Primera Sesión en el Aula y Dimisión de Adolfo Nicolás SJ

En el trascurso de la mañana el P. Nicolás ha presentado la dimisión y ha pedido su aceptación a la Congregación, a lo que ésta ha respondido afirmativamente. El padre Grummer, a partir de ese momento, se ha hecho cargo de la responsabilidad de la Compañía como Vicario General.

En la fiesta de San Francisco de Borja, patrón de la Curia General, el P. James Grummer ha invitado a la asamblea a ponerse en pie para invocar el Espíritu Santo cantando el Veni Creator. Inmediatamente ha invitado al P. General a tomar la palabra. Éste ha anunciado que confiaba la animación de la Congregación al P. Grummer y que lo elegía como Vicario General de la Compañía para el período que habría de preceder a la elección de un nuevo General. En este momento el P. Adolfo Nicolás ha preferido abandonar la tribuna y pasar a sentarse entre los demás miembros de la Congregación. Se ha retomado la oración.

El P. Grummer ha presentado el equipo de secretarios que tomarán nota de las intervenciones orales durante la Congregación. A continuación se han presentado los intérpretes, precisando cada uno las lenguas con las que trabaja. Se han descrito las responsabilidades del equipo técnico. Tras ello la asamblea se consideraba dispuesta a comenzar oficialmente el trabajo, cuya primera etapa consistía en constatar que todos los convocados estaban presentes, que la Congregación se consideraba “completa”.

Fuente: gc36.org

 

Misa de Apertura de la CG 36

El domingo 2 de octubre los 215 miembros de la Congregación General 36 celebraron la Eucaristía en la Iglesia del Gesù, comenzando con ello oficialmente los trabajos de la asamblea. La misa fue presidida por el padre Bruno Cadoré, Maestro de la Orden de Predicadores. Según una tradición consolidada desde hace muchos años, se invitaría al superior de los Dominicos para celebrar el funeral del General de los Jesuitas. En este caso, ha sido invitado a presidir la celebración de apertura de la Congregación que recibirá la renuncia de Adolfo Nicolás SJ. Esta será la primera tarea de la Congregación antes de proceder a la discusión del estado de la Compañía y de la elección del nuevo General.

 Durante la eucaristía de apertura de la Congregación general, el Maestro de la Orden de los Predicadores pronunció una homilía inspirada en los textos bíblicos ofrecidos por la liturgia del día, 27º domingo del tiempo ordinario: versos del profeta Habacuc, de la carta de san Pablo a Timoteo y del capitulo 17 del evangelio de san Lucas.

Homilía Completa del P. Bruno Cadoré

Señor, ¡aumenta en nosotros la fe!

Este pedido urgente al Señor es la más bella oración que se pueda imaginar para «abrir» la celebración de su Congregación General. Y, en el Evangelio que acaba de ser proclamado, Jesús destaca dos razones por las que dicha oración es tan apropiada. La fe es necesaria – aunque sea tan modesta en apariencia como un grano de mostaza – porque se trata de arriesgarse a intentar lo improbable: «podrían decir a este árbol: desarráigate y vete a plantar en el mar, y los obedecería». La fe es necesaria, más aún, porque es necesario comprender que, aunque intentemos lo increíble, ¡debemos arriesgarnos a decir: «somos simples servidores: sólo hemos cumplido con nuestro deber»! Una asamblea como la de ustedes, enraizada en una tradición de evangelización tan rica, y llena de tantas experiencias de unos y de otros, se desarrollará sin duda entre el deber de llamar continuamente a la Compañía a intentar la audacia de lo «improbable», y a la voluntad evangélica de hacerlo con la humildad de aquellos que saben que, en este servicio donde el ser humano pone toda su energía, «todo depende de Dios».14516563_917710125040256_6227913518229465090_n

Pero ¿es posible para nosotros tener esa audacia de lo improbable, esa audacia del Evangelio, audacia de vuestro fundador Ignacio que funda su Compañía, pequeña como un grano de mostaza, en un tiempo de crisis, de necesidad de fraternidad y frente a desafíos inmensos? Me parece que es la pregunta que atormenta al profeta Habacuc: «¿Hasta cuándo clamaré a ti, Señor, sin que me escuches? ¿Te gritaré: «Violencia», sin que me salves?». Muchos de ustedes podrían enunciar las maldiciones del profeta que explican la fuerza con la que interpela a su Dios. Hoy todavía el mundo está desfigurado por aquellos que acumulan lo que no les pertenece, que persiguen antes que nada sus propios intereses, construyen un mundo sobre la sangre de muchos olvidados que son manipulados, inventan continuamente nuevos ídolos. Violencias, que desfiguran el rostro de lo humano en las personas, las sociedades y los pueblos. Lo más improbable, en este contexto, tal vez no sea derrocar con nuestras manos humanas y dentro de los límites de nuestra inteligencia y de nuestras capacidades, tales violencias para poner el mundo un poco más al derecho. Es necesario, por supuesto, arriesgarse a buscar el modo de remendar lo que está roto. Pero la verdadera audacia de lo improbable ¿no consiste en hacer oír, en medio de ese trabajo de «remiendo», la voz de Aquel que, contra viento y marea, conduce a su pueblo y le da la fuerza de vivir por medio de su fidelidad? Que el Señor les conceda la gracia, a lo largo de sus reflexiones y discernimiento, de dejarse guiar, engendrar, por la audacia de hacer oír por medio de vuestro compromiso, sus palabras, sus solidaridades, la voz siempre inesperada de Aquel que espera el mundo, que vence la muerte y establece la vida, Aquel a quien ustedes buscan darle la mayor gloria. Lejos de ser ingenua, esta audacia es realista. El apóstol Pablo, en su segunda carta a Timoteo, nos ayuda a comprender la razón. Es una audacia realista, en primer lugar, porque se apoya sobre un primer don: «Revive el don gratuito de Dios», invitación que hace eco a otras formuladas por el Apóstol «Con solicitud incansable y fervor en el Espíritu, sirvan al Señor.» (Rm 12, 11). «No apaguéis el Espíritu» (1Te 5, 19). Probablemente la principal tarea de una Congregación, como la que inicians hoy, consiste en buscar la audacia de lo improbable en la fidelidad a la obra del Espíritu. Encontrar la fuerza y la creatividad de la fidelidad en el soplo que nos llega del Espíritu y que nos conduce al encuentro y a la escucha del otro, que abre en el corazón del hombre el manantial de la compasión, que consolide la alianza indefectible con aquellos que nos han sido confiados. Pero la audacia de lo improbable es realista, también, porque busca continuamente estar al unísono con Aquel de quien Pablo, soportando sus sufrimientos, fue hecho heraldo, apóstol y doctor, Jesucristo el Salvador que hizo lo improbable cuando destruyó la muerte e hizo brillar la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio (v. 9-12). La audacia de la evangelización está orientada hacia el rostro del Salvador, de cuya voz busca hacer oír, cuyo misterio busca hacer percibir. El misterio de esa voz es que ella tiene como única pretensión el afirmar que en el afrontar humildemente el absurdo de la vida dada se puede abrir en este mundo el camino de un nuevo nacimiento a la vida.

Aumenta nuestra fe, pedían los apóstoles. Pero, ¿cómo les surge esta pregunta? ¿Cómo responderemos en nuestro tiempo a la necesidad urgente de vivir como hombres de fe, contemplativos en acción, hombres cuya vida será realmente entregada por los demás?

Bruno-Cadore

Recordaréis que, en el Evangelio de Lucas, el pasaje que hoy hemos escuchado es la continuación de una enseñanza de Jesús sobre la vida entre los hermanos. Es inevitable que surjan escándalos, y debéis estar atentos para no llevar al pecado a uno sólo de estos pequeños. A continuación, está la enseñanza sobre el perdón ininterrumpido concedido al hermano, una vez, siete veces… Y ¡ahí aparece la pregunta de los apóstoles! En el fondo, siempre es lo mismo: come el Reino, lo improbable nunca está lejos de ti. Sí, por supuesto, es la búsqueda apasionada de abrir en este mundo caminos para la sabiduría, caminos donde la palabra y los proyectos humanos cobren sentido en la búsqueda de construir un mundo hospitalario para el hombre. Pero aquello que puede dar un fuego interior a esta búsqueda apasionada es la experiencia concreta, a veces banal y con frecuencia difícil, del perdón. Es experiencia de sobreponerse a la ofensa para dar, de nuevo, sin condiciones, la vida en abundancia. Esa experiencia que lleva a descubrir que uno tiene en sí mismo una vida mucho más fuerte, mucho más bella, que la que uno creía poseer, una vida que encuentra su verdad plena cuando se desprende de sí misma para ofrecerse al otro. Experiencia de vida fraterna, cuyo testimonio es tan importante hoy. Creo que no es gratuito si en el Evangelio de hoy, Jesús continua con la evocación del simple servidor. ¿De qué es exactamente servidor? De una mesa, mesa de pecadores, mesa de acogida de todos donde está invitados ciegos y cojos, fariseos y publicanos, adúlteros y hombres de bien. Ignacio, vuestro fundador, hacía esta oración: «Señor Jesús, enséñanos a ser generosos, a amaros como Vos lo merecéis, a dar sin contar, a combatir sin preocuparme de las heridas, a trabajar sin buscar el descanso, a gastarme sin esperar otra recompensa que el saber que hacemos vuestra Santa Voluntad» ¿No es esta una invitación, hoy todavía, a ponernos al servicio de esa mesa?

Mesa de Emaús, donde el simple servidor aprende su oficio dejándose guiar por su primer compañero, Jesucristo el Salvador. ¡Señor, aumenta nuestra fe!

Fuente: gc36.org

Reflexión del Evangelio, Domingo 21 de Agosto

Evangelio según San Lucas 13,22-30.

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”. Él respondió: “Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Y él les responderá: ‘No sé de dónde son ustedes’. Entonces comenzarán a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas’. Pero él les dirá: ‘No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!’. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos”.

Reflexión del Evangelio – Por Franco Raspa SJ

No son pocas las veces que los evangelistas resaltan en las enseñanzas proféticas de Jesucristo, la temática de la “estrechez de la puerta”, lo “angosto del camino”, o lo “pequeño del ojo de la aguja”; por la que el hombre se haya invitado a pasar, para hallar la salvación.

En el evangelio de este domingo Jesús, en su camino a Jerusalén, se detiene ante la pregunta de una persona del pueblo que le dice, si es verdad que son pocos los que se salvan. Duda, que quizá nos asalta de alguna manera a muchos de nosotros.

Si bien Jesús, podría haber finalizado la conversación con un simple sí o un no, prefiere dejar que la respuesta provenga también del mismo hombre.

La respuesta del Señor, se realiza en un doble plano: comienza por poner un ejemplo cotidiano, que le permitirá ir a una profundidad mayor. Para ello, empieza por traer a escena la imagen de la “puerta estrecha”, cuadro muy familiar para los habitantes de Jerusalén. Ella, se hallaba oculta en el muro que cubría al templo, de modo que solo podían pasar por ella aquellos que la conociesen. Su estrechez, hacía no solo, que una persona a la vez pudiese atravesarla, sino también, que ésta debía pasar sin cargamentos.

Los evangelios nos relatan que esa “puerta estrecha”, es Jesucristo. Él mismo se sabe la puerta, por la cual podemos encontrarnos con Dios. El llamado que Jesús realiza, parece dirigirse a todos los hombres. Aquellos, dice el Señor, vendrán de los cuatro puntos cardinales a ocupar el lugar, que el Padre les tiene asignado en su Reino. Ya vienen en camino, uno por uno pasando por la puerta de Dios, Jesucristo; para reunirse en el gran banquete, que la divinidad nos tiene preparado.

No obstante, el Señor en su inmensa bondad respeta nuestra libertad de hijos e hijas de Dios. En la respuesta de cada uno de nosotros, al amor gratuito de Dios, se haya la posibilidad de abrazar esa salvación, a la que la entrañable misericordia de Dios nos invita.

El peligro más grande que amenaza dicha respuesta de amor, es el quedarnos encerrados en nuestro amor propio. Sin dejar un ápice de vida para el amor de Dios. La respuesta más maravillosa que podamos dar, a lo largo de toda nuestra vida, será ir reconociendo ese Amor más grande de Dios, en aquellos que el Señor ha puesto en nuestro camino. Y en ese dejarme afectar por Dios, ir vaciándome de mi en los demás. Abajamiento, que más que dejarnos solos, nos llenará del amor del que nos habla Jesucristo. Porque solo en la compañía del Señor, encontraremos quienes somos realmente. Amor que se dona y se abaja para los demás.

Dejemos que las palabras del Señor, nos hablen del movimiento del amor. Pongamos oído al susurro que surge en nuestro interior, y lancémonos a la experiencia amorosa del paso, a través de la “puerta estrecha” de Dios.

Red Juvenil Ignaciana Santa Fe

«Muchos relatos, una sola Historia” – Franco Raspa SJ

“Muchas llamas, un solo fuego: muchos relatos, una sola historia”

Este es el título en el que se encuadran una serie de Videos Vocacionales producidos por el Equipo de Comunicación de la Red Juvenil Ignaciana en Santa Fe.

En ellos, varios jesuitas, argentinos y uruguayos contestan a preguntas como: ¿Qué le dirías a un joven que quiere ser jesuita? ¿Alguna vez tuviste dudas? ¿Qué te ayudó a perseverar en los momentos difíciles? ¿Cómo viven los jesuitas su vocación hacia los más necesitados? ¿Cómo vive un jesuita la pobreza?

Y muchas más…

En los días cercanos a la fiesta de San Ignacio de Loyola estaremos compartiendo estos videos. ¡No te pierdas ninguno!

Franco Raspa – ¿Qué significa ser Jesuita? 

 

Marcelo Amaro SJ será el Nuevo Delegado de Juventudes y Vocaciones

El Presidente de la Conferencia de Provinciales en America Latina (CPAL) ha nombrado como nuevo Delegado de Juventudes y Vocaciones al P. Marcelo Amaro, SJ. Quien asumirá como Delegado la primera semana de septiembre, durante la reunión semestral del Equipo Ejecutivo de la CPAL.

El P. Amaro, de 46 años, es Ayudante del Maestro de Novicios de Argentina-Uruguay en Córdoba, Argentina y Encargado del Plan de Pastoral Juvenil y Vocacional en Argentina y Uruguay

 En su tarea, Marcelo Amaro sustituirá al Padre Victor Hugo Miranda, que ahora ha sido destinado como Superior y Coordinador de la Plataforma de Piura.

Desde la CPAL se agradece profundamente el trabajo realizado por Victor Hugo y le desean al P. Marcelo un buen trabajo.

Fuente: CPAL SJ

El fútbol de los guaraníes en las misiones jesuíticas de Paraguay

Un documental presentado por el Gobierno paraguayo muestra varios testimonios que aseguran que el fútbol lo inventaron los guaraníes en 1639 en las misiones jesuíticas de Paraguay, mucho antes de que se registrara en Inglaterra. El Ministerio de Cultura presentó en la ciudad de San Ignacio Guazú, departamento de Misiones, en el Sur de Paraguay, el cortometraje documental llamado: «Los guaraníes inventaron el fútbol».

«Queremos proclamar ante el mundo que el fútbol no nace en Inglaterra, sino en la ciudad de San Ignacio Guazú del Paraguay», dice en la filmación disponible en Internet, el párroco de la localidad, Antonio Betancor. Respalda su teoría el sacerdote jesuita antropólogo y lingüista español, llegado hace 60 años a Paraguay, Bartolomeu Meliá. El religioso, está convencido de que los guaraníes ya jugaban al balompié los domingos después de ir a misa en las reducciones jesuíticas en el año 1639, según los registros de los jesuitas y del Vaticano.

Guaraníes inventaron el fútbol en el año 1639

«Era el deporte dominguero por excelencia en las plazas misioneras pero no se sabía en Europa», dice Meliá, quien afirma que las primeras reglas del fútbol inglés datan de 1846. Según dice en el documental Julio Galeano, guía del Museo Jesuítico de San Ignacio Guazú, los nativos guaraníes usaban el caucho para hacer pelotas de goma a las que llamaban mangá en guaraní.

«Justo en este lugar, en la Plaza de Armas, terminaban la doctrina y hacían una rueda y se pasaban la pelota con los pies, pero el partido siempre terminaba cero a cero porque no había aro», dice en guaraní Galeano. «El fútbol, un deporte hoy mundial, nace en las reducciones jesuíticas de Paraguay, en San Ignacio tenemos crónicas históricas del nacimiento de este deporte que hoy hace parte de la vida de nuestro pueblo», asegura el sacerdote Alberto Luna, provincial de los jesuitas en Paraguay.

Según la ministra de Cultura paraguaya, Mabel Causarano, el padre Antonio Ruiz de Montoya en el libro «Tesoro de la lengua guaraní» (Madrid, 1639) habla ya de las pelotas de juego con los pies y de qué material se hacían.

El documental también cuenta con la participación de personalidades del ambiente futbolístico local y el patrocinio de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC).

Fuente: www.dparaguay.com

 

Reflexión del Evangelio, Domingo 27/09

Por Matías Yunes SJ

Las lecturas de hoy son duras e incisivas. Y muchas veces le esquivamos a la dureza del Evangelio. Intentamos matizarla con interpretaciones más dulzonas, pero la crudeza de las palabras siguen ahí, calando hondo. Sin duda, estamos en un tiempo particular. Es tiempo de dejar de lado nuestros planes y escuchar a los profetas. El Papa durante su visita a Cuba sintió este llamado en su reunión con los religiosos de la Isla. Ante el testimonio de dos consagrados que hablaron de sus experiencias de pobreza, dejó a un lado su discurso preparado y reflexionó espontáneamente sobre las palabras que acababa de escuchar. Estamos en tiempos donde el Espíritu sopla donde quiere y donde la acción de Dios supera las barreras de nuestros ámbitos conocidos. ¿Cuántos de nosotros, durante esta semana, no hemos quedado sorprendidos por la acción de Dios a través de los gestos del Papa en su recorrido histórico por Cuba y EEUU?. Cuántas barreras se salta el Espíritu cuando lo dejamos soplar y no lo “encorsetamos” donde nos parece más cómodo escucharlo.

Las palabras de Jesús en el Evangelio son un reflejo de las de Moisés a los sabios del pueblo del AT. “El que no está contra nosotros está con nosotros”. Aquí no hay camisetas que valgan ni bandos delimitados. No era común la acción profética en tiempos del éxodo, pero Moisés se da cuenta que Dios quiere transmitir su espíritu a otros para que le ayuden con su misión. “Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor”. Ojalá todos podamos abrirnos a la acción vivificadora del Espíritu que es novedad constante en nuestras rutinarias y acomodadas vidas.

Hablando de profetas, Santiago no tiene pelos en la lengua. Una segunda lectura difícil de digerir. El lujo y el placer de los ricos es la fuente de sus desgracias. La autosuficiencia es la condena que cada uno puede sentenciarse a sí mismo. Ya lo decía también el Papa en estos días: “en el mundo no hay lugar para la pobreza (…) El espíritu mundano no la conoce, no la quiere, la esconde, no por pudor, sino por desprecio, y si tiene que pecar y ofender a Dios para que no le llegue la pobreza lo hace. El espíritu del mundo no ama el camino del Hijo de Dios que se vació a sí mismo, se hizo pobre, se hizo nada, se humilló para ser uno de nosotros”.

Y Jesús nos amonesta con la misma dureza. Si por sólo mirarnos a nosotros mismos somos escándalo para los pequeños nuestra vida no tiene mucho sentido. Los pequeños son los pobres, los indefensos, las víctimas de la injusticia, el hermano que pide mi ayuda. Por lo tanto, si nuestra mano no es ocasión para que la estrechemos hacia otros y los sirvamos con justicia, mejor será cortarla. Porque, aunque sea de nuestras posesiones más preciadas y únicas, no nos servirá retenerlas para nosotros egoístamente. Si nuestros ojos no saben reconocer las dolencias que sufren nuestros hermanos o nunca han visto la necesidad del que grita a nuestro lado, arranquémoslos. Porque habrán perdido la capacidad de sorpresa ante una realidad que necesita de nuestra compasión.

Podríamos matizar nuestro mensaje sabiendo, sin duda, que la invitación de las palabras de Jesús no son a provocarnos un daño físico a nosotros mismos, pero ¿no sería más doloroso que nuestra automutilación la experiencia de una vida vacía y sinsentido por no dejarnos interpelar por los otros y reconocer en la historia la acción de Dios que nos pide una respuesta?

Dar Gracias por la Creación

En consonancia con la última Encíclica de Francisco ‘Laudato Si’ y la próxima jornada de Oración por la Creación (propuesta por el Santo Padre para este martes 1° de Septiembre), Emmanuel Sicre Sj (estudiante jesuita), nos invita a dar gracias por la creación con estas oraciones:

 

Servicio Jesuita al Migrante

El Servicio Jesuita al Migrante (SJM), realizo un vídeo con parte de las entrevistas hechas a extranjeros que viven en nuestro país, en el marco del proyecto «Por una cultura de la hospitalidad y del encuentro», buscando dar a conocer el trabajo que realizan con los migrantes.

En el corto conocemos la historia de Miller, Ursula y Domigo, quienes cuentan como fue que llegaron a la Argentina, sus grandes expectativas y la realidad con la que se encontraron.

Servicio Jesuita al Migrante

El Servicio Jesuita al Migrante (SJM) se inicia con el propósito de servir y acompañar en el proceso de regularización para la residencia de los migrantes en Argentina. De esta manera se pretende disminuir, la falta o mala información, el miedo y los abusos que se generan en este entorno. Este servicio se origina en el año 2002 y es llevado adelante por voluntarios en el Barrio Mitre San Miguel provincia de Bs. As. Actualmente forma parte de la Red Sudamericana del Servicio Jesuita al Migrante que perteneciente a la Compañía de Jesús.

Más SJM→

Por una cultura de Hospitalidad y del Encuentro

La campaña nace de la Red Jesuita con Migrantes, y busca reprobar el ambiente hostil que cada vez más impera en nuestras relaciones sociales . En particular condena la discriminación, el mal trato, los secuestros, la explotación, los abusos y las violaciones a los derechos humanos que padecen las personas latinoamericanas, desplazadas, refugiadas y retornadas en sus países de origen, tránsito y destino.

El objetivo de la campaña es contribuir a la construcción de una ciudadanía y de una política pública inclusiva, hospitalaria, solidaria y tolerante sobre todo hacia las personas migrantes, desplazadas internas, refugiadas y deportadas y hacia las diversidades culturales en América Latina. Se desarrollará a través de las siguientes estrategias:

1. Sensibilización y movilización interna: en primer lugar la campaña pretende fomentar “la hospitalidad en casa», es decir entre las obras educativas, pastorales, sociales de la Compañía de Jesús, de FIFyA, de CVX y nuestras propias comunidades religiosas. Todas están llamadas a involucrarse activamente no sólo mediante la promoción de la campaña, sino también mediante la adopción de experiencias concretas de acogida, colaboración y hospitalidad hacia las personas migrantes, refugiadas y desplazadas.

2. Ampliación de los promotores: la campaña no se concibe como una iniciativa exclusiva de las redes que por ahora la promueven, desea promover una gestión más amplia que incorpore, como sujetos de su propia historia, a las mismas personas migrantes y refugiadas y sus organizaciones y también a otras redes e instituciones civiles.

3. Sensibilización y movilización social: gracias a la articulación entre las obras, las redes, los sujetos sociales y sus iniciativas, la campaña espera generar regionalmente un mensaje común, una sensibilización colectiva, una movilización concertada, con múltiples y variados desarrollos nacionales. La campaña se propone ofrecer algunas iniciativas y materiales a todas las obras involucradas en América Latina y el Caribe para que en cada país se adapten a su contexto y se desarrollen, cuanto más mejor, de acuerdo a sus posibilidades. Además se procurará que las obras, instituciones y/o comunidades locales organicen sus propias iniciativas y con ellas aporten, desde su propia realidad y contexto, a la construcción global.

Triduo de Adviento: ¿Que buscamos en Jesús?

Presentamos el triduo de Adviento ofrecido por el P. Javier Rojas SJ. en la Iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba el dia 17, 18 y 19 de Diciembre de 2014. Son tres días de preparación para esta Navidad

En esta ocasión queremos tomar como centro estas preguntas que parecen surgir cuando estamos ante el misterio de aquello que no se puede comprender con la razón, con el pensamiento. Sino  aquella verdad revelada, aquela que se alcanza cuando es el corazón el que está en juego.

Del misterio del nacimiento de Jesús suscita muchas preguntas, ¿Cuándo nos acercamos al pesebre con qué nos encontramos?

En el Evangelio de Juan, Jesús comienza su ministerio haciendo una pregunta ¿qué buscan?, las preguntas abren el corazón y la mente a buscar respuestas y si queremos preguntas verdaderas ya no nos quedamos con las que nos dan los demás, necesitamos ir a preguntas más ondas. Sólo Jesús puede responder cuales son aquellas cosas que en realidad estamos buscando.

En principio tenemos temor de hacernos preguntas, las verdaderas, las auténticas, porque tememos enormemente las respuestas que podamos hallar.

En la marcha de aquellos hombres, está el hombre actual y de todos los tiempos, insatisfecho por las respuestas despersonalizadas que responden a los hombres concebidos como en series, sin comprender su historia, sin comprender su vida.

El mundo actual parece dar respuestas a todo, pero con preguntas que conciben al hombre como en series, preguntas envasadas, preguntas armadas, preguntas hechas, y las respuestas que nos obligan a escuchar también tiene el mismo tenor.

Las respuestas en este tiempo nos quedan cortas para la realidad que vivimos. Tiene que haber algo más.

¿Te has preguntado que buscas hoy, en este tiempo en el que estás viviendo? ¿Detrás de qué vas? ¿Qué es aquello que atrapa tu corazón, te tiene preocupado, te tiene un poco sacado de tu centro? ¿Qué es aquello que parece haberte agarrado el corazón, secuestrado el alma y no te deja vivir en paz ni feliz?

Jesús no pregunta solamente por lo que buscamos, pregunta también por la marcha que lleva nuestra vida. Y este año que va terminado, este año en que nos vamos acercando al pesebre en la navidad… ¿por dónde has andado? ¿Por dónde te has metido? ¿De dónde te han sacado? ¿Por dónde deberías o sientes que deberías encausar tu vida?

Cuando nos preguntamos sobre el sentido de nuestra existencia, sobre el sentido de nuestra vida, acontece en nosotros un éxodo interno, salimos de las respuestas acartonadas para encontrar un algo nuevo, salimos de lo ya conocido para descubrir otra cosa.

En nuestra vida de fe necesitamos constantemente ir renovando nuestro camino espiritual, a veces saliendo de las comodidades ya construidas para preguntarle al señor: ¿Es esto Señor?, ¿Es así como te sigo mejor?

Jesús nos pregunta en el pesebre, ¿qué quieres realmente, en tu familia, en tu trabajo, en tus relaciones?, ¿qué andas buscando?, ¿vale la pena lo que estás haciendo?, ¿este modo de vivir te conduce a alguna parte?, ¿el caminar que llevas te dará lo que andas buscando?

Lo que uno busca define el camino que recorrerá, y en cierto modo anuncia lo ha de encontrar.

Preguntarse hacia dónde va mi vida. Preguntar al niño Jesús hacia donde voy, porque cuando nos preguntamos sobre lo que buscamos, no solo tenemos la posibilidad de avanzar confiados por el camino que ya hemos elegido, sino que además, nos da la posibilidad de corregir la dirección si fuera necesario.

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Vamos a pedirle a Jesús, en este primer día de triduo, que en este camino de preparación para encontrarnos con él en el pesebre, llevemos también en el corazón el fruto de la reflexión: lo que busco, lo que tengo, hacia dónde voy, son preguntas que ayudan a re direccionar nuestra vida.

El destino final es Dios, pero cada uno debe encontrar el camino personal para recorrerlo, un camino que a la vez es comunitario, porque se transita con la fe en el corazón que nos vuelve a todos peregrinos de una misma tierra prometida. Cada uno transita su senda, pero el destino es único, cada uno tiene que encontrar la senda por la que transitar.

Vamos a pedirle a nuestra madre la Virgen, que se puso en camino cuando entendió y comprendió que su deber era acercarse a su prima o salir de prisa para cuidar al niño que llevaba en su vientre y escapar de la persecución. Que también a nosotros nos enseñe, nos de la fuerza: primero, para reconocer la marcha que lleva nuestra vida, pero también de hacer esos golpe de timón que estamos necesitando para volver a encausar nuestra vida, si lo estamos necesitando, con fe, con la esperanza que sólo un amor de madre puede inspirarnos.