pastoralsj nueva portada

PastoralSJ se renueva acentuando su misión pastoral e incorporando la IA

Pastoralsj, la web de referencia de pastoral cristiana perteneciente a la Compañía de Jesús, se renueva para aproximarse más a la realidad y a los cambios digitales, incorporando, entre otras cosas, la Inteligencia Artificial en su buscador. El próximo 5 de septiembre lanzará la que será su tercera versión desde que naciera (2022) hace veinte y dos años en Valladolid.

El objetivo de esta nueva PastoralSJ es seguir ayudando a reflexionar la vida desde la fe y fomentar un mayor diálogo sobre cómo llevar la palabra de Dios al mundo. Pone así el acento en su propio nombre, en la pastoral, condensando su tarea en su subtítulo “Una mirada creyente a la realidad”. Esta idea la refuerza el jesuita Dani Cuesta, uno de sus dos coordinadores: “En un mundo tan rápido y con tantas propuestas, queremos seguir siendo un lugar en medio de la Red que ayude a profundizar en el seguimiento de Jesucristo y a dinamizar las comunidades cristianas por medio de reflexiones, artículos y recursos de diversa índole. Y, ¿por qué no? Ser también un lugar que ayude a que las personas puedan también compartir con otros sus reflexiones”.

Lo hará a través de sus contenidos habituales como los artículos de reflexión, las oraciones y recomendaciones de cine, libros y música, a los que incorpora ahora las recomendaciones de podcast y de arte. También incluye una versión digital de la Biblia y una nueva sección de eventos. Todo ello para fomentar el pensamiento cristiano desde la Iglesia, como afirma su otro coordinador, el jesuita Alvaro Lobo: “En estos dos últimos años nos hemos dado cuenta de la importancia de pastoralsj para el pensamiento cristiano de mucha gente y queremos sencillamente que siga siendo así, quizás añadiendo un toque más pastoral e intentando ayudar a reflexionar sobre nuestro modo de mostrar a Dios en el día a día. Implica estar en las fronteras de la red, pero siempre intentando estar en el corazón de la Iglesia, que no es otro que Jesús».

Tres grandes secciones despliegan hoy su contenido: Ser, Estar y Dialogar. La Primera se adentra en “un modo de vivir y de comprender la fe que nos humanice y nos acerque más y mejor a Dios”. Estar quiere “ayudar al lector a ubicarse en el mundo y en la Iglesia y a huir así de las polarizaciones” y en Dialogar “encontrarás artículos que te ayuden a dialogar y a reflexionar desde la pastoral e intentar encontrar de esta forma nuevos caminos para acercar a otros a Dios.”

Junto a una gran renovación estética el buscador incorpora la inteligencia artificial para que sea más fácil encontrar de entre sus miles de entradas, los recursos y la inspiración que busca cualquier persona, pastoralista o no, en esta web. También recupera el envío periódico de boletines con la actualización de los contenidos subidos recientemente. Así, los 13.000 suscriptores que antes lo recibían podrán renovar o anular dicha suscripción a través de un mail que recibirán en próximos días. Por último, la nueva PastoralSJ incluye la posibilidad de donar para poder mantener este proyecto cuyos contenidos íntegros se ofrecen en abierto de manera gratuita.

Más de veinte años de andadura

Pastoralsj nació un 17 de diciembre de 2002 en Valladolid vinculada al centro de pastoral Loyola de esta ciudad, de la mano de los jesuitas José María R. Olaizola y Dani Villanueva. Pronto se convirtió en espacio para una propuesta orientada a pastoralistas y jóvenes, buscando ofrecer una mirada creyente al mundo de hoy y presentar la fe con un lenguaje cotidiano y vinculado a la vida diaria de las personas. Con los años los equipos fueron cambiando y la plantilla de colaboradores se fue ampliando. Jesuitas y laicos, hombres y mujeres de distintos ámbitos de Iglesia, países y edades fueron prestando su creatividad, intuiciones y propuestas.

La web ha tenido dos grandes revisiones. La primera la acometió la entonces naciente Oficina digital SJ en 2012, rehaciendo estilo y formato. La segunda llegó tras un breve parón en 2017. En la línea editorial mantenida a lo largo de su vida se insiste en que sea un espacio de encuentro, de diálogo, huyendo de la polarización y mostrando la complejidad y la necesidad de matiz en temas eclesiales.

Nueva web PastoralSJ

Venezuela, en suspenso

Tras la jornada electoral del 28 de julio, el Consejo Nacional Electoral indicó que, con el 51,2% de los votos, Nicolás Maduro fue el candidato triunfante contra 44,2% de Edmundo González. Desde la oposición, se advierte que fue Edmundo González el triunfador, con un 67% contra el 30% de Maduro. A un mes de esa fecha, no se observa una resolución fácil.

La política es vertiginosa: esta idea es mencionada un par de veces por nuestros interlocutores en este diálogo sobre Venezuela. Sostuvimos esta conversación el 20 de agosto y, precisamente porque los acontecimientos se suceden rápidamente, es importante mencionar tal fecha, a fin de tener a la vista el escenario en que se vertieron las opiniones en estas páginas.

De todos modos, al margen de la contingencia, nuestros dos invitados plantean su visión con una muy útil perspectiva en momentos en que el Gobierno de ese país suma medidas y restricciones, y se avizoran intentos de negociación y diálogo.

Neida Colmenares es abogada y cientista política. Es Doctora en Gobierno y Administración Pública, por la Universidad Complutense. Actualmente ejerce como académica en la Escuela de Derecho de la Universidad Central, en Santiago.

Heraldo Muñoz es Doctor en C. Política en la U. de Denver. Fue investigador doctoral en Brookings Institution y tuvo actividad académica en varias instituciones de EE.UU. Entre otros cargos, ha sido embajador ante la ONU y Canciller.

VIDEO DEL DIÁLOGO

Juan Cristóbal Beytía S.J.

@Mensaje t.ly/_DmB8

Cuatro claves para gestionar “una crisis comunicacional” frente a abusos en la Iglesia

en , , , , , /por

Ante una crisis comunicacional derivada de un tema tan sensible y delicado como pudiera ser un abuso sexual, la doctora Albertina Navas, laica ecuatoriana, asesora en comunicación estratégica y marketing digital, gestión de la reputación, manejo de crisis, ofreció cuatro claves.

Esto lo hizo en el marco del Encuentro latinoamericano y caribeño de las Comisiones episcopales de prevención de abusos. Según  Navas, uno es la preparación; un segundo, la gestión; tercero, reparación; y, finalmente, transparencia.

1) La preparación

La preparación implica “tener protocolos y coordenadas de crisis previo a que esto estalle” para tener una conciencia interna bien sea en la comunidad o en el grupo directivo.

Simplemente “hay que estar claros que después de una crisis comunicacional por abuso sexual” se debe “recomponer el posicionamiento institucional, porque eso puede afectar también a los seguidores y a otras personas que ven a la iglesia como un referente ético”.

Por lo que se debe contar con “un comité de crisis permanente que esté formado o integrado por la primera autoridad si es una conferencia episcopal, el obispo en la persona de comunicación y la persona del área jurídica y de ahí se llama dependiendo de la naturaleza de la crisis a otros invitados”.

2) Gestión de la crisis

Hay una relación proporcional entre crisis comunicacional y escándalo que “afectan la imagen ante la opinión pública”, depende mucho de cómo se gestione. Por ello, un segundo elemento es la gestión.

Lo importante es que “ese comité de crisis genere los lineamientos, haga el manual de crisis, tenga una estrategia de vocería y claridad de respuestas”, explicó la especialista ecuatoriana.

“Es importante que tomemos decisiones basadas en datos para decidir cuál sería la mejor respuesta”, dijo toda vez que recomienda siempre responder “esa debe ser la primera opción en un caso de abuso”.

Navas indicó que ante una crisis digital el tiempo estimado que debemos responder a la víctima o víctimas es de 90 minutos, “quizás en 90 minutos no tenemos todas las respuestas, pero es importante un pronunciamiento inicial que diga que estamos informados del hecho y que estamos tomando las medidas”.

3) La reparación

La reparación es la tercera clave. Esta etapa tiene que ver con la reparación reputacional de las personas o institución que “hayan sido dañadas injustamente. Esto significa trabajar la reputación digital”.

Consiste en hacer un balance entre “la huella y sombra digital, es decir, no solo salir a decir cosas positivas, sino también generar que otras instituciones y personas con peso en el entorno digital hablen positivamente para equilibrar la narrativa”.

Si fuera el caso de que “se compruebe la responsabilidad” se debe también “ofrecer una disculpa sincera y adecuadamente. Esto es resumir el problema, especificar sus consecuencias para los perpetradores y relevar los valores de la comunidad”.

Todo ello pasa por el fortalecimiento que “implica lograr posicionar agendas positivas respecto de lo que la institución está haciendo correctamente en otras áreas. Es importante aclarar que en ningún caso se trata ni de lavar imagen, ni de quitar responsabilidad”.

4) La transparencia

Finalmente es clave saber que la transparencia “es el marco de acción para cualquier gestión de comunicación en crisis más en un entorno tan sensible y delicado como un abuso sexual”.

Transparencia comunicacionalmente hablando quiere decir “claridad”, es decir, utilizar un lenguaje comprensible y directo a los públicos claves; segundo, se debe tomar en cuenta lo factual, lo que “está enfocado en los hechos”.

Se debe tener mucho cuidado en “no revictimizar ni causar daños colaterales a terceros”; y, por supuesto, “ser sinceros, que se note y se sienta esa intención de reparación que hay detrás de las acciones tomadas”.

En este proceso de transparencia, se debe ser consistente, que toda comunicación se base en los hechos, porque “la comunicación sola no cambia comportamientos, sino que tiene que reflejar esas acciones tomadas en favor de la protección de la víctima de manera adecuada”.

Finalmente no hay que perder el foco. Cualquier pronunciamiento no debe tratar “temas menores, sino centrarse en la protección y reparación de la víctima”. Aún cuando “se debe abrir un espacio al público” sobre la situación, está el riesgo – en ese caso – de que las personas “nos puedan criticar duramente. Allí tenemos que saber gestionar esa negatividad”.

Ángel Morillo  Portada

@adncelam

t.ly/zLjUi

joven en bus con auriculares

Comentario del Evangelio. Hace oír a los sordos y hablar a los mudos

El milagro que nos invita a contemplar el evangelio de hoy nos puede parecer un milagro “menor”, si lo comparamos con otros milagros del evangelio como pueden ser las sanaciones de leprosos, o devolver la vista a un ciego de nacimiento o resucitar a Lázaro. Pero no lo es… Consideremos la situación vital de la persona a la que Jesús sana.

“Un sordo que apenas podía hablar”. Estamos no sólo ante limitaciones físicas como la incapacidad de oír y de hablar. Ambas sumadas nos presentan a una persona inhabilitada para la relación humana y para la convivencia social, alguien condenado a vivir al margen de toda relación social y destinado a la marginalidad de quien es incapaz de comunicarse. Sin olvidar el dolor interior y la frustración que viven las personas que no pueden oír y que no pueden expresar con palabras sus pensamientos, sus afectos, sus sentimientos.

La acción milagrosa de Jesús en esta persona es ciertamente “devolverle” a la vida, tiene mucho que ver con una re-creación de la persona, algo que las lecturas de hoy mencionan, tanto la primera lectura del profeta Isaías: “Mirad a vuestro Dios que viene en persona, resarcirá y os salvará” (Isaías 35, 4). O aquellas palabras de la gente que contempla el milagro: “Todo lo ha hecho bien” que evocan aquellas primeras palabras del Génesis: “Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien” (Génesis 1,31).

La vida plena para la persona humana es siempre una vida en relación interpersonal, en comunidad. La acción de Dios, y la experiencia de Dios, nos devuelven siempre al encuentro con las demás personas. Somos creados “para”: no para encerrarnos en nosotros mismos (que es el trágico destino reservado para quienes no pueden comunicarse) sino para abrirnos a la comunicación y al servicio de nuestros hermanos.

Hay otro detalle en el evangelio de hoy que nos choca y que también está cargado de significado: el modo cómo Jesús obra el milagro. “Le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua”: un contacto físico que incluso puede herir o repugnar a nuestra sensibilidad actual y que, por otra parte, resultaba absolutamente innecesario o prescindible. Bastaban las palabras de Jesús.

Pero, también como tantas otras veces y en tantos otros milagros, Jesús busca el contacto físico, extremo en este caso, como un gesto de cercanía. De esa cercanía de Dios a la humanidad que se obra en la encarnación y que Jesús expresa incluso físicamente. Lección e invitación a la cercanía al dolor humano para cada uno de nosotros y para la Iglesia que nos recuerda que no bastan ni intenciones ni palabras (¡somos tan palabreros!) para anunciar y hacer activa la salvación de Dios, sino que hay un cuerpo a cuerpo humana y evangélicamente inevitable.

Domingo 23 del tiempo ordinario. Ciclo B (Marcos 7,31-37)

 

Darío Mollá SJ

@centroarrupevalencia

t.ly/XN-48

Tiempo de la Creación 2024: Espera y actúa con la Creación

Desde el 1 de septiembre, Día de Oración por la Creación, hasta el 4 de octubre de 2024, fiesta de San Francisco de Asís, patrón de la ecología amado por todas las confesiones cristianas, se celebra el Tiempo de la Creación, un tiempo privilegiado para renovar la relación con el Creador y con toda la creación a través de la celebración, la conversión y la acción común.

 

“Espera y actúa con la creación” es el tema de este año, inspirado en la carta de San Pablo a los Romanos (Rm 8,19-25). En su Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación 2024, el Papa Francisco nos invita a “vivir una fe encarnada, que sabe entrar en la carne sufriente y esperanzada de los pueblos; unir fuerzas para ayudar a repensar la cuestión del poder humano; para extender a la creación la armonía entre los seres humanos en la responsabilidad de una ecología humana e integral, camino para salvar nuestra casa común”.

 

Experiencia ecuménica, espiritual y ecológica en Brasil

Inspirado en la eco-teología y en las enseñanzas de la encíclica Laudato si’, el retiro celebrado en el norte de Brasil proporciona a personas de todas las religiones contacto con la tierra y con lo divino.

Católicos, evangélicos, afro-religiosos, espiritualistas y agnósticos se reunieron para vivir y compartir momentos no solo de oración, silencio y reflexión, sino también experiencias como la danza circular, que permite a cada uno sentir la tierra que nos sostiene. El Retiro ignaciano interreligioso y ecológico es una experiencia espiritual de contacto profundo con la madre tierra, en la que todos están invitados a conocer y sentir lo sagrado, independientemente de sus creencias.

Todo está conectado

Estudioso de la eco-teología, el padre David Hubald Romero, SJ, delegado del Provincial para la Preferencia Apostólica Amazónica de la Provincia de Brasil, es uno de los animadores de este retiro. Comenzó a estudiar esta dimensión ecológica en los Ejercicios Espirituales en 2020, durante la pandemia de covid-19, como respuesta a la invitación del entonces Provincial de la Provincia Central y del Sur de Estados Unidos, el padre Ron Mercier, para que dirigiera junto con el padre Brian Christopher, el retiro bianual en línea de la Provincia.

Durante esta experiencia virtual, a causa de la pandemia, el padre David encontró conexiones ecológicas en las parábolas de Jesús sobre las cosechas, las semillas y el agua. Desde entonces, todos sus retiros se han basado en un enfoque ecológico.

«En la encíclica Laudato si’, se repite una frase: “todo está conectado”. Una cosa es pensar en ello y otra sentir que formamos parte de la creación de Dios, al igual que los árboles, los ríos, los peces, los animales, los insectos, el sol, la luna y las estrellas. En este reconocimiento de nuestra interdependencia surge un llamamiento a la corresponsabilidad y al compromiso con el cuidado de la casa común», explica. Subraya que el retiro cultiva una perspectiva ecocéntrica, en la que el Creador ama a toda la creación, no solo a los seres humanos. El padre David cree que el amor incondicional de Dios es universal y lo abarca todo. Así, podemos darnos cuenta de que toda la creación, sin palabras ni discursos, está expresando la belleza y el amor del Creador.

 

@jesuitas.global

t.ly/qfEET

ECOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD IGNACIANA

A finales de junio, pusimos en línea la versión integral de “JESUITAS 2024”, revista anual que publica la Curia General sobre los compromisos que tiene la Compañía de Jesús con el mundo. El tema de la presente edición es el cuidado de nuestra casa común. Bernard Hudon, hermano jesuita de la Provincia de Canadá, especialista en ecología, nos ofrece sus reflexiones sobre el vínculo entre esta Preferencia Apostólica Universal y la espiritualidad ignaciana.

 

Fue en la 35ª Congregación General, celebrada en 2008, cuando la Compañía de Jesús se posicionó oficialmente acerca de las cuestiones ecológicas, tras una mención en un breve decreto de la 34ª Congregación General celebrada en 1995. En el Decreto 3, titulado: Desafíos para nuestra misión hoy, la Compañía manifiesta su deseo de Reconciliación con la creación, incluido en una revisión de su misión decretada en 1975, a saber, que “la misión de la Compañía de Jesús hoy es el servicio de la fe, del que la promoción de la justicia constituye una exigencia absoluta, en cuanto forma parte de la reconciliación de los hombres exigida por la reconciliación de ellos mismos con Dios” (Decreto 4 de la CG 32, Roma, 1975). Se trata del famoso Decreto 4, que supuso un firme compromiso de la Compañía con la justicia social y que dio lugar a la creación de numerosos centros de análisis social en todo el mundo, así como al martirio de unos cuarenta jesuitas, especialmente en América Latina.

 

35ª Congregación General, 2008

Esta Congregación ha revisado su misión expresada en 1975, definiéndola como Reconciliación con Dios, Reconciliación de unos con otros y, finalmente, Reconciliación con la creación. En el nº33, leemos: “El modo de acceder y explotar las fuentes de energía y otros recursos naturales está rápidamente aumentando el daño al suelo, al aire, al agua y a todo el medioambiente, hasta el punto de ser una amenaza para el futuro del planeta. Agua insalubre, aire contaminado, deforestación masiva, residuos atómicos y desechos tóxicos están causando muerte e indecible sufrimiento, particularmente a los pobres.”

 

Análisis

Para los jesuitas, un compromiso firme con nuestra “casa común” supone un deseo de compromiso sociopolítico, en contraste con la visión que suelen tener los franciscanos, que es de contemplación de las bellezas de la naturaleza. El Papa Francisco, jesuita también él, escribió su encíclica Laudato si’, que está dirigida a las personas de buena voluntad, en lugar de a los católicos, como es habitual. Es un llamamiento a la “ecología integral”, entendida como auténtico enfoque social que engloba la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la economía global que margina a miles de millones de personas, y el crecimiento de la población, que no es un problema en sí mismo, sino más bien el problema de la distribución desigual de los recursos. Francisco afirma asimismo lúcidamente que son los países del Norte los que tienen una deuda con los países del Sur. No es de extrañar que el actual Papa haya sacudido los pilares del templo del neoliberalismo dominante. Se ha granjeado enemigos entre la intelectualidad de derechas, especialmente en algunas partes del mundo. Inspirado en la espiritualidad ignaciana, afirmaba Francisco con gran contundencia en su discurso a la última COP: “Estoy con vosotros para plantear la pregunta a la que ahora estamos llamados a responder: ¿trabajamos por una cultura de la vida o por una cultura de la muerte? Yo les exhorto: ¡elijamos la vida, elijamos el futuro!”

Por Bernard Hudon, SJ

t.ly/xgUGX

Bocalic (arzobispo santiago del estero) García Cuerva (arzobispo de buenos aires)

Traspaso de la sede primicial argentina de Buenos Aires a Santiago del Estero

“Un hecho de justicia y rigor históricos”

El domingo 25 de agosto de 2024, en la Catedral de Buenos Aires, Argentina, se llevó a cabo la misa solemne durante la cual se firmó el traspaso de la sede primicial argentina de Buenos Aires a Santiago del Estero.

Presidió esta eucaristía el arzobispo porteño monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, y concelebraron el nuncio apostólico monseñor Miroslaw Adamczyk; obispo de Santiago del Estero monseñor Vicente Bokalic Iglic; obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina Oscar Ojea Quintana; arzobispo emérito de Buenos Aires cardenal Mario Aurelio Poli; y los obispos auxiliares de la sede porteña monseñores Gustavo Carrara, Joaquín Sucunza, Alejandro Giorgi, Alejandro Pardo, Pedro Cannavó e Iván Dornelles.

Arzobispo García Cuerva desarrolló su homilía sobre tres ejes

La Iglesia no mide sus acciones pastorales con números: “Si fuese así, lo de Jesús fue un absoluto fracaso. De 5000 seguidores en el mismo capítulo 6 de Juan pasó a 12 y 12 que están dudando en seguirlo o no seguirlo; pensemos tan solo en el momento de su mayor demostración de amor cuando entrega su vida en la cruz solamente había 4, María, María Magdalena, la otra María y el discípulo amado. En términos de rating el programa de Jesús había que sacarlo prontamente de la televisión porque era un fracaso”.

La importancia de sostener el sí a Jesús aunque caigamos en el camino: “Elijamos a quién queremos servir, si servir al Señor a pesar de que a veces su lenguaje es duro y nos desafía a amarnos más allá de todo y sin límites, aunque nos diga que tenemos que amar al enemigo y que tenemos que perdonarnos siempre y aunque seamos unos pocos (…) parecería que el evangelio es un proyecto contracultural”.

Y la verdadera razón del traspaso de la primacía de Buenos Aires a Santiago del Estero: “Santiago Del Estero es la diócesis más antigua por eso es la primera. Elegimos dar información con datos frente a la especulación berreta que trató de interpretar al Santo Padre y de buscar la quinta pata al gato tratando de elucubrar por qué el Santo Padre decidía esto. Damos la información, los datos históricos y no la pseudo interpretación de algunos. Y elegimos también la fraternidad porque algunos vieron aquí una intención de desvalorizar a Buenos Aires. En realidad lo que elegimos es la fraternidad. No nos van a pelear a Buenos Aires con el interior. No nos van a pelear a Santiago Del Estero con Buenos Aires. Que se queden con las ganas. Somos hermanos, somos Iglesia, elegimos la fraternidad, elegimos la cultura del encuentro, elegimos tender puentes”.

Firmas y placa recordatoria

Luego de la firma del acta de traspaso por todos los obispos presentes y al finalizar la misa, se bendijo la placa recordatoria de este día, ubicada en el atrio del templo mayor de la capital argentina.

La Banda de Oficiales de la Policía Federal Argentina ejecutó marchas y canciones populares porteñas y santiagueñas como modo de reafirmar desde la música la fraternidad entre ambas arquidiócesis. Con vivas a la Patria, Buenos Aires y Santiago del Estero se dio por concluida la celebración.

Virginia Bonard

@adncelam

t.ly/8pkQP

cruz en gargantilla sobre un cuello femenino

¿Por qué llevas esa cruz?

Si me pidieran una definición sencilla de mí misma, podría decir que tengo 20 años, soy estudiante y me confieso creyente. Sí, soy joven y creyente a la vez, y lo subrayo porque en nuestros días hay quien dice, con total seguridad en su afirmación, que eso es imposible. Que las palabras joven y creyente no casan bien en una misma frase, porque «los jóvenes ya no hacemos eso», porque «ser creyente es ser un carca», porque «la sociedad está cambiando».

Efectivamente, la sociedad está cambiando, pero no por ello la gente deja de apostar por la fe. Y digo apostar porque parece que en nuestros días creer supone arriesgarse a ser tomado en serio o no. Muchas veces, por miedo a perder una reputación, una seguridad o una confianza, preferimos callarnos y guardarnos lo que sentimos para alguien que comparta nuestra fe.

La gente creyente joven (y con joven me refiero a persona en edad universitaria) vive diariamente una serie de situaciones incómodas y sin sentido que hacen reflexionar. Son cosas tan simples como sentir vergüenza al decir que uno va a misa (o directamente ocultarlo) o llevar un signo religioso visible y que la gente le pregunte: «¿Por qué llevas esa cruz?» Pues ahí está la clave del asunto, ¿por qué llevamos esa cruz? ¿Por qué cargamos con el peso de la vergüenza y el incomodo cuando se trata de hablar de nuestra fe? Son muchas las ocasiones en que nos vemos obligados a callarnos o a minimizar nuestras creencias por miedo a lo que puedan pensar. Por miedo a que nos encasillen como ‘antiguos’ o a que, directamente, nos rechacen.

Sin embargo, ¿merece la pena ese miedo frente a la libertad de poder decir en alto lo que uno siente? Yo creo que no. Porque cuando uno ha elegido, o más bien, se ha sentido llamado a seguir este camino, el miedo no es más que un obstáculo que ralentiza la marcha. La duda es inherente a la fe, pero el miedo lo ponemos nosotros. Y toda persona se merece ser feliz siendo una misma. Pero es cada uno quien debe decidir sobre su vida, enfrentarse a sus miedos y pronunciar en alto las palabras que los provocan. Y también debe hacer ver a esa sociedad que no lo entiende que un joven creyente no es una persona antigua o alguien que acuda engañado a seguir las tradiciones de sus padres. Se trata, sencillamente, de alguien que busca respuesta a sus preguntas y que ha descubierto en su vida otra forma de ver el mundo. Alguien que busca más allá.

Elena Lozano Santamaría
@pastoralsj

t.ly/x6au2

manos manchadas de negro

Trivializar el perdón  

Una de las cargas que a veces tiene que llevar alguien, tras haber sufrido algún tipo de agresión, es la exigencia del perdón. En contextos cristianos ocurre mucho. El agresor convierte el perdón, no en petición humilde, sino en exigencia soberbia. «Ya te he pedido perdón», se convierte en un arma con la que se vuelve a cargar sobre la víctima el peso de una situación. El agresor enarbola el arrepentimiento como arma, lo convierte en exigencia de la fe, y enamorado de su nuevo rol, se ve con otro prisma de virtud, el del penitente.

Y poco a poco empieza a volcar sobre la víctima el peso de la culpa de la situación. «Si no me perdona es porque no tiene corazón». Es posible que además el agresor se convenza de que «no fue para tanto», «fue sin querer», «fue un error, no una agresión». De ahí al insulto (quien no me perdona es mezquino, rencoroso, etc) no hay más que un paso. Y en el proceso, en lugar de haber verdadera sanación, lo que hay es orgullo.

Pedir perdón de verdad es algo mucho más complejo. Primero, es ser consciente de lo que uno ha hecho mal. Y ser consciente de que el otro tiene derecho a estar molesto, al enfado, y a la distancia. Es más, tiene derecho a perdonar a su manera. El perdón no son palabras bonitas y fáciles. A veces es poner distancia. Otras veces es no tomar represalias –cuando a lo mejor podría–. Perdonar a veces es hacer ver el error en privado en lugar de proclamarlo a los cuatro vientos.

Quien de verdad se arrepiente no exige el perdón. Lo pide. Y después espera. Y acepta. Acepta el enfado, y el dolor, y el silencio. Acepta los ritmos. Y esa espera se convierte en escuela, en pozo de sabiduría, y en silencio en el que la escucha se vuelve a llenar de sentido.

Estamos en una sociedad que todo lo adelgaza. Todo es banal, superficial, e intrascendente. Todo es prescindible, trivial, y olvidable… ¡Pero no! La vida es seria. El amor es serio. Y la justicia. La verdad. La vocación. El talento. Y el perdón. No podemos estar jugando con las palabras ni con la virtud. No podemos estar jugando a ser lo que no somos. Y mientras no entendamos esto, nos convertiremos en charlatanes, vendedores de humo, y manipuladores del evangelio.

José María Rodríguez Olaizola, sj

@Pastoralsj – t.ly/pLdzv

multitud personas random caminando por las calles

Santos por nuestras calles

Hay santos anónimos, esos que no fueron oficialmente canonizados, pero cuyas vidas han sido reflejo auténtico del evangelio. Eso celebramos hoy. Esto lleva a pensar. Por una parte, que a lo largo de la historia ha habido muchos más de los que pensamos. Y por otra, que también hoy en día hay muchos por ahí, hombres y mujeres anónimos, que probablemente jamás pasarán a los libros de historia ni a los calendarios litúrgicos, pero que, sin embargo, son santos.

¿Qué tienen en común? Que sus vidas apuntan a Dios de manera clara. Que lo que viven, lo que hacen, y lo que dicen, deja traslucir al espíritu de Dios al que han dado cancha en sus vidas. Y por eso, cuando los ves, intuyes que es posible el Amor, y la misericordia, y la compasión, y la justicia…

¿En qué se diferencian? En todo lo demás. Seguro que los hay jóvenes y ancianos, formados y analfabetos, mujeres y hombres, de derechas, de izquierdas, o apolíticos… Los habrá tímidos y extrovertidos, hiperactivos y pausados. Unos vivirán el evangelio en el contacto constante con la gente. Seguro que hay algún otro que consagra su vida a la ciencia en la soledad de un laboratorio o de una biblioteca. Bailan, rezan, toman un café, abrazan, lloran, aman, se enfadan, se equivocan, aciertan… porque son humanos, al fin y al cabo.

La santidad no es un perfeccionismo neurótico, ni un cumplimiento virtuoso para ponerse medallas de excelencia. Es una forma de amor. Radical, posible, definitiva. Y no es que sea deseable para que uno se pueda sentir orgulloso de sí. Es deseable porque es una forma de mejorar el mundo, y la vida propia y de los otros. A veces me pregunto si seguimos creyendo que se puede ser transparencia de Dios en este mundo. Porque se puede. Seguro que muy cerca de ti alguien es ventana abierta que apunta en esa dirección. Y tú, ¿por qué no intentarlo?

José María Rodríguez Olaizola, sj
@pastoralsj
t.ly/L8XI_