Alegría de los Obispos por la Beatificación de los Mártires Riojanos

Los obispos reunidos en la 180° Reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, enviaron una carta al administrador diocesano de La Rioja, presbítero Roberto Enrique Queirolo, con motivo de la beatificación de monseñor Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera.

Con motivo de la próxima beatificación de monseñor Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera, los obispos argentinos enviaron una carta al administrador diocesano de La Rioja, presbítero Roberto Enrique Queirolo.

La carta se dio a conocer en el marco de la 180° reunión de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, que comenzó en la mañana del 21 de agosto y se desarrolló hasta el jueves 23 en la ciudad de Buenos Aires.

En el mensaje, los prelados expresan alegría por la inminente beatificación de los mártires riojanos, y adhieren «plenamente a los frutos del proceso canónico que concluyó con la declaración del martirio de estos hermanos nuestros», destacando especialmente la seriedad y el rigor con el que trabaja la Congregación para las Causas de los Santos.

«Hoy necesitamos estos modelos de personas que saben darlo todo en la lucha por los derechos de los más desprotegidos y al mismo tiempo son capaces de promover la comunión y la paz» consideran los obispos.

Texto del comunicado

Los miembros de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina queremos expresarte nuestra alegría por la inminente beatificación de Mons. Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera.

Eran un obispo, un religioso, un sacerdote diocesano y un padre de familia. A todos ellos les cabe lo que un antiguo cristiano escribía sobre los primeros mártires: “Hacen el bien y se los castiga como malhechores, castigados de muerte se alegran como si se les diera la vida” (Carta a Diogneto).

Conocemos el rigor y la seriedad con que trabaja la Congregación para la Causa de los Santos y adherimos plenamente a los frutos del proceso canónico que concluyó con la declaración del martirio de estos hermanos nuestros.

El 4 de agosto de 1976, la muerte de Mons. Angelelli coronó una vida de generosa entrega a la causa del Evangelio. Sabemos por sus últimos escritos que él preveía este final y estaba generosamente dispuesto a entregar la vida.

Hoy necesitamos estos modelos de personas que saben darlo todo en la lucha por los derechos de los más desprotegidos y al mismo tiempo son capaces de promover la comunión y la paz.

La corrupción pasada y presente, los crecientes sufrimientos de los más pobres y el recuerdo de nuestros propios errores y pecados, nos impulsan a mirar el testimonio de estos hermanos para seguir a Jesucristo con todas las consecuencias.

Recibí este saludo afectuoso, que te pedimos hagas extensivo a toda la Iglesia que peregrina en La Rioja.

Buenos Aires, 21 de agosto de 2018.

Fuente: AICA

 

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