Semana Social 2023: un fuerte llamado a la escucha y a la necesidad de un «nuevo pacto social»

La Semana Social, realizada cada año por la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA,) finalizó el domingo 2 de julio en Mar del Plata, acompañada por el lema “40 años de democracia y 10 años de Francisco”, con un fuerte llamado a la escucha y a la necesidad de un «nuevo pacto social».

Se realizaron paneles que abordaron las temáticas de Economía y Trabajo, por un lado, y de Justicia y Seguridad, junto con Educación y Desarrollo, por otro. Cada uno de los expositores coincidió respecto de la relevancia de la construcción de políticas de Estado, basadas en la escucha, el diálogo y el compromiso con los más necesitados.

Hubo también mesas-debates con las temáticas “Una economía con rostro humano”; “Educación para la inclusión”; y “Salud Integral”.

Lee la nota completa aquí aica.org

Relanzamiento de la campaña solidaria «Córdoba Urgencia Alimentaria»

La Pastoral Social de la arquidiócesis de Córdoba, relanzó la campaña solidaria «Córdoba Urgencia Alimentaria». La iniciativa comenzó en el año 2020, a raíz del flagelo de la pandemia, y fue llevada adelante por seis instituciones: Cáritas Córdoba, Pastoral Social, Radio María, Manos Abiertas, Jesuitas de Córdoba y Hombre Nuevo. El balance de la campaña indica que, desde el 2020 al 2022, se ayudó a más de 52.000 familias.

También ahora se pretende llegar a un gran número de hogares cordobeces. «Así como en ediciones anteriores, los fondos recaudados en Córdoba Urgencia Alimentaria serán destinados en su totalidad a al suministro de módulos alimentarios, distribuidas a través de las 18 zonas pastorales de la Arquidiócesis de Córdoba, tanto en la capital como en el interior de la provincia.» subrayaron las organizaciones que llevan adelante la iniciativa.

«Reconociendo sus aportes solidarios, los invitamos a sumarse, convencidos de que es imprescindible asumir ‘entre todos’ la responsabilidad y el cuidado de quienes están padeciendo más necesidades en este momento».

Cada módulo con alimentos estará constituido por: 1 Kg arroz, 1 Kg fideos, 1 Kg polenta, 2 puré de tomate, 1 Kg azúcar, 2 Kg de harina y 1 leche en polvo de 400 gramos. Tendrá un costo promedio estimado de 3.000 pesos por módulo.

Para donar

Banco Nación
CÁRITAS ARQ. DE CÓRDOBA
Cuenta corriente: 92611270024234
CBU: 0110127620012700242343
CUIT: 30668224640

Para hacer tu aporte por mercado pago o para más información accedé a www.urgenciaalimentaria.com.ar

 

P. Juan Berli SJ sobre la misión del Hogar de Cristo: «De la cueva al Hogar»

Un Artículo extraído de la publicación anual «Jesuitas 2023», que presenta diversos testimonios de La Familia Grande Hogar de Cristo, «Virgen de Luján».

«Nuestras “villas” son ámbitos de impermeabilidad de la justicia, donde la policía no entra, a no ser que esté aliada con los narcos. Lamentablemente es muy fácil consumir y traficar; por los pasillos se pelean por venderte. Una noche me encontré en un calabozo suplicándole a un Dios que ni conocía, que, si de verdad existía, me sacara de ese estado de situación de calle por consumo. Fue ese mismo amanecer que me encontró un excompañero de colegio quien, conmovido por verme en tal abandono, me llevó a su casa, me dio ducha, ropa y comida, y al otro día me llevó al Hogar de Cristo» (Lucas Sánchez).

Amar al estilo de Jesús, sabiendo del riesgo de construir un ámbito del Reino en nuestras comunidades religiosas y parroquiales en el Hogar de Cristo, fue y sigue siendo el desafío que nos presentó la Providencia, mientras discurríamos en el encuentro de Provincia sobre cómo asistir y rescatar a los jóvenes en situación de calle por consumo. Hoy celebramos el poder transformador del atrevimiento emprendido.

«Llegar a las fronteras de las heridas familiares, de las que quiebran la unidad y de las que es muy vergonzoso hablar por el desbordamiento de las adicciones. Entrar a las periferias existenciales que están al margen de la misericordia de Dios» (P. Rafael Velasco).

La Familia Grande Hogar de Cristo nace diez años atrás, con sacerdotes de la arquidiócesis de Buenos Aires, inspirados y acompañados por el Papa Francisco. Comenzaron abriendo las parroquias, desde una fe que construye comunidad, a personas marginales cuya dignidad había sido gravemente dañada, actuando como un «hospital de campaña» para ofrecerles otra oportunidad de formar parte de una familia.

La obra del Padre Hurtado guio la elección del nombre. Las consignas del cardenal Bergoglio fueron sus líneas de acción: «Abrazar la vida como viene y al hermano como es», sin prejuicios ni condicionamientos; «apostar al calor de hogar, para reconstruir vínculos de familia»; «optar por un modelo de Iglesia antes herida por salir a la calle que enferma por quedar encerrada en sí misma».

«Nosotras, mujeres de la parroquia, los acompañamos en la reflexión del evangelio cada mañana, los aconsejamos para administrar el dinero, facilitamos la revinculación con sus familias, y cuando hace falta los reprendemos con el cariño propio de una madre» (Yanina Fernández).

«El paisaje parroquial y barrial ha cambiado. El joven que antes estaba en la esquina fumando sustancias o bebiendo alcohol, ahora participa de las labores comunitarias parroquiales, prestando servicios a la comunidad: cocina en centros comunitarios, colabora con la limpieza, está al cuidado del jardín, participa en las actividades en los festejos parroquiales. Ese joven es quien recibe a los que llegan a consultar actividades y a quienes piden iniciar el tratamiento» (P. Fabio, SJ).

«El carisma ignaciano nutre la recuperación desde los Ejercicios Espirituales. Los jóvenes transmiten permanentemente su gratitud, aportando con sus dones y capacidades, mientras sacan lo mejor de nosotros. Les conmociona recibir apoyo de las personas que creen en ellos, les da una esperanza nueva. La presencia de Cristo va abriendo caminos y conduciendo hacia aquello que incluso nunca habíamos imaginado. Él “nos primereó”, mientras clama en los heridos del borde del camino. La clave sigue siendo salir del propio amor, querer e interés» (P. Juan, SJ).

«Colaborar en el Hogar de Cristo es recibir y dar amor en abundancia, aprendiendo cada día a amarse mejor a sí mismo, a cuidar y a cuidarse, a valorar al otro y a la propia vida. Está presente el Amor de Dios en una comunidad que los acoge, los integra y los valora; en este hogar sencillo, Jesús clama desde el Sagrario de cada joven y es la fuente que invita a reflexionar la Palabra, contar sus pesares y celebrar las resurrecciones. Yo experimento a este Dios que se ocupa del mañana, en cada cotidianeidad de Amor necesario. Es Quien les abraza su corazón lastimado para sanarlo» (Rosaleen Blanco).

«Llegué a vivir en una cueva al costado del arroyo que está enfrente de la villa. La cavé con mis propias manos. Llegué a ducharme una vez al mes en casa de algún amigo, si es que me dejaba. Vi prostituirse por el vicio a muchas menores amigas. Ellas, dentro de su indigencia, venían a visitarme a la cueva para traerme algo de comida, y consumíamos juntos. Una madrugada, al escuchar chillidos en mi cabeza, desperté con una gran rata que comía mis zapatillas. Ahí fue cuando le pedí a Dios que me diera la oportunidad de una nueva vida y salir del consumo. Hoy sé que Él me envió una vecina, cuyo hijo había muerto por drogas, que, al llevarme té y tortas fritas, me acompañó al Hogar de Cristo» (Gabi Duarte).

 

Cáritas Argentina: «La pobreza y la indigencia hipotecan vidas»

El 1 de junio, el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) de la UCA y Cáritas Argentina presentaron el informe “Radiografía de la pobreza en Argentina: privaciones sociales y desigualdades estructurales”.

El informe recoge datos estadísticos entre 2010-2022, haciendo hincapié en el período 2017-2022, relevando no sólo los índices de pobreza e indigencia, sino también otras dimensiones relacionadas tales como el alcance de la cobertura de planes sociales, alimentación, la vivienda, servicios, empleo y seguridad social.

Los índices de indigencia en 2022 se ubicaron en el 8,1% y los de pobreza en el 43,1%, afectando con mayor fuerza a la población más vulnerable. Sin embargo, los nuevos pobres pre y post-pandemia provienen de las clases medias tradicionales no profesionales.

La inseguridad alimentaria experimentó un incremento sostenido desde 2017, cuando alcanzó al 15,8% de la población, luego llegó a un pico de 26,7% en plena pandemia y, en 2022, se ubicó en un 23,3%. Se incrementaron tanto las situaciones de privación severa como moderada, y de manera particular entre los estratos más vulnerables.

Las evidencias confirman un empeoramiento creciente de la inserción laboral de los hogares y de la población entre 2017 y 2019, a partir de lo cual la exclusión social se estabiliza –aunque en niveles muy altos de descarte laboral-.

Enlaces:

Misión RAUCI: El encuentro con el otro, lugar propicio donde aparece Dios

A fines del mes de mayo, la comunidad de San José del Boquerón recibió a docentes y alumnos de Colegios Ignacianos de Argentina y Uruguay. La misión, organizada por la RAUCI,  se llevó a cabo en la parroquia San José de las Petacas, atendida por la Compañía de Jesús, ubicada al norte de la Provincia de Santiago del Estero.

Con esta experiencia misionera se busca, cada año, promover redes entre los colegios de la Compañía de Jesús y compartir una experiencia de fe. Este año se visitaron cinco parajes: El puesto y El puestito, Tusca y San Esteban, Santo Domingo y Copo, Isky, y Santa Rosa.

Valentina Grasso, representante y referente de los colegios San Ignacio y Seminario de Uruguay, acompañó a un grupo de alumnos durante la misión, a partir de su experiencia comparte: «La clave de la experiencia es el encuentro. En primer lugar, el encuentro con las comunidades, lugar sagrado que nos muestra otro modo de vivir y habitar la tierra. Una realidad completamente distinta que nos invita a conocer una fe, una sensibilidad, un dolor y una alegría compartida. El lugar también incita a vivir sin las comodidades con las que estamos acostumbrados. Ayuda a centrar las prioridades, a preocuparse de lo vital de la vida. Para mí fue una pausa de muchas inquietudes personales, poder reordenarlas.

En segundo lugar, el encuentro entre los distintos colegios y por ello, el de distintas localidades, con sus costumbres y cultura. Compartíamos como grupo la oración de la mañana y el examen a la noche. En torno al fuego, cada uno/a iba compartiendo lo vivido, el sentir de cada día.

(…)

Me atrevo a decir que la misión en Boquerón no puede agotarse en sí misma. Porque no es una actividad vivida en una semana. La misión comienza en Boquerón pero sigue en la vida de cada uno/a. Es a partir del encuentro con Jesús que el corazón queda ardiendo y salimos a comunicar y compartir lo vivido. Como los discípulos de Emaús, volvemos a nuestros lugares y reflejamos la experiencia del encuentro en nuestras actividades, en nuestros vínculos, en nuestra forma de compartir la vida.»

Lee el testimonio completo aquí www.cvxuruguay.org

UCC: Atención y formación para San José del Boquerón

Estudiantes de la Universidad Católica de Córdoba viajaron a San José del Boquerón para realizar atenciones médicas y brindar un taller para agentes sanitarios.

El programa redes y alianzas para el desarrollo integral en San José del Boquerón es un plan estable e interdisciplinario, del que participan las facultades de Medicina, Ingeniería, Ciencias Agropecuarias y Derecho. Durante el fin de semana del 25 al 28 de mayo, 22 estudiantes de medicina de 5to año y de PFO (Práctica Final Obligatoria) viajaron a San José junto a médicos de diferentes centros hospitalarios como la Clínica Reina Fabiola y el Sanatorio Allende.

Allí, realizaron atenciones médicas en las especialidades de pediatría, ginecología, traumatología, fonoaudiología y clínica médica. Se atendieron alrededor de 480 pacientes, incluyendo urgencias médicas (principalmente crisis hipertensivas) y casos que requirieron de una derivación especializada. En el transcurso del fin de semana, se detectó que la mayor necesidad de la población era la atención pediátrica, ginecológica, obstétrica y traumatológica.

La atención se desarrolló en el hospital del paraje Piruaj Bajo, haciendo base en la escuela, que se acondicionó como hospital de campaña y en el paraje Manga Bajada. El trabajo fue coordinado por la Universidad Católica de Córdoba, la Parroquia San José de las Petacas y el Hospital Zonal de San José del Boquerón. La participación activa de la red de agentes sanitarios fue clave para la difusión y organización local. Por otra parte, se dictó un taller de formación en RCP y emergencias pediátricas destinado a estos agentes.

Testimonios

“Boquerón es una de esas experiencias que te cambian la vida. De esas aventuras que al mirar hacía atrás te hacen replantearte en cómo venís viviendo hasta el momento (…) Me llena de orgullo ser parte de una universidad en la cual se da importancia a los más necesitados y se compromete con la comunidad. Fue una experiencia que voy a atesorar por siempre en mi corazón” Juan Cruz Jalil, de 6to año de medicina (PFO)

“Me construyo y me deconstruyo a cada paso. Es un encuentro que transforma e incentiva a transformar” Florencia Tobaldi, docente de la Universidad

Fuente: ucc.edu.ar

Actividades solidarias en el Colegio del Salvador

En el mes de mayo el Colegio del Salvador realizó actividades solidarias a beneficio de la Obra y Hogar San José. Primero, se llevó a cabo una campaña de donación de toallas para que todas las personas que pasan por el hogar puedan tener su ducha diaria.

También, se realizó la tradicional feria americana organizada por un grupo de voluntarias, madres de alumnos y exalumnos del Colegio. Una vez más reunieron gran cantidad de prendas de vestir, juguetes y artículos para el hogar. El dinero recaudado de la feria se dona a la Obra de San José, para favorecer la hospitalidad de las personas en situación de calle.

Obra y Hogar de San José

La Obra y el Hogar de San José tienen por misión la atención psicosocial y espiritual de las personas en situación de calle para facilitar su autonomía y su promoción social. Conocé más aquí obrasdesanjose.org.ar

«Como cabello trenzado». Identidad y memoria indígena

«Miles de mujeres indígenas de América hemos aprendido a entrelazar nuestros cabellos para ordenar y rumiar las ideas que pasan por la cabeza y el corazón y del corazón a la cabeza. Son las extensiones del pensamiento que, a pesar del duro trabajo diario, se mantienen unidas en una trenza, atada con los colores del arcoíris.» 

Soy Jeannette, hija de Florinda y Nazario, dos jóvenes mapuches, migrantes del campo, que un día decidieron formar familia en las periferias de Santiago, la capital de Chile. Aquí aprendimos a expresar nuestra fe en Dios en una comunidad católica con catequistas férreamente alineadas con la Teología de la Liberación. Mujeres que nos mostraban un rostro de Jesús diferente al de la homilía del párroco de turno. Un Dios solidario y sediento de justicia en tiempos de la dictadura militar. Un Dios Libertador, compañero del Pueblo.

Desde pequeña he sentido la profunda necesidad de conocer el mundo mapuche hasta querer emprender en mi adultez, el viaje en búsqueda de la identidad indígena que me fuera arrebatada aún antes de nacer, cuando los profesores de mis padres los castigaron por hablar el mapudungun, la lengua del pueblo mapuche. Identidad fracturada por la discriminación laboral que experimentaron mis abuelos por ser indígenas que trabajaron como esclavos de los chilenos. Identidad expropiada y marginada a la exclusión social cuando mis abuelas fueron humilladas y obligadas a vender sus joyas para tener un trozo de pan para sus familias. Identidad que tuvieron que callar y ocultar para defender la vida y el futuro. Transmitir la cosmovisión heredada de sus antepasados significaba, castigo, degradación, muerte. Soy consciente de que soy descendiente de los y las sobrevivientes de los horrores del genocidio colonial.

Traigo a la memoria a mis ancestras y ancestros, porque de ellas y ellos vengo, de ellas y ellos nacen mis búsquedas, luchas y resistencias. Soy parte de sus cabellos. Esta memoria con memoria a tierra, a aromas, texturas, sonidos, colores que llegan a mi mente y a mi corazón aun cuando no los conozco. Una especie de visión, de intuición arraigada en las profundidades del misterio de la vida y de la fe.

Memoria… ¡Bendita Memoria que se abre paso a la luz a pesar de todo signo de muerte! Memoria que resiste y que atraviesa mis dos trenzas como dos fuentes que descubren mi historia, mi identidad y mi espiritualidad: mapuche y católica. Juntas, pero no revueltas.

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Servicio Jesuita a migrantes: encuentro de albergues

A mediados del mes de abril, el Servicio Jesuita a Migrantes organizó un encuentro de Albergues, refugios y hogares que reciben personas migrantes y refugiadas, en función de poder reflexionar, compartir y repensar algunos caminos de intervención.

Es de público conocimiento el grave problema habitacional que atraviesa actualmente la ciudad de Buenos Aires. Esto, sumado a las situaciones complejas que muchas personas migrantes y refugiadas tienen que transitar, hacen que el desafío de acompañar desde estos espacios sea aún más difícil. Hacerlo de manera comunitaria y colaborativa, puede ser una clave que nos ayude a todos/as.

Servicio Jesuita a Migrantes Argentina

Tercer domingo de pascua: Domingo del compartir

Los obispos argentinos han dispuesto que el tercer domingo de Pascua sea siempre motivo para reflexionar sobre la importancia del Sostenimiento de la Misión de la Iglesia. Este año, el 23 de abril, celebramos el segundo Domingo del Compartir en todas las parroquias y comunidades del país para recordar a la luz de la Pascua la importancia de sostener la Misión.

El sostener la Misión tiene tres aspectos fundamentales: el primero es la necesidad de hacer catequesis sobre esta temática junto al Pueblo de Dios, que tiene que conocer y recordar permanentemente que la Iglesia necesita sostenerse con el aporte de sus fieles. Más allá del aporte económico o más allá de qué es lo que puedo colaborar, es primordial la necesidad del compromiso y del sostenimiento como parte de la expresión de un vínculo comunitario que nos da la Fe. Es bueno recordar lo que decía en su momento el Plan Compartir y el recordado y querido Monseñor Carmelo Giaquinta: no se trata solo de dinero, sino de tiempos y talentos.

En segundo lugar, la Iglesia celebra esta jornada para concientizar sobre la necesidad del sostenimiento de su misión en el tiempo pascual. Las primeras comunidades, como narra el libro de Hechos de los Apóstoles, compartían lo propio y lo ponían en común. Todos los momentos donde aparece Jesús resucitado son parte de una comida que se comparte. Lo celebramos en tiempo pascual porque alrededor de la resurrección de Jesús comienza la experiencia del compartir.

En tercer lugar, el fortalecimiento concreto para posibilitar la ayuda económica por parte de los fieles para llevar adelante la misión. En esta jornada de concientización, volvemos a presentar la invalorable ayuda del Programa FE, el Programa oficial de la Iglesia para recibir donaciones. Este nos ayuda a tener una experiencia de transparencia, a poder tener un lugar donde las comunidades pueden participar y generar un compromiso.

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