arte pintura van gogh samaritano

Un ejemplo de fraternidad universal y de diálogo interdisciplinario

Por Giovanni Cucci

El Buen Samaritano, Vincent van Gogh (1890)
Un texto dirigido a todos

La parábola del Buen Samaritano (cfr. Lc 10, 25-37) puede describirse como una historia del hombre común que habla al hombre común. No es casualidad que la encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti, la retome dentro del tema de la fraternidad universal, considerándola al alcance de todos. Constituye, por tanto, el centro de la reflexión del Papa sobre este tema (que ocupa nada menos que 20 números de la encíclica), y también su punto de referencia ideal: «Porque, si bien esta carta está dirigida a todas las personas de buena voluntad, más allá de sus convicciones religiosas, la parábola se expresa de tal manera que cualquiera de nosotros puede dejarse interpelar por ella».

En primer lugar, llama la atención la concreción con que se plantea la cuestión de la fraternidad en el texto de Lucas. Esto queda claro en la respuesta de Jesús a la pregunta del doctor de la ley («¿Quién es mi prójimo?»): una respuesta que no es en absoluto teórica. Jesús no pronuncia discursos idílicos, sino que presenta una escena de cruda violencia en la que cualquiera puede reconocerse; al mismo tiempo, esa misma situación de sufrimiento y necesidad se revela inesperadamente como un lugar donde encontrarse con el prójimo, literalmente «el que está cerca de mí», más allá de toda diferencia de lengua, clase y fe religiosa.

Frente a la situación concreta, la pregunta se invierte, interpelando personalmente al oyente en su situación de posible precariedad: «Cuando tú estás en apuros, ¿quién ha estado ahí para ti?». Es una respuesta existencial, surgida de la necesidad desesperada de encontrar ayuda. Y cuando uno piensa en esas situaciones, a veces descubre con asombro que a menudo el salvador no es el más cercano físicamente, el pariente, el conocido, sino el perfecto desconocido, el lejano, el transeúnte casual. Que es precisamente el escenario esbozado en la parábola: una parábola, podríamos decir, realista.

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