Tercera Probación: testimonios sobre la experiencia apostólica y comunitaria
El grupo de jesuitas que se encuentran transitando la etapa de la Tercera Probación en Cochabamba, van entrando en al recta final de este camino de formación que comenzó en el mes de Febrero. Desde Bolivia, comparten con nosotros algunos testimonios de lo que fue la experiencia apostólica y comunitaria en este último tiempo.
“Salir” en la pandemia
Durante todo el mes de junio salimos, respetando las normas de bioseguridad correspondientes, a compartir experiencias apostólicas y comunitarias en medio de la pandemia.
Dado que las cuarentenas nos impidieron un apostolado más abierto y amplio al comenzar la Semana Santa como estaba previsto, el Espíritu nos llevó a hacer de nuestras propias comunidades jesuitas aquí en Bolivia un lugar de misión. Tal como lo remarcan nuestras últimas Congregaciones Generales la vida comunitaria también es tierra de misión y, por eso, ocho de nosotros compartimos la vida –y la misión posible- con otros compañeros en sus comunidades. Igualmente, dos de nosotros compartieron el confinamiento colaborando en el Hogar Sagrado Corazón para personas con discapacidad sirviendo y acompañando.
Entramos en la recta final, les agradecemos sus oraciones y bendiciones en abundancia.
Paz, Pan y Abrazo virtual, La Paz.
PP. Óscar Fuentes, SJ (ESP) y José Suárez, SJ (MEX)
«La experiencia fue salir de nuestro confinamiento para ser acogidos por una comunidad apostólica en La Paz (la ciudad del teleférico y de las Achachilas). Sentirnos en familia y en misión. Fuimos enviados al comedor San Calixto donde descubrimos, dentro de los pucheros y las ollas, que anda Dios. 300 comidas para mayores de edad, migrantes y demás… preparadas con cariño y gran esfuerzo por 4 mujeres. Y en la tarde buscamos llegar a los corazones de los educadores de la gran familia de Fe y Alegría, desde los ejercicios virtuales y de los talleres de pedagogía ignaciana.»
Parroquia Jesús y San Andrés de Machaca, La Paz.
Hno. Rodrigo Castells, SJ (ARU)
«Mi experiencia en las parroquias de la diócesis de El Alto ha sido la confirmación del trabajo incesante de Dios por comunicarse desde la cultura aymara y valorar el rico aporte que pueden realizar a la comunidad humana las culturas campesinas e indígenas de nuestra América Latina. En este sentido, me impactó mucho el trabajo de la Compañía y especialmente los testimonios de los jesuitas Franz, Mariano y Fabio siguiendo la herencia de Tata Pepe (José Fernandez Enestrosa SJ), hombre de hondo compromiso con el mensaje del Evangelio en la nación aymara.»
Hogar del Sagrado Corazón, Cochabamba.
PP. Marcos Vinícius, SJ (BRA) y Emmanuel Sicre, SJ (ARU).
«Al llegar fuimos acogidos por los corazones, las miradas, sonrisas y abrazos de los niños, niñas, jóvenes y de las hermanas del hogar. Abrieron el espacio sagrado de sus vidas donde solamente era posible entrar quitándonos nuestras sandalias, en un ejercicio de salida de nosotros mismos. Cada momento allí vivido fue como un movimiento de amor que nos acercaba a sus cruces, historias y cuerpos frágiles donde late encarnado el Corazón de Jesús. Durante estos 30 días nos tocó servir y encontrar a Dios alimentando, limpiando, duchando, vistiendo, acostando… en una palabra, siendo amados y amando.»
Desde la Esperanza, Comunidad de Mayores, Cochabamba.
P. Enrique Carrasco, SJ (MEX).
«Mi experiencia apostólica ha sido mística, he tenido el privilegio de compartir la vida con nuestros hermanos mayores en la enfermería de la provincia de Bolivia. En la cotidianidad de la vida, (oración, eucaristía, convivencias, películas, comidas, etc.) he sido testigo de la presencia del resucitado encarnado en cada uno de ellos. Su fe y sabiduría, como verdaderos hijos de San Ignacio, siguen brillando para muchas personas con las que conviven y para las nuevas generaciones de jesuitas. Su testimonio de vida hace evidente que vale la pena seguir a Jesús. En medio de la fragilidad humana, de sus enfermedades y en la incertidumbre por la pandemia que vivimos, mantienen la alegría y la esperanza. Siguen siendo Buena Noticia. A través de la oración y diferentes apostolados, siguen confabulando en la construcción del Reino de Dios.»
Colegio San Ignacio, La Paz.
PP. Giuseppe Riggio, SJ (EUM) y Dayvi Astudillo, SJ (PER)
«Nuestra experiencia en la comunidad jesuita fue compartir la vida cotidiana de los compañeros. Dado que por el confinamiento nuestra colaboración con las obras de la Compañía en Bolivia fue limitada y sólo virtual, igualmente, porque nos ha ayudado a conocer de cerca a los compañeros bolivianos y sus labores apostólicas. De hecho, pudimos ayudar, aunque mínimamente, con algunas de sus tareas (en los colegios San Ignacio y San Calixto, en la Agencia ANF y algo en la cocina de la casa). Además, para nosotros han sido muy importantes las buenas conversaciones que pudimos tener con los compañeros de la comunidad sobre diversos temas ligados a Bolivia y la Compañía. Nos sentimos muy agradecidos por su cálida acogida y por toda la generosidad que nos mostraron en este tiempo.»
Parroquia de La Santa Veracruz, Cochabamba.
P. Edilberto Brandão, SJ (BRA) y Hno. Jesús Díaz, SJ (COL)
«Salir a un trabajo apostólico en medio de las situaciones adversas por el Covid-19 era nuestra ilusión, poder encontrarnos con otras personas y compartir juntos nuestras alegrías y afanes. En medio de expectativas fuimos enviados a la parroquia de la Santa Veracruz. Ya llevábamos en mente que ese principio apostólico donde la persona, la comunidad y la misión son integradas al servicio del Reino de Dios, iba a ser muy limitado dada las circunstancias. Pero el mes resultó muy corto porque fue una experiencia centrada en un gran encuentro con los tres miembros de la comunidad: compartir la vida, con convicción de crecer en las relaciones que día a día eran más fraternas alcanzando niveles de intimidad y empática, tejiendo juntos vivencias y experiencias.»
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