Historias Reales de vida

Cecilia Duarte, integrante del Servicio Jesuita al Migrante (SJM), nos cuenta de este proyecto que se inició en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, hace seis años, a modo de prueba. Como los resultados y la recepción del mismo fueron muy positivas, se fueron multiplicando a más instituciones Educativas.

Por Cecilia Duarte

El Proyecto Historias Reales de Vida surgió hace 6 años. La idea básica es que los chicos conozcan la historia de vida de un migrante: que salgan a entrevistar y ahí se acerquen a conocer cuáles son las causas por las que salieron de sus países y vinieron a Argentina; qué cosas extrañan de sus lugares… sus historias, con todo lo que ellas traigan.

La primera instancia del proyecto es una charla, en la que se intenta introducir a los alumnos a la siguiente idea: una persona es una construcción, que sea va haciendo a través de lo que vive; y que, por esto, es imposible conocer a alguien sin conocer su historia. Sin embargo, estamos muy acostumbrado a señalar, hacer suposiciones y dejarnos llevar por ‘prejuicios’ asumiendo, sin conocerla, que una persona es de determinada manera.

Esta primera instancia comienza con una dinámica, tras la cual definimos qué significa el término ‘migrante’, los problemas a los que se enfrentan cuando se van a vivir a otro país o provincia y cómo entra en juego ahí, el SJM. Al finalizar esta presentación, los invitamos a participar del proyecto.

El proyecto está dirigido a alumnos del penúltimo año del secundario y se enmarca en una asignatura llamada ‘Cultura, Comunicación y Sociedad’. Después de la charla introductoria, los chicos trabajan durante dos meses en el marco teórico de la migración, la movilidad humana, etc. con los profesores de la asignatura. Ahora, en algunos colegios, van trabajando el proyecto en más de una materia, por lo que lo abordan de manera transversal e integrada.

Una vez realizadas las entrevistas a través de las que los alumnos conocen la vida de una persona que ha tenido que migrar, puedan contarla de manera creativa. Algunos hacen videos, poemas, se han escrito canciones, pintado murales, esculturas, maquetas. Esta producción se realiza en grupos de 5 personas y la van acompañando los profesores durante 2 meses. Una vez finalizado ese tiempo, los cursos de los colegios que participan eligen a un o una representante por curso, a quienes el Servicio Jesuita con Migrantes convoca a un Coloquio en el Colegio Máximo de San José (en San Miguel). Allí, los chicos comparten la experiencia de haber trabajado en el proyecto y sus producciones grupales. Para la ocasión, se convocan a especialistas en el tema de migraciones que les hacen una devolución.

El intercambio que se genera ese día es muy rico. Porque la mirada de los alumnos va cambiando a medida que transcurre el proyecto. Y al poder compartir esta visión con personas de otros cursos, otros colegios y gente que ni siquiera conocen, se genera un ambiente en el que esa riqueza se multiplica.

Este proyecto es el resultado del trabajo de varias personas, que se sentaron en un inicio y que posteriormente fueron participando y sumando un enfoque distinto que llevó a que hoy la propuesta sea la que es. Tanto miembros del Servicio Jesuita con Migrantes, personas externas al SJM, y profesores que se han comprometido con el mismo y que animan a los estudiantes a realizarlo.

En San Miguel no lo hicimos inicialmente con todos los colegios, sino que fuimos probando cómo era la receptividad de la propuesta. Hoy, lo realizamos en los 5 Colegios Parroquiales de San Miguel y otros 3 que no son Parroquiales, pero en los que trabajan profesores de los colegios parroquiales y nos pidieron que acercáramos la propuesta. Además, este año se sumaron, fuera de San Miguel el Colegio del Salvador, de Buenos Aires; y el Instituto Sagrada Familia, de Córdoba.

La Misión de Ser Puentes

Para Cecilia Duarte, quien forma parte del Servicio Jesuita al Migrante desde hace años, el proyecto es parte de la función que le atribuye a esta obra de la Compañía de Jesús: “creemos que tenemos la misión de ser puentes entre la gente que llega y la gente de acá. Queremos promover en los jóvenes una cultura de la hospitalidad, del encuentro, de acogida del que viene”.

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