¿Qué es la Comunidad de Vida Cristiana (CVX)?

La Comunidad de Vida Cristiana es una asociación internacional de laicos cristianos – hombres y mujeres, adultos y jóvenes, de todas las condiciones sociales – que desean seguir más de cerca a Jesucristo y trabajar con Él en la construcción del Reino.

Sus miembros integran pequeñas comunidades que, a su vez, forman parte de comunidades más amplias a nivel regional y nacional; constituyendo finalmente una Comunidad Mundial que está presente en los cinco continentes y en más 60 países.

Ser un miembro de la Comunidad de Vida Cristiana presupone una vocación personal que es discernida en los primeros años de ingreso a la Comunidad.

El estilo de vida se caracteriza:

a) Por la búsqueda, con apoyo de la comunidad, de un continuo crecimiento personal y social en lo espiritual, lo humano y lo apostólico participando de la eucaristía, la oración personal, el encuentro con la Palabra de Dios.

b) Por un discernimiento apostólico personal y comunitario para descubrir la mejor manera de hacer presente a Cristo, concretamente, en nuestro mundo.

c) Por ayudar a los demás a realizar su vocación personal, siempre dispuestos a dar y recibir consejo y ayuda como amigos en el Señor.

En Argentina y Uruguay

Las CVX tienen presencia tanto en Argentina como en Uruguay (aunque en este último con más fuerza). Las comunidades adquieren características y llevan adelante procesos diferentes de acuerdo al lugar donde se radican. En Argentina hay comunidades en las ciudades de San Salvador de Jujuy, Mendoza, Resistencia, Córdoba, Corrientes, Rosario Capital Federal y San Miguel. En Uruguay se encuentran en Montevideo.

En general, el proceso de iniciación de una persona o grupo en la CVX es diferente según el lugar donde se radica la comunidad. Sin embargo, el común denominador es la experiencia de los ejercicios espirituales. Para los cevequianos esta actividad es fundante, dado que todo el compartir y la formación comunitaria están atravesados por la espiritualidad.

La vida de la CVX está, principalmente, en las reuniones periódicas en las que los miembros se reúnen para compartir la vida y formarse.

Para mantener viva la actividad los cevequianos organizan y participan de tandas de ejercicios espirituales y talleres de formación a lo largo del año.

Además de la formación y la espiritualidad, las comunidades no pueden descuidar la dimensión apostólica. En algunos lugares, la CVX cuenta con espacios propios donde llevar adelante un servicio. Tal es el caso de Uruguay, donde los voluntarios pueden colaborar en el “Rincón de Todos” (un espacio educativo y de formación para niños de un barrio de Montevideo) o el Proyecto Fátima, en que la CVX es invitada a colaborar con la vida pastoral de la Parroquia de Fátima de Montevideo.

Sin embargo, los lugares donde se necesitan manos son incontables. Y así son también, muchísimos, los ámbitos donde los miembros de CVX prestan su colaboración. Los mismos comprenden desde la red de Colegios de Fe y Alegría, apostolados que llevan adelante misiones urbanas en los lugares donde se encuentran, colaboración con la pastoral de los colegios Jesuitas; hasta el voluntariado dentro de alguna de las obras relacionadas a la Compañía de Jesús, como el Hogar de Cristo y la Fundación Manos Abiertas.

Si quieres conocer más de estos movimientos puedes comunicarte con CVX Argentina , o CVX Uruguay.

 

Proceso de Bienvenida – CVX Uruguay

Cada dos años la Comunidad de Vida Cristina (CVX) de Uruguay invita al proceso de bienvenida a aquellos jóvenes interesados en formar comunidad. El mismo consta de una serie de encuentros, previos a la conformación de la comunidad, donde se busca introducir lo que significa formar parte de la CVX para confirmar la decisión de participar.

Estas reuniones buscan ser una oportunidad para fortalecer esta decisión así como también una instancia para cultivar y compartir la fe entre los participantes. Con el deseo de que, quienes al finalizar decidan no participar de una comunidad, se puedan llevar también frutos del tiempo compartido.

En Octubre del año pasado comenzó un nuevo proceso de bienvenida. El mismo constó de seis encuentros y finalizó con los Ejercicios Espirituales en Semana Santa de este año. Alrededor noventa jóvenes participaron y hoy con alegría podemos afirmar que más de cincuenta formarán las nuevas comunidades o ingresarán a ya existentes.

Con respecto al proceso anterior se mantuvo la cantidad de reuniones y la frecuencia de las mismas. También el finalizar con los EE.EE., ya que siendo fieles con Nuestro Carisma confiamos en “no se puede comprender y mucho menos vivir la vocación CVX, sin pasar por la experiencia de los Ejercicios.”

El equipo que acompaño el proceso de bienvenida, integrado por ocho cevequianos de distintas generaciones y comunidades, trabajo en la elaboración y realización de cada una de las reuniones. Focalizando en distintos puntos que definen a nuestras comunidades como son le fe compartida, la espiritualidad ignaciana o la corresponsabilidad apostólica, entre otros. A través de la oración, testimonios y distintas dinámicas para compartir; se buscó acercar a la vida de cada uno estos temas con la intención de brindarles más elementos para su discernimiento.

Al haber finalizado, hoy volvemos la mirada hacia atrás para examinar el camino recorrido. Son varias las gracias recibidas así como también las oportunidades de mejora que reconocemos. Más allá de nuestra opinión, consideramos que lo más importante es la positiva evaluación de los jóvenes que participaron.

Para próximos años, el mayor desafío sigue siendo acercarnos a más jóvenes de distintos lugares. Siendo consciente de que estas invitaciones no siempre les son cercanas en nuestra sociedad, incluso para quienes están interesados en seguir profundizando en su fe.

Nos queda agradecerle a Dios por el tiempo compartido y encomendar los próximos pasos de los jóvenes que participaron. Para quienes decidieron formar parte de una comunidad, esperamos sea CVX un medio para el encuentro con Cristo y un espacio para la búsqueda personal y comunitaria del llamado que Él hace en sus vidas.

Juan Ignacio Gadola

Integrante del equipo del Proceso de Bienvenida 2015 – 2016

 

Compromiso social de Laicos Ignacianos en América Latina

CENAL (Consejos Ejecutivos de las CVX en América Latina) anuncia el lanzamiento de la Tercera Edición del Curso Dimensión Política del Compromiso Social de la CVX cuyo objetivo es «Animar y enriquecer la reflexión de la CVX de América Latina a fin de promover y consolidar el compromiso en la dimensión política de nuestra vocación laical».

Tal como sucedió en las 2 versiones anteriores del curso la Tercera Edición también contará con el aval de la Universidad Iberoamericana de León (México) para aquellos participantes que cumplan todos los requisitos académicos. Sin embargo, en esta nueva versión del curso también se permitirá la participación a quienes deseen enriquecer su compromiso sociopolítico pero no tienen interés en recibir una certificación, siendo menor la exigencia académica.

Las inscripciones se extenderán desde el 4 de abril al 30 de mayo de 2016

El curso, se iniciará en la segunda quincena de junio de 2016, contempla 6 módulos y un Encuentro Final Conclusivo. Los temas a tratar serán: la dimensión política del compromiso cristiano ignaciano; interpretación de la realidad socioeconómica de América Latina, la relación entre Democracia, Participación y Perdón; Derechos Humanos y Agentes de Cambio; las experiencias de compromiso político en CVX y sobre el final algo dedicado a promover un camino de discernimiento socio-político.

Fuente: CVX Latinoamérica

 

VI Encuentro Sector Colaboración CPAL

La Compañía de Jesús en América Latina ha optado por apostar a la formación común de sus colaboradores. Por esto, se han generado diversas instancias de encuentro entre estos y los jesuitas en las que se profundiza sobre ciertos temas relacionados a la misión que lleva adelante la Compañía en diferentes lugares. En marzo tuvo lugar el VI Encuentro del Sector colaboración en Bolivia. Desde Argentina, Marita De Lorenzi viajó hasta Santa Cruz de las Sierras para participar en representación de las CVX en Latinoamerica. Es ella quien relata, a continuación, lo sucedido en dicho encuentro.

Marita De Lorenzi

Del 6 al 10 de marzo pasado, se llevó a cabo el VI Encuentro del Sector Colaboración en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), que contó con la presencia de 15 participantes: 5 jesuitas y 10 laicos provenientes de 14 países. Además de los delegados de cada provincia, nos acompañaron el P. Jorge Cela SJ, Presidente de la CPAL, la Dra. Clara Burguez, Delegada del Sector Colaboración en CPAL y el P. Edward Gasset SJ, Delegado del P. General para la Colaboración en Roma. En algunos momentos del encuentro, contamos con la presencia del Provincial, P. Osvaldo Chirveches SJ.. Por Argentina, también participó el P. Juan José Berli SJ.

En esta ocasión, en ausencia del Presidente de CVX mundial, Mauricio López, tuve el honor de representar, y compartir la situación y expectativas de la CVX Latinoamericana, en lo que a colaboración se refiere.

Fue muy gratificante volver a encontrar antiguos colegas con quienes habíamos trabajado en el anterior encuentro en Santo Domingo y conocer nuevos laicos, provenientes de distintos ámbitos (universidad, parroquias). Y pudimos compartir experiencias y deseos comunes con el Presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Compañía, Andrés Ballerino, especialmente invitado a participar de este encuentro.

Como en la anterior oportunidad, los anfitriones, los participantes, y el clima de alegría, apertura y disponibilidad, facilitaron la integración y el trabajo conjunto, como colaboradores en esta misión que para mí sigue siendo sumamente desafiante.

Luego de una simpática dinámica de presentación, comenzamos nuestro compartir sobre la situación respecto de la ‘colaboración en la misión’, en las distintas provincias. Con resultados dispares, se pueden reconocer los pasos que han venido dando algunas regiones, en cuanto a equipos de trabajo e implementación del Plan de Formación presentado en el anterior encuentro, así como los espacios de formación conjunta laicos-jesuitas, en función de lo establecido en el PAC (Proyecto Apostólico Común). Y, a partir de allí, seguir profundizando en el significado y los modos de la “Colaboración en la Misión” de acuerdo con el Plan Apostólico de cada Provincia.

En este sentido, se actualizó y definió el documento “La colaboración en la misión” (Chile 2012).

Entre las ponencias, destacamos:

La disertación del P. Arturo Moscoso: “Eclesialidad del Papa Francisco”, con su particular manera de transmitir y su entusiasmo.

El aporte del P. Edward: “Colaborar con….para…”, muy clarificador al presentar el estado de la Colaboración en la Compañía, teniendo presente la CG35 y citando referencias del P. Adolfo Nicolás sj.

Y la del P. Jorge: “Compañeros en la Misión” (CG 35) donde se expresa nuestra verdadera identidad con diversas vocaciones, corresponsabilidad, Misión por Cristo y el Reino de Dios y la gracia que se nos regala como modo de proceder.

Entre presentación y presentación, hubo espacios para el trabajo en pequeños grupos y posterior plenarias, poniendo en común lo compartido, con el objetivo de mejorar la articulación y compartir recursos con Redes, Centros de Espiritualidad, Colegios, Movimientos y Familias Ignacianas; visibilizar conflictos y vías para avanzar en la consolidación de las distintas redes ya existentes.

También hubo un tiempo de formación: “Equipos de trabajo y liderazgo”, con el Psicólogo Gustavo Maldonado, con miras a prevenir, identificar y encontrar espacios de crecimiento, aprovechando las crisis en las relaciones en el trabajo en equipo y así seguir creciendo en sentido de cuerpo apostólico. Sin dudas, lo que más me gustó fueron las dinámicas empleadas para tratar los temas de inteligencia emocional, trabajo en equipo, liderazgo y resolución de conflictos. Quedó demostrado el sentir comunitario de los presentes, su madurez en resolver situaciones, circunstancia que causó el asombro del instructor.

En cuanto a la presentación de CVX Latinoamérica, destacamos nuestro sentido de cuerpo apostólico, la manera de compartir fe y vida en comunidades, basados en nuestra experiencia de los EE.EE. de San Ignacio. Pusimos de relieve la fuerte presencia de la juventud en nuestro continente y en especial destacamos las dos prioridades que para nosotros representan tanto la Formación como la Colaboración.

En este sentido, enfatizamos el importante número de miembros que están colaborando actualmente en las distintas obras de la Cía. de Jesús y la muy significativa participación en el Sector Colaboración.

Aprovechamos la oportunidad, para presentar la 5ª versión del Programa de Formación Magis, que acaba de iniciar en México en su primera parte intensiva y también la 3ª versión del Curso virtual sobre Incidencia Socio-Política que está por comenzar. A raíz de nuestro compartir, surgió un intenso intercambio y preguntas entre los presentes.

Y como digno broche de oro, algunos de los presentes pudimos visitar dos de las siete misiones jesuíticas chiquitanas, San Javier y Concepción. Construidas entre 1691 y 1760, son las únicas que aún existen en Sudamérica, verdadero testimonio de lo que significó la presencia de la Compañía de Jesús en la región. Pero, lo que más me impresionó fue saber que en cada una de ellas había solo un sacerdote y un hermano jesuita a cargo, muestra cabal de lo que significa la Colaboración.

Agradecida por la activa participación y el interés demostrado por el P. Juan Berli, además del entusiasmo y el trabajo conjunto, regreso con renovada esperanza y grandes deseos de seguir colaborando en esta gran tarea que nos desafía: difundir, dar a conocer y animar a los miembros de los distintos ámbitos de nuestra provincia para ir creciendo en identidad ignaciana y formarnos para ser mejores colaboradores en la misión de Cristo.

A.M.D.G.

 

Salvar la Democracia en Brasil

Álvaro Mendonça Pimentel, S.J.

Publicamos la carta que el Pe. P. Álvaro Mendonça Pimentel, s.j rector de las facultades Jesuitas de Teología y de Filosofía de Belo Horizonte, envía a la comunidad educativa de la FAJE con ocasión del momento político que vive el Brasil. Nos parece bastante esclarecedora de los valores fundamentales que hay que afirmar.

En tiempos de fuerte polarización social y política, crisis económica y, sobre todo, crisis moral y espiritual, me dirijo a ustedes con una palabra de esperanza. Al recorrer los periódicos de los últimos días, los sitios web de las universidades y de otras organizaciones de la sociedad civil, encontré algún consuelo en medio de tanta perplejidad. Me refiero a la creciente convergencia de puntos de vista sobre la actitud y las medidas que la sociedad y el gobierno deberían adoptar para superar la crisis que nos sacude.

Estimados miembros de la comunidad académica de las Facultades Jesuitas

Tengo que reconocer que esta convergencia de posiciones no es mayoritaria sino que se manifiesta entre estudiosos de los campos políticos, económicos y sociales, incluidos los periodistas, abogados y gente de buena voluntad. Y sabemos que pequeños grupos de hombres y mujeres libres son capaces de alcanzar cuando nos recordamos, por ejemplo, de los comienzos del cristianismo.

Mi intención es compartir con ustedes, en forma de breves tópicos claros y simplificados, las ráfagas de esperanza que he recibido. También son posiciones que defiendo y que propongo para nuestra comunidad y el país. Son luces que no resuelven el problema, pero que nos ayudan caminar sin tropezar en la noche que nos rodea. Cada uno de estos tópicos puede ser corregido y/o complementado por ustedes. Doy gracias de antemano las reacciones que deseen enviarme.

La primera convergencia tiene que ver con el deseo de que haya un castigo adecuado, a partir de una investigación respetuosa y un juicio justo, para todos aquellos «crímenes de cuello blanco». Se trata de un consenso fuerte y masivo, que tiene como base la urgencia de revitalizar el respeto que merece la Sociedad por parte de los poderes que articulan el Estado brasileño. Y por lo tanto, basado en la urgencia de esta misma Sociedad de reconstruir su unidad nacional.

La segunda convergencia es crítica de la anterior, y se dirige a toda la Sociedad brasileña. Punir no significa condenar un acusado antes de juzgarlo. Sobre todo hay que recordar que la punición no intenta la destrucción política del reo sino su restauración a través del servicio que tiene que prestar a la reconstrucción social. Porque, la condenación previo juicio, ¿no sería una manera de ocultar mediante el prevaricato agentes políticos que lo único que pretenden es ejercer el poder al que se oponen?

La tercera convergencia es una clara oposición a la «mediatización» nauseabunda de las investigaciones en curso. El repetir inconsecuente y constantemente noticias escandalosas sólo aumenta el desconsuelo y la desorientación social. La búsqueda de un chivo expiatorio de los males del país no colabora para una solución nueva. Proporcionar la información es el deber de los medios de comunicación en un sistema democrático, pero esta responsabilidad se convertiría en perjuicio si la intensidad desmedida y el recorte tendencioso de los hechos provoca más perplejidad, paraliza o genera revuelta, en lugar de dar paso a la creatividad y al ejercicio propiamente político.

Otra convergencia clave se refiere a la necesidad urgente de reequilibrar y armonizar las relaciones entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Muchos afirman hoy en día que como consecuencia de la cobertura mediática hay un desequilibrio, por lo menos simbólico, que ha conducido a un creciente descrédito de los poderes Ejecutivo y Legislativo. El poder Judicial se convierte, entonces, en el principal actor político poniendo en riesgo la articulación de las fuerzas que componen el estado. Hay, pues, una fuerte necesidad de que los miembros de los tres poderes se unan y armonicen con el fin de fortalecer la institucionalidad pública y el estado de derecho. Para ello es necesario que sepan colocarse por encima de las polarizaciones presentes, busquen el diálogo y el entendimiento entre ellos, así como entre el gobierno y la oposición. La recuperación de la autoridad del Ejecutivo y del Legislativo exigirá acciones claras, por medio de reformas fundamentales, tales como la Reforma Política que permita y promueva una más auténtica representación de los ciudadanos en estas dos esferas, especialmente en el ámbito legislativo.

La quinta convergencia se refiere al riesgo del odio a la política que viene creciendo en todos los segmentos de la sociedad. Asusta oír ciudadanos ilustrados que declaran su completo desencanto con las mediaciones políticas y levantan la bandera de «soluciones instantáneas», es decir dictatoriales. En realidad, si prevalece esta actitud apolítica, se abrirá el camino para que en las próximas elecciones triunfen los oportunistas y los ladrones. Y eso nadie lo quiere.

Finalmente, muchos sostienen la urgencia de “tejer nuevamente la frágil tienda de la ética”. Uno de los sentidos de la palabra ética, como se sabe, es el de “morada protectora”. Vivir los valores éticos es encontrarse a sí mismo realizado como ser humano en los valores que guían las relaciones humanas y garantizan los vínculos sociales. Esta “morada protectora” parece hoy a una “frágil tienda”. La crisis ética y espiritual que atravesamos la ha fragilizado desde cuando se desvalorizó el peso de la palabra dada, conduciendo a muchos al desencanto con los valores que guían la convivencia social, como la igualdad y la justicia. Una negación práctica de los valores en que se sustenta la democracia corroe el sentido de las palabras y las transforma en envoltorios vacíos. ¿Cómo hablar en verdad si los líderes políticos y sociales mienten a aquellos que los apoyan? ¿Cómo hablar de justicia, si ella es despreciada en nombre de intereses oscuros? ¿Cómo hablar de igualdad si algunos juzgan que están por encima de la ley y del derecho? Esta situación escandalosa necesita ser enfrentada si queremos restablecer el tejido ético de nuestra Sociedad.

Entre nosotros, no debería ser así. La cuestión ética es urgente, y enfrentarla supone compromiso personal y común. Nuestra Comunidad formativa debe convertirse, de forma lúcida y decidida, en un lugar de experimentación moral y de creatividad espiritual, de justicia y misericordia. Sin el esfuerzo paciente de hacernos mejores no construiremos las convicciones fundamentales para cumplir con nuestro papel en la reconstrucción del país y superar la crisis actuales y futuras.

Las convergencias señaladas nos auguran esperanza, pero no garantizan nada. El llamado que le hago a todos los miembros de esta comunidad educativa de las Facultades Jesuitas de Filosofía y Teología, y que se extiende a todos los que lean esta carta, es a cultivar los vínculos sociales, inspirada en los valores del Evangelio. Las instituciones brasileñas demuestran la fortaleza suficiente para superar la crisis actual. Pero lo que las mantiene interna y externamente, son las convicciones personales de los miembros de la sociedad. Pongamos las nuestras al servicio de todos.

Hay excesiva polarización en muchos discursos, blogs, facebooks, periódicos y redes sociales. Los ánimos precisan calma para que se haga justicia y se renueve el orden social. No podemos admitir la violencia entre grupos a favor y en contra del gobierno actual, por ejemplo, porque sería sólo un ingrediente adicional de la crisis. Sin embargo, calmarse y detener la violencia no es suficiente. Es necesario actuar de manera creativa para encontrar soluciones y construir una cultura de paz.

Cito aquí sólo algunos ejemplos de las tareas que hay que cumplir, para contribuir a un nuevo futuro. En todos estos ejemplos, la filosofía y la teología tienen su contribución a hacer junto con otras ciencias y muchos actores sociales y políticos:

1. Es necesario desarrollar nuevos modelos de relaciones sociales en un mundo plural. Hay una pluralidad difusa en nuestro país. Consideremos, por ejemplo, las diferencias en el ámbito regional; o incluso más: los 274 idiomas diferentes que hablan los indios brasileños que son aproximadamente 900.000. El respeto de pluralidad presupone una sociedad que aprende a dialogar con la diferencia, que cree en fecundidad del argumento y la colaboración en vez de buscar iguala a todos en los mismos patrones culturales o de consumo.

2. En este sentido, tenemos que encontrar alternativas al modelo desarrollista que ha marcado la economía brasileña durante el siglo XX, especialmente a partir de los años 30. No se trata de negar el desarrollo económico, sino de hacerlo compatible con la conservación del ambiente, con la existencia de la agricultura familiar, con el respeto a las fuentes y manantiales, contra la privatización del agua, etc.

3. Necesitamos recordar el sentido de lo político y amarrar los poderes de la República a la soberanía de la Sociedad. Recuperar su no es un lujo sino una necesidad para para guiar las practicas del poder a la Justicia. La íntima conexión del poder y la Sociedad es la condición mínima para que las decisiones se ajustan a la realidad, en lugar de ignorarla.

4. Necesitamos, en definitiva, apoyar y promover la cualificación de la educación de niños y jóvenes.

Los ejemplos podrían multiplicarse, pero estos son suficientes para evocar las grandes tareas que nos llaman. El estudio de la filosofía y la teología se benefician cuando hay horizontes desafiantes, y nos conducen a una apropiación original de lo que leemos y discutimos, sean textos y contextos de los siglos pasados, sean los problemas de última hora.

Cuento con todos para apoyar el Brasil en este momento de sufrimiento y superación. Somos una pequeña comunidad. Tengamos la osadía de convertirnos en semillas que germinan produciendo esperanza, guiado por la luz humilde de la Resurrección.

El autor es el Rector de las Facultades Jesuitas de Filosofía y Teología – FAJE Belo Horizonte, Brasil.

CPAL Social

 

Ciencia y Religión a la luz de la Laudato Si´

La encíclica Laudato Si’ sigue haciendo ecos y dando herramientas para abrir debates y establecer diálogos. En la Universidad de Comillas se han reunido cuatro de los ocho integrantes del equipo que redactó el libro ‘Cuidar la Tierra, Cuidar los pobres’, para dar lugar a un debate en el que se profundizó sobre la encíclica y la relación entre ciencia y religión desde una mirada integral. 

Un debate de a cuatro que expresa el diálogo entre ciencia y religión: Julio Martínez Martínez, rector de la Universidad Pontificia Comillas, Enrique Sanz Giménez-Rico, sj, decano de la facultad de Teología y los profesores Pedro Linares Llamas y Pedro Fernández Castelao. Los cuatro forman parte del equipo de ocho profesores y dos colaboradores que redactó el libro Cuidar de la tierra, cuidar de los pobres, de Sal Terrae. Y ellos mismos, profundizaron en la encíclica del papa Francisco, Laudato Si´, desde distintas perspectivas teológicas y científicas, en sintonía con las propuestas reflejadas en el libro, sobre la promoción de la justicia en nombre del evangelio. El debate fue más una invitación al diálogo entre ciencia y religión, al diálogo dentro de la propia ciencia, y a combatir una crisis integral con ecología integral.

Pedro Fernández Castelao, profesor de la Facultad de Teología, se reafirmó en la idea de que “no hay dos crisis, dos problemas, uno humano y otro ambiental, sino una sola y compleja crisis socioambiental”. Castelao aseguró que el texto del Papa propone una ecología integral que muestre que “todo está conectado y que la degradación del ser humano implica la degradación de la naturaleza. Sin embargo, que todo esté conectado no significa que todo sea lo mismo”, puntualizó.

Desde la perspectiva de la ciencia, Pedro Linares, vicerrector de Investigación e Internacionalización, también refutó la idea de que no hay dos crisis, sino «una sola crisis ecosocial». Apuntó a que la encíclica nos recuerda que el saber no es neutro, sino que se produce en un contexto, y nos enfrenta a su compartimentación. «Los problemas reales del mundo son multidisciplinares y, por tanto, tenemos que trabajar juntos para resolverlos«. Linares agradeció al papa Francisco la encíclica porque «nos recuerda que investigamos para el bien común y nos invita a mantener la dignidad del hombre y la sacralidad de la naturaleza en el centro del debate».

Tradición ecosolidaria

Por su parte, Julio L. Martínez recordó que la universidad busca articular una visión integral del ser humano y de la realidad, y que la Iglesia ha estado siempre en diálogo con la experiencia humana por lo que, para los cristianos, la ecosolidaridad y «la conciencia ecológica no son algo nuevo». Su defensa es clara: no hay justicia social sin dimensión ecológica, ni ecología sin justicia social.

El debate sirvió, además, para presentar el libro “Cuidar de la tierra, cuidar de los pobres”, editado por la editorial Sal Terrae y escrito por ocho profesores de la universidad, entre ellos el Rector y el Decano, y dos colaboradores. Bajo la coordinación del decano de Teología, este nuevo libro de la colección Presencia Teológica, propone un diálogo entre teología y ciencia suscitado por la propia encíclica, y desentraña el valor del documento, una oportunidad de abrir nuevos diálogos sobre la actual realidad medio ambiental y social.

Sal Terrae

 

Silencio – Nuevo Film sobre los Jesuitas

En este año de 2016 asistimos al estreno de una nueva película de Martin Scorsese. Silencio se ha rodado en cinco meses, de enero a mayo de 2015, con un presupuesto de quince millones de dólares, en varias localizaciones de Taiwán: en los Estudios CMPC de Taipei y en Yangminshan, Taichung y Hualien. El guion, de Jay Cocks y el mismo Scorsese, está basado en la novela homónima del autor católico japonés Shusaku Endo (1923-1994), publicada en 1966. El tema de la obra es la tormentosa relación entre el cristianismo y la mentalidad japonesa tradicional, teniendo como pretexto las peripecias de dos jesuitas embarcados en una búsqueda casi detectivesca de un tercero, y al mismo tiempo perseguidos, en un país desconocido para ellos, y cuya lengua tampoco dominan.

Mientras tanto se entregan con enorme devoción a servir a los cristianos clandestinos en sus necesidades espirituales. El guión consigue reflejar muy bien esa atmósfera de thriller, en el contexto de un período de la historia japonesa que ha venido a llamarse sakoku o nación cerrada, cuando la cristiandad del país del sol naciente, reducida a un rebaño disperso, vivía en el silencio. La fe de los sencillos brilló allí con fuerza, irradiando una extraña belleza, casi sobrenatural, por ejemplo en la miserable cabaña donde unos pobres carboneros asisten, junto al fuego de la cocina, a la misa del misionero furtivo como si fuera la última de su vida… O como cuando Ichizo, el anciano líder seglar de una comunidad cristiana en la montaña (magistralmente interpretado por Yoshi Oida), bautiza a un bebé delante de sus fervorosos padres en el secreto de una simple choza, ungido de la dignidad de un pobre de Yahvé.

Los hechos y la ficción

Aunque con bastantes licencias, la narración que sustenta a la película se basa, sin embargo, en algunos hechos reales. A Roma habían llegado noticias confusas de que el P. Cristóbal Ferreira (Liam Neeson en el film), portugués, misionero ejemplar en Japón durante treinta y tres años, de cuya Misión fuera una vez superior, tras ser apresado, encarcelado y padecer la tortura del anazuri (o suspensión en el foso) en Nagasaki, desafortunadamente había renegado de su fe….

Para el protagonista de la novela, el P. Sebastián Rodrigues (en la película interpretado por Andrew Garfield) el autor toma como modelo al jesuita siciliano Giuseppe Chiara, que llega a Japón en 1644 con el propósito de hallar al P. Ferreira. Intenta ejercer clandestinamente el ministerio, pero pronto es arrestado por la policía de Nagasaki y enviado a Edo, donde será interrogado por el señor de Chikugo, Inoue (caracterizado por Issei Ogata), y sometido a la tortura del foso.

En la novela, a Rodrigues le acompañan en la larga travesía, al zarpar desde Lisboa en 1638, otros dos jesuitas, Juan de Santa Marta (que tendría que detenerse, enfermo, en Macao) y Francisco Garupe (Adam Driver en la pantalla). Les mueve el ardor misionero y la impaciencia por saber de Ferreira. ¿Será posible que haya apostatado?

Se entrevistan en Macao, enclave portugués en las costas de la provincia china de Cantón, con el superior regional de los jesuitas, el P. Valignano (encarnado por Ciaran Hinds). En realidad, éste había muerto en Macao en 1606, de modo que tal escena no pudo tener lugar. Pero esa figura de enorme altura espiritual añade, en la ficción, un gran valor simbólico a la misión encomendada a los dos jóvenes sacerdotes por quien hubiera sido visitador y organizador de la labor apostólica de los jesuitas en Japón en sus mejores tiempos, así como ilustre promotor de la adaptación del cristianismo a las costumbres japonesas. Será él quien les ponga al corriente de la auténtica dimensión del peligro que les espera allí, una prueba para su propia fe.

La prueba

Después vemos a Rodrigues y Garupe, todavía en Macao, mientras preparan su viaje, tratando con un mercader chino que les consigue un pasaje a Japón así como un guía e intérprete nativo, el expatriado Kichijiro (representado por Yosuke Kubozuka), a quien encuentran en una taberna del puerto, haciendo ya gala de la cobardía que mostrará a lo largo de la historia. Es un personaje a medio camino entre Judas y Pedro. La escena de su confesión al sacerdote, una vez llegados a Japón, sentados los dos sobre un solitario acantilado, emocionará a más de uno en la sala… La hondura de ese mar impasible que se extiende a sus espaldas nos sugiere ante todo el conflicto interior que late en toda la obra: la ausencia de signos divinos en medio de la persecución añade una dura prueba a la fe del creyente.

Sin embargo, el rostro de Cristo aparece en numerosas ocasiones reflejado en la película. De hecho la gran prueba que le esperaba al creyente clandestino, si era descubierto, no consistía tanto en renunciar de palabra a la fe (la apostasía), sino en pisar la imagen de Jesús. Se le deja al espectador la difícil opción de juzgar si esa traición o deslealtad a Cristo podría alguna vez convertirse en un acto de amor compasivo para salvar a otros.

El director Martin Scorsese ha escrito al respecto: Rodrigues aprende paso a paso que el amor de Dios es más misterioso de lo que uno cree, que Él deja mucho más espacio a la decisión humana que lo que uno se puede figurar, y que Él está siempre presente… incluso en su silencio. En una entrevista con los medios en Taipei, durante la filmación de Silencio, Scorsese, de setenta y tres años de edad, confesaba que había decidido rodar esta película, muy a contracorriente de lo que hoy se lleva en ese Hollywood tan poco propicio a planteamientos cristianos, porque el trasfondo de fe que constituye la materia de la novela de Shusaku Endo le había apasionado desde su juventud, pues esa fe cristiana, vivida desde niño en el seno de una familia católica ítalo-americana, le había ayudado a afrontar la complejidad del mundo como adulto.

Consultores jesuitas en el set

A un servidor, que ni es experto en el Japón del Shogunato ni en nada que tenga que ver con el cine, se le pidió una colaboración como consultor técnico jesuita en el set sólo por mi condición de jesuita europeo residente en Taiwán, profesor en la facultad de Teología Fujen-Bellarmino, de Taipei, con cierto conocimiento de latín y capacidad de manejarme en inglés. ¿El cometido?

Supervisar las escenas en las que se mostraba a los jesuitas y a los fieles en actitudes explícitamente religiosas, de modo que éstas resultasen lo más realistas posible.

¿Quién podría negarse al honor de colaborar con un genio del cine como Scorsese? Pero me habría sido imposible compatibilizar esa labor con mis obligaciones académicas y pastorales si no hubiésemos contado también con la asistencia del P. Jerry Martinson que, a pesar de sus múltiples ocupaciones, hizo de consultor jesuita cuando yo no podía estar presente.

Él sí que es un experto en estas lides, pues trabaja en los Estudios Kuangchi, una compañía de producción televisiva y radiofónica fundada por la Compañía de Jesús en Taipei.

Otro compañero de su equipo, Emilio Zanetti, también jesuita, colaboró en la aventura incluso actuando como extra. Fuimos tres, por tanto, los consultores jesuitas en el set. Habría muchas cosas que contar de la sugestiva experiencia.

Primero, constatar, viéndole trabajar a Scorsese, que detrás de un genio no sólo hay talento, sino mucho esfuerzo y dedicación a la profesión.

Segundo, nunca me habría imaginado que mi primer servicio allí hubiera sido… rezar un responso. En efecto, el inicio del rodaje coincidió con un accidente sucedido el 28 de enero en los decorados exteriores de los Estudios CMPC de Taipei, donde unos trabajadores taiwaneses que se hallaban reparando unas viejas estructuras fueron sorprendidos por el derrumbe del tejado, con el trágico resultado de un muerto y dos heridos. Scorsese me había pedido que dirigiese una oración con los actores y el equipo del rodaje para bendecir los principios de la aventura de Silencio; pero la que iba a ser una gozosa inauguración se tiñó de luto por el triste evento apenas acontecido. Luego todo fue bien, gracias a Dios.

Tercero, mi cometido principal con los actores, además de cuidar el estilo jesuítico de los personajes, fue asesorarles sobre cómo representar la administración de los sacramentos. Así, con Yoshi Oida ensayamos repetidamente el gesto esencial del bautismo, hasta el punto de que él lo hizo mejor que yo. Este veterano actor japonés fue la persona que más me impresionó de todo el plantel de artistas, por su profesionalidad, sencillez, simpatía y entrañable sabiduría. Tuvimos largas conversaciones de sobremesa sobre los temas más variopintos, y yo me quedaba embobado escuchándole hablar con esa pasión lo mismo de la Sagrada Familia de Barcelona, que de la visión islámica de Jesús o de la comparación del cristianismo y del budismo, por ejemplo. Su forma tan cortés de saludarle a uno con una profunda inclinación de cabeza hacía que te sintieras apreciado y respetado a la vez por alguien que podría ser tu padre o tu maestro.

Andrew Garfield, en cambio, con su impulsiva juventud, era muy distinto en el trato. Resultaba enormemente incisivo, por ejemplo en sus preguntas acerca del modo de celebrar la misa según el rito tridentino (que, dicho sea de paso, yo nunca he practicado, por lo que tuve que estudiarlo de antemano). Durante el ensayo de esas escenas eucarísticas, el famoso intérprete de Spiderman buscaba la perfección en las rúbricas litúrgicas, de modo que me costó convencerle de que su personaje en la ficción, el P. Rodrigues, como típico jesuita, seguramente pondría más atención en la devoción interior y la dimensión pastoral del sacramento que en la letra roja del misal. Además, en la clandestinidad y sin los ornamentos adecuados, no era cuestión de exagerar las rúbricas.

Con Garfield tampoco fue difícil trabar amistad. Resultó muy interesante escucharle compartir su particular experiencia de los Ejercicios Espirituales, que había realizado con uno de los nuestros en USA, y la impresión que le produjo estudiar el modo de proceder ignaciano para meterse más en el papel del jesuita protagonista del film. Hay que señalar que el actor es de procedencia judía, por lo que tiene mérito ese interés personal suyo en la fe cristiana. A su compañero Adam Driver, más temperamental, se le trabucaba el latín eclesiástico y, en medio del rodaje, soltaba un sonoro improperio…

Para –a continuación– dirigirse a mí, que observaba la escena desde un rincón, y decir cómicamente: usted perdone, Padre.

Jesuitas España

 

Obispos de Bolivia sobre Narcotráfico y Drogadicción

La Conferencia Episcopal Boliviana dedicó su Carta Pastoral a la problemática del narcotráfico y la drogadicción. Los obispos expresan su preocupación por la expansión de esta actividad ilícita con graves signos de violencia.

Los obispos de Bolivia dieron a conocer el viernes 1° de abril su Carta Pastoral: “Hoy pongo ante ti la vida o la muerte” sobre la problemática del narcotráfico y la drogadicción. En ella, advierten que la expansión de esta actividad es alarmante, ya que ha penetrado las estructuras estatales y las fuerzas del orden y que la economía se nutre en parte de esta actividad ilícita.

En un documento de 48 páginas, los obispos expresan su preocupación por las causas y las consecuencias que genera en el país ser productor, de tránsito y consumidor de sustancias controladas. Además, el texto reflexiona sobre los efectos que tiene este hecho sobre las familias y en la sociedad en conjunto.

“Como es de dominio público, el narcotráfico, en su estrategia de expansión e impunidad, penetra incluso estructuras estatales y fuerzas del orden, comprando conciencias. La corrupción ha minado la credibilidad de autoridades de diversa jerarquía encargadas de la lucha contra el narcotráfico, tanto en el presente como en el pasado”, señala el documento.

Pero, además, los obispos ven que “la economía de nuestro país se nutre, en parte, de recursos provenientes del narcotráfico, lo que la distorsiona». En ese contexto, reafirman «lo expresado en la Carta Pastoral ‘Los católicos en la Bolivia de hoy’: El narcotráfico tiene un elevado impacto en la economía nacional. Esto falsea las condiciones económicas del mercado productivo. Una verdadera lucha contra este mal debe atacarlo también en sus movimientos financieros”.

Agencia Fides

Exigir justicia no es venganza – Mártires de la UCA

La Compañía de Jesús y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, frente a las reacciones generadas por las órdenes de captura de los 17 ex militares señalados por la justicia española como presuntos autores intelectuales y materiales de la masacre del 16/NOV/1989, comunican su posición a la sociedad en general.

1. No deben extrañar las reacciones de los sectores que tradicionalmente se han opuesto a que la justicia brille en El Salvador. Ante la exigencia de verdad y justicia, siempre han sonado tambores de guerra, han anunciado nuevos derramamientos de sangre, han hablado de abrir heridas, de venganza y de inestabilidad en el país. ¿Quiénes realmente atizan la polarización y provocan inestabilidad: los que buscamos la verdad y la justicia, o los que defienden la impunidad?

2. Demasiadas veces se ha escuchado la obscena frase «perdón y olvido». El dolor causado por un crimen no se resuelve con el olvido, sino con el reconocimiento de la verdad, el arrepentimiento y la dignificación de las víctimas. Ese es el camino del perdón cristiano y la senda para la verdadera reconciliación. Exigir justicia no es venganza, sino reclamar que se repare el daño causado.

3. La Compañía de Jesús y las autoridades de la UCA han reiterado muchas veces su disposición a perdonar a quienes planearon y ejecutaron ese horrendo crimen. Sin embargo, sigue pendiente que se conozca toda la verdad y se deduzcan las responsabilidades respectivas, lo cual se hace a través del sistema de justicia, para que posteriormente se pueda ofrecer el perdón.

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4. Es cierto que la exigencia de verdad y justicia incomoda a los señalados y preocupa a sus amistades y familiares. Pero no se debe olvidar quiénes son las verdaderas víctimas de los crímenes del conflicto armado y quiénes provocaron tanta humillación, sufrimiento y muerte. Víctimas inocentes son Elba, su hija Celina y nuestros hermanos jesuitas. Víctimas son los niños, mujeres y ancianos del Sumpul y de El Mozote. Víctimas fueron monseñor Romero, los sacerdotes, religiosas y miles de catequistas asesinados durante la guerra. Y todas las personas que fueron violadas, torturadas, asesinadas y desaparecidas. Estas víctimas nunca han sido centrales para los Gobiernos de posguerra. Se les condenó al olvido y a sus victimarios se les premió con impunidad. Ahora, cuando se acusa judicialmente a quienes la Comisión de la Verdad señaló como responsables últimos de la masacre en la UCA, se pretende hacer pasar como víctimas a los verdugos.

5. Las capturas y la petición de extradición no son un asunto político, como se pretende hacer ver. Las capturas responden a una orden de captura internacional girada a través de la Interpol, cuyo cumplimiento es obligatorio por los compromisos asumidos por El Salvador a nivel internacional en materia policial y judicial. Al contrario, ha sido la falta de voluntad política la que ha impedido que se haga justicia en nuestra tierra y la que ha obligado a recurrir a la justicia española. Lo hemos dicho antes y lo seguimos sosteniendo: queremos que funcione el sistema de justicia salvadoreño y por ello hemos trabajado, aunque sin obtener ningún resultado hasta la fecha.

Mientras la justicia salvadoreña mantenga sus puertas cerradas, no se debe impedir que el caso se ventile en las instancias de justicia internacional. Si los imputados no son culpables de lo que se les acusa, tendrán la oportunidad de demostrarlo en un juicio que ofrece las debidas garantías. Si solo obedecían «órdenes de los políticos», como declaró un alto militar de la época, deben decir qué políticos les dieron la orden de masacrar a dos mujeres inocentes y a seis defensores de la verdad y la justicia. Si es cierto que esa orden existió, los altos jefes militares debieron actuar conforme a su conciencia y desobedecerla, pues ya monseñor Romero les había avisado: «Ante una orden de matar que dé un hombre, debe de prevalecer la ley de Dios que dice ‘No matar'».

6. Las reacciones y opiniones contra las capturas realizadas por la Policía responden a los intereses de los responsables de planificar y ejecutar masacres durante la guerra; victimarios que hasta la fecha han sido protegidos por el Estado y han preferido optar por la impunidad en desmedro de la verdad y la justicia. Las graves violaciones a los derechos humanos cometidos por parte del Estado son más graves en cuanto está obligado a defender y proteger siempre los derechos humanos, incluso en situación de guerra. Quienes decidieron el asesinato de los jesuitas con nocturnidad y alevosía saben perfectamente que no perpetraron «simples asesinatos». La masacre fue el resultado de un plan pensado y ejecutado con la lógica del terrorismo de Estado, y por ello es un crimen de lesa humanidad. Defender a los que tuvieron la última responsabilidad en los asesinatos e impedir que la justicia realice su misión es avalar el crimen y ponerse del lado de la impunidad.

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7. Querer conocer la verdad de lo que ocurrió y llevar el caso ante la justicia no atenta contra el auténtico espíritu de los Acuerdos de Paz. Hay que recordar que las partes negociadoras se comprometieron a cumplir con las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y reconocieron la «necesidad de esclarecer y superar todo señalamiento de impunidad de oficiales de la Fuerza Armada, especialmente en los casos donde esté comprometido el respeto a los derechos humanos». A tal fin, las partes remitieron «la consideración y resolución de este punto a la Comisión de la Verdad. Todo ello sin perjuicio del principio […] de que hechos de esa naturaleza, independientemente del sector al que pertenecieron sus autores, deben ser objeto de la actuación ejemplarizante de los tribunales de justicia, a fin de que se aplique a quienes resulten responsables las sanciones contempladas por la ley» (Acuerdos de Paz, Capítulo I: Fuerza Armada). Este es el verdadero espíritu de los Acuerdos de Paz, que fue desvirtuado posteriormente por las partes al aprobar la ley de amnistía.

8. La actuación del Gobierno al respecto deja mucho que desear. La PNC no solo cumplió tardíamente la difusión roja, sino que únicamente ha capturado a cuatro militares (tres de ellos de bajo rango y con menos probabilidades de ser extraditados), permitiendo la fuga de 13 ex militares, entre ellos seis reconocidos ex oficiales que nunca se han sentado en el banquillo de los acusados y que son acusados de ser los presuntos autores intelectuales de la masacre. Además, el Presidente trató el caso como un asunto político al reunirse con los partidos para darles explicaciones por las capturas, sin que haya trascendido el mensaje que les transmitió. Tampoco fue pertinente ni acertado que el Vicepresidente pidiera la no extradición y se uniera así al coro de la derecha política, que pretende seguir manoseando la autonomía e imparcialidad del sistema de justicia.

9. Reconocemos y apoyamos la actuación del Procurador General para la Defensa de los Derechos Humanos, que con valentía y con argumentación sólida ha instado a las autoridades respectivas a cumplir con la ley. Y condenamos las acusaciones e insultos de los que ha sido objeto por parte de los que quieren que la impunidad siga vigente en el país; gente que no tiene ninguna autoridad moral para criticar a un defensor de los derechos humanos.

10. Conocer la verdad de lo que pasó en este y otros casos será un bien para El Salvador, contribuirá a que se haga justicia para la víctimas, constituirá un paso trascendental en el proceso de reconciliación y llevará paz a los mismos victimarios. Solo siguiendo este camino podremos decir con el profeta Isaías: «La obra de la justicia será la paz y los frutos de la justicia serán tranquilidad y seguridad para siempre. Mi pueblo vivirá en habitaciones buenas, en barrios seguros, en lugares tranquilos». Para el pueblo de Dios, nunca ha existido contradicción entre justicia y paz, entre verdad y paz. Al contrario, la paz es el fruto de la verdad y de la justicia.

Periodista Digital

 

Terremoto en Ecuador – Comunicado del Provincial

Estimados jesuitas, amigos y colaboradores:

El día de ayer, 16 de abril, a las 19h00, se produjo un temblor de 7.8 grados en la escala de Richter. El epicentro estuvo localizado en la costa noroccidente del Ecuador, a unos 400 km de Quito.

Gracias a Dios, nuestras comunidades de la costa: Portoviejo, Manta y Guayaquil están bien, sin daños materiales, igualmente las demás comunidades de la Provincia. Sí están afectadas las edificaciones de la PUCE-MANABI (Chone, Bahía de Caráquez y Portoviejo). También el edificio del Centro de Promoción Social Río Manta, donde se encuentran paredes externas cuarteadas y se han caído algunas las divisiones internas.

Las poblaciones más perjudicadas son Pedernales y Muisne. A 17 km. de Pedernales, en la comunidad el Cañaveral, tenemos una escuela popular y unas cabañas del Colegio San Gabriel. Las cabañas están siendo utilizadas como refugio para los vecinos.

Según las noticias oficiales, hasta el momento hay más de 230 fallecidos, más de 1.500 heridos y cientos de desaparecidos.

Las muestras de solidaridad de nuestras Comunidades y Obras, de Organizaciones, Instituciones y personas particulares han sido muy significativas, muchas gracias. Sigamos apoyando y orando por las víctimas de esta tragedia.

Encomendemos al Señor y a nuestra Madre Dolorosa.

Un abrazo para todos y gracias por la solidaridad.

P. Gilberto Freire, S.J – Provincial Jesuitas Ecuador