Crisis en la frontera Arica-Tacna

¿Se cierran las fronteras para los migrantes venezolanos?

Julio Villavicencio SJ – Director del Servicio Jesuita a Migrantes Argentina-Uruguay (SJM ARU)

El pasado 25 de julio pude visitar la frontera entre Arica (Chile) y Tacna (Perú) donde cientos de migrantes venezolanos se encuentra retenidos. Para ellos, los requisitos de ingreso que Chile está estableciendo, se han convertido en un obstáculo prácticamente insalvable.

En Tacna, junto a dos miembros de la oficina del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de Chile, la directora del SJM local nos puso al corriente de la situación las personas migrantes.

Nos dirigimos a su encuentro sorteando un mar de policías y escudos, uniformados detrás de retenes militares y restricciones de todo tipo. Ya en el lugar, decenas de carpas cobijaban las aspiraciones de millares que aguardan, desde hace días, una respuesta positiva a su solicitud de ingreso a Chile, frente a dependencias del consulado. 

Quienes habíamos ido pudimos hacer llegar la ayuda humanitaria que llevamos desde Chile en forma de víveres y frazadas, así como información sobre las nuevas exigencias migratorias vigentes. Los requerimientos, aprobados recientemente en Perú y Chile, imposibilitan a muchos migrantes venezolanos el que puedan ser recibidos: al inicio de su trayecto, estos simplemente no existían por lo que difícilmente podrían cumplimentarlos. Les cambiaron las reglas de juego a mitad de camino y, concretamente, no cuentan con lo necesario para acceder la así denominada visa de ‘compromiso democrático’.

Lo más crítico de esta situación es que no se han contemplado las condiciones mínimas para garantizar la defensa de sus derechos humanos básicos. Esto ha significado que familias enteras, niños, niñas, mujeres embarazadas y otras condiciones de vulnerabilidad, no acceden a las mínimas atenciones sanitarias, de alimentación y habitación. Ni el país que les niega el ingreso, ni el que los tiene retenidos se hacen cargo de estas personas.

A medida que las puertas se van cerrando, y la preocupación por la seguridad de estas personas va en aumento, solo las organizaciones humanitarias están presentes para colaborar en la atención de sus necesidades más básicas. Mientras tanto, las políticas hacen más foco en la perspectiva de la ‘invasión migrante’ que en la atención a las personas y sus derechos.

Los discursos en contra del gobierno venezolano de algunos países de la región y las críticas a la situación que están viviendo sus hombres, mujeres y niños, no van de la mano de políticas que ayuden a estos hermanos y hermanas latinoamericanos a superar esta crisis humanitaria, buscando un futuro mejor en otro país.

Servicio Jesuita Migrante ARU en ORBE21 TV

El P. Julio Villavicencio SJ, delegado del Provincial para el Servicio Jesuita Migrante, participó recientemente de un programa del ciclo ‘Especiales Orbe21’ que se dedicó a la temática “Refugiados y Migrantes.”

A lo largo de los 56 minutos que dura el programa, se introducen, en primer lugar, las declaraciones del Papa Francisco en torno a la Jornada Mundial de Migrantes y Refugiados, tras lo cual, varias personas especializadas en el trabajo con la migración (forzada o no) ofrecen definiciones, informaciones y diferentes visiones sobre este fenómeno que crece exponencialmente a nivel internacional.

En sus intervenciones, Julio se encarga de narrar la historia del Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados (SJM y SJR) en el mundo, en América Latina y en Argentina; al tiempo que describe su misión y desafíos actuales.

Puedes mirar el programa completo haciendo click aquí.

Jornada del SJM en Córdoba

El sábado 13 de julio en Servicio Jesuita al Migrante (SJM) en Córdoba llevó adelante una nueva edición del ‘Operativo Radex’. El principal objetivo de esta instancia es ayudar a las personas con los trámites para la obtención del Documento Nacional de Identidad (DNI). 

Para ello, la semana previa, varios integrantes del SJM se capacitaron para poder ayudar a realizar el trámite. Por esto, había en total 9 personas disponibles para atender a quienes fueron llegando a lo largo de toda la tarde. La mayoría de ellos ayudaban con trámites de Radex  mientras que otros se encargaban de atender casos más complejos. 

Esto significó una diferencia positiva respecto de la instancia anterior, donde sólo había una persona capacitada (Javier Hernández SJ, encargado de la oficina de Córdoba)  para realizar el trámite.

Además, estuvo presente la Cruz Roja, colaborando con la realización de los trámites y ofreciendo la posibilidad de realizar llamadas telefónicas a los países de origen. 

Al mismo tiempo, estuvo presente el encargado de migraciones de Córdoba, Javier Puente Rosas, quien colaboró en la atención de los casos más complejos. 

En adición a este servició, se armó un ropero comunitario en el patio del Colegio Sagrada Familia. Por lo que, una vez terminados los trámites, varios pasaron a buscar alguna prenda, en especial de abrigo, ya que, para quienes vienen de Venezuela, adaptarse al frío está siendo todo un desafío. 

Durante toda la tarde se ofrecieron, además, facturas y café para merendar. El clima, en general, fue muy ameno. 

El Servicio Jesuita al Migrante sigue creciendo en Argentina y Uruguay, en parte gracias a la dedicación y el cariño de tantos que se ponen al servicio; y en parte porque la necesidad de prestar un servicio de este tipo es muy grande.

Historias Reales de vida

Cecilia Duarte, integrante del Servicio Jesuita al Migrante (SJM), nos cuenta de este proyecto que se inició en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, hace seis años, a modo de prueba. Como los resultados y la recepción del mismo fueron muy positivas, se fueron multiplicando a más instituciones Educativas.

Por Cecilia Duarte

El Proyecto Historias Reales de Vida surgió hace 6 años. La idea básica es que los chicos conozcan la historia de vida de un migrante: que salgan a entrevistar y ahí se acerquen a conocer cuáles son las causas por las que salieron de sus países y vinieron a Argentina; qué cosas extrañan de sus lugares… sus historias, con todo lo que ellas traigan.

La primera instancia del proyecto es una charla, en la que se intenta introducir a los alumnos a la siguiente idea: una persona es una construcción, que sea va haciendo a través de lo que vive; y que, por esto, es imposible conocer a alguien sin conocer su historia. Sin embargo, estamos muy acostumbrado a señalar, hacer suposiciones y dejarnos llevar por ‘prejuicios’ asumiendo, sin conocerla, que una persona es de determinada manera.

Esta primera instancia comienza con una dinámica, tras la cual definimos qué significa el término ‘migrante’, los problemas a los que se enfrentan cuando se van a vivir a otro país o provincia y cómo entra en juego ahí, el SJM. Al finalizar esta presentación, los invitamos a participar del proyecto.

El proyecto está dirigido a alumnos del penúltimo año del secundario y se enmarca en una asignatura llamada ‘Cultura, Comunicación y Sociedad’. Después de la charla introductoria, los chicos trabajan durante dos meses en el marco teórico de la migración, la movilidad humana, etc. con los profesores de la asignatura. Ahora, en algunos colegios, van trabajando el proyecto en más de una materia, por lo que lo abordan de manera transversal e integrada.

Una vez realizadas las entrevistas a través de las que los alumnos conocen la vida de una persona que ha tenido que migrar, puedan contarla de manera creativa. Algunos hacen videos, poemas, se han escrito canciones, pintado murales, esculturas, maquetas. Esta producción se realiza en grupos de 5 personas y la van acompañando los profesores durante 2 meses. Una vez finalizado ese tiempo, los cursos de los colegios que participan eligen a un o una representante por curso, a quienes el Servicio Jesuita con Migrantes convoca a un Coloquio en el Colegio Máximo de San José (en San Miguel). Allí, los chicos comparten la experiencia de haber trabajado en el proyecto y sus producciones grupales. Para la ocasión, se convocan a especialistas en el tema de migraciones que les hacen una devolución.

El intercambio que se genera ese día es muy rico. Porque la mirada de los alumnos va cambiando a medida que transcurre el proyecto. Y al poder compartir esta visión con personas de otros cursos, otros colegios y gente que ni siquiera conocen, se genera un ambiente en el que esa riqueza se multiplica.

Este proyecto es el resultado del trabajo de varias personas, que se sentaron en un inicio y que posteriormente fueron participando y sumando un enfoque distinto que llevó a que hoy la propuesta sea la que es. Tanto miembros del Servicio Jesuita con Migrantes, personas externas al SJM, y profesores que se han comprometido con el mismo y que animan a los estudiantes a realizarlo.

En San Miguel no lo hicimos inicialmente con todos los colegios, sino que fuimos probando cómo era la receptividad de la propuesta. Hoy, lo realizamos en los 5 Colegios Parroquiales de San Miguel y otros 3 que no son Parroquiales, pero en los que trabajan profesores de los colegios parroquiales y nos pidieron que acercáramos la propuesta. Además, este año se sumaron, fuera de San Miguel el Colegio del Salvador, de Buenos Aires; y el Instituto Sagrada Familia, de Córdoba.

La Misión de Ser Puentes

Para Cecilia Duarte, quien forma parte del Servicio Jesuita al Migrante desde hace años, el proyecto es parte de la función que le atribuye a esta obra de la Compañía de Jesús: “creemos que tenemos la misión de ser puentes entre la gente que llega y la gente de acá. Queremos promover en los jóvenes una cultura de la hospitalidad, del encuentro, de acogida del que viene”.

Colecta Boquerón 2019

Te contamos un poco sobre la Colecta Boquerón 2019, para que conozcas su historia y sepas cómo podes colaborar. Hasta el 26 de junio tenés tiempo de acercar tus donaciones.

Un poco de Historia

Esta campaña la organizaba ‘Amigos de Boquerón’, un grupo de gente de Buenos Aires, cercana a los jesuitas Agustín López y Juan Carlos Constable, cuando ellos se hicieron cargo de la Parroquia, hace 45 años.

En ese momento, además, había un grupo de novios (devenidos, con el tiempo, en matrimonios) que colaboraban con Becas; el grupo Compartir, un grupo de la Virgen Niña, un grupo Scout… todas estas personas y grupos fueron formando una suerte de ‘red’ que multiplicaba el alcance y el fruto de la campaña.

Antes de que estuvieran hechos los caminos, las donaciones llegaban hasta Añatuya, con un camión que pagaba el obispado, y ahí había que irlas a buscar. También algunas empresas se ofrecían a traer las cosas gratuitamente.

La Parroquia San José de las Petacas se encargaba de ir a buscar las cosas,  que luego se repartían entre las 26 poblaciones, que contaban con capilla y escuela; y algunas otras poblaciones pequeñas.  

Cuando Marcos Alemán SJ llegó a Boquerón, consiguió que un amigo suyo se hiciera cargo del costo del transporte, pagando un camión que iba hasta allá. Esto posibilitó multiplicar el volumen de las donaciones, y se sumaron a la campaña los colegios jesuitas y Parroquias de San Miguel, donde, además, hay mucha población originaria de Santiago del Estero.

Así, de a poco, se va involucrando más y más gente, y se va ampliando la red de personas que colaboran con Boquerón a través de la Campaña. Las misiones de los colegios jesuitas al lugar son otro factor multiplicador. La fidelidad del Colegio Goethe, de Buenos Aires, que participa desde 1997.  Además del denominado ‘grupo de la Costa’, quienes, desde colegios San Bernardo y Santa Teresita (poblaciones ubicadas sobre la cosa Argentina) se enviaron durante 15 años a gente a realizar trabajos en Boquerón. Cuando se les hizo dificultoso continuar yendo, comenzaron a participar de la campaña, llevando sus donaciones hasta San Miguel.

Todo esto, va ampliando las oportunidades y posibilidades que se ofrecen a la gente del monte; no sólo de acceder a cuestiones materiales, sino también a capacitaciones, formación, mejoramiento de las viviendas e inicio de pequeños emprendimientos que permiten mejorar su calidad de vida.

Este efecto multiplicador hizo que el año pasado se necesitaran dos camiones para llevar todas las donaciones que se reunieron entre todos los grupos, personas e instituciones que colaboraron.

Nombres y Rostros.

Mary Quadri nació en la Ciudad de Buenos Aires, pero vive hace más de 40 años en Boquerón. Ella es la que nos comparte la información sobre la historia de la colecta. En su relato, nombra con especial cariño a Patricia Morís, que falleció en diciembre del año pasado (2018). Era ella quien hacía todos los contactos con los distintos grupos que mandan las donaciones a la Parroquia y coordinaba el envío a Boquerón tanto desde San Miguel, Buenos Aires y San Isidro. Además de acompañar al chofer en ese recorrido.

Agustín López y Juan Carlos Constable, son los jesuitas que arrancaron con la parroquia, hace 45 años. Juan Carlos todavía vive aún, con un par de ACV encima, en Boquerón.

El P. Marcos Alemán estuvo hasta este año como Párroco de San José de las Petacas, cuando fue misionado a Mendoza, a la Parroquia Virgen de los Pobres. En su función fue relevado por el P. Víctor Pacharoni SJ.

Al mismo tiempo, el Hermano Rodrigo Castells SJ, quien vive en Boquerón continúa impulsando la campaña y buscando multiplicar colaboraciones y oportunidades para con la gente de Boquerón, y es uno de los grandes difusores de esta campaña.

¿Qué cosas se juntan?

  • Ropa, sábanas, frazadas, zapatos.
  • alimentos no perecederos
  • mobiliario, bicicletas.
  • Útiles escolares
  • instrumentos musicales
  • artículos nuevos para rifas, bingos.
  • No se necesitan libros, artículos tecnológicos, salvo radios fm a pila y celulares.

Para aquellos que quieran hacer llegar sus donaciones antes del 26 de junio, pueden comunicarse con Ernesto Miguens  y/ o Nicolás Fernández.

Roberto Jaramillo: «Cuba siempre ha merecido y gozado de una atención especial de nosotros”

Compartimos una entrevista realizada por Julio Pernús al P. Roberto Jaramillo S.J., Presidente de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América Latina y el Caribe (CPAL), durante su visita Cuba para participar en la 37ª Asamblea de la CPAL.

¿Quién es Roberto Jaramillo, SJ?

Yo soy un jesuita de origen colombiano que funge como presidente de la CPAL desde hace dos años, específicamente desde marzo de 2017. En la oficina de Lima cuento con un equipo de tres compañeros que me acompañan: un brasilero que es secretario, encargado de las Redes de Educación: FLACSI (educación primaria y secundaria), Fe y Alegría y AUSJAL (educación universitaria); también cuento con un jesuita, Mario Serrano, dominicano, que funge como responsable de todas las Redes Sociales: centros indígenas, centros sociales y de comunicación, radios, migrantes etc… El otro compañero es un colombiano, Hermann Rodríguez, responsable de formación, juventudes y la economía de la conferencia. Somos cuatro, vivimos en Lima y ese es mi ambiente actualmente.

¿Cómo se decide hacer la Asamblea de la CPAL en un país tan “sui géneris” como Cuba?

Siempre tenemos las asambleas bianuales y hay como una especie de ruleta, de forma que cada provincia recibe la asamblea cada seis años. Y cuando le tocó el turno a las Antillas, vimos la oportunidad de volver a Cuba. Hace mucho tiempo que no se hacía en tu país; creo yo que desde un largo tiempo atrás, porque siempre se escogía la República Dominicana, pero ya nos ves, aquí estamos. Cuba es uno de los territorios prioritarios dentro del Proyecto Apostólico Común (PAC) de la CPAL. Nosotros hemos sido muy bien recibidos y la gente está admirada de la gentileza, el cariño ofrecido por los jesuitas y ustedes, los miembros del pueblo cubano.

¿Cuáles son los temas que se han debatido en la Asamblea y esto qué impacto tendrá de cara al trabajo de la Compañía en América Latina y el Caribe?

En las asambleas usualmente debatimos muchas cosas, ya que en ellas participan doce provinciales que son parte de la CPAL; ellos tienen voz y voto, más el presidente de la institución, o sea yo. También son convocados los asistentes del Padre General de la Compañía de Jesús, que vienen de Roma; usualmente son dos asistentes, pero en esta oportunidad hay tres, porque hay uno que va a terminar su período. También participan cuatro superiores de la región: el de Cuba, que es el superior de la sección, el representante de la preferencia apostólica de la Amazonía en  Brasil, el superior de la región de Haití y el de la región de Guyana–Jamaica, que es una misma .

Además, en esta ocasión invitamos al padre Alfredo Ferro, que es el coordinador del Proyecto Panamazónico, Servicio Jesuita en la Panamazonía, quien nos ha mostrado todo el panorama de lo que se hace con respecto a la REPAM, que es la red de trabajo ignaciana en la cuenca del Amazonas, quien participará del Sínodo de la región amazónica en octubre.

Hemos estado también compartiendo las situaciones de las diferentes provincias como parte de nuestro servicio apostólico. El plato grueso de esta reunión, además de todas las decisiones que debemos tomar a nivel de las 14 redes apostólicas de la CPAL, ha sido el de pensar cómo vamos a realizar el cuarto año de teología que todos los jesuitas deben cursar. El cuarto año, en este momento, es una etapa que no está muy bien definida; unas provincias lo hacen de una manera y otros en forma distinta. Entonces, dedicaremos dos días a realizar un discernimiento sobre este tema, para preguntar a Dios las mejores maneras para vivir este proceso y de ahí podremos sacar propuestas para proponer a los jóvenes de la Compañía para realizar ese cuarto año.

También hemos tenido alguna tarde para conocer la ciudad, visitar algunos lugares importantes. Visitamos la iglesia de Reina y el Centro Loyola y pudimos encontrarnos con los jesuitas de La Habana en el Centro de Espiritualidad Pedro Arrupe (CEPA), en el Vedado, además de toda una serie de actividades, que son parte del acontecer habitual de un grupo como este a quien toca evaluar y realizar acciones comunes sobre el acontecer cotidiano en temas como formación, la etapa de tercera probación y las preferencias apostólicas universales, que acaba de señalar el Padre General.

Al estar en Cuba, creo que hay una pregunta obligatoria: ¿cómo se visualiza desde la CPAL nuestra isla?

Cuba, de conjunto con Haití y la Amazonía, son los tres territorios prioritarios del Proyecto Apostólico Común (PAC) de la CPAL; siempre ha merecido y gozado de una atención especial de parte de nosotros; venir aquí es un desafío porque muestra a los provinciales, que son los responsables de los recursos humanos, las urgencias y las necesidades de la Compañía, no sólo la historia, sino el hoy de Cuba. Yo creo que se hace un esfuerzo muy loable y valioso para acompañar la “densificación del sujeto” -como diría Pedro Trigo, un famoso jesuita venezolano-, la formación humana y espiritual de los sujetos, además de los pueblos, que son la base de cualquier cambio posible. Se hace un trabajo profético en ese sentido en esta isla.

Otro aspecto importante de la vida pastoral de Cuba tiene que ver con la tercera probación. A Cuba, durante nueve años, vinieron “tercerones”, estudiantes jesuitas de todo el mundo, ya al final de su formación. Así que esperamos y rezamos porque, después de un tiempo de descanso tomado por Benjamín González-Buelta, SJ, pueda retomarse esa experiencia en Cuba, tal vez con otro instructor. Por eso considero que Cuba está también muy presente en la vida de toda la CPAL; de ahí que no deje de tener un valor agregado el estar aquí y conocer las historias de lucha de tu pueblo. Hablo desde la pobreza de nuestras provincias, porque tampoco es que contemos con provincias absolutamente holgadas en cuanto a número y recursos.

Si tú comparas las dimensiones de Cuba con las de Brasil, tal vez haya una densidad poblacional jesuítica más fuerte en tu país que en aquel gigante sudamericano. Pero, yo comprendo que son situaciones diferentes; por eso, en medio de nuestra precariedad por todas partes, queremos ser solidarios también con la Amazonía, Haití y esta bella isla, de modo que podamos dibujar una experiencia de fraternidad y solidaridad. Yo espero que en estas reuniones, el superior de Cuba y el provincial de las Antillas puedan encontrar espacios para motivar a que cada vez vengan más jesuitas a colaborar, conocer y servir a este pueblo, que tanto lo necesita.

¿Alguno de sus sueños como presidente de la CPAL…?

Yo tengo dos años al frente de la CPAL y usualmente son tres o seis años en los cargos de responsabilidad en la Compañía; si a los tres años uno no lo ha hecho muy mal, lo dejan seis. Por lo tanto me puede quedar de uno a cuatro años en esta labor. Yo digo que tengo como la función de animar el trabajo que los otros hacen, algo un poco atípico. En ocasiones, mi servicio es similar al de un director de orquesta, que no es especialista en ningún instrumento, pero vigila porque la gente toque bien lo que sabe y lo haga de forma armónica junto con otros.  Y esa armonía tiene que ver con los planes y desafíos de las otras Conferencias de Provinciales. Somos seis en todo el mundo. Tenemos especiales relaciones con la Conferencia de Estados Unidos y Canadá; de hecho, el Caribe como Cuenca-Caribe, representa un lugar común donde nos encontramos; por ejemplo, Haití pertenece a la Conferencia del Norte, pero participa en nuestras reuniones; aquí está el superior de esa sección.

Te puedo decir que las seis conferencias soñamos y tratamos de realizar un trabajo colaborativo. Hay jesuitas de Asia en Guyana, hay jesuitas de Europa trabajando en Cuba, Perú o Venezuela. Quizás, una de mis funciones principales, como presidente, es intentar desde nuestro contexto, tejer esas redes con el mundo; yo creo que lo intentamos con fuerza, pero no lo conseguimos siempre.

Como despedida de nuestra charla, el Padre Roberto Jaramillo quiso enviar un mensaje especial a los laicos cubanos.

Mira, yo visité las obras de la Isla hace unos cuatro años cuando era delegado del apostolado social; estuve en Santiago, Camagüey, conocí los Centros Loyola y te puedo decir que llevo a la gente que conocí en ese momento en el corazón; admiré mucho su capacidad de resiliencia, esperanza y lucha. Creo que con ustedes, los laicos cubanos, vemos de forma más sencilla el evangelio y se nos hace más sencillo comprender que el mundo hay que vivirlo como un don de Dios.

Yo reconozco todos los desafíos que experimentan en tu país y acompaño con mi oración su búsqueda para crear una sociedad más justa, participativa, democrática, abierta y plural. Por supuesto, comprendo que esa es una labor que se debe realizar día a día. Como son tan poquitos los jesuitas en la Isla, siento que ustedes los laicos amplían el cuerpo apostólico de la Compañía, las preferencias y las invitaciones de la Congregación; el mensaje del Evangelio es para el cuerpo todo del pueblo de Dios.

A mí me alegra mucho poder saludarles por este medio también y animarles porque somos cuerpo. Y quiero que sepas que cada uno de nosotros tiene un papel. Así como dice San Pablo, el ojo no le puede decir al dedo pequeño del pie que no lo necesita porque no ve; todos somos importantes, algunos visibles, otros menos visibles, pero todos somos parte del cuerpo de Cristo y de la Compañía.  

Además de saludarles y agradecerles por lo que hacen, deseo animarles a que sigan participando de este cuerpo que es mayor que el reducido grupo de jesuitas. Yo creo que la Iglesia cubana es una Iglesia de resistencia y fermento; siento que es una comunidad que ha comenzado a manifestar, desde hace algunos años, su fuerza con densidad. Ustedes deben ser los que propongan a la Iglesia latinoamericana caminos menos clericales, más ministeriales, dado que son mayores sus dificultades a nivel de vocaciones y de prácticas sociales, religiosas o litúrgicas. Cuba tiene una potencialidad de servicios diversos, de apostolados diversos y carismas, que deben ser ofrecidos a América Latina en su totalidad y en particular a la Compañía de Jesús. Nosotros se lo agradeceremos siempre.

Fuente: CPAL SJ

Artistas pintaron cisternas en San José del Boquerón

Artistas universitarios pertenecientes a las Universidades Nacionales de La Plata, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y la Universidad del Arte de Bs As pintaron unas 50 obras de arte en las tapas de las cisternas de Piruaj Bajo, en San José del Boquerón, Santiago del Estero.

En lugares como estos, el agua se vuelve un recurso tan fundamental como escaso, por lo que es necesario revalorizarlo. Con este fin, el proyecto “Pintura al agua», motorizado por el Colectivo Cultural Piruaj Chico; que ganó en 2018 el Concurso de Arte y Transformación Social del FNA, y convocó a artistas plásticos para pintar 50 cisternas de cosecha de agua de lluvia en Piruaj.

Las cisternas, que se ubican en un radio de 2 km, fueron construidas por las familias, que contaron con el apoyo de la parroquia San José de las Petacas, el acompañamiento técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y con financiamiento del Ministerio de Desarrollo Social de Nación (mediante el programa ProHuerta).

¿Qué es una cisterna?

Una cisterna de placas es un reservorio de agua que se construye semienterrado, utilizando moldes para «cortar» las placas para facilitar la captación de agua de lluvia. Cada una permite almacenar 16.000 litros, con buena conservación, ya que cuenta con techo propio y, generalmente, un sistema de bombeo manual. La implementación masiva de cisternas de placas en regiones semiáridas de la Argentina da cuenta de la disminución de enfermedades en las poblaciones rurales, en especial de niños y niñas.

Además, las cisternas tienen bajo costo constructivo, en relación al costo del litro de agua almacenado, y requiere de una gran tecnología social en las fases de construcción y mantenimiento posterior, que involucra a toda la familia y, generalmente, a toda la comunidad.

Por qué se eligió el Paraje Piruaj Bajo

Los promotores del proyecto han elegido el lugar principalmente por la concentración de cisternas que encontramos, que responde a que esta localidad es uno de los lugares con un mayor índice de vulnerabilidad y pobreza de la zona y son muchas las dificultades para acceder al agua. Las personas tienen que caminar un kilómetro o más para conseguir agua para su consumo, que en muchos casos tienen alto contenidos de arsénico. Es agua de las napas freáticas.

La población de Piruaj tiene cerca de 100 familias y está transitando un proceso de autoreconocimiento como comunidad indígena, vinculada a las etnias lule y vilela.

Una de sus características es que las y los jóvenes eligen quedarse a vivir allí. Todos los años la escuela local aumenta su matrícula. Se trata de una población con mucha conciencia comunitaria y un fuerte vínculo con su territorio. Un territorio que está en conflicto porque una sociedad anónima de Buenos Aires compró títulos de sus territorios y se los está alambrando.

Fuente: Fondo Nacional de las Artes

Fotos: Parroquia San José de las Petacas

Somos Encuentros: Campaña de comunicación sobre la Migración Forzada

La Red de Oficinas Provinciales de Comunicación de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (RED de OPC) y el equipo de Hospitalidad de la Red Jesuita con Migrantes para América Latina y el Caribe (RJM-LAC), se han unido para gestar y lanzar una campaña de comunicación sobre la migración forzada en nuestro Continente bajo el nombre “Somos Encuentros”.

Los responsables de la campaña son: Natalia Salazar, Luis Gómez y Javier Cortegoso por parte de la RJM-LAC, y por parte de la RED de OPC: Enilda Ruiz, encargada de comunicación de la provincia de Centroamérica, Schirley Echenique, encargada de comunicación de la provincia de Venezuela, y Fernanda Falcone, coordinadora de la RED OPC y de la Oficina de Comunicación Institucional de la CPAL. Para llevar adelante el proyecto contamos con el apoyo de las oficinas de comunicación de todas las provincias y sus equipos de trabajo.

La campaña quiere ser un espacio de participación amplia, en la que los miembros de los equipos de comunicación de las provincias puedan aportar sus trabajos y suscitar otros esfuerzos que visibilicen las angustias y tristezas, las alegrías y las esperanzas de tantas personas que se ven forzadas a migrar entre países de nuestro Continente o hacia otros rumbos más allá de nuestras fronteras.

Los trabajos y aportes deben ser un canal para compartir historias de encuentro y de hospitalidad, que nos permitan ayudar a reconstruir la humanidad de aquellos que han sido vulnerados en su dignidad en medio de las tragedias del desplazamiento forzado, así como de aquellos con quienes entran en contacto.

“Creemos que la Migración Forzada es una realidad que nos cruza más allá de los países, provincias y obras; se trata de un drama de nuestra sociedad latinoamericana que nos interpela día a día y que nos llama a responder de manera compartida. Las obras, instituciones y personas que colaboramos en la Compañía de Jesús tenemos el desafío de articularnos y tejer juntos conversaciones y acciones en los diferentes procesos y ámbitos de nuestra misión”.

“Son más las cosas que nos unen que las que nos separan y sin importar en qué lugar de Latinoamérica y el Caribe nos encontremos, la movilidad humana y el encuentro humano hacen parte de nuestras vidas. Queremos contar historias que nos lleven a reconocer en nuestros propios ámbitos de actuación la manera en que estamos respondiendo a los retos de la migración forzada, a través de los protagonistas que viven y tejen esta realidad en cada Provincia.”

Quienes deseen sumarse a esta iniciativa pueden escribirnos a: oficina.comunicacion@cpalsj.org solicitando las pautas a seguir y las orientaciones correspondientes.

Fuente: Jesuitas Lationamérica

 

España – Comunidades de Hospitalidad

Las comunidades de hospitalidad son comunidades jesuitas en las cuales se comparte vida y proyecto con personas necesitadas.

En España existen comunidades que conviven con migrantes, refugiados y personas que salen de la prisión. A quienes huyen de la miseria y los conflictos se les facilita, además de una morada, un entorno para que den sus primeros pasos en nuestro país, aprendan la lengua y regularicen su situación; a quienes salen de prisión se les ofrece un hogar que los aleje de antiguas compañías, y se les ayuda a recuperar confianza y autonomía. Juntos, en la comunidad, se elabora un proyecto común en el que participamos y nos sentimos corresponsables tanto en el cuidado, como en las tareas comunes. En la mayor parte de casos la convivencia dura unos meses, hasta que las personas consiguen destrezas para salir adelante por sí mismos, evitando dependencias indeseadas.

 Esta nueva expresión de la opción preferencial por los pobres actualiza la experiencia de las comunidades de inserción que tras el Concilio Vaticano II llevó a muchos jesuitas, al igual que a otros religiosos, religiosas y a muchos curas obreros, a vivir en barriadas y favelas junto a los excluidos. En la Compañía de Jesús fueron principalmente las provincias europeas y latinoamericanas las que se lanzaron con mayor entusiasmo a esas experiencias.

El contexto ha cambiado respecto a aquellos tiempos de efervescencia social y eclesial. Los barrios en muchos países se han ido transformando, al igual que la vida vecinal. En nuestro país el fuerte éxodo del campo a la ciudad, ha sido relevado en las últimas décadas por la incorporación de comunidades migrantes a nuestros barrios. La Compañía de Jesús sigue comprometida en estos ámbitos de frontera, aunque con una tendencia a agruparse comunitariamente en núcleos más grandes e institucionalmente más estructurados, que les ha ido alejando de las periferias.

 En este contexto, las comunidades de hospitalidad quieren adaptarse a los nuevos tiempos, y ser espacio de acogida y encuentro, allí donde se los jesuitas nos sentimos llamados. En muchos de los contextos donde han ido surgiendo comunidades de hospitalidad se ha producido una vida renovada dentro de nuestra familia ignaciana. De hecho, este estilo de vida y cercanía son un referente para la misión de la Compañía de Jesús en sus contextos locales.

 En algunas ciudades, las comunidades de hospitalidad han generado un germen de acogida y hospitalidad que ha impregnado a familias, comunidades parroquiales, comunidades de vida cristiana (CVX), recursos de acogida en nuestras obras sociales (especialmente el SJM España), con otras compañeras y compañeros de camino, y también dentro de la vida religiosa. Hospitalidad.es ha impulsado una red de comunidades de hospitalidad que son fuente de esperanza e insuflan aire fresco en nuestros ritmos comunitarios.

 La CG34 señaló que las estructuras injustas del mundo solo pueden ser cambiadas a partir de un cambio más profundo en el corazón de las personas y las culturas en las que vivimos. ¿Cómo podemos convertirnos hoy en signo de anuncio del Evangelio y germen de esas transformaciones? Las comunidades de hospitalidad introducen, a partir del encuentro con el Señor, nuevos valores en su modo común de vida, contagiando a su alrededor la pasión por el Reino. Sin duda, las comunidades de hospitalidad son una de las propuestas que están abriendo nuevos caminos para la revitalización de nuestra vida en común.

 El Padre General Arturo Sosa SJ, en su carta Nuestra vida es misión, la misión es nuestra vida, recordaba que «acercarnos a los pobres y a su estilo de vida es una de las más exigentes dimensiones de la conversión a la que somos llamados». Es en definitiva una vuelta a las raíces: como decía Ignacio en una carta a los compañeros de Padua, «la amistad con los pobres nos hace amigos del rey eterno».

Fuente: jesuitas.es

38 Aniversario del Servicio Jesuita al Migrante

El Servicio Jesuita al Migrante (JRS) de Europa y el Servicio Jesuita al Migrante (JRS) Internacional celebran el 38 aniversario del Servicio Jesuita al Migrante.

Un año tras otro, los equipos del JRS de todo el mundo se reúnen, recuerdan, oran y renuevan su compromiso con ocasión del cumpleaños del P. Pedro Arrupe, antiguo Superior General de la Compañía y fundador del JRS.

En esta ocasión, el Centro Astalli, filial del JRS-Italia, ha organizado una rueda de prensa para presentar los resultados de un proyecto de investigación que lleva por título: Dimenticati ai confini d’Europa (Olvidados en las fronteras de Europa). Este estudio, realizado entre 2014 y 2016 en nueve países europeos, destaca la dificultad de acceso a la protección cuando los solicitantes de asilo llegan a las fronteras de un país europeo. El presidente del Centro Astalli, Camillo Ripamonti, SJ, admitió que el estudio estaba ya anticuado… porque, lamentablemente, el acceso a Europa es aún más difícil ahora que cuando se realizó el estudio. El testimonio de Momodou, un refugiado senegalés que huyó de la guerra en su región, fue particularmente fuerte, al dar un tono humano a los datos estadísticos y a las reflexiones de los expertos. El informe final de la investigación está a su disposición, en español, en la red.

El 14 de noviembre, aniversario del nacimiento del Padre Arrupe, el equipo del JRS-Internacional se reunió para celebrar la Eucaristía. En primer lugar, hizo una oración por todos los refugiados a cuyo servicio los equipos del JRS se consagran en todo el mundo. Hubo una acción de gracias por lo que esta obra de la Compañía ha podido hacer para acompañar, servir y defender los derechos de los refugiados y desplazados forzosos en el mundo. Fue una oportunidad para celebrar el lanzamiento del nuevo sitio web www.jrs.net.

En los últimos meses, el equipo ha trabajado duro para lanzar este sitio web. Es una herramienta que proporciona una variedad de maneras de presentar las historias de los refugiados, que atiende y acompaña la organización. Ayudará, sin duda, a resaltar el impacto del trabajo del JRS de una manera más creativa. Esperamos que permita a los usuarios encontrar la información que buscan sobre los servicios ofrecidos, sobre los países en los que está activo el JRS y sobre las formas de apoyar todo este trabajo. El sitio está actualmente disponible en inglés; las versiones en español y francés estarán disponibles a principios de 2019.

Fuente: jesuits.global