XV Encuentro Directivo Académico Pastoral de Colegios Ignacianos

La Red Argentino-Uruguaya de Colegios Ignacianos (RAUCI) celebró su XV Encuentro Directivo, en la localidad de San Miguel, entre el 22 y 24 de mayo pasados. Con la participación de equipos directivos académicos y de la pastoral de los centros que conforman la Red, se trabajó en la articulación de sendas dimensiones –académica y pastoral- dentro del currículum que conforma el Itinerario Formativo (IF) de cada centro.

Con la participación de Juan Cristóbal García Huidobro SJ, delegado de sector educación jesuita en Chile, los trabajos en grupos heterogéneos y fijos, promovieron el modo de proceder de la sinodalidad, del hacer todo con otros, de la escucha activa y dinámica.

La propuesta de trabajo, intensa y variada, con un buen aprovechamiento del tiempo, ha dado espacio para la oración y la reflexión. Al mismo tiempo llevó a la acción con la fecundidad creativa de “lo que hay que hacer” con el agregado de experimentar, valorar y crecer en un espíritu común, fortaleciendo nuestra cosmovisión cristiana e identidad ignaciana,  actualizando nuestra propuesta educativa con eje en el Itinerario Formativo.

En la visita a cinco colegios, en zonas con condiciones socio-económicas comprometidas, se compartió la secuencia oración-aula, a modo de ejemplo de la integración curricular  fe-cultura e  IF-currículum oficial. Con poco se hace mucho, comprobando que el Itinerario formativo no es sino una experiencia que crece en cada alumno, docente y directivo desde lo cotidiano y con los dones que Dios nos ofrece.

Asimismo,  se destacan los momentos de la reflexión acerca del liderazgo de los equipos directivos como animadores y garantes de un IF integrado curricularmente y del trabajo por colegio, que ayuda a vislumbrar pasos concretos y compromisos de acción en el camino de la integración curricular del  Itinerario formativo.

La apreciación sobre el IF que hizo Juan Cristóbal García Huidobro SJ confirmó el camino, aclarando conceptos,  ampliando miradas y  señalando la pertinencia de transitar esta búsqueda. Valoró también que sea una propuesta integral desde las fuentes de la espiritualidad ignaciana y de la tradición educativa de la Compañía.

Quedaron como desafíos el avanzar en la construcción, comprensión y apropiación  del  IF,  identificando sus claves curriculares  en consonancia  y comunión con las orientaciones actuales de la Compañía de Jesús: las Prioridades Apostólicas Universales y los indicadores globales de identidad y pertenencia.

 

Testimonio de Emmanuel Sicre SJ (Colegio de la Inmaculada – Santa Fe)

La búsqueda en la que nos encontramos en los colegios de tradición jesuita cada vez va haciendo más profunda su apuesta por la integración curricular del Itinerario Formativo. El encuentro de este año 2024 no ha sido la excepción.

Estamos en un proceso comunitario, consensuado y dinámico que busca sintonizar las áreas del saber y las experiencias escolares bajo la cosmovisión cristiana y el carisma ignaciano. Buscamos tejer un proyecto educativo coherente, conectando lo académico y pastoral con una intención pedagógica clara y significativa para los niños, niñas y adolescentes -también sus docentes y familias- que vienen cada día a nuestros centros.

 

Se hace cada vez más necesario evitar la fragmentación del conocimiento, proporcionando una experiencia de aprendizaje integral que contemple todas las dimensiones de la persona y promueva la unidad en la vida escolar, preparando a los estudiantes para establecer conexiones significativas y aplicables en situaciones reales para la vida que desean.

Realmente se percibe una opción por dar lo mejor con humildad, estudio y comunión que entusiasma y confirma en la misión.

 

Testimonio de Emanuel Vega SJ (Colegio Sagrada Familia – Córdoba)

Este evento reunió a directivos de distintos centros educativos ignacianos, propiciando un espacio de reflexión, oración e intercambio de saberes.

El encuentro, estructurado desde el Paradigma Pedagógico Ignaciano (PPI), comenzó con una fase de contextualización a través del compartir tanto testimonial como académico del padre jesuita Juan Cristóbal García Huidobro, SJ (CHI). Sus testimonios, exposiciones y conversatorios pusieron en el centro del debate la integración curricular, comprendida como un proceso comunitario, consensuado y dinámico que busca enlazar áreas del saber, experiencias pedagógicas-pastorales y apuestas institucionales desde la cosmovisión evangélica y el carisma ignaciano.

Durante el encuentro se realizaron visitas a los Colegios de la RAUCI en San Miguel, en donde los directivos pudieron disfrutar de espacios de Oración Ignaciana guiados por GIA’s (Grupo Ignaciano de Animadores), participaron de clases en los Niveles Primario y Secundario —que ilustraron la integración del Itinerario Formativo—, y compartieron gratuitamente la vida, la fe y la misión común. Estas experiencias inspiraron la reflexión en torno a cómo se teje un Proyecto Educativo coherente y articulado que conecte lo académico y lo pastoral de manera significativa.

El encuentro también incluyó instancias de oración personal, de reflexión comunitaria, y de trabajo en equipo. Con base en estas reflexiones y experiencias, se delinearon recomendaciones y competencias claves para el Perfil del Directivo Ignaciano y se alentó la promoción de la integración curricular desde el Itinerario Formativo (haciendo hincapié en cómo motivar dicha integración por medio de decisiones y prácticas concretas).
Este encuentro fortaleció la comunidad educativa ignaciana en sus directivos, a la vez que reafirmó en los participantes el compromiso con una educación integral, coherente y significativa, que prepare a los estudiantes para establecer vinculaciones que sirvan para la vida y los aproximen más al corazón de Jesús y a su Reino.

Para más información sobre la Red de Colegios t.ly/-7LMK

 

Primera Jornada Mundial de los Niños

Los días 25 y 26 de mayo de 2024, niños de todo el mundo se reunirán en Roma. Han sido invitados por el Papa Francisco a celebrar la primera Jornada Mundial de los Niños organizada por la Iglesia católica. Se espera la asistencia de unos 100.000 niños de entre 6 y 12 años. En el corazón del Año de la Oración, esta jornada mundial será la ocasión de celebrar los sueños de paz y de futuro de los niños, invitándoles a poner su espontaneidad al servicio de las relaciones humanas. También es una ocasión para que el Papa vuelva a situar a este grupo de edad en el centro de la atención de la Iglesia y de la sociedad.

He aquí un extracto del mensaje que Francisco dirigió a los niños con este motivo:

Queridas niñas y queridos niños, no podemos llegar a ser felices en solitario, porque la felicidad crece en la medida en que se comparte; pues nace con la gratitud por los dones que hemos recibido y que a su vez compartimos con los demás. Cuando aquello que hemos recibido lo guardamos sólo para nosotros, o incluso hacemos berrinches para conseguir este o aquel regalo, en realidad nos olvidamos de que el don más grande somos nosotros mismos, los unos para los otros; nosotros somos el “regalo de Dios”. Los otros dones sirven, sí, pero en la medida en que nos ayudan a estar juntos; si no los usamos para eso estaremos siempre insatisfechos y nunca nos serán suficientes.

En cambio, si estamos juntos todo es diferente. Piensen en sus amigos; qué hermoso es estar con ellos, en casa, en la escuela, en la parroquia, en el oratorio, en todas partes; jugar, cantar, descubrir cosas nuevas, divertirse, todos juntos, sin dejar atrás a nadie. La amistad es hermosísima y sólo crece así, compartiendo y perdonando, con paciencia, valentía, creatividad e imaginación, sin miedo y sin prejuicios.

Lea el mensaje completo del Papa Francisco para la primera Jornada Mundial de los Niños.

Oración

Ven, Espíritu Santo,
muéstranos tu belleza
que se refleja en los rostros
de las niñas y los niños de la tierra.
Ven, Jesús,
que haces nuevas todas las cosas,
que eres el camino que nos conduce al Padre,
ven y quédate con nosotros.
Amén.

Evangelio del Domingo: “RECIBID EL ESPÍRITU SANTO”

Domingo de Pentecostés – Ciclo B (Juan 20, 19-23)

Concluimos este año la celebración de la Pascua del Señor con la solemnidad de Pentecostés, en la que se actualiza para toda la Iglesia y para cada uno de nosotros el gran don del Señor Resucitado, el don del Espíritu Santo. El evangelio de este domingo recoge precisamente ese gesto y ese momento tal como nos lo narra el evangelista Juan: “sopló sobre ellos y les dijo: recibid el Espíritu Santo”. Un soplo que es soplo de vida, de vida nueva, de nueva creación, y que rememora aquel primer soplo de vida que infundió Dios al género humano en el momento de la creación: “Entonces Yahvé Dios modeló al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente” (Génesis 2, 7).

Las tres lecturas que nos propone la liturgia de este domingo inciden en tres dimensiones que la acción del Espíritu hace posible en la historia humana y que, creo, son especialmente significativas en nuestro mundo de hoy. Son, en su conjunto, una “nueva” y necesaria propuesta de vida.

La primera lectura, tomada de los Hechos de los Apóstoles, hace hincapié en una fraternidad universal más allá de la diversidad de lenguas: “cada uno oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua” (Hechos 2, 11). Así es: Dios es el Dios de todos y para todos, Dios no excluye a nadie de su amor y de su bondad; somos los humanos, o, mejor dicho, nuestro egoísmo y nuestra soberbia los que excluyen y marginan. El Espíritu de Jesús es una propuesta de fraternidad universal más allá de la diversidad de lenguas y culturas.

La segunda lectura, tomada de la primera carta a los Corintios de Pablo, hace hincapié en la comunión eclesial más allá de la diversidad de carismas. Porque hay muchos y diversos carismas, que sólo son tales si confluyen en el bien de todo el cuerpo: “a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común” (1ª Corintios 12, 7). El problema en la Iglesia no es la diversidad de carismas, de sensibilidades evangélicas; el problema es cuando un carisma se cree el único valioso o superior a los demás y toma posturas excluyentes. El Espíritu de Jesús es un espíritu de comunión; no de uniformidad, pero sí de comunión.

El texto evangélico de Juan que nos propone la Iglesia hoy vincula de modo inmediato y directo el Espíritu de Jesús con la misericordia: “Recibid el Espíritu Santo: a quienes perdonéis los pecados les quedan perdonados”. La misericordia era evidentemente una característica básica del espíritu, del modo de ser de Jesús. Una misericordia que no eran sólo palabras, sino acogida de los pecadores y de los descartados, que era denuncia de las injusticias especialmente si se hacían en el nombre de Dios y que acabó siendo entrega de la vida.

Darío Mollá, SJ

@centroarrupevalencia

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58a Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. “Inteligencia artificial y sabiduría del corazón”

“Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: para una comunicación plenamente humana” es el título del mensaje del Papa Francisco para la 58ª Jornada mundial de las comunicaciones sociales pautada para el domingo de la Ascensión.

Es un tema que el Santo Padre ha dedicado mucha atención en este año, sobre todo cuando la humanidad vive una época que “corre el riesgo de ser rica en tecnología y pobre en humanidad, nuestra reflexión sólo puede partir del corazón humano”.

A continuación, cinco claves de lectura del documento 

  1. Descifrar la sabiduría del corazón

El Papa aseguró que sólo recuperando la sabiduría del corazón “podremos leer e interpretar la novedad de nuestro tiempo y redescubrir el camino de una comunicación plenamente humana” en medio de los avances tan vertiginosos.

Describe el corazón no como una unidad abstracta, sino que “bíblicamente” el corazón es “la sede de la libertad y de las decisiones más importantes de la vida” y, especialmente, “el lugar interior del encuentro con Dios”.

La sabiduría del corazón es “esa virtud que nos permite entrelazar el todo y las partes, las decisiones y sus consecuencias, las capacidades y las fragilidades, el pasado y el futuro, el yo y el nosotros”.

Por tanto, “no podemos esperar esta sabiduría de las máquinas” aún cuando “las máquinas poseen una capacidad inconmensurablemente mayor que los humanos para almacenar datos y correlacionarlos entre sí”, pero “corresponde al hombre descifrar su significado”. 

  1. Vencer el delirio de omnipotencia

El avance tecnológico implica desmontar esa narrativa de autosuficiencia humana para “despertar al hombre de la hipnosis en la que ha caído debido a su delirio de omnipotencia, creyéndose un sujeto totalmente autónomo y autorreferencial, separado de todo vínculo social y ajeno a su creaturalidad”.

El Santo Padre advierte sobre “la tentación original de llegar a ser como Dios sin Dios” y “de querer conquistar por las propias fuerzas lo que, en cambio, debería acogerse como un don de Dios y vivirse en la relación con los demás”.

  1. Contrarrestar la desinformación

¿Oportunidad o peligro? Es un dilema siempre latente al hablar de los sistemas de inteligencia artificial. El Sumo Pontífice señala que “pueden contribuir al proceso de liberación de la ignorancia y facilitar el intercambio de información entre pueblos y generaciones diferentes”.

Sin embargo, al mismo tiempo “pueden ser instrumentos de contaminación cognitiva, de alteración de la realidad a través de narrativas parcial o totalmente falsas” que se creen —y se comparten— como si fueran verdaderas.

Él mismo ha mencionado que fue víctima de estas manipulaciones de la IA  cuando circularon fotos (deepfakes) que “parecen perfectamente verosímiles pero que son falsas”.

Por ello, ha invitado a actuar preventivamente y proponer modelos de regulación ética para “frenar las implicaciones nocivas y discriminatorias, socialmente injustas, de los sistemas de inteligencia artificial y contrarrestar su uso en la reducción del pluralismo, la polarización de la opinión pública o la construcción de un pensamiento único”. 

  1. Implicaciones éticas

A pesar de los prometedores avances “estamos llamados a crecer juntos, en humanidad y como humanidad”. El reto consiste en “dar un salto cualitativo para estar a la altura de una sociedad compleja, multiétnica, pluralista, multirreligiosa y multicultural”.

Para Francisco “es inaceptable que el uso de la inteligencia artificial conduzca a un pensamiento anónimo, a un ensamblaje de datos no certificados, a una negligencia colectiva de responsabilidad editorial”.

En este sentido, la información está ligada a la relación existencial: “Implica el cuerpo, el estar en la realidad; exige poner en relación no sólo datos, sino también las experiencias; exige el rostro, la mirada y la compasión más que el intercambio”.

También la inteligencia artificial “podrá contribuir positivamente en el campo de la comunicación si no anula el papel del periodismo sobre el terreno” y, por el contrario, “lo respalda”.

Aquí prima un tema ético: la responsabilidad directa del comunicador sobre los contenidos que genera y devolver a cada ser humano el papel de sujeto, con capacidad crítica, respecto de la misma comunicación. 

  1. Discernir juntos

Son muchas las interrogantes en torno a las secuelas de la inteligencia artificial, “la respuesta no está escrita, depende de nosotros”, dice Francisco. Corresponde a cada quien “si se convierte en alimento de algoritmos o en cambio sí alimenta su corazón con la libertad”.

Agrega que la sabiduría del corazón “madura sacando provecho del tiempo y comprendiendo las debilidades”. Una tarea que crece “en la alianza entre generaciones, entre quienes tienen memoria del pasado y quienes tienen visión de futuro”.

El Papa explica que en un “todos juntos” crecerá “la capacidad de discernir, de vigilar, de ver las cosas a partir de su cumplimiento. Para no perder nuestra humanidad, busquemos la Sabiduría que es anterior a todas las cosas”.

En definitiva, la sabiduría “nos ayudará también a orientar los sistemas de inteligencia artificial a una comunicación plenamente humana”.

Descargue el Mensaje en PDF t.ly/wj_pc

Fuente @adncelam t.ly/JnuSK

escultura de rocas en equilibrio sobre un rio

Ejercicios Espirituales, ordenar nuestros afectos

San Ignacio de Loyola ideó la experiencia de los Ejercicios Espirituales (EE) para vivirse durante 30 días. El objetivo principal era discernir el estado de vida (religioso/a o matrimonio) para servir al Señor. La aplicación de la experiencia le llevó 21 años reformularla de manera que se adaptara a “tiempos, lugares y personas” para que cada uno sacara mayor provecho. Se conserva las notas al margen del mismo Ignacio en una copia de los Ejercicios Espirituales, llamada “Autógrafa”, y varios “Directorios” donde se recogen las experiencias y recomendaciones para “dar” los Ejercicios de los primeros jesuitas.

En la actualidad, la experiencia de los Ejercicios se vive desde tres hasta 30 días, aunque también está la modalidad de Ejercicios en la vida diaria, la cual pide una oración diaria por varias semanas. ¿Para qué hacer Ejercicios Espirituales hoy?, ¿qué me aporta en mi crecimiento humano-espiritual?, ¿cómo sacar provecho? A continuación, presento algunas ideas que nos pueden ayudar a responder a estas preguntas…

 

  1. Un encuentro con el Dios de gratuidad

La experiencia de Ejercicios Espirituales es un espacio para encontrarse con el Dios que te ama entrañablemente y que busca lo mejor para ti.

Para sacar mayor fruto de esta experiencia, es importante detenerse, hacer silencio, escuchar y ver lo que Dios desea revelarte. Lo hace a través de los acontecimientos de tu vida, de algunas personas, un texto, una frase… algo que te deja consolada, consolado. La oración es un diálogo donde debemos callar y escuchar a Dios. Él siempre toma la iniciativa para revelarse a cada uno de nosotros.

Quizá un punto de partida es darte cuenta si te estás relacionando con el Padre Dios que nos reveló Jesús y no con un “dios” que está enojado, que castiga el mal hecho y que exige la perfección de sus hijos.

 

  1. Todo modo de examinar, meditar, contemplar, orar vocal y mentalmente (EE 1)

La experiencia de los Ejercicios tiene un modo y un orden. El objetivo que pretende san Ignacio es despertar en nosotros la sensibilidad para percibir la presencia de Dios que no es tan evidente como quisiéramos y que, muchas veces, pasa desapercibida porque estamos distraídos en muchas cosas.

Los Ejercicios están conformados de varios ejercicios que facilitan nuestro encuentro y diálogo con el Señor. Es importante que sigas fielmente las indicaciones propuestas por el acompañante y las pausas de la oración.

 

  1. Ordenar los afectos (relación con las personas, las cosas y las situaciones de la vida)

San Ignacio nos dice que la experiencia de los Ejercicios busca “ordenar” nuestro mundo de relaciones con las personas y las cosas. Podría decirse que el desorden es consecuencia de la falta de libertad en nuestra vida ¿Por qué se desordenan nuestros afectos? Porque estamos apegados a personas, cosas y dinámicas que nos dan afecto o seguridad pasajeras, por el miedo a perder esas fuentes, por miedo al rechazo, a la soledad, al vacío y a la condena; porque pensamos que nos da prestigio, poder y buena imagen.

Absolutizamos tanto nuestros objetos de apego que se convierten en “ídolos”, el problema es que, todas nuestras decisiones, están en función de esos ídolos los justificamos y los defendemos con buenos argumentos, incluso diciendo que son “la voluntad de Dios”.

 

  1. Una vez están ordenados nuestros afectos, podemos ‘buscar y hallar’ la Voluntad de Dios

La Voluntad de Dios se concretiza en el modo de ser y proceder de Jesús. Cuando en nuestra vida elegimos el modo de Jesús, hacemos la voluntad de Dios, es lo que llamamos el compromiso por hacer presente el Reinado de Dios.

La Voluntad de Dios tiene que ver con dos cosas:

  1. a) Que el ser humano tenga una vida digna (integridad, felicidad, bienestar, paz)
  2. b) Que hagamos de este mundo una casa común de fraternidad en comunión con la naturaleza.

A nosotros nos toca discernir el “cómo” vamos a realizar eso que Dios desea. Éstos son el criterio de discernimiento para saber si nuestro servicio, nuestra profesión, estilo de vida, decisiones van en la línea de la Voluntad de Dios.

 

  1. Vencerse a sí mismo (EE 21)

Sólo después de hacer un recorrido por los pasos anteriores podemos vencernos a nosotros mismos, es decir, es la experiencia del amor gratuito de Dios, es su gracia la que nos ayudará a ordenar nuestros afectos y cambiar nuestras vidas. Es un camino y una decisión personal.

Finalmente, para que podamos alcanzar todos estos frutos, san Ignacio nos pide que entremos en la experiencia con “mucho ánimo” y “disponibilidad”:

“Al que rescibe los exercicios mucho aprovecha entrar en ellos con grande ánimo y liberalidad con su Criador y Señor, ofreciéndole todo su querer y libertad, para que su divina majestad, así de su persona como de todo lo que tiene se sirva conforme a su sanctísima voluntad”. (EE 5)

 

Por P. Erick Hernández, S.J.

@jesuitascam

tomando el mundo en sus manos fondo oscuro

Guardar la vocación

Se nos invita, con insistencia y acierto, a cuidar nuestra vocación. A alimentar el don que cada uno hemos recibido. A nutrirnos y procurar aquello que más nos llena en nuestro viaje personal. Es decir, a hacer lo que tenemos que hacer para que nuestra vocación crezca. Y está bien, sin duda. Tiene que ser así.

Sin embargo, ¿no necesitamos también guardar nuestra vocación? Esto es, no hacer lo que no tenemos que hacer para que nuestra vocación no se enfríe. Porque todos sabemos –con mayor o menor nivel de acierto según el momento, claro– lo que no nos ayuda para vivir el camino que, delante de Dios, hemos elegido vivir. A veces lo disimulamos bastante bien, es verdad; y conseguimos hacer como que lo ignoramos. Pero en el fondo, si somos honestos, cada uno intuimos sobradamente por dónde anda eso que nos dificulta perseverar.

En otras palabras, que conocemos bien qué cosas no deberíamos hacer porque nos distraen; qué palabras sería mejor no pronunciar porque nos envenenan; qué pensamientos no deberíamos alimentar porque nos intoxican; en qué estímulos no conviene regodearse porque nos anegan; en qué sentimientos mejor no recrearse porque nos despistan; qué afectos no vale la pena mendigar porque nos seducen y nos colonizan.

Por decirlo aún más claro: sabemos qué no hacer –a qué renunciar– para guardar nuestra vocación (con la dosis de gracia y lucha que ello conlleva). Pero para guardarla no como quien la protege por miedo o la esconde por cobardía, sino como quien valora un don que no le pertenece y que entonces ha de custodiar.

Alberto Cano SJ

J.M. Rodríguez Olaizola SJ. Carta abierta a los ‘haters’ católicos

Normalmente paso. Normalmente evito contestar en público a la variedad de chorradas que de vez en cuando ves publicadas. Normalmente evito entrar al trapo de la provocación de aquellos que de católicos solo tienen el nombre, porque son lo menos universal que te puedes imaginar.

Pero hay ocasiones en que el silencio no basta. Es verdad que a veces callar es lo más sensato. Porque hay gente que solo quiere ruido. Y bronca, para poder continuar discutiendo hasta la extenuación, para poder seguir vertiendo bilis, para poder eternizarse en sus reproches y obsesiones. Pero cuando callas demasiado, termina pareciendo que otorgas, y terminas haciendo que gente que quizás tiene buena intención -pero no mucho acierto-, se sume al coro de los petardos, convencidos de que insultando son fieles y que repitiendo eslóganes defienden la verdad.

Solo puedo deciros una cosa. La Iglesia es muy amplia. En ella cabemos muchos más de los que vosotros habéis decidido que cabemos. Muchas más personas, y muchas más formas de hacer las cosas. Estáis encantados con fantasear con un pasado que idealizáis, aunque también tuvo luces y sombras, olvidando que lo que ha cambiado es la sociedad entera. Culpáis a los católicos distintos de vosotros del paso del tiempo. Sin querer ver que lo que ha cambiado es el mundo entero, y es en este mundo de hoy en el que hay que anunciar el evangelio. Culpáis a las parroquias, a las órdenes religiosas, a los obispos que os disgustan, al mismo Papa… Pero si os paraseis a pensar, veríais que hasta en vuestras propias familias las cosas ya no son como antes… y no es culpa vuestra (ni mía). Es que el mundo es diferente. Y es en este mundo de hoy (no en otro inexistente) en el que tenemos que seguir dando a conocer a Jesucristo, y su buena noticia. Con aciertos y errores, sin duda, pero sin la soberbia de quien se cree que solo su modo es válido y que además eso le autoriza para insultar y faltar constantemente a los otros.

Tenéis tres eslóganes que utilizáis, sirva o no. Os encantan las etiquetas con las que simplificáis lo complejo. Presumís con vuestras palabras de una profundidad que no demostráis con vuestra actitud. Exigís fidelidad a Cristo, mientras lo seguís crucificando en vuestras palabras y desprecios. Mentís, quizás sin ser conscientes de ello, al etiquetar, denigrar y expender certificados de ortodoxia. Cuestionáis la fe de quien ama a Cristo, porque no os habéis parado a escuchar ni medio minuto de lo que dicen. Vomitáis desprecio sin pensar en el daño que hacéis a las personas.

Ojalá, un día, abráis los ojos, el corazón y la entraña, al Resucitado, que sigue apareciendo e invitando a vivir en paz. ¡Feliz Pascua!

 

t.ly/2xMSj

 

Jen Norton ilustra la Semana Santa

Este año hemos elegido ilustrar la Semana Santa con obras seleccionadas de una artista contemporánea, alumni de la universidad jesuita Santa Clara (USA) Jen Norton. (@jennortonart)

 

Graduada en Bellas Artes en 1987, el lenguaje visual fue su primer idioma debido a su timidez extrema y su gran pasión a partir del potencial comunicacional del dibujo.

 

Jen trabaja en acrílico, utilizando colores, texturas y patrones expresivos para revelar lo sublime de lo ordinario. Una clave presente en sus obras siempre han sido los vínculos y situaciones cotidianas significativas, testimoniando el principio ignaciano de encontrar a Dios en lo cotidiano y mundano que le fuera inculcado en su educación.

 

“Una obra, como creación, -dice Jen- transmite que también el espectador puede hacer sus propias creaciones… y esto porque una verdadera creación es siempre honesta, auténtica… y el arte tiene la capacidad de hablar con la verdad…y de dar a conocer la palabra de Dios –incluso mejor que muchas homilías o sermones.”

 

Convencida de que orar con arte sacro puede ser una manera fácil, eficaz y hermosa de profundizar en la fe, elegimos algunas de sus obras tomadas de la publicación Surrender All: An Illuminated Journal Retreat Through the Stations of the Cross (Ave María Press 2020)

 

Jen cree que a través del arte uno puede escuchar el susurro de un Creador poderoso. Su intención es que su arte pueda hacer que te detengas y escuches.

 

Papa Francisco y seminaristas

Mensaje del Papa por la Jornada de las Vocaciones 2024

Nuestra vida encuentra plenitud cuando descubrimos quiénes somos, cuáles son nuestros dones, dónde podemos hacerlos fructificar y qué camino podemos seguir para convertirnos en signos e instrumentos de amor, de acogida generosa, de belleza y de paz, dondequiera que estemos»: el Papa Francisco ofreció ese resumen de nuestra vocación cristiana en su mensaje para la 61ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que la Iglesia conmemorará este año el 21 de abril.

El mensaje del Papa para la 61ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones (JMOV) se centra en el tema: “Llamados a sembrar semillas de esperanza y a construir la paz”, señalando que todos los cristianos estamos llamados a acoger la vocación que Dios nos ha dado para servirle en el mundo, ya sea a través de la vida consagrada, el sacerdocio, el matrimonio o como personas solteras.

La gratitud, dijo, debería caracterizar las celebraciones del Día Mundial de las Vocaciones, al recordar a los innumerables cristianos que sirven a Dios en todos los ámbitos de la vida. Invitó especialmente a los jóvenes a hacer espacio a Dios, para que encuentren la felicidad en su llamada, que respeta siempre nuestra libertad.

Dejen que Jesús los atraiga hacia Él”, dijo el Papa. “Llévale tus preguntas importantes, leyendo los Evangelios; deja que Él los interpele con su presencia, que siempre provoca en nosotros una crisis saludable”.

 

» Texto completo del mensaje del Papa para las Vocaciones: bit.ly/3x4WZro

» Fuente AICA bit.ly/4aG9BE7

Un camino sinodal: 11mo aniversario de Pontificado de Francisco

“El Espíritu Santo es Aquel que nos guía hacia donde Dios quiere”, son palabras del Papa Francisco pronunciadas en este camino sinodal de la Iglesia y signo permanente de su pontificado.

Johan Pacheco

Décimo primer año del Pontificado del Papa Francisco un camino marcado por la sinodalidad desde el inicio de su ministerio petrino, haciendo visible y llevando a la acción a la Iglesia: “hospital de campaña” que los recibe “a todos” pero “en salida” y “caminando juntos”; once años desde la perspectiva sinodal teniendo como protagonista al Espíritu Santo.

El undécimo año del Pontificado de Francisco es sinodal, un tiempo de oración para fortalecer la confianza en el Paráclito que ilumina el caminar de la Iglesia en un mundo aterrorizado por la guerra, que necesita el consuelo de Dios y la tarea de valientes constructores de la paz. Tarea también de una Iglesia sinodal que camina para encontrar al otro, escuchar, discernir y hacer presente la misericordia de Dios.

“Iglesia sinodal significa Iglesia sacramento de esta promesa —es decir que el Espíritu estará con nosotros— que se manifiesta cultivando la intimidad con el Espíritu y con el mundo futuro”, lo decía el Papa a los fieles de la Diócesis de Roma invitando a una “hermenéutica peregrina” que custodie el caminar de la Iglesia en su misión evangelizadora, no como una tarea organizativa sino con la presencia vida del Espíritu que da vida.

También al inicio de este proceso sinodal recordaba el Papa que es un tiempo del Espíritu Santo: “Queridos hermanos y hermanas, que este Sínodo sea un tiempo habitado por el Espíritu. Porque tenemos necesidad del Espíritu, del aliento siempre nuevo de Dios, que libera de toda cerrazón, revive lo que está muerto, desata las cadenas y difunde la alegría. El Espíritu Santo es Aquel que nos guía hacia donde Dios quiere, y no hacia donde nos llevarían nuestras ideas y nuestros gustos personales”.

Fuente: vatican.va

Leer el texto completo: bit.ly/4adxdzC