Pascua es Animarse a Permanecer en el Amor

Durante los días jueves, viernes y sábado santos, se llevó adelante en el Centro Manresa de Córdoba la Pascua Joven. Una propuesta que invita a los jóvenes a caminar la Semana Santa con una mirada ignaciana y con actividades que mezclan tiempos de formación, oración y servicio.

Este año, el lema de la Pascua Joven fue: ‘Permanezcan en mi Amor’. Este marcó un recorrido que los participantes fueron haciendo a medida que contemplaban el camino de Jesús.

El jueves, la propuesta era contemplar la llamada al servicio que hace Jesús en el lavatorio de los pies; y cómo al querer llevarla a la propia vida nos descubrimos frágiles y limitados. Para ello, el disparador de la tarde fueron tres testimonios en los que la clave era compartir cómo experimentaban la propia fragilidad a la hora de ponerse al servicio y qué habían aprendido de ella. Los tres invitados fueron: Lydia, fundadora de un grupo que acompaña a familias adoptantes y defiende los derechos de los niños a ser adoptados por una familia; Mariano Oberlin, sacerdote diocesano reconocido por su trabajo con los sectores más desfavorecidos; y Matías Hardoy SJ, estudiante jesuita.

Los testimonios abrieron la puerta para que los jóvenes pudieran compartir las propias fragilidades y se animaran a lavar (y dejarse lavar) los pies unos a otros. Luego, participaron de la tradicional celebración de jueves santo en el Templo de la Compañía de Jesús, donde colaboraron con la liturgia. El primer día terminó con un rato de adoración guiada frente al monumento en el mismo Templo.

El viernes, la propuesta invitaba a ir aún más profundo: contemplar a Jesús que se deja desarmar en el amor y dejarnos desarmar. Por eso, la primera actividad del día fue una suerte de ‘vela de armas’. Un tiempo de reflexión y oración personal para mirar dentro de cada uno y descubrir cuáles son las ‘armaduras’ o ‘corazas’ que nos retienen o limitan a la hora de seguir a Jesús. Luego de este tiempo, la consigna fue ‘salir a contemplar a Jesús desarmado’ en vidas desarmadas. Los jóvenes se dividieron en grupos de 10 personas que visitaron 6 lugares distintos, principalmente hogares de ancianos, la Casa de la Bondad (hogar de enfermos terminales) y la Hospedería (hogar de gente en situación de calle).

Al regresar, se sumaron a la celebración de Viernes Santo en el Templo de la Compañía, que estuvo seguida de un vía crucis. El mismo fue guiado, también por los jóvenes de Pascua Joven. Al finalizar las actividades en el Templo, se regresó al Centro Manresa para examinar el día.

El sábado tuvo como objetivo preparar los corazones para acoger la Buena Noticia del Resucitado. Por eso, la primera propuesta fue “salir a mirar la realidad de todos los días con ojos nuevos”. Se invitó a cada uno a salir a la calle, poner atención y dejarse sorprender por algún detalle o algo que antes no hubieran visto y registrarlo con una foto. Luego, cada uno compartió la foto que había tomado y qué había visto de distinto.

Luego, la invitación fue a preguntarse: ¿cómo quiero permanecer en el amor de ahora en más? Para armar una suerte de ‘Plan de Vida’ en el que ponerlo en acciones concretas. El tiempo restante de la tarde fue destinado a preparar la celebración del sábado de gloria.

Luego de la celebración hubo una cena para festejar la Resurrección todos juntos.

 

 

 

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