Reflexiones sobre «una Ecología Integral»

Tras dos años de reflexión y debate, la revista Cristianisme i Justicia presenta un cuadernos que vuelve a presentar la cuestión del cuidado de la Casa Común a la luz de la encíclica Laudato SI y rescatando sus propuestas y valores.

«No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental». A partir de esta tesis central en la Laudato si’, el último cuaderno de Cristianisme i Justicia, «Hacia una ecología integral», nos presenta las ideas y valores nucleares de la encíclica y nos propone una superación del dilema justicia/medioambiente, lucha contra la pobreza/cuidado del planeta.

Dicho cuaderno es fruto del seminario interno que el centro dedicó el curso pasado a este tema y del trabajo de sus dos autores, los jesuitas Joan Carrera y Llorenç Puig.

La intención del mismo es desarrollar los valores necesarios para vivir el proyecto que plantea la Laudato si. Y es que Francisco no deja escapatoria a los creyentes para tomarse en serio esta cuestión. Según el Papa, para los cristianos, sus deberes con la naturaleza forman parte de su fe.

Un Proceso de Conversión

La conversión que propone obliga a tomar unas opciones determinadas que afectan a la propia vida, el comportamiento, los compromisos, las prioridades y la sensibilidad. No se trata, pues, de buscar soluciones técnicas a los problemas del medio ambiente, sino de algo más profundo: un gran desafío cultural y espiritual, en el que la educación tiene un papel clave.

Uno de los puntos principales en los que insiste el Francisco es la estrecha vinculación de la cuestión social y la ecológica. Laudato si integra los derechos sociales con los nuevos derechos del medio ambiente y los derechos de las minorías culturales.

Así, nuevamente, Francisco no deja escapatoria y la encíclica afirma que «un verdadero planteamiento ecológico se convierte siempre en un planteamiento social». Este concepto de justicia se amplía a las generaciones futuras, tomando conciencia de que nuestras acciones y omisiones tendrán consecuencias en un futuro y pueden hipotecar la vida de nuestros descendientes.

Esto obliga a redefinir el concepto de progreso, ya que «un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso», asegura el cuaderno. Y nuevamente, pide un cambio en nuestro estilo de vida y de consumo, evitando el derroche y descubriendo el valor intrínseco de las cosas frente a la mirada utilitarista y tecnocrática que predomina actualmente. Es un reto que va mucho más allá de un cambio de hábitos y que nos habla de aprender a valorar dimensiones de la felicidad que no estén relacionadas con el hecho de tener o poseer.

Hay pues, implícita en la encíclica, según los autores, una crítica al sistema económico actual, ya que «constata que muchos de los valores que promueve el sistema están en clara tensión con los valores ecológicos propuestos».

Los autores

*Joan Carrera. Jesuita, licenciado en medicina y doctor en teología. Profesor de Moral Fundamental en la Facultad de Teología de Catalunya. Profesor colaborador en ESADE. Ha publicado con Cristianisme i Justícia diversos cuadernos. Es miembro del equipo de Cristianisme i Justícia.

*Llorenç Puig. Jesuita. Delegado de los jesuitas en Cataluña. Doctor en Física y profesor en el Instituto de Teología Fundamental. Colabora en pastoral universitaria, a Universitarios Loyola y en el IQS. Forma parte de Entxartxad, grupo de solidaridad con Chad. Investiga en el campo de las relaciones entre ecología y religión, fe y ciencia.

Fuente: Religión Digital 

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