EVANGELIO DEL DOMINGO: «DIOS QUIERE LA VIDA»

Niña, levántate.

EL ser humano se siente mal ante el misterio de la muerte. Nos da miedo lo desconocido. Nos aterra despedirnos para siempre de nuestros seres queridos para adentramos, en la soledad más absoluta, en un mundo inexplorado en el que no sabemos exactamente qué es lo que nos espera.

Por otra parte, incluso en estos tiempos de indiferencia e incredulidad, la muerte sigue envuelta en una atmósfera religiosa. Ante el final se despierta en no pocos el recuerdo de Dios o las imágenes que cada uno nos hacemos de él. De alguna manera, la muerte desvela nuestra secreta relación con el Creador, bien sea de abandono confiado, de inquietud ante el posible encuentro con su misterio o de rechazo abierto a toda trascendencia.

Es curioso observar que son bastantes los que asocian la muerte con Dios, como si ésta fuera algo ideado por él para asustarnos o para hacernos caer un día en sus manos. Dios sería un personaje siniestro que nos deja en libertad durante unos años, pero que nos espera al final en la oscuridad de esa muerte tan temida.

Sin embargo, la tradición bíblica insiste una y otra vez en que Dios no quiere la muerte. El ser humano, fruto del amor infinito de Dios, no ha sido pensado ni creado para terminar en la nada. La muerte no puede ser el objetivo o la intención última del proyecto de Dios sobre el hombre.

Desde las culturas más primitivas hasta las filosofías más elaboradas sobre la inmortalidad del alma, la humanidad se ha rebelado siempre contra la muerte. El hombre sabe que morir es algo natural dentro del proceso biológico del viviente, pero, al mismo tiempo, intuye más o menos oscuramente que esa muerte no puede ser su último destino.

La esperanza en una vida eterna se fue gestando lentamente en la tradición bíblica no por razones filosóficas o consideraciones sobre la inmortalidad del alma, sino por la confianza total en la fidelidad de Dios. Si esperamos la vida eterna es sólo porque Dios es fiel a sí mismo y fiel a su proyecto. Como dijo Jesús en una frase inolvidable: «Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos están vivos» (Lucas 20, 38).

Dios quiere la vida del ser humano. Su proyecto va más allá de la muerte biológica. La fe del cristiano, iluminada por la resurrección de Cristo, está bien expresada por el salmista: «No me entregarás a la muerte ni dejarás a tu amigo conocer la corrupción» (Salmo 16, 10). La actuación de Jesús agarrando con su mano a la joven muerta para rescatarla de la muerte es encarnación y signo visible de la acción de Dios, dispuesto a salvar de la muerte a todo ser humano.

José Antonio Pagola

CICLO B. Domingo XIII del Tiempo Ordinario

Bautismo y sinodalidad. Una invitación a un estilo de vida de conversión permanente

Introducción

En el discurso pronunciado al inicio del proceso del Camino Sinodal 2021-24, el Papa Francisco se expresó sobre el bautismo en términos muy fuertes, llamándolo «el único punto de partida», «nuestro manantial de vida, del que deriva una idéntica dignidad de hijos de Dios» y «carné de identidad». A continuación, concluyó que el bautismo implica «una participación real de todo el Pueblo de Dios» en la vida de la Iglesia, y que quienes tienen tareas de ministerio eclesial tienen la responsabilidad de facilitarla: «¡La participación de todos es un compromiso eclesial irrenunciable!».

 

Reconocer y asumir el significado esencial y fundamental del sacramento del bautismo puede ser decisivo en el desarrollo de una eclesiología sinodal. Puesto que los bautizados comparten la misma dignidad y la misma misión de evangelizar el mundo, este sacramento puede ayudar a encontrar un mejor equilibrio entre prácticas eclesiales centradas más bien en el carácter piramidal y otras carismáticas, complementarias y participativas. Esto correspondería a la definición de la Iglesia como ierarchica communio, como enseña el Concilio Vaticano II en Lumen Gentium, nn. 21-22. Además, la dimensión mística de estar revestidos de Cristo y ungidos con el Espíritu y la dimensión ético-espiritual del compromiso de vivir una vida nueva amplían la sinodalidad, convirtiéndola en un estilo de vida de continua conversión personal al servicio, la comunión y la oración, y una apertura a las sorpresas de Dios.

 

En este artículo nos proponemos explorar, en primer lugar, la importancia creciente que se concede al bautismo en dos documentos relativos al Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad. En segundo lugar, mostraremos cómo el bautismo suele considerarse un hecho histórico estático, que determina nuestro estatus en la Iglesia y restablece el equilibrio del poder eclesial. En tercer lugar, a partir de la lex orandi del rito del bautismo, desarrollaremos una noción más amplia y dinámica de este sacramento, como transformación profunda de morir y resucitar con Cristo, punto final de un proceso de conversión, que también es progresivo y continuo, y nos introduce en la comunidad eclesial, lo que conlleva la edificación de la comunidad. Por último, trataremos de mostrar cómo esta noción dinámica del bautismo subyace en la comprensión que el Papa Francisco tiene de la sinodalidad.

Jos Moons

@laciviltacattolica

Enlace a la publicación completa t.ly/Rd9IJ

sinodo 2021-2024 sala pablo VI

Esto es lo que se sabe (hasta ahora) sobre el Instrumentum laboris del Sínodo

Se han sintetizado las aportaciones de las conferencias episcopales, el encuentro de párrocos, las comisiones teológicas y otras propuestas llegadas de todo el mundo

El Vaticano había anunciado que para julio se conocería la versión definitiva del ‘Instrumentum laboris’, el documento de trabajo de la segunda asamblea del Sínodo de la sinodalidad que se desarrollará a lo largo del próximo mes de octubre. Para ello se han reunido estos días el equipo responsable de su redacción, formado por una veintena de personas, tras las aportaciones llegadas de todo el mundo.

Partir de la escucha

Uno de los participantes en este proceso ha sido el teólogo italiano Darío Vitali, consultor del Sínodo, que ha explicado en los medios vaticanos que “la comisión no se guió por sus propias creencias sino por el principio de sinodalidad propio de la Iglesia” al sintetizar las aportaciones llegadas fundamentalmente desde las Conferencias Episcopales, el encuentro de párrocos y cinco comisiones teológicas. A esto se ha sumado la propuesta que la Secretaría General del Sínodo ha recogido de religiosos y religiosas, universidades, asociaciones de fieles y diferentes personas de todo el mundo.

Para Vitali “esta gran comisión no inserta sus propias creencias o patrones de pensamiento en el nuevo ‘Instrumentum laboris’, sino que sigue el principio de sinodalidad propio de la Iglesia”. El profesor de eclesiología de la Pontificia Universidad Gregoriana. El teólogo insiste en que cada vez más de lo importante, casi imprescindible, es que la nueva Sesión sinodal de octubre esté respaldada por un texto que pueda hacer balance de los avances realizados hasta ahora. En este sentido destacó que “si analizamos la sesión de octubre pasado y el informe resumido que surgió de ella, podemos ver que se ha desarrollado un consenso importante sobre algunas cuestiones que no será necesario volver a discutir, mientras que será útil pensar en otras, como las vinculadas a la cuestión fundamental: cómo ser Iglesia sinodal en misión”.

Este teólogo adelantó que uno de los temas principales Será la relación entre misión y participación. Para Vitali “lograr compartir una idea en este frente requiere un largo camino por recorrer, una conversión de mentalidad y un cambio de ritmo” ya que “la vida de la Iglesia es vida de anuncio, de camino”. Respecto a la cuestión de la participación, señala el experto, “en el pasado la misión se confiaba, por así decirlo, a ‘especialistas’. Hoy todos deben participar en la misión de la Iglesia debido a la dignidad original del Bautismo

atardecer

Si no sale a la luz…

Algo que aprendí en los Ejercicios Espirituales de Vida Ordinaria fue a hacer el Examen Diario: es una pausa que haces en el día que, dejando que Dios te mire con amor y te acompañe para escuchar qué llevas en el corazón, en el cuerpo y en la mente; de dónde vienen: momentos del día que lo detonaron, situaciones familiares o afectivas, hábitos que no ayudan, falta de oración, etc.; lo miras junto con Dios y le escuchas también: «¿A qué me invitas con esto que me pasa / que pasa en mi entorno?»

Usualmente las personas no hacemos ese espacio: dejamos que se acumule la vida porque nos da la sensación de que no es importante mirar el interior en un mundo que gira alrededor de imágenes, apariencias, rapidez y estar siempre ‘ocupados’. O porque nos da miedo sentir que todo eso que llevamos dentro es una jaula y estamos condenados a sentirlo si no lo resolvemos o «superamos».

Pero a fin de cuentas: sigue ahí. Y no, no como un monstruo esperando que le abras para atacarte, es lo que Dios menos quiere que sintamos. Tampoco es como una auto-terapia barata que te haces para cuestionarte todo hasta llegar al punto de «¿¡Por qué soy así?!». Podemos verlo más bien como que van creciendo cosas dentro de cada una/uno porque estamos vivos, porque hay vida dentro de nosotros y que si, de vez en cuando, no les abrimos para que les dé el sol no veremos las plagas o las cizañas que crecen, ¡y tampoco veremos los frutos –porque los hay– que con nuestra vida se han dado! Y no olvidemos hacerlo de la mano del mejor jardinero: Jesús.

Y es que lo más misterioso y bello, es que, muchas veces, como el sol, sólo es suficiente que su luz toque las cosas para que se desinfecten, se sanen y crezcan más alto y más fuertes. Así que si quieres empezar a hacer el Examen o quieres retomarlo, no te angusties, solamente es dar un paso y que Dios haga el resto: es dejar que eso que cargas dentro lo toque la Luz.

@Pastoralsj
t.ly/88nv2

Francisco, mensaje para la VIII Jornada Mundial de los Pobres

 Los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios

“Dios conoce los sufrimientos de sus hijos porque es un Padre atento y solícito hacia todos. Como Padre, cuida de los que más lo necesitan: los pobres, los marginados, los que sufren, los olvidados”. Lo reitera el Papa Francisco en su mensaje para la VIII Jornada Mundial de los Pobres que se celebrará el 17 de noviembre próximo bajo el lema “La oración del pobre sube hasta Dios”, en el marco del Año de la Oración previo al Jubileo Ordinario de 2025.

“Pero nadie está excluido de su corazón, ya que, ante Él, todos somos pobres y necesitados”, enfatiza Francisco en el texto, publicado este jueves 13 de junio, y resalta que “todos somos mendigos, porque sin Dios no seríamos nada”.

El Pontífice asegura que “la violencia provocada por las guerras muestra con evidencia cuánta arrogancia mueve a quienes se consideran poderosos ante los hombres, mientras son miserables a los ojos de Dios”. También lamenta: “¡Cuántos nuevos pobres producen esta mala política hecha con las armas, cuántas víctimas inocentes!”. Y deja claro que “no podemos retroceder”.

Hacer nuestra la oración de los pobres y rezar con ellos

El Papa reconoce la “especial apertura a la fe” y la necesidad de Dios de la inmensa mayoría de los pobres y, por tal motivo, evidencia que “no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe”.

Dios está al lado de los pobres

A los pobres que habitan en nuestras ciudades y forman parte de nuestras comunidades el Sucesor de Pedro los invita a no perder esta certeza: «Dios está atento a cada uno de ustedes y está a su lado».

Francisco expresa su gratitud por quienes escuchan y sostienen a los más pobres

El Pontífice se refiere a la Jornada Mundial de los Pobres como «una cita obligada para toda la comunidad eclesial» y «una oportunidad pastoral que no hay que subestimar, porque incita a todos los creyentes a escuchar la oración de los pobres, tomando conciencia de su presencia y su necesidad». En este sentido, la considera una ocasión propicia para llevar a cabo iniciativas que ayuden concretamente a los pobres, y también para reconocer y apoyar a tantos voluntarios que se dedican con pasión a los más necesitados.

«Debemos agradecer al Señor, afirma Francisco, por las personas que se ponen a disposición para escuchar y sostener a los más pobres», entre ellos menciona a los sacerdotes, consagrados y los laicos «que con su testimonio dan voz a la respuesta de Dios a la oración de quienes se dirigen a Él». «En silencio -prosigue el Obispo de Roma-, por tanto, se rompe cada vez que un hermano en necesidad es acogido y abrazado».

Bergoglio recuerda el testimonio que nos ha dejado santa Madre Teresa de Calcuta, «una mujer que dio la vida por los pobres» y que repetía continuamente que era «la oración el lugar de donde sacaba fuerza y fe para su misión de servicio a los últimos», sostiene el Pontífice. Por dicha razón, Francisco nos incentiva a rezar y, de ese modo, nos daremos cuenta de los pobres que tenemos a nuestro lado, «quizá en la misma planta de sus casas», acota. Asimismo, evoca el testimonio de san Benito José Labré, cuyo cuerpo reposa y es venerado en la iglesia parroquial de Santa María ai Monti en Roma. «Peregrino de Francia a Roma, rechazado en muchos monasterios, expresa Francisco, transcurrió los últimos años de su vida pobre entre los pobres, permaneciendo horas y horas en oración ante el Santísimo Sacramento, con el rosario, recitando el breviario, leyendo el Nuevo Testamento y la Imitación de Cristo. Al no tener siquiera una pequeña habitación donde alojarse, solía dormir en un rincón de las ruinas del Coliseo, como “vagabundo de Dios”, haciendo de su existencia una oración incesante que subía hasta Él».

«Somos pobres de paz»

En camino hacia el Año Santo, el Papa exhorta a cada uno a «hacerse peregrino de esperanza, ofreciendo signos concretos para un futuro mejor» y solicita no descuidar «los pequeños detalles del amor», como «saber detenerse, acercarse, dar un poco de atención, una sonrisa, una caricia, una palabra de consuelo».

«En este tiempo, continúa el Pontífice, en el que el canto de esperanza parece ceder el puesto al estruendo de las armas, al grito de tantos inocentes heridos y al silencio de las innumerables víctimas de las guerras, dirijámonos a Dios pidiéndole la paz». «Somos pobres de paz, agrega el Obispo de Roma» y nos anima a «alzar las manos para acogerla como un don precioso» y, al mismo tiempo, insta a comprometernos por restablecerla en el día a día.

Enlace al mensaje completo t.ly/xnaSB

@VaticanNews

J. Melloni SJ: «Dios habita en todos los seres vivientes de la tierra con los que convivimos»

La semana pasada se celebró el Simposio Internacional 2024 sobre Ejercicios Espirituales y Conversión Ecológica en Manresa. Durante varios días hablaron sobre cómo la experiencia de los Ejercicios puede promover la concienciación y el cambio de actitudes ante la crisis ecológica. Hemos hablado con Javier Melloni SJ, teólogo y director del Centro de Espiritualidad Cova Sant Ignasi.

Han sido muchos los ecos principales tras varios días de diálogo y reflexión: «Hemos adquirido la consciencia de que la cuestión ecológica forma parte de un paradigma más amplio, que implica una forma integral de vivir: la consciencia de la interrelacionalidad de toda la realidad, lo cual comporta inseparablemente el respeto y veneración por la naturaleza, la consciencia de la desigualdad e injusticia social y el aumento de la percepción de que Dios habita en todos los seres vivientes de la tierra con los que convivimos» explica Javier.

Por otro lado, este jesuita cree que también han sabido tomar mayor consciencia de que esta conversión es sobre todo de carácter comunitario: «La hemos de hacer todos juntos, en equipo, aunando fuerzas personales e institucionales. La conversión ecológica conlleva un aumento de la sensibilidad comunitaria». En último lugar, cuenta Melloni que ha resonado con fuerza el paso profético que habría de hacer en las Casas de Ejercicios: «También en nuestros Centros de Espiritualidad para visualizar estos compromisos y ayudar a sensibilizar a los que acuden a hacer los Ejercicios».

EE ecológicos naturaleza

¿Son los Ejercicios Espirituales clave para alcanzar una verdadera conversión ecológica? Nos responde Melloni que el recorrido de las cuatro semanas favorece que se dé un proceso de conversión: «Va desde la consciencia del pecado personal y estructural (Primera Semana), la elección por la bandera de Cristo pobre y humilde (Segunda Semana), la compasión por la tierra y por las poblaciones que sufren su expolio (Tercera Semana) y la celebración y el agradecimiento de la presencia de Dios en todas las cosas (Cuarta Semana)».

Con todo, se planteó el riesgo de imponer al ejercitante esta clave de lectura: «Hay que distinguir bien cuando se trata de unos Ejercicios explícitamente en clave ecológica, donde los ejercitantes vienen libremente a profundizar esta perspectiva, de los Ejercicios ‘ordinarios’, en los que hay que respetar la sensibilidad y lugar donde se haya el ejercitante».

Reconoce este jesuita, Director del Centro Internacional de Espiritualidad Ignaciana La Cova de Manresa, que queda mucho por hacer: «Se trata de un cambio progresivo que tiene muchas implicaciones, las cuales apenas estamos empezando a descubrir». La cuarta PAU, presentada hace cinco años (2019) hace que no se pueda eludir esta cuestión: «Implica muchos cambios en nuestro modo de proceder, tanto personal como comunitario e institucional».

«La persona que no se siente interpelada por esta cuestión, probablemente tampoco se siente interpelada por el dolor ajeno» nos responde de manera tajante Melloni a cómo motivar a alguien en este tema sino se siente llamado. Explica el jesuita que la solidaridad y la sensibilidad ecológica van juntas: «Ninguna de las dos se pueden forzar, pero sí se puede ayudar a despertarlas. Es importante hacer ver que no se trata de una moda, sino de algo más radical e integral, pero no se puede forzar el proceso. Cuando se fuerza o se impone, provoca la reacción contraria, hay que saber acompañar este despertar».

sinodo 21-24 vista de sala Pablo VI

SÍNODO 2021-24. Preparativos para la segunda sesión

Ha concluido el trabajo de teólogos y teólogas venidos de todo el mundo para iniciar la elaboración de lo que sería el Instrumentum laboris para la segunda ronda del Sínodo 2021-2024 a realizarse en octubre.

Laicos, laicas, obispos, sacerdotes, consagradas y consagrados han revisado 107 informes de las Conferencias Episcopales y de las Iglesias Orientales Católicas, sobre la contribución de la USG-UISG (respectivamente Unión Internacional de los Superiores Mayores y Unión Internacional de las Superioras Generales).

Además de las más de 175 observaciones, procedentes de realidades internacionales, facultades universitarias, asociaciones de fieles o de comunidades y personas particulares como también las reflexiones del encuentro “los párrocos por el Sínodo”.

Estas aportaciones fueron fruto del trabajo que las iglesias locales realizaron a partir del Informe de Síntesis de la primera sesión de octubre de 2023. Al respecto, el cardenal Mario Grech, secretario general de la Secretaría general del sínodo, explicó que “los informes relatan a menudo la experiencia de personas que han realizado una verdadera conversión personal”.

Aunque – añadió el purpurado – también otras personas “siguen experimentando confusión, preocupación o ansiedad. En particular, existe el temor de que lo que se envía no se tome en serio o de que ideologías y grupos de presión de fieles se aprovechen el camino sinodal para imponer su propia agenda”.

 

Semillas de sinodalidad

El cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, ha celebrado esta experiencia con el grupo de teólogos y teólogas, porque “¡Las semillas de la Iglesia sinodal ya están brotando!”.

“El Pueblo Santo de Dios se ha puesto en marcha por la misión gracias a la experiencia sinodal. Ésta conoce respuestas entusiastas y creativas, pero también resistencias y preocupaciones”, comentó.

El cardenal indicó que “la mayoría de los informes muestran la alegría del camino recorrido, que ha dado nueva vida a muchas comunidades locales y ha provocado también cambios significativos en su modo de vivir y de ser Iglesia”.

Estos informes “son también ricos en testimonios” y entre los temas más reiterativos se encuentran: la formación a la sinodalidad, el funcionamiento de los órganos de participación, el papel de las mujeres, de los jóvenes, la atención a los pobres, la inculturación, la transparencia y la cultura de rendición de cuentas por parte de quienes asumen un ministerio en la Iglesia.

Aunque también la catequesis y la iniciación cristiana, la colaboración entre Iglesias, la figura del obispo, entre otros.

logo sinodo 2021-2024

Sobre la segunda sesión

Por otra parte, el cardenal Grech ha subrayado que la “Asamblea de octubre no trata de tal o cual tema, sino de la sinodalidad, de cómo ser una Iglesia misionera en camino. Todas las cuestiones teológicas y las propuestas pastorales de cambio tienen este objetivo”.

Recordó que esta segunda sesión “será ante todo un tiempo en el que cada participante, situándose en un camino que comenzó en 2021 y aportando la ‘voz’ del pueblo de Dios del cual proviene, invocará la ayuda del Espíritu Santo y la de sus hermanos y hermanas para discernir la voluntad de Dios sobre su Iglesia, y no una ocasión para imponer su propia visión de la Iglesia”.

Por ahora, el proceso de elaboración del Instrumentum Laboris continuará con otras etapas. El primer paso será que el Consejo Ordinario realice un primer discernimiento de lo redactado.

Seguirán las fases de redacción del documento propiamente dicho y un sistema de amplia verificación hasta que el Consejo Ordinario apruebe el documento que será sometido al Santo Padre para su aprobación definitiva.

“El Instrumentum Laboris para la Segunda Sesión de la XVI Asamblea será diferente del anterior. Si para la Primera Sesión era importante poner de relieve la amplitud de los temas a tratar, el documento de trabajo para la sesión de octubre pretende, en cambio, destacar algunos nudos que hay que desentrañar para responder a la pregunta Cómo ser una Iglesia sinodal en misión”, explicó Mons. Riccardo Battocchio, Secretario Especial de la XVI Asamblea.

Tomando en cuenta el camino recorrido hasta ahora y proponiendo argumentos teológicamente fundamentados junto con algunas propuestas concretas, se facilitará “el discernimiento confiado a los miembros de la asamblea”, apuntó.

Evangelio del Domingo: “SIN QUE ÉL SEPA CÓMO…” (Marcos 4, 26-34)

El evangelio de este domingo forma parte del capítulo cuarto del evangelio de Marcos que es, en su casi totalidad, un capítulo de parábolas en el que, a partir de las tareas del campo, Jesús explica al dinámica del Reino de Dios. La liturgia ha seleccionado dos parábolas: la de la semilla que crece y da fruto mientras el labrador duerme y la de una semilla muy pequeña (semilla de mostaza) a partir de la cual va a nacer un árbol grande.

La fuerza del Reino es la fuerza de la semilla, esa fuerza es independiente del trabajo del sembrador, está en ella misma. Pero el trabajo del sembrador es un trabajo necesario: ha de echar la semilla en la tierra, ha de sembrar. La misma semilla no sembrada, encerrada en un recipiente, no produce nada y se pudre. Habla la parábola del sembrador que duerme, pero el sembrador se acuesta “de noche”, se acuesta después de haber trabajado, después de haber sembrado.

La parábola nos acerca a la comprensión de la acción de Dios y de la acción humana en la tarea de la evangelización y de la construcción del Reino. La acción de Dios es la decisiva pero la acción humana, la colaboración humana, es indispensable. Nosotros no nos podemos creer dioses, no podemos pensar que somos los “salvadores”, pero tampoco podemos dejar de poner de nuestra parte todo aquello que esté en nuestra mano. Humildes y comprometidos, comprometidos y humildes.

La parábola del grano de mostaza subraya otra dimensión del Reino. Una dimensión, por cierto, bastante contradictoria con nuestros modos de pensar y de hacer. Nosotros pensamos “a lo grande” y queremos hacer “a lo grande”. Pero el Reino nace a partir de una semilla pequeña, sin apariencia. Tantas cosas grandes se desmoronan a la primera tormenta, mientras las pequeñas cosas resisten y permanecen y la tormenta no puede con ellas.

Dice la parábola que la semilla pequeña “crece y se hace más alta que las demás hortalizas…” Pero, evidentemente, no crece ni se hace tan grande de la noche a la mañana, ni en cuatro días, sino que necesita su tiempo. El tiempo de crecimiento… que no es poco. Lo que muchas veces es poca es nuestra paciencia. En la dinámica de crecimiento del Reino el tiempo es el de Dios y no el nuestro, y las prisas no son de Dios. Hay una triple llamada, al menos, en el evangelio de este domingo: al compromiso, a la humildad y a la paciencia. O, dicho de otro modo, a un compromiso humilde y paciente.

Darío Mollá, SJ

@centroarrupevalencia

Encuentro Nacional de la Pastoral Migrante

En la ciudad de Luján, bajo el lema “Era extranjero y me recibiste en tu casa”, se reunió la Pastoral Migrantes e Itinerantes con la participación de delegados y movimientos presentes en 29 diócesis de Argentina.

Afirman que “la situación política, social, el maltrato institucional y la dolorosa y visible pobreza, agravan todas estas situaciones de vulnerabilidad de los migrantes e itinerantes.”

Con Mama Antula y el Cura Brochero, peregrinos y pastores, como referentes y junto con el Papa, denuncian que  “la trata de personas es una actividad innoble, una vergüenza para nuestras sociedades que se consideran civilizadas.”

Delegados y pastoralistas compartieron, a partir de las consignas “acoger, proteger, promover, integrar y celebrar”, los frutos del año vivido, cada uno desde su lugar y tarea, intentando ser instrumentos del Reino de Dios”.

“Sabemos que en nuestras actividades somos la cara visible de nuestra Iglesia. A los pies de María de Luján, reafirmamos nuestra convicción de ‘la inalienable dignidad sagrada de cada persona humana más allá de su origen, color y religión’”, concluyen.

Declaración del Encuentro t.ly/M2CFT

Web de la Pastoral con Migrantes cemi.org.ar/

Sagrado Corazón de Jesús mosaico Curia General sj

La Compañía de Jesús y el Corazón de Cristo

La Compañía de Jesús no puede existir si su corazón no está en sintonía con el corazón de Jesús. Somos un grupo humano “con corazón”, es decir, sensible, capaz de ser movido y agitado por diferentes vientos. Somos un cuerpo llamado a discernir los sentimientos que nos habitan y seguir al Espíritu Santo, que nos mueve a través de ellos. Poner y mantener el corazón de la Compañía en sintonía con el Corazón de Jesús es la prioridad que fundamenta y alimenta nuestra vida-misión.

[…] A través del corazón de Jesús se nos revela el verdadero y único rostro de Dios. El Dios amor que es todo ternura, y como lo experimentamos en su infinita misericordia para con los seres humanos.

El corazón de Jesús es un corazón atravesado por la lanza del soldado, instrumento de los poderes terrenales que han pretendido, y siguen pretendiendo, distorsionar el rostro amoroso, tierno y misericordioso del Dios creador de toda vida. […]

Renovar la consagración del cuerpo de la Compañía al corazón de Jesús significa ponernos de rodillas ante el Padre. […] Es abrir el corazón de este cuerpo universal de la Compañía para que Dios Padre nos conceda que su Espíritu nos fortalezca interiormente y así Cristo habite, por la fe, en nuestros corazones y en el corazón de la Compañía.

Allí encontramos la fuente de nuestro carisma por el cual podemos ser arraigados y cimentados en el amor. Más aún, podremos comprender con todo el pueblo de Dios, la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, y experimentar ese amor que sobrepasa todo conocimiento humano, para que así queden ustedes colmados con la plenitud misma de Dios. […]

El carisma de la Compañía de Jesús no es para ella misma sino para colaborar en la misión redentora, reconciliadora, de Jesús en la historia. Es un carisma para contribuir al cuerpo de Cristo que es la Iglesia llamada a predicar la Buena Noticia a toda la humanidad. San Pablo lo expresa con gran simplicidad y profundidad: “A mí, el más insignificante de todos los fieles, se me ha dado la gracia de anunciar a los paganos la incalculable riqueza que hay en Cristo, y dar a conocer a todos cómo va cumpliéndose este designio de salvación, oculto desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo.”

El cuerpo universal de la Compañía, consagrado al corazón de Jesús, en el siglo XXI ha sido también enviado, con otros en una misión de reconciliación y justicia. Las Preferencias Apostólicas Universales orientan el modo concreto como hemos sido enviados por el Papa Francisco a vivir y realizar esta misión en este momento de la historia humana. Esta semana hemos puesto delante de nuestros ojos la magnitud del desequilibrio ecológico que afecta nuestro planeta, los inmensos riesgos que representa para la humanidad, especialmente para los pobres, y la emergencia de atender el cuidado de la casa común, que parte de sentirlo en el corazón del cuerpo apostólico y abrirnos a la conversión de nuestro estilo de vida-misión en todos sus niveles.

El corazón de Jesús, atravesado por la lanza, está deseoso de bañarnos con su sangre y agua. Que la participación en esta eucaristía aumente nuestro deseo de recibir la gracia que se nos ofrece, fortalezca nuestro arraigo en el Señor y nos mueva a la creatividad apostólica en colaboración al cuidado de la Casa Común.

7 de junio de 2024

Texto adaptado de la homilía del Padre General en la fiesta del Sagrado Corazón 2024