Fe y Alegría: Cursos Virtuales para Complementar la Formación Laboral

La Fundación Fe y Alegría Argentina ofrece herramientas virtuales a sus ex-alumnos, que sirven para complementar su formación y acceder a recursos que optimicen su desenvolvimiento en el mundo laboral.

A partir de este año 2016, como complemento para el programa Formación para el Trabajo, en nuestros niveles secundarios y centros de formación profesional hemos implementado cursos virtuales en competencias, cuyos beneficiarios fueron, en primera instancia, nuestros docentes, y luego, alumnas y alumnos.

Eugenia Salazar, de 26 años, es alumna en el curso de auxiliar de peluquería en IPROF de Fe y Alegría Corrientes y nos comparte su experiencia. Además de los conocimientos propios de su especialidad, tomó el curso virtual de auto control y razonamiento matemático con el acompañamiento del profesor Luis Alarcón. “Fue muy positivo ya que aportó a la convivencia del grupo, para autocontrolarnos mejor, y a acercarnos a la tecnología y a un aula virtual, que muchos no conocíamos”.

Fuente: Fe y Alegría Argentina

Nuevo Profesorado en la Escuela de Oficios ‘Papa Francisco’ de Alto Verde – Santa Fe

La escuela de Oficios de Alto Verde continúa ampliando la oferta de posibilidades en Educación Superior para sus alumnos. Este año se ha abierto un profesorado que cuenta con 53 inscriptos. El resto de los talleres han aumentado el número de alumnos y se visibiliza el impacto de esta escuela en la comunidad barrial.

Por Victoria Rodríguez

Los 53 vecinos de Alto Verde que se anotaron para estudiar el profesorado en educación primaria están a punto de finalizar el curso nivelatorio e iniciar el cursado del primer año. Para ellos es una oportunidad única de acceder a la educación superior y poder pensar un proyecto de vida con más posibilidades.

La Escuela de Oficios Papa Francisco, de la Fundación Manos Abiertas, realizó el año pasado un convenio con el Instituto Superior Nº 4031 Fray Francisco de Paula Castañeda para empezar a dictar la carrera en Alto Verde. Y se convirtió así en la primera oferta de educación superior formal que hay en el barrio.

«Los encuentros nivelatorios sirven para introducirlos en lo que será su vida en una carrera terciaria, explicarle el ritmo de cursado y evaluación», explicó a Diario UNO, Wilson Stegmayer, director de la Escuela de Oficios. «La presencia de la educación en Alto Verde impacta en la forma de ver y pensar» – expresó.

El próximo 3 de abril será el primer día de cursado. El resto del año encontrará a los alumnos de lunes a viernes de 8 a 12.30 en un aula del edificio ubicado en la Manzana 7 de Alto Verde. Para brindar una educación realmente inclusiva, los estudiantes tendrán la oportunidad de utilizar esa misma aula por la tarde para estudiar, reunirse y recibir apoyo.

El horario de cursado será por la mañana por varias razones. Por un lado, la mayoría de los inscriptos tiene hijos que van a la escuela en ese mismo turno, con lo cual cuentan con el tiempo necesario para cumplir con las clases. Y, por el otro, el Instituto Castañeda ya brinda la carrera por la tarde en su sede central, por lo que el contraturno le permite a los docentes acercarse hasta Alto Verde sin afectar a los otros cursos.

«Dejamos un aula solo para el terciario y, por la tarde, en el resto de los espacios del edificio se brindan los tradicionales talleres de la escuela de oficio», explicó Stegmayer, que acotó que ya están completos los cupos en carpintería, electricidad y cocina pero que quedan vacantes en el de albañilería.

Compromiso

Entre quienes emprenden el desafío de convertirse en profesores de primaria hay jóvenes de 18 y 19 años que recién terminaron la secundaria, otros mayores de 30 que se han interesado siempre por la educación; y un grupo importante de veinteañeros que hace algunos años completaron la educación obligatoria y están buscando una profesión que les genere una buena salida laboral. «La mayoría de ellos tiene hijos y le gusta la docencia, poder enseñar y compartir con chicos», agregó Stegmayer.

El director de la Escuela de Oficios está sorprendido por la buena respuesta que tuvo la propuesta y destacó el compromiso de quienes se inscribieron para cumplir cada uno de los pasos iniciales.

«Hubo encuentros que se habían fijado para días en los que llovió torrencialmente y moverse por el barrio no era sencillo pero, a pesar de eso, todos llegaron y participaron», ejemplificó y agregó: «Hay mucho entusiasmo, ya están preguntando cuántos apuntes van a necesitar».

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Pero desde las instituciones educativas hay expectativas de que el impacto sea grande en toda la comunidad. «Ya la escuela de oficios estuvo cambiando el barrio. La presencia de la educación en Alto Verde impacta en la forma de ver y pensar. Empieza un boca en boca que hace que la gente se acerque sin que hagamos mucha publicidad», contó el director de la escuela.

Es así como quienes comenzaron a cursar los talleres de oficio empezaron a preguntar sobre los requisitos para hacer el profesorado pero, además, los vecinos desarrollan propuestas paralelas que buscan mejorar la vida de todos como la apertura de despensas y otros negocios que son necesarios en la zona.

Más opciones

«Gracias a Dios tenemos muchísimos inscriptos en los cursos de oficio. Más que el año pasado. Ya llenamos el aula de electricidad, la de carpintería y la de cocina. Solo nos quedan 12 vacantes en albañilería», dijo el director de la escuela.

«La mayoría de los inscriptos tiene hijos que van a la escuela en ese mismo turno, con lo cual cuentan con el tiempo necesario para cumplir con las clases» – Wilson Stegmayer, director de la escuela de oficios

En esta edición se inscribieron más de 150 personas pero pudieron comenzar menos porque la institución tiene un cupo de 30 alumnos por curso. De todas maneras se siguen sumando propuestas.

En abril, por ejemplo, se va a dar inicio a los cursos de informática que duran tres meses. «En ellos se les enseña lo básico como para que los estudiantes puedan hacer su propio currículum, su carta de presentación y otras herramientas que le sirvan para el trabajo», contó Stegmayer.

Fuente: Diario UNO

Reflexión del Evangelio – Domingo V de Cuaresma

Evangelio del Domingo V de Cuaresma – Juan 11, 1-45

En aquel tiempo, se encontraba enfermo Lázaro, en Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta. María era la que una vez ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera. El enfermo era su hermano Lázaro. Por eso las dos hermanas le mandaron a decir a Jesús: “Señor, el amigo a quien tanto quieres está enfermo”. Al oír esto, Jesús dijo: “esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”.

Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Sin embargo, cuando se enteró de que Lázaro estaba enfermo, se detuvo dos días más en el lugar en que se hallaba.

Después dijo a sus discípulos: “Vayamos otra vez a Judea”. Los discípulos le dijeron: “Maestro, hace poco que los judíos querían apedrearte ¿y tu vas a volver allá?” Jesús les contestó: “¿Acaso no tiene doce horas el día? El que camina de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo, en cambio, el que camina de noche tropieza, porque le falta luz”. Dijo esto y luego añadió: “Lázaro, nuestro amigo, se ha dormido; pero yo voy ahora a despertarlo.”

Entonces le dijeron sus discípulos: “Señor, si duerme, es que va a sanar”. Jesús hablaba de la muerte, pero ellos creyeron que hablaba del sueño natural. Entonces Jesús les dijo abiertamente: “Lázaro ha muerto, y me alegro por ustedes de no haber estado ahí, para que crean. Ahora, vamos allá”. Entonces Tomás, por sobrenombre el Gemelo, dijo a los demás discípulos: “Vayamos también nosotros, para morir con Él”.

Cuando llegó Jesús, Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Betania quedaba cerca de Jerusalén, como a unos dos kilómetros y medio, y muchos judíos habían ido a ver a Marta y María para consolarlas por la muerte de su hermano. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí , no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas”. Jesús dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió: “Ya sé que resucitará en la resurrección del último día”: Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto? Ella le contestó: “Sí, Señor, creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.

Después de decir estas palabras, fue a buscar a su hermana María y le dijo en voz baja:”Ya vino el Maestro y te llama”. Al oír esto, María se levantó en el acto y salió hacia donde estaba Jesús, porque Él no había llegado aún al pueblo, sino que estaba en el lugar donde marta lo había encontrado.

Los judíos estaban con María en la casa, consolándola, viendo que ella se levantaba y salía de prisa, pensaron que iba al sepulcro para llorar ahí y la siguieron. Cuando llegó Mará adonde estaba Jesús, al verlo, se echó a sus pies y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”. Jesús, al verla llorar y al ver llorar a los judíos que la acompañaban, se conmovió hasta lo más hondo y preguntó: “¿Dónde lo han puesto?” Le contestaron: “Ven, Señor, y lo verás”. Jesús se puso a llorar y los judíos comentaban: “De veras ¡cuánto lo amaba!”. Algunos decían: “¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego de nacimiento, hacer que Lázaro no muriera?”.

Jesús profundamente conmovido todavía, se detuvo ante el sepulcro, que era una cueva sellada con una losa. Entonces dijo Jesús: “Quiten la losa”. Pero Marta, la hermana del que había muerto, le replicó: “Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días”. Le dijo Jesús: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Entonces quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo ya sabía que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho a causa de esta muchedumbre que me rodea, para que crean que tú me has enviado”. Luego gritó con voz potente: “¡Lázaro, sal de ahí!”. Y salió el muerto, atados con vendas las manos y los pies, y la cara envuelta en un sudario.

Jesús les dijo: “Desátenlo, para que pueda andar”. Muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en Él.

Reflexión – Por José Antonio Pagola

Jesús nunca oculta su cariño hacia tres hermanos que viven en Betania. Seguramente son los que le acogen en su casa siempre que sube a Jerusalén. Un día, Jesús recibe un recado: «Nuestro hermano Lázaro, tu amigo, está enfermo». Al poco tiempo Jesús se encamina hacia la pequeña aldea.

Cuando se presenta, Lázaro ha muerto ya. Al verlo llegar, María, la hermana más joven, se echa a llorar. Nadie la puede consolar. Al ver llorar a su amiga y también a los judíos que la acompañan, Jesús no puede contenerse. También él «se echa a llorar» junto a ellos. La gente comenta: «¡Cómo lo quería!».

Jesús no llora solo por la muerte de un amigo muy querido. Se le rompe el alma al sentir la impotencia de todos ante la muerte. Todos llevamos en lo más íntimo de nuestro ser un deseo insaciable de vivir. ¿Por qué hemos de morir? ¿Por qué la vida no es más dichosa, más larga, más segura, más vida?

El hombre de hoy, como el de todas las épocas, lleva clavada en su corazón la pregunta más inquietante y más difícil de responder: ¿qué va a ser de todos y cada uno de nosotros? Es inútil tratar de engañarnos. ¿Qué podemos hacer ante la muerte? ¿Rebelarnos? ¿Deprimirnos?

Sin duda, la reacción más generalizada es olvidarnos y «seguir tirando». Pero, ¿no está el ser humano llamado a vivir su vida y a vivirse a sí mismo con lucidez y responsabilidad? ¿Solo hacia nuestro final nos hemos de acercar de forma inconsciente e irresponsable, sin tomar postura alguna?

Ante el misterio último de la muerte no es posible apelar a dogmas científicos ni religiosos. No nos pueden guiar más allá de esta vida. Más honrada parece la postura del escultor Eduardo Chillida, al que en cierta ocasión le escuché decir: «De la muerte, la razón me dice que es definitiva. De la razón, la razón me dice que es limitada».

Los cristianos no sabemos de la otra vida más que los demás. También nosotros nos hemos de acercar con humildad al hecho oscuro de nuestra muerte. Pero lo hacemos con una confianza radical en la bondad del Misterio de Dios que vislumbramos en Jesús. Ese Jesús al que, sin haberlo visto, amamos y al que, sin verlo aún, damos nuestra confianza.

Esta confianza no puede ser entendida desde fuera. Solo puede ser vivida por quien ha respondido, con fe sencilla, a las palabras de Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida. ¿Crees tú esto?». Recientemente, Hans Küng, el teólogo católico más crítico del siglo XX, cercano ya a su final, ha dicho que, para él, morirse es «descansar en el misterio de la misericordia de Dios». Así quiero morir yo.

Fuente: Teología Hoy

Reflexiones sobre «una Ecología Integral»

Tras dos años de reflexión y debate, la revista Cristianisme i Justicia presenta un cuadernos que vuelve a presentar la cuestión del cuidado de la Casa Común a la luz de la encíclica Laudato SI y rescatando sus propuestas y valores.

«No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental». A partir de esta tesis central en la Laudato si’, el último cuaderno de Cristianisme i Justicia, «Hacia una ecología integral», nos presenta las ideas y valores nucleares de la encíclica y nos propone una superación del dilema justicia/medioambiente, lucha contra la pobreza/cuidado del planeta.

Dicho cuaderno es fruto del seminario interno que el centro dedicó el curso pasado a este tema y del trabajo de sus dos autores, los jesuitas Joan Carrera y Llorenç Puig.

La intención del mismo es desarrollar los valores necesarios para vivir el proyecto que plantea la Laudato si. Y es que Francisco no deja escapatoria a los creyentes para tomarse en serio esta cuestión. Según el Papa, para los cristianos, sus deberes con la naturaleza forman parte de su fe.

Un Proceso de Conversión

La conversión que propone obliga a tomar unas opciones determinadas que afectan a la propia vida, el comportamiento, los compromisos, las prioridades y la sensibilidad. No se trata, pues, de buscar soluciones técnicas a los problemas del medio ambiente, sino de algo más profundo: un gran desafío cultural y espiritual, en el que la educación tiene un papel clave.

Uno de los puntos principales en los que insiste el Francisco es la estrecha vinculación de la cuestión social y la ecológica. Laudato si integra los derechos sociales con los nuevos derechos del medio ambiente y los derechos de las minorías culturales.

Así, nuevamente, Francisco no deja escapatoria y la encíclica afirma que «un verdadero planteamiento ecológico se convierte siempre en un planteamiento social». Este concepto de justicia se amplía a las generaciones futuras, tomando conciencia de que nuestras acciones y omisiones tendrán consecuencias en un futuro y pueden hipotecar la vida de nuestros descendientes.

Esto obliga a redefinir el concepto de progreso, ya que «un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso», asegura el cuaderno. Y nuevamente, pide un cambio en nuestro estilo de vida y de consumo, evitando el derroche y descubriendo el valor intrínseco de las cosas frente a la mirada utilitarista y tecnocrática que predomina actualmente. Es un reto que va mucho más allá de un cambio de hábitos y que nos habla de aprender a valorar dimensiones de la felicidad que no estén relacionadas con el hecho de tener o poseer.

Hay pues, implícita en la encíclica, según los autores, una crítica al sistema económico actual, ya que «constata que muchos de los valores que promueve el sistema están en clara tensión con los valores ecológicos propuestos».

Los autores

*Joan Carrera. Jesuita, licenciado en medicina y doctor en teología. Profesor de Moral Fundamental en la Facultad de Teología de Catalunya. Profesor colaborador en ESADE. Ha publicado con Cristianisme i Justícia diversos cuadernos. Es miembro del equipo de Cristianisme i Justícia.

*Llorenç Puig. Jesuita. Delegado de los jesuitas en Cataluña. Doctor en Física y profesor en el Instituto de Teología Fundamental. Colabora en pastoral universitaria, a Universitarios Loyola y en el IQS. Forma parte de Entxartxad, grupo de solidaridad con Chad. Investiga en el campo de las relaciones entre ecología y religión, fe y ciencia.

Fuente: Religión Digital 

Debate sobre Ley de Bosques en Córdoba

Se reaviva la polémica sobre la Ley de Bosques en la provincia de Córdoba, Argentina. Desde la Universidad Católica se proponen algunos puntos para una reflexión sobre el tema del uso de los recursos forestales.

Desde hace poco menos de diez años la Ley Nacional N° 26331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para los Bosques Nativos establece, entre otras cosas, las bases mínimas a respetar en todo el territorio nacional para la conservación de bosques nativos. Además, insta a todas las provincias a elaborar su ordenamiento territorial según esta ley madre y establece los fondos que deben destinarse para que los dueños de las tierras con monte, reciban un resarcimiento por no poder realizar un cambio de uso del suelo por otra actividad más lucrativa. Esto en la teoría.

El conflicto

En nuestra provincia se sancionó la Ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos N° 9814, del año 2010, en la que se establecen los distintos niveles o grados de conservación actual de los bosques nativos y las intervenciones factibles de realizar en cada sector o zona. Esto último se denomina cambio de uso del suelo, y viene a regular “la expansión de la frontera agropecuaria, minera, urbana, y de cualquier otro cambio de uso del suelo”.

La delimitación de estas zonas, las acciones factibles o no de realizar en ellas, y los montos y la accesibilidad a ellos por parte de los propietarios es, entre otras cosas, lo que ha llevado a que este tema sea tan conflictivo. Existen dos posturas mayoritarias: la de no intervención del monte y la de intervención con distintos fines, de los cuales el más resistido y criticado es el ganadero. Cada postura esgrime definiciones tendenciosas de conceptos técnicos y científicos básicos según el interés de cada una.

Además de otras leyes de protección ambiental vigentes hoy, hasta el año 2005 existía una legislación provincial que regulaba el desmonte, y que fue, en muchos casos, sistemáticamente violada sin que hubiera una acción contundente por parte de las autoridades provinciales para frenarla ni para sancionar a los infractores.

Con semejante antecedente, la credibilidad de quienes desean realizar actividades productivas en las zonas de conflicto, es casi nula, ya que algunos actores suelen ser los mismos que décadas atrás generaron un desmonte desmedido. Pero hay un sector de productores al que se le está negando el derecho a trabajar en la actividad ganadera con promesas de un dinero que debería recibir por conservar el monte, dinero que no llega o llega mal y tarde.

Por todo lo expuesto, hay casos particulares que deberían contemplarse pero para que esta posibilidad no se vuelva una generalidad y que no se cometan abusos, deberían estar controlados por los agentes y técnicos capacitados para evaluarlos.

Las posturas extremistas que estamos viendo, no nos conducen a nada. Debemos trabajar por una conciencia ambiental que como país casi no tenemos. En esto, nuestra Universidad tiene un compromiso ineludible.

Fuente: Prensa UCC