Mensaje final de la 37ª Asamblea de la CPAL

Desde La Habana alentando nuestra vida y misión

Del 7 al 12 de mayo se llevó adelante en La Habana, Cuba la 37° Asamblea de la Conferencia de Provinciales de América Latina. Compartimos aquí el mensaje que los Provinciales han elaborado al finalizar su reunión semestral.

La 37ª asamblea ha tenido lugar en la Casa San José, Juanelo la Habana. Hemos experimentado la hospitalidad y el cariño de los compañeros de la sección y de muchos colaboradores y colaboradoras. Una mención especial a las hermanas Esclavas de Cristo Rey que nos han tratado de manera exquisita. Nuestra presencia aquí en La Isla ha intentado significar un gesto de solidaridad con el pueblo de Cuba y con nuestros compañeros que viven y trabajan aquí.

La asamblea comenzó con los informes de la vida y el trabajo de las redes apostólicas, en particular las que interactúan en el Servicio Jesuita a la Amazonía que articula una importante prioridad de nuestro PAC. Las presencias en el Amazonas son variadas y las articulaciones también, la participación en la preparación del Sínodo Pan Amazónico y en la REPAM es un aporte fundamental. Queda como desafío ir avanzando en una mayor claridad respecto de nuestro aporte específico en esa realidad.

El reporte de los provinciales sobre la recepción de las Preferencias Apostólicas Universales en las Provincias ha sido positiva. Si bien es una impresión provisoria y todavía incipiente, pero se percibe que las PAU responden al sentir del Cuerpo Apostólico y nos alientan a un proceso de conversión personal, comunitaria, provincial e interprovincial.

Hemos sentido también la llamada a la conversión al reflexionar sobre los pasos concretos para gestar y consolidar una cultura de la salvaguarda a menores y vulnerables que nos permita reparar, de algún modo, los pecados y delitos que han causado tanto dolor. Somos profundamente conscientes de que debemos responder seriamente a las preguntas de la primera semana: ¿Qué hemos hecho por Cristo débil y vulnerado?, ¿Qué hacemos por él? Y ¿Qué debemos hacer por ese Cristo que nos interpela a vivir de un modo diferente, a crear una cultura de la salvaguarda que nos haga más creíbles?

Ha venido a nuestra memoria, de manera particular, la dura realidad de nuestros compañeros de Chile que viven un hondo proceso de purificación, pero a su vez desde un horizonte de misión y de esperanza que es, para nosotros, una valiosa fuente de aprendizaje.

La estructuración del 4to. Año de Teología ha ocupado un buen tiempo de nuestra reflexión. La asamblea se adentró en un ambiente de oración y conversación espiritual a repensar la necesidad de una estructuración común, más allá de las diversas modalidades que presenta en nuestras Provincias. Se encontraron puntos comunes: la necesidad de acompañamiento, el criterio de tiempos lugares y personas, la conciencia de que este es un tiempo especial de preparación para el ministerio ordenado y por lo tanto los estudios  teológicos, y las experiencias pastorales y de reflexión están en función de esta finalidad. La asamblea coincide en que el 4to Año debe ser transitado preferentemente en las propias Provincias, dado que es un tiempo propicio para tener en la Provincia al jesuita que está próximo a las órdenes, particularmente teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos han cursado la teología en Centros Interprovinciales de Formación. La asamblea ha pedido a la Comisión de Formación que con lo reflexionado aquí pueda ofrecer opciones que ayuden a la realización del 4to Año.

El pedido del P. General de continuar el discernimiento respecto de posibles reconfiguraciones de Provincias, ha dado lugar a la creación de una comisión para elaborar una hoja de ruta que ayude a la próxima asamblea en este cometido. Esta comisión ayudará para comenzar un diálogo respecto del estado de situación y los posibles caminos a explorar. Se le pide al P. General poder postergar la fecha final de este discernimiento debido a los procesos de cambios de 9 de los 12 provinciales en los próximos dos años, la evaluación y reelaboración del PAC y el proceso de recepción de las PAU, además del final del proceso de creación de la provincia del Caribe.

Nuestro compañero, P. Juan Antonio Guerrero, nos ha dado un panorama muy completo sobre las Casas Internacionales de Roma, su situación y los desafíos presentes y de largo plazo. Nos ha hecho profundizar en nuestra responsabilidad para ayudar en esta misión confiada por la santa sede a la Compañía.

Los diálogos nocturnos con nuestros compañeros de Cuba, Haití, y Centroamérica han sido movilizadores y concientizadores sobre la realidad de estos pueblos hermanos. Son muchas las preguntas que nos surgen sobre la colaboración que podemos dar como cuerpo apostólico de América Latina y el Caribe.

Queremos agradecer a todos los que hicieron posible este encuentro, y de manera particular a los que han participado como invitados especiales.

Una especial mención a los PP. John Guiney, Alfredo Ferro, Juan Antonio Guerrero, Cristopher Llanos y Jean Denis Saint Felix.

Agradecemos a Dios por esta asamblea, por los frutos recibidos y por los desafíos que se nos plantean. Y le pedimos, con nuestro padre Ignacio, que siempre “nos dé a sentir su santísima voluntad y gracia para cumplirla fielmente”.

La Habana, Cuba, 11 de mayo de 2019.

Fuente: Jesuitas Lationamérica

Somos Encuentros: Campaña de comunicación sobre la Migración Forzada

La Red de Oficinas Provinciales de Comunicación de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (RED de OPC) y el equipo de Hospitalidad de la Red Jesuita con Migrantes para América Latina y el Caribe (RJM-LAC), se han unido para gestar y lanzar una campaña de comunicación sobre la migración forzada en nuestro Continente bajo el nombre “Somos Encuentros”.

Los responsables de la campaña son: Natalia Salazar, Luis Gómez y Javier Cortegoso por parte de la RJM-LAC, y por parte de la RED de OPC: Enilda Ruiz, encargada de comunicación de la provincia de Centroamérica, Schirley Echenique, encargada de comunicación de la provincia de Venezuela, y Fernanda Falcone, coordinadora de la RED OPC y de la Oficina de Comunicación Institucional de la CPAL. Para llevar adelante el proyecto contamos con el apoyo de las oficinas de comunicación de todas las provincias y sus equipos de trabajo.

La campaña quiere ser un espacio de participación amplia, en la que los miembros de los equipos de comunicación de las provincias puedan aportar sus trabajos y suscitar otros esfuerzos que visibilicen las angustias y tristezas, las alegrías y las esperanzas de tantas personas que se ven forzadas a migrar entre países de nuestro Continente o hacia otros rumbos más allá de nuestras fronteras.

Los trabajos y aportes deben ser un canal para compartir historias de encuentro y de hospitalidad, que nos permitan ayudar a reconstruir la humanidad de aquellos que han sido vulnerados en su dignidad en medio de las tragedias del desplazamiento forzado, así como de aquellos con quienes entran en contacto.

“Creemos que la Migración Forzada es una realidad que nos cruza más allá de los países, provincias y obras; se trata de un drama de nuestra sociedad latinoamericana que nos interpela día a día y que nos llama a responder de manera compartida. Las obras, instituciones y personas que colaboramos en la Compañía de Jesús tenemos el desafío de articularnos y tejer juntos conversaciones y acciones en los diferentes procesos y ámbitos de nuestra misión”.

“Son más las cosas que nos unen que las que nos separan y sin importar en qué lugar de Latinoamérica y el Caribe nos encontremos, la movilidad humana y el encuentro humano hacen parte de nuestras vidas. Queremos contar historias que nos lleven a reconocer en nuestros propios ámbitos de actuación la manera en que estamos respondiendo a los retos de la migración forzada, a través de los protagonistas que viven y tejen esta realidad en cada Provincia.”

Quienes deseen sumarse a esta iniciativa pueden escribirnos a: oficina.comunicacion@cpalsj.org solicitando las pautas a seguir y las orientaciones correspondientes.

Fuente: Jesuitas Lationamérica

 

Nueva plataforma colaborativa: Jesuit.Network

La iniciativa Jesuit Networking ha lanzado una nueva plataforma web: Jesuit.Network. La misma constituye un espacio dinámico para estudiar, sistematizar y fomentar el trabajo en red internacional entre las instituciones jesuitas.

En la nueva página web, los usuarios pueden encontrar el primer mapa global de redes regionales e internacionales relacionadas con la misión de la Compañía de Jesús; en el momento de su lanzamiento, existen 81 en total.

Acompaña el lanzamiento de la web el documento “Redes proféticas para una Misión Universal“,  que comparte las reflexiones la segunda reunión internacional sobre redes para catalizar las conexiones entre profesionales, académicos y miembros del gobierno de la Compañía de Jesús.

El proyecto Jesuit Networking se lanzó en 2012 en colaboración con el Secretariado de Colaboración de Roma para promover la reflexión sobre el trabajo en red y para acompañar y fomentar iniciativas de colaboración internacional dentro de la Compañía de Jesús. Alentados por el llamamiento de las recientes Congregaciones Generales para promover la creación de redes como nueva forma de proceder de la Compañía, los esfuerzos se han centrado en compartir herramientas, investigaciones y noticias relevantes, así como en la celebración de talleres y conferencias para promover una cultura de colaboración y fortalecer iniciativas comunes.

El proyecto, apoyado por diversas instituciones jesuitas, da ahora un paso más al convertirse en Jesuit.Network plataforma para visibilizar el ecosistema de las redes internacionales vinculadas a la Misión Universal de la Compañía.

A través de la difusión de información y propuestas de colaboración, tanto en inglés como en español, la plataforma ofrece un espacio dinámico para aprovechar los retos y las lecciones aprendidas de los esfuerzos de colaboración y apoyar estructuras de red más sólidas que conduzcan a un mayor impacto y eficiencia. Los líderes de la red tendrán la oportunidad de publicar y dialogar sobre sus experiencias de colaboración con otros expertos y usuarios de la página.

“Esta no es una plataforma para información generalista sobre el trabajo de la Compañía. Nuestra audiencia son las personas e instituciones que sienten pasión por el mundo de las redes y la creación de culturas de colaboración al servicio de la Misión Jesuita”, dice Daniel Villanueva SJ, coordinador de Jesuit Networking. “Esta página web busca involucrar a una comunidad de personas motivadas por la importancia de colaborar más y mejor, porque creemos que juntos podemos fortalecer la ‘redarquía’ de la Compañía de Jesús“.

Jesuit.Network se presenta en un momento en que se necesita más que nunca una colaboración regional e internacional para acompañar las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús recientemente publicadas. Como explica Villanueva, “El trabajo en red no es un objetivo en sí mismo, sino un medio potente para llevar a cabo nuestra misión en un contexto incierto y complejo, y una manera útil de trabajar juntos como un cuerpo apostólico que abarca nuestra diversidad”.

La nueva página web también sirve como repositorio de recursos con los últimos documentos sobre los temas de redes y colaboración relacionados con la Compañía de Jesús, incluido el documento recientemente publicado de la 2ª Conferencia Internacional sobre Redes Jesuitas, celebrada en la Universidad de Georgetown, “Redes Proféticas para una Misión Universal.”

“Necesitamos un ecosistema que fomente la colaboración y la asociación a mayor escala y la formación de individuos con las habilidades, la visión y el liderazgo necesarios para una misión universal y de colaboración.” Aunque en los últimos años se han hecho muchos esfuerzos en las conferencias y en los secretariados apostólicos, que poco a poco ya han comenzado a dar sus frutos, es necesario garantizar la profundidad y la armonía de estas iniciativas de colaboración para asegurar que “las redes emergentes sean verdaderamente proféticas, y que nuestro desarrollo organizativo a nivel internacional responda al de un cuerpo apostólico con una misión compartida.

Fuente: Jesuit Networking

 

Conferencia de Liderazgo y Discernimiento en Roma

Entrevista a Daniela Gargantini, quien participó de la Conferencia de Liderazgo y Discernimiento que se llevó adelante en la Curia Jesuita en Roma de desde el 1° al 5 de abril. De ella participaron jesuitas y laicos ignacianos de todo el mundo.

¿De qué se trató el encuentro ‘Discernimiento y Liderazgo’?

Durante la primera semana de abril, la Oficina de Discernimiento y Planificación Apostólica de la Curia convocó a Roma a referentes de diversas partes del mundo (jesuitas y laicos) con la intención de conformar una comunidad global que colabore con la renovación creativa de la Compañía de Jesús y la Iglesia a partir de las preferencias apostólicas anunciadas por el padre General.

La convocatoria surge a partir de detectar una necesidad creciente y un deseo de formación ignaciana en discernimiento y liderazgo, no como un apéndice sino integrada profundamente con el quehacer diario de la Compañía y sus obras.

¿Quiénes estaban representados?

El Encuentro reunió a 54 líderes ignacianos con experiencia en diversos campos de acción de todos los continentes. De ellos 26 fuimos laicos. Sólo 9 mujeres participamos del encuentro. Latinoamérica estuvo representada por 6 latinoamericanos de diferentes obras (FLACSI, AUSJAL, CPAL, Sector social y Migrantes)

¿Qué temas se propusieron?

El encuentro se estructuró en torno a los siguientes ejes temáticos:

  • Recibir orientación personalizada por parte del padre General sobre las preferencias apostólicas y discernir cómo hacerlas avanzar con los referentes de las Conferencias regionales, las provincias y los encargados de las diferentes obras.

  • Aclarar los elementos claves del liderazgo en una forma ignaciana de proceder.

  • Reflexionar sobre los desafíos del trabajo en las fronteras y las vulnerabilidades de nuestro mundo, y sus implicancias en nuestro modo de entender el discernimiento y el liderazgo.

  • Adquirir conocimientos teóricos y prácticos de cómo liderar procesos comunitarios de cambio y superación de crisis y dificultades.

  • Compartir experiencias, conocimientos, buenas prácticas y recursos en liderazgo y discernimiento ignacianos.

¿Qué expectativas tenías sobre el encuentro? ¿Se fueron cumpliendo?

Recibir la invitación fue una gran sorpresa para mí. Asistir representando a todas las universidades de América Latina implicó una gran responsabilidad.

Acepté la invitación con algo de temor, asumiéndola como un llamado a profundizar mi vivencia de fe profundamente unida a mis tareas cotidianas en la universidad y a mi propia vida, y preguntándome qué esperaba Dios de mí tras la invitación.

La experiencia, la formación y la gracia recibida superaron ampliamente mis expectativas. Fui grata y exigentemente sorprendida por un Dios que no se cansa de llamarnos a vivir en coherencia nuestra fe en medio de las obras y tareas cotidianas. En ello cultivar la identidad y espiritualidad ignaciana constituye un gran apoyo.

La metodología del encuentro fue propicia para ir integrando los contenidos teóricos y prácticos a una profunda reflexión y discernimiento no sólo personal sino comunitario. Esa fue una de las principales riquezas del encuentro. No sólo discernir el qué sino el modo de alcanzar los objetivos frente a los desafíos vigentes.

¿Con qué quedaste más impactada de lo vivido en esos días?

La vivencia universal de la Iglesia y de la Compañía fue una experiencia que me impactó profundamente. El encontrar un llamado y modo de proceder común en medio de diferentes culturas y lenguas fue muy movilizador.

Junto con eso, el poder experimentar las vulnerabilidades sociales y eclesiales despertaron en mí mociones de gran desolación.

Frente a ello, la integración de nuestra fe a opciones de vida y de ejercicio concreto de nuestra profesión o actividad a partir del modo particular de proceder ignaciano fue motivo de gran consolación, que se transformó en una invitación a un compromiso más activo para poder compartir con otros lo recibido.

¿Qué desafíos percibís como más cercanos para la Iglesia y la Compañía en Argentina?

Creo que el principal desafío es poder ofrecer espacios de relectura y reflexión profunda de las preferencias apostólicas, donde poder iniciar procesos de discernimiento comunitario y colaborativo que nos permitan, no sólo pensar qué vamos a hacer o qué tenemos que hacer frente a los diferentes desafíos que tenemos delante, sino, fundamentalmente,  cómo lo vamos a hacer.

La formación e invitación a compartir la identidad y los modos de proceder ignacianos resulta una deuda pendiente en la mayoría de nuestros espacios. Sin que ello se comprenda y se vivencie profundamente tanto en jesuitas como en laicos colaboradores, será difícil cumplir con la misión encomendada y ser factores de transformación real de nuestra sociedad y de la misma Iglesia.

 

Hablar desde las periferias

Solo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia”. Ese es el mensaje que deberíamos escuchar y poner en práctica quienes vivimos en sociedades en las que la palabra de la Iglesia ha perdido vigor y actualidad.

Por Jorge Oesterheld

La reciente entrevista concedida por el Papa a un programa de televisión español –’Salvados’, de La Sexta– vuelve a poner en escena la sorprendente manera que tiene Francisco de comunicarse: siempre se lo puede ver cómodo cuando habla desde los márgenes de la Iglesia, cuando se expone a situaciones y diálogos atrevidos. Sus mensajes están dirigidos a todos, pero el lugar desde el que habla no acostumbra a ser el que tradicionalmente han utilizado papas, obispos o sacerdotes.

Al participar de un programa de esas características, Francisco habla desde un sitio que visto desde la Iglesia resulta “marginal”, pero que si se lo observa desde “el otro lado”, desde donde observa la sociedad en su conjunto, es un espacio en el cual lo “marginal” es la Iglesia. Seguramente para muchos de los habituales seguidores del programa la entrevista con el Papa significaba el acercamiento a un personaje extraño y procedente de una periferia social.

Esa manera de comunicar que tiene Francisco está reflejada también en sus viajes. El primero fue a Lampedusa, una isla del mediterráneo que hasta esa visita papal era solo famosa por sus playas paradisíacas pero que, desde entonces, es conocida por los miles de migrantes que llegan a sus costas o mueren ahogados al intentarlo. Con su presencia, Francisco exhibió ante el mundo el drama que allí se vivía y desde ese sitio se dirigió a los poderosos de Europa y del mundo.

Con excepción de su viaje a Estados Unidos para participar del Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, sus viajes lo han llevado a los países más pobres y de diferentes maneras “marginales”. Incluso su visita a México estuvo marcada por su condición de país “marginal” con respecto a su vecino del norte, y por su especial situación, como camino de paso para miles de refugiados que intentan escapar de los diferentes dramas que arrasan los países centroamericanos.

En el año 2015, la Puerta Santa antes de abrirse en Roma se abrió en Bangui, capital de la República Centroafricana. Desde ese escenario dirigió el Papa al mundo su mensaje del Año de la Misericordia. Cuando se anunció que Francisco inauguraría el Año Santo desde allí el mundo entero comenzó a preguntarse dónde quedaba ese lugar. Hasta los periodistas mejor informados tuvieron que recurrir a Google para enterarse de algo que el Papa conocía muy bien.

Este año Francisco viajó a los Emiratos Árabes, después a Marruecos, y pronto lo hará a Bulgaria, Macedonia y Rumanía. Aún no ha visitado muchos países llamados “centrales”, ni a la católica España ni a su tierra natal Argentina. ¿Acaso no le interesa que su palabra llegue a esas sociedades o trata de que su mensaje llegue a ellas pero desde los márgenes, desde aquellos sitios que en muchos casos son desconocidos para los habitantes de esos países?

No debería sorprender esta manera de actuar en un Papa que constantemente llama a los hijos de la Iglesia a dirigirse con audacia hacia las periferias existenciales. Lo sorprendente es que nos hayamos acostumbrado a ver a los sucesores de los Apóstoles ocupando primeros lugares y alternando diariamente con los poderosos de la tierra.

Ponerse en juego

“Solo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia”, dijo el Papa en el Mensaje para la 48ª Jornada de las Comunicaciones Sociales. Esa actitud suya de arriesgarse permanentemente es lo que lo ha convertido en “punto de referencia”. Eso es lo que logra al aceptar entrevistas desafiantes y al emprender viajes y realizar gestos que están cargados de múltiples significados.

Ese es el mensaje que deberíamos escuchar y poner en práctica quienes vivimos en sociedades en las que la palabra de la Iglesia ha perdido vigor y actualidad. Ponerse en juego, arriesgarse, hablar desde las periferias, generar incomodidad en los que están cómodos; no se trata de acciones que descubrió del Papa del fin del mundo, lo hizo mucho antes el Maestro de Galilea.

Fuente: Vida Nueva Digital

“Mártires riojanos”: los nuevos beatos de la Iglesia en Argentina

La Iglesia en Argentina espera la beatificación de los “mártires riojanos” que tendrá lugar el 27 de abril: los hoy Venerables Siervos de Dios, monseñor Enrique Angelelli, tercer obispo de La Rioja; presbítero Gabriel Longueville, sacerdote diocesano; fray Carlos de Dios Murias, sacerdote profeso en la Orden de los Frailes Menores Conventuales; y Wenceslao Pedernera, laico y padre de familia, serán beatificados en La Rioja, en una misa que presidirá el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Los «mártires riojanos»

“Su muerte (de monseñor Angelelli, en agosto de 1976) se inscribe dentro del contexto martirial de la Iglesia de La Rioja, de la que son expresiones inobjetables la muerte de Murias, Longueville y Pedernera (en julio de 1976). También confirma la coherencia testimonial de vida, pensamiento y opción pastoral del mismo Angelelli. Él fue testigo del Reino de Dios y de su justicia en una Iglesia perseguida, obstaculizada y martirizada en sus sacerdotes, religiosos y laicos. Esa fue su identidad más genuina, la básica, la que fundamentó y orientó toda su existencia hasta la consecuencia lógica de demostrar el mayor amor: dar la vida por su pueblo y ser instrumento de la luz del Evangelio”, señalaron los obispos argentinos en una declaración conjunta de noviembre de 2018 titulada: “Pascua Riojana, alegría de la Iglesia”.

Fuente: eclesia.info

 

La voz de la Juventud por el cuidado del Medio Ambiente

Teniendo la voz como principal instrumento de protesta, la juventud acude a tomar el espacio público para manifestar su inconformidad, su frustración y también sus esperanzas para que quienes tienen en sus manos la toma de decisiones, lo hagan pensando en los que vienen por delante.

Por Flor María Ramírez

A mediados de marzo pudimos ver cómo niños y jóvenes estudiantes se movilizaron por el cambio climático, en ciudades emblemáticas para exigir a sus gobiernos medidas urgentes, a través del movimiento ‘Fridays for Future’. Denominada una cita social “sin banderas”, se ha puesto énfasis en la inactividad de los gobiernos para avanzar sobre acuerdos comunes que permitan reducir las consecuencias de este fenómeno. El papa Francisco ha reconocido este entusiasmo en el lanzamiento del reciente proyecto Scholas, afirmando que “hemos visto cómo en estos días, jóvenes de diversas ciudades del mundo han tomado la calle para defender el ambiente. Para defender la tierra. Los jóvenes tienen una potencia inimaginable, son creativos; lo que pasa es que la mayoría de las veces no tienen líderes que los conduzcan porque los buscan afuera y no se dan cuenta que los tienen adentro”.

La voz como principal instrumento de protesta

Teniendo la voz como principal instrumento de protesta, la juventud acude a tomar el espacio público para manifestar su inconformidad, su frustración y también sus esperanzas para que quienes tienen en sus manos la toma de decisiones, lo hagan pensando en los que vienen por delante. Estamos ante la reacción de una generación que tal vez creíamos apática o poco interesada en asuntos medioambientales que son de larga data. Recordemos que la preocupación global por la degradación medioambiental de nuestras ciudades y países se remonta a los años 70’s y desata un activismo internacional en el que emergen organizaciones ecologistas que, lograron mantener e incluir en la agenda internacional alcanzando culmen con la inclusión de la sustentabilidad en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entendida ésta como “la capacidad de satisfacer necesidades de la generación humana actual sin que esto suponga la anulación de las generaciones futuras”.

Las nuevas formas de manifestación a favor de un cuidado al medio ambiente han tenido una funcionalidad indiscutible en la delimitación de la esfera pública, y la construcción paulatina de una cultura cívica que se auxilia de las herramientas digitales, misma que en épocas pasadas tuvo que forjarse a base de marchas y protestas, en una localidad que a duras penas alcanzaban resonancia nacional. Las protestas más globales, visibles y virales, se han ido dando en la medida en que hemos ido también teniendo información de las devastadoras afectaciones que en varias regiones del planeta han ido teniendo las actividades industriales y la irresponsabilidad tanto colectiva como individual.

Nuestra capacidad de acción, compromiso u omisión

En 2009 el Premio Nobel de Economía fue concedido a Elinor Ostrom por su teoría sobre el gobierno de los bienes comunes. Ostrom, usa la “tragedia de los bienes comunes” para explicar la degradación de los recursos naturales que son usados colectivamente, pero sobre los que es difícil acordar un sistema de reglas para gobernar. Este sería el caso del Acuerdo de París que tras años de negociaciones ha sido aprobado como parte del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático realizado en 2015. Lo que vemos hoy en día, resulta un motor clave por reconocer las responsabilidades a todos los niveles, particularmente, la responsabilidad que está en manos de los Estados. Las nuevas generaciones reclaman una acción inmediata y solidaria que va más allá del sistema de gobernanza global de esos bienes comunes.

El papa Francisco en la encíclica ‘Laudato si” de 2015 ha señalado que “necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no solo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás. Las actitudes que obstruyen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva”. La conversación ya está iniciada en muchos lados, también la Iglesia es un buen lugar para continuarla. Lo primero quizá será analizar con honestidad nuestra capacidad de acción, compromiso u omisión en el tema.

Fuente: Vida Nueva Digital

¿Por qué ‘Preferencias’ en vez de ‘Prioridades’?

El P. General, Arturo Sosa SJ, explica el por qué la Compañía de Jesús define ‘preferencias’ para su misión en lugar de ‘prioridades’.

Reunidos en una Casa de Ejercicios en las afueras de Roma se encuentra un pequeño grupo de jesuitas y colegas laicos que están discerniendo un posible futuro del liderazgo en la Compañía de Jesús. El grupo, cuidadosamente seleccionado entre los apostolados de todo el mundo, representa una mezcla variada de ministerios: desde parroquias hasta Casas de Ejercicios, desde colegios de secundaria hasta universidades, desde centros sociales hasta servicios para refugiados y migrantes, pasando por las Curias provinciales. Juntos se les ha encomendado la tarea de determinar cómo podría cambiar el liderazgo jesuita para integrar mejor las Preferencias Apostólicas Universales (PAU) en el ministerio mundial de la Compañía de Jesús.

La conferencia comenzó con la apasionada súplica del P. General Arturo Sosa de considerar las PAU no como un plan estratégico o una lista de control de ministerios, sino como una llamada a la conversión. También expresó la importancia del término “preferencias” frente a “prioridades”. “Cuando comenzamos este proceso, nos preguntamos, ‘¿por qué preferencias y no prioridades? Nos persuadimos que ‘preferencias’ refleja realmente lo que necesitamos y lo que queremos integrar. No prioridades, ya que las prioridades excluyen: Cuando priorizas algo, excluyes otra cosa. No se trata de una “elección” entre escuelas, universidades o parroquias. Las preferencias son orientaciones vitales para enfocar TODOS nuestros apostolados en los próximos diez años”.

Después de la charla del P. General, el P. John Dardis, Consejero General para el Discernimiento y la Planificación Apostólica, marcó el tono de la reunión con una simple pregunta: “¿Cómo promovemos la conversión espiritual?” A continuación, pidió a los participantes que se abrieran a una “oración por el liderazgo” que, si se hace correctamente, nos aleja de nuestras ‘zonas de confort’ y nos lleva a ‘zonas de vulnerabilidad’ que son necesarias en el tipo de conversión que pide el P. General.

En el transcurso de los siguientes 5 días a tiempo completo de talleres, presentaciones sobre los diferentes estilos de liderazgo y los desafíos que enfrenta la Iglesia contemporánea, así como conversaciones espirituales entre los participantes que expresen sus esperanzas y temores para con el futuro de la Compañía de Jesús- la reunión de Discernimiento y Liderazgo abordará algunos de los temas más controvertidos a los que se enfrenta la Iglesia moderna. El P. Dardis insiste en que la reunión se basará en la oración y será impulsada por conversaciones sinceras entre los participantes.

“La oración es el fundamento de la conversación espiritual porque es donde comparto los frutos de la oración”.

Fuente: jesuits.global

 

La Iglesia chilena, al final de una extensa cuaresma

Fragmento de una nota de opinión publicada en el portal Religión Digital en ocasión de la renuncia del cardenal Ricardo Ezzati Andrello sdb, involucrado en acusaciones en torno a los abusos que asolaron a la Iglesia Chilena; y la asunción al cargo de Celestino Aós Braco, O.F.M. Cap.

Por Marco A. Velásquez

Se cierra un capítulo doloroso

Así, con la salida del cardenal Ezzati, se cierra un capítulo doloroso y complejo de la historia de la Iglesia chilena, donde la verdad podría tener más ribetes que los conocidos hasta hoy.

Ahora, con la llegada de don Celestino Aós Braco, O.F.M. Cap., a la Iglesia de Santiago, la esperanza resurge, como anticipo del final de una extensa cuaresma, donde la alegría acompaña la noticia de su nombramiento como Administrador Apostólico. La cantidad de reacciones que llenan la prensa y las redes sociales, delatan sutilmente que la suerte de la Iglesia importa, que sus caídas y vergüenzas, así como la penitencia pontificia impuesta a la jerarquía de la Iglesia chilena, golpeó también al Pueblo de Dios que, abatido, hoy parece despertar de una larga pesadilla. Aparecen entonces, indicios de una contrición largamente incubada en el espíritu de los cristianos de los confines del mundo.

Junto a los carismas personales de don Celestino, el espíritu capuchino de la alegría, de la vida sencilla y de la hospitalidad ayudarán a reconstruir la esperanza, conscientes que su instalación en la Iglesia de Santiago lo convierte en heredero de delicados y graves problemas, donde la colaboración leal y honesta, basada en la verdad y la justicia, junto con la corresponsabilidad, permitirán ir restableciendo paulatinamente la fraternidad.

Reconstruir desde las cenizas

Pero no hay que hacerse ilusiones baratas, la Iglesia de Santiago, junto a la Iglesia chilena debe ser reconstruida, desde las cenizas que dejan un extenso tiempo penitencial. De hecho, las desconfianzas han llegado a ser necesarias, por lo que la tarea de don Celestino será ardua, donde el sustrato de su encargo pastoral tendrá que ser diferente al de esos círculos de incondicionalidad que han rodeado, casi desde siempre, a los obispos chilenos. Don Celestino tendrá mucho que escuchar, tendrá que tejer vínculos de mutua colaboración con el laicado, donde las frustraciones han alejados a sus mejores contingentes.

En Santiago, como en Chile, hay muchas heridas que sanar, intensas esperanzas e impaciencias que atender, fieles menos incondicionales, un clero abatido y una vida religiosa golpeada por el abandono. Y afuera de los templos enormes contingentes humanos que ansían el Evangelio de la misericordia y de las bienaventuranzas. Así también, en Santiago, como en Chile, está ese servicio silencioso de la Iglesia que llega abundante a los más variados ambientes sociales, donde la Iglesia no ha dejado de servir, pese a tanto escándalo. Ésa también será tarea de don Celestino y de todos, porque es hora de visibilizar que mucho bien hace la Iglesia, precisamente ahí donde hay más necesidad.

Bienvenido sea don Celestino Aós a la Iglesia de Santiago.

Fuente: Religión Digital

España – Comunidades de Hospitalidad

Las comunidades de hospitalidad son comunidades jesuitas en las cuales se comparte vida y proyecto con personas necesitadas.

En España existen comunidades que conviven con migrantes, refugiados y personas que salen de la prisión. A quienes huyen de la miseria y los conflictos se les facilita, además de una morada, un entorno para que den sus primeros pasos en nuestro país, aprendan la lengua y regularicen su situación; a quienes salen de prisión se les ofrece un hogar que los aleje de antiguas compañías, y se les ayuda a recuperar confianza y autonomía. Juntos, en la comunidad, se elabora un proyecto común en el que participamos y nos sentimos corresponsables tanto en el cuidado, como en las tareas comunes. En la mayor parte de casos la convivencia dura unos meses, hasta que las personas consiguen destrezas para salir adelante por sí mismos, evitando dependencias indeseadas.

 Esta nueva expresión de la opción preferencial por los pobres actualiza la experiencia de las comunidades de inserción que tras el Concilio Vaticano II llevó a muchos jesuitas, al igual que a otros religiosos, religiosas y a muchos curas obreros, a vivir en barriadas y favelas junto a los excluidos. En la Compañía de Jesús fueron principalmente las provincias europeas y latinoamericanas las que se lanzaron con mayor entusiasmo a esas experiencias.

El contexto ha cambiado respecto a aquellos tiempos de efervescencia social y eclesial. Los barrios en muchos países se han ido transformando, al igual que la vida vecinal. En nuestro país el fuerte éxodo del campo a la ciudad, ha sido relevado en las últimas décadas por la incorporación de comunidades migrantes a nuestros barrios. La Compañía de Jesús sigue comprometida en estos ámbitos de frontera, aunque con una tendencia a agruparse comunitariamente en núcleos más grandes e institucionalmente más estructurados, que les ha ido alejando de las periferias.

 En este contexto, las comunidades de hospitalidad quieren adaptarse a los nuevos tiempos, y ser espacio de acogida y encuentro, allí donde se los jesuitas nos sentimos llamados. En muchos de los contextos donde han ido surgiendo comunidades de hospitalidad se ha producido una vida renovada dentro de nuestra familia ignaciana. De hecho, este estilo de vida y cercanía son un referente para la misión de la Compañía de Jesús en sus contextos locales.

 En algunas ciudades, las comunidades de hospitalidad han generado un germen de acogida y hospitalidad que ha impregnado a familias, comunidades parroquiales, comunidades de vida cristiana (CVX), recursos de acogida en nuestras obras sociales (especialmente el SJM España), con otras compañeras y compañeros de camino, y también dentro de la vida religiosa. Hospitalidad.es ha impulsado una red de comunidades de hospitalidad que son fuente de esperanza e insuflan aire fresco en nuestros ritmos comunitarios.

 La CG34 señaló que las estructuras injustas del mundo solo pueden ser cambiadas a partir de un cambio más profundo en el corazón de las personas y las culturas en las que vivimos. ¿Cómo podemos convertirnos hoy en signo de anuncio del Evangelio y germen de esas transformaciones? Las comunidades de hospitalidad introducen, a partir del encuentro con el Señor, nuevos valores en su modo común de vida, contagiando a su alrededor la pasión por el Reino. Sin duda, las comunidades de hospitalidad son una de las propuestas que están abriendo nuevos caminos para la revitalización de nuestra vida en común.

 El Padre General Arturo Sosa SJ, en su carta Nuestra vida es misión, la misión es nuestra vida, recordaba que «acercarnos a los pobres y a su estilo de vida es una de las más exigentes dimensiones de la conversión a la que somos llamados». Es en definitiva una vuelta a las raíces: como decía Ignacio en una carta a los compañeros de Padua, «la amistad con los pobres nos hace amigos del rey eterno».

Fuente: jesuitas.es