TANI: Acompañar Procesos de Fe-Vida

El pasado fin de semana (18 y 19 de octubre) se llevó a cabo una nueva edición del Taller para Animadores de Núcleos Ignacianos (TANI). Este taller está dirigido a jóvenes que tengan algún rol de liderazgo o influencia dentro de sus núcleos, y tiene el objetivo de brindar herramientas que ayuden a ejercer este rol y amplíen el horizonte de posibilidades de respuesta frente a las diversas situaciones que pueden presentarse dentro de cualquier grupo.

Este año, el TANI tuvo un matiz diferente. Años anteriores la propuesta del ofrecía herramientas para conocer y analizar el funcionamiento de los grupos y el rol del líder dentro del mismo. Este año, la propuesta se generó desde el Centro Manresa (el Centro de Pastoral Juvenil y Vocacional en Córdoba, Argentina), DSCN8169y en ella se planteó la idea de trabajar a la luz de los ejes de la Red Juvenil Ignaciana: Formación Integral, Espiritualidad, Compromiso Apostólico y Vida Comunitaria.

El título del TANI este año fue “Acompañar Procesos de Fe-Vida” y estuvo dirigido, especialmente, a contemplar la integración (o desintegración) que se da entre lo que constituye la vida de fe de cada persona, con sus espacios de oración, sus actividades de servicio, etc. con el resto de su vida. Con esto se busca, por un lado, hacer hincapié en el tema de la coherencia, invitando a cada uno a preguntarse sobre el grado de comunión o disociación que puede haber entre la Fe (sus experiencias y actividades propias), y la vida cotidiana.

Por otro lado, el TANI tuvo como objetivo también, ayudar visualizar cuánto de estos procesos personales afectan la vida apostólica y de Fe.

Trabajo por etapas

El primer día, el trabajo se centró en los ejes de Espiritualidad y Formación Integral, por lo que tuvo un tinte más introspectivo. La invitación de este día fue a mirar la propia vida desde los deseos, en clave ignaciana y teniendo en cuenta algunas reglas de discernimiento de San Ignacio.

DSCN8003Este día la dinámica fue intercalando los espacios de trabajo personal, con los momentos de compartir en pequeños grupos y como comunidad.

El segundo día la invitación estuvo más dirigida a ‘mirar hacia afuera’ y preguntarse qué hago con esos deseos que atraviesan la interioridad de la persona y la definen.

El trabajo con los ejes de Compromiso Apostólico y Vida Comunitaria estuvo atravesado por una invitación a no vivir ensimismados, sólo contemplando lo que cada uno, individualmente, desea, hace y es; sino mirando a otros. Otros con quienes encontrarse para compartir, construir y ponerse al servicio.

En comunión con esta consigna, el trabajo en estas dos dimensiones no se limitó a la escucha atenta de los expositores, sino también a poner manos a la obra para generar material (imágenes, videos, audios, textos escritos) con el objetivo de transmitir algo de lo vivido a otros jóvenes.

Santos Mártires Rioplatenses

“Las Reducciones jesuitas en la región del Paraguay son ampliamente conocidas. Para muchos, ellas son el mejor trabajo apostólico de la Compañía. San Roque González es el primer americano que se entrega a la noble evangelización de sus compatriotas guaraníes.

De San Alfonso Rodríguez decían: ‘Fue a acabar la Tercera Probación entre los guaycurúes, que es la más trabajosa reducción. Ha comenzado a predicar en aquella lengua. Es el primer Padre que ha comenzado a vencer esta dificultad, porque es el idioma más difícil de la tierra’.

Mártires de las Reducciones del Paraguay. Dieron su vida en defensa de los más necesitados. Murieron por su manera de hacer las cosas siempre centradas en Jesús y el Evangelio”.

Fuente: Ser Jesuita

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Son los primeros mártires de las misiones del Río de la Plata. La Iglesia universal los celebra el 17 de Noviembre, pero la Compañía de Jesús el 16.

San Roque González de Santa Cruz nació en Asunción del Paraguay. Fue ordenado sacerdote diocesano a los 22 años. Sin embargo sus anhelos de misión lo llevaron a ingresar en la Compañía de Jesús en 1609. Una vez puesto en camino fundó 10 reducciones o pueblos en las famosas reducciones guaraníticas del Paraguay. Uno de esos pueblos fue la actual Yapeyú.

Juan del Castillo y Alfonso Rodríguez fueron dos sacerdotes jesuitas españoles enviados a las misiones en el Río de la Plata.

Los tres, pertenecientes a la Compañía de Jesús fueron muertos en fechas muy cercanas. Roque González, de 52 años, y su compañero Alfonso Rodríguez, murieron en la reducción de Todos los Santos del Caaró, el 15 de noviembre de 1658. Juan del Castillo, dos días después en el pueblo de Asunción de Ijuhí.

Los tres mártires fueron canonizados en 1988 por Juan Pablo II durante su visita apostólica al Paraguay.

Noviembre: Mes de Todos Los Santos y Beatos de la Compañía

El 5 de noviembre es el día de todos los Santos y Beatos Jesuitas. También es el día de la oración por las vocaciones a la Compañía porque pedimos al Señor, junto con nuestros Santos y Beatos, que envíe más vocaciones a la Compañía de Jesús.

En esta fecha los religiosos, laicos y la comunidad ignaciana del mundo entero agradecen por los Santos y Beatos jesuitas que contribuyeron en la predicación y vivencia del Evangelio y en la construcción de un mundo más igualitario y fraterno. Este agradecimiento es acompañado por la petición al Santo Padre para que siga enviando muchas, de calidad y santas vocaciones de hermanos y sacerdotes a la Compañía de Jesús.

Rezar por las Vocaciones

Orar es ponerse en camino a la espera del Señor que recrea horizontes y llena los pulmones de aire fresco. Inspirados en Ignacio de Loyola podríamos decir que la oración de petición es dejarse llevar por la dinámica más profunda y auténtica de aquellos deseos que tienden a liberarnos del propio “amor querer e interés” (Cfr.EE, 189). Orar es asumir la vida que anhelamos como un don y como una tarea; orar es acoger los deseos que Dios pone en nuestros corazones, los cuales, al igual que los retoños henchidos de vida frágil y en estado de promesa, albergan los frutos que habrán de saborearse en el tiempo de la cosecha. (Armando Raffo SJ)

Contemplando y agradeciendo la vida, entrega y ejemplo de estos jesuitas, estamos invitados, a lo largo de todo este mes de Noviembre a a pedir de manera especialmente por las vocaciones que el Señor quiera regalar a la Compañía de Jesús; y por todos los jesuitas que conocemos. Para que Dios le de vitalidad en la nuestra vocación y una vida entregada que sea como un fuego que enciende otros fuegos.

Primera Sesión en el Aula y Dimisión de Adolfo Nicolás SJ

En el trascurso de la mañana el P. Nicolás ha presentado la dimisión y ha pedido su aceptación a la Congregación, a lo que ésta ha respondido afirmativamente. El padre Grummer, a partir de ese momento, se ha hecho cargo de la responsabilidad de la Compañía como Vicario General.

En la fiesta de San Francisco de Borja, patrón de la Curia General, el P. James Grummer ha invitado a la asamblea a ponerse en pie para invocar el Espíritu Santo cantando el Veni Creator. Inmediatamente ha invitado al P. General a tomar la palabra. Éste ha anunciado que confiaba la animación de la Congregación al P. Grummer y que lo elegía como Vicario General de la Compañía para el período que habría de preceder a la elección de un nuevo General. En este momento el P. Adolfo Nicolás ha preferido abandonar la tribuna y pasar a sentarse entre los demás miembros de la Congregación. Se ha retomado la oración.

El P. Grummer ha presentado el equipo de secretarios que tomarán nota de las intervenciones orales durante la Congregación. A continuación se han presentado los intérpretes, precisando cada uno las lenguas con las que trabaja. Se han descrito las responsabilidades del equipo técnico. Tras ello la asamblea se consideraba dispuesta a comenzar oficialmente el trabajo, cuya primera etapa consistía en constatar que todos los convocados estaban presentes, que la Congregación se consideraba “completa”.

Fuente: gc36.org

 

Misa de Apertura de la CG 36

El domingo 2 de octubre los 215 miembros de la Congregación General 36 celebraron la Eucaristía en la Iglesia del Gesù, comenzando con ello oficialmente los trabajos de la asamblea. La misa fue presidida por el padre Bruno Cadoré, Maestro de la Orden de Predicadores. Según una tradición consolidada desde hace muchos años, se invitaría al superior de los Dominicos para celebrar el funeral del General de los Jesuitas. En este caso, ha sido invitado a presidir la celebración de apertura de la Congregación que recibirá la renuncia de Adolfo Nicolás SJ. Esta será la primera tarea de la Congregación antes de proceder a la discusión del estado de la Compañía y de la elección del nuevo General.

 Durante la eucaristía de apertura de la Congregación general, el Maestro de la Orden de los Predicadores pronunció una homilía inspirada en los textos bíblicos ofrecidos por la liturgia del día, 27º domingo del tiempo ordinario: versos del profeta Habacuc, de la carta de san Pablo a Timoteo y del capitulo 17 del evangelio de san Lucas.

Homilía Completa del P. Bruno Cadoré

Señor, ¡aumenta en nosotros la fe!

Este pedido urgente al Señor es la más bella oración que se pueda imaginar para «abrir» la celebración de su Congregación General. Y, en el Evangelio que acaba de ser proclamado, Jesús destaca dos razones por las que dicha oración es tan apropiada. La fe es necesaria – aunque sea tan modesta en apariencia como un grano de mostaza – porque se trata de arriesgarse a intentar lo improbable: «podrían decir a este árbol: desarráigate y vete a plantar en el mar, y los obedecería». La fe es necesaria, más aún, porque es necesario comprender que, aunque intentemos lo increíble, ¡debemos arriesgarnos a decir: «somos simples servidores: sólo hemos cumplido con nuestro deber»! Una asamblea como la de ustedes, enraizada en una tradición de evangelización tan rica, y llena de tantas experiencias de unos y de otros, se desarrollará sin duda entre el deber de llamar continuamente a la Compañía a intentar la audacia de lo «improbable», y a la voluntad evangélica de hacerlo con la humildad de aquellos que saben que, en este servicio donde el ser humano pone toda su energía, «todo depende de Dios».14516563_917710125040256_6227913518229465090_n

Pero ¿es posible para nosotros tener esa audacia de lo improbable, esa audacia del Evangelio, audacia de vuestro fundador Ignacio que funda su Compañía, pequeña como un grano de mostaza, en un tiempo de crisis, de necesidad de fraternidad y frente a desafíos inmensos? Me parece que es la pregunta que atormenta al profeta Habacuc: «¿Hasta cuándo clamaré a ti, Señor, sin que me escuches? ¿Te gritaré: «Violencia», sin que me salves?». Muchos de ustedes podrían enunciar las maldiciones del profeta que explican la fuerza con la que interpela a su Dios. Hoy todavía el mundo está desfigurado por aquellos que acumulan lo que no les pertenece, que persiguen antes que nada sus propios intereses, construyen un mundo sobre la sangre de muchos olvidados que son manipulados, inventan continuamente nuevos ídolos. Violencias, que desfiguran el rostro de lo humano en las personas, las sociedades y los pueblos. Lo más improbable, en este contexto, tal vez no sea derrocar con nuestras manos humanas y dentro de los límites de nuestra inteligencia y de nuestras capacidades, tales violencias para poner el mundo un poco más al derecho. Es necesario, por supuesto, arriesgarse a buscar el modo de remendar lo que está roto. Pero la verdadera audacia de lo improbable ¿no consiste en hacer oír, en medio de ese trabajo de «remiendo», la voz de Aquel que, contra viento y marea, conduce a su pueblo y le da la fuerza de vivir por medio de su fidelidad? Que el Señor les conceda la gracia, a lo largo de sus reflexiones y discernimiento, de dejarse guiar, engendrar, por la audacia de hacer oír por medio de vuestro compromiso, sus palabras, sus solidaridades, la voz siempre inesperada de Aquel que espera el mundo, que vence la muerte y establece la vida, Aquel a quien ustedes buscan darle la mayor gloria. Lejos de ser ingenua, esta audacia es realista. El apóstol Pablo, en su segunda carta a Timoteo, nos ayuda a comprender la razón. Es una audacia realista, en primer lugar, porque se apoya sobre un primer don: «Revive el don gratuito de Dios», invitación que hace eco a otras formuladas por el Apóstol «Con solicitud incansable y fervor en el Espíritu, sirvan al Señor.» (Rm 12, 11). «No apaguéis el Espíritu» (1Te 5, 19). Probablemente la principal tarea de una Congregación, como la que inicians hoy, consiste en buscar la audacia de lo improbable en la fidelidad a la obra del Espíritu. Encontrar la fuerza y la creatividad de la fidelidad en el soplo que nos llega del Espíritu y que nos conduce al encuentro y a la escucha del otro, que abre en el corazón del hombre el manantial de la compasión, que consolide la alianza indefectible con aquellos que nos han sido confiados. Pero la audacia de lo improbable es realista, también, porque busca continuamente estar al unísono con Aquel de quien Pablo, soportando sus sufrimientos, fue hecho heraldo, apóstol y doctor, Jesucristo el Salvador que hizo lo improbable cuando destruyó la muerte e hizo brillar la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio (v. 9-12). La audacia de la evangelización está orientada hacia el rostro del Salvador, de cuya voz busca hacer oír, cuyo misterio busca hacer percibir. El misterio de esa voz es que ella tiene como única pretensión el afirmar que en el afrontar humildemente el absurdo de la vida dada se puede abrir en este mundo el camino de un nuevo nacimiento a la vida.

Aumenta nuestra fe, pedían los apóstoles. Pero, ¿cómo les surge esta pregunta? ¿Cómo responderemos en nuestro tiempo a la necesidad urgente de vivir como hombres de fe, contemplativos en acción, hombres cuya vida será realmente entregada por los demás?

Bruno-Cadore

Recordaréis que, en el Evangelio de Lucas, el pasaje que hoy hemos escuchado es la continuación de una enseñanza de Jesús sobre la vida entre los hermanos. Es inevitable que surjan escándalos, y debéis estar atentos para no llevar al pecado a uno sólo de estos pequeños. A continuación, está la enseñanza sobre el perdón ininterrumpido concedido al hermano, una vez, siete veces… Y ¡ahí aparece la pregunta de los apóstoles! En el fondo, siempre es lo mismo: come el Reino, lo improbable nunca está lejos de ti. Sí, por supuesto, es la búsqueda apasionada de abrir en este mundo caminos para la sabiduría, caminos donde la palabra y los proyectos humanos cobren sentido en la búsqueda de construir un mundo hospitalario para el hombre. Pero aquello que puede dar un fuego interior a esta búsqueda apasionada es la experiencia concreta, a veces banal y con frecuencia difícil, del perdón. Es experiencia de sobreponerse a la ofensa para dar, de nuevo, sin condiciones, la vida en abundancia. Esa experiencia que lleva a descubrir que uno tiene en sí mismo una vida mucho más fuerte, mucho más bella, que la que uno creía poseer, una vida que encuentra su verdad plena cuando se desprende de sí misma para ofrecerse al otro. Experiencia de vida fraterna, cuyo testimonio es tan importante hoy. Creo que no es gratuito si en el Evangelio de hoy, Jesús continua con la evocación del simple servidor. ¿De qué es exactamente servidor? De una mesa, mesa de pecadores, mesa de acogida de todos donde está invitados ciegos y cojos, fariseos y publicanos, adúlteros y hombres de bien. Ignacio, vuestro fundador, hacía esta oración: «Señor Jesús, enséñanos a ser generosos, a amaros como Vos lo merecéis, a dar sin contar, a combatir sin preocuparme de las heridas, a trabajar sin buscar el descanso, a gastarme sin esperar otra recompensa que el saber que hacemos vuestra Santa Voluntad» ¿No es esta una invitación, hoy todavía, a ponernos al servicio de esa mesa?

Mesa de Emaús, donde el simple servidor aprende su oficio dejándose guiar por su primer compañero, Jesucristo el Salvador. ¡Señor, aumenta nuestra fe!

Fuente: gc36.org

Reflexión del Evangelio, Domingo 21 de Agosto

Evangelio según San Lucas 13,22-30.

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”. Él respondió: “Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Y él les responderá: ‘No sé de dónde son ustedes’. Entonces comenzarán a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas’. Pero él les dirá: ‘No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!’. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos”.

Reflexión del Evangelio – Por Franco Raspa SJ

No son pocas las veces que los evangelistas resaltan en las enseñanzas proféticas de Jesucristo, la temática de la “estrechez de la puerta”, lo “angosto del camino”, o lo “pequeño del ojo de la aguja”; por la que el hombre se haya invitado a pasar, para hallar la salvación.

En el evangelio de este domingo Jesús, en su camino a Jerusalén, se detiene ante la pregunta de una persona del pueblo que le dice, si es verdad que son pocos los que se salvan. Duda, que quizá nos asalta de alguna manera a muchos de nosotros.

Si bien Jesús, podría haber finalizado la conversación con un simple sí o un no, prefiere dejar que la respuesta provenga también del mismo hombre.

La respuesta del Señor, se realiza en un doble plano: comienza por poner un ejemplo cotidiano, que le permitirá ir a una profundidad mayor. Para ello, empieza por traer a escena la imagen de la “puerta estrecha”, cuadro muy familiar para los habitantes de Jerusalén. Ella, se hallaba oculta en el muro que cubría al templo, de modo que solo podían pasar por ella aquellos que la conociesen. Su estrechez, hacía no solo, que una persona a la vez pudiese atravesarla, sino también, que ésta debía pasar sin cargamentos.

Los evangelios nos relatan que esa “puerta estrecha”, es Jesucristo. Él mismo se sabe la puerta, por la cual podemos encontrarnos con Dios. El llamado que Jesús realiza, parece dirigirse a todos los hombres. Aquellos, dice el Señor, vendrán de los cuatro puntos cardinales a ocupar el lugar, que el Padre les tiene asignado en su Reino. Ya vienen en camino, uno por uno pasando por la puerta de Dios, Jesucristo; para reunirse en el gran banquete, que la divinidad nos tiene preparado.

No obstante, el Señor en su inmensa bondad respeta nuestra libertad de hijos e hijas de Dios. En la respuesta de cada uno de nosotros, al amor gratuito de Dios, se haya la posibilidad de abrazar esa salvación, a la que la entrañable misericordia de Dios nos invita.

El peligro más grande que amenaza dicha respuesta de amor, es el quedarnos encerrados en nuestro amor propio. Sin dejar un ápice de vida para el amor de Dios. La respuesta más maravillosa que podamos dar, a lo largo de toda nuestra vida, será ir reconociendo ese Amor más grande de Dios, en aquellos que el Señor ha puesto en nuestro camino. Y en ese dejarme afectar por Dios, ir vaciándome de mi en los demás. Abajamiento, que más que dejarnos solos, nos llenará del amor del que nos habla Jesucristo. Porque solo en la compañía del Señor, encontraremos quienes somos realmente. Amor que se dona y se abaja para los demás.

Dejemos que las palabras del Señor, nos hablen del movimiento del amor. Pongamos oído al susurro que surge en nuestro interior, y lancémonos a la experiencia amorosa del paso, a través de la “puerta estrecha” de Dios.

Red Juvenil Ignaciana Santa Fe

«Muchos relatos, una sola Historia” – Franco Raspa SJ

“Muchas llamas, un solo fuego: muchos relatos, una sola historia”

Este es el título en el que se encuadran una serie de Videos Vocacionales producidos por el Equipo de Comunicación de la Red Juvenil Ignaciana en Santa Fe.

En ellos, varios jesuitas, argentinos y uruguayos contestan a preguntas como: ¿Qué le dirías a un joven que quiere ser jesuita? ¿Alguna vez tuviste dudas? ¿Qué te ayudó a perseverar en los momentos difíciles? ¿Cómo viven los jesuitas su vocación hacia los más necesitados? ¿Cómo vive un jesuita la pobreza?

Y muchas más…

En los días cercanos a la fiesta de San Ignacio de Loyola estaremos compartiendo estos videos. ¡No te pierdas ninguno!

Franco Raspa – ¿Qué significa ser Jesuita? 

 

Marcelo Amaro SJ será el Nuevo Delegado de Juventudes y Vocaciones

El Presidente de la Conferencia de Provinciales en America Latina (CPAL) ha nombrado como nuevo Delegado de Juventudes y Vocaciones al P. Marcelo Amaro, SJ. Quien asumirá como Delegado la primera semana de septiembre, durante la reunión semestral del Equipo Ejecutivo de la CPAL.

El P. Amaro, de 46 años, es Ayudante del Maestro de Novicios de Argentina-Uruguay en Córdoba, Argentina y Encargado del Plan de Pastoral Juvenil y Vocacional en Argentina y Uruguay

 En su tarea, Marcelo Amaro sustituirá al Padre Victor Hugo Miranda, que ahora ha sido destinado como Superior y Coordinador de la Plataforma de Piura.

Desde la CPAL se agradece profundamente el trabajo realizado por Victor Hugo y le desean al P. Marcelo un buen trabajo.

Fuente: CPAL SJ

El fútbol de los guaraníes en las misiones jesuíticas de Paraguay

Un documental presentado por el Gobierno paraguayo muestra varios testimonios que aseguran que el fútbol lo inventaron los guaraníes en 1639 en las misiones jesuíticas de Paraguay, mucho antes de que se registrara en Inglaterra. El Ministerio de Cultura presentó en la ciudad de San Ignacio Guazú, departamento de Misiones, en el Sur de Paraguay, el cortometraje documental llamado: «Los guaraníes inventaron el fútbol».

«Queremos proclamar ante el mundo que el fútbol no nace en Inglaterra, sino en la ciudad de San Ignacio Guazú del Paraguay», dice en la filmación disponible en Internet, el párroco de la localidad, Antonio Betancor. Respalda su teoría el sacerdote jesuita antropólogo y lingüista español, llegado hace 60 años a Paraguay, Bartolomeu Meliá. El religioso, está convencido de que los guaraníes ya jugaban al balompié los domingos después de ir a misa en las reducciones jesuíticas en el año 1639, según los registros de los jesuitas y del Vaticano.

Guaraníes inventaron el fútbol en el año 1639

«Era el deporte dominguero por excelencia en las plazas misioneras pero no se sabía en Europa», dice Meliá, quien afirma que las primeras reglas del fútbol inglés datan de 1846. Según dice en el documental Julio Galeano, guía del Museo Jesuítico de San Ignacio Guazú, los nativos guaraníes usaban el caucho para hacer pelotas de goma a las que llamaban mangá en guaraní.

«Justo en este lugar, en la Plaza de Armas, terminaban la doctrina y hacían una rueda y se pasaban la pelota con los pies, pero el partido siempre terminaba cero a cero porque no había aro», dice en guaraní Galeano. «El fútbol, un deporte hoy mundial, nace en las reducciones jesuíticas de Paraguay, en San Ignacio tenemos crónicas históricas del nacimiento de este deporte que hoy hace parte de la vida de nuestro pueblo», asegura el sacerdote Alberto Luna, provincial de los jesuitas en Paraguay.

Según la ministra de Cultura paraguaya, Mabel Causarano, el padre Antonio Ruiz de Montoya en el libro «Tesoro de la lengua guaraní» (Madrid, 1639) habla ya de las pelotas de juego con los pies y de qué material se hacían.

El documental también cuenta con la participación de personalidades del ambiente futbolístico local y el patrocinio de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC).

Fuente: www.dparaguay.com

 

Reflexión del Evangelio, Domingo 27/09

Por Matías Yunes SJ

Las lecturas de hoy son duras e incisivas. Y muchas veces le esquivamos a la dureza del Evangelio. Intentamos matizarla con interpretaciones más dulzonas, pero la crudeza de las palabras siguen ahí, calando hondo. Sin duda, estamos en un tiempo particular. Es tiempo de dejar de lado nuestros planes y escuchar a los profetas. El Papa durante su visita a Cuba sintió este llamado en su reunión con los religiosos de la Isla. Ante el testimonio de dos consagrados que hablaron de sus experiencias de pobreza, dejó a un lado su discurso preparado y reflexionó espontáneamente sobre las palabras que acababa de escuchar. Estamos en tiempos donde el Espíritu sopla donde quiere y donde la acción de Dios supera las barreras de nuestros ámbitos conocidos. ¿Cuántos de nosotros, durante esta semana, no hemos quedado sorprendidos por la acción de Dios a través de los gestos del Papa en su recorrido histórico por Cuba y EEUU?. Cuántas barreras se salta el Espíritu cuando lo dejamos soplar y no lo “encorsetamos” donde nos parece más cómodo escucharlo.

Las palabras de Jesús en el Evangelio son un reflejo de las de Moisés a los sabios del pueblo del AT. “El que no está contra nosotros está con nosotros”. Aquí no hay camisetas que valgan ni bandos delimitados. No era común la acción profética en tiempos del éxodo, pero Moisés se da cuenta que Dios quiere transmitir su espíritu a otros para que le ayuden con su misión. “Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor”. Ojalá todos podamos abrirnos a la acción vivificadora del Espíritu que es novedad constante en nuestras rutinarias y acomodadas vidas.

Hablando de profetas, Santiago no tiene pelos en la lengua. Una segunda lectura difícil de digerir. El lujo y el placer de los ricos es la fuente de sus desgracias. La autosuficiencia es la condena que cada uno puede sentenciarse a sí mismo. Ya lo decía también el Papa en estos días: “en el mundo no hay lugar para la pobreza (…) El espíritu mundano no la conoce, no la quiere, la esconde, no por pudor, sino por desprecio, y si tiene que pecar y ofender a Dios para que no le llegue la pobreza lo hace. El espíritu del mundo no ama el camino del Hijo de Dios que se vació a sí mismo, se hizo pobre, se hizo nada, se humilló para ser uno de nosotros”.

Y Jesús nos amonesta con la misma dureza. Si por sólo mirarnos a nosotros mismos somos escándalo para los pequeños nuestra vida no tiene mucho sentido. Los pequeños son los pobres, los indefensos, las víctimas de la injusticia, el hermano que pide mi ayuda. Por lo tanto, si nuestra mano no es ocasión para que la estrechemos hacia otros y los sirvamos con justicia, mejor será cortarla. Porque, aunque sea de nuestras posesiones más preciadas y únicas, no nos servirá retenerlas para nosotros egoístamente. Si nuestros ojos no saben reconocer las dolencias que sufren nuestros hermanos o nunca han visto la necesidad del que grita a nuestro lado, arranquémoslos. Porque habrán perdido la capacidad de sorpresa ante una realidad que necesita de nuestra compasión.

Podríamos matizar nuestro mensaje sabiendo, sin duda, que la invitación de las palabras de Jesús no son a provocarnos un daño físico a nosotros mismos, pero ¿no sería más doloroso que nuestra automutilación la experiencia de una vida vacía y sinsentido por no dejarnos interpelar por los otros y reconocer en la historia la acción de Dios que nos pide una respuesta?