas y los informes de los Procuradores ofrecieron una visión general de las cuestiones clave relacionadas con la identidad, la cooperación, la misión y el gobierno. El informe De Statu Societatis también facilitó un examen exhaustivo, que comenzó en la Congregación de Procuradores y continuó en toda la Compañía hasta septiembre de 2024.

La próxima reunión de octubre sigue el precedente establecido por anteriores reuniones de Superiores Mayores en 2000 y 2005, en línea con la decisión de la 34ª Congregación General de sustituir a la Congregación de Provinciales establecida por la 31ª Congregación General. Aunque esta reunión no posee autoridad legislativa y no emitirá decretos, constituye una importante oportunidad para que la Compañía reflexione sobre el progreso global, los retos y las oportunidades.

Les invitamos a estar atentos a las novedades que se vayan produciendo a medida que avancen los preparativos de la reunión de octubre.

@jesuitsglobal

t.ly/6EVWQ

Revista Jesuitas 2025

Los jesuitas y sus compañeros y compañeras en la misión están presentes en el corazón del mundo. Son sensibles a los desafíos de nuestro tiempo. Se acercan especialmente a las personas que necesitan ayuda. Quieren contribuir a crear un mundo mejor para todos. Esto es lo que se desprende de la edición 2025 de la revista anual publicada por la Curia General de la Compañía de Jesús: Jesuitas 2025.

Más de 40 artículos y 10 testimonios personales invitan a la reflexión sobre dos temas clave de nuestro tiempo: las migraciones forzosas y la búsqueda de caminos de paz para tantos pueblos que sufren guerras y otras divisiones. La portada es llamativa: refugiados rohingya perseguidos en Birmania huyeron a Bangladesh. Pero se han visto obligados a hacerse de nuevo a la mar, y desembarcan en Indonesia con la esperanza de encontrar un nuevo hogar.

La sección de apoyo a los migrantes:

• Destaca muchas facetas del trabajo del JRS, el Servicio Jesuita a Refugiados.
• Presenta varios ejemplos de la acogida dispensada a los migrantes por grupos vinculados a la Compañía de Jesús;
• Ayuda a concienciar sobre los retos de la migración interna, particularmente en Asia meridional;
• Presenta los testimonios de jesuitas y miembros del JRS que han sido ellos mismos refugiados o apátridas.

La sección titulada “Buscando la paz” nos ayuda a reflexionar sobre el significado de la paz según la Sagrada Escritura, sobre las implicaciones de la reconciliación entre las personas y los pueblos, sobre los peligros que plantea a la paz el capitalismo y su afán de lucro, y sobre lo que significa rezar por la paz. Presenta varios caminos hacia iniciativas de paz con las que los jesuitas han estado o están asociados, en Tierra Santa, en India y Pakistán, en la República Democrática del Congo, en Irlanda del Norte… Pero también proyectos que ayudan a personas atrapadas en laberintos de tensiones destructivas.

Descarga en este enlace el número en tu idioma.

@jesuits.global

t.ly/roVLs

Hacia la renovación: los Hermanos jesuitas en el contexto actual

El 25 de enero, la Comisión Internacional sobre el Hermano Jesuita (CIHJ) concluyó su reunión inaugural en Roma. La reunión, de una semana de duración, puso en marcha un ambicioso proceso de tres años para profundizar en la identidad, la formación y la promoción vocacional del Hermano jesuita. A través de este proceso plurianual, la Comisión también espera arrojar luz sobre la llamada única a la vida consagrada que comparten todos los jesuitas, y explorar cómo este carisma compartido puede hablar al mundo de hoy.

Establecida por el Padre General Arturo Sosa, la ICJB se basa en el trabajo de la Asamblea Internacional de Hermanos Jesuitas que se celebró en Roma en julio de 2022. Una de las formas en que la ICJB busca avanzar en los frutos de la Asamblea es ampliando la conversación sobre los Hermanos jesuitas para incluir no solo a Hermanos de todas partes de la Compañía universal, sino también a sacerdotes, religiosas y compañeros y compañeras en la misión. Con este fin, la ICJB se constituyó con una composición diversa, que incluye a seis Hermanos jesuitas, uno de cada Conferencia: Raymund Belleza, SJ (JCAP), Davidson Braga Santos, SJ (CPAL), Théophile Désarmeaux, SJ (JCEP), James Boynton, SJ (JCCU), Thomas Vaz, SJ (JCSA), y James Edema, SJ (JCAM); una hermana religiosa, Noelle Corscadden, IBVM, una mujer laica, Jennie Hickey, y dos sacerdotes jesuitas, Clemens Blattert, SJ, y Mark Ravizza, SJ. Esta diversidad enriqueció enormemente la conversación de la ICJB y dio lugar a un firme compromiso de llevar adelante el trabajo de la Comisión mediante la participación de un grupo igualmente amplio y representativo de interlocutores.

2025-01-31_icjb_session2

La reunión de la Comisión comenzó con un día de oración y puesta en común, dirigido por el Padre General, que ofreció una reflexión inicial y dio algunos puntos para la oración. Comenzó señalando que sus razones para establecer la Comisión no provienen de la preocupación, sino de la gratitud por la vocación del Hermano jesuita y por los muchos Hermanos que han dado forma a su propia vocación. Hizo hincapié en el “testimonio profético” que ofrecen los Hermanos jesuitas al encarnar la esencia de la vida religiosa e iluminar el carisma jesuita. Basándose en la imagen paulina del cuerpo, reflexionó sobre cómo el carisma jesuita se encarna de diversas maneras, y animó a la Comisión a volver a nuestras fuentes para comprender mejor cómo los primeros jesuitas imaginaron que los religiosos laicos consagrados podían ser “coadjutores” que ayudaran (ayudar) o “co-ayudaran” (co-ayudar) al resto del cuerpo. Sus puntos de oración volvieron al tema de la dimensión profética de la vida y misión de un jesuita, subrayando cómo la vocación especial de los Hermanos contribuye a la minima Compañía de Jesús y ofrece esperanza a nuestro mundo secularizado.

Los tres días siguientes de la Comisión dieron continuidad a un proceso de discernimiento, centrado en los temas de identidad y misión, la formación de los Hermanos y la promoción vocacional. Después de las presentaciones iniciales de cada mañana, la ICJB siguió un proceso de oración, conversación espiritual y reflexión para escuchar cómo el Espíritu invitaba al grupo a desarrollar cada uno de los temas. Se agradecieron especialmente las aportaciones del Hno. Wenceslao Soto Artuñedo, SJ, y del Hno. Brent Gordon, SJ, que proporcionaron un perspicaz análisis histórico de la vocación del Hermano y compartieron sus propias historias vocacionales.

2025-01-31_icjb_session1

Por fin, la Comisión reunió los frutos de los días anteriores y desarrolló un plan de acción para el año venidero. Un aspecto central de este plan fue el deseo de ampliar la conversación y seguir escuchando al Espíritu que habla a través de los Hermanos jesuitas, los colaboradores en la misión y la sociedad en general. Para lograr este objetivo, se eligió un nuevo moderador, el Hno. Davidson Braga Santos, SJ, y se formaron tres grupos de trabajo. El primer grupo se centrará en volver a nuestros documentos fundacionales, escuchando cómo las generaciones anteriores de jesuitas entendían la vocación de los Hermanos y su importante papel como coadjutores. El segundo grupo de trabajo tratará de escuchar ampliamente a diferentes partes de la Compañía de Jesús, aprendiendo cómo los jesuitas y los colaboradores en la misión entienden la identidad del Hermano, y cómo se puede avanzar mejor en la formación y la vocación de los Hermanos. Por último, un tercer grupo de trabajo intentará involucrar a la sociedad en general, escuchando las esperanzas y los deseos de los jóvenes en un mundo cada vez más secularizado. El objetivo es atender a cómo el Espíritu se mueve en esta nueva generación y discernir cómo podrían sentirse atraídos e inspirados por el ejemplo de la vida religiosa, especialmente tal y como la viven los Hermanos jesuitas.

La ICJB seguirá reuniéndose mensualmente por Zoom e invita a cualquier persona que tenga comentarios o sugerencias a que se ponga en contacto con cualquiera de los miembros de la Comisión.

@jesuits.global

t.ly/ooT9V

El lenguaje de la Fe hoy

El Jubileo de la Comunicación, que el fin de semana del 24 al 26 de enero fue el primero de los eventos jubilares de este Año Santo, reunió en Roma a decenas de miles de periodistas, comunicadores, trabajadores del sector, religiosos y laicos, que cada día ponen su profesionalidad al servicio de la sociedad, y en particular de la Iglesia.

En los numerosos momentos de reflexión e intercambio, la pregunta que más se planteó fue “¿Cómo comunicar hoy?”, y nosotros, los comunicadores que trabajamos en el ámbito religioso, nos detuvimos a reflexionar concretamente sobre cómo difundir la Palabra de Dios y compartir la Fe en un mundo impregnado de violencia y destrucción. La Fe habla hoy un lenguaje que necesariamente debe adaptarse a los tiempos, sin dejar de estar anclado en la Verdad Eterna.

Vivimos en una época en la que la comunicación se caracteriza por la inmediatez, la rapidez, la hiperconexión y la multiplicidad de voces; la sociedad es cada vez más pluralista y secularizada y, en este contexto, para difundir hoy la Palabra de Dios es necesario adoptar un enfoque que tenga en cuenta estas realidades.

2025-02-03_language-of-faith_signs

El lenguaje de la Fe no puede ser estático o distante, sino que debe ser capaz de acercarse a las personas, hablando un lenguaje comprensible y capaz de tocar sus corazones.

La Fe no puede “limitarse” a expresarse de manera formal o compleja, sino que debe ser capaz de hablar un lenguaje sencillo, directo e inclusivo; debe hablar el lenguaje del amor, de la esperanza y de la compasión.

El Santo Padre, en su Mensaje para la 59ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, dado a conocer el 24 de enero al inicio del Jubileo del Mundo de la Comunicación, nos invita a “compartir la esperanza con mansedumbre”, para que el oyente se sienta acogido, comprendido y pueda descubrir o redescubrir la Palabra de Dios. El mundo necesita una comunicación que no suscite miedo y desesperación, sino que alimente la llama de la esperanza, que nos haga sentir que Dios está con cada uno de nosotros, siempre.

No debemos olvidar, sin embargo, que la Fe no es sólo anuncio, sino también escucha, escucha activa, capaz de acoger las preguntas, las incertidumbres, las dudas existenciales de quienes buscan a Dios, y a las que podemos responder utilizando el lenguaje más poderoso que tenemos: el verdadero testimonio.

Difundir la Palabra de Dios hoy significa vivir una Fe encarnada en el presente, capaz de entrar en los meandros de la sociedad sin perder su autenticidad. La misión es testimoniar que la Palabra de Dios está viva, que habla a los desafíos modernos, y que ofrece respuestas profundas a quienes buscan sentido y verdad.

2025-02-03_language-of-faith_camera

El Verbo toma carne, tiene rostro, es una persona, Jesucristo. No siempre reconocido, pero no ausente. Presente en todas las demás palabras, también ella busca hacerse carne. La Palabra crece y se revela en nuestra escucha. Escuchar significa reconocer y acoger, a menudo acoger su extrañeza y al extranjero, porque la Palabra siempre será un encuentro extraño incluso cuando la deseamos. Para escuchar, acoger, hablar y dar carne a la Palabra necesitamos un espacio -libre- para dejarla venir y “habitar” con nosotros.

El reto para todos nosotros es la receptividad, la espera y la apertura. Creo que el reto profundo de la comunicación auténtica es precisamente el espacio abarrotado de nuestro mundo y de nuestros corazones: es como estar siempre en medio de una multitud, donde todos están demasiado ocupados o preocupados, demasiado asustados o desconfiados para reconocer a Aquel que está en medio de nosotros, Aquel que pronuncia nuestro nombre y camina a nuestro lado.

 

Por Carla Bellone, Asistente del Secretario para el Servicio de la Fe

t.ly/_3sGl

Domingo tercero: Reflexión dominical en clave ecológica – Ciclo C

En el marco de la reflexión dominical en clave ecológica para este domingo tercero del Tiempo Durante el año, las lecturas bíblicas nos invitan a redescubrir nuestra misión como custodios de la Creación, inspirados por la Palabra de Dios.


Desde la unidad y la diversidad del Cuerpo de Cristo, la sabiduría de la Ley, la proclamación liberadora de Jesús y la escucha atenta de las Escrituras, somos llamados a vivir una conversión ecológica que transforme nuestro modo de relacionarnos con el entorno y con los demás.

Escuchar, Celebrar y Compartir

La lectura de Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10 invita a una interpretación ecológica basada en tres elementos clave para cuidar la creación: la escucha atenta de la Palabra de Dios, la celebración comunitaria y el compartir solidario. La atención del pueblo a la lectura de la Ley, que revela la voluntad de Dios, nos llama a redescubrir en la Palabra el mandato de cuidar y custodiar la creación como un don divino.

La celebración en comunidad, expresada en la adoración y el reconocimiento de la grandeza de Dios, nos recuerda que la creación es obra suya, destinada al bien común, y la invitación a compartir con quienes no tienen, subraya un estilo de vida solidario y sostenible, que evita el desperdicio y fomenta la equidad en el uso de los recursos.

Tus Palabras, Señor, son Espíritu y Vida

El Salmo 18 nos inspira a cuidar la casa común desde la sabiduría que emana de la Palabra de Dios. La ley del Señor, perfecta y reconfortante, nos recuerda que la Creación está ordenada por un diseño divino que debemos respetar y proteger.

Los preceptos rectos y mandamientos claros nos animan a vivir con rectitud y transparencia, promoviendo acciones que alegren el corazón y que sean luminosas para los demás, como cuidar el agua, los bosques y toda forma de vida.

La pureza y eternidad de la palabra de Dios nos interpelan a asumir la responsabilidad de preservar la creación como un legado para las futuras generaciones.

Cuidar la Creación desde el Cuerpo de Cristo

La lectura de 1 Corintios 12, 12-30 ofrece una profunda enseñanza invitándonos a cuidar la Creación desde la unidad y la diversidad. Así como el cuerpo tiene muchos miembros, cada uno con su función específica, la Creación también está formada por una diversidad de ecosistemas, especies y elementos, todos necesarios y complementarios.

Reconocer que todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu nos lleva a valorar la interconexión entre los seres humanos y el entorno natural.

La solidaridad que pide san Pablo, de sufrir y alegrarse juntos, nos llama a ser sensibles al sufrimiento de la tierra y a unirnos en acciones que restauren su integridad al mismo tiempo nos invita a respetar y cuidar los “miembros más débiles” a proteger las especies y ecosistemas más vulnerables, recordando que el cuidado de la casa común es una expresión de nuestra identidad como Cuerpo de Cristo.

Mano Rama Pixabay

Inspirados por el Espíritu del Señor

El Evangelio según Lucas 1, 1-4; 4, 14-21 destaca la misión de Jesús como un llamado a cuidar la Creación desde una perspectiva integral. Jesús, lleno del Espíritu, proclama una Buena Noticia que abarca la liberación, la justicia y la sanación, aspectos que también deben extenderse a la casa común.

La unción del Espíritu nos recuerda que la Creación es consagrada por Dios, y como discípulos, somos enviados a sanar las heridas de un mundo afectado por el deterioro ambiental. La liberación de los oprimidos y la restauración de la vista a los ciegos nos invita a reconocer y transformar las estructuras que dañan la tierra y excluyen a los más vulnerables.

A modo de cierre: Testigos de Esperanza

Estas reflexiones dominicales en clave ecológica nos inspiran a asumir con decisión nuestra vocación de custodios de la Creación. A través de las Escrituras, comprendemos que la unidad, la justicia, la sanación y la esperanza son caminos esenciales para proteger y restaurar nuestra casa común.

Al reconocer la Creación como un don sagrado, somos llamados a vivir en armonía con ella, promoviendo acciones concretas que reflejen el amor de Dios por todo lo que ha hecho.

Como nos recuerda el Papa Francisco en Laudato Si’: “La humanidad tiene aún la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común” (LS, 13). Con fe y compromiso, respondamos a este llamado como testigos de esperanza y transformación en el mundo.


Por E. Marcial Riveros Tito. Teólogo y Contador Público

@vidanuevadigital

EDUARD PROFITTLICH, SJ: UNA VIDA DE SERVICIO, VALOR Y MARTIRIO

El 18 de diciembre de 2024, el Papa Francisco ha autorizado al Dicasterio para las Causas de los Santos la promulgación del decreto sobre el martirio del arzobispo jesuita Eduard Profittlich, Administrador Apostólico de Estonia.

Tras la ocupación de Estonia por la Unión Soviética, Eduard decidió permanecer en el país a pesar de las crecientes amenazas soviéticas y de que existía la posibilidad de regresar a Alemania. Fue detenido, juzgado y condenado a muerte, y murió en prisión el 22 de febrero de 1942 antes de ser ejecutado.

Su beatificación tendrá lugar en Tallin (Estonia) en los próximos meses.

Breve biografía

El Siervo de Dios Eduard Profittlich, SJ, nace el 11 de septiembre de 1890 en Birresdorf, Renania, Alemania, en la diócesis de Tréveris. Sus padres, Markus Profittlich (1846-1920) y Dorothea Catharina Profittlich (1850-1913), eran agricultores en un pequeño pueblo de unos cientos de habitantes. Bautizado el día de su nacimiento, recibe la Primera Comunión en 1903 y es confirmado en 1904 en la iglesia de San Esteban de Leimersdorf. Eduard asiste a la escuela primaria local en Leimersdorf antes de continuar su educación en Ahrweiler y Linz am Rhein, graduándose en 1912. Ese mismo año ingresa en el seminario de Tréveris, pero lo abandona, tras dos semestres, en 1913, para ingresar en el noviciado de la Compañía en los Países Bajos, siguiendo los pasos de su hermano mayor Pedro, misionero jesuita fallecido en Brasil.

Eduard estudia filosofía y teología en el Collegium Maximum S. Ignatii Valkenburgense que tenía la Compañía en Valkenburg. Durante la Primera Guerra Mundial, sus estudios se ven interrumpidos mientras presta servicio sanitario en un hospital militar de Verviers (Bélgica). Tras la guerra, reanuda sus estudios y es ordenado sacerdote en 1922. Prosigue sus estudios teológicos avanzados en Cracovia (Polonia), antes de completar su Tercera Probación en Czechowice-Dziedzice.

Entre 1925 y 1928, Eduard trabaja en Oppeln, Alemania (ahora Opole, Polonia), y más tarde es nombrado capellán de la iglesia de San Ansgar en Hamburgo, que atendía a inmigrantes polacos. En 1930 pronuncia sus Últimos Votos y es enviado a Estonia. En 1931 es nombrado Administrador Apostólico de Estonia y, en 1936, Arzobispo Titular de Hadrianópolis.

Cuando la Unión Soviética ocupa Estonia en 1940, la libertad religiosa se ve gravemente restringida y se intensifica la persecución del clero. Aunque Eduard podría haber abandonado el país, opta por quedarse, dando prioridad a su misión y a los fieles que estaban a su cargo.

La noche anterior al 27 de junio de 1941, es arrestado. Tienen lugar, a continuación, un viaje de 2.000 kilómetros hasta la prisión de Kirov y una serie de interrogatorios nocturnos. Eduard es condenado a muerte el 21 de noviembre de 1941, tras ser juzgado por un tribunal que partía de unos cargos inventados de hacer propaganda contrarrevolucionaria y agitación antisoviética, y de no informar de “actividades contrarrevolucionarias”. Se rechaza su apelación. Obligado a soportar las difíciles condiciones de la cárcel durante casi nueve meses, el Siervo de Dios muere en la prisión de Kirov el 22 de febrero de 1942, antes de la ejecución de su sentencia.

@jesuitsglobal | t.ly/Ip7DV

El Jubileo de la Esperanza, buena noticia para todos

El pasado 9 de mayo de este 2024, con la publicación de la Bula Spes non confundit (“La esperanza no defrauda” Rom 5,5), el Papa Francisco anunció y convocó oficialmente a la Iglesia Católica, a la celebración del JUBILEO DE LA ESPERANZA.

Se trata de la vivencia de un año especial o “año santo”, como también se le llama, como un espacio-tiempo especial para renovar la relación con Dios, renovando nuestras relaciones interpersonales y toda nuestra vida en sociedad, a la luz de los criterios del evangelio de Jesucristo.

Por disposición de la Bula Pontificia, fechas especiales a tener en cuenta en la celebración de este Jubileo son las siguientes: el 24 de diciembre de este año será la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y en los días sucesivos la apertura de las Puertas de otros Templos importantes para el mundo católico en la ciudad de Roma. El 29 de diciembre, de este mismo año, en todas las iglesias catedrales de todas las diócesis del mundo, los obispos del lugar presidirán la celebración eucarística como apertura solemne del Año Jubilar, que culminará con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica papal de San Pedro en el Vaticano el 6 de enero de 2026, con la celebración litúrgica de la Epifanía del Señor.

El origen de los jubileos o “años santos” que – ordinaria o extraordinariamente – son convocados y celebrados en la Iglesia Católica, son una mixtura de los años sabáticos y de los años jubilares que se celebraban en el Israel del Antiguo Testamento; y se remonta a costumbres jurídico-religiosas,  según las cuales, así como el sábado era el día de reposo, cada siete años, en un año llamado “sabático”, todo el país entraba en un tiempo de descanso dedicado al Señor, De tal manera que todo lo que – libremente – creciera en el campo podría ser recogido – también libremente – por los pobres, como una muestra de que la tierra es santa y propiedad de Dios. Así mismo, cada siete años, los esclavos quedaban en libertad y las deudas quedaban anuladas (Cfr. Lv 25.1-7; Ex 23,10-11; Ex 21,2-6; Dt 15,1-6).

El año del jubileo, por su parte, consistía en una orden legal según la cual, cada cincuenta años, además de las mismas concesiones del año sabático, la propiedad de tierras y bienes debía ser restituida a los propietarios originales (Cfr. Lev 25,8-17; Lev 23,55; Is 61,1-2).

Debido a estas costumbres ancestrales y a la dificultad de ser cumplidas rectamente por los hombres, los cristianos en el Nuevo Testamento pintan el tiempo vivido y compartido con Jesús, como “un año o tiempo de gracia”. Año de gracia anunciado en el Antiguo Testamento, cumplido a medias o definitivamente incumplido por el pueblo de la antigua alianza, pero que regresaría a cabalidad con el Mesías. Año de gracia y de salvación, tiempo de justicia y de paz, tiempo de misericordia y de “vida abundante” (Jn 10,10)

La Buena Noticia, que es Jesús de Nazaret para quienes se encuentran con Él, es interpretada, especialmente por el evangelista Lucas, como Buena Noticia (evangelio) para los pobres, libertad para los presos y oprimidos, vista para los ciegos, y año favorable para todos, de parte de Dios. (Lc 4,16-21)

La celebración oficial de jubileos en la Iglesia data del año 1300, convocado, el primero, por el papa Bonifacio VIII ordenando que se celebraran cada 100 años. Posteriormente, en 1490 Paulo II redujo el tiempo a cada 25 años, con el ánimo de que cada generación pudiese participar en, al menos, un Jubileo.

Con el tiempo, los jubileos en la Iglesia, que inicialmente en el Antiguo Testamento – fueron tiempo de gracia y de perdón frente a realidades materiales y tangibles como la tierra, los cultivos, las cosechas, las deudas, la esclavitud – fueron adquiriendo un énfasis “espiritual”, consistente en la obtención de indulgencias – que en una época se compraban – mediante el arrepentimiento, la oración, la confesión, la comunión y la visita a santuarios, previamente destinados como lugares de peregrinación, para el perdón de los pecados.

El tema de la esperanza es el tema elegido por el papa Francisco como eje para la oración, reflexión y práctica en la vida de los discípulos de Jesucristo en este próximo año jubilar. Tema muy pertinente, si tenemos en cuenta que todo ser humano vive gracias a la esperanza que, como motor de la existencia, nos mueve y empuja en la búsqueda de días mejores y que hoy – en medio de las desesperanzas, fracasos y angustias del mundo actual, urgen signos, hombres, mujeres, comunidades e instituciones que sean testigos de esperanza.

En las esperas cotidianas de tiempos mejores, esperas que a veces fracasan y a veces se cumplen, los cristianos esperamos, como en un permanente adviento, la Esperanza que a todo da plenitud, que no defrauda y que es Cristo mismo.

Entonces todo hombre y todo cristiano puede ser definido esencial y fundamentalmente como un ser en, de y para la esperanza, hasta lograr gritar como Pablo “ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mi” (Gál 2,20), para lograr la construcción de un cielo nuevo en una tierra nueva, es decir, el reinado de Dios, que es reinado de la justicia, la paz, la verdad y la fraternidad, mediante el mandamiento nuevo del amor.

Todo lo cual se convierte en un desafío permanente para el discípulo. Desafío que nos empuja a vivir y a construir, en las esperas cotidianas, un mundo con esperanza.

El sentido y significado de los jubileos ha impregnado también la tarea de los gobiernos del mundo. En ocasiones especiales, los gobernantes de las naciones promulgan decretos de indultos o amnistías que benefician a pobres, a prisioneros, etc.

Entonces, que el Jubileo del año 2025, convocado por el Papa Francisco, nos anime a todos – en la Iglesia Católica y en los gobiernos del mundo – a construir acciones, signos y realidades (concretas y tangibles) para la esperanza de todos.

Que construyamos la convivencia y el mundo siempre, como un permanente jubileo, un permanente espacio-tiempo de buenas noticias de salvación, de sanación, de liberación y esperanza para todos. Tiempo de pan para el hambriento, de vestido para el desnudo, de oportunidades sociales para los “descartados” de la tierra, de techo para los sin-hogar y para los migrantes, de salud para el enfermo y de justicia para los inocentes y empobrecidos, etc.

Como termina el Papa Francisco su Bula convocatoria del Jubileo: “Dejémonos atraer desde ahora por la esperanza y permitamos que a través de nosotros sea contagiosa para cuantos la desean”, pues nadie puede vivir sin razones para esperar tiempos mejores, nadie vive sin motivos para esperar la esperanza.

*Mario J. Paredes es miembro del Consejo Directivo de la Academia de Líderes Católicos en Nueva York.

@religiondigital | t.ly/u-ld5

Francisco y su particular teología del humor

El diario estadounidense ‘The New York Times’ publica, con motivo del cumpleaños del Papa, uno de los capítulos de su próxima autobiografía


Mientras en Italia se ha publicado de forma anticipada el capítulo de la autobiografía del papa Francisco que narra su visita a Irak en marzo de 2021; en los Estados Unidos, con motivo del cumpleaños del Papa, The New York Times rescata el capítulo en el que el Pontífice traza su particular teología del humor en una obra de unas 400 páginas que ha realizado junto al periodista Carlo Musso.

 

La tentación de la melancolía

“La vida tiene inevitablemente sus tristezas, que forman parte de todo camino de esperanza y de todo camino hacia la conversión”, comienza diciendo Francisco pasar a la recomendación de que “es importante evitar a toda costa regodearse en la melancolía, no dejar que amargue el corazón”. Por ello, aunque señala que has sacerdotes “amargados y tristes” como “solterones”; “en general, los sacerdotes solemos disfrutar del humor e incluso tenemos una buena reserva de chistes e historias divertidas, que a menudo se nos da bastante bien contar, además de ser objeto de ellas”. Y tira de anécdotas de Juan XXIII o Juan Pablo II.

Para Francisco, “la ironía es una medicina, no solo para levantar y alegrar a los demás, sino también a nosotros mismos, porque la autoburla es un poderoso instrumento para superar la tentación hacia el narcisismo” mientras recurre al amplio catálogo de “chistes sobre jesuitas y contados por jesuitas” o las bromas que le llegan sobre sí mismo. Y es que, señala, “el evangelio, que nos insta a hacernos como niños por nuestra propia salvación, nos recuerda que debemos recuperar la capacidad de sonreír”.

El papa Francisco, en la escuela Irmas Alma, de Dili

Así, el Papa destaca sus bonitos momentos con los niños –“los encuentros con ellos son los que más me emocionan, los que mejor me hacen sentir”, escribe– o con los ancianos –“que bendicen la vida, que dejan a un lado todo resentimiento, que se deleitan con el vino que ha salido bien a lo largo de los años, son irresistibles”–. “Cuando cojo a los niños en brazos durante las audiencias en la Plaza de San Pedro, la mayoría sonríen; pero otros, cuando me ven vestido todo de blanco, piensan que soy el médico que ha venido a ponerles una inyección, y entonces lloran”, bromea el Pontífice.

@vidanuevadigital | t.ly/lJZZs