Roberto Jaramillo: «Cuba siempre ha merecido y gozado de una atención especial de nosotros”

Compartimos una entrevista realizada por Julio Pernús al P. Roberto Jaramillo S.J., Presidente de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América Latina y el Caribe (CPAL), durante su visita Cuba para participar en la 37ª Asamblea de la CPAL.

¿Quién es Roberto Jaramillo, SJ?

Yo soy un jesuita de origen colombiano que funge como presidente de la CPAL desde hace dos años, específicamente desde marzo de 2017. En la oficina de Lima cuento con un equipo de tres compañeros que me acompañan: un brasilero que es secretario, encargado de las Redes de Educación: FLACSI (educación primaria y secundaria), Fe y Alegría y AUSJAL (educación universitaria); también cuento con un jesuita, Mario Serrano, dominicano, que funge como responsable de todas las Redes Sociales: centros indígenas, centros sociales y de comunicación, radios, migrantes etc… El otro compañero es un colombiano, Hermann Rodríguez, responsable de formación, juventudes y la economía de la conferencia. Somos cuatro, vivimos en Lima y ese es mi ambiente actualmente.

¿Cómo se decide hacer la Asamblea de la CPAL en un país tan “sui géneris” como Cuba?

Siempre tenemos las asambleas bianuales y hay como una especie de ruleta, de forma que cada provincia recibe la asamblea cada seis años. Y cuando le tocó el turno a las Antillas, vimos la oportunidad de volver a Cuba. Hace mucho tiempo que no se hacía en tu país; creo yo que desde un largo tiempo atrás, porque siempre se escogía la República Dominicana, pero ya nos ves, aquí estamos. Cuba es uno de los territorios prioritarios dentro del Proyecto Apostólico Común (PAC) de la CPAL. Nosotros hemos sido muy bien recibidos y la gente está admirada de la gentileza, el cariño ofrecido por los jesuitas y ustedes, los miembros del pueblo cubano.

¿Cuáles son los temas que se han debatido en la Asamblea y esto qué impacto tendrá de cara al trabajo de la Compañía en América Latina y el Caribe?

En las asambleas usualmente debatimos muchas cosas, ya que en ellas participan doce provinciales que son parte de la CPAL; ellos tienen voz y voto, más el presidente de la institución, o sea yo. También son convocados los asistentes del Padre General de la Compañía de Jesús, que vienen de Roma; usualmente son dos asistentes, pero en esta oportunidad hay tres, porque hay uno que va a terminar su período. También participan cuatro superiores de la región: el de Cuba, que es el superior de la sección, el representante de la preferencia apostólica de la Amazonía en  Brasil, el superior de la región de Haití y el de la región de Guyana–Jamaica, que es una misma .

Además, en esta ocasión invitamos al padre Alfredo Ferro, que es el coordinador del Proyecto Panamazónico, Servicio Jesuita en la Panamazonía, quien nos ha mostrado todo el panorama de lo que se hace con respecto a la REPAM, que es la red de trabajo ignaciana en la cuenca del Amazonas, quien participará del Sínodo de la región amazónica en octubre.

Hemos estado también compartiendo las situaciones de las diferentes provincias como parte de nuestro servicio apostólico. El plato grueso de esta reunión, además de todas las decisiones que debemos tomar a nivel de las 14 redes apostólicas de la CPAL, ha sido el de pensar cómo vamos a realizar el cuarto año de teología que todos los jesuitas deben cursar. El cuarto año, en este momento, es una etapa que no está muy bien definida; unas provincias lo hacen de una manera y otros en forma distinta. Entonces, dedicaremos dos días a realizar un discernimiento sobre este tema, para preguntar a Dios las mejores maneras para vivir este proceso y de ahí podremos sacar propuestas para proponer a los jóvenes de la Compañía para realizar ese cuarto año.

También hemos tenido alguna tarde para conocer la ciudad, visitar algunos lugares importantes. Visitamos la iglesia de Reina y el Centro Loyola y pudimos encontrarnos con los jesuitas de La Habana en el Centro de Espiritualidad Pedro Arrupe (CEPA), en el Vedado, además de toda una serie de actividades, que son parte del acontecer habitual de un grupo como este a quien toca evaluar y realizar acciones comunes sobre el acontecer cotidiano en temas como formación, la etapa de tercera probación y las preferencias apostólicas universales, que acaba de señalar el Padre General.

Al estar en Cuba, creo que hay una pregunta obligatoria: ¿cómo se visualiza desde la CPAL nuestra isla?

Cuba, de conjunto con Haití y la Amazonía, son los tres territorios prioritarios del Proyecto Apostólico Común (PAC) de la CPAL; siempre ha merecido y gozado de una atención especial de parte de nosotros; venir aquí es un desafío porque muestra a los provinciales, que son los responsables de los recursos humanos, las urgencias y las necesidades de la Compañía, no sólo la historia, sino el hoy de Cuba. Yo creo que se hace un esfuerzo muy loable y valioso para acompañar la “densificación del sujeto” -como diría Pedro Trigo, un famoso jesuita venezolano-, la formación humana y espiritual de los sujetos, además de los pueblos, que son la base de cualquier cambio posible. Se hace un trabajo profético en ese sentido en esta isla.

Otro aspecto importante de la vida pastoral de Cuba tiene que ver con la tercera probación. A Cuba, durante nueve años, vinieron “tercerones”, estudiantes jesuitas de todo el mundo, ya al final de su formación. Así que esperamos y rezamos porque, después de un tiempo de descanso tomado por Benjamín González-Buelta, SJ, pueda retomarse esa experiencia en Cuba, tal vez con otro instructor. Por eso considero que Cuba está también muy presente en la vida de toda la CPAL; de ahí que no deje de tener un valor agregado el estar aquí y conocer las historias de lucha de tu pueblo. Hablo desde la pobreza de nuestras provincias, porque tampoco es que contemos con provincias absolutamente holgadas en cuanto a número y recursos.

Si tú comparas las dimensiones de Cuba con las de Brasil, tal vez haya una densidad poblacional jesuítica más fuerte en tu país que en aquel gigante sudamericano. Pero, yo comprendo que son situaciones diferentes; por eso, en medio de nuestra precariedad por todas partes, queremos ser solidarios también con la Amazonía, Haití y esta bella isla, de modo que podamos dibujar una experiencia de fraternidad y solidaridad. Yo espero que en estas reuniones, el superior de Cuba y el provincial de las Antillas puedan encontrar espacios para motivar a que cada vez vengan más jesuitas a colaborar, conocer y servir a este pueblo, que tanto lo necesita.

¿Alguno de sus sueños como presidente de la CPAL…?

Yo tengo dos años al frente de la CPAL y usualmente son tres o seis años en los cargos de responsabilidad en la Compañía; si a los tres años uno no lo ha hecho muy mal, lo dejan seis. Por lo tanto me puede quedar de uno a cuatro años en esta labor. Yo digo que tengo como la función de animar el trabajo que los otros hacen, algo un poco atípico. En ocasiones, mi servicio es similar al de un director de orquesta, que no es especialista en ningún instrumento, pero vigila porque la gente toque bien lo que sabe y lo haga de forma armónica junto con otros.  Y esa armonía tiene que ver con los planes y desafíos de las otras Conferencias de Provinciales. Somos seis en todo el mundo. Tenemos especiales relaciones con la Conferencia de Estados Unidos y Canadá; de hecho, el Caribe como Cuenca-Caribe, representa un lugar común donde nos encontramos; por ejemplo, Haití pertenece a la Conferencia del Norte, pero participa en nuestras reuniones; aquí está el superior de esa sección.

Te puedo decir que las seis conferencias soñamos y tratamos de realizar un trabajo colaborativo. Hay jesuitas de Asia en Guyana, hay jesuitas de Europa trabajando en Cuba, Perú o Venezuela. Quizás, una de mis funciones principales, como presidente, es intentar desde nuestro contexto, tejer esas redes con el mundo; yo creo que lo intentamos con fuerza, pero no lo conseguimos siempre.

Como despedida de nuestra charla, el Padre Roberto Jaramillo quiso enviar un mensaje especial a los laicos cubanos.

Mira, yo visité las obras de la Isla hace unos cuatro años cuando era delegado del apostolado social; estuve en Santiago, Camagüey, conocí los Centros Loyola y te puedo decir que llevo a la gente que conocí en ese momento en el corazón; admiré mucho su capacidad de resiliencia, esperanza y lucha. Creo que con ustedes, los laicos cubanos, vemos de forma más sencilla el evangelio y se nos hace más sencillo comprender que el mundo hay que vivirlo como un don de Dios.

Yo reconozco todos los desafíos que experimentan en tu país y acompaño con mi oración su búsqueda para crear una sociedad más justa, participativa, democrática, abierta y plural. Por supuesto, comprendo que esa es una labor que se debe realizar día a día. Como son tan poquitos los jesuitas en la Isla, siento que ustedes los laicos amplían el cuerpo apostólico de la Compañía, las preferencias y las invitaciones de la Congregación; el mensaje del Evangelio es para el cuerpo todo del pueblo de Dios.

A mí me alegra mucho poder saludarles por este medio también y animarles porque somos cuerpo. Y quiero que sepas que cada uno de nosotros tiene un papel. Así como dice San Pablo, el ojo no le puede decir al dedo pequeño del pie que no lo necesita porque no ve; todos somos importantes, algunos visibles, otros menos visibles, pero todos somos parte del cuerpo de Cristo y de la Compañía.  

Además de saludarles y agradecerles por lo que hacen, deseo animarles a que sigan participando de este cuerpo que es mayor que el reducido grupo de jesuitas. Yo creo que la Iglesia cubana es una Iglesia de resistencia y fermento; siento que es una comunidad que ha comenzado a manifestar, desde hace algunos años, su fuerza con densidad. Ustedes deben ser los que propongan a la Iglesia latinoamericana caminos menos clericales, más ministeriales, dado que son mayores sus dificultades a nivel de vocaciones y de prácticas sociales, religiosas o litúrgicas. Cuba tiene una potencialidad de servicios diversos, de apostolados diversos y carismas, que deben ser ofrecidos a América Latina en su totalidad y en particular a la Compañía de Jesús. Nosotros se lo agradeceremos siempre.

Fuente: CPAL SJ

Las 7 ‘llagas sociales’ que indignan a los obispos brasileños

El 10 de mayo concluyó la 57° Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) en el Santuario Nacional de Aparecida.

Durante la cita anual más importante del episcopado brasileño, que convocó a más de 300 obispos activos, además de casi 200 eméritos y representantes de organismos eclesiales, fueron elegidos los nuevos directivos, se definieron las ‘Directrices de Acción Evangelizadora’ para los próximos cuatro años, y se reflexionó en torno al Sínodo Panamazónico que tendrá lugar en Roma, del 6 al 27 de octubre.

Crisis múltiple

La Asamblea General también le ha tomado el pulso a la realidad nacional y, concretamente, a “la crisis ética, política, económica y cultural que se ha encrudecido cada vez más en Brasil”.

De ello da cuenta el Mensaje de la CNBB al pueblo brasileño, donde se destacan siete ‘llagas sociales’ denunciadas por los obispos del país que, al mismo tiempo, convocan a la Iglesia a “empeñar todas sus fuerzas en la superación de lo que se opone al Reino de justicia y de paz inaugurado por Jesús”.

  1. El liberalismo exacerbado y perverso

La imposición exacerbada y perversa de políticas liberales que “deshidratan el Estado casi al punto de eliminarlo”, trae consigo “el aumento de las desigualdades y la concentración de renta en niveles intolerables, tornando a los ricos cada vez más ricos a costa de los pobres cada vez más pobres, conforme ya recordaba el papa Juan Pablo II en la Conferencia de Puebla (1979)”. De ahí que la Campaña de la Fraternidad de este año haya acentuado la necesidad de “políticas públicas que aseguren la participación, la ciudadanía y el bien común”.

  1. El ‘cáncer social’ de la corrupción

La corrupción, calificada por el papa Francisco como “cáncer social”, está presente en diversas estructuras del país y es, como tal, “una de las causas de la pobreza y la exclusión social”. Combatir la corrupción tiene que ver con “un cambio de mentalidad que lleve a la persona a comprender que su valor no está en tener, sino en ser y que su vida se mide no por su capacidad de consumir, sino de compartir”.

  1. La educación amenazada

En Brasil, una de las consecuencias de la corrupción se refleja en el desvío de recursos que podrían destinarse a la inversión en educación. La CNBB clama a favor de la educación, “gravemente amenazada con la reducción de recursos, el retiro de disciplinas necesarias en la formación humana y la falta de consideración de la importancia de las investigaciones”.

  1. El crecimiento del desempleo

El escandaloso número de desempleados brasileños –más de 13 millones–, al que se suman los subempleados –28 millones–, demuestran la ineficacia de las medidas asumidas, hasta ahora, para combatir esta ‘llaga social’.  Al igual que en su mensaje del pasado 1º de mayo, los obispos de Brasil reclaman al gobierno “preservar los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras” y garantizar el trabajo digno, de modo que “se respete la primacía de la persona sobre el mercado y del trabajo sobre el capital”.

  1. Los niveles insoportables de la violencia

“La violencia ha llegado a niveles insoportables”, aseguran los pastores, testigos excepcionales de lamentos y lágrimas de “madres que entierran a sus hijos asesinados, de familias que pierden a sus seres queridos, y de todas las víctimas de un sistema que instrumentaliza y deshumaniza a las personas”. La violencia denunciada por la CNBB incluye modalidades como el feminicidio y la criminalización de defensores de derechos humanos, además de la violencia que se desprende del submundo de las cárceles.

  1. Las amenazas a los derechos de los pueblos indígenas

Entre los pueblos amenazados en sus derechos fundamentales, “las graves amenazas” a los indígenas, por encima de la misma Constitución, visibiliza realidades de discriminación, prejuicio y odio en la sociedad brasileña. Asimismo, la mercantilización de las tierras indígenas y quilombolas, motivadas por actividades mineras y madereras vinculadas al agronegocio, urgen una “revisión de los conceptos de progreso, crecimiento y desarrollo”, de acuerdo con la CNBB.

  1. Las reformas que lesionan a los más pobres

Finalmente, de cara a las reformas políticas, tributarias y de la seguridad social, los obispos de Brasil estiman que “solo serán legítimas si se hacen con miras al bien común y con participación popular, de modo que sean atendidos los pobres en primer lugar”. “Ninguna reforma será éticamente aceptable si lesiona a los más pobres”, asegura la CNBB, justificando la importancia de las iglesias y los movimientos sociales como “centinelas del pueblo”.

Fuente: Vida Nueva Digital

Amazonía: retos y perspectivas para la Casa Común

El jueves 16 de mayo, tuvo lugar,  en la Universidad Gregoriana, un seminario que cuyo objetivo fue, tanto, dar a conocer los grandes desafíos que enfrentan los habitantes y la Iglesia de la región amazónica, como también abrir un espacio para reflexionar sobre dichos desafíos buscando caminos para enfrentarlos desde el trabajo pastoral, formativo y la educación formal.

Las ponencias fueron presentadas por expertos, misioneros y representantes del Secretariado General del Sínodo y miembros de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), creada para coordinar la acción de cada una de las Conferencias Episcopales en el vasto territorio amazónico, que abarca nueve países. Esta iniciativa surge en un momento en que se juega el futuro de la humanidad.

La jornada de estudio comenzó con un video mensaje de parte del Cardenal K. A. Turkson, Prefecto del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral, en el que desarrolló el tema de la protección del tesoro amazónico. Cuidar de los 7.5 millones que la componen es un desafío para la humanidad, no solo para las comunidades locales; que, al mismo tiempo, supone una acción a largo plazo. Se trata de una responsabilidad intergeneracional.

El purpurado insistió en que “Nosotros hemos recibido esta herencia de nuestros ancestros, así como su sabiduría. Por eso, nuestra responsabilidad es administrar los recursos para que estos, en el largo plazo, lleguen a las futuras generaciones.” “El objeto del desarrollo humano es el desarrollo de la dignidad de la persona, sin dejar a nadie fuera”.

El tiempo apremia

Por su parte, el Relator del Sínodo y Presidente de la REPAM, Card. Claudio Humes, presentó el contexto de la crisis ambiental y humana que se vive en la Amazonía: degradación ecológica; tiempo con cambios repentinos y extremos; contaminación del aire y de las fuentes de agua; agroindustrias que son insostenibles; un mercado depredador de la naturaleza.

Para el Cardenal Humes, las causas están en “el sistema económico tecnocrático, que tiene como objetivo primordial el lucro y no el bienestar humano o ambiental”. A esto se unen principios que atentan contra la vida humana: “el subjetivismo, el individualismo que caracteriza la cultura occidental. Según esto, el ser humano es el centro. Es creador de un progreso económico ilimitado”. Insistió: “para la ecología integral, el ser humano no es el propietario, el dueño, sino que es parte de todo lo que lo rodea, es una unidad”.  Añadió: “es mentira que los recursos del planeta sean infinitos”.

Finalizó su presentación afirmando que “el actual sistema económico mundial es insostenible”. El Cardenal cuestionó a los presentes: ¿Qué tipo de mundo queremos dejarle a los que vienen después de nosotros? La Amazonía es un punto de equilibrio para el planeta. Nunca ha estado tan amenazada como ahora. La Iglesia misionera en nombre de la encarnación de Jesucristo debe asumir el cuido de la casa común”.

Expectativas de los pueblos indígenas

El Cardenal Pedro Barreto, del Perú insistió en que en el momento actual es importante “tomar conciencia de lo que la ciencia nos dice: estamos urgidos a la acción: la Iglesia debe ser pobre para los pobres y debemos comenzar por los más pobres que son los indígenas”.

Sobre el tema ecológico afirmó: “tenemos que escuchar el clamor de la tierra y de los pobres. Escuchar sin protagonismos. Ninguna institución por sí sola va a solucionar lo que está ocurriendo. Necesitamos una red que busque la justicia en el cuidado de la casa común. Todos tenemos que sentirnos parte de esta acción. Esta red tiene que ser organizada y los indígenas son parte de ella”.

Educación para los pueblos indígenas

La educación constituye uno de los grandes desafíos en la Amazonía. Las grandes distancias y la ausencia de recursos humanos formados en las propias lenguas locales son algunos de los problemas que cualquier solución debe enfrentar.

Pablo Mora, jesuita peruano analizó este desafío: “en la mayoría de los casos, la educación bilingüe termina en la escuela primaria”. “Debido a las grandes distancias, los alumnos que van a las escuelas, se alojan en internados y regresan a sus comunidades una o dos veces al año. Esto crea la ausencia de los padres de familia en los procesos formativos de sus hijos”.

El Padre Mora expresó que la Iglesia es una de las instituciones en la que las comunidades y las autoridades civiles confían. Esta confianza, en el área educativa, debe ser asumida con responsabilidad y creatividad, para ofrecer una educación de calidad que permita fortalecer las comunidades y sus culturas.

El seminario contó con la presencia de casi doscientos participantes. Las imágenes, los cantos, los distintos rostros de las personas de origen amazónico, el verde de los bosques y las aguas cristalinas están allí, esperando que actuemos para cuidar la Casa Común.

Fuente: Vatican news

«Un gobierno renovado para una misión renovada» – Palabra de CPAL

Compartimos la Palabra de la Conferencia de Provinciales de América Latina, que se dirige a todos los jesuitas y colaboradores religiosos, religiosas, laicos y laicas de la región. 

Por João Renato Eidt, s.j.  – Provincial del Brasil.

El título del primer decreto de la Congregación General XXXVI no era el tema de la 37ª Asamblea de la CPAL, celebrada entre los días 07 al 11 de mayo pasado en La Habana, Cuba. Sin embargo, considerando  los temas trabajados, tuve la impresión de que ese título (un gobierno renovado para una misión renovada) define muy bien el espíritu que movió nuestro corazón, nuestro compartir y nuestras decisiones a lo largo de estos días.

 Desde la 36ª CG e incluso antes: ya durante el gobierno del P. Adolfo Nicolás, la Compañía de Jeús vive procesos de reconfiguración  de las provincias, y nos invita al trabajo en redes regionales para mejor cumplir la misión que el Señor nos ha confiado. Los temas principales trabajados durante la 37ª Asamblea de la CPAL: el compartir sobre las provincias, países y regiones, las conversaciones entre provinciales, las oraciones en común, la eucaristía diaria y los momentos de convivencia fraterna reflejan el profundo deseo del Cuerpo Apostólico de la Compañía de Jesús, América Latina de actualizarse para continuar sirviendo al Señor con generosidad y creatividad. Es consolador percibir que estos procesos sucedieron en estrecha comunión con el espíritu de la Congregación General 36, especialmente con el decreto n. 1°.

Las tres maneras de proceder que propone el decreto 1º, a saber: el discernimiento, la colaboración y el trabajo en red marcaron, de alguna manera, los días de gracia y bendicion durante la reunión en Cuba. En este sentido, el discernimiento hecho sobre el cuarto año de teología trajo mucha paz, serenidad y consuelo a todos. El fortalecimiento de las redes y su fruto apostólico en la conferencia también confirmar la orientación de la Congregación General. Ese trabajo en redes nos lleva a una mayor colaboración entre provincias y obras apostólicas; también nos mueve a colaborar con otros hombres y mujeres que, inspirados por el Evangelio, organizan y ponen sus fuerzas al servicio de la vida digna para todos y el cuidado de la casa común.

Necesitamos «un gobierno renovado para una misión renovada» con el fin de aprender a vivir de manera saludable a pesar de nuestros límites, respetando a todos y garantizando la seguridad, especialmente de los más indefensos y vulnerables. Conviene que vivamos como verdaderos «Amigos en el Señor», amigos que cuidan unos de los otros de manera que todo nuestro ser, nuestras fortalezas y dones para ser colocados, con la alegría, al servicio de la vida y el anuncio del evangelio. Para ello la vida comunitaria es muy importante. «En nuestra vida de comunidad jesuítica debemos crear espacios para el encuentro y el compartir. Esta disposición ayuda a que la comunidad se convierta en un espacio de verdad, alegría, creatividad, perdón y búsqueda de la voluntad de Dios. De este modo, la comunidad se convierte en un lugar de discernimiento «(CG 36, d. 1, n. 10).

La elección de las preferencias apostólicas universales de la Compañía de Jesús es fruto de un proceso de discernimiento que se dio en las obras apostólicas, en las comunidades, en las provincias, en las conferencias y finalmente, para concluir, en el gobierno general. La divulgación de las PAUs causó satisfacción y alegría en todo el cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús. Que esta experiencia de discernimiento inspire y anime a las provincias a iniciar su discernimiento apostólico. Como decía el Papa Francisco a los jesuitas reunidos durante la CG 36ª: «La Compañía inicia procesos y deja espacios». El discernimiento apostólico ayudará a encontrar los llamados y la misión que el Señor quiere que realicemos. A través del discernimiento podremos también ayudar al P. General a renovar la estructura de gobierno de la Compañía de Jesús. El discernimiento y nuestra intimidad con el Señor, en fin, nos ayudarán a ser «servidores de la misión de Cristo» (CG 34ª, 2) en estrecha comunión con la Iglesia de Cristo. Esta es la razón de ser de la Compañía de Jesús.

  En América Latina estamos siendo testigos a diario del empobrecimiento de las poblaciones, el desplazamiento forzado de personas, las opciones políticas que privilegian pocos despojando elementos esenciales en situaciones de los regímenes democráticos y de los derechos humanos llegando al absurdo de la violencia y del autoritarismo. En el ámbito eclesial notamos dos movimientos que, muchas veces, se contraponen: uno de ellos propuesto y animado por el Papa Francisco que invita al diálogo, respeto, acogida, cuidado de la Casa Común, a la Iglesia en salida y a vivir la «alegría del Evangelio»; y por el contrario somos testigos de otro movimiento con actitudes conservadoras, autoritarias y clericalistas que irrespetan a las personas vulnerables y frágiles. Estos comportamientos son fuertemente criticados por el Papa Francisco que mantiene en su discurso la promoción de la paz como camino para un mundo mejor.

Las grandes inspiraciones de la CG 32ª como «el servicio de la fe, del cual la promoción de la justicia constituye una exigencia absoluta» (d.2, n.7) deben inspirar nuestro modo de ser y de actuar. Del mismo modo hay que recordar el primer decreto de la CG 36ª que nos motiva a ser «Compañeros en Misión, reconciliación y la justicia». Creo que estas Congregaciones Generales y las exhortaciones del Papa Francisco nos invitan a tener actitudes proféticas en la sociedad y en la iglesia. Para ello, la oración comunitaria, la Eucaristia y encuentro personal con Cristo son fundamentales, porque dar testimonio y vivir la fe y la justicia en nuestras  situaciones pueden dar lugar a malentendidos, persecuciones, amenazas e incluso el martirio. Que estas consecuencias no nos impidan ser testigos de la justicia y la reconciliación, más necesarias que nunca, en los contextos en los que vivimos.

Encuentro del Grupo Iberoamericano de Teología

Entre el 23 y el 25 de abril se llevó adelante en la Universidad Iberoamericana de Puebla el 3er. encuentro del Grupo Iberoamericano de Teología. El mismo, fue organizado por los Teólogos Rafael Luciani, Carlos María Galli y Fernando Fernández Font SJ.

Este encuentro, se enmarca dentro del Programa de Formación Continua del Boston College y busca contribuir al camino eclesial de diálogo interdisciplinar entre teólogos/as, pastoralistas y canonistas que han iniciado hace unos años.

Se puede acceder a las ponencias del Encuentro en su Canal de Youtube: Formación Continua Boston College.

Una fiesta que no es obvia – Testimonio de la beatificación de los Mártires Riojanos

El día 27 de Abril, fueron beatificados Monseñor Angelelli, Fray Carlos de Dios Murias, Wenceslao Pedernera y Gabriel Longueville, en La Rioja. Unos 30 jesuitas estuvieron acompañando la celebración. Uno de ellos, Juan Luis Panizza nos comparte su recorrido a través de este evento.

Por Juan Luis Panizza SJ

Llegamos a La Rioja la mañana del sábado. Antes de salir nos habían advertido: -“No vayan por la ruta que pasa por Punta de Llanos, va a estar ‘tapadaza’ de autos”. Pero casi no hubo autos durante el viaje. Cuando llegamos tampoco había carteles ni música.

Antes de ir a la misa desayunamos en casa de la familia de una religiosa de la Virgen Niña. Cuando les preguntamos cómo era el ambiente respecto a la beatificación nos contestaron: “Angelelli es más valorado por la gente de afuera que por los propios riojanos. Está muy metida la cuestión política. No tenemos dimensión de quien fue”.

Salimos para el Parque de la Ciudad, donde se iba a celebrar la misa. Menos autos todavía que en el ingreso a la ciudad. Y nada de música. En el lugar un policía nos indicó dónde podíamos estacionar: ahí nomás, al ladito de donde estábamos.

Lo que veníamos comentando de la falta de movimiento se hacía cada vez más patente, más pesado. La fiesta de la beatificación no era la fiesta que yo me esperaba, no era la fiesta que hubo con las beatificaciones del Cura Brochero y de Catalina de María. Decirle sí al martirio de Angelelli y sus compañeros, a la Iglesia que ellos buscaban, no es la obviedad que yo pensaba que era. Estar ahí con mis compañeros, decirle sí a esta celebración, tomó una nueva hondura y un nuevo matiz.

Nos fuimos acercando al predio. En la búsqueda de un lugarcito, tuve el gusto de saludar a amigos religiosos de diversas congregaciones (mercedarias, frailes menores, religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, religiosas de Jesús María, salesianos). Faltando 10 minutos para que empezara la misa conseguimos sillas, y muy bien ubicadas. En las fotos sacadas por los drones aparece mucha gente. Pero si hubiese sido un evento verdaderamente multitudinario no habríamos conseguido lugar así.

La misa se vivió con mucha devoción y mucho entusiasmo. Los aplausos cortaron constantemente la homilía y las demás intervenciones. El más aplaudido de los cuatro mártires, al menos en el sector en que nos encontrábamos, era Wenceslao Pedernera. Tal vez por la cantidad de militantes de la Acción Católica presentes, tal vez porque su vida de laico padre de familia resultaba más interpelante para la mayoría de los que nos rodeaban. Se vivía con intensidad y alegría (e incluso con lágrimas) el festejo por la vida de estos cuatro hombres que, como canta el himno compuesto para la ocasión, “con su lucha y con su ofrenda traen la Buena Noticia”.

En la Homilía, el cardenal Amato expresó que los mártires “fueron asesinados debido a su diligente actividad de promoción de la justicia cristiana” en un tiempo en que la dictadura “intentaba instrumentalizarla (a la religión católica), pretendiendo una actitud servil por parte del clero y pasiva por parte de los fieles, invitados por la fuerza a externalizar su fe solo en manifestaciones litúrgicas y de culto”. Enrique Angelelli ejerció un ministerio cuya clave fue “la acción social en favor de los más necesitados y explotados”.  Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville fueron sacerdotes “cercanos a las franjas más desfavorecidas de la población”. Wenceslao Pedernera “se dedicó apasionadamente a una generosa actividad social”.

Esta beatificación es un regalo de la Iglesia, que propone a estos hombres y su lucha para “la admiración e imitación de todos los fieles”. Sin duda, su consagración interpela mi consagración.

El cardenal Hummes pide “indignarse” ante la explotación de la Amazonía

En una entrevista en La Civiltà Cattolica, el relator general del Sínodo invita a “pensar en ministerios diferenciados, porque la comunidad allí necesita una presencia adecuada”

Claudio Hummes es Presidente de la Red Eclesial Panamazónica y amigo personal del papa Francisco. Durante la conversación con la Civiltà Cattolica  pidió “indignarse” ante la explotación que sufre la región.

“Los intereses económicos y el paradigma tecnocrático repelen toda tentativa de cambio y están dispuestos a imponerse por la fuerza, violando derechos fundamentales de las poblaciones en el territorio y normas para la sustentabilidad y preservación de la Amazonía. Pero nosotros no debemos rendirnos. Será necesario indignarse. No una indignación violenta, pero sí firme y profética”, comentó Hummes en una entrevista con La Civiltà Cattolica cuyo contenido fue hecho público este lunes, 13 de mayo.

Ministro para su comunidad

En su conversación con el director de la revista, el jesuita Antonio Spadaro, el relator general de la próxima asamblea sinodal abrió la puerta a que el Sínodo explore nuevas formas de ministerio para la región amazónica. “Muchas veces existe la preocupación de trasplantar los modelos de los sacerdotes europeos a los eventuales sacerdotes indígenas”, comentó, destacando a continuación que “la comunidad no es para su ministro, sino el ministro para su comunidad. El ministro debe ser adecuado a las necesidades de la comunidad”.

Hummes enfatizó que “es esta necesidad de la comunidad la que debe movernos a pensar, tal vez, en ministerios diferenciados, porque la comunidad allí necesita una presencia adecuada. No queramos defender una especie de figura histórica de cómo debe ser un ministro, sin posibles variaciones, de modo que las comunidades deban aceptarlo así tal cual porque nosotros lo enviamos así”.

‘Viri probati’

Aunque el purpurado no mencionó directamente a los ‘viri probati’, entre las formas alternativas de ministerio que se analizarán en octubre está precisamente la ordenación de hombres casados y con una trayectoria cristiana acreditada por la experiencia.

El Sínodo debe facilitar la transición de una Iglesia indigenista a una Iglesia indígena. La primera, dijo el cardenal brasileño, “no basta” por lo que es preciso “dar un paso más”. “Nos sentimos llamados a ser una Iglesia que defiende los derechos humanos, que defiende los derechos indígenas, los de los ribereños y los de otros. Esto es una Iglesia indigenista. Ahora sabemos que debemos dar un paso más: debemos promover una Iglesia indígena para los pueblos indígenas, ayudar a que nazca y crezca una Iglesia indígena”, comentó Hummes.

Fuente: Vida Nueva Digital

Artistas pintaron cisternas en San José del Boquerón

Artistas universitarios pertenecientes a las Universidades Nacionales de La Plata, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y la Universidad del Arte de Bs As pintaron unas 50 obras de arte en las tapas de las cisternas de Piruaj Bajo, en San José del Boquerón, Santiago del Estero.

En lugares como estos, el agua se vuelve un recurso tan fundamental como escaso, por lo que es necesario revalorizarlo. Con este fin, el proyecto “Pintura al agua», motorizado por el Colectivo Cultural Piruaj Chico; que ganó en 2018 el Concurso de Arte y Transformación Social del FNA, y convocó a artistas plásticos para pintar 50 cisternas de cosecha de agua de lluvia en Piruaj.

Las cisternas, que se ubican en un radio de 2 km, fueron construidas por las familias, que contaron con el apoyo de la parroquia San José de las Petacas, el acompañamiento técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y con financiamiento del Ministerio de Desarrollo Social de Nación (mediante el programa ProHuerta).

¿Qué es una cisterna?

Una cisterna de placas es un reservorio de agua que se construye semienterrado, utilizando moldes para «cortar» las placas para facilitar la captación de agua de lluvia. Cada una permite almacenar 16.000 litros, con buena conservación, ya que cuenta con techo propio y, generalmente, un sistema de bombeo manual. La implementación masiva de cisternas de placas en regiones semiáridas de la Argentina da cuenta de la disminución de enfermedades en las poblaciones rurales, en especial de niños y niñas.

Además, las cisternas tienen bajo costo constructivo, en relación al costo del litro de agua almacenado, y requiere de una gran tecnología social en las fases de construcción y mantenimiento posterior, que involucra a toda la familia y, generalmente, a toda la comunidad.

Por qué se eligió el Paraje Piruaj Bajo

Los promotores del proyecto han elegido el lugar principalmente por la concentración de cisternas que encontramos, que responde a que esta localidad es uno de los lugares con un mayor índice de vulnerabilidad y pobreza de la zona y son muchas las dificultades para acceder al agua. Las personas tienen que caminar un kilómetro o más para conseguir agua para su consumo, que en muchos casos tienen alto contenidos de arsénico. Es agua de las napas freáticas.

La población de Piruaj tiene cerca de 100 familias y está transitando un proceso de autoreconocimiento como comunidad indígena, vinculada a las etnias lule y vilela.

Una de sus características es que las y los jóvenes eligen quedarse a vivir allí. Todos los años la escuela local aumenta su matrícula. Se trata de una población con mucha conciencia comunitaria y un fuerte vínculo con su territorio. Un territorio que está en conflicto porque una sociedad anónima de Buenos Aires compró títulos de sus territorios y se los está alambrando.

Fuente: Fondo Nacional de las Artes

Fotos: Parroquia San José de las Petacas

Comunicar para alcanzar el amor: #EnRedDarnos en la Colaboración y Comunicación

Colaboración y Comunicación son dos palabras que han venido cobrando mucha fuerza dentro y fuera de nuestras obras. Las separaremos para tratar de desmenuzar mejor, pero desde ya es bueno aclarar que son dos elementos que van muy de la mano como la batería con el celular o las redes sociales con internet.

Colaboración

“Colaboración conjunta entre laicos, religiosos y jesuitas” o “laicos y jesuitas juntos por la misión”, seguramente estas frases ya nos resultan muy familiares. La colaboración no es ninguna novedad del siglo XXI. Nace en el Concilio Vaticano II (1965) con las constituciones como Cristo es la luz de los pueblos y Apostolado de los laicos, en las que se define a la Iglesia como comunidad del pueblo de Dios a la que se ingresa por el bautismo y en la cual todos/as poseen la misma dignidad, aunque con diversas funciones debido a las diferentes vocaciones a las cuales Dios llama (religiosa, sacerdotal, laical).

Podemos afirmar que en la Compañía los primeros vestigios de colaboración aparecen en la vida misma de su fundador, San Ignacio de Loyola y sus primeros compañeros jesuitas. Sin embargo, empieza a considerarse como tal a partir de la Congregación General 31 celebrada en el año 1965 y se va profundizando en las siguientes. Recién aparece en los documentos de la Congregación General 35 (2008) y de ahí en más el término fue adquiriendo cuerpo. Ya en la Congregación General 36 (2016), nos indica que el modo de proceder apropiado para nuestro tiempo se encuentra en el “discernimiento, la colaboración y el trabajo en red”.

La colaboración tiene siempre un con y un para; el “con” implica a laicos, jesuitas, religiosos/as de diversas congregaciones, sacerdotes diocesanos, y el “para”, es la misión: que en la Compañía significa estar al servicio de la fe y la promoción de la justicia desde el Evangelio y la Espiritualidad Ignaciana, en solidaridad con los demás. En pocas palabras, laicos, jesuitas y religiosos de distintas congregaciones, todos, somos “compañeros en una misión de Reconciliación y de Justicia”.

Comunicación

Como decía el Padre General Arturo Sosa, SJ, durante el encuentro #EnREDdarnos realizado en noviembre del 2017 en Córdoba (Argentina), “La iglesia nace para comunicar, para comunicar una buena noticia, la de Jesucristo que entrega su vida para romper lo que nos divide. En él se rompe la barrera del odio que nos lleva a la injusticia, que nos produce pobreza, explotación, discriminación, que nos lleva a las guerras”.

Esta comunicación tanto dentro y fuera de nuestras obras, nos exige una conversión cultural, y de forma urgente, para anunciar la Buena Nueva colocando en el centro de la comunicación a Jesucristo, muerto y resucitado, que se dirige a creyentes y no creyentes, para ir más allá de nuestras propias fronteras y “Salvar más almas para el Señor”.

En nuestro tiempo en donde todos hablan de tecnología 5G, de la hiperconectividad, de transformación digital, en donde mi tía sube como mínimo tres historias al día a instagram, mi mamá agrega a todos mis amigos del facebook y tengo un grupo de whatsapp con mis excompañeros de primaria, nos exige un constante replanteo en la forma en que nos estamos comunicando, no es solo el qué decimos, sino cómo lo decimos.

La Iglesia es comunicación

Jesús se comunicaba verbalmente y sus discípulos tuvieron la Misión de propagar su mensaje por el mundo de la misma manera. San Ignacio se comunicaba verbalmente y a través de cartas con sus compañeros ¿Y nosotros, cómo lo hacemos? ¿Deberíamos cambiar nuestros canales tradiciones de comunicación? Como ya mencioné anteriormente, muchas veces no se trata de lo que contamos, sino de cómo lo decimos. Y si tenemos nuevas plataformas, por qué no aprovecharlas.

Hoy cuando nos inundan Fake News (noticias falsas) contra la Iglesia, con varios escándalos sexuales y de corrupción a cuestas, y cuando se volvió prácticamente una moda atacar la Iglesia Católica, resulta urgente y necesario, asumir más que nunca el compromiso de comunicar el Evangelio. Un compromiso a través del discernimiento, la colaboración y el trabajo en red.

Termino mi escrito, porque ipukurõ ni purahéi ndaigustovéima (si es muy largo, hasta una canción se vuelve aburrida), juntando los conceptos, porque todos: jesuitas, laicos, religiosos de distintas congregaciones, tenemos el desafío de encontrar una mejor forma comunicar la Buena Nueva que Dios nos está encomendando en las diferentes obras en las que estamos trabajando…

Fuente: Jesuitas Lationamérica

Mensaje final de la 37ª Asamblea de la CPAL

Desde La Habana alentando nuestra vida y misión

Del 7 al 12 de mayo se llevó adelante en La Habana, Cuba la 37° Asamblea de la Conferencia de Provinciales de América Latina. Compartimos aquí el mensaje que los Provinciales han elaborado al finalizar su reunión semestral.

La 37ª asamblea ha tenido lugar en la Casa San José, Juanelo la Habana. Hemos experimentado la hospitalidad y el cariño de los compañeros de la sección y de muchos colaboradores y colaboradoras. Una mención especial a las hermanas Esclavas de Cristo Rey que nos han tratado de manera exquisita. Nuestra presencia aquí en La Isla ha intentado significar un gesto de solidaridad con el pueblo de Cuba y con nuestros compañeros que viven y trabajan aquí.

La asamblea comenzó con los informes de la vida y el trabajo de las redes apostólicas, en particular las que interactúan en el Servicio Jesuita a la Amazonía que articula una importante prioridad de nuestro PAC. Las presencias en el Amazonas son variadas y las articulaciones también, la participación en la preparación del Sínodo Pan Amazónico y en la REPAM es un aporte fundamental. Queda como desafío ir avanzando en una mayor claridad respecto de nuestro aporte específico en esa realidad.

El reporte de los provinciales sobre la recepción de las Preferencias Apostólicas Universales en las Provincias ha sido positiva. Si bien es una impresión provisoria y todavía incipiente, pero se percibe que las PAU responden al sentir del Cuerpo Apostólico y nos alientan a un proceso de conversión personal, comunitaria, provincial e interprovincial.

Hemos sentido también la llamada a la conversión al reflexionar sobre los pasos concretos para gestar y consolidar una cultura de la salvaguarda a menores y vulnerables que nos permita reparar, de algún modo, los pecados y delitos que han causado tanto dolor. Somos profundamente conscientes de que debemos responder seriamente a las preguntas de la primera semana: ¿Qué hemos hecho por Cristo débil y vulnerado?, ¿Qué hacemos por él? Y ¿Qué debemos hacer por ese Cristo que nos interpela a vivir de un modo diferente, a crear una cultura de la salvaguarda que nos haga más creíbles?

Ha venido a nuestra memoria, de manera particular, la dura realidad de nuestros compañeros de Chile que viven un hondo proceso de purificación, pero a su vez desde un horizonte de misión y de esperanza que es, para nosotros, una valiosa fuente de aprendizaje.

La estructuración del 4to. Año de Teología ha ocupado un buen tiempo de nuestra reflexión. La asamblea se adentró en un ambiente de oración y conversación espiritual a repensar la necesidad de una estructuración común, más allá de las diversas modalidades que presenta en nuestras Provincias. Se encontraron puntos comunes: la necesidad de acompañamiento, el criterio de tiempos lugares y personas, la conciencia de que este es un tiempo especial de preparación para el ministerio ordenado y por lo tanto los estudios  teológicos, y las experiencias pastorales y de reflexión están en función de esta finalidad. La asamblea coincide en que el 4to Año debe ser transitado preferentemente en las propias Provincias, dado que es un tiempo propicio para tener en la Provincia al jesuita que está próximo a las órdenes, particularmente teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos han cursado la teología en Centros Interprovinciales de Formación. La asamblea ha pedido a la Comisión de Formación que con lo reflexionado aquí pueda ofrecer opciones que ayuden a la realización del 4to Año.

El pedido del P. General de continuar el discernimiento respecto de posibles reconfiguraciones de Provincias, ha dado lugar a la creación de una comisión para elaborar una hoja de ruta que ayude a la próxima asamblea en este cometido. Esta comisión ayudará para comenzar un diálogo respecto del estado de situación y los posibles caminos a explorar. Se le pide al P. General poder postergar la fecha final de este discernimiento debido a los procesos de cambios de 9 de los 12 provinciales en los próximos dos años, la evaluación y reelaboración del PAC y el proceso de recepción de las PAU, además del final del proceso de creación de la provincia del Caribe.

Nuestro compañero, P. Juan Antonio Guerrero, nos ha dado un panorama muy completo sobre las Casas Internacionales de Roma, su situación y los desafíos presentes y de largo plazo. Nos ha hecho profundizar en nuestra responsabilidad para ayudar en esta misión confiada por la santa sede a la Compañía.

Los diálogos nocturnos con nuestros compañeros de Cuba, Haití, y Centroamérica han sido movilizadores y concientizadores sobre la realidad de estos pueblos hermanos. Son muchas las preguntas que nos surgen sobre la colaboración que podemos dar como cuerpo apostólico de América Latina y el Caribe.

Queremos agradecer a todos los que hicieron posible este encuentro, y de manera particular a los que han participado como invitados especiales.

Una especial mención a los PP. John Guiney, Alfredo Ferro, Juan Antonio Guerrero, Cristopher Llanos y Jean Denis Saint Felix.

Agradecemos a Dios por esta asamblea, por los frutos recibidos y por los desafíos que se nos plantean. Y le pedimos, con nuestro padre Ignacio, que siempre “nos dé a sentir su santísima voluntad y gracia para cumplirla fielmente”.

La Habana, Cuba, 11 de mayo de 2019.

Fuente: Jesuitas Lationamérica