Un pequeño relato para compartir – Por Juan Berli SJ

Juan Berli SJ fue nombrado el año pasado como Párroco y Administrador parroquial en dos dependencias de la diócesis de Quilmes, Buenos Aires. Junto con otros compañeros jesuitas, llevan adelante la tarea de acompañar a las comunidades de las parroquias Nuestra Señora de las Lágrimas y Nuestra Señora de Luján.

Hoy, nos acerca la historia Jonatan y su familia, que en medio de las dificultades y gracias al apoyo de la comunidad, llegaron al barrio para quedarse.

Un pequeño relato para compartir – Por Juan Berli SJ

Conocimos a Jonatan cuando fue a buscar comida para su familia, al Centro Guadalupe, hace ya dos meses. Llegó a La Matera cuando debió desocupar la casa de su padre. Con Yeni tienen 7 hijos, la mayor de 13 y el menor de 1 año. Fue su primo quien le dijo que podían “mudarse” al terraplén, porque se había desocupado un lugar. 

Con chapas y madera construyó la casa, de único ambiente de 6 x 4 mts. Estaba como colgando del terraplén… pero su principal preocupación eran las lluvias: a sus hijos los desparramaban entre los vecinos para que pudieran dormir. 

Cuando los visitamos nunca nos pidió nada. Estaban inmensamente agradecidos por la comida abundante que traían los soldados del Ejército. 

Gracias a una gran movilización de muchos cevequianos, familiares y amigos, que decidieron hacer donaciones, pudimos comprarle 5 chapas y tirantes. Los puso el mismo día que llegaron, con ayuda de los vecinos. Cuando vino a visitarnos Rafael Velasco, pudimos llegar a su casa. Estaban esperando 10 camiones de tierra para nivelar el “patio”. Nos contó que era auxiliar de panadería y tenía changas dos veces por semana. Y que nunca se había imaginado recibir tanta ayuda.

El viernes pasado le entregamos un horno pizzero pequeño. Caritas nos consiguió el flete. Al llegar a su vivienda Jonatan y Yeni se quedaron paralizados y sin palabras. Literalmente no podían hablar. 

Hoy nos envió fotos con este texto: “estos panes isimos el martes. Estamos vendiendo día por medio grasias a todos ustedes”. 

Tener un emprendimiento propio había sido su sueño desde pequeño. ¡Te damos Gracias Señor! 

Nos sentimos acompañados por todos ustedes.

 

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