Espiritualidad y Acción Social

Este mes el Centro Virtual de Pedagogía Ignaciana recomienda el texto “Espiritualidad en la acción Social”, escrito por el jesuita español Darío Mollá, SJ en él, da cuenta (como él mismo explica) que “miles de religiosos y religiosas en todo el mundo están entregando día a día su vida en el servicio a los más pobres. Un servicio hecho en el nombre y al modo del Señor Jesús. Un servicio que es especialmente difícil y necesario en las circunstancias económicas y sociales por las que estamos atravesando. A todas ellas y ellos van dedicadas, con admiración y gratitud, estas reflexiones sobre la espiritualidad en la acción social, reflexiones que pretenden ser “ayuda” para su tarea cotidiana y para la vivencia interior de esa tarea”.

Te invitamos a leer el documento completo y conocer estas historias.

Fuente: CPAL SJ 

SJR: La educación no puede esperar

Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), que trabaja en algunos países de América Latina, participó de la Cumbre Humanitaria Mundial de Estambul. Allí presentó un informe sobre la importancia de la educación para quienes se han visto desplazados de su lugar de origen por cuestiones de emergencia.

El Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) se congratuló por el compromiso de la comunidad internacional con la educación expresado en la Cumbre Humanitaria Mundial de Estambul. El fondo “La educación no puede esperar” sigue los pasos de la Iniciativa Global de Educación del SJR impulsada en diciembre pasado.

Desde su fundación en 1980, el SJR ha puesto especial cuidado en garantizar que los más vulnerables tengan acceso a la educación, independientemente de sus circunstancias. Trabajando ya sea en las más recientes situaciones de emergencia, como Siria, ya sea en situaciones de desplazamiento prolongado como las del Chad, Etiopía y Kenia, el SJR está en condiciones de ofrecer una visión bien fundamentada y rigurosa en cuanto a la prestación de programas educativos eficientes y de calidad para los desplazados forzosos.

El SJR puso en marcha la campaña Mercy in Motion 2016, en diciembre de 2015. Durante 35 años, el SJR se ha centrado en la educación como un medio para construir la paz y fomentar el desarrollo de sociedades más resilientes y cohesionadas. Los fondos recaudados por la campaña Mercy in Motion ayudan a implementar la Iniciativa Global de Educación del SJR, que tiene como objetivo una expansión sostenida de los programas de educativos formales e informales: desde la escuela primaria hasta la universidad, pasando por la formación profesional y la preparación del profesorado.

Educación en situaciones de emergencia

En el informe ‘Ofreciendo esperanza, invirtiendo en el futuro: la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas’  , el SJR reafirma que la educación es una intervención que salva las vidas de niñas, niños y adolescentes que se han visto desplazados por la fuerza de sus hogares. Durante décadas, en las situaciones de emergencia en las que muchas agencias proporcionaron ayuda humanitaria básica, el SJR ha estado sobre el terreno organizando actividades educativas y recreativas para curar traumas, promover la dignidad humana, y desarrollar habilidades.

Hoy, más de 75 millones de niñas, niños y jóvenes han visto interrumpida o destruida su educación por situaciones de emergencia y crisis prolongadas. Los ataques a las escuelas, las guerras, los desastres naturales y la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial han aumentado la necesidad de brindar educación en situaciones de emergencia.

“La educación no puede esperar’ es un importante paso adelante para ayudar a garantizar que los más vulnerables y marginados tengan acceso a la educación”, dijo el director internacional del Servicio Jesuita a Refugiados, P. Thomas H. Smolich SJ, en Estambul. “El SJR sabe que la educación siempre forma parte de cualquier situación de emergencia”.

La educación ofrece a los refugiados que pueden reasentarse las herramientas para contribuir a sus nuevas comunidades e integrarse plenamente en ellas; y a aquellos que pueden volver a sus hogares, reconstruir sus propios países.

Fuente: CPAL Social

 

La Única Irreal es la Reja – Maximiliano Koch

Experiencia en la frontera dominicana-haitiana.

Maximiliano Koch S.J. nos relata sus impresiones de primera mano al visitar comunidades campesinas en la frontera entre Haiti y República Dominicana, una línea imaginada que divide un solo pueblo.

Por Maximiliano Koch S.J.

“Del otro lado de la reja está la realidad. De este lado de la reja también está la realidad. La única irreal es la reja”. Mientras pensaba en los miles de haitianos que concurren cada día a la frontera con República Dominicana, recordé las palabras que el poeta argentino Paco Urondo escribió cuando estaba detenido.

La frontera… ese lugar que no existe sino en la imaginación y los acuerdos de los hombres y que, sin embargo, cobra vidas, se apropia de los derechos de las personas, vulnera la dignidad, quiebra sueños, desalienta esperanzas.

Suele ocurrir que en los lugares fronterizos los olores, colores, sabores y hasta los idiomas pierdan su identidad. Paradójicamente, aquella línea creada arbitrariamente, que pretende preservar el “quiénes somos” dentro de un espacio, se transforma en un lugar metamórfico, donde las personas que están “aquí” también están “allí” y por eso son de un lugar y del otro.

Sobre sus espaldas cargan con una cultura heredada y en su caminar se alimentan con los modos de otros que son tan distintos como buenos y por eso les nutren. Gente que en la frontera no ve un límite, sino un trámite. Y esta realidad habla de horizontes que se abren en un “nosotros” compartido. La identidad quedara resguardada en un partido de fútbol, en una comida, en una “visita a la capital”, donde la “verdaderamente nuestro” parece bien custodiado.

Pero fronteras como la de Haití con República Dominicana, entre tantas otras, pueden convertirse en lugares existenciales difíciles. En este sitio, el “nosotros” pierde todo su peso y no queda sino un “tu” que no debe confundirse con un “yo”.

No se permite la confusión de la identidad de las personas, y ésta queda determinada por el lugar de procedencia. Están los dueños del lugar y los que pretenden entrar en él. Están los que pueden cruzar la frontera mostrando un pasaporte y los que deben pagar sobornos para hacerlo. Están aquellos a los que se les provee electricidad las 24 horas y los que deben cargar sus baterías durante las 5 o 6 que están encendidos los generadores, si todavía funcionan.

Están los que miran aquella línea imaginaria con desconfianza ante posibles invasiones a cuenta gotas y los que la miran con esperanza, con sueños, como lo único posible.

Durante 25 días, tres teólogos del CIF Bogotá fuimos enviados a conocer el trabajo de nuestros compañeros jesuitas en la isla compartida por República Dominicana y Haití.

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En Dajabón, lado dominicano de la frontera, colaboramos en los proyectos que realiza “Solidaridad Fronteriza”. Ésta es una ONG fundada por la Compañía y actualmente dirigida por laicos; se preocupa por la realidad de las comunidades en República Dominicana, realizando un monitoreo del respeto de los derechos humanos en el lugar y desarrollando proyectos de mejora en la alimentación y calidad de vida.

También conocimos el hogar de acogida de niños haitianos en esta ciudad de Dajabón. La mayoría son indocumentados y sobreviven lustrando zapatos o pidiendo algo para comer. En el hogar reciben atención, higiene, comida cada día. Finalmente, conocimos el colegio ITESIL que, de modo gratuito, asiste las necesidades educativas, abriendo horizontes para unos 600 estudiantes.

Ya en Ouanaminthe, el lado haitiano de la frontera, visitamos colegios de Fe y Alegría (cuenta con cinco en el lugar) y, nuevamente, nos contactamos con Solidaridad Fronteriza que comparte proyectos con la oficina de Dajabón, adaptados a esta realidad. Por ello, en este lugar, se hace un aporte significativo trabajando en proyectos de reforestación y de preservación del cauce del río Masacre, límite transfronterizo.

Mantuvimos una reunión con uno de los abogados que trabajan en esta institución, quien nos explicó la complejidad de la situación de los migrantes. La crisis política y económica lleva a que miles de haitianos deseen trabajar, al menos temporalmente, en República Dominicana. Pero allí sufren discriminación (que se refleja también en los salarios que reciben), son deportados y sus pertenencias incautadas, y están obligados a sobornar constantemente a funcionarios corruptos. Y, sin embargo, ese horizonte parece mejor que el haitiano, donde un gran porcentaje de la población vive con menos de un dólar americano al día y la desocupación alcanza índices abrumadores.

Las soluciones no parecen visibles para analistas, politólogos o economistas, ni tampoco para las mujeres que caminan con bultos en sus cabezas o aquellas que cocinan y permanecen en las puertas de sus casas durante todo el día, esperando que el calor se haga más soportable. Por ello, no resulta extraño que vean en un puente que no mide más que unos metros, la puerta a un nuevo orden y una nueva realidad.

Al contemplar la realidad de la frontera, en la que la corrupción, el tráfico de mercancías y personas, la indignidad y el abuso son monedas corrientes, encontrarse con un grupo de compañeros jesuitas comprometidos, alegres, acogedores se convierte en un signo escatológico. Personas que trabajan de uno y otro lado, rompiendo la dinámica impuesta del “tú” y “yo” para convertirla en un “nosotros para los demás”.

Signo de un Dios que se preocupa por todos, haitianos y dominicanos y para quién los idiomas, identidades o culturas no son impedimentos para ver, en todos ellos, la calidad de hijos amados.

Pero contemplar la realidad de la frontera también es mirar personas que aguardan frente a sus casas que pase algo. O que caminan esquivando las moto-taxi que cargan con 3 o 4 pasajeros mientras la basura se acumula bajo sus pies. Caminan frente a una frontera que deja de ser una línea imaginaria para convertirse en la causa de muchos sueños rotos. Y ante esta realidad, con ojos lagrimosos, queda pedir perdón por lo que contribuimos a hacer con nuestra indiferencia, comodidad, falta de compromiso, mientras se abren deseos de acompañar el sueño de nuestros compañeros que anuncian que, a pesar de todo, el Reino de Dios está en este lugar.

Fuente: CPAL Social

 

Maratón Solidaria por la Escuela de Oficios de Alto Verde

El domingo 7 de agosto, en la ciudad de Santa Fe, se llevará a cabo la sexta edición de la Maratón Solidaria. Todo lo recaudado se destinará a la construcción de la escuela Papa Francisco, donde ya se forman en oficios 130 adultos. La Maratón Solidaria busca superar la convocatoria del año pasado, en que llegó a las 700 personas: esta vez la meta es llegar a los 1.000 participantes.

La escuela ya cuenta con 130 alumnos que se dividen entre las tres aulas y los cuatro oficios que se enseñan: Albañilería y Montador electricista, Ayudante de Cocina y Carpintería (estos dos comenzaron a implementarse este año). El dinero recaudado en la maratón será para terminar la cocina industrial necesaria para el curso de Ayudante de cocina, y para reparar las máquinas que fueron donadas para Carpintería, cuya reparación es muy costosa.

“Toda la construcción se financia con donaciones, eventos a beneficio y todo tipo de apoyo, que seguimos teniendo a pesar del mal año”, valoró Alicia Helú, presidenta de la Fundación.

La cocina que la fundación construye en la escuela Papa Francisco se erige a partir de las recomendaciones de la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal). La obra incluye, además de los utensilios necesarios, los muebles de cocina y mesadas de acero inoxidable que donó una empresa privada de la ciudad.

“El objetivo es que quienes se forman como ayudantes de cocina tengan plena conciencia de la profilaxis de la manipulación de alimentos, con los hábitos de limpieza que esto implica”, explicó la presidenta de Manos Abiertas. Así, el espacio contará con un vestidor donde los alumnos dejarán su ropa de calle para cambiarse con guantes y hasta los zapatos adecuados para la tarea. La demanda de este curso es tal que tras completar el cupo de 35 alumnos todavía quedan varias decenas en lista de espera. “Los ingresos de la maratón nos permitirán terminar la cocina, construir la entrada de la escuela y poner en funcionamiento las máquinas que nos donaron para el taller de Carpintería cuyo arreglo es muy costoso”, agregó la voluntaria.

En este marco, la invitación de la ONG excede el carácter deportivo del evento. “La convocatoria es desde la solidaridad: no es una maratón común, es una invitación a trabajar Por el otro, y es desde ese lugar que convocamos a la gente para que vaya”, concluyó.

Fuente: Diario el Litoral

Erradicación de la esclavitud

El pasado mes de febrero se presentó el informe ‘Apoyando a las víctimas de trata con fines de explotación sexual’, una investigación llevada a cabo por un equipo multidisciplinar de investigadores de las facultades de Derecho, Ciencias Económicas y Empresariales, Ciencias Humanas y Sociales, e Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas, España. Este artículo se basa en el mismo y relata el calvario que sufren las víctimas de la trata.

La trata de seres humanos con fines de explotación sexual

Hace más de 150 años que se abolió la esclavitud y ochenta años que se firmó la Convención sobre la Esclavitud para su erradicación definitiva. Sin embargo ésta aún sigue existiendo con distintas finalidades: la explotación laboral, la explotación sexual o el tráfico de órganos. Hoy queremos compartir aquí las historias que nuestro equipo ha recogido en la investigación sobre la trata con fines de explotación sexual, y hacerlos partícipe de ellas desde la perspectiva de las víctimas.

En busca de un Futuro Mejor

Es posible que alguien cercano a una joven subsahariana le ofrezca un trabajo en Europa con el que podrá sacar a su familia de la pobreza. O podría ser una joven rumana, cuyo ficticio novio la enamore y la engatuse para venir a trabajar juntos a España en la hostelería; en realidad, cuando llegue será vendida por unos tres mil euros a una red que la prostituirá. O podría ser también una joven brasileña, o dominicana, a la que se le ofrece un trabajo de camarera, bailarina o servicio doméstico, con el que conseguirá suficiente dinero para mantener a toda su familia. Los tratantes la convencerán a ella y a su familia de las ventajas de su partida, ofreciéndoles un dinero inicial por el trabajo que conseguirá nada más pisar tierra española.

Todas estas mujeres jóvenes cuando lleguen a España descubrirán el engaño, no encontrarán el trabajo prometido y se darán cuenta que lo que les espera es prostituirse.

Ninguna de ellas podrá elegir a los clientes, ni decidir sobre las prácticas sexuales que le soliciten, ni protegerse contra las enfermedades de transmisión sexual. Si se niega, será maltratada, violada y agredida hasta doblegarla.

Si alguna de estas jóvenes es madre y tiene a sus hijos en su país, estos serán objeto de chantaje, incluso la red no dudará en hacerles daño, o asesinar a alguno de los miembros de su familia para que sirva como ejemplo al resto de las víctimas.

Se enterará además que ha contraído – sin ella saberlo– una deuda con sus tratantes de 6.000 a 80.000 euros. Esta cuantía será más alta para las subsaharianas. Le quitarán el pasaporte, será vigilada en todo momento, no dispondrá de dinero propio y no se permitirá que se relacione con nadie que no sean los clientes. Recibirá sanciones de todo aquello que a sus tratantes no les guste, incrementando su deuda.

Es posible también que alguna de estas jóvenes que sea captada y engañada tenga entre los 15 y 17 años, porque los tratantes saben que hay clientes que pagaran mucho más si quien les proporciona los servicios sexuales son niñas o menores. Estarán ocultas en pisos en las que costará detectarlas e identificarlas. Si la policía las localiza se intentará datar su edad a través de pruebas oseométricas, que en algunas ocasiones fallan con un error de ±2 años, pudiendo declarar una ficticia mayoría de edad que las ponga en la calle y facilite su explotación por los tratantes.

También es posible que sea declarada como menor y enviada a un centro de protección de menores que no está preparado para protegerla. Lo más probable es que sea de nuevo captada por la red para explotarla, o que sea coaccionada para que ella capte para la prostitución a otras menores vulnerables del centro de protección.

Las expectativas de rescate

Si la policía consigue realizar una redada y liberarla de donde está siendo esclavizada –un local de alterne, o casas de citas–, tendrá que ser identificada como víctima. Sin embargo, ella no se reconocerá como tal por diversos motivos, entre ellos el terrible miedo que tiene a la red de tratantes que la ha captado, engañado y maltratado. Sabe lo que le pueden hacer a ella o a sus seres queridos. La policía necesita que las víctimas pongan una denuncia a sus tratantes para poderles otorgar el estatuto de protección y no deportarla a su país de origen.

Si se produce el rescate irá a una casa refugio llevada por una ONG que la protegerá y ayudará a superar el trauma que ha vivido. Sin embargo, no siempre las entidades dedicadas a esta tarea cuentan con todos los recursos que necesitan para atenderla de forma integral.

Será la cercanía de los profesionales y voluntarios que encuentre en su proceso de recuperación, el cariño que le ofrezcan y la confianza en nuevas relaciones, lo que le permitirá recuperar su dignidad y la seguridad en sí misma.

Si tiene alguna discapacidad, problemas de consumo de drogas –dado que los tratantes las obligan a consumir sustancias psicoactivas–, o trastornos mentales, será muy difícil que sea acogida en un centro especializado.

Si el rescate se ha producido en poco tiempo, uno o dos meses, podrá recuperarse de sus secuelas, pero si la identificación como víctima se produce en meses o años posteriores, la prostitución podrá ser una opción de sustento en su vida. A fin de cuentas han abusado tanto de ella que ha cambiado su sistema de valores.

Posibilidades de que haya justicia

Si denuncia a sus tratantes tendrá que esperar a que se celebre el juicio, y dependerá del juez el disfrutar o no de toda la protección que precise tanto en el proceso judicial como en su vida cotidiana. La lentitud de la justicia española hace que, después de varios años, en los que es posible que haya rehecho su vida y superado el trauma, vuelva a revivirlo de nuevo. Recordará las agresiones, las violaciones y esclavitud a la que fue sometida.

En ese momento volverá a ser víctima. Quizás no pueda regresar a su país, ya que las redes están esperándola para saldar las deudas pendientes. Seguramente en el proceso judicial se la catalogue en mayor medida como una prostituta que como una víctima. Es posible que al fiscal y a los agentes policiales les cueste demostrar el delito de trata de la que ella es víctima y verá que, para castigar a sus tratantes, solo queda su declaración. La realizará muerta de miedo y con el único aliciente de que a otras jóvenes y niñas no les suceda la situación de esclavitud que vivió en España y que no olvidará mientras viva.

H. Carmen Meneses*E

Revista Jesuitas España

Mujeres y hombres en movimiento por la dignidad

Red Jesuita con Migrantes de Centroamérica, ha impulsado este año la generación de reflexiones con el objetivo de promover el diálogo social alrededor de las vulnerabilidades y luchas que enfrentan las mujeres en las migraciones.

Desde RJM creen que es indispensable visibilizar los diferentes esfuerzos transformadores que han asumido con gran liderazgo miles mujeres involucradas en el drama de la migración forzada en Centroamérica.

La ‘campaña Mujeres y hombres en movimiento por la dignidad’ comenzó en junio y se extenderá hasta septiembre. cada mes se publicarán hojas informativas, con dos o tres reseñas sobre realidades que experimentan las mujeres centroamericanas afectadas por la migración, además de cápsulas radiofónicas y una serie de ilustraciones digitales sobre dichas vivencias.

El 10 de junio comenzó a circular la primera parte del cuaderno ‘Mujeres centroamericanas en movimiento: Migración, refugio y dignidad’.

Al concluir la campaña, se compartirá el cuaderno completo que no sólo pretende ofrecer información clara y puntual sobre los distintos escenarios de resistencia femenina ante la migración, sino que también, ser una herramienta de trabajo para que mujeres y hombres que permita acercar a más actores sociales en la búsqueda de alternativas dignas al desplazamiento forzado, un drama que sin duda trastoca hondamente la vida millones de personas alrededor del mundo.

Acceso a los materiales

Fuente: CPAL Social

 

Explorando la relación entre la fe y la justicia

Entender que el cristianismo, como religión que tiene vocación de transformar estructuras que generan injusticia, tiene unos valores y una manera de ver el mundo singular. Esta conciencia no se maneja únicamente en los países del tercer mundo, donde quizás las injusticias y desigualdades son más evidentes que en los países ricos. También en Europa la Compañía de Jesús se encarga de llevar adelante instancias que inviten a las personas a reflexionar sobre la relación entre fe y Justicia.

Es uno de los objetivos del curso sobre Fe y Politica que organiza desde el año 2006 la Compañía de Jesús en Europa, con la colaboración de sus centros de reflexión en el ámbito de la relación entre la fe y la justicia, y que se celebra en Venecia a finales de agosto.

Está dirigido especialmente a jóvenes de entre 20 y 35 años que estén interesados en explorar la vocación de vida política y de implicación pública, desde la perspectiva cristiana. Los participantes en anteriores convocatorias en valoran la formación que ofrece en torno a la Doctrina Social de la Iglesia, que constituye una importante aportación al pensamiento social moderno pero que a menudo es muy desconocida. También cabe destacar la oportunidad que da el encuentro de conocer, compartir y debatir con otros jóvenes europeos, que tienen en común el interés por esta cuestión, pero que provienen de países, ámbitos de acción y experiencias muy diversas.

El curso «Fe y Política» tendrá lugar en Venecia del 21 al 28 de agosto de 2016, el Jesuit International Students Hostel.

Fuente: Info SJ

 

PROGRAMA COMPARTE – Red de Centros Sociales de la CPAL

La lucha por la Fe y la Justicia incluye acompañar y brindar herramientas a quienes, desde sus ideales, pero también con su modo de vida.

Desde el 9 hasta el 13 de Junio se llevó adelante en Perú, el Encuentro Anual del PROGRAMA COMPARTE, de la Red de Centros Sociales de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina, CPAL.

El Programa COMPARTE se entiende a sí mismo como “una comunidad de aprendizaje y acción que procura la creación de alternativas económico productivas de alcance territorial, sostenibles y escalables”. En él están comprometidos 14 Centros Sociales de América Latina y otras instituciones, especialmente universitarias, acompañan los trabajos del COMPARTE desde sus propias competencias.

Más de cuarenta mil productores (rurales en su mayoría, pero también periurbanos) que trabajan parcelas pequeñas o emplazamientos suburbanos, organizados en más de dos centenares de asociaciones, son acompañados en diferentes programas y asesorados por los miembros del Comparte. Al rededor del 20% de esa población participa del esfuerzo del programa COMPARTE, que pretende fundamentalmente cuatro cosas:

1- Mejorar sus capacidades técnico-productivas (apuesta por la calidad y no por la cantidad), y asegurar la seguridad alimentaria de los territorios en que viven,

2- Crecer en sus capacidades asociativas y político-organizativas,

3- Colaborar con esas asociaciones en su capacidad operativa a través de una Lectura Estratégica de los territorios en los que desarrollan sus actividades, y

4- Buscar con ellos rutas y canales de comercialización justa que les permita no sólo obtener ganancias mayores en sus actividades sino mejorar sus medios (integrales de vida).

Una de los aportes importantes que la Compañía de Jesús ha hecho en su historia tiene que ver con una visión positiva y optimista de la realidad y de la acción del hombre, como prolongación, gratuita, del poder y el amor creador de Dios.

El esfuerzo invertido y la apuesta que hace la Red de Centros Sociales con el Programa COMPARTE nace y se alimenta de un convencimiento profundo de que Dios está obrando maravillas en su creación, y de que todos tenemos la capacidad y la obligación (moral) de encontrar caminos alternativos de organización social en sus dimensiones económica, cultural, política y también religiosa.

CPAL Social

 

Acercarse y comprometerse con la gente en situación de calle

Las bajas temperaturas del invierno, muchas veces acentúan las carencias de que sufren las personas, haciéndolas más visibles. Frente a esta realidad un grupo de jóvenes sale por las noches al barrio de Punta Carretas, de Montevideo, Uruguay para acercar donan alimentos y ropa a las muchas personas en situación de calle y generan un vínculo con ellas.

Frente a esta realidad, el gobierno ha encarado con la ampliación de los cupos de los refugios. Sin embargo, hay personas que no quieren ir a los refugios, por problemas de convivencia o miedo de que los roben. Y allí cobra relevancia la labor de estas organizaciones no gubernamentales.

La comida y la ropa sirven de excusa para una primera instancia de acercamiento a las personas en situación de calle. La cena siempre viene acompañada de la compañía y las charlas que entablan con los voluntarios. A medida que se estrecha la relación, los jóvenes entran en conocimiento de las necesidades que enfrentan estas personas, y en la medida de sus posibilidades, intentan responder a ellas.

“Una vez que identificamos las necesidades, intentamos ir un poco más allá”, dijo. En cada jornada de miércoles los jóvenes se encuentran con muchas historias de vida. La mayoría de personas rompieron vínculo con sus familias y por eso se han quedado en la calle.

Fuente: Telemundo

 

Encuentros del Apostolado Social de la CPAL

En el último tiempo, la ciudad de Lima fue sede de tres encuentros que nuclearon a distintos sectores del Apostolado Social de la Compañía de Jesús en América Latina.

Encuentro Anual de la Red de Centros Sociales de la CPAL

Tuvo lugar desde el 14 al 17 de Junio. La reunión tuvo como objetivos principales: a) continuar creciendo en la capacidad de trabajar en redes propias y de otras institucionalidades, b) profundizar en los elementos claves que le dan sentido a su misión como Centros Sociales de la Compañía de Jesús, y c) apoyarse en los esfuerzos metodológicos y sistémicos que se hacen en los diferentes programas y países en que están presentes.

Al mismo asistieron Setenta y cuatro personas, directores/as y delegados/as de 38 Centros Sociales Jesuitas de América Latina.

Encuentro Red Jesuitas con Migrantes

Entre los días 13 y 15 de junio se reunió también en Lima la Coordinación general de la Red Jesuita con Migrantes (RJM) que integra los Servicios Jesuitas a Migrantes del Caribe (República Dominicana-Haití), Centroamérica-Norteamérica y el sur del continente (Chile, Perú, Bolivia y Brasil), y el Servicio Jesuitas a los Refugiados (SJR o JRS) que está presente principalmente en Colombia, Venezuela y Ecuador.

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El asunto principal de esta reunión fue el mejor conocimiento y análisis de los flujos migratorios que se presentan entre estas regiones y más allá de ellas, la puesta en común de planes articulados para acompañar, servir y defender a refugiados y migrantes, la articulación de programas para incidir en políticas públicas y de opinión que colaboren para hacer cada vez más justas las posibilidades y las condiciones de la migración de todas las personas, especialmente la Campaña por la Hospitalidad.

Encuentro de Delegados Provinciales del Apostolado Social

La tercera reunión que tuvo lugar en Lima, en continuidad con las dos anteriores, fue la de los Delegados Provinciales del Apostolado Social. Contando con la presencia del Presidente de la CPAL, Jorge Cela, S.J. , del Secretario del Pe. General para la Justicia y la ecología, Pe. Patxi Álvarez, S.J. , fue esta una oportunidad especial para reflexionar sobre las responsabilidades que tienen los Delegados en la dinamización y animación dela dimensión social en sus provincias y, a la vez, la responsabilidad de articular la acción de las redes del sector con en las estructuras de gobierno de la Orden.

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Así mismo se dedicó un tiempo especial a considerar cómo los Delegados pueden ser factores de multiplicación para que los mínimos comunes que tejen la identidad ignaciana en diversas obras y sectores (educativo, juventudes, laicos, social, comunicación, formación, etc.) puedan convertirse en máximos comunes denominadores que garanticen mejores frutos en favor del servicio de la Fe y de la Promoción de la Justicia, misión fundamental de todas las obras de la Compañía de Jesús

Fuente: CPAL Social