Un paso adelante para la CVX mundial

El P. Arturo Sosa SJ, Superior General de los Jesuitas, aprobó la revisión del papel del Asistente Eclesiástico en la nueva versión de los estatutos de la CVX. En una carta que envió a todos los superiores mayores de la Compañía el 25 de noviembre, ofreció su total apoyo al equipo internacional de este movimiento laico de espiritualidad ignaciana.

Además, a través de un video mensaje se invita a conocer el documento sobre el rol del Asistente Eclesiástico. Allí, el P. Arturo Sosa afirma: «Desde  hace varios meses he trabajado con el Consejo Ejecutivo Mundial para examinar, en el sentido ignaciano, la figura del Asistente Eclesiástico y juntos elaborar su perfil de un modo en el que se una la raíz carismática de la tradición de la CVX con una respuesta, audaz y creativa, a los retos y llamadas que nos propone una Iglesia en vías de hacerse más sinodal, abierta al mundo actual y a las necesidades de los pueblos y culturas en su rica variedad.»

Además del mensaje del P. General, el cual es Asistente Eclesiástico Mundial de la CVX, se podrá escuchar también al Presidente Denis Dobbelstein, al Secretario General Manuel Martínez, a la Vicepresidenta Ann-Marie Brennan y al Vice-Asistente Eclesiástico Mundial el P. José de Pablo. (Con subtítulos en español, inglés y francés).

Podes leer el Documento sobre la figura y el perfil del asistente Eclesiástico en la CVX  haciendo click aquí

Fuente: www.jesuits.global/es

Ordenación diaconal de Francisco Bettinelli SJ

El pasado viernes 18 de diciembre, Francisco Bettinelli SJ fue ordenado diácono junto a cuatro compañeros jesuitas¹. La ordenación se realizó en la parroquia Santa Cruz de Los Nogales en Santiago de Chile, dónde actualmente se encuentra finalizando el último año de Teología. La celebración la presidió el cardenal y arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, y concelebrada por monseñor Jorge Torres Carbonell, obispo de Laferrere Argentina y tío de Francisco.² 

Testimonio

La imagen del pesebre alumbra la ordenación diaconal que recibí junto a otros cuatro compañeros de México, El Salvador, Bolivia y Chile. En la semana previa, las nuevas restricciones anunciada para la cuarentena, impusieron que el aforo fuera realmente reducido, de solo 20 personas. Nos tocó una celebración que pareció preparada para el Adviento, para recibir la gracia de Dios que quiere nacer en la intemperie. Quizá, por la sencillez de la ordenación, pude vivirla con mucha naturalidad. Disfrutar y agradecer por este tiempo en que Dios me ha regalado conocer su fidelidad que aparece con más fuerza cuando caen las seguridades y certezas. Por otro lado, agradezco los mensajes recibidos que ayudaron a ir poblando de rostros e historias esta ordenación que, confirmo, no es solo propia, sino que pertenece al Pueblo de Dios. Recibí la gracia de alegrarme con la alegría de otros y otras. El fruto de todos esos días fue para mí una experiencia de mucha paz y confianza. Me vienen estos días al corazón las palabras que tantas veces repetía nuestro querido Josepe: “por todo lo que fue, gracias; por todo lo que viene, amén”.

Francisco Bettinelli SJ

 

 

¹ Gerardo Aguilar SJ, José Manuel Cruz SJ, Fernando Jiménez SJ y Félix Velasco SJ.

² También acompañaron el P. Gabriel Roblero SJ, provincial de la Compañía de Jesús en Chile; el P. Alberto Luna SJ, rector del Centro Interprovincial de Formación San Pedro Fabro en Santiago; el padre Ignacio Suñol SJ, provincial de Bolivia y el padre Pedro Labrín SJ, párroco de Santa Cruz. 

CELAM presenta su e-book “Fratelli tutti: meditaciones desde América Latina y el Caribe”

Fratelli tutti: meditaciones desde América Latina y el Caribe“, es el título de la nueva publicación del Consejo Episcopal Latinoamericano.

En una carta dirigida a las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, el presidente del CELAM, Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, invita a la lectura de este libro que contiene ocho meditaciones breves, sobre la última Carta Encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti -una por cada capítulo- desde la perspectiva de la realidad del continente.

Las reflexiones fueron escritas por los miembros de la presidencia del organismo colegiado y otros invitados especiales que hacen eco del Magisterio del Papa Francisco, a partir de su Encíclica sobre la fraternidad y la amistad social.

En este tiempo de Adviento sentimos el llamado apremiante del buen Dios a fortalecer nuestra esperanza y al mismo tiempo nuestro compromiso con los más necesitados, expresando nuestra cercanía con las víctimas del coronavirus y de tantas otras ‘pandemias históricas’ que nos impulsan a construir puentes de solidaridad, fraternidad y justicia social, a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia“, afirma Monseñor Cabrejos.

La mirada de nuestros pueblos

La publicación digital pretende ser un servicio de animación para todos los rincones de América Latina y el Caribe, por lo que está disponible en español, portugués, inglés, italiano y francés.

En la presentación del texto, el Secretario General del Consejo Episcopal Monseñor Jorge Eduardo Lozano, advierte sobre la urgencia que existe de vivir esa dimensión universal del amor fraterno; temática que el Santo Padre hace expresa en su Carta Encíclica y que en América Latina y el Caribe se vive a diario por lo que es necesario dejarse impregnar por el testimonio de fraternidad, sencillez y alegría de San Francisco de Asís, cuyo carisma es parte fundamental del espíritu del texto. Mucho más en el contexto de la pandemia que invita de manera categórica a despertar a este deseo mundial de hermandad que sin desconocer las sombras del mundo cerrado en el que vivimos nos interpela para ser ese prójimo sin fronteras que supera todos los límites y va al encuentro de quien necesita su ayuda.

La presentación de “Fratelli tutti: meditaciones desde América Latina y el Caribe” coincidió con el Adviento y la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, porque a ejemplo de la primera discípula misionera, esta publicación busca animar la esperanza y el compromiso con la cultura del encuentro y el diálogo.

Al alcance de todos

El Consejo Episcopal Latinoamericano invita a sus lectores a descargar de manera gratuita y en diferentes idiomas el libro “Fratelli tutti: meditaciones desde América Latina y el Caribe” haciendo clic en los siguientes enlaces:

Fuente: prensacelam.org

El episcopado argentino convoca al triduo pastoral por la vida naciente

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, encabezó la 186ª reunión de la Comisión Permanente que se desarrolló el 15 de diciembre y contó con la participación del nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk.

En este intercambio, los obispos llevaron adelante una reflexión tras la cual definieron acciones pastorales a favor de la vida por nacer, en vísperas del posible tratamiento en el Senado del proyecto de ley de aborto.

  • El sábado 26 de diciembre, la Comisión Ejecutiva de la CEA, en nombre de todos los obispos, visitará a la Virgen de Luján, patrona del pueblo argentino. En la basílica, celebrarán la Eucaristía a las 10 y será transmitida a través de las redes sociales.
  • El domingo 27 de diciembre, en el marco de la fiesta de la Sagrada Familia, se celebrarán misas en las catedrales y parroquias del país, para pedir especialmente por la vida naciente.
  • El lunes 28 de diciembre, solemnidad de los mártires Santos Inocentes, los obispos argentinos convocan al Pueblo de Dios a una jornada de ayuno, oración y celebración de la misa por esa intención.

Carta al Papa Francisco

Durante la reunión de la Comisión Permanente, la CEA envió una carta al papa Francisco renovando la comunión con el sucesor del Apóstol Pedro y saludándolo con motivo del aniversario de su ordenación sacerdotal.

Los obispos agradecieron al Papa su magisterio, manifestado con claridad en la encíclica Fratelli tutti y sus palabras y gestos en defensa de la vida humana no nacida.

En el desarrollo de la reunión, la veintena de obispos participantes recibió informes de la Comisión Episcopal de Educación Católica, de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia, de la Comisión Episcopal de Liturgia y de Cáritas Argentina.

La Comisión Permanente de la CEA está integrada por 22 obispos: los miembros de la Comisión Ejecutiva, los presidentes de las comisiones episcopales estables y los obispos delegados de cada región pastoral del país.

Asimismo, participan como invitados el obispo presidente de la Comisión Episcopal para Cáritas, monseñor Carlos José Tissera, y el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk.

Fuente: aica.org

3 minutos de retiro

Una aplicación que invita a tomarse un momento del día para dedicarlo a la oración personal.

Cada propuesta de oración incluye lecturas bíblicas, música y preguntas para guiar la reflexión personal. Cada uno podrá realizarlo a su ritmo, presionando el botón «Siguiente» que permitirá avanzar en la oración.

Características del retiro de 3 minutos:

  • Nuevos retiros todos los días del año.
  • Elección del idioma inglés o español.
  • Control sobre el ritmo de su oración.
  • Fotografía y música inspiradoras.

Links de descarga

Reflexión del Evangelio – Tercer Domingo de Adviento

Evangelio según San Juan 1,6-8.19-28

Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
El no era la luz, sino el testigo de la luz.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: «¿Quién eres tú?».
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías».
«¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: «¿Eres Elías?». Juan dijo: «No». «¿Eres el Profeta?». «Tampoco», respondió.
Ellos insistieron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?».
Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías».
Algunos de los enviados eran fariseos,
y volvieron a preguntarle: «¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?».
Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen:
él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia».
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Reflexión por P. Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

Cuando visité por primera vez la vereda Taracué, en el municipio de San Pablo, al sur del departamento de Bolívar, viajé montado en la parte de atrás de un viejo camión de estacas, compartiendo el espacio con un buen grupo de niños y niñas, acompañados por sus padres, los bultos de comida, los barriles de gasolina, las gallinas, la carne colgada de las barandas. Muy lentamente fuimos recorriendo los quince o veinte kilómetros que separan la vereda del casco urbano. El camión se balanceaba de un lado para el otro, sobrepasando los huecos más impresionantes y hasta algunas quebradas bastante caudalosas.

Recuerdo que, al llegar, nos explicaron que todavía nos faltaba por recorrer a pie un buen trecho, pues la carretera estaba todavía en construcción. Caminamos una hora más hasta la escuela de la vereda, donde nos íbamos a hospedar con mi compañero de misión. Yo estaba recién ordenado y celebré allí mi primera semana santa en medio de una comunidad que iba naciendo entre las plantaciones de coca y los grupos guerrilleros que controlaban la zona.

Algunos meses después, volvimos a Taracué para celebrar la Navidad y nos encontramos con que la carretera había avanzado hasta la orilla de la quebrada, de aguas transparentes, que lleva el mismo nombre de la vereda donde está la escuela. Los campesinos de la región, a punta de pico y pala, habían abierto la montaña para que los carros pudieran llegar más cerca de sus casas que, de todos modos, seguían estando a dos y tres horas de camino. Tuvieron que romper los cerros, sobrepasar las cimas, construir puentes y rellenar en otros sitios el terreno para tratar de hacer un camino transitable. Los campesinos nos contaban que en un recodo del camino tuvieron que luchar a brazo partido con una enorme roca que les impedía el paso. Sólo cuando consiguieron un poco de dinamita, pudieron sobrepasar aquella dificultad y terminar el trayecto hasta la quebrada. Hoy todavía es una carretera que sólo permite el paso de carros con doble tracción o camiones con mucha fuerza. Y, sobre todo en épocas de lluvia, aunque sigue conservando el nombre, se parece poco a lo que debería ser una carretera como Dios manda.

Juan el Bautista anuncia la llegada del Señor sirviéndose de las palabras del profeta Isaías, que invitaba a su pueblo a abrir “un camino derecho para el Señor”. El texto de Isaías sigue diciendo: “Rellenen todas las cañadas, allanen los cerros y las colinas, conviertan la región quebrada y montañosa en llanura completamente lisa”. Cada uno de nosotros sabrá qué implicaciones tiene esto en nuestras relaciones con los demás y con Dios. Qué cañadas tenemos que rellenar, qué cerros y qué colinas tenemos que allanar, qué puentes tenemos que construir para permitir que el Señor llegue hasta nosotros.

Este tiempo de Adviento es un tiempo propicio para abrir nuestros caminos, arreglarlos, mejorarlos. Así como los campesinos de la vereda Taracué, al sur de Bolívar, tenemos que prepararnos para que el Señor pueda llegar hasta nosotros y regalarnos con sus dones en esta Navidad. Ojalá no sea necesario usar la dinamita…

Fuente: jesuitas.lat

Mensaje del Papa Francisco en el cierre del Año Mariano: “María es Madre y discípula”

El Papa Francisco envió un Mensaje con ocasión de la clausura del año Mariano Nacional en Argentina. Este evento fue convocado por los Obispos argentinos y tuvo lugar desde el 8 de diciembre de 2019 hasta el 8 de diciembre de 2020 con el objetivo de “resaltar el jubileo por los 400 años del hallazgo de la sagrada imagen de la Virgen del Valle en la provincia de Catamarca.”

«No se olviden que María es Madre y discípula. Es Madre de Jesús, es la que nos trajo Jesús al mundo. Y es discípula. Es la primera en seguir a Jesús, en hacer lo que Jesús dice, en obedecer”, recuerda el Papa Francisco en el mensaje.

Además, anima e invita a que la figura de María, Madre y discípula, nos acompañe en nuestra vida diaria.

El vídeo

Las celebraciones en recuerdo y en honor a la Virgen

En el transcurso del Año Mariano tuvo lugar el recuerdo de la primera Misa celebrada en territorio argentino hace 500 años, en la bahía de puerto San Julián, el 1 de abril. Así como también se realizó el IV Congreso Mariano Nacional del 23 al 26 de abril, en Catamarca, y en el mes de setiembre, también en Catamarca, tuvo lugar el Congreso Mariológico. En este año dedicado a la Virgen María, los Obispos argentinos recordaron que, “María nos vuelve a convocar. Es la Mujer, es la Esposa, es la Madre que, con su presencia, abraza a las mujeres, a las esposas y a las madres en sus angustias y dolores y acoge a los hijos del descarte, las adicciones, la soledad y la indigencia”.

Fuente:

Reflexión del Evangelio – Segundo Domingo de Adviento

Evangelio según San Marcos 1,1-8.

Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.
Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos,
así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:
«Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.
Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo».

Reflexión por P. Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

En el desierto de Atacama, al norte de Chile, sucede cada cierto tiempo un fenómeno único en el mundo. Esta región, una de las más áridas del planeta, después de varios años de paisaje lúgubre y seco, se transforma, por las lluvias, en lo que se conoce como el Desierto Florido. En las últimas dos décadas del siglo XX, este fenómeno se repitió en los años 1983, 1987, 1991 y finalmente con la histórica precipitación del 12 de julio de 1997, donde el agua caída registró la cifra récord de 96 mm en tan sólo 15 horas, algo totalmente inusual para el Desierto de Atacama. El paisaje árido se transforma en un espectáculo único y de sorprendente colorido. Inicialmente con un manto de color verde desde el mes de julio y agosto para alcanzar toda esa gama multicolor en el mes de septiembre, donde flores, insectos y otros animales tapizarán grandes extensiones de la Región de Atacama.

Las lluvias hacen que pequeñas semillas y bulbos, que se han mantenido por años enterrados en el desierto, germinen y crezcan dando vida a plantas de variadas características y hermosas flores multicolores. Asociadas a ellas surgen una gran cantidad de insectos, aves, generando un muy especial ecosistema, donde todos los elementos de la naturaleza conviven en armonía durante todo el tiempo que las condiciones climáticas lo permiten, volviendo con los meses a una situación de latencia hasta las próximas nuevas lluvias.

Contemplar este espectáculo, habiendo conocido la realidad del desierto que se adueña de esta región del mundo durante largos años, debe ser una experiencia inolvidable. Es ser testigo de la vida que no se da nunca por vencida. Siempre está esperando el momento propicio para renacer y explotar en destellos de luz y de color. Me vino a la memoria este fenómeno natural cuando leí en el comienzo del Evangelio según san Marcos la frase que encabeza el Encuentro con la Palabra del día de hoy: “Una voz grita en el desierto”. Eso es lo que Juan el Bautista significó para el pueblo de Israel. Lo que estaba anunciando era la llegada del Mesías: “Después de mí viene uno más poderoso que yo, que ni siquiera merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias”.

El profeta Juan anunció la vida, pero la vida estaba ya presente… Dentro de cada uno de nosotros está presente el Reino de Dios y está tratando de brotar y germinar para transformar el rostro del mundo. Hace algún tiempo la revista de Teología Pastoral, Sal Terrae, traía un título muy sugestivo que me parece que expresa muy bien lo que trato de decir: “El roble está latente en el fondo de la bellota”, haciendo referencia a la famosa poesía de Ira Progoff. En el fondo de toda realidad, está presente ya la vida de Dios que brota como una fuente inagotable.

La voz de Juan se escuchó en medio de la aridez de su pueblo para decirles: “que debían volverse a Dios”. Fue como la lluvia que anunció la llegada de la vida al desierto que llevaba muchos años dormido y oculto. Al interior de cada uno de nosotros, en el fondo de nuestro corazón, están presentes siempre las semillas del Reino que necesitan ser regadas por las lluvias generosas para que despierten de su letargo prolongado y vuelvan a reverdecer llenando con su color, con su fragancia y su luz, los paisajes de nuestra vida y la vida de nuestros pueblos.

Fuente: jesuitas.lat

Orar con las Preferencias Apostólicas Universales en el Adviento

El Adviento señala el comienzo del año litúrgico de la Iglesia. El Adviento es un tiempo de expectación esperanzada. Aunque nuestra mirada se dirige naturalmente hacia la Navidad y el nacimiento de Cristo, la liturgia nos invita a alargar al mismo tiempo nuestra mitrada, los ojos de fe, hasta el fin de los tiempos, la esperada Parusía de Cristo.

El Adviento nos sitúa en varios niveles diferentes.

  • Nos introduce en el misterio de Dios que actúa en la historia, sin estar sometido a ella. Nos invita a contemplar a un Dios cuyas promesas están insertas en nuestro tiempo y en nuestra historia, dándole forma y llevándola lentamente a su culminación de maneras inesperadas y a través de las personas que menos esperamos. En Adviento encontramos a un Dios que nunca deja de sorprendernos.
  • La liturgia de Adviento es una escuela en la que aprendemos a escuchar y a esperar con expectación esperanzada.
  • Por medio de una escucha contemplativa de la Escritura, nuestra imaginación se ensancha: podemos advertir que Dios no nos abandona ni a abandona a nuestro mundo. Continúa con inagotable paciencia llamándonos a la vida nueva del Reino.
  • El tiempo de Adviento nos hace crecer. Nuestro corazón se agranda hasta abrazar el sufrimiento del mundo en el amor de Dios. Un amor que nos saca de la desesperación y la impotencia, porque sabemos que tenemos un salvador, ‘Emmanuel’.
  • Adviento es tiempo para abrirse al riesgo de la esperanza y a la fuerza que nos infunde, para ver nuevas posibilidades, para dejarnos renovar, para permitir que la vida del Espíritu Santo que hemos recibido se convierta en vida nuestra. El Señor ha venido ahora, en este tiempo nuestro, y para siempre.

En la Contemplación de la Encarnación, Ignacio nos invita a mirar al mundo entero en todos sus tiempos, lugares, personas y circunstancias (EE.EE. 101 y ss.). Se nos pide que veamos este mundo como Dios lo ve, lo conoce y lo ama, en toda su belleza y su dolorosa verdad, “todas las naciones en tanta ceguedad, y cómo mueren y descienden al infierno”. Así llegamos a la profundidad de la misericordia amorosa de Dios. Dios viene a nosotros en nuestra miseria y necesidad, en la verdad y en el amor, ‘la segunda persona debe hacerse hombre para salvar a la raza humana’.

La contemplación llama también nuestra atención sobre la respuesta de una joven de Nazaret, pequeña e invisible. En este tiempo de Adviento Ella es nuestra maestra y nuestra guía. Es quien puede enseñarnos a escuchar con profundidad y en clima de contemplación, y mostrarnos cómo estar abiertos, cómo decir nuestro ‘fiat’ a Dios que realiza lo imposible.

Cuando entramos en el tiempo de Adviento y vivimos su liturgia, es bueno pedirle a Ella, la Madre del Señor, que ore con nosotros y por nosotros para que nos sintamos llenos de la gracia de estas “actitudes del Adviento”,

“Demandar la gracia que quiero; será aquí pedir gracia a nuestro Señor, para que no se sordo a su llamamiento, más presto y diligente para cumplir su sanctíssima voluntad” (EE.EE. 92).

Las PAU son formas de contemplar nuestra vida como jesuitas en el mundo ‘de hoy’, y también en el mundo ‘del hoy de Dios’ – el Kairos del Reino entre nosotros. Nuestro enfoque puede ser universal, o podemos hacerlo más local. Las PAU ofrecen la posibilidad de contemplar el misterio que nos revela el Adviento. Invitan a una ‘escucha contemplativa’. En los distintos campos sobre los que llaman nuestra atención es posible escuchar y seguir la llamada del Espíritu. Con frecuencia reconoceremos a los que nos han precedido en el camino y en él continúan; a aquellos que pueden ser para nosotros guía y enseñanza.

Entre las gracias del Adviento una es la de ser abiertos y humildes. Ambas cosas nos hacen libres para mejor servir ‘a nuestro Señor que por mí se ha hecho hombre’ (EE.EE. 104).

Podemos usar el tiempo de Adviento para dar respuesta a la invitación que se encierra en cada PAU, bien sea haciéndolas objeto de nuestra oración personal, tomándolas como tema de la oración comunitaria o la liturgia, o desarrollándolas para compartirlas con nuestros colaboradores. He aquí algunas gracias o actitudes que podemos pedir: Saber

dar a conocer,
caminar,
acompañar,
colaborar.

Todas hacen referencia a hábitos del corazón y a cómo queremos servir a la Iglesia y al mundo en sus carencias y necesidades.

Fuente: www.jesuits.global/es

Reflexión del Evangelio – Primer Domingo de adviento

Evangelio según San Marcos 13,33-37

En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento.
Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana.
No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!».

Reflexión por P. Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

Juanito le preguntó una vez a su abuela: ¿Qué significa el tiempo de Adviento? La abuela le contestó: Es un tiempo de espera durante el cual debemos tener los ojos más abiertos y los oídos más atentos, para saber en qué momento pasará lo que esperamos. Y, ¿qué es eso que esperamos?, preguntó Juanito, con una gran curiosidad. El paso de Jesús por nuestras vidas, respondió la abuela. Si no estamos muy atentos, nos puede pasar como le pasó a don Casimiro, un señor muy religioso, que se perdió la gran oportunidad de ver a Dios frente a frente. Y le contó esta historia:

«Hace mucho tiempo, en un país muy lejano, había un hombre muy religioso, que se llamaba Casimiro; todos los días le pedía a Jesús que le dejara ver su rostro; el hombre creía, tenía fe, rezaba mucho, pero no quería morir sin haber visto a Jesús frente a frente. Un buen día, estando en la Iglesia, escuchó una voz que le decía en su interior: Ha llegado el tiempo en el que me podrás ver: Mañana iré a visitarte a tu casa. Espérame y me verás. No faltaré. Casimiro volvió a su casa, y se puso a preparar todo para su encuentro con Jesús. Barrió la casa, puso en la puerta una bella alfombra nueva, preparó unas galletas y una torta, para ofrecerle una buena merienda a Jesús.

Al día siguiente, Casimiro se puso a la puerta de su casa con la torta, las galletas y las golosinas sobre una mesa. Pasaba el tiempo y no aparecía Jesús. De pronto, pasó por allí un niño jugando solo; se quedó mirando la torta y las golosinas y se fue acercando poco a poco, jugando cada vez más cerca. Estuvo allí un buen rato hasta que Casimiro lo regañó y le dijo: Vete a jugar lejos de mi casa, porque estoy esperando un visitante muy ilustre y no estoy dispuesto a que tú te comas lo que le he preparado para comer. El niño se fue muy triste a jugar en otra parte.

Un poco más tarde, vio venir a una viejita pobre que tenía la ropa y los zapatos muy sucios; era una viejita conocida en el vecindario; se acercó a la puerta de la casa de Casimiro para pedir una limosna, como acostumbraba, pero éste le prohibió que se acercara y pisara su alfombra nueva: Me la vas a manchar, le dijo. Vete, que estoy esperando un visitante muy ilustre y no estoy dispuesto a que tú me estropees la limpieza de mi casa. La viejita se fue muy triste a pedir una limosna en otra parte.

Pasaba el tiempo y Jesús no aparecía. Ya por la tarde, vino un vecino corriendo y le pidió a Casimiro que le ayudara a sacar su carro de un hueco en el que había caído por accidente; pero Casimiro dijo: No puedo dejar mi casa sola, porque estoy esperando un visitante muy ilustre, y no estoy dispuesto a que no me encuentre esperándolo. El vecino se fue muy triste a pedir ayuda en otra parte. Cayó la noche y Jesús no apareció. Al otro día, Casimiro se fue a la Iglesia a preguntarle a Dios por qué no había cumplido su promesa: ¿Por qué, Señor? ¿Por qué no cumpliste tu promesa de ir a verme a mi casa? Hubo un Tiempo de silencio. Dios callaba. De pronto, Casimiro escuchó una voz que le decía en su interior: Fui y no me reconociste; yo era el niño que esperaba que me dieras un poco de torta y algunas golosinas para alegrarme la vida. Yo era la anciana pobre que pasó por delante de tu casa esperando recibir alguna ayuda para vivir. Yo era tu vecino que te pedía un favor. No quisiste verme. Las tres veces me fui muy triste a buscar en otra parte. Y Casimiro, salió fuera y lloró amargamente por no haber reconocido a Jesús”.

Por eso, tenemos que mantenernos despiertos, porque no sabemos cuándo va a llegar el señor de la casa, si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la mañana. No sea que venga de repente y nos encuentre durmiendo, o pensando en otras cosas, como le pasó a Casimiro. Tenemos que estar siempre atentos para reconocer el paso de Dios por nuestras vidas.