No hay que Añadirle Nada a la Vida

La dicha emerge dentro de nosotros como un don, es el tesoro que se descubre en el propio campo interior.

Por Javier Rojas SJ

 La meditación es el camino para descubrir y liberar la verdadera vida que existe en nuestro interior. No la vida “imaginada” que nos cuenta el ego, sino esa maravillosa fuente de energía que está dentro de nosotros y espera desplegarse con fuerza y surgir.

Necesitamos renovar constantemente la mente y el corazón para sanear el espíritu. Es preciso recuperar la conciencia de que la belleza de la vida, lo maravilloso de nuestra existencia, no está en los agregados, aditivos o decorados con que podemos cubrir lo que somos, sino en la simplicidad de los acontecimientos y en el vaciamiento sostenido de todo aquello que no pertenece a nuestro ser. Pero ¡qué difícil creer que la simpleza es fuente de dicha y plenitud cuando nos hemos creído el cuento de que la felicidad es algo que se puede «tener», «conseguir» o «alcanzar» a través de lo que podemos poseer!

Esta idea peregrina en nuestra mente es el camino más directo para ser infeliz. ¿Por qué? Simplemente porque la felicidad no está unido a alguna cosa, sino que es una experiencia que emerge en el vacío de todo.

La dicha emerge dentro de nosotros como un don, es el tesoro que se descubre en el propio campo interior. Y para llegar a él, hay que ahondar en lo más íntimo de nosotros mismos.

Desinstalar nuestras ideas erróneas significa quitarle poder al ego -falso yo- que nos hace creer que la concreción de todo lo que imaginamos como una “vida feliz” es el camino para la dicha. El ego busca su realización personal, basado en sus propios criterios y leyes, pero no sabe que la felicidad no es un derecho “privado” sino social. Para sentirse feliz, además de estar en paz con uno mismo y con Dios, también hay que estarlo con los demás.

Detrás de todo el tinglado de razonamientos del ego, se encuentra una verdadera fuente de dicha y plenitud, porque oculto debajo de los pensamientos egoístas, nos descubrimos mucho más simples y sencillos. Oculta, como las corrientes de aguas subterráneas, está la fuente de sabiduría que hace brotar en nuestro interior la plenitud, que tanto perseguimos fuera de nosotros.

La meditación es el camino para descubrir y liberar la verdadera vida que existe en nuestro interior. No la vida “imaginada” que nos cuenta el ego, sino esa maravillosa fuente de energía que está dentro de nosotros y espera desplegarse con fuerza y surgir. Allí está lo que necesitamos para ser felices, dichosos y plenos. No necesitamos agregarle nada a la vida. Más bien debemos deshacernos de mucho. Sobre todo, de las mentiras de nuestro ego. Ya cargamos con demasiados pensamientos y sentimientos inútiles a nuestras espaldas que nos han vuelto seres “rastreros”.

Da pena ver tantas personas por la calle que caminan mirando el suelo, sumidos en sus miedos y angustias. ¿Cuántas veces sufres más por los pensamientos que produce tu mente que por los hechos concretos que acontece? En algún punto es verdad que nosotros producimos, en gran parte, nuestro propio sufrimiento. Renovemos nuestra mente y nuestro corazón para dar libertad al espíritu que vive en nosotros.

 

Fe y Alegría Argentina: Red Generación 21+

Red Generación 21+ es una iniciativa que nace de los jóvenes que forman parte de Fe y Alegría. Aquí te contamos algo de su historia, su misión y cómo ser parte.

De la Redacción de Fe y Alegría

Red Generación +21 es la iniciativa de Fe y Alegría para en-RED-dar a la mayor cantidad de movimientos juveniles de todo tipo con los que trabajamos en nuestros países. No solo es una iniciativa en sí misma, sino que es una iniciativa para darnos en vinculación con otros y con otras. Pretendemos hacer una red de jóvenes con vocación global que tienen acciones e incidencias locales. Una gran red de jóvenes ciudadanos de este mundo dispuestos a transformarlo. Esperamos unirnos entre nosotros y con otros.

Estamos convencidos que somos muchos y muchas, que juntos podemos ser más y hacer mejores cosas. Queremos sentirnos bien y hacer el bien a tanta gente que lo necesita. De las personas que estamos vinculadas a Fe y Alegría la mayoría son jóvenes de nuestros centros, evidencia de que para nosotros las juventudes son algo más que un mejor futuro que no vemos, pero aspiramos. Nuestras juventudes son un presente de trabajo, de vida, de sueños … un presente para transformarnos y transformar nuestros mundos.

¿Qué es la Red Generación 21+ y qué busca?

La Red Generación 21+ es la Red de las Juventudes de la Federación Internacional de Fe y Alegría.

La Red Generación 21+ es una de las iniciativas del plan de prioridades de la Federación Internacional de Fe y Alegría, que busca que las juventudes puedan desarrollar capacidades para la participación, organización e incidencia, y a partir de ello puedan comprometerse colectivamente en transformar aquellos discursos y prácticas que atentan o vulneran la vida de las personas y el ambiente en cada uno de los territorios en donde están presentes.

La Red Generación 21+ es una respuesta consciente, crítica y comprometida de las juventudes de la Federación internacional de Fe y Alegría, que articula a hombres y mujeres jóvenes de 22 países, motivados y motivadas por la necesidad de transformar sus realidades, proponiendo otras formas posibles de relación entre seres humanos y estos con la naturaleza, desde una mirada de la ciudadanía global y que aporten en la construcción de cultura de paz, la equidad de género y la sostenibilidad ambiental.

¿Cómo surge la Red Generación 21+?

Fe y Alegría durante los últimos años ha venido trabajando desde algunos programas y propuestas el fortalecimiento del protagonismo de las juventudes para que participen de manera organizada en la transformación de sus comunidades.

Así, experiencias previas de distinto tipo han ido aportando a los procesos de formación de juventudes en Fe y Alegría, fueron marcando el camino que hizo que la Federación Internacional de Fe y Alegría se pensara el primer congreso internacional con participación directa de las juventudes. Es así como se celebró el XLV Congreso Internacional Culturas Juveniles, Ciudadanía y Paz (Barranquilla- Colombia) en octubre de 2015.

En dicho espacio las juventudes iniciaron un diálogo reflexivo sobre sus principales indignaciones y propusieron diversas acciones que les permitiera transformar aquellas situaciones de injusticia e inequidad. Una de estas propuestas, fue la de pensar un movimiento global de juventudes que desde el compromiso por la vida y la naturaleza iniciara un camino de transformación desde la participación organizada. Es así como surge la propuesta de la Red Generación 21+.

 Hoy, la Red Generación 21+ cuenta con tres nodos de trabajo desde donde se dinamiza los procesos de las juventudes en el mundo, se está reflexionando y construyendo conocimiento para la participación organizada y la incidencia, y a su vez se está pensando en la manera de desarrollar desde las nuevas narrativas el pensar y sentir de las juventudes.

¿Cómo ser y hacer parte de la Red Generación 21+?

Debes formar parte de un grupo o colectivo juvenil de tu centro educativo y/o comunitario de Fe y Alegría.

Tu grupo juvenil debe ingresar al siguiente link y registrarse: https://goo.gl/forms/4T3rNCDviIdT8Mjy2

Identifica en tu país a las personas responsables de la iniciativa de la Red Internacional de Jóvenes y junto con ellas, establece la manera de articularte a las acciones que la Red Generación 21+.

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Elaborado por:

 Equipo de Liderazgo. Iniciativa Red Generación 21+.

Red Internacional de Juventudes.

Federación Internacional de Fe y Alegría.

Fuente: Fe y Alegría Argentina

 

Curso en Economía Social y Solidaria

La red COMPARTE sigue promoviendo el desarrollo de capacidades para la mejora y fortalecimiento de las iniciativas de economía social y solidaria que están en marcha en 8 países de América Latina (Ecuador, Perú, México, Paraguay, Bolivia, Guatemala, El Salvador, Colombia).

 En agosto de este año, arrancó la segunda edición del “Diplomado en Economía Social y Solidaria” en el que participan 17 representantes de centros sociales y organizaciones productoras que forman parte de la red, y que apuestan por mejorar y profesionalizar sus prácticas empresariales desde una lógica económica alternativa y solidaria. Durante la formación hasta enero 2019, abordarán aspectos como la innovación cooperativa y social, gestión de empresas de economía social y solidaria, el balance social cooperativo, metodologías de planificación territorial de COMPARTE, y conocerán buenas prácticas latinoamericanas y europeas.

 El Diplomado se desarrolla principalmente online con acompañamiento tutorial y contempla una semana de formación presencial del 22 al 28 de octubre en Puebla, México donde está el Laboratorio de Innovación Económica y Social de la Universidad Iberoamericana (LAINES). El LAINES colabora con la red COMPARTE desde 2014 y es el centro universitario encargado de la impartición y dinamización de este Diplomado.

 Fuente: Blog Alternativas de Desarrollo

 

Iluminados desde Dentro

“Tenemos primero que reconocer que somos «nada», «incompletos» y llenos de necesidades insatisfechas, para vivir prendidos, humildemente, de ese amor que es vida nueva.”

 Por Javier Rojas SJ

 ¿Quién no ha sentido alguna vez miedo a amar o a dejarse amar? ¿Quién no ha experimentado el vértigo que suscita salir del propio amor, del propio querer e interés, para «perderse» por completo en Aquel por quien nos dejamos amar?

Ninguna otra experiencia nos transforma tanto a las personas como cuando nos sentimos amados de manea única e incondicional, y cuando esa es una experiencia que acontece y florece en lo profundo de nuestro ser.

Tan acostumbrados estamos a esperar que el amor venga del aprecio y del reconocimiento de los demás, desde afuera y muchas veces bajo condiciones bien estipuladas, que cuando experimentamos un amor gratuito se nos ilumina el rostro y se enciende el alma. Saborear un amor así, aunque nos cueste admitir por lo complejos que somos, es de lo más simple y sencillo. Pero si es así, ¿por qué, entonces, nos cuesta trabajo experimentarlo?

Porque para sentirlo hay que reconocer, primero, que somos «nada». Somos «nada» con ilusión de «ser alguien». Así es como soñamos nuestra vida: «ser alguien» a imagen y semejanza de nuestras propias leyes y criterios formulados en una mente que no busca otra cosa que la propia gloria humana. Hemos de reconocer que nuestra única y mayor riqueza a la que podemos aspirar en esta vida, es gozar de ese amor que nace de lo alto y en lo profundo de nuestro ser.

Nuestra dignidad, el valor de lo que somos está en ese amor. Y hemos de aceptar también que ese amor será siempre entregado por Dios, será gratuito, y jamás podrá ser manipulable. Tenemos primero que reconocer que somos «nada», «incompletos» y llenos de necesidades insatisfechas, para vivir prendidos, humildemente, de ese amor que es vida nueva.

Reconocer esto es un duro golpe a nuestro falso yo, que se cree tan lleno de todo, y sin embargo, tan carente de lo esencial. Si deseamos que ese amor que transforma e ilumina el alma desde dentro tenga cabida en nosotros, debemos reconocer primero que ese amor gratuito no será «posesión» nuestra, no seremos dueños de ese amor, ni podremos gobernarlo a nuestro antojo, siempre será de Dios un don gratuito, y nosotros mendigos, pobres y necesitados de ese amor.

La fiesta de la Transfiguración no es sino el reflejo de ese amor divino entregado por completo al Hijo. En su rostro resplandeciente y en sus vestiduras blancas se trasluce el amor que enciende la vida del hombre hasta una magnitud inimaginable. Jesús nos invita a sentirnos amados, a sentirnos hijos, a experimentar realmente la relación que existe entre Dios y cada uno de nosotros. Esto es lo que aconteció en el monte Tabor aquel día. Se manifestó el amor de Dios en Jesús, de tal manera, que irradió una luz en el rostro y sus vestiduras se volvieron resplandecientes.

No existe una experiencia más transformadora que la de sentir el amor divino en las venas del alma. Pero aquel día, no sólo el amor y la gloria de Dios quedó de manifiesto, sino también el miedo y en anhelo de control que subyace siempre que perdemos protagonismo. Dos experiencias al parecer contrarias, pero que sin embargo van juntas. ¿Quién no ha sentido alguna vez miedo a amar o a dejarse amar? ¿Quién no ha experimentado el vértigo que suscita salir del propio amor, del propio querer e interés, para «perderse» por completo en Aquel por quien nos dejamos amar? Así es.

El amor y el miedo van juntos. Fue Pedro el que esbozó ese miedo de manera creativa diciendo «Señor, ¡qué bien estamos aquí, si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías!» Lucas en su evangelio señala: «Estaba tan asustado que no sabía lo que decía», refiriéndose a Pedro.

En todas las religiones «el amor exige la entrega». Es el acto más grande de vaciamiento de uno mismo. El que recibe el amor de lo alto, se ama, está en referencia a Dios, a los demás, a los otros, y no en referencia a sí mismo, que es como el ego pretende controlar todo. El amor que viene de dentro de nosotros mismos nos hace salir para entregarnos a los otros.

La gran diferencia entre el amor que procede de lo alto y surge en nuestro interior del que viene de afuera, de la periferia, es que mientras el primero nos impulsa hacia los demás, el otro nos encierra en nosotros mismos. Dejar que Dios nos ame es el momento del ocaso del ego y la pérdida del control.

El Padre ama al Hijo y el Hijo al Padre, esa es la acción del amor: Amar a otros. Por eso es tan ridículo lo que el miedo hace decir a Pedro: «Armemos tres carpas». Sería como decir «quedémonos aquí nosotros que nos amamos tanto» En el amor, el egoísmo es lo más ridículo que existe. El amor verdadero es el que surge en nuestro interior y nos proyecta a los demás. En esto podemos verificar su autenticidad. Quien dice estar lleno del amor de Dios y sigue «tomando sopa en el orificio de su ombligo» solo está lleno de sí mismo.

7 Formas de Usar Instagram en el Aula

Propuestas para dejar de lado los antagonismos y llevar las redes sociales al aula.

Por José Fernando Juan

 Las redes sociales son una oportunidad educativa muy singular. Y entre ellas, la que más auge tiene entre los jóvenes alumnos es Instagram. Es espacio en el que entablar contacto con otras personas centrado principalmente en contenido audiovisual. Aunque comenzó siendo exclusivamente pensado para fotos, y siga siendo lo principal, la presencia de videos es creciente.

 Instagram se divide prácticamente en dos espacios muy diferentes. Uno permanente, que los jóvenes cuidan con esmero donde colgar las fotos más significativas y llamativas. Los comentarios e interacción sobre estas imágenes será pública, cuando la cuenta esté abierta a todos. Otro efímero, en el que todo contenido desaparecerá automáticamente a las 24 horas. Las respuestas a estos vídeos e imágenes sólo serán leídas por su dueño, luego la comunicación en este contexto será privada. Como otras redes sociales ha incorporado herramientas para enriquecer las imágenes o vídeos con texto, emoticonos, cajas de pregunta, localización…

 ¡Vamos con las oportunidades educativas!

 1.Instagram como tema de redacción o exposición

 Muy sencillo, sin más complicaciones. Un tema de sobra conocido sobre el que se puede pedir tanto una descripción como un análisis, o la creación -con más imaginación- de una historia que pueda girar en torno a él con su presentación, nudo y desenlace. Por escrito o hablando. Con palabras clave que deban usarse o libre. El elenco de posibilidades es grande y el tema resultará, supongo, novedoso para los alumnos. A mí me cansaban mucho las redacciones sobre el verano.

 2. Analizar un perfil concreto, desde un tema particular

 Como todas las redes, sus usuarios hablan de todo. Pero al tratarse de imágenes, a mi modo de ver, se transmite de forma cribada y a través de lo visual, un pensamiento que cala fácilmente sobre la felicidad, las relaciones, la belleza… ¿Por qué no dedicarnos a analizar, en grupo o de forma personal, alguno de los supuestos perfiles top? ¿Qué transmiten con su presencia, con sus poses, con su entorno, con sus gestos? ¿La vida puede ser esto o hemos cedido parte de la realidad a la fantasía componiendo un enorme engaño? ¡Todo un debate! ¡Da igual por dónde empecemos esta tarea!

 3. Describir una imagen de un artista presente en la red

 Sobre todo, ayudar a los jóvenes a aproximarse a los artistas más relevantes e interesantes en la red, que con frecuencia comparten no sólo sus productos sino su forma de hacer las cosas. El mundo de la fotografía, de la escultura, de la pintura, de los interiores, del exterior, de la naturaleza… ¿Por qué no creamos una actividad en la que seamos capaces de describir, quizá con pautas, la imagen de uno de los fotógrafos más relevantes del momento? ¿Por qué no escoger imágenes que tengan relación con refugiados, o con nuestra ciudad, o con otras culturas? ¿Qué saldrá de la actividad? ¿Y si lo hacemos además entre toda la clase? ¿Qué palabras pondremos a lo que vemos?

 4. Crear un perfil temático concreto

 Probablemente la acción que a todos se ha venido a la mente como la primera. Sería interesante que no la gestionara el profesor, sino los propios alumnos. Y que fuera sobre asuntos concretos, como construcciones de la Prehistoria, o ropa de la Edad Media, o reyes de España, o primeras ediciones de libros, o letras antiguas, o células… Existe material, en la propia red, que es de por sí valioso. Hay herramientas que ayudan a compartir en el propio perfil contenidos de otras personas, lo cual es muy interesante. ¿Por qué no motivar para descubrirlos?

5. Crear un hashtag para una actividad concreta

 Por ejemplo, para una visita de la clase a un museo, parque o ciudad monumental. O para una actividad de aula sobre su lectura, reflexión, dibujo, personaje o persona real importante… ¿Por qué no incrementar la relación con la necesidad de comentarse unos a otros lo que se ha compartido previamente? ¿Puede ayudar todo esto a la evaluación, por ejemplo, como proceso de comprensión y reflexión del propio alumno sobre su propia tarea? ¿Puede dar pistas también al profesor, no sólo sobre el tema, sino sobre la forma de relacionarse, el lenguaje que se emplea para hablar entre unos y otros?

 6. ¡Analizar el propio perfil!

 Francamente creo que es, hoy por hoy, de lo más interesante y de lo más necesario. Es como la reflexión sobre la propia existencia. La educación debe conducir de un modo u otro a esto, ayudando al alumno a abrir su horizonte y comprenderse a sí mismo. ¿Es simple repetición de otros, tiene algo de original? ¿Se comparte pensando en uno mismo, en la autenticidad, o en cubrir las expectativas de los demás? ¿Cómo forman parte otros de la propia vida, como espectadores o como protagonistas, como amigos o como simple escenario? ¿Tiene cabida el mundo con su complejidad? ¿Dónde ponemos el acento para ser felices? ¿A dónde conduce lo que hago, también en la red? ¡Es una actividad, que estando bien guiada, supone un antes y un después!

 7. Comparar otros perfiles

 Sería muy interesante analizar conjuntamente perfiles que traten de lo mismo, por ejemplo “zapatos” o los memes del momento. Preguntarse si las estrategias que usan llegan igual a todos o sus perfiles segmenta para decir a los demás aquello que quieren escuchar o que aceptarían sin mayores preguntas. ¿Todos hablan de lo mismo o cada uno vende a su modo lo que tiene? Al comparar encontramos propiamente dos apartados: lo que les une y lo que les separa, las semejanzas y las diferencias. ¿Por qué son parecidos, por qué son diferentes? Hay cuentas que están consagradas a la educación, a la lucha contra el racismo, a la promoción de la justicia, a la física, a la geografía, a las matemáticas… ¿Todos hablan igual?

 Fuente: Entre Paréntesis

 

Ser de Verdad

Responder a la pregunta «¿quién soy?» es encaminarse a encontrar la propia verdad.

Por Javier Rojas SJ

El error que cometemos frecuentemente es identificarnos con lo que pensamos, con lo que sentimos, con lo que hacemos, o lo que es peor, con lo que tenemos.

Responder a la pregunta «¿quién soy?» es clave para el conocimiento de uno mismo. Es una pregunta que ayuda a la maduración personal, tanto psicológica como espiritual. Pero sobre todo es importante porque nos ayuda crecer en la relación con uno mismo, con los demás, con el entorno y, por supuesto, con Dios.

A partir de la conciencia de «¿quién soy?», es como conquistamos realmente nuestra libertad en todos los órdenes de nuestra vida, y como aprendemos a tomar mejores decisiones ante los acontecimientos que nos toca vivir. Cuando nos formulamos esta pregunta con sinceridad, es posible que sintamos un vértigo profundo, un vacío abismal y un silencio interior que puede llegar, incluso, a aterrorizarnos.

Es algo parecido a cuando miramos atentamente a una persona que está decidida a saltar al agua desde una gran altura y zambullirse en ella, o a estar parado al borde de un puente dispuesto a saltar al vacío sujetado solo por unas cuerdas sujetas a los tobillos. Responder a la pregunta «¿quién soy?» es encaminarse a encontrar la propia verdad. Hay personas que piensan que no vale la pena preguntarse estas cosas porque es perder el tiempo. Otros opinan que ahondar en uno mismo es como girar en torno al ego, al igual que el perro que da vueltas y vueltas pretendiendo atrapar su cola sin lograr ningún resultado. Personalmente, creo que no es así. Por el contrario, creo que responder a esta pregunta es precisamente desterrar al ego de la autoridad que se ha erigido en el gobierno de nuestra vida. Al profundizar en nosotros mismos logramos comenzar a descubrir las trampas y mentiras del ego, y de esa manera dejar de girar en torno a sus ideas, a sus sueños y a sus proyectos. La verdad de quienes somos no está en la superficialidad de nuestros pensamientos, nuestros sueños, nuestros proyectos, por más buenos y “santos” que sean, sino en la hondura de nuestro espíritu, allí donde nos encontramos con lo que verdaderamente somos. Es justamente en el vacío y el silencio interior, y donde no hay alguien que admire lo que hacemos, que nos felicite por los logros, que valore por los éxitos que alcanzamos, como llegamos a la verdad de lo que somos, y en eso consiste la libertad interior. El error que cometemos frecuentemente es identificarnos con lo que pensamos, con lo que sentimos, con lo que hacemos, o lo que es peor, con lo que tenemos.

No somos los que pensamos, no somos lo que sentimos, no somos lo que hacemos, no somos lo que tenemos, todo eso es pasajero, se acaba, se termina o muere. En muchos casos causa terror descubrir las mentiras que el ego ha construido sobre nuestra identidad. La meditación es una manera de ahondar en nuestro espacio interior, y mediante el vacío de nuestros deseos y anhelos, y el silencio de nuestros pensamientos, sueños y proyectos, nos encontramos con la verdad que somos. Nadie que no sea la voz interior que clama en lo más profundo de nuestro ser, podrá revelarnos quiénes somos en verdad. No es posible estar seguro de quiénes somos ante los demás si antes no lo descubrimos en la soledad, el vacío y el silencio de la meditación. Solo allí, en lo profundo de nuestro ser encontraremos la verdad de quienes somos. En la oración, donde nos vaciamos de todo lo prescindible, se manifiesta lo esencial.

Todos los demás intentos por definirnos a partir de lo que tenemos o poseemos será y una triste caricatura de lo que no somos en verdad.

 

La Ilusión del Reciclaje

La cuestión está en replantear nuestro modo de vida.

Por Mariano Durand SJ

Las campañas en favor del reciclaje no llegan a generar un impacto representativo frente a la pretensión de vivir, dentro de uno solo planeta, consumiendo el equivalente a cuatro planetas tierra. Independientemente de lo que consumamos, el mero volumen de lo que consumimos está haciendo colapsar el medioambiente.

Claro que el plástico es una plaga para el medioambiente y las campañas para limitar su uso o reutilizarlo pueden ser bien intencionadas. Pero no podemos creer que reemplazando un recurso sobreutilizado lograremos mucho. ¿Es que no hay alternativa? ¿Nos rendimos? En absoluto: duplicamos la apuesta y nos enfocamos en el origen del problema, no en sus consecuencias.

La cuestión está en replantear nuestro modo de vida. Es un enfoque al que no llegan las grandes campañas. Los medios masivos que generan contenidos para el gran público usualmente llegan hasta el punto de proponer que ‘es preciso –hasta urgente- hacer algo’ por este planeta. Difícilmente superan el límite de la concientización y rara vez sugieren alguna acción colectiva de real impacto.

Irónicamente, son las principales industrias contaminantes las que fomentan grandes campañas mundiales por el medio ambiente para mostrarse ‘socialmente responsables’. Con esto se aseguran de controlar la crítica y crean la ilusión de que los consumidores asumamos también cargas de responsabilidad ¡pues es la única alternativa!

Así reducen el compromiso por el medio ambiente al mero hecho de que cada uno asuma la responsabilidad de las decisiones personales. Además de instalar la creencia errónea de que una mejor forma de consumismo salvará al planeta. Mientras tanto, distrae la atención frente a los problemas estructurales: un sistema político rehén de los intereses comerciales, un sistema económico que postula la codicia sin medida, un esquema social que se sostiene en la imposición de mayores cargas a quienes menos tienen.

Desde ya que podemos minimizar el impacto de nuestro consumo, pero no será ‘asumiendo cada uno su propia responsabilidad’ como revertiremos la ecuación. Ni de lejos.

Principalmente, porque nos mantenemos en la ignorancia en relación a los impactos de las industrias en la naturaleza (las explotaciones pesquera, petrolera y de agrotóxicos podrían bastar de muestra). El poder corporativo hace todo lo posible por persuadirnos del ‘gran esfuerzo’ del que nos debemos sentir capaces de hacer, mientras nos mantengamos en la esfera de su conveniencia. Y mientras nos hacen asumir la carga del impacto que generan.

Si realmente queremos cambiar esto tendremos que asumir una actitud radical: vivir con simpleza, austeramente.

Claro que seremos criticados, marginados, estigmatizados, sospechados. El mercado se pondría muy nervioso por el simple hecho de no someternos a sus designios.

Para que seguir viviendo en un solo planeta sea viable, comencemos por reducir nuestro propio consumo. Pero también enfrentemos el poder corporativo dominante, revirtamos los resultados políticos y restrinjamos al sistema que se alimenta a sí mismo consumiendo el mundo.

Si queremos defender el planeta, no parece haber otra alternativa que cambiar el mundo.

 

Frente al Consumismo, Dignidad

¿Cómo entender que el horizonte vital de las personas occidentales, los anhelos, los sueños y las expectativas estén, sobre todo, en la esfera del tener?

Por Raquel Lara

Comprar unos pantalones nuevos, salir a comer a la típica franquicia o pedir comida a través de una aplicación, son tendencias y modas creadas para dar respuesta a una vida que el único interés es consumir cada vez más sin pensar en las consecuencias que mis actos puedan estar provocando en otras personas, ¿es eso lo que nos espera?

Nuestra sociedad se ha edificado, sobre un sistema capitalista donde triunfa el consumo masivo, irresponsable e individualista. La “crisis económica”, que aún siguen sufriendo muchas personas, más allá de los entresijos financieros, es una crisis de valores que se ha ido tejiendo desde un tipo de sociedad donde se orientan nuestras opciones de consumo para el beneficio de unos pocos.

¿Cómo entender que el horizonte vital de las personas occidentales, los anhelos, los sueños y las expectativas estén, sobre todo, en la esfera del tener? Sin duda, este modo de vivir, nos determina profundamente y nos lleva a potenciar comportamientos que nos deshumanizan y anulan nuestra dignidad.

Nos arrebatan nuestros derechos

Todos los derechos que como clase obrera se han luchado y conquistado, nos lo están arrebatando de manera vertiginosa. No solo tenemos que preocuparnos por la siniestralidad en el trabajo, las reformas laborales o educativas que truncan nuestras oportunidades… sino que, además, llegan nuevas modas que dan encanto a la pobreza y nos encadenan a un sistema que va contra la dignidad de la persona. Entre esas modas se encuentran el “friganismo”, llenar la nevera con lo que se recoge de la basura o el “nesting”, ver con buenos ojos quedarte en casa todo el fin de semana, siendo en muchos casos la única opción de ocio posible. Estas nuevas corrientes que buscan supuestamente mejoras psíquicas y físicas están acabando con otro de los logros conseguidos, la sociedad de bienestar.

Debemos luchar contra estas corrientes que no nos impulsan para organizarnos junto a otros, sino todo lo contrario, el acomodarnos a la situación actual inmovilizándonos ante ella. Sin duda, es tiempo de ser conscientes de nuestro consumo, de asumir nuestra responsabilidad de ser coherentes y cuidadosos con el resto de personas y el medio ambiente. Nuestro futuro depende de ello.

Estamos fomentando un modo de vivir totalmente limitador y de descarte, consiguiendo olvidar el desarrollo de la dimensión del ser, perdiendo sentido crítico, conciencia de clase y capacidad para la participación e implicación social.

Vivir como personas libres y solidarias

Debemos de descubrir lo que verdaderamente necesitamos, así como de las consecuencias que nuestro consumo provoca en otras personas al otro lado del planeta. Por tanto, hemos de buscar siempre la coherencia en nuestro estilo de vida, poniendo en marcha alternativas que nos permitan despertar y desenmascarar las estrategias manipuladoras del sistema, permitiéndonos vivir como personas libres y solidarias.

Esta sociedad de consumo va calando en cada uno de nosotros, haciéndonos aceptar y justificar situaciones difícilmente comprensibles y aceptables desde el Evangelio y el testimonio de Jesús. Él nos propone un estilo de vida alternativo que implica la opción por la justicia y por las personas más empobrecidas. Él nos enseña a gozar de lo sencillo y descubrir la belleza de lo gratuito, del estar al servicio del otro, de organizar la economía en comunidad y a repartir la riqueza entre todas y todos. ¿Y si empezamos a exigir que el mercado esté al servicio de los seres humanos, y no los seres humanos al servicio del mercado?

Fuente: Vida Nueva

Acuerdo Provisorio Santa Sede – China sobre nombramiento de los Obispos

Después de un gradual y recíproco acercamiento, ha sido firmado hoy en Pekín el Acuerdo Provisorio sobre el nombramiento de los Obispos con el deseo de que contribuya positivamente en la vida de la Iglesia en China, al bien de los chinos y a la paz en el mundo

En el marco de los contactos entre la Santa Sede y la República Popular de China, que están en curso desde hace tiempo para tratar cuestiones eclesiales de interés común y promover ulteriores relaciones de entendimiento, el 22 de septiembre de 2018, se ha celebró una reunión en Beijing entre Mons. Antoine Camilleri, Subsecretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, y S.E. el Sr. Wang Chao, Viceministro de Asuntos Exteriores de la República Popular de China, respectivamente Jefes de las delegaciones vaticana y china.

 En el contexto de esta reunión, ambos representantes firmaron un Acuerdo Provisional sobre el nombramiento de los obispos.

 El Acuerdo Provisional antes mencionado, que es fruto de un acercamiento gradual y recíproco, se estipula después de un largo proceso de delicadas negociaciones y prevé evaluaciones periódicas sobre su implementación.

 Trata del nombramiento de los Obispos, una cuestión de gran importancia para la vida de la Iglesia, y crea las condiciones para una colaboración más amplia a nivel bilateral.

 La esperanza compartida es que este acuerdo fomente un proceso de diálogo institucional fructífero y con visión de futuro y contribuya positivamente a la vida de la Iglesia Católica en China, para el bien común del pueblo chino y para la paz en el mundo.

 Fuente: Vatican News

 

Reflexión del Evangelio – Domingo 16 de Septiembre

Evangelio según San Marcos 8, 27-35

Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. Ellos le respondieron: “Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas”. “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Pedro respondió: “Tú eres el Mesías”. Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días; y les hablaba de esto con toda claridad. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: “¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres”. Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará”.

Reflexión del Evangelio – Por Ignacio Puiggari SJ 

Mirando a Jesús en este pasaje acaso nos sean de provecho algunas ayudas que él nos ofrece para encontrar lo propio de nosotros mismos. Pues, en este camino hacia la identidad contamos primero con las preguntas que nos acompañan. Lo difícil, a veces, es ponerles palabras, es decir, situarlas, compartirlas con otros y escuchar la apertura que favorecen. Sería algo así como un abrazar la carencia de no saber en cuya pobreza resuenan invitaciones y nombres. En el camino de los discípulos la pregunta por la identidad de Jesús era en verdad un tema, y él los ayuda a perfilar los contornos de dicha pregunta. Con él aprendemos a decirnos aquellos ocultos anhelos del camino; con él nos confiamos a decir el deseo que nos gravita y pesa.

Pero otra ayuda que nos dispensa el Señor en este pasaje alude a la consideración de nuestras renuncias. Sabemos que Jesús eligió no asegurarse la vida ni buscó tampoco el puesto religioso o el reconocimiento de los sabios del momento. Incluso hasta se desprendió de la protección y fuerza que bien podrían haberle brindado sus seguidores más cercanos: los discípulos y la multitud. Esto nos podría inspirar la pregunta: ¿cuáles son aquellas renuncias que me acompañan en el camino y me centran en Jesús? ¿Qué puestos, seguridades y protecciones estamos invitados a soltar? ¿Qué reductos de nuestras vidas estamos poniendo a salvo y manteniéndolos fuera del alcance de Dios y de los otros? También Jesús nos interpela y ayuda a emprender ese largo camino de la renuncia que nos absuelve de todo miedo, y nos libera para la entrega del seguimiento.

 Finalmente, el texto nos hace considerar los pensamientos de Dios junto con aquellas invitaciones puntuales que tenemos hoy para dar buenas noticias. San Ignacio imaginaba, al inicio de cada oración, cómo la mirada de Jesús acaso se inclinaba sobre él; podemos imaginar nosotros cómo es que el Señor mismo nos piensa: ¿qué buena noticia nos estará queriendo comunicar? ¿Qué regalo, qué tesoro, perla o prójimo estará queriendo mirar con nosotros? Y más aún, en los ámbitos en que nos movemos, ¿a qué buena noticia de amor urgente y necesario nos estará queriendo acompañar? Con su ayuda también pidamos descubrir ese rostro velado de amor que tenemos –sólo conocido por él- que nos liga con esa potencialidad de vida y de reino que estamos invitados a vivir.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe