La última frase de Pedro Arrupe antes de morir

Pedro Miguel Lamet SJ, periodista y escritor español, nos recuerda las últimas palabras del P. Pedro Arrupe y las recupera para reflexionar sobre la vivencia del tiempo presente, del aquí y ahora.

Por Pedro Miguel Lamet SJ

En estos tiempos tan tumultuosos me gusta recordar algunas frases del padre Arrupe, porque sin duda era uno de esos hombres que, como a él le gustaba decir, tenía “el futuro en la médula”. Quizás mi preferida es la última que pronunció antes de morir. La oyó el padre Mariano Ballester, SJ, que le atendió mucho en los últimos días de su vida y que durante su enfermedad le ayudó en la logopedia con mucha dificultad a hablar y escribir después de la trombosis que sufrió de regreso de su viaje a Tailandia y Filipinas.

Hoy, con la pandemia encima, las injusticias y locuras políticas que estamos viviendo, es toda una meditación: “Para el presente amén, para el futuro aleluya”.

Tiene más miga de lo que parece. El pasado no importa. Pasó, no hay que darle vueltas. Alimentar el sentimiento de culpa por algo que se hizo mal es masoquismo, no sirve para nada. Sobre todo, al saber que el amor de Dios lo quema, los perdona. Darle vueltas a lo negativo del pasado es una forma de protagonismo absurdo, una falta de fe y una tortura inútil.

Importa este momento, el presente, el ahora. Vivir en el ahora es el secreto de la verdadera felicidad. Pero para ello es necesario aceptarlo como parte de la providencia. Y este ahora siempre es perfecto porque para mí es la voluntad de Dios. La amargura brota de no aceptar este momento tal como es. Eso no indica que no queramos transformar y mejorar el mundo. Pero poco haremos si lo hacemos desde la frustración y la amargura. Si nos pasamos la vida violentados por lo que no conseguimos, protestando porque no tenemos esto o aquello, dando coces a la vida, nada haremos de provecho. Este instante, este presente mío es lo que tengo y lo que Dios quiere para mí, taladra hacia el infinito. Vivir en este instante es un modo de instalarse en la eternidad, porque en el fondo de mí mismo habito en el todo, aunque no me dé cuenta. Por tanto “para el presente amén”.

Y “para el futuro aleluya”. Acusaban al padre Arrupe de ser “un optimista patológico”. Él respondía: “¿Cómo no voy a ser optimista, si creo en Dios?” La gente hoy está muy preocupada con el futuro: “Qué va a ser de mí, de mi familia, del mundo. ¿A dónde nos va a llevar esta pandemia? ¿Cómo vamos a salir de esta enorme crisis sanitaria y económica?” Y en lo personal, el futuro de mi trabajo, la esposa, el marido, los hijos y un largo etcétera.

Teilhard de Chardin, que concebía el cosmos como una flecha con sentido, decía: “Todo cuanto acontece es adorable”. Importa este momento, el presente, el ahora. Vivir en el ahora es el secreto de la verdadera felicidad. Pero para ello es necesario aceptarlo como parte de la providencia. Y este ahora siempre es perfecto porque para mí es la voluntad de Dios

Y Arrupe con el rosario en la mano, durante la última entrevista que concedió para mi biografía en Roma, muy enfermo me decía: “En manos de Dios” forzando una sonrisa desde sus labios hemipléjicos.

La frase preferida de otro gran santo jesuita, el padre José María Rubio, lo formulaba de otra forma: “Hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace”. Y Bernanos, “todo es gracia”.

Recuerdo un film, de esos que un personaje vuelve desde del cielo, que afirmaba: “Hay un plan”. Sí, hay un plan. Lo que pasa es que aquí vemos el tapiz por el lado de los cosidos y todavía no podemos captar el colorido y la maravilla del paisaje que puede verse del otro lado. Pero es el mismo tapiz.

Así que atrapemos este instante, cerremos los ojos para ver de otra manera y abrámoslos para disfrutar de lo que tenemos, aunque nos parezca solo una brizna de felicidad. No deja de ser un sacramento y no nos enredamos con un pasado que ya no existe y un futuro que ignoramos, y que para los creyentes siempre será un “happy end».

Fuente: Religión Digital

acutis

Carlo Acutis, su testimonio sobre Cristo en las calles digitales

Internet y la Eucaristía. Al parecer, esta combinación podría considerarse un poco arriesgada pero si nos fijamos en la figura de Carlo Acutis – beatificado hace apenas diez días – resulta que no es así. En efecto, se puede decir con certeza que desde muy joven aprendió por sí mismo los secretos de la Red para utilizarla como medio para dar a conocer y amar a Dios hasta los confines de la Tierra. Prueba evidente es su exposición virtual sobre los milagros eucarísticos, diseñada y construida cuando solo tenía 14 años, que todavía atrae a miles de visitantes de todo el mundo. Carlo también utilizó Internet para acercarse a sus compañeros, ayudándolos desde la distancia a superar las dificultades escolares, ya sean pequeñas o grandes.

Vivir el entorno digital, una misión de amor

“La corta vida terrenal de Carlo – explica Fortunato Ammendolia, informático, estudioso de pastoral digital e inteligencia artificial en COP, el Centro de Orientación Pastoral – se transfiguró por la palabra de Dios y la Eucaristía. Por eso empezó a escribir en la Red, con páginas web, el mensaje de fe, un mensaje de su amor por la Eucaristía. Entendió que era necesario habitar el entorno digital para una transfiguración del hombre, que es el objetivo de la pastoral digital ”. Carlo permaneció muy cerca de Jesús incluso cuando recorrió los inmensos caminos virtuales: “Y esto – agrega Fortunato Ammendolia – debe haber impresionado fuerte y positivamente a sus amigos. No hay duda».

Mensaje fuertemente educativo

El Beato Acutis ha entregado a un mundo cada vez más tecnológico y conectado un mensaje que difícilmente puede ser ignorado. Fortunato Ammendolia intenta resumirlo argumentando que “la orientación que heredamos es fundamentalmente educativa a una espiritualidad eucarística que se encarna con una acción marcada por el Evangelio. Carlo seguramente habrá soñado con proyectos de educación eucarística que se realicen entre la realidad y lo digital. Si hubiera tenido tiempo, estoy seguro de que también habría aprovechado la realidad virtual y aumentada ”.

Un gran legado: el uso ético de la red

Carlo Acutis también deja un legado a todos los informáticos del mundo y a los jóvenes nativos digitales. Una verdadera brújula a seguir escrupulosamente: «El Papa Francisco – explica Fortunato Ammendolia – presentándolo como modelo de santidad en la era digital, en la encíclica post-sinodal Christus vivit, escribe que Carlos sabía muy bien que los mecanismos de comunicación y redes sociales pueden usarse para hacernos dormir. Pero supo utilizarlos para transmitir la belleza del Evangelio. Bueno, me gusta leer esta frase como una invitación a un uso ético de la red ”.

Por Federico Piana- Ciudad del Vaticano

 

Fuente: www.riial.org

Reflexión del Evangelio – Domingo 18 de octubre

Evangelio según San Mateo 22,15-21.

Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones.
Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie.
Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?».
Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa?
Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentaron un denario.
Y él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?».
Le respondieron: «Del César». Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios».

Reflexión por Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

En la Biblioteca Mario Valenzuela, que contiene la colección de libros de la Comunidad de Profesores María Inmaculada, de la Compañía de Jesús en Colombia, y que actualmente está en el edificio Pedro Arrupe de la Universidad Javeriana, hay una vitrina en la que se expone una hermosísima colección de arqueología bíblica. Son objetos de gran valor, encontrados en Tierra Santa por el P. Gustavo Baena, S.J. Uno de los objetos que más me llamó la atención la primera vez que vi esta colección fue una moneda que tiene grabado un rostro y una inscripción: “TI CLAUDIUS CAESAR AUG PM TRUMPH”. Afortunadamente, junto a la moneda, hay una explicación de su origen y la traducción de su inscripción: “Tiberio Claudio César Augusto Pontífice Máximo Triunfador”. Es una moneda en bronce, de la época de la dominación de Judea bajo Tiberio César, Emperador romano desde el año 14 al 37 de nuestra era, justamente la época de la vida de Jesús.

Después de las tres parábolas que hemos leído durante los domingos anteriores que, desde luego, habían movido el piso de los jefes de los sacerdotes y los ancianos del templo, vienen dos escenas en las que Mateo quiere resaltar la forma como los fariseos primero, y los saduceos después, tienden sendas trampas a Jesús para tener cómo acusarlo delante de las autoridades romanas y judías, respectivamente.

Mateo nos cuenta hoy cómo “los fariseos fueron y se pusieron de acuerdo para hacerle decir a Jesús algo que les diera motivo para acusarlo. Así que mandaron a algunos de sus partidarios, junto con otros del partido de Herodes, a decirle: – Maestro, sabemos que tú dices la verdad, y que enseñas de veras a vivir como Dios exige, sin dejarte llevar por lo que diga la gente, porque no juzgas a los hombres por su apariencia. Danos, pues tu opinión: ¿Está bien que paguemos impuestos al emperador romano, o no?”

Si Jesús dice que está bien pagar impuestos al emperador romano, sería acusado por los que rechazaban la dominación romana y reclamaban la independencia política y religiosa judía, que eran muy radicales y, en algunos casos, violentos… Si dice que no se deben pagar los impuestos al imperio, sería detenido y castigado por los invasores… No era fácil la coyuntura. Pero Jesús, que, como dicen los españoles, no tenía ni un pelo de tonto, “dándose cuenta de la mala intención que llevaban, les dijo: – Hipócritas, ¿por qué me tienden trampas? Enséñenme la moneda con que se paga el impuesto. Le trajeron un denario, y Jesús les preguntó: ¿De quién es esta cara y el nombre que aquí está escrito?”

Evidentemente, el que estaba allí retratado era el César. Y Jesús les dice la famosa frase que hoy se sigue utilizando a nivel popular: “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Nadie le había preguntado por Dios, pero Jesús les recuerda que sus compromisos políticos no los exime de su compromiso con Dios, que debe estar por encima de todo lo demás. Desde luego, “cuando oyeron esto, se quedaron admirados; y dejándolo, se fueron”. La moneda que está en la Biblioteca Mario Valenzuela nos recuerda hoy la pregunta de Jesús: ¿Le estamos dando a Dios lo que es suyo?

Fuente: jesuitas.lat

Cardenal Czerny sobre Fratelli Tutti: «Una advertencia y una llamada a la esperanza»

El 4 de octubre de 2020 el Papa Francisco ha publicado un nueva carta encíclica dirigida a todos los fieles e incluso a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sobre la fraternidad humana. Desde la oficina de comunicaciones de la Curia General en Roma, entrevistaron a uno de los colaboradores más cercanos, el cardenal Michael Czerny SJ, para dialogar en torno al significado de este importante documento dentro de la enseñanza del Papa.

Después de escribir una encíclica sobre la ecología, en una época en la que era fuerte y claro el grito de alarma de la naturaleza..

¿Por qué el Papa elige este momento histórico para una encíclica sobre la fraternidad humana?

El grito de alarma de nuestra casa común sigue presente, y quizás resuena con más urgencia ante tanto desperdicio y enorme destrucción ambiental y humana, tal como lo está mostrando la COVID-19. Es probable que al escribir Fratelli tutti el Santo Padre nos llame a comprender que la única manera de vivir es reconocernos hermanos y hermanas todos, y actuar en consecuencia. Fratelli tutti puede ser un anuncio y un llamado a la esperanza, una luz que quiere disipar las sombras y abrir el mundo y nuestros corazones.

¿Por qué firmar una encíclica en Asís, en la tumba de San Francisco?

Al Papa Francisco le gusta de comunicarse no sólo con palabras, sino también con gestos que son señales que envía. Así que me gustaría devolver esta pregunta a cada lector: ¿Qué me comunica el Papa Francisco con la firma de este documento desde la tumba de Francisco, el santo, el reformador, el hermano de todos, de todas y de todo?

¿Cuál es la fortaleza de esta encíclica?

La encíclica invitará “a todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y la fe en la fraternidad humana a unirse y a trabajar juntas, para que sea una guía para las nuevas generaciones hacia una cultura de respeto recíproco, en la comprensión de la inmensa gracia divina que hace hermanos a todos los seres humanos”. Está en consonancia con su Documento sobre la Fraternidad Humana publicado con ocasión de la visita papal a los Emiratos Árabes Unidos en febrero de 2019.

Fratelli tutti, el mismo título, contiene ya la propuesta: ser una fraternidad, reconocernos hermanos y hermanas, responsables unos de otros, llamados a detenernos ante los que sufren. Es decir, llamados no sólo a reconocernos como “vecinos” (prójimos), sino hermanos y hermanas. Creo que su fuerza reside en una “universalidad” que no pierde el contacto con “la persona individual” concreta, real, de aquí y ahora, en la familia, en la comunidad.

Francisco de Asís, hombre de fraternidad. ¿Se trata de un nuevo gesto de Bergoglio para confirmar el nombre que eligió?

No es un secreto la inspiración que provoca san Francisco de Asís en el Papa Francisco. Dos de sus tres Encíclicas recogen en sus títulos las palabras de este reconstructor, el santo pobre y fraternal. Recuerden lo que la imagen de Cristo crucificado le dijo al joven caballero: “Francisco – lo llamó por su nombre -, ve y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas”. Más que un nombre, se trata de confirmar un modo de ser Iglesia que está en el corazón del Santo Padre, indicado varias veces como el camino sinodal. Es confirmar un horizonte de su pontificado trazado por el Concilio Vaticano II.

¿Cómo pueden las tres primeras visitas del Papa Francisco a Asís haber inspirado la redacción de la encíclica?

Encuentros con la gente, con los discapacitados y niños enfermos, con los pobres, con las religiones… Oración, paz y diálogo y silencio son quizás las notas características de las tres visitas anteriores a Asís del Santo Padre. No sé si puedo decir que estas visitas inspiraron la redacción de la encíclica, o si más bien, expresan lo que está en el corazón del Papa Francisco. Lo que es cierto es que Asís es un lugar donde el Papa va a menudo, tanto en persona como espiritualmente.

¿Deben considerarse los sucesos de Lesbos, el incendio de un campo de refugiados, y demás atrocidades en otros lugares como un insulto a la fraternidad humana?

Estos eventos trágicos son un escándalo, son la expresión de la miseria a la que podemos llegar cuando nos vemos como extranjeros. Son la expresión de la peor versión de la humanidad. Hay que darnos cuenta no sólo del dolor de nuestros hermanos y hermanas, sino de la pobreza de nuestra respuesta, de la vergüenza de nuestra indiferencia, de la incapacidad de los gobiernos. Ante tan miserable fracaso, expresado y simbolizado por las ruinas quemadas de un campo de concentración, hay que darnos cuenta de que, al igual que en Auschwitz, Dios escucha el clamor de todas estas personas y nos llama, nos llama a responder con Él a esta tragedia, así como a las muchas, demasiadas tragedias que caracterizan nuestro tiempo. Roguemos que Dios nos regale escucha, sensibilidad, penitencia, creatividad, misericordia, caridad y justicia para nuestros hermanos y hermanas.

Fuente: jesuits.global/es

Reflexión del Evangelio – Domingo 11 de octubre

Evangelio según San Mateo 22,1-14

Jesús habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo.
Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir.
De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: ‘Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas’.
Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio;
y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad.
Luego dijo a sus servidores: ‘El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.
Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren’.
Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.
‘Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?’. El otro permaneció en silencio.
Entonces el rey dijo a los guardias: ‘Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes’.
Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos.

Por P. Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

Diana, la condesa de Belflor y Teodoro, son los protagonistas de El perro del hortelano, comedia de Lope de Vega que Pilar Miró, directora de cine española, llevó a la pantalla pocos años antes de morir. Lope de Vega recoge en esta comedia una de las realidades humanas más paradójicas.

Diana se enamora perdidamente de Teodoro, su secretario, pero sabe que es un amor imposible, porque los separa una distancia insalvable de cuna: la una, perteneciente a la alta nobleza, y el otro, un simple plebeyo. La condesa de Belflor no se atreve a expresar, sino de modo muy sutil, su afecto. Pero cuando ve que Teodoro busca a una mujer de su estirpe para establecer un hogar, Diana manifiesta, sin manifestar, sus sentimientos por Teodoro y lo seduce. Sin embargo, cuando ha logrado que Teodoro abandone a su prometida, y abrigue la esperanza de un amor que parecía imposible, Diana vuelve a tomar la distancia que le signó su nobleza. No alargo el cuento, porque la comedia se desarrolla en el ir y venir de los afectos, que nunca se encuentran. Seducciones y rechazos, atracciones y distancias.

La parábola que Jesús cuenta a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos, en el templo de Jerusalén, refleja esta misma realidad humana. Los invitados a la fiesta de bodas no aceptan la convocatoria y desprecian la invitación a unirse a la alegría del rey el día del matrimonio de su hijo. Esto es lo que motiva al rey a ordenar a sus criados que vayan “a las calles principales, e inviten a la boda a todos los que encuentren”. Dice Jesús que “los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos; y así la sala se llenó de gente”. Pero, desde luego, es importante estar dispuestos para la fiesta; esto es lo que explica la reacción del rey con el que no iba vestido con traje de boda.

Los dueños de la religión y de la fe, en la época de Jesús, ni aceptaban ellos mismos la oferta de la salvación, ni dejaban que otros la aceptaran; en lugar de ser mediadores entre Dios y los hombres, se convertían en obstáculos para este encuentro. Por eso Dios se ve obligado a extender su invitación a todos los pueblos, a todas las gentes que quieran acoger este llamado, malos y buenos.

Tal vez hoy también nos pase un poco de lo mismo. Somos invitados por Dios al banquete del reino, pero muchas veces tenemos excelentes disculpas para no participar de la fiesta de Dios; y fácilmente nos podemos convertir en obstáculos para que otros se encuentren con Dios. No nos contentamos con despreciar la invitación, sino que, además, impedimos que otros vayan a la fiesta. Mejor dicho, nos pasa como al perro del hortelano, que ni come, ni deja comer…

Fuente: jesuitas.lat

Palabras de curación para el mundo de hoy

La Hna. Jolanda Kafka, presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) y el P. Arturo Sosa, presidente de la Unión de Superiores Generales (USG) y General de la Compañía de Jesús, comentaron la nueva  carta encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti.

Pierre Belánger, jesuita y periodista para la Curia General de la Compañía de Jesús, llevó adelante este espacio de encuentro y de diálogo.

¿Qué aspectos del mensaje los ha conmovido más?, fue la pregunta que dio inicio a la conversación.

«Lo que mas me ha conmovido en general es la parábola del buen samaritano, el modo tan amplio y tan polifacético que el Papa nos la interpreta pero también algunos verbos como el inclinarse, el ser compasivo, el ser amable, el abajarse, como una dinámica cristiana de Jesús y de la humanidad.», respondió en primer lugar Jolanda Kafka.

Por otro lado, Arturo Sosa detalló: «La centralidad de hacerse prójimo, que es el hilo conductor del camino para construir una vida digna para toda la humanidad  frente a las tendencias divisionistas. También, el deseo de seguir soñando es otra de las cosas que me conmovió, el deseo de seguir soñando en un mundo mejor, en que se reconozca la dignidad de todos en que son posibles las relaciones solidarias.«

Luego de esta primera pregunta disparadora, durante media hora fueron intercambiando respuestas, recuperando párrafos del documento y reflexionando en torno a la nueva encíclica. En el siguiente vídeo podrás ver la entrevista completa:

Fuente: www.jesuits.global/es

Ya está disponible la edición nº11 de la revista Aurora

El número correspondiente a la primera quincena de octubre ya está disponible para su descarga. Esta nueva edición se titula «Rupturas epistemológicas» y reúne un total de 12 artículos.

En el texto introductorio, Jorge Atilano González Candia, explica: «Recuperamos de lo nuevo que está surgiendo en la sociedad, la Iglesia y la Compañía de Jesús, intuiciones y experiencias que ayudan a imaginar nuevas epistemologías, surgidas desde el dolor de la pandemia, que harán posible una nueva convivencia.»

Podés descargarla aquí: Revista Aurora – Edición nº 11

 

José Luis Narvaja SJ: El evangelio de San Juan leído en tiempo de cuarentena

Una propuesta de la Iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba, para reflexionar en este tiempo de cuarentena en torno al Evangelio de Juan.

«Leer la palabra de Dios en el contexto en el que fue escrito siempre es importante, porque ilumina su interpretación. Pero en este tiempo de cuarentena tiene un significado especial porque nosotros nos vemos privados de la vida comunitaria en nuestras iglesias locales, parroquias y capillas. Nos hará bien no perder de vista esta dimensión contextual, fijando nuestra atención a la comunidad de Juan y a la situación de tribulación que les tocó vivir.» Así presentan esta serie de vídeos guiados por el P. José Luis Narvaja, SJ.

El ciclo de catequesis que se propone, ofrece la lectura pausada del Evangelio de San Juan en su integralidad. No son clases de teología, tampoco son un retiro. Son, precisamente, catequesis.

«Elegimos el evangelio de San Juan por un motivo preciso. A la comunidad del apóstol San Juan, la destinataria de este evangelio, le tocó vivir una situación difícil, semejante a la que nos toca vivir a nosotros en este momento: fueron expulsados de la sinagoga con lo que eso significaba: perder el acceso a la palabra de Dios. Tal como varios de nosotros hoy, la comunidad de Juan quedó sin su alimento espiritual.», explican.

La idea detrás de la propuesta, es que esta catequesis no solo nos ponga en contacto con el evangelio, sino también con la comunidad concreta para la que Juan lo escribió: «Se trata de la última comunidad fundada por un apóstol a finales del siglo I que vive, en muchas oportunidades, las mismas preguntas que nosotros en torno a quién es Dios, cómo es, qué vino a hacer Jesús, cómo es que debemos comprender su mensaje, cómo interpretar sus palabras en nuestra vida concreta, qué sucede con la tradición y lo nuevo, cómo relacionarse con el nuevo comienzo que es Cristo para la historia del mundo.»

Los videos pueden seguirse de manera lineal o por capítulos, para acceder al contenido hacé click en el siguiente link: Catequesis P. José Luis Narvaja SJ

Reflexión del Evangelio – Domingo 4 de octubre

Evangelio según San Mateo 21,33-43.

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos.
Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.
El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: «Respetarán a mi hijo».
Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: «Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia».
Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?».
Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo.»
Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.»
Reflexión por Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

 

Les presento hoy algunos datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que me parece que pueden ayudar a pensar algunas cosas. En primer lugar, algunas cifras sobre la evolución de la distribución de los ingresos en los últimos dos siglos:

En 1820: el 20% más rico ganaba 3 veces más que el 20% más pobre.

En 1870: el 20% más rico ganaba 7 veces más que el 20% más pobre.

En 1913: el 20% más rico ganaba 11 veces más que el 20% más pobre.

En 1960: el 20% más rico ganaba 30 veces más que el 20% más pobre.

En 1990: el 20% más rico ganaba 60 veces más que el 20% más pobre.

En 1997: el 20% más rico ganaba 74 veces más que el 20% más pobre.

En un informe del Banco Mundial (2016), se afirma que “La aritmética es brutalmente simple. Si menos de 100 personas controlan la misma cantidad de riqueza que los 3.500 millones más pobres del planeta, el resultado puede expresarse con una sola palabra: Desigualdad”.

Y podríamos ofrecer alguna información adicional sobre la situación general de los países: De los casi 7.800 millones de seres humanos que habitamos el planeta, aproximadamente 1.300 millones viven en el norte, en países industrializados, mientras que 6.500 millones vivimos en el sur en países pobres, o como eufemísticamente se les llamó durante algunos años, países en ‘vías de desarrollo’. Se calcula que el 25% de la población mundial, es decir 1.950 millones de personas viven por debajo de los niveles de pobreza. 670 millones son analfabetas y cerca de 2.000 millones de personas carece de agua potable. Mas de 2.800 millones de personas sobreviven con menos de 2 dólares al día, de los cuales la mayoría habitan en América Latina, Asia y África.

Junto a esto, anualmente, las empresas japonesas gastan 35.000 millones de dólares en recreación. 50.000 millones de dólares se gastan en cigarrillos y 105.000 millones en bebidas alcohólicas los europeos. En el mundo se gastan 400.000 millones de dólares en drogas estupefacientes y 780.000 millones son los gastos militares en el mundo. Junto a esto, contrastan las tres cifras siguientes para garantizar el acceso universal a los servicios básicos en todos los países pobres: Bastarían 6.000 millones de dólares para garantizar la enseñanza básica. 9.000 millones para dar agua potable y saneamiento. 13.000 millones para ofrecer salud y nutrición básicas.

Aunque la parábola que nos cuenta Jesús este domingo está dirigida a los jefes de los sacerdotes, a los que Jesús quería cuestionar sobre su responsabilidad en el manejo de la obra de Dios, comparándolos con los labradores de una finca que les había alquilado un señor, estas cifras nos cuestionan como seres humanos, en la medida en que también a nosotros nos corresponde administrar correctamente este mundo, según la voluntad del Padre, que quiere que todos sus hijos tengan vida, y la tengan en abundancia.

En este contexto de desigualdad creciente, en el que los pobres han dejado de ser importantes para los dueños de este mundo, levantar la voz para reclamar justicia y denunciar el desorden establecido es un verdadero peligro. Como a los enviados por el dueño de la viña, los profetas de ayer y de hoy han sido asesinados, como fue asesinado el mismo Hijo de Dios. ¿Cuándo le daremos a Dios la debida cosecha?

Fuente: jesuitas.lat

 

Emmanuel Sicre SJ: ¿Qué sería lo central del cristianismo?

Una reflexión en torno al amor que Jesús nos enseña y su invitación a hacerlo vida en nuestras vidas.

Por Emmanuel Sicre SJ

Una vez le pregunté a Mateo el evangelista: ¿cuál es el centro del mensaje de Jesús? ¿Qué es aquello que si mi memoria fuera del tamaño de un maní no debería olvidar para poder ser cristiano? Y entonces me respondió con unas palabras que le escuchó a Jesús:

“Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo[a] y odia a tu enemigo[a]”. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace salir el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes les aman, ¿qué recompensa recibirán?” (Mt 5, 43-45).

Me pareció realmente imposible de practicar por mucho empeño que le pusiera. ¿Cómo es posible amar a quienes consideramos como enemigos? Pensé en tanto hater (odiador) de las redes sociales que se tiran bombas de un lado y del otro del bando político, ideológico… pensé en tantas familias divididas, en sociedades en guerras, amistades que se terminan, en las personas que más me cuestan y me generan los peores sentimientos… en fin, estas palabras de Jesús me resultan muy difíciles.

Me fui entonces a preguntarle a Lucas, el otro evangelista, que dicen que es menos duro que Mateo algunas veces, y que es más abierto porque les escribe a quienes no vienen del judaísmo. Y, ¡sorpresa!, encontré esto:

“Pero yo les digo a ustedes que me escuchan, amen a sus enemigos. Hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan. Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra. Si alguien te quita la capa, deja que también tome tu camisa. A todo el que te pida algo, dáselo. Si alguien toma de ti lo que no es suyo, no le pidas que te lo devuelva. Traten a los demás como les gustaría que los trataran a ustedes.

Si ustedes solamente aman a los que los aman, ¿qué gracia tiene? Hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. Si hacen el bien sólo a aquellos que les hacen el bien, ¿qué gracia tiene? Hasta los pecadores son así. Si sólo prestan para recibir algo a cambio, ¿qué gracia tiene? Hasta los pecadores se prestan unos a otros para recibir unos de otros. Más bien, amen a sus enemigos y háganles el bien. Presten sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Dios Altísimo, porque Dios es bueno aun con los desagradecidos y perversos. Sean compasivos como su Padre es compasivo”. (Lucas 6, 27-49)

Otra vez lo mismo, pero más ampliado. Más exigente todavía en su formulación. Parece que no basta -aunque por lo menos a este ideal llegara- con ser solidarios, justos, honestos, cumplir con lo mandado, ir a misa, ser “buena gente”, digamos, hay que amar a quienes nos odian, nos hieren, no nos darán nada a cambio… Ahí está lo distintivo y la locura de Jesús.

Entonces, antes de declarar a mi ego en quiebra y decir que el cristianismo es un imposible, me pregunté: ¿pero de dónde sale un amor así de extenso, de fuerte, de abierto para amar de este modo? Y hasta ahora sólo puedo pensar en ese amor de Jesús y de tantos/as que me han amado aun cuando odio,

aun cuando persigo con mis prejuicios,

aun cuando soy desagradecido e injusto,

aun cuando actúo sólo por conveniencia,

aun cuando doy para recibir,

aun cuando trato como no me gustaría que me traten,

aun cuando prefiero que unos sean los malos y yo la víctima…

Es ahí cuando comienzo a percibir que el sol que ha salido y está calentándome, viene a dar luz a todas las personas de la Tierra, incluso a esta pequeñez que soy y que desea amar y ser amada.

Fuente: Blog Pequeñeces