Jesuitas de la Preferencia Amazónica se Preparan para el Sínodo sobre Amazonía

«Es necesario dejar que los pueblos indígenas ocupen el espacio y tomen la palabra»

Por Luis Miguel Modino

Pensar en nuevos caminos siempre ha sido uno de los propósitos de la Compañía de Jesús. Por eso a muchos no nos sorprenden las actitudes del Papa Francisco, que no podemos olvidar es el primer jesuita que llega a la Cátedra de Pedro. La continua presencia de los hijos de San Ignacio en las periferias ha tenido como consecuencia el que algunos consideran el gran cambio del pontificado de Bergoglio, que las periferias han sido llevadas al centro.

En la Panamazonía la presencia jesuítica siempre ha sido destacada. De hecho, la semana pasada, en entrevista publicada por Religión Digital, el Cardenal Pedro Barreto, también jesuita, definía la Amazonía como “la zona más olvidada del Planeta”. En el caso de la Amazonía brasileña, actualmente los jesuitas están repartidos en diferentes regiones, en lo que la Compañía denomina Preferencia Amazónica.

Los miembros de esta Preferencia, junto con colaboradores laicos, se han reunido en Manaos, del 4 al 7 de diciembre. Su reflexión ha partido de cómo expresan su compromiso con la Amazonía y tiene como objetivo la elaboración de un Plano Apostólico para la Preferencia. Entre los asuntos abordados, como está sucediendo en muchos encuentros durante estos meses, ha sido el Sínodo para la Amazonía.

¿La Iglesia en la Región está preparada?

Analizando la realidad, surgía la pregunta sobre si la Iglesia de la región está preparada para vivir este momento, llegando a afirmar que muchas parroquias no están interesadas en el proceso sinodal, pues poco a poco la Iglesia católica, también en la Amazonía, ha perdido su dimensión profética, que durante mucho tiempo la llevó estar al frente de muchas luchas sociales.

Por eso, es necesario actuar con valentía, estar al lado de los últimos, especialmente de los pueblos indígenas, que nunca se sintieron tan amenazados como hoy. Los propios jesuitas afirman que la Compañía no puede estar desconectada de la realidad. Es necesario hacer brillar al Cristo Libertador, promover la interculturalidad, dejar que los pueblos indígenas ocupen el espacio y tomen la palabra, pues cuando eso sucede, todos ganamos.

La Pan Amazonía se ha convertido en local de conflicto entre dos modelos civilizatorios, uno euro-centrista, que promueve la expoliación de los recursos, y otro amazónico, donde la floresta, el sol, el agua y la tierra son señales de vida, que muestra que no podemos continuar separando al hombre de la naturaleza. Nadie puede ignorar la importancia que el bioma amazónico tiene a nivel global planetario. Por eso, los peligros surgen de los impactos de los megaproyectos, que se centran en la energía, el agro-negocio y las infraestructuras, teniendo como consecuencia la migración hacia las periferias, que genera más miseria, la deforestación y la contaminación.

La Iglesia católica está llamada a ser y buscar señales de esperanza en medio de la crisis, una bandera que la Compañía de Jesús está dispuesta a levantar. De hecho, en este momento del Sínodo para la Amazonía, como señalaba Luis Ventura, Coordinador del Consejo Indigenista Misionero – CIMI, de Amazonas y Roraima, “nadie puede quedarse indiferente”. De hecho, todo esto es fruto de un momento histórico que se manifiesta en la figura del Papa Francisco, la Evangelii Gaudium, la Laudato Si o el Documento de Aparecida, del que no podemos olvidar que el entonces Cardenal Bergoglio fue su relator.

Pero al mismo tiempo, también es fruto de un proceso que nace en el Vaticano II y se va concretando en los documentos de Medellín y Santarem, o en la famosa carta que Don Pedro Casaldáliga escribía en 1973 sobre el latifundio en la Amazonía, que recoge elementos que continúan siendo válidos a día de hoy.

Una Iglesia parada en la realidad

El Sínodo debe ser entendido, según Luis Ventura, como algo “que interpela, que incomoda, que nos lleva a hacer una lectura de la territorialidad amazónica desde la realidad. Es algo que desestructura nuestra auto referencialidad, y lo hace a partir de la llamada a escuchar, algo que nos lleva a reconocer que el sujeto es el otro”, en este caso, los pueblos de la Amazonía. Por eso, es fundamental preguntarse si el Sínodo está escuchando a los pueblos amazónicos.

El Sínodo para la Amazonía debe llevarnos, según el coordinador del CIMI, a un nuevo modo de misión, instaurando una misionología de la reciprocidad, una nueva eclesiología, con una forma diferente de ser y estar como Iglesia, y una nueva lógica, más valiente, que supere mentalidades coloniales, que no nos deje indiferentes ante un capitalismo que mata, una amenaza cada vez más palpable con el futuro gobierno brasileño.

Nadie puede olvidar que formamos parte de una sociedad en la que nadie se compromete con nadie, consecuencia de un individualismo que ha olvidado el valor del conjunto, lo que tiene que llevar a establecer alianzas, a vivir desde el diálogo, a caminar juntos, a recuperar una dimensión profética y descubrir por dónde pasa hoy ese profetismo.

Dentro de las discusiones sinodales, donde se debe garantizar la presencia de los indígenas, los jesuitas abogan por una Iglesia que dé valor a la cultura, medicina, lengua de los pueblos originarios, con una liturgia inculturada, que se haga presente en medio de la gente, que dialogue con la ciencia, que reflexione sobre la urgencia de la ordenación de hombres y mujeres, desde una perspectiva comunitaria, de la readmisión a una función ministerial de los sacerdotes secularizados, destacando que las mujeres ya llevan a cabo papeles fundamentales dentro de las comunidades amazónicas.

Compromiso con los Derechos Humanos

Junto con eso, es necesario insistir en los derechos ecológicos y ambientales, apoyar la Pastoral Indígena, la formación del clero autóctono, con una metodología que responda a su realidad específica, fomentando la implicación de los pueblos indígenas en la interpretación de la Palabra, apoyando el protagonismo laical y superando el clericalismo.

Los miembros de la Preferencia Amazónica jesuítica ven necesario que la Iglesia ayude a afirmar y defender el territorio amazónico, que entre en un proceso de conversión desde la perspectiva de la interculturalidad, superando prejuicios. No podemos olvidar, según los jesuitas, que la Iglesia todavía representa en muchos lugares una esperanza de respuesta a muchos de los desafíos que se presentan en la región. Dada la tradicional presencia de la Compañía en el mundo universitario, el encuentro veía la necesidad de llevar los temas amazónicos para esa realidad, de reflexionar desde la ecoteología.

Son reflexiones que se van haciendo cada vez más explícitas dentro del proceso de escucha sinodal, que cuando son pronunciadas fuera de los contextos amazónicos resultan extrañas y, en ocasiones, escandalosas, pero sobre las que se hace imprescindible reflexionar si la Iglesia quiere responder a una realidad específica, sobre la que no puede seguir teniendo la misma mirada. Es tiempo de nuevos caminos, a ser construidos entre todos, pues sólo así se podrá dar respuesta a los desafíos que la Iglesia universal tiene por delante.

Fuente: Religión Digital

José Antonio Pagola: “La Iglesia del futuro no se podrá sustentar en los presbíteros”

¿Cómo será la Iglesia del futuro? Compartimos una entrevista al teólogo José Antonio Pagola, en las que expone sus aproximaciones respecto de la vida de la Iglesia para el 2050.

¿Se atreve a vislumbrar cómo será la Iglesia en España en el año 2050?

Una Iglesia más pequeña, débil y vulnerable, con menos poder mundano, pero más evangélica, tratando de aprender a vivir en minoría y comenzando a plantearse decisiones renovadoras que hoy no nos atrevemos siquiera a imaginar.

La Iglesia en 2050: proyectar en futuro

¿Qué problemas en la Iglesia de hoy pueden solucionarse o, al menos, paliarse con medidas concretas en estas tres próximas décadas y cuáles ve de difícil solución? ¿Se llegará, por ejemplo, a la ordenación de hombres mayores casados, al diaconado femenino, a la corresponsabilidad laical…?

Creo que estos problemas no se resolverán fácilmente por decretos firmados por Roma ni por medidas tomadas en las curias diocesanas. Es tarde. El verdadero problema es que la fe se está perdiendo entre nosotros de manera cada vez más acelerada. Las medidas que se tomen solo podrán ser llevadas a la práctica por creyentes.

En una década, según apuntan algunos informes, es posible que haya diócesis que no tengan sacerdotes para atender las parroquias. ¿A qué aboca esta situación?

La Iglesia del futuro ya no se podrá sustentar en el colectivo de presbíteros. No solo faltarán sacerdotes, sino que se irán cerrando seminarios. Dios nos está llevado hacia una Iglesia no clerical. Será un gran paso hacia una Iglesia más evangélica. Pero, desde ahora, hemos de trabajar para capacitar a esos laicos y laicas, que serán el sector decisivo para el futuro de la Iglesia entre nosotros. El mayor potencial para promover la renovación de la Iglesia en un futuro está en los creyentes laicos y laicas de nuestras parroquias. Yo me esfuerzo por contribuir con los Grupos de Jesús a la maduración humilde de hombres y mujeres laicos, que puedan ser sujetos de una renovación evangélica, introduciendo en la Iglesia lo que el papa Francisco llama, en Evangelii gaudium, “un dinamismo evangelizador que actúa por atracción”.

*José Antonio Pagola lleva años invitando a volver a Jesús, al Evangelio, y sus libros son un complemento espiritual del que beben miles de comunidades. Los lectores del semanario británico The Tablet han elegido su ‘Jesús. Aproximación histórica’ (PPC) como libro del año 2017. De él se han vendido, desde su publicación en 2007, 130.000 ejemplares en castellano, y ha sido traducido a una decena de idiomas, entre ellos el chino, que va por su segunda edición.

Fuente: Vida Nueva Digital

El G20 y Nuestro Lugar en la Construcción de un Mundo más Justo

“Quizás no estemos ocupando un asiento en la Cumbre del G20, pero eso no quita nuestra responsabilidad en construir una realidad más equitativa, más humana, más justa y más solidaria con el medio ambiente.”

Por Mili Raffa

Seguro has escuchado varias veces en los medios, o has leído en las redes sociales la sigla “G20”. Pareciera que es algo importante, porque la ciudad de Buenos Aires estará detenida y bajo un importantísimo (e inédito en nuestro país) operativo de seguridad: más de 25000 hombres, tanto de las fuerzas federales como así también custodios internacionales, estarán vigilando el evento. A eso se suma importantes cortes de tránsito en el centro de la ciudad, y la detención del servicio de gran parte del transporte público. ¿Por qué tanto alboroto por tal evento?

El Grupo de los 20 (G20) es un foro cuyos miembros permanentes son 19 países de todos los continentes. Es el principal espacio de deliberación política y económica del mundo. En su sitio web, este organismo se define como “lo suficientemente pequeño para permitir discusiones cara a cara sobre los nuevos desafíos de la agenda internacional y lo suficientemente grande para representar a la mayor parte de la economía mundial”. Este año la Argentina es la sede la cumbre del G20, en donde los máximos líderes mundiales se reunirán para dialogar, debatir, y llegar a un acuerdo en relación a la agenda de temas de la cumbre.

Los temas prioritarios de este encuentro son: el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo, y cómo pensar un futuro alimentario sostenible; y como tema transversal, la perspectiva de género. La consigna es “Construyendo consenso para un desarrollo equitativo y sostenible“

El 1 de diciembre de 2017, cuando la Argentina asumió la presidencia del G20 para el año 2018, las palabras de nuestro presidente, Mauricio Macri, fueron las siguientes:

Con una visión centrada en las personas, la Argentina pondrá al desarrollo, la equidad y la sostenibilidad al frente de la agenda del G20. Dedicaremos nuestros mejores esfuerzos para cumplir con la tarea que nuestros socios nos encomendaron, conduciendo al G20 bajo el lema “Construyendo consenso para un desarrollo equitativo y sostenible”.

«El mundo ha cambiado de manera fundamental. La globalización ha transformado nuestras economías, sociedades y prácticas de trabajo. Ha sido una piedra angular del crecimiento y el desarrollo, pero sus beneficios no han sido compartidos equitativamente. Este es el momento en que debemos renovar nuestros compromisos con la meta más amplia de no dejar a nadie atrás.

Este año se cumple el décimo aniversario de esta Cumbre de Líderes. Ante tan nobles objetivos que orientan este encuentro, podríamos preguntarnos qué es lo que han logrado estas reuniones entre líderes de países, y no sólo de esta organización, sino de los muchos organismos internacionales que han existido y también siguen existiendo. Es un evento que nos recuerda la pregunta por cuáles fueron los logros por parte de estos organismos en la consecución de un mundo más justo, más humano, más felíz y más vivible para ese tercio de la población mundial que vive bajo la pobreza, la exclusión y la explotación, bajo la guerra. Podríamos preguntarnos qué cambios han logrado estas organizaciones en generar una conciencia por el medio ambiente, que deje de lado los intereses por maximizar la rentabilidad en las empresas; que se proponga cambiar el estilo de vida consumista, del descarte; para así hacer sostenible la vida en nuestro hogar común, la tierra.»

Quizás no podamos tener un conocimiento certero de los intereses, los poderes, los capitales que están en juego en reuniones de tal envergadura, y que influyen (y a veces determinan) las decisiones que allí se tomen. Porque pareciera que lo que se habla allí, el poder de tomar decisiones o consensuar acuerdos que luego afectan a naciones enteras, está en otra dimensión a la que vivimos nosotros diariamente; está totalmente fuera de nuestro alcance. Pero esa es una postura muy cómoda.

Quizás no estemos ocupando un asiento en la Cumbre del G20, pero eso no quita nuestra responsabilidad en construir una realidad más equitativa, más humana, más justa y más solidaria con el medio ambiente; y tampoco quita el peso que tienen nuestras decisiones y conductas diarias para lograr tal fin. Construir el Reino al que aspiramos es cosa de todos los días, de las pequeñas acciones; acciones que están sustentadas en una fe radical en la condición humana; fe que nos permite hacer realidad el “amarnos unos a otros”. Desde allí empieza el cambio.

Y este amarnos unos a otros, esta fe en la condición humana, se hace palpable en un compromiso con el otro, con la realidad social y con el mundo. Es un amor que no muere en lo individual sino que trasciende. Por eso, creo, tomar conciencia y estar al tanto de lo que se debate en reuniones como la del 30 de noviembre, es ser responsable con el mundo y la realidad social en la que uno vive. Es no ser ajeno a ella. Es querer hacer real una sociedad democrática, en la que todos participemos de su construcción.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe

Caminar juntos

Entre septiembre y octubre tuvo lugar en la Iglesia de Córdoba el XI Sínodo Arquidiocesano sobre «El primer anuncio del Evangelio hoy en Córdoba».

La palabra Sínodo, en griego, hace referencia a «caminar juntos» y en esta oportunidad se trató de un espacio de diálogo entre diferentes miembros de la comunidad cordobesa, con más de 230 invitados en el aula y reuniones sinodales, entre laicos, sacerdotes, consagrados y religiosos provenientes de diferentes comunidades, parroquias, movimientos, e instituciones de formación católica, entre ellas la Universidad Católica de Córdoba (UCC).

«Esta iniciativa tiene por objetivo resolver cuestiones prácticas, por eso se pregunta lo que se debe hacer y se busca el tipo de respuesta concreta para determinadas situaciones», nos cuenta Marcelo Carballo, miembro titular del Sínodo y docente de nuestra Facultad de Filosofía y Humanidades. De esta manera, resaltó la importancia del consenso general para promover la reflexión sobre el valor y la urgencia de trabajar en red con otras instituciones, alentando acciones conjuntas y políticas públicas que transformen la realidad.

En este marco, con el objeto de elaborar un material de trabajo de consulta pre-sinodal, se consideraron distintos objetos de interés o necesidad común, en torno a diferentes temas como educación y cultura; realidad social, periferias geográficas y ecología; jóvenes y cultura vocacional, entre otros.

«Nuestra Universidad tiene por delante el desafío permanente de transformar la realidad con sus aportes a través del compromiso y el trabajo científico académico. Está invitada y puede dar cuenta, luego de un camino de más de diez años de compromiso y dedicación académica de responsabilidad social y universitaria en diversos proyectos y programas, para continuar respondiendo a una variada demanda sobre problemáticas sociales que requieren de profesionales atentos y comprometidos con mejorar la calidad de vida ciudadana», concluye Carballo.

Fuente: Prensa UCC

 

Palabra de CPAL – Diciembre 2018: ‘Sabiamente ignorantes, puesto nuestro corazón en Cristo’

Compartimos la palabra que la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe dirige a los jesuitas y colaboradores de la región. 

Por Roberto Jaramillo SJ – Presidente de la CPAL 

Quiero aprovechar este último escrito del año para compartir con ustedes algo de la dinámica que anima todo el Cuerpo Apostólico, manifestada en encuentros, reuniones y actividades de este último tiempo.

Durante los seis primeros día del mes estuvimos reunidos en Sao Leopoldo (RS – Brasil) alrededor de 90 jesuitas de todas las provincias de la CPAL en un encuentro general de los equipos de formación de las 12 provincias: desde el plan vocacional hasta la tercera probación. “Nos reunimos para reflexionar sobre la dimensión afectivo-sexual en nuestra vida y misión y vivimos estos días en un clima de oración, de preguntas profundas, de búsqueda honesta y de asumir con realismo y esperanza los desafíos que conlleva esta dimensión en nuestro modo de vivir como comunidades en formación, y también en las comunidades apostólicas”.

Entre otros asuntos tratados, con la ayuda de los Padres Rufino Meana (ESP) y de Kevin Flaherty (PER), “conversamos sobre los retos que supone para nosotros la formación de comunidades para “consolación y edificación mutua” (Constituciones 673) más allá de diferencias personales, culturales, de orientación sexual o de condición social. Nos sentimos invitados a discernir siempre las condiciones y exigencias de nuestra vocación, poniendo énfasis en la identificación con Jesucristo y el seguimiento del Señor, para mayor servicio a la Iglesia, al estilo de Ignacio de Loyola”, dice el compartir de los formadores con sus comunidades al final de aquel gran encuentro. Fue ciertamente una experiencia densa de corresponsabildiad y de fraternidad en la Compañía Universal (nos acompañó el P. Mark Ravissa, consejero del P. General para la Formación).

En seguida tuvimos la 36ª Asamblea de la CPAL, que tuvo por ‘plato principal’ el ejercicio de discernir las preferencias apostólicas universales que la Conferencia ha de proponer al gobierno del P. General. Fueron tres dias de reflexión pesonal y común, diálogo espiritual, escucha atenta de lo que dice el Espíritu; un proceso que culmina el recorrido hecho por todo el cuerpo apostólico desde las comunidades y las obras, con la participación de jesuitas y otros colaboradores, y que terminó con la propuesta de cinco preferencias para la consideración del gobierno del Padre Sosa.

Sin orden de prioridad fueron propuestas como preferencias: la vida y necesidades de los migrantes forzados, el cuidado de la casa común, el trabajo con las juventudes, el compartir con más generosidad nuestra riqueza espiritual, y la necesidad de mayor profundidad intelectual para contribuir en la construcción de un orden mundial más justo y democrático. Todos ustedes encontrarán los enunciados completos en el comunicado de la 36ª Asamblea. Nos queda ahora la tarea de rezar para que el discernimiento de la Compañía nos conduzca a las preferencias que Dios quiere para nosotros en los 10 próximos años. y disponer el corazón para acogerlas con “indiferencia, grande ánimo y liberalidad”.

El 14 de noviembre, justo el día en que el P. Arrupe estaría completando 111 años de edad, nos anunció el P. General la extraordinaria noticia de la próxima apertura de su proceso de beatificación. Para la Iglesia toda, y particularmente para la Compañía de Jesús, es un motivo profundo de gozo poder reconocer en “su deseo de cumplir en todo la voluntad de Dios Padre, su arraigo en Jesucristo, su confianza en el Espíritu Santo como guía de la Iglesia, su lealtad a toda prueba al Santo Padre –“Vicario de Cristo en la tierra”-, su talante misionero, su fidelidad personal al modo nuestro de proceder, su sensibilidad ante los dramas sociales, su amor y cercanía a los pobres” un verdadero modelo a seguir. Dos días después celebrábamos los 29 años del asesinato de seis compañeros jesuitas y dos colaboradoras en la UCA de El Salvador, mientras que -como en un anuncio profético de la necesidad de continuar siendo fieles al anuncio del evangelio- ese mismo día recibíamos la noticia del asesinato de otro hermano nuestro en Sudán del Sur, el P. Victor-Luke Odhiambo: “un hombre muy valiente, inteligente, bondadoso, administrador creativo y, sobre todo, creía en el valor de la educación. No temía aventurarse en lo desconocido, ni siquiera en los lugares más peligrosos, una vez que estaba convencido de que era la misión del Señor”(de la carta del P. General al Provincial de East Africa).

La figura del Padre Arrupe, de Ignacio Ellacuría y sus compañeros y compañeras, y del Padre Odhiambo y los jesuitas que sirven en Sudán del Sur son para nosotros hoy no sólo motivo de orgullo y consolación, sino voces fuertes y proféticas que nos desafían a vivir más auténticamente nuestra vida consagrada al servicio de Dios y de los pobres, sus preferidos. Desde su santidad y martirio ellos nos preguntan: ¿dónde está nuestro corazón? ¿qué es lo que nos desvela? ¿con quien compartimos nuestras cosas? ¿a qué y a quién le damos tiempo? ¿es Jesús, nuevamente crucificado en los excluidos, marginados y pobres de este mundo quien le da sentido y norte a mi vida?

En la penúltima semana de noviembre se realizaron otros dos importantes encuentros de los directores regionales de la RED DE JESUITAS CON MIGRANTES (RJM), el primero, y del NODO ANDINO DE LA RJM (es decir las obras que trabajan con refugiados y migrantes en Venezuela, Colombia y Ecuador). El drama de Venezuela sigue siendo especialmente sentido por todos y padecido por muchos hermanos y hermanas del cuerpo apostólico en ese querido país; su dolor y su herida se derrama en ríos de migrantes por todo el continente. No hemos estado ausentes de sus luchas, pero aún queda mucho por hacer. El fenómeno de la migración forzada se multiplica de manera escandalosa y profética en un mundo en que los mecanismos de exclusión se refuerzan y multiplican: las caravanas de centroamericanos (principalmente hondureños y salvadoreños) saliendo de sus países son una imagen clara -incierta y desesperada, ¡es verdad!, pero real y profética- del grado de explotación y de deshumanización que estructura nuestras sociedades.

Con un saludo especial para cada uno y cada una de ustedes, los invito a reflexionar sobre los llamados que el Espíritu nos hace a hacernos indiferentes y disponibles para ser verdaderos siervos de la Misión de Cristo -como Arrupe, Ellacuría, Odhiambo y tantos otros- poniendo nuestra vida al servicio de aquellos que son los preferidos de Dios, los preferidos de nuestra era. Y que Dios nos de la gracia de que el ADVIENTO sea Kairos de renacimiento (metanoia) de manera que podamos celebrar en y con Jesús, nuevamente encarnado, días de liberación.

 

Frutos muy por Encima de Nuestras Limitadas Fuerzas

El sínodo de los obispos de octubre pasado trató sobre la vida de los jóvenes. Los participantes abordaron, en el marco de este tema, otro muy relacionado con él: el discernimiento vocacional. Este mes, el equipo de comunicaciones de la Compañía en Roma quiere responder al desafío que supone para nosotros. En su sitio web podrán encontrar, varios artículos y videos cortos sobre el discernimiento vocacional.

Compartimos aquí la reflexión de Antonio España, Provincial de la Provincia de España; ante la siguiente pregunta.

¿Cuál es el lugar de la espiritualidad y la religión en la juventud española y, en este contexto, qué lugar puede tener la vocación religiosa?

La marcha actual de la Compañía pasa por momentos de discernimiento constantes sobre la misión y para el bien de la Iglesia. La profundidad de nuestros ministerios y la cercanía a los pobres están en el corazón de todo lo que hemos compartido y seguro que podrán atraer a más jóvenes a seguir a Jesús.

Además, se ve una vitalidad y una ilusión por los frutos que se siguen dando, muy por encima de nuestras limitadas fuerzas, como es la experiencia internacional de MAGIS+. Afortunadamente, no dejan de aparecer nuevas ideas para evangelizar creativamente a los más jóvenes y por saber transmitir la fe actualizada y llena de esperanza. Ojalá el Señor nos ayude y nos dé fuerzas para poder conocer lo mejor posible su voluntad para tantos desafíos como tenemos por delante.

Fuente: jesuits.global

 

Un Documental sobre el Sacerdote que Transformó la Pobreza en Esperanza

Se ha proyectado en la Filmoteca Vaticana el documental «Pedro Opeka – buenos amigos» de Jože Možina; el sacerdote argentino que vive y trabaja en la Isla Africana de Madagascar.

Hay quien lo define como el “Santo combatiente” o “el hombre de los milagros”. Su nombre es padre Paolo Pedro Opeka. Su historia de amor hacia quien sufre está atravesando océanos y montañas. Consigo lleva sólo la fuerza de la fe y del rostro de Cristo en las periferias del mundo. Lazarista, misionero, el padre Pedro Opeka es un argentino de ascendencia eslovena.

Su Historia

En 1975 se dirige a Madagascar donde conoce la desesperación y la pobreza de miles de personas que viven en los basureros. No acepta esta situación: se pone del lado de los pobres, lanza proyectos, entre ellos, la ciudad de la esperanza, Akamasoa, que en malgache significa «buenos amigos”. En la capital Antananarivo, hay basura por escarbar, pero también una colina de piedra.

El primer albañil

Es el primero que se pone a martillar esa base dura para transformarla en grava para construir. Transmite, como su padre le había enseñado, el trabajo de albañil y tanta esperanza. Año tras año, ladrillo tras ladrillo, vuelve a escribir el futuro. Hoy día 23 mil personas, que antes escarbaban en los basureros, viven en aldeas recibiendo cuidados médicos, jardines de infancia, escuelas y parques.

Fuente: Vatican News

¡La CPAL cumple 19 años!

El martes 27 de noviembre de 2018, la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (CPAL) cumplió 19 años de fundación. Durante estos años, la Conferencia se ha dedicado a promover, articular, estimular e incentivar la colaboración entre hombres y mujeres, trabajando por una misma Misión, la Misión de Cristo.

 A lo largo de estos años, la CPAL ha inspirado su ruta de acción en el Proyecto Apostólico Común (PAC); columna vertebral del trabajo de la Compañía de Jesús en nuestro continente, que guía la planificación global de los sectores, redes y obras interprovinciales. Esto, le ha permitido ampliar su visión de los 18 países que la conforman, creciendo en la construcción de redes, colaboración y comunicación, trabajando cada día más en el “qué hacer” con y/por el otro.

 Somos un Cuerpo para la Misión: Colaboradores jesuitas y laicos conformamos un solo sujeto apostólico que refuerza, potencia e impulsa nuestra Misión. Es por esto, que hoy podemos decir que la CPAL ha tenido grandes avances significativos con aciertos y algunos desaciertos, pero con el ánimo intacto de seguir fortaleciendo nuestra labor en beneficio de una realidad mejor.

 La CPAL en números:

  •  12 Provincias en 18 países de América Latina y Caribe.
  • 14 Redes Apostólicas.
  • 17 Centros de Espiritualidad.
  • 40 Centros Sociales.
  • 42 Equipos de atención a migrantes (RJM).
  • 190 Parroquias y templos.
  • 100 y más Radios.
  • 89 Colegios, en 19 países, con 131.244 estudiantes.
  • 30 Universidades, en 14 países.
  • 2.000 Servicios Educativos de Fe y Alegría en 22 países, con 1.500.000 de participantes.
  • Servicio Jesuita a la Panamazonía (SJPAM) integrado por 9 países.
  • Red de Solidaridad Indígena integrada por 8 provincias.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica

Mónica Larrosa, graduada de la UCU y la “Psicología Positiva”

Una ex-alumna de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), Licenciada en Psicología cuenta de la perspectiva que usa para trabajar con sus pacientes.

“La Psicología Positiva establece que no solo hay que trabajar en lo que no está funcionando, en el déficit, sino sobre todo en la promoción, en la prevención de la salud mental y en potenciar las fortalezas del carácter de las personas”, explicó Mónica Larrosa, graduada de Psicología, quien utiliza ese enfoque para buscar el bienestar de las personas.

Actualmente trabaja en varios proyectos, todos ellos apuntan a brindar herramientas a poblaciones de contexto vulnerable.

En la organización civil Jóvenes Fuertes, trabaja en tres de sus proyectos. Uno de ellos es Creciendo Fuertes “en donde trabajamos las 24 fortalezas de Psicología Positiva en liceos e instituciones educativas de contexto socioeconómico vulnerable; yo trabajo específicamente en el Liceo Jubilar”. Otro de los proyectos es el Programa de Educación al Carácter (PEC), que consiste en “brindar talleres de fortalezas específicas de Psicología Positiva y estrategias saludables para tomar y encauzar decisiones, para niños y adolescentes de colegios de Montevideo”. Mónica además coordina en Jóvenes Fuertes la segunda edición de la diplomatura en Psicología Positiva que formar agentes para el cambio social.

Además, está vinculada al Centro de Atención al Desarrollo Integral (CADI), en el colegio para niñas Los Rosales, donde trabaja como profesora de inglés y como preceptora, “que vendría a ser el vínculo entre el colegio, las niñas y la familia”. También realiza una suplencia como psicóloga en el CAIF que gestiona CADI.

Mónica siempre tuvo una gran vocación por la Psicología. “Me gustan mucho las conversaciones, las charlas, escuchar, el saber la historia de las personas, por qué toman las decisiones que toma. Ahora que trabajo en un contexto socio-económico vulnerable, es lo que más pongo en práctica, sobre todo cuando uno está hablando con personas que tuvieron vidas difíciles”.

Además de tener ciertas aptitudes personales para ejercer la profesión, destaca la impronta de la formación que brinda la carrera, “la búsqueda permanente, estar siempre informada, saber buscar la evidencia científica, conocer las últimas herramientas o diagnósticos, el saber escuchar, el saber analizar, sí creo que me los dio la Católica”.

Por otra parte, señaló que la carrera “me dio cierta flexibilidad para entender diferentes corrientes y para saber buscar más allá de las teorías cuál es la herramienta necesaria para cada caso”.

Una experiencia que tuvo como estudiante y que la marcó, fue el intercambio que realizó a la Universidad de Málaga. “Te abre la cabeza, conoces otras culturas y a partir de las diferencias se conoce más lo que uno es y lo que quiere. Realmente aprendí muchísimo en cuanto a lo profesional, especialmente en lo congnitivo-conductural. Allí me di cuenta que esa corriente era la que realmente me gustaba. Y cuando volví acá empecé a tomar decisiones para seguir en esa línea”.

En cuanto a lo estrictamente académico, Mónica integra una línea de investigación de “Un programa de autocompasión en docentes”, liderada por la Mag. Tamara Liberman. También está de ayudante en la cátedra de Psicología Positiva.

Se nota que a Mónica le apasiona su trabajo. “Hoy en día te puedo decir que la satisfacción que me da trabajar en un contexto así me llena el alma”, expresó. “Uno se siente realmente útil, se siente herramienta, se siente que está trabajando con personas que pueden alcanzar mayor bienestar para ellas y sus familias”.

Fuente: ucu.edu.uy

Una Transformación Competitiva

En el marco del II Workshop de Bioinformática y Bioestadística en Genómica, el responsable del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba (MINCYT), Walter Robledo, visitó la Universidad Católica de Córdoba (UCC). El evento se realizó del 1 al 3 de octubre en la Facultad de Ingeniería de la Universidad.

En diálogo con Noticias UCC, habló de los temas fundamentales para el desarrollo de la cartera que dirige.

¿Cuáles son los temas que prioriza la Provincia en materia de ciencia y tecnología (CyT) y cómo impacta en ellos la bioinformática?

Uno de los temas priorizados desde la Provincia y en particular desde el MINCYT tiene que ver con el área de producción de alimentos tanto a nivel de productos primarios como de alimentos listos para el consumo humano. El otro tema es la salud.

En este sentido, nos parece muy importante mejorar la producción primaria mediante el desarrollo de nuestra propia genética vegetal y animal, un espacio que liderábamos en las décadas del 60 y 70. Hoy, claramente eso se perdió.

A través de la genética se puede lograr un mejoramiento significativo de los niveles de producción y su calidad. En particular este II Workshop de Bioinformática y Bioestadística apunta a fortalecer la formación de investigadores y técnicos en la materia y es por eso que la Provincia apoya este tipo de iniciativas. En el área de la salud también se aplica de manera directa este paquete científico tecnológico de Bioinformática y Bioestadística sobre todo en el sector público. Para nosotros tiene mucho valor este espacio de capacitación y actualización.

Hay ideas muy interesantes para desarrollar en nuestras economías regionales y muchas veces el sector privado no tiene capacidad de profundizar por el presupuesto que conllevan.

En Córdoba las universidades privadas empiezan a crecer en materia de investigación. Por ahí no tienen el volumen de las investigaciones en el sector público, pero tienen mucha calidad y es notable cómo se percibe la vinculación de ese conocimiento y su aplicación o transferencia a la actividad económica de nuestra provincia.

Con respecto a nuestra economía actual en la que hay muchos presupuestos ajustados, muchos recortes. ¿Cómo evalúa el impacto en ciencia y tecnología?

A nivel nacional existe un planteo de ajuste. El gobierno se comprometió a no emitir moneda por un lado, y por el otro lado, achicar el gasto público. Eso implica disminuir los presupuestos en todos los frentes y esto significa que el ajuste también está planteado en el presupuesto nacional de CyT que se ha elevado a Diputados.

Desde nuestro ministerio, tenemos una mirada crítica al respecto. Hemos planteado analizar y definir los nuevos presupuestos tanto de las universidades como del INTA, del CONICET y de las distintas instituciones de ciencia y tecnología nacionales, de forma tal que el impacto sea el menor posible sobre el desarrollo de las actividades de investigación, y de los procesos de inversión en infraestructura científica y tecnológica. Me refiero fundamentalmente a la actualización de los equipos, a la compra de todos los insumos, y la literatura necesaria para sostener las actividades de investigación.

Entendemos que el ajuste hay que hacerlo, tal cual está planteado en todos los frentes, pero en el caso de CyT proponemos sentarnos a discutir sobre como redistribuir la asignación del presupuesto, para que sea más eficiente. A través de los diputados de Córdoba, estamos abriendo la discusión para proponer un presupuesto, que si bien acotado, sea mejor asignado a las distintas funciones de CyT.

¿Qué puede comentarnos respecto al cambio del ministerio a secretaría a nivel nacional?

Es una pérdida de calidad institucional, que es, a mi parecer, más significativa que el ajuste presupuestario que es más coyuntural. Con esto quiero decir que se puede discutir y entender que una coyuntura se tenga ajustar, y eso puede revisarse de aquí a uno o dos años. Pero un ajuste de una estructura institucional no es tan fácil de recuperar.

Particularmente, hemos lamentado que el rango ministerial del área de CyT se pierda porque entendemos que es muy importante participar en forma directa de la discusión de los temas nacionales. En paralelo la posibilidad de estar sentado en esa mesa de decisiones permite defender mejor los presupuestos y argumentar el por qué hacen falta. Por eso entendemos que perder ese lugar a nivel de la mesa de ministros es delicado, y nos preocupa.

En mi caso, participo en los grandes temas que tiene la Provincia para definir. Tengo la oportunidad de discutir mano a mano con los otros ministros, interactuar de una forma mucho más proactiva y acercar más a la CyT como posibles herramientas e instrumentos que puedan ayudar a abordar esos problemas.

¿Qué proyecciones hacen entonces?

Intentaremos trabajar desde las provincias, desde el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, más en cercanía con nuestros diputados, nuestros senadores y las comisiones que gestionan el presupuesto, para sostener la CyT.

 En un país como el nuestro, tenemos una gran oportunidad de crecer, de ganar competitividad, de ganar soberanía, ganar independencia, desarrollar mejor nuestra potencialidad como sociedad y como país si nos apoyamos en la CyT.

También sostengo que la comunidad científica debe hacer una autocrítica y comprometerse más en la transferencia de los conocimientos que gestiona para lograr una real transformación de nuestra sociedad. Desde las ciencias básicas se puede hacer: desde la matemática, la física, la química, la biología, y fundamentalmente de las aplicadas como la agronomía, las ciencias de la salud, la informática, entre otras. Está empezando a ocurrir ese cambio, pero nos hace falta más. Yo estoy en este workshop para apoyar estas iniciativas y para incentivar esa vinculación.

Fuente: Noticias UCC