El examen ignaciano: «Encontrar a dios en todas las cosas»

El Examen es una oración de conciencia que San Ignacio enseñó en sus Ejercicios Espirituales. Es una invitación a «encontrar a Dios en todas las cosas» y reconocer como se mueve en todas las personas y eventos de nuestros días, “en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”.

El Examen consta de algunas indicaciones introspectivas para que sigas o adaptes a tu propio espíritu. Antes de comenzar, identifica algunos momentos importantes de tu año para orientarte hacia ese periodo de tiempo. Haz una pausa y respira lenta y profundamente, una o dos veces; toma conciencia de que estás en la presencia del Señor.

  • Pido luz

Sereno mi corazón para compartir lo vivido con un Amigo muy especial; pido luz para conocer las señales y la acción de Dios en el año que termina.

  • Agradezco los dones del año

¿De qué estoy especialmente agradecido este año?

Hago un repaso de lo vivido: actividades, experiencias, encuentros, trabajos… Doy gracias por todo lo vivido y vuelvo a pasar por el corazón en qué momentos sentí una mayor cercanía con el Señor. Por lo experimentado internamente es cómo me puedo dar cuenta de esta cercanía: esperanza, entrega, gratitud, servicio, libertad…

  • Perdonado/a Perdonador/a

¿Cuál es mi respuesta al Dios de mi vida? Pienso en los descuidos que no me permitieron obtener mayores frutos en el año. Reconozco si hubo alguna insensibilidad ante las necesidades que encontré en el camino. Pido perdón a quienes ofendí. Doy mi perdón a quienes me lastimaron. Me doy a mí mismo/a el perdón que Jesús me regala.

  • Invitado/a a un futuro nuevo

¿Con qué espíritu quiero entrar en los próximos meses? ¿El próximo año? Renuevo mi amistad y mi deseo de amar y servir: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”. Los movimientos internos vienen acompañados de invitaciones, trato de situarlas, agradecerlas, ver a dónde me impulsan. Pido a la Trinidad y María que me acompañen y ayuden.

Contenido extraído de un artículo publicado en Revista Jesuita n.53

Documental «Un jesuita en formación»

Los jesuitas en España lanzaron un documental sobre la vida de los jesuitas en formación.  Durante dos capítulos de media hora, relatan la vida de un estudiante jesuita desde que se levanta hasta que se acuesta, haciendo parte a sus compañeros de comunidad, de estudio y de pastoral.

La propuesta invita a mirar y convertir estos videos en un momento de contemplación donde podamos descubrir a Dios presente en lo más cotidiano.

Fuente: serjesuita.es

Videos para meditar la Espiritualidad Ignaciana

Con el fin de incentivar la reflexión en torno a lema escogido del Año Ignaciano: «Ver nuevas todas las cosas en Cristo», el Colegio Seminario y el Centro de Espiritualidad Manresa de Montevideo (obras pertenecientes a la Provincia jesuita Argentina-Uruguay) han elaborado tres breves videos que abarcan momentos clave en la vida de Ignacio de Loyola.

Cada video plasma «seis miradas», seis testimonios diferentes (un empresario, una consultora, dos docentes universitarios, una maestra y un sacerdote jesuita) sobre cómo se vive la espiritualidad ignaciana, entrevistados por Manuel Martínez, Secretario Ejecutivo de CVX Mundial.

Las etapas que se reflexionan en cada video son:

Este material busca ayudar a meditar en un cambio de mirada en este tiempo, como lo indica el P. Álvaro Pacheco SJ, Rector del Colegio Seminario: «un cambio de mirada, un recrear la mirada, un abrir los ojos a la experiencia de Dios que viene a renovar todas las cosas».

Reflexión: El streaming y la vida a la carta

Reflexión por José María Rodríguez Olaizola SJ

No dudo de que la tecnología está facilitando muchos acercamientos. No quiero ni imaginar lo que hubieran sido los meses de confinamiento sin la posibilidad de acercarnos virtualmente a nuestros seres queridos, de compartir la fe salvando las distancias, o sin poder ni siquiera mantener en marcha actividades, informaciones y posibilidades de acompañamiento. Creo –y lo valoro– que muchas posibilidades han venido para quedarse. Y que un buen uso de las redes y de las retransmisiones puede facilitar actividades, encuentros y formación que termina siendo muy interesante.

Sin embargo, la facilidad para el streaming y sobre todo su abuso, lo está convirtiendo en una herramienta envenenada. En primer lugar, porque mata la presencialidad. No hablo de esas ocasiones en que uno, por estar a miles de kilómetros y aislado no tiene modo de acceder a determinados contenidos, sino de la facilidad con que hoy prescindimos de desplazarnos unos cientos de metros para sustituir el encuentro por el acceso virtual. En segundo lugar, parece que ya no se valora lo local-cercano, dado que siempre puede uno encontrar online versiones mucho más sofisticadas de esas mismas propuestas (ya sean reflexiones, celebraciones…). Por último, la disponibilidad de contenidos grabados permite ir generando una cierta conciencia de que lo puedes tener todo (a la carta y disponible para utilizarlo cuando quieras). Esto genera la falsa sensación de que no hay que renunciar a nada, sino tenerlo todo grabado. Pero termina generando un consumo mucho más superficial de los contenidos.

Como en todo, cualquier generalización admite muchos matices. Estoy seguro de que hay usos formidables, y visionados muy fecundos de los contenidos. Pero, personalmente, me siento bastante inseguro ante el cariz que va tomando esta vida a través de las pantallas. Será metavida, pero esto no es vida.

Fuente: pastoralsj.org

Conferencia: «Influencia de la vida y obra ignaciana en el ejercicio de la psicología»

El pasado 9 de febrero, el P. Pablo Lamartheé SJ, participó del Ciclo Ignaciano de Conferencias organizado por el Instituto de Ciencias de Guadalajara. El Ciclo Ignaciano propone una conferencia virtual cada mes, en ocasión de la celebración del Año Iganciano.

El P. Pablo, jesuita uruguayo y Delegado del Sector Espiritualidad en nuestra Provincia, fue convocado para conversar sobre la «Influencia de la vida y obra ignaciana en el ejercicio de la psicología»

«En los Ejercicios se profundizan vivencias personales, se recuerdan historias biográficas, se trabajan deseos y anhelos, se reelaboran vínculos. Se afrontan dolores y límites. Todas las dimensiones de la persona humana se ponen en juego y se involucran en un trabajo psico- espiritual. Por eso surge esta reflexión sobre las aportaciones que ofrece la experiencia de los Ejercicios Espirituales a la Psicología.»

A continuación compartimos el vídeo de la Conferencia y un artículo que desarrolla el tema.

Aportes de los Ejercicios Espirituales a la psicología – PDF

 

Intenciones de oración mensuales del Papa Francisco en 2022

El jesuita Frédéric Fornos, director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, en una entrevista en L’Osservatore Romano, ha develado que la pandemia ha estado muy presente en las propuestas que los diferentes equipos de la red le han hecho llegar al pontífice.

«El Papa nos invita a rezar por el personal sanitario que asiste a los enfermos y ancianos, especialmente en los países más pobres, con el apoyo de los gobiernos y las comunidades locales. No sabemos qué viviremos en 2022, pero lo que está claro es que la salud seguirá siendo un bien esencial y aún tendremos que cuidar de las personas más vulnerables, los enfermos, los ancianos”, explica el jesuita.

Oraciones de cada Mes:

  • Enero: Educar para la fraternidad.

Recemos para que todas las personas que sufren discriminación y persecución religiosa encuentren en las sociedades en las que viven el reconocimiento de sus derechos y la dignidad que proviene de ser hermanos y hermanas.

  • Febrero: Por mujeres religiosas y consagradas.

Recemos por las mujeres religiosas y consagradas, agradeciéndoles su misión y valentía, para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos de nuestro tiempo.

  • Marzo: Por una respuesta cristiana a los retos de la bioética.

Recemos para que los cristianos, ante los nuevos desafíos de la bioética, promuevan siempre la defensa de la vida a través de la oración y de la acción social.

  • Abril: Por el personal sanitario.

Recemos para que el compromiso del personal sanitario de atender a los enfermos y a los ancianos, especialmente en los países más pobres, sea apoyado por los gobiernos y las comunidades locales.

  • Mayo: Por la fe de los jóvenes.

Recemos para que los jóvenes, llamados a una vida plena, descubran en María el estilo de la escucha, la profundidad del discernimiento, la valentía de la fe y la dedicación al servicio.

  • Junio: Por las familias.

Recemos por las familias cristianas de todo el mundo, para que, con gestos concretos, vivan la gratuidad del amor y la santidad en la vida cotidiana.

  • Julio: Por los ancianos.

Recemos por los ancianos que representan las raíces y la memoria de un pueblo, para que su experiencia y sabiduría ayude a los más jóvenes a mirar hacia el futuro con esperanza y responsabilidad.

  • Agosto: Por los pequeños y medianos empresarios.

Recemos para que los pequeños y medianos empresarios, duramente afectados por la crisis económica y social, encuentren los medios necesarios para continuar su actividad al servicio de las comunidades en las que viven.

  • Septiembre: Por la abolición de la pena de muerte.

Recemos para que la pena de muerte, que atenta contra la inviolabilidad y dignidad de la persona, sea abolida en las leyes de todos los países del mundo.

  • Octubre: Por una Iglesia abierta a todos.

Recemos para que la Iglesia, fiel al Evangelio y valiente en su anuncio, viva cada vez más la sinodalidad y sea un lugar de solidaridad, fraternidad y acogida.

  • Noviembre: Por los niños y niñas que sufren.

Recemos para que los niños y niñas que sufren, los que viven en las calles, las víctimas de las guerras y los huérfanos, puedan acceder a la educación y redescubrir el afecto de una familia.

  • Diciembre: Por organizaciones de voluntariado.

Recemos para que las organizaciones de voluntariado y de promoción humana encuentren personas que estén deseosas de comprometerse con el bien común y buscar nuevas vías de colaboración a nivel internacional.

https://www.popesprayer.va/es/

Serie de videos testimoniales sobre el voto de pobreza religiosa

El pasado mes septiembre de 2021, el P. General Arturo Sosa SJ envió una carta a la comunidad jesuita en el mundo sobre el voto de pobreza religiosa, en su mensaje invitó a ir más allá de las disputas y controversias y a encontrar un nuevo significado y vida en nuestro voto de pobreza. El P. General insiste en que nuestra pobreza es indispensable si deseamos acercarnos a Cristo y vivir nuestra vocación más profundamente, más auténticamente y con mayor alegría.

A partir de la carta del Padre General, se ha lanzado una nueva serie de vídeos sobre la pobreza religiosa. Cada mes, durante 2022, diversos jesuitas compartirán cómo viven su voto de pobreza. Escucharemos las luchas que han tenido y las alegrías que han experimentado. Reflexionamos con ellos sobre cómo vivir el voto de pobreza de una manera más profunda y alegre.

Compartimos el primer episodio aquí:

Accedé al segundo capítulo aquí: Jesuits Global – Canal de Youtube

Los diversos caminos de conversión

Este artículo se publicó por primera vez en el Anuario de los Jesuitas de 2021. Puede encontrar el Anuario completo siguiendo este enlace.

Escrito por James Hanvey SJ

Gracia, cambio, libertad, misión. Palabras clave en los diversos caminos de conversión

Tanto si hemos nacido en una familia cristiana como si nos hemos hecho cristianos más tarde, la conversión es una experiencia fundamental para cualquiera que tenga una fe viva. Sin ella no existiría la comunidad cristiana. Ya tenga lugar de forma repentina o de forma suave y gradual a lo largo del tiempo, la conversión cambia una vida. Habrá una orientación, una energía y una finalidad nuevas. Habrá un sentimiento de paz e integridad en la vivencia de la realidad de la fe que no disminuye con el tiempo, incluso bajo la presión de la oposición. Lo «ordinario» puede seguir ahí de muchas maneras, pero en cierto sentido lo habitamos de otra forma. Lo que todas las «conversiones» tienen en común es un encuentro con la realidad viva de Cristo. En este sentido, la conversión siempre es un volverse hacia él.

Dimensiones de la conversión

Aunque pueda adoptar muchas formas diferentes, toda experiencia genuina de conversión refleja algunas dimensiones comunes.

En primer lugar, se experimenta como una gracia, o sea, como algo que es dado y no viene directamente de nosotros mismos y nuestros propios deseos, por muy bien intencionados que sean. Por descontado, todos experimentamos muchos cambios en nuestras vidas, unos queridos e iniciados por nosotros y otros no buscados, pero que las circunstancias nos imponen. Sin embargo, en la conversión reconocemos algo diferente. Incluso cuando está mediada, siempre tiene el carácter de algo que nos llega de otro. Hay un sentimiento de que somos llamados. Al mismo tiempo, aunque puede tener una fuerza y una lógica propias, la conversión genuina no puede ser impuesta, sino que nos invita a decir «fiat», a asentir y consentir.

Esto significa que en la tradición cristiana la conversión siempre tiene una estructura relacional. Debe implicar el afecto y la voluntad, además de la inteligencia. Es algo más que un «eureka», una intuición momentánea, por muy trascendental u original que esta sea. En este sentido, como dice el P. Arrupe, no solo tiene la capacidad de enamorar, sino de hacer que permanezcamos enamorados y que permitamos que ese amor se convierta en la razón de ser de nuestra vida. Lejos de apartarnos del mundo, tales experiencias de conversión nos abren a otras formas de vivir en él con más intensidad y más capacidad de apreciarlo.

Nótese que, con todos aquellos que encontramos en la Escritura o en la posterior historia de la Iglesia, la conversión nunca es una llamada a un viaje en solitario. Es entrar en una comunidad, ella misma fruto de la conversión.

Segundo, la conversión produce un cambio. Así, la realidad de la conversión se encarna en las circunstancias de una vida concreta; se convierte una fuerza capaz de conformarla, de darle un nuevo sentido de finalidad y dirección y, por lo tanto, de llegar a otras vidas y de afectarlas. Con el tiempo se va haciendo más estable, al ir creando nuevos patrones de actuación y de relación. Se convierte en un «hábito» o un «modo de proceder». Con todo, la conversión nunca es solo un cambio de conducta, tiene que ser también transformación interior: un nuevo modo de percibir y de comprender, una mente nueva y un corazón nuevo.

Además de transformar una cultura ya existente, a menudo la conversión es capaz de generar una nueva. Al hacerlo se convierte en una gracia eficaz para otros, al crear las relaciones, las culturas o los entornos a través de los cuales otros pueden llegar a descubrir y abrazar un cambio redentor y generativo en sus propias vidas y en sus comunidades.

La tercera dimensión de la conversión se puede reconocer a partir de las dos que acabamos de identificar. De hecho, puede verse como el primer fruto o el fundamento del mismo cambio: se trata de la libertad.

La conversión está basada en la libertad, que es el presupuesto de todo cambio auténtico. El mismo hecho de que Dios se niegue a coaccionarnos es ya la revelación de nuestra libertad. La libertad solo puede existir y tener sentido en la relación, no en la soledad. La gracia de la libertad es que vive en, de y para los otros. En su nivel más profundo, la conversión a la que Cristo nos llama es una conversión hacia su misma libertad. Se expresa en un ofrecimiento sin reservas de uno mismo como don para el bien del otro: amor. Quizá esta es la conversión más profunda de todas. En ese sentido, es la realidad en la que siempre estamos esforzándonos por entrar, la gracia que siempre estamos buscando, pero que solo podemos encontrar cuando asumimos el riesgo de la autodonación.

La cuarta dimensión de la conversión es la misión. En la Escritura, en todos los momentos de conversión se encomienda una misión. Y en la misión entran en juego todas las dimensiones de la conversión que hemos visto. La misión es algo que nos es conferido; no es algo que nos pertenece, sino que nos es dada por otro que tiene el poder de enviarnos. Toda vida cristiana está configurada por la misión, puesto que participa de la misión de Cristo. En efecto, Cristo mismo recibe su misión del Padre y la vive en y por medio del Espíritu Santo.

De cualquier forma que seamos llamados a realizar nuestra identidad-misión cristiana siempre estaremos en este camino de conversión, descubriendo de nuevo en cada circunstancia de nuestras vidas qué significado tiene para nosotros y cómo somos llamados a ponerla en práctica. También por esto, la conversión como evento y como proceso requiere del discernimiento: esa búsqueda atenta, con la mente y el corazón de la fe, para encontrar en nuestras relaciones y en nuestras circunstancias concretas como servir mejor a Dios, que nos está ofreciendo la vida del Reino, capaz de sanar a toda mujer y todo hombre, a todas las criaturas.

Conversión para el Año Ignaciano

Entonces, ¿por qué nos estamos centrando en el tema de la conversión para el Año Ignaciano? Porque este es una llamada permanente a reconocer su gracia, a estar abiertos a cambiar, a ejercitar nuestra libertad, a hacer que nuestra misión dé más fruto.

«Aún más allá»: canción sobre la vida de San Ignacio

Cristóbal Fones SJ traduce al español la canción «Carry you», compuesta por Phillip Hurley SJ, y la comparte para este Año Ignaciano. La letra habla sobre el recorrido de discernimiento de San Ignacio de Loyola, pero también visualiza el camino de muchas personas en su búsqueda de Dios.

Compartimos la letra y la canción

Beatificación del P. Rutilio Grande y compañeros mártires

El pasado 22 de enero fueron beatificados en El Salvador, el padre Rutilio Grande S.J. junto con los laicos Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, asesinados el 12 de marzo de 1977 y fray Cosme Spessotto O.F.M. asesinado el 14 de junio de 1980.

La ceremonia de beatificación fue realizada por el cardenal Gregorio Rosa Chávez. El P. Pascual Cebollada sj, Postulador de la Causa, representó al P. Arturo Sosa SJ en la celebración. Este es el testimonio de su experiencia:

“Ha sido un consuelo leer la vida de Rutilio, ver cómo este jesuita estaba tan comprometido con los impotentes y los indefensos. También aprecié su humanidad y pude identificarme con él en muchos aspectos de su vida. Su compromiso con la oración y con la cercanía a Jesús pobre y humilde – algo a lo que todos los jesuitas están llamados – lo ha convertido en un ejemplo del que todos podemos aprender”.

En un mensaje de vídeo, el P. Arturo Sosa, Superior General de los jesuitas, dijo:

“El P. Rutilio Grande fue un jesuita de dimensiones humanas y religiosas insospechadas. (…) Él supo ser consejero, compañero comprensivo y amable, al mismo tiempo firme y serio en lo que se refería a la vida cristiana y al ejercicio responsable del ministerio presbiteral. La población campesina, de la que él mismo era parte y a la que sirvió con dedicación en su servicio pastoral, halló en él un religioso cercano, abnegado y cariñoso, ordenado presbítero para compartir la vida con la comunidad de los seguidores de Jesús que dan testimonio de la Buena Noticia”.

En el siguiente link podrás ver la ceremonia de la beatificación: Transmisión en vivo – Televisión Católica del Salvador