El Trabajo de Servicio Jesuita a Refugiados en Latinoamérica

Con el objetivo de difundir el trabajo y los pasos que se van dando en su trabajo, Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) ha publicado su 9° boletín regional. El mismo, constituye una construcción conjunta entre el SJR LAC, SJR Colombia, SJR Ecuador y SJR Venezuela. En esta nota, Mauricio García Durán Sj hace una introducción a los temas que trata el Boletín en sus diferentes secciones.

Por Mauricio García Durán SJ – Director Regional SJR LAC

“Defender” es la palabra que marca nuestro trabajo como Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), no sólo por estar en su lema, sino por lo que representa una de nuestras principales premisas, en cada una de las acciones que realizamos a favor de la justicia y el diálogo.

Como SJR, desde sus diferentes áreas, no solo defendemos derechos, defendemos historias rostros, lágrimas, sonrisas y esperanzas. Defendemos la justicia, la tolerancia, y sobre todo la acción del reconocimiento y de la otredad. Por tanto, nuestra acción de defender está en cada acompañamiento que hacemos, en cada formación que dictamos, en cada mensaje que transmitimos, en cada campaña que implementamos.

Por ello, en esta novena edición encontraremos las principales actividades que a nivel interno se han realizado.

En la sección de Reconciliación, presentaremos el documento Elementos para una definición de Reconciliación que fue socializado en la IX Jornada de Reflexión Universitaria de la Pontificia Universidad Javeriana, sede Bogotá; una cartilla construida entre la comunidad campesina reubicada de El Cairo (Colombia) y el SJR Colombia con el fin de visibilizar su experiencia de reconciliación, construcción de paz y construcción social del conocimiento; y un Cuentario que narra el proceso de sanación de los efectos del conflicto armado en algunas comunidades rurales en Nariño (Colombia).

Por su parte, en la sección de Cultura de Paz se mostrará el cierre del proceso juvenil; el intercambio latinoamericano de experiencias juveniles y el VIII Encuentro Nacional de la Red SJR Colegios.

Para la sección Frontera resaltamos la iniciativa “Y tú… ¿De dónde eres? de la Red Jesuita con Migrantes y la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica -Aler-; la celebración de un plebiscito simbólico con las Víctimas colombianas en Ecuador; el Encuentro Nacional de fronteras en Colombia sobre migraciones forzadas; la exposición “Acompañando y Reconstruyendo vidas” realizada por el SJR Ecuador ; la Caravana Cultural por la Hospitalidad liderada por el SJR Venezuela en Ureña y San Antonio; y el Diplomado Binacional de Cultura de Paz y Derechos Humanos realizada con las comunidades fronterizas colombo – venezolanas.

En la sección de Integración local desde el SJR Ecuador se presenta la Escuela de Ciudadanía; la experiencia de la asociación de mujeres ASBUNS acompañada por el SJR Colombia y tanto los procesos de capacitación a mujeres refugiadas como de acompañamiento jurídico a población en situación de refugio del equipo SJR Venezuela.

Finalmente en la sección de Incidencia, presentamos el Diagnóstico de Políticas Públicas para buscar soluciones a la problemática de la Trata de Personas; el Comunicado de la Comisión de Exilio y Reconciliación sobre el proceso de paz en Colombia; la Declaración de Honduras sobre la situación de migración forzada en la región; y el taller de incidencia para obras de la Compañía de Jesús realizado en Ecuador.

Esperamos que la presente publicación permita contribuir hacia un mejor servicio de comunicación, información y contacto entre quienes trabajamos por el reconocimiento de la población en situación de refugio y desplazamiento a fin de aportar a la esperanza de otro mundo posible donde haya hospitalidad y acogida para los mismos.

Para leer el boletín completo

Fuente: CPAL SJ

Llamada a la Solidaridad para Ayudar a las Víctimas del Huracán Mathieu

Los jesuitas en Haití han desarrollado un estrategia para ayudar a las personas que resultaron afectadas por el huracán que el mes pasado azotó al país caribeño. Para poder llevarla adelante, piden ayuda a la comunidad Internacional.

Por P. Miller Lamothe, S.J – Delegado del Provincial en Haití.

Los jesuitas en Haití están comprometidos con buscar soluciones para la crisis humanitaria que vive Haití luego del pasó del Huracán Matthieu por la isla por lo que se difunde su pedido de ayuda.

Situación de Emergencia

1. Situación general después del huracán Matthieu.

Del 3 al 4 de octubre del 2016, el huracán Matthieu de categoría 4 causó daños incalculables en varios departamentos del país, particularmente en los departamentos de la Grande Anse, Sud, Sud-Est, Nippes, Nord-Ouest y parte del departamento de lOuest. Se estima que más de 2.1 millones de personas en los departamentos de la Grande Anse, Sud y Nippes están gravemente afectadas de un modo u otro. Se habla de más de 1250 muertos y desaparecidos, varios miles de personas desplazadas y más de 500.000 personas sin techo. Todas las plantaciones y cosechas han sido destruidas y más de 350.000 cabezas de ganado han muerto. En los departamentos de la Grande Anse y del Sur, 95 % de las viviendas son totalmente destruidas o seriamente dañadas. La misma situación prevalece en las escuelas, las iglesias y los dispensarios comunitarios. Por falta de agua potable y de condiciones sanitarias adecuadas, la epidemia de cholera empieza a expandirse rápidamente. Más de 116.100 niños no pueden ir a la escuela a causa de la destrucción de las infraestructuras educativas.

De hecho, más de 1.4 millones de personas están en espera de ayuda de emergencia y de un acompañamiento para la rehabilitación de su vida et de su medio ambiento.

2. Intervención en dos fases. Después de algunas visitas en los lugares afectados, la Compañía de Jesús decide intervenir en dos fases:

A. Primera fase:

  •  Distribución de alimentos y artículos sanitarios
  •  Distribución de semillas, instrumentos para la agricultura y ganado
  •  Distribución de materiales de construcción (laminas, maderas, clavos, cementos…)
  •  Escuela (Infraestructuras escolares, materiales didácticas, cantina (alimento), apoyo a los alumnos (subvención de los alumnos).

B. Segunda fase:

Construcción de casas resistentes frente a los desastres naturales (cambios clímaticos) con una cisterna para almacenar agua para el uso doméstico.

3. Los lugares de intervención privilegiados por la Compañía de Jesús.

  • Cuatro municipios del Sur: Camp-Perrin, Torbeck, Saint-Jean-du-Sud et Port-Salut.
  • Dos lugares en la Grande Anse: Désormeaux, Anse-du-Clerc
  • Nord-Ouest: El municipio de Jean-Rabel

4. Llamada a la solidaridad y aportes económicos

La Compañía de Jesús hace una llamada a todos los amigos y benefactores que quieren solidarizarse con las víctimas del Huracán Matthew y les agradece de antemano por su apoyo.

El Servicio Jesuita para Migrantes (SJM) y Fe y Alegría serán las instituciones que canalizarán la ayuda hacia las zonas afectadas.

¿Cómo colaborar?

La Compañía de Jesús ha abierto una cuenta especial para recibir aportes económicos de quienes quieran ayudar con esta causa.

  • NOMBRE DEL BANCO: SOGEBANK
  • DIRECCIÓN DEL BANCO: 44, AVENUE JEAN-PAUL II (ANGLE AVENUE JEAN-PAUL II ET MARTIN LUTHER KING), PORT-AU-PRINCE, HAITI
  • SWIFT CODE: SOGHHTPP
  • NÚMERO DE CUENTA: 190001206
  • TIPO DE MONEDA: USD
  • NOMBRE DE LA CUENTA: LA COMPAGNIE DE JÉSUS
  •  BANCO INTERMEDIARIO: BANK OF AMERICA, MERRILL LYNCH, NEW YORK, USA
  • SWIFT CODE: BOEAUS3N?

Fuente: CPAL Social

 

Iniciativa Contra la Trata de Personas

La semana pasada una multitud de personas, en su mayoría mujeres, se manifestó a lo largo de todo Argentina en contra de los femicidios que han sufrido en reiteradas ocasiones y a los que se ve como última consecuencia de una cultura machista que pone a las mujeres como objetos en situación de inferioridad. El texto que compartimos a continuación narra una iniciativa para luchar contra la trata de personas, delito del que muchas mujeres son víctimas. 

Por José Luis Pinilla

No hay mujer que no resulte sospechosa de mala conducta. Según los boleros, son todas ingratas. Según los tangos, son todas putas (menos mamá). Confirmaciones del derecho de propiedad: el macho propietario comprueba a golpes su derecho de propiedad sobre la hembra. (…) Vuela torcida la humanidad, pájaro de un ala sola (Fragmento de Patas arriba. La escuela del mundo al revés, por Eduardo Galeano).

El vuelo torcido de la humanidad según la metáfora de Galeano, cuando solo lo dirige el ala masculina, nos conduce al desastre. Y el vuelo de la humanidad cae en picado, o se mantiene inestable siempre… hasta que la dignidad de la mujer quede restablecida por completo. Machismo y racismo van de la misma mano sosteniendo el ineficaz aleteo masculino. Mientras la mujer, – mejor con la pata quebrada y en casa- nacida para fabricar hijos, desvestir borrachos, vestir santos, o vender su cuerpo, ha sido condenada muchas veces a los suburbios de la historia (eclesiástica y mundana) donde no anida el sagrado pájaro de la dignidad y la libertad.

El drama de la trata de personas, en concreto con fines de explotación sexual, es una de esas “periferias” a las que se refiere el papa Francisco. Este drama se hizo “católico” el 8 de febrero pasado, en una Jornada Eclesial mundial bajo el lema “Enciende una luz contra la trata”. La invitación eclesial conjunta en España animaba a recorrer un camino que fuera “desde la conciencia a la oración, de la oración a la solidaridad, y de la solidaridad a la acción concertada, hasta que la esclavitud y la trata desaparezcan” (Cardenal Peter Turkson. Pontificio Consejo Justicia y Paz) .

Reivindicar la justicia ante este drama es vincularla en defensa de la dignidad humana –en este caso las personas traficadas con fines de explotación sexual– con otros dos pilares básicos: el bien común y la solidaridad fundada en la justicia social, hoy tan necesitada de globalización efectiva (¿qué pasa, por Dios, con las 250 niñas, secuestradas por el grupo terrorista y loco Boko Haram?).

Una vez más nos hallamos ante un problema de injusticia social internacional e inequidad que nos plantea debates muy profundos que no son objeto directo de este artículo (por ejemplo, la prostitución como trabajo y el consentimiento, o la invisibilidad del cliente, o la prostitución como efecto de la emigración irregular, etc…). Pero sí se puede afirmar que la violencia estructural ejercida a nivel global reproduce unos mecanismos de subordinación, dependencia y explotación sumamente provechosos para la trata. El alarmante aumento de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual es uno de los problemas políticos, sociales y económicos urgentes vinculados al proceso de globalización. Una cuestión de justicia internacional impostergable.

La dignidad es el valor inalienable de la persona humana, que tiene valor y no precio, que no puede ser objeto de transacción. Aunque no negamos que el utilitarismo es un valor importante de nuestra cultura, pero este es válido cuando hablamos de objetos e instrumentos, nunca de personas. Porque supone una falta de reconocimiento de la valía intrínseca, y no circunstancial, del otro. El utilitarismo está presente en el olvido de los ancianos, en la falta de preocupación por tantas familias o niños en riesgo de exclusión o en los flujos migratorios cuando solo se ven desde el punto de vista laboral. Y lo está de forma muy visible en la relación con el fenómeno de la trata de personas con fines de explotación sexual.

Es un ultraje vergonzoso a la dignidad humana y una grave violación de los derechos humanos fundamentales. “La esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes, así como las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables”, son “oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador” (Gaudium et spes, 27).

Ante ello no basta una moral “sentimentaloide” que reacciona hipócritamente ante las portadas de medios que denuncian la prostitución mientras se enriquecen con ella junto a otros muchos grupos y entidades públicas y privadas corrompidas. Esta no suscita más que un comentario soez o avergonzado, ante estos males del prójimo (de la “prójima” normalmente) que apenas obligan. Pero la solidaridad en la visión ética cristiana no es opcional sino obligante. No sólo una solidaridad de “huracán”, de “colecta urgente”, de estímulo inmediato. Hay que superar el inmediatismo. Hay que cambiar la perspectiva y descubrir que este don de la solidaridad hacia estas víctimas es un reto que tendremos que profundizar. Y caminar más hacia el descubrimiento de que lo importante no es sólo cómo paliar los efectos del desastre, sino hacer a las gentes menos vulnerables que sobrevivan hoy con dignidad. De ahí la necesidad de acudir cada vez más a la educación en red para sensibilizarnos ante este fenómeno (ver video)

“Estamos dormidas— dice una obrera del barrio Casavalle de Montevideo —Algún príncipe te besa y te duerme. Cuando te despertás, el príncipe te aporrea”… dice Galeano, en el fragmento citado. “O te vende”, decimos nosotros, en entreParéntesis.

Fuente: Entre Paréntesis 

Imagen: La Vanguardia España

Trabajo en la Frontera Venezolana-Colombiana

Una experiencia de trabajo colaborativo que intenta que las fronteras políticas no sean un impedimento.

La RAIF es la Región Apostólica Interprovincial Fronteriza, fruto de un convenio entre la Provincia de Venezuela y la Provincia de Colombia. El trabajo se realiza creando una red de obras jesuíticas de ambos lados.

Venezuela tiene un buen número de instituciones de Fe y Alegría: colegios, emisoras, CECAL, Parroquias y la UCAT (Universidad Católica del Táchira). Del lado colombiano: dos colegios de Fe y Alegría, el SJR y la Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana del CINEP/Programa por la Paz apoyada por el Instituto Pensar de la Universidad Javeriana. Trabajan para dar ayuda al mayor número posible de personas para que asuman sus responsabilidades ciudadanas y trabajen para contrarrestar los graves problemas de ilegalidad, de polarización, de crisis humanitaria, de inseguridad, de xenofobia. Acciones que trabajan la formación que quiere redignificar el ejercicio de la política, la hospitalidad, instalar unas relaciones inspiradas en Jesús para proponer paz, solidaridad, equidad, justicia, respeto.

El cierre de la frontera ha partido en dos el trabajo y prácticamente los ha aislado. Sin embargo, aún pueden hacer reuniones con los venezolanos a través del Skype y así sentir que la separación no logra afectarlos tanto y nos darse mutuo apoyo.

Del lado colombiano se reunen periódicamente para mantener los objetivos de la RAIF como orientadores del trabajo, e intensificar las acciones que puedan aliviar los niveles de sufrimiento de muchos hombres y mujeres, colombianos y venezolanos que padecen las consecuencias de una crisis social, económica, política que pide de todos una coordinación para ofrecer condiciones mínimas para vivir con dignidad.

Vale resaltar que la RAIF tiene como función principal colaborar en el proceso de constitución de un sujeto regional fronterizo, que tome conciencia de sí y de su realidad, así como de apoyarlo en la generación de sus propias soluciones desde un enfoque pastoral propio de la Iglesia y la Compañía de Jesús.

Fuente: CPALSJ

 

Jesús y la Fraternidad

Observar el modo de Jesús nos mueve a imitar su manera de tratar a las personas: sin violencia, discriminaciones, exclusiones o condenas. Un modo de relacionarse con los hermanos que es imposible de llevar adelante sin una estrecha relación con Dios.

Por Rafael Luciani

La praxis de Jesús puede ser inspiradora para reconstruir espacios de reconciliación que nos devuelvan la esperanza y nos hagan asumir opciones de vida que busquen el bien común. Seguir el estilo de Jesús supone una «espiritualidad cristiana», no porque el sujeto pertenezca a una determinada confesión religiosa, sino porque viva con el mismo espíritu con el que vivió Jesús y asuma su causa por la humanización –no violenta ni ideológica– de la sociedad. Es «cristiana» en cuanto entiende que Jesús es paradigma del modo de relacionarnos con Dios –Padre compasivo–, y con los demás –como hermanos.

No podemos hablar de tal espiritualidad si no apostamos por el camino de la no violencia (Mt 5,9), si no luchamos en favor de la justicia (Mt 5,10) y optamos por el pobre y la víctima (Lc 6,20), independientemente de su condición moral o política, porque «en Dios no hay acepción de personas» (Gal 2,6).

Pero, ¿cómo pudo vivir Jesús sin excluir o violentar? Para Jesús el «amor fraterno» era la dinámica fundamental que normaba su estilo de vida. En apariencia se trata de algo débil para quien está acostumbrado a ejercer la autoridad que le viene de un cargo, del dinero o de la fuerza. Pero viviendo así, Jesús logró hacer renacer la esperanza de su pueblo, sanar los corazones agobiados y desestabilizar las prácticas sociales y políticas establecidas. Su credibilidad y atracción venían de la libertad con la que vivía (2 Cor 3,17).

Esto nos coloca ante un reto: querer el bien del otro y apostar por la construcción de espacios comunes donde podamos convivir todos. La práctica fraterna se construye mediante acciones concretas que sanen necesidades reales: «tuve hambre…, tuve sed…, era forastero…, estaba desnudo…, enfermo y en la cárcel» (Mt 25,42ss), lo que supone una conversión respecto a cómo vemos al otro. El otro no es un simple objeto de lástima o limosnas, y la clave de la fraternidad no está en «darle algo», sino en el acercarme y hacerlo próximo –prójimo– a mi existencia, en dejarlo entrar en mi espacio y juntos crear algo nuevo.

Podemos estar orándole a otro que no es el Dios en quien creyó Jesús. Jesús coloca al mismo nivel dos relaciones fundamentales: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza» (Dt 6,5) y «Amarás al prójimo como a ti mismo» (Lev 19,18), pero las invierte. La práctica del amor que convierte al otro en próximo a mí –mi prójimo– es la condición para encontrar el amor de Dios (Mt 22,35-40).

A Pablo le costó aprender esto. En la cárcel, relee la relación que tuvo con Onésimo. Reconoce que fue «engendrado entre cadenas» —como esclavo—, luego aprendió a «cargarlo en su propio corazón» —como hijo—, hasta que finalmente lo pudo asumir como «hermano querido» (Flm). Asumir al otro como hermano es la medida de nuestra espiritualidad y la altura de nuestra propia humanidad (Mc 12,28-34).

Fuente: Teología Hoy

La Misericordia, ¿Un Acto Político?

Cuando el Papa Francisco inició el Jubileo de la Misericordia tuvo un doble objetivo. Uno es abrirnos a la experiencia de misericordia que todo el mundo necesita. El otro,  hacer experiencia de la Misericordia que debemos practicar para con tanta gente abrumada por el sufrimiento.

Por Josep Ma. Rambla SJ

La misericordia es pues un sentimiento profundo y dinámico, que no permite que quien lo siente se quede inmóvil o pasivo ante tanto sufrimiento que hay en la humanidad. Es el alma de la solidaridad, de la acción social, del compromiso por la justicia… Por un lado, la compasión es propiamente la actitud permanente que se da en cualquier situación, siempre que hay fraternidad y amor, y por otra parte, la misericordia es la compasión hacia la persona que sufre. Una actitud profunda, una conmoción del corazón, que conduce a los actos de solidaridad.

La fe en un Dios que ama al mundo y por eso es misericordioso

El Dios bíblico es un Dios con sentimientos, que se alegra de haber hecho el mundo y de haber creado al Hombre. “Vio que todo era muy bueno” (Gen 1,31). Pero, más adelante, el relato fundante del Sinaí nos presenta un Dios que, porque ama, siente el sufrimiento del pueblo oprimido, lo quiere liberar y cuenta con Moisés como líder de esta liberación (Ex 3, 7-10). En el Antiguo Testamento, a pesar de episodios de la historia del pueblo donde parece que Dios presenta un rostro un poco adusto, y que hay que interpretarlos en el conjunto de la historia de salvación, la constante es que Dios es “compasivo y benigno” (Salmo 103), “su misericordia es eterna” (Salmo 136).

Jesús viene a llevar a la cumbre esta trayectoria de la revelación de Dios. Su vida y su acción revelan al “Padre misericordioso” (Lc 6, 36). Él mismo se manifiesta como el hombre poseído por el Espíritu enviado a liberar todo tipo de esclavitudes y a anunciar una buena noticia a los pobres anunciando un mundo nuevo (Lc 4, 16-21). Este hombre espiritual resulta desconcertante, porque relativiza costumbres, ritos y prácticas religiosas, incluso el Templo, y se relaciona con gente pobre y de mala reputación. Y cuando, movido por este desconcierto, Juan envía a sus discípulos a preguntarle si es él el que espera todo el pueblo, Jesús les responde con este signo de identidad de su misión: curar enfermos, hacer andar cojos, resucitar muertos y anunciar una buena noticia a los pobres (cf. Mt 11, 2-6). Porque, ante las necesidades y sufrimientos de los demás, a Jesús “se le removían las entrañas“, es decir, el sufrimiento de los otros le conmovía.

El “principio-misericordia”

De acuerdo con toda esta visión de la tradición del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, hace ya más de veinticinco años, Jon Sobrino formuló el “principio-misericordia”, inspirándose en la expresión de Ernst Bloch, el “principio-esperanza”. Porque la misericordia es lo que mueve toda la acción de Dios. Jesús hace muchas cosas y en muchos lugares (enseña, cura, denuncia, alimenta, dialoga, etc.), pero la misericordia es lo que inspira y mueve todo en su vida y acción. Siente a fondo el sufrimiento de la gente, antes que ocuparse del pecado se preocupa de aliviar su dolor. Un hecho, sin embargo, hay que remarcar, que Jesús no se limita a la esfera de lo privado, sino que extiende la misericordia a dimensiones colectivas y públicas: reparte el alimento a una multitud, interpela a los ricos, predica a las masas y las alienta, denuncia los abusos de las autoridades religiosas y políticas, se enfrenta a los manipuladores de la religión del Templo…

La misericordia política

Este principio-misericordia es, pues, lo que ha de iluminar y conducir la vida de los seguidores de Jesús, y de la Iglesia como comunidad. Es lo que el Vaticano II marcó como orientación de la Iglesia del futuro, una Iglesia samaritana, una Iglesia de la misericordia. Una misericordia que abarca las relaciones más inmediatas y cercanas de las personas, pero que tiene que hacer frente también al ámbito estructural del mal y de la injusticia. Nos lo recuerda el papa Francisco: “La Iglesia, guiada por el Evangelio de la misericordia y por el amor al hombre, escucha el clamor por la justicia y quiere responder con todas sus fuerzas” (Evangelii Gaudium 188). Esta sería la gran eficacia de nuestra solidaridad y compromiso por un mundo más fraterno y justo: ser personas, comunidades y grupos marcados por una pasión, la del sufrimiento de los demás. Imaginemos qué pasaría si en los ayuntamientos, en los parlamentos, en el Consejo de Seguridad de la ONU, en el Banco Mundial o el FMI hubiera la mitad de las personas con el virus de la misericordia… Si el principio-misericordia fuera el motor de nuestra sociedad, se confirmaría que “la misericordia es un acto político” (Louis Lebrêt).

Misericordia con humildad y con alegría

No seamos ingenuos, no miremos la sociedad desde fuera, como si los males sólo vinieran de los demás. Como aquel fariseo de la parábola que juzgaba a todos y él se sentía reconfortado con sus prácticas y ritos religiosos. El evangelio nos dice que al final de la historia “todo el mundo” será juzgado no por el mal que ha hecho, sino por el bien que ha dejado de hacer, por la falta de misericordia… “Tenía hambre…, tenía sed…, era forastero…, estaba desnudo…, enfermo y en la cárcel…, y no me hicisteis caso” (Mt 25, 31-46). Un reconocimiento leal de lo que no hacemos y podríamos hacer para cambiar las cosas, por nuestras complicidades y silencios, por nuestras pasividades ante la injusticia, sería una excelente colaboración a la sociedad del cambio, a una nueva sociedad. Y, por ello, el Papa habla a los cristianos de la renovación del sacramento de la reconciliación, que puede ser un momento de reconocimiento sincero de nuestra poca misericordia, que nos abra a la misericordia de Dios, nos empuje a una verdadera y generosa solidaridad y nos haga probar la bienaventuranza de “felices los misericordiosos” (Mt 5, 7).

Por eso, este tiempo que el papa Francisco ha querido poner bajo el signo de la misericordia, podría ser también el tiempo de la recuperación de una verdadera alegría: la de las personas que acogen la misericordia de Dios abriéndose a la vez a la búsqueda de la justicia y al trabajo de la paz.

Blog de Cristianisme i Justícia

Proyecto “Las ollas” – Hogar de Cristo Uruguay

Diego Fernández, voluntario del Hogar de Cristo en Uruguay, habla en un programa de la TV uruguaya el trabajo de las ONG con las personas que viven en situación de calle en Montevideo.

Las cifras del Ministerio de Desarrollo Social dan cuenta de la situación de las personas que viven en situación de calle en la capital uruguaya y constata el aumento del gente que se encuentra en esas condiciones.

Las cifras

Hay 1.651 personas en situación de calle en Montevideo; de ese total, 556 pernoctan en la calle y 1.095 lo hacen en centros de atención. Del total de personas que duermen en la calle, el 94 % son hombres y el 6 % son mujeres.

Los motivos

El 56,4 % afirmó que se debe a la ruptura de vínculos; el 30,2 % por adicciones; el 20,4 % por ingresos insuficientes; el 2,5 % porque salió de la cárcel.

El 62 % de los encuestados estuvo en la cárcel, el INAU o en alguna institución psiquiátrica. El 47 % declara haber tenido algún tipo de conflicto con la ley.

El 60 % afirma que se encuentra solo en la calle, mientras que el 50 % tiene algún vínculo familiar. Otro 50 % dijo tener apoyo de vecinos, comerciantes o compañeros.

Además: 7 de cada 10 trabajan, un 64,2% consume alcohol y el 62,4% consume pasta base.

Frente a esta realidad, los voluntarios del Proyecto Ollas, que vienen trabajando desde hace varios años, usan el plato de comida como excusa para acercarse y establecer un vínculo con las persona. A través de ese vínculo, comienzan a conocer la historia de cada uno y trabajan y alientan a las personas a encontrar el modo de reinsertarse en la sociedad.

Mirá la entrevista completa 

Fuente: teledoce.com

Jesuitas con los Cristianos de Medio Oriente

Un grupo de jesuitas relacionados con el Oriente Próximo, ha elaborado, a pedido del Padre General, un texto que constituye, ante todo una llamada a la conciencia personal de cada uno, ante lo que viven muchos cristianos del Oriente Próximo en el día de hoy.

Además de dar a conocer la situación de los cristianos en Oriente Próximo, es una invitación a compartir y reflexionar sobre los conflictos y problemáticas que amenazan en futuro de los pueblos de la región; y de, en la medida de lo posible, generar iniciativas concretas.

Medio Oriente: Recuperar la Palabra

“La situación dramática que vivimos actualmente en Oriente Medio tiene su origen en los conflictos locales, regionales e internacionales, en la competitividad entre las potencias mundiales por hacerse con los recursos de la región y en las luchas internas por la justicia social, por la libertad y por el establecimiento de unos regímenes políticos que respeten la dignidad humana. Esta dramática situación nos sume frecuentemente en una mezcla de desánimo ante la locura criminal, de cansancio extremo ante una paz que parece inalcanzable y de impotencia para actuar en un contexto geopolítico difícil de entender.

Las distintas partes de estas sociedades, sufren el influjo de esta locura, comenzando por las comunidades cristianas, musulmanas y judías, particularmente en Palestina, Siria, Irak, Libia y Yemen, pero también en un grado o en otro, en muchos otros países de la región. Ante este drama, tenemos que romper el silencio y despertar las conciencias individuales y la de la comunidad internacional.”

Leer el Texto completo

Misioneros y Universitarios en la Amazonia

La Iglesia se acerca a los lugares más alejados y marginales de nuestro continente…

A mediados de Julio, la arquidiócesis brasileña de Manaos, capital de la región amazónica, fue sede del III Congreso Amazónico de Universitarios Cristianos. El encuentro tuvo como tema “La Misión de la Pastoral Universitaria en la Amazonia” y como lema “Fe, Ciencia y Solidaridad que transforma”.

En el congreso participaron más de 50 jóvenes de las archidiócesis de Manaos, Salvador, Belo Horizonte y Florianópolis, y de las diócesis de Macapá, Santarem y de la prelatura de Lábrea. En los tres días del encuentro se sucedieron las puestas en común, las mesas de debate, los momentos de oración… También hubo tiempo para una noche cultural. Todo para destacar el compromiso que los universitarios deben asumir en la misión en la Amazonia.

“La actuación de todo cristiano en la universidad debe ser siempre luz para la vida de los demás. Necesitamos adquirir conocimientos y usarlos para hacer de este mundo un lugar mejor. Especialmente en esta zona amazónica que necesita tanto nuestro cuidado y defensa ”, explicaba la universitaria Maria Estéfanni, estudiante de derecho en Manaos.

El padre Danilo Pinto dos Santos, de la Conferencia Episcopal Brasileña, dio testimonio de la experiencia de conocer “el rostro amazónico de la Iglesia”, manifestado “en la liturgia que desborda en todos los aspectos de la vida, en el compromiso con el destino del bioma de la Amazonia y de sus pueblos tradicionales, en el caminar unidos los diversos organismos y el pueblo de Dios, materializado en la cooperación mutua y en la comunión eclesial”.

Fuente: CPAL Social

14 años de la Hospedería San Alberto Hurtado

La Hospedería San Alberto Hurtado, a cargo de la Fundación Manos Abiertas Córdoba cumplió 14 años y lo celebró con mucha alegría y un gran espíritu de agradecimiento a todos los que son y han sido parte de ella.

La Hospedería es una casa que recibe a hombres en situación de calle y les da un lugar donde vivir y reinsertarse en la sociedad. A ellos se les llama cariñosamente ‘patroncitos’.

Los Patroncitos, el equipo directivo, los voluntarios de la Hospe y también muchos voluntarios de la familia de Manos Abiertas fueron protagonistas de una fiesta en la que se celebró una historia con mucho para agradecer, y mucho más, aún, por contar.