Gesto por la Paz

Dentro de las varias actividades que realizamos en el Colegio “Apóstol Santiago”, a propósito de ‘la semana de la paz’, este año fue novedad la celebración de una eucaristía en alemán, celebrada muy devotamente por el P. Manuel Cabada, s.I., y participada, también con gran ilusión y seriedad por los alumnos de los grupos diversos que cursan esa materia: 1º y 2º de la E.S.O. A, B, C y D, y 1º Bachillerato A y C.

Se celebró en la iglesia de nuestra parroquia, puesto que el número de los asistentes, algo más de 100, no cabía en las capillas en que solemos tener las eucaristías para grupos concretos.

Tuvo una larga y esforzada preparación por parte de la profesora, Lourdes Juncal, con quien colaboraron algunos profesores, entre otros la profesora de música de esos cursos, que ayudó con su guitarra a la preparación y ejecución de los cantos y un jesuita, miembro del equipo de pastoral, que asesoró en la elección de los textos de las lecturas, peticiones, ofrendas y canciones.

Todo se hizo en la lengua de Göthe, y todos los asistentes tenían en sus manos el texto completo, para poder seguirlo con exactitud y pronunciarlo a la perfección.

Todos quedaron plenamente satisfechos, celebrante, profesores y alumnos, alabando el clima de seriedad y piedad, incluso con varios momentos de emoción, mucho más allá de lo que hubieran podido imaginar, y agradeciendo unos a otros la colaboración y participación.

Tan satisfechos, que se pensó muy seriamente en la posibilidad de celebrar, dentro de la semana de la paz, y como gesto de globalidad, una eucaristía en cada una de las lenguas que se imparten en nuestro plurilingüe Colegio.

Jesuitas España

 

Miserando atque… espiritualidad en la adversidad.

Mucho se escribe sobre espiritualidad que nos ilumina en un contexto que se manifiesta adverso a las formas de servicio y compromiso que la misericordia reclama. El camino que ofrece el mundo y sus ofertas de ‘espiritualidades’, parece por momentos a contramano de las formas más claras y simples de salir de sí, compadecerse y obrar en consecuencia.

Una vida ofrecida, en diálogo con la realidad y sus desafíos; y una oración que se retroalimenta en la comunidad de la que brota, no pueden sino desembocar en concreciones: obras de misericordia ofrecidas. Como las intervenciones alternadas de un diálogo enriquecedor, estas tres –vida, realidad y obra-, al armonizarse, son la expresión más acabada de una espiritualidad o ‘modo de proceder’ en el Espíritu.

Este botón bastará para muestra: en la celebración de la eucaristía dominical, se convoca la asamblea y ésta, ofrenda sus ‘alegrías y tristezas’ –su vida compartida-, para que sea iluminada y transfigurada su realidad. Como un cuerpo nuevo, renovada en la unidad, la misma comunidad es enviada a transformar el mundo, por la gracia de Dios y la obra de sus propias manos.

Y esto, no como fruto de una decisión sino advertidos de que “la espiritualidad cristiana consiste en aceptar dejar a Dios que, si nosotros cooperamos, actúe en nosotros, aceptando nuestra propia pobreza con humildad, confiando que Dios efectuará los cambios necesarios para liberarnos de los obstáculos a la unión” (M. O’neill RSM).

Esta afirmación tendrá una implicancia clara en quien quiera vivir radicalmente una vida ofrecida: será indispensable dejarse moldear por la realidad de aquellos a los que se quiera servir. No podrá ofrecerse una auténtica transformación sino brota de la misma compasión que movilizó al Samaritano. A la que todos estamos llamados.

Llamados a responder activamente a esta auténtica moción del Buen Espíritu. Que no es mero sentimiento o emoción, que por más inspiradores que resulten, no son uno con la energía y determinación de salir de sí. La moción, al registrarla, integra y condensa el impacto de la realidad en nosotros mismos y la inclinación de transformarla.

En otras palabras: una moción que, al acogerse, se traduce y comunica en amor y servicio. Sólo así se verifica la autenticidad, no de la moción, que puede o no haberse manifestado: únicamente así se verifica la autenticidad de la acogida de esta moción… que es la parte que nos toca.

Dicho desde las claves de los Ejercicios Ignacianos, el camino de oración y discernimiento propuesto se presenta con contenidos específicos para que el ejercitante ‘quite los afectos desordenados’ que le priven libertad ‘para amar y servir’. Dejándose configurar con Cristo, mediante Su gracia, se presenta un itinerario que va desde la perspectiva del ‘Principio y Fundamento’ hasta la ‘Contemplación para alcanzar amor’.

La metodología de los Ejercicios ayudará al ejercitante a disponerse, a dejarse conducir, en la dirección que las mociones del Buen Espíritu oriente. Con esto, un aprendizaje sobre las facetas en las que vencerse a sí mismo, hasta las propias raíces, superando desórdenes, vicios y pecados por la fuerza de la misericordia. Y un aprendizaje sobre el lenguaje del Espíritu y de los engaños del ‘mal’, en la práctica del discernimiento.

Impulsados por un ‘Magis’ como impulso permanente del itinerario propuesto y emprendido “para más amarlo y servirlo’, confirmado en las llamadas progresivas y oradas en el trascurso de las meditaciones del Rey Eternal, Dos Banderas y Tres Grados de Humildad.

En las próximas entregas, haremos mención a estas Meditaciones –llamadas ‘estructurales’ del Mes Ignaciano-, a propósito de las distintas expresiones que puede adoptar la misericordia encarnada en opciones de vida y espiritualidades concretas dentro de la Iglesia.

Discurrir por unas partes y por otras

Por Raúl Alberto González S.J.

Llegó el momento de partir, muchos de ustedes quedaron perplejos ante la noticia de mi traslado, otros confundidos, algunos tristes y varios casi sin palabras.

Casi todos me han preguntado ¿Por qué?

A casi todos le he dado la misma respuesta, así es la vida del Jesuita, para discurrir por unas partes y por otras. Hoy quisiera explicarles un poco más esta expresión.

Para nosotros, los jesuitas, la originalidad de la Compañía de Jesús, fue plasmada por San Ignacio en las constituciones de las mismas.

Ignacio de Loyola, cuando presenta la Compañía de Jesús a los candidatos que se plantean ingresar a la orden, les aclara que debemos estar «preparados conforme a nuestra profesión y modo de proceder, para discurrir por unas partes y por otras del mundo, todas las veces que… nos fuere mandado» (Const. [92] 35).

Este discurrir que platea San Ignacio a todo aquel que quiera compartir nuestra misión, no es un ir de un lado para otros sin sentido o más aún, en búsqueda de lugares exóticos o emociones fuertes, sino que su finalidad es esperar el mayor servicio de Dios y ayuda de las almas. 

La vida del Jesuita tiene que ver con la misión que se le encomienda; y así nuestra vida se va configurando cada día más a esta idea de «discurrir por unas partes y por otras» a imagen de Ignacio de Loyola, el peregrino, pero no ya solamente la del peregrino que busca a Dios para encontrarlo sino también del peregrino que habiéndolo encontrado quiere hacer el mayor bien y el mayor servicio.

Ignacio no quería que fuésemos eternos, ni imprescindibles, ni más aún inamovibles, sino que fuésemos hombres capaces de llevar adelante la misión.

Porque la misión nos define, nuestra obediencia es para la misión, nuestro hacernos indiferentes es para la misión, nuestra capacidad de movilidad es para la misión.

En mi vida de Jesuita, una vez más me toca experimentar los efectos de la obediencia para la misión.

Esta nueva misión me llevara a una nueva ciudad, me forzará a conocer nueva gentes y a establecer nuevos vínculos, pero sobre todo me exigirá soñar y pensar la misión en un nuevo contexto.

Ante la pregunta del por qué solo me queda una respuesta… porque somos para la misión

 

Diplomado Regional en Derechos Humanos de AUSJAL-IIDH

En América Latina, la AUSJAL y nueve Universidades de la red, con apoyo del IIDH, han unido esfuerzos para mejorar la situación de los derechos humanos en la región, a través de una experiencia de formación especializada consistente en un Diplomado en Derechos Humanos, en cuatro menciones:

Acceso a la Justicia.

Participación, Ciudadanía y Derechos Humanos.

Educación en Derechos Humanos.

Seguridad y Derechos Humanos.

El Diplomado es ofrecido en forma conjunta por:

Universidad Católica del Uruguay

Universidad Iberoamericana Ciudad de México

Universidad Iberoamericana – Puebla

Universidad Rafael Landívar de Guatemala

Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá

Universidad Católica Andrés Bello, de Caracas

Instituto Filosófico Pedro Francisco Bonó de Santo Domingo

Universidad Antonio Ruiz de Montoya de Lima

Universidad Alberto Hurtado, de Santiago de Chile

En 11 años de implementación ininterrumpida (2003-2013) han egresado 858 estudiantes de: México y 8 países de América Central y el Caribe (50%), 8 países de América del Sur (48%) y 7 países de otras regiones (2%), de trece sectores de la actividad profesional, siendo un 60% mujeres y 40% varones. Muchos llevan años en el ejercicio de la actividad profesional. Se cuentan egresados de zonas geográficamente distantes y activistas que trabajan con sectores vulnerables.

Experiencia innovadora

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Es una iniciativa interuniversitaria, interdisciplinaria, inclusiva, multicultural, a distancia, sin antecedentes en la región en el área de los Derechos Humanos. Es un esfuerzo de varias organizaciones para llevar adelante un proyecto común de enseñanza. Es innovador en su intención de ofrecer una experiencia más allá del prestigio personal, para que el agregado de formación profesional no se quede sólo en una «mejor posición académica» sino que se traduzca en un «mejor hacer» para generar cambios en la sociedad.

En la región ha captado la atención de sectores muy diversos: abogados, arquitectos, asistentes sociales, diplomáticos, médicos, administradores, informáticos, educadores, militares, policías, religiosos, sicólogos y sociólogos, quienes se congregan para trabajar juntos, consustanciados en construir una cultura de paz, democracia y desarrollo.

Orientación social

El objetivo general del Diplomado es capacitar y sensibilizar en la defensa y promoción de los derechos humanos a quienes trabajan o van a trabajar en este campo como agentes de cambio. Sus objetivos específicos comprenden:

Énfasis en Acceso a la Justicia: Brindar conocimientos y herramientas a los operadores de la justicia, para la aplicación de la normativa que protege los derechos asociados a la justicia

Énfasis en Participación, Ciudadanía y Derechos Humanos: Brindar herramientas inter-disciplinarias, para la promoción de derechos en el ámbito de la Participación y la Ciudadanía.

Énfasis en Educación en Derechos Humanos: Brindar bases teóricas y herramientas de Educación en DDHH a los profesionales, para que las incorporen en sus prácticas cotidianas.

Impacto en la Sociedad

El Programa ha permitido los siguientes avances en el entramado social:

Inclusión, en la educación en derechos humanos, de la población con limitaciones para concurrir a la Universidad;

Fortalecimiento de capacidades de los agentes de cambio que trabajan por los derechos humanos en zonas vulnerables;

Incorporación de la perspectiva de los derechos humanos en los ámbitos de trabajo;

Generación de nuevos proyectos de vida centrados en la promoción de los derechos humanos;

Sensibilización de sectores con amplia responsabilidad en la protección de los derechos humanos;

Participación en propuestas institucionales para la defensa de los derechos humanos

«Este proyecto apunta a formar profesionales de distintas disciplinas para que complementen su formación y actúen como agentes de cambio en su medio y ese objetivo se está logrando. En estos diplomados han trabajado juntos docentes, psicólogos, asistentes sociales, militares, policías, abogados, en torno a la temática de los Derechos Humanos, consustanciados en construir una cultura de paz. Creo que en estos tiempos esto no es poco.»

Dra. Mariella Saettone (UCU), Coordinadora General

Funcionamiento

El Diplomado combina el esquema presencial tradicional con un entorno de educación a distancia basado en tecnologías de la información. Esto permite que puedan acceder a formación especializada poblaciones geográficamente distantes, del interior de los países, con limitaciones de tiempo para ir a la Universidad, y de países que no tienen aún células del Diplomado.

Cada año, el Diplomado en sus tres menciones tradicionales: Acceso, Participación y Educación empieza a fines de abril: inicia con un bloque presencial de nivelación de conceptos (de hasta una semana), prosigue con un bloque virtual de desarrollo de los temas del diplomado (de 7 meses) y concluye con un bloque presencial de síntesis (de hasta 3 días). En este 2015, la primera edición de la mención Seguridad está programada para fines de julio.

Cada año participan alrededor de 200 alumnos de diversos países de la región. Quienes aprueban el programa reciben el Diploma en Derechos Humanos, en la mención elegida, expedido por la Universidad sede y avalado por la AUSJAL y el IIDH.

Costo e Inscripciones

A los postulantes les corresponde inscribirse en la Universidad sede del Diplomado más próxima a su lugar de residencia. Los costos y requisitos de admisión varían por cada Universidad.

Para participar en el Diplomado el primer paso es inscribirse. Elija la mención que desea cursar. Luego, inscríbase contactando al Coordinador del diplomado de la Universidad más cercana a su lugar de residencia.

Después de haberse inscrito, a quienes así lo soliciten y reúnan los requisitos, la Coordinación del diplomado de la Universidad sede les enviará un formulario para que concursen por becas parciales en el caso que existan.

Las inscripciones se cierran en abril de cada año.

Información adicional

Por consultas adicionales diríjase al Coordinador del diplomado de la Universidad más cercana a su lugar de residencia o a la Coordinación General del diplomado (correo electrónico: msaetton@ucu.edu.uy o anahui@ucu.edu.uy). Desde el 2010, la Coordinación General de los Diplomados para la región está a cargo de la célula de la Universidad Católica del Uruguay.

¡Le esperamos!

Programa Interuniversitario de Derechos Humanos de AUSJAL – IIDH

 

Desarrollo Sostenible y Sociedades Inclusivas

Fuente: CPAL Social

Los mercados económicos y financieros han cobrado extraordinaria importancia en nuestros días. Su comportamiento afecta a la vida de la mayoría de los seres humanos que habitamos el planeta y repercute en el medio ambiente. La pobreza, la desigualdad, la degradación ambiental, el abismo económico entre países, los patrones de migración y la violencia son fuerzas altamente interdependientes que influyen en nuestro futuro común.

La crisis económica mundial que comenzó en 2008 fue predicha por algunos economistas, pero sorprendió a muchos otros, que no previeron los acontecimientos ni el daño que luego se produciría. Esta crisis indujo a muchos a examinar más detenidamente los “fundamentos” de nuestra economía global y las políticas que llevaron a los excesos causantes del colapso.

Desde el comienzo de su pontificado, el Papa Francisco ha llamado reiteradamente tanto a la Iglesia como a la sociedad en general a conceder atención a los asuntos relacionados con la justicia en la economía global de nuestros días. En muchos de sus discursos y homilías, y especialmente en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium y la encíclica Laudato Si’, el Papa Francisco ha invitado a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad a prestar seria atención a algunos de los mayores retos de justicia que hoy se presentan en la vida social y económica. Entre las acciones que solicita el Papa se cuentan: aliviar el sufrimiento de los pobres, reducir la desigualdad entre ricos y pobres, superar los patrones de exclusión que tanto conflicto y tanta violencia causan en la actualidad. Reclama además un desarrollo sostenible en formas ecológicamente responsables, tema este al que ha dedicado una encíclica entera.

Construir sociedades inclusivas y sostenibles sobresale como una de las principales exigencias de nuestra época: sociedades que permitan a todos participar en la riqueza acumulada durante generaciones, con especial interés por los más vulnerables; sociedades comprometidas con la protección del medio ambiente. Este es el reto que se aborda en el presente documento, reflexionar cómo la economía actual afecta a la inclusión y la sostenibilidad y explorar vías a través de las cuales la economía pueda responder mejor a las necesidades de los pobres y del medio ambiente.

Los Secretariados de la Compañía para la Justicia Social y Ecología y para la Educación Superior pedimos a un grupo de trabajo (Task Force) compuesto de expertos que nos ayudaran a los jesuitas y a otros miembros de la familia ignaciana a afrontar tales retos. El presente informe es el resultado de los esfuerzos de ese grupo de trabajo, formado tanto por jesuitas, como por compañeros laicos. A todos ellos les estamos enormemente agradecidos por su dedicación y sabiduría: Germelino Bautista (Filipinas), Matthew E. Carnes sj (CFN), Gaël Giraud sj (GAL), David Hollenbach sj (MAR), María Eugenia Ibarrarán (México), François Pazisnewende Kabore sj (AOC) y Felix Raj sj (CCU). Proceden de las seis Conferencias de la Compañía. Apreciamos sinceramente su generosa donación de tiempo y consejo. Además del esfuerzo realizado, pidieron a dos docenas de colegas del campo de la economía y de las ciencias sociales su opinión sobre el primer borrador del informe. Los nombres de estas personas aparecen al final de este documento en la sección de agradecimientos.

En el limitado espacio de un informe como este tan solo se puede ofrecer una orientación general en lo relativo al desafío de la justicia económica en nuestros días. El grupo de trabajo ha empleado los recursos intelectuales de las ciencias sociales, la filosofía y la teología que los jesuitas y sus compañeros laicos son privilegiados de tener a su disposición. Esperamos que la reflexión que hemos sido capaces de llevar a cabo conjuntamente en este grupo de trabajo resulte útil en las múltiples obras e instituciones jesuitas repartidas por el mundo entero mientras prosiguen su trabajo en favor de una mayor justicia.

Por último, el presente informe no pretende ponderar ni debatir cuestiones específicamente locales o regionales. Antes bien, confiamos en que lo que aquí se dice será desarrollado en mayor detalle por grupos vinculados con la Compañía de Jesús a la luz de los retos que se plantean en las diferentes regiones y situaciones locales. Así pues, este informe no es más que un comienzo en la obra más amplia que los jesuitas y nuestros compañeros laicos podemos emprender en respuesta a los retos planteados por el Papa Francisco.

Michael Garanzini, S.J. – Secretario para la Educación Superior

Patxi Álvarez, S.J.- Secretario para la Justicia Social y la Ecología

 

Jornada Mundial de la Juventud – Cracovia 2016

Faltan pocos meses para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se realizará en Cracovia (Polonia), en julio de 2016 en la que participará el Papa Francisco bajo el lema “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán la misericordia”.

El Santo Padre evoca el pasaje de las Bienaventuranzas porque en él Jesús nos invita a seguirle y recorrer con Él el camino del amor para llegar a la santidad. Por ello, la figura del peregrino es una de las más importantes.

“Jesús enseña el camino de la vida, el camino que Él mismo recorre, es más, que Él mismo es, y lo propone como camino para la verdadera felicidad. En toda su vida, desde el nacimiento en la gruta de Belén hasta la muerte en la cruz y la resurrección, Jesús encarnó las Bienaventuranzas” señala el Papa Francisco en el primer mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud.

Los eventos principales de la JMJ en Cracovia se llevarán a cabo en el parque de Blonia. La Santa Misa de apertura será el 26 de julio. El 28 de julio se dará el primer encuentro de los jóvenes con el Papa Francisco en la ceremonia de acogida. Se efectuará una liturgia de la palabra y el Papa dará su primer discurso. También invitará a todos los jóvenes del país anfitrión a unirse a la jornada.

El viernes 29 se celebrará el Vía Crucis en el que la Cruz de la JMJ será cargada dentro de una ruta indicada por un grupo de jóvenes. El objetivo del Vía Crucis es mostrar el sentido penitencial de la jornada, este remite al testimonio y al encuentro con Jesucristo en la Cruz.

Uno de los momentos más importantes de la JMJ es la vigilia con el Santo Padre. Este día se destaca por la alegría y el espíritu de los jóvenes; y por ser un momento intenso de oración y reflexión. Se realizará una adoración al Santísimo de los jóvenes junto al Papa. La vigilia comenzará en la tarde del sábado 30 de julio.

Al día siguiente (31 de julio, día de San Ignacio de Loyola) el Papa Francisco oficiará la Santa Misa Final. Esta celebración es el momento culminante de la JMJ. Durante la Eucaristía el Pontífice dará un mensaje a los jóvenes.

Los organizadores de la JMJ han convocado a todos los fieles para que se unan en oración por los preparativos para el evento.

La Jornada Mundial de la Juventud se realiza cada 2 o 3 años y consiste en un encuentro de millares de jóvenes provenientes de todo el mundo con el Santo Padre en un determinado país. Este evento fue instituido hace 30 años por el Papa San Juan Pablo II. La anterior JMJ fue en el año 2013 en Río de Janeiro (Brasil) al que asistieron más de 3 millones de jóvenes.

Jesuitas Centroamérica

 

Reflexión del Evangelio, Domingo IV de Cuaresma

Por Gabriel Jaime Pérez Montoya, S.J.

Se acercaban a Jesús los publicanos y pecadores para escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; el menor dijo a su padre: «Padre, dame la parte que me toca de la herencia». El padre les repartió los bienes. Días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible y empezó él a pasar necesidad. Y tanto le insistió a un habitante de aquel país, que lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Sentía ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, y nadie le daba de comer.

Recapacitando entonces, se dijo: «Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros». Se puso en camino hacia donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, lo recibió con abrazos y besos. Su hijo le dijo: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo.» Pero el padre dijo a sus criados: «Saquen en seguida el mejor traje y vístanlo; pónganle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traigan el ternero cebado y mátenlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado». Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: «Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud». Él se indignó y se negaba a entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: «Mira: en tantos años como te sirvo sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando viene ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado». El padre le dijo: «Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado»»

(Lucas 15, 1-3.11-32).

Esta es la última de las tres llamadas parábolas de la misericordia contenidas en el capítulo 15 del Evangelio de Lucas. Es conocida como la del hijo pródigo o derrochador, pero tiene en realidad tres protagonistas. Por eso deberíamos llamarla mejor Parábola del padre compasivo, el hijo arrepentido y su hermano insensible, reconociendo como el protagonista principal al padre que perdona e invita a perdonar. El contexto lo marca la crítica de los escribas y fariseos contra Jesús porque acoge a publicanos y pecadores. Los publicanos o recaudadores de impuestos al servicio del imperio romano, caracterizados por su conducta deshonesta, y en general todos los “pecadores”, eran despreciados por quienes presumían de justos y procuraban estar lejos de ellos para no contaminarse. De hecho, fariseos significa separados. Jesús, en cambio, se acerca a los pecadores rechazados por quienes se creen puros, y les ofrece la posibilidad de rehacer sus vidas.

El Evangelio de hoy nos invita a sentir la misericordia infinita de Dios, reconociendo nuestra debilidad y nuestra necesidad de salvación. Asimismo, a tener los mismos sentimientos que Dios tiene con quienes reconocen sus culpas y sus errores y quieren reconciliarse con Él y con la comunidad.

1.- Me pondré en camino y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti

El hijo menor malgasta su herencia y llega a una situación que lo lleva a examinarse y recapacitar, disponiéndose a volver y a pedir perdón a su padre. Este examen de conciencia, el arrepentimiento y el propósito de cambiar, son los tres primeros pasos de un proceso efectivo de reconciliación. Los otros dos son la confesión y la voluntad de reparación. Este hijo arrepentido es para cada uno de nosotros una figura simbólica de lo que puede también acontecer en nuestras vidas cuando nos hemos alejado de Dios, si confiamos en su misericordia. Dios mismo nos ofrece la oportunidad de recapacitar y volver a Él

2.- Su padre lo vio, se conmovió, y echando a correr lo recibió con abrazos y besos

Dios es un Padre infinitamente misericordioso. Este es el mensaje central de toda la predicación de Jesús. Él espera que el pecador recapacite y se arrepienta, siempre está dispuesto a recibirlo y perdonarlo. Jesús, con su actitud de acercamiento a los pecadores, nos muestra cómo se comporta Dios con sus hijos. Por eso lo podemos reconocer como el revelador del Padre, como el rostro compasivo de Dios que se nos ha hecho visible en su humanidad. Con este reconocimiento comienza justamente la bula El Rostro de la Misericordia, con la que el Papa Francisco convocó al Jubileo o Año Santo de la Misericordia, inaugurado el pasado 8 de diciembre. Y el mismo Francisco recalca este reconocimiento en una entrevista recientemente publicada en un libro que lleva por título El nombre de Dios es Misericordia.

Desde el momento en que el hijo menor se propone volver a la casa de su padre y expresarle su arrepentimiento, es perdonado por él. Y lo que acontece cuando regresa es una fiesta en la que el padre quiere que participe toda la familia. Este es el sentido del sacramento de la reconciliación que instituyó nuestro Señor Jesucristo. Desde el momento en que reconocemos nuestro pecado, nos arrepentimos sinceramente y decidimos volver a Dios, Él nos perdona, pero es necesario que expresemos esta disposición en el ámbito de la familia que formamos todos como hijos e hijas de Dios, en el ámbito de la Iglesia. Por eso decimos: “Yo confieso, ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado…”. Y este es a su vez el sentido de la confesión ante el sacerdote, que representa tanto a Dios como a la comunidad eclesial en el sacramento de la reconciliación, al cual se refiere la segunda lectura de hoy (1ª Corintios 5, 17-21).

3.- Deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido

La parábola quedaría sin su sentido completo si suprimiéramos la última parte, en la que interviene el hermano mayor. Él representa la actitud insensible e intransigente de los escribas y fariseos que criticaban a Jesús por su acercamiento a los pecadores.

La lección es clara y corresponde a lo que el mismo Jesús quiso enfatizar cuando les enseñó a orar a sus primeros discípulos: perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos… En conclusión, la enseñanza definitiva de la parábola corresponde a una frase de Jesús que encontramos en el mismo Evangelio según san Lucas: “Sean ustedes misericordiosos, como su Padre es misericordioso”, (Lc 6, 36). De ahí precisamente el lema de este Año Jubilar de la Misericordia, proclamado por el Papa Francisco: “Misericordiosos como el Padre”.

Jesuitas Colombia

 

Un año más, ¡empecemos por la hospitalidad!

Cada nuevo año empieza con una lista de buenos propósitos: dejar algunos hábitos, asumir otros, poner en práctica una intención o un deseo muchas veces postergado, dar un paso más en un proyecto que hemos empezado, pero al cual no nos hemos dedicado lo suficiente. Sin embargo, a pesar del “aire de novedad” o del “deseo de ruptura” con el cual celebramos el nuevo año, en realidad nuestra vida, personal y comunitaria, es una línea continua que construimos constantemente y donde los retos no abordados o los problemas no solucionados no desaparecen por sí solos, sino que siguen replanteándose y requiriendo nuestra atención.

En ese sentido, entre el final y el inicio del año hay un hilo conductor constituido por el doble llamado a solidarizarse con las personas migrantes y refugiadas, responsabilidad a la cual nos convocan, respectivamente, el Día International del Migrante (18 de diciembre) y la Jornada Mundial de la Persona Emigrante y Refugiada de la Iglesia católica (17 de enero).

Se estima que actualmente en el mundo hay 232 millones de personas migrantes y 60 millones de personas en movilidad forzada (refugiadas o desplazadas internamente al proprio país). Son personas que huyen de la amenaza de los conflictos, de las guerras, de los desastres naturales, de políticas de extracción de recursos naturales que hacen invivible el entorno y de situaciones igualmente amenazantes como la pobreza, la falta de oportunidad y la inseguridad, en Estados donde la corrupción y la impunidad dejan a las y los ciudadanos en condiciones de abandono, violando sus derechos fundamentales. No abordar estos problemas a nivel local, nacional y global es nuestra cuenta social pendiente, no sólo del 2015, sino desde hace varias décadas. No debería sorprendernos entonces que el número de personas forzadas a dejar su país siga aumentando: se trata de flujos estructurales originados por la injusticia sistémica de nuestro mundo globalizado.

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La hospitalidad rompe muros.

Sin embargo, “la respuesta de los Estados sigue siendo inadecuada, cuando no son éstos responsables del agravio de la vulnerabilidad de las personas migrantes o desplazadas forzosamente. Se invierte más en obstaculizar el camino de las personas migrantes, que en atender sus circunstancias, identificar los casos que merecen protección especial y favorecer la integración social”. Esto afirmaba la Campaña por la Hospitalidad el 18 de diciembre, en su declaración para el Día Internacional del Migrante www.campañaporlahospitalidad.com/recursos

Estamos frente a un círculo vicioso. No reconocer el derecho a poder vivir en el propio país en condiciones dignas y de seguridad, invirtiendo en desarrollo sostenible, fomentando la equidad y la paz, deja a muchas personas sin otra alternativa que irse. Al mismo tiempo, no reconocer el derecho a la libre movilidad de todas las personas motiva el cierre de las fronteras y de los canales legales de ingreso a otros países, convirtiendo arbitrariamente a las personas migrantes en “irregulares” o “ilegales”. Atrapadas en este cerco de marginación, las personas migrantes ven violados sus derechos fundamentales por la tendencia restrictiva de la mayoría de las políticas migratorias en nuestra región. Negarles el acceso a la educación y a la asistencia sanitaria porque son “irregulares”, detenerles sin suficientes garantías legales son sólo algunos ejemplos de esas violaciones.

Peor aún, no hay país, en cualquier latitud, en el cual no se utilice el tema migratorio para distraer a la opinión pública local de otros temas y cuestiones políticas. Se deshumanizan a las personas migrantes, se les presenta como un colectivo amenazante, una invasión o un flujo incontrolable, y así se construye un enemigo externo muy cómodo para desviar la atención colectiva de problemas sociales, legales y económicos internos. Es el viejo y dañino mecanismos del “chivo expiatorio”.

“Es indispensable que la opinión pública sea informada de forma correcta, incluso para prevenir miedos injustificados y especulaciones a costa de los migrantes” afirma Papa Francisco en el mensaje «Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la misericordia» para la jornada del 17 de enero vínculo. “Es importante mirar a los emigrantes no solamente en función de su condición de regularidad o de irregularidad, sino sobre todo como personas que, tuteladas en su dignidad, pueden contribuir al bienestar y al progreso de todos”.

A esto se ha dedicado la Campaña por la Hospitalidad en los últimos dos años. Las nueve redes y las más de 80 instituciones que participan en ella en 14 países de Latinoamérica y el Caribe han ido compartiendo información, creatividad, recursos humanos y económicos para fomentar una cultura del encuentro y del respeto de los DDHH de toda persona, valorizando las diversidades culturales. A tal fin, hemos producido numerosos recursos (textos, audios, videos) para actividades educativas, pastorales, de sensibilización y de incidencia. Están a disposición en la sección Recursos del blog de la campaña y les invitamos a descargarlos y utilizarlos www.campañaporlahospitalidad.com/recursos

También bajo el paraguas de la campaña se han realizado acciones en las redes sociales y muchas actividades locales: marchas, cicleteadas y ferias de la hospitalidad, seminarios universitarios, encuentros con las familias de las personas migrantes y/o con personas extranjeras que ahora son nuestros nuevos vecinos. En toda ocasión se ha experimentado que la hospitalidad requiere apertura, estar “dispuesto no sólo a dar, sino también a recibir de los otros. La hospitalidad, de hecho, vive del dar y del recibir” (mensaje del Papa Francisco del 17 de enero).

Al comienzo del nuevo año celebramos la continuidad y todo lo que se ha conseguido a través de la campaña. Reconocemos también que podríamos obtener más si lográramos mayor coordinación interna e implicación constante de arriba-abajo y de abajo-arriba de todas las organizaciones participantes. Empezamos entonces con el deseo de fortalecer nuestro trabajo en red y renovar nuestra acción, pero con la convicción de que la hospitalidad va a ser, un año más, la respuesta más adecuada a los desafíos de la realidad actual.

Fuente: CPAL Social

 

Un diácono permanente al frente de una parroquia

El obispo-prelado de Deán Funes, Mons. Gustavo Zurbriggen, visitó la localidad de San Francisco del Chañar, departamento Sobremonte de la provincia de Córdoba, en cuya sede parroquial presidió el domingo 28 de febrero la Eucaristía en la que designó al nuevo Equipo Misionero que tendrá a su cargo la administración parroquial y al diácono permanente Héctor Muiño encargado de la cura pastoral y administrativa de la parroquia San Francisco Solano.

El obispo-prelado de Deán Funes, monseñor Gustavo Gabriel Zurbriggen, se trasladó a la localidad de San Francisco del Chañar, departamento Sobremonte de la provincia de Córdoba, en cuya sede parroquial presidió el domingo 28 de febrero la Eucaristía en la que designó al nuevo Equipo Misionero que tendrá a su cargo la administración parroquial y al diácono permanente Héctor Luis Muiño encargado de la cura pastoral y administrativa de la parroquia San Francisco Solano.

Esta parroquia atiende pastoralmente a más de 12 localidades rurales donde viven unos 2.300 habitantes, católicos en un 90 por ciento, dispersos en un territorio de 3.000 kilómetros cuadrados.

También designó al presbítero Martín Márquez capellán de la parroquia y al sacerdote redentorista Alberto Ulrich, párroco emérito, luego de 15 años al frente de la comunidad parroquial.

La celebración se llevó a cabo en un clima festivo y contó con la presencia de mucha gente de las localidades que conforman la parroquia, esperanzadas con este nuevo impulso misionero y comunitario.

El diácono Muiño, en su alocución ante los fieles resaltó «la importancia de formar verdaderas comunidades centradas en Jesús, pastoreándose entre todos» y su deseo, junto con el padre Martín, es «poder ser buenos pastores y guías para esta porción de la Iglesia en el norte cordobés.”

Fuente: AICA

 

Carta del Rector del Colegio San Luis Gonzaga

En los últimos días, hemos recibido la triste noticia de la muerte de dos jóvenes turistas argentinas en Ecuador. Las jóvenes mendocinas, Marina y María José, formaban parte de Jinetes, un voluntariado que integra la Red Juvenil Ignaciana. Y tiene como tarea acompañar a las personas que se encuentran en situación de calle, tanto materialmente (acercando un plato de comida) como personalmente, en el prestar su oído y su tiempo a cada una de estas personas.

Debido al impacto generado frente a la tragedia de la muerte de Marina y María José, el Rector del Colegio San Luis Gonzaga, Julio Navarro Sanz, ha escrito una carta dirigida a la comunidad. Difundimos la misma a continuación.

¡Misericordia! ¡Misericordia!

¡Qué miserable es la muerte injusta y violenta! ¡Qué desagarro para el alma!

Ante esta miseria tenemos dos opciones: la indiferencia o el compromiso de poner allí nuestro corazón.

Esto queremos aprender en el Colegio. Poner el corazón en la miseria humana, en el dolor, en la injusticia, en la muerte. Esto es “misiri-cordia”

Evitemos cualquier forma de indiferencia y vivamos con compasión la muerte de Marina y María José. Hoy son ellas, mañana podés ser vos, tus hijos, tus alumnos.

Cómo desterrar cada día cualquier forma de violencia. Cómo combatir especialmente la violencia a la mujer y a las personas vulnerables. La escuela tiene que enseñar estas cosas. Tenemos que “graduarnos” todos en sensibilidad social, compromiso por la justicia y construcción del bien común. Eso es misericordia y eso se debe aprender en la escuela.

Les propongo tres cosas concretas:

Que recemos. Que lo hagamos con nuestros niños. Recemos por Marina, por María José, y por sus familias. Pero también recemos por nosotros, para aprender a poner el corazón allí donde hay miserias.

Que estudiemos. La trata de personas, la violencia de género, el narcotráfico y cualquier forma de injusticia pueden ser eficazmente combatidos si formamos una comunidad sensible, comprometida y con inteligencia social. Recuerden que la ignorancia nos esclaviza y “la educación nos libera”.

Que vayamos a la marcha este jueves a las 19 en la universidad del Aconcagua. Vayamos en familia y, por qué no, con el uniforme del Colegio. Allí podremos manifestar pacíficamente nuestra opción por la misericordia.

El pasado 24 de diciembre Marina y María José celebraron la navidad en la Plaza España, con la gente en situación de calle. Pusieron sus corazones en la miseria de la pobreza, la soledad y la incomprensión. Ellas hoy celebran la Pascua y sus heridas son sanadas por el Corazón de Dios, el Misericordioso. Que Él y ellas nos cuiden y nos ayuden a trabajar por la justicia y la paz. Que todos cultivemos la misericordia social.

Julio Navarro Sanz

Rector