Emanuel Vega SJ: El misterio de ofrecerme y recibirme

El sábado 24 de septiembre será la ordenación sacerdotal de Emanuel Vega SJ, en el Santuario Nuestra Señora de los Milagros, en Santa Fe. Compartimos su testimonio sobre el sentido de este tiempo y esta experiencia para él.

El misterio de ofrecerme y recibirme

«¿Cuándo te vas a recibir de cura?», me preguntaron durante años algunos de mis amigos de infancia. Al principio me esforzaba un montón por aclararles que en la ordenación no se celebra la obtención de un título; que no es la coronación de un proceso, sino más bien la consagración de una entrega que he intentado vivir desde hace tiempo.

En vano fueron los intentos… hoy en día, cuando vuelvo a encontrarme con estos amigos siguen acuñando —entre sonrisas cómplices— expresiones como: “estás a poco de recibirte”, “haremos fiesta para tu recibida de cura”.

Con el tiempo, y faltando poquito para mi ordenación, confieso que me he encariñado con la expresión de estos amigos. Hoy me agrada decir que me voy a «recibir de cura». Porque siento que la palabra «recibir» expresa un misterio que me hace mucho sentido. Expresa la acogida de algo que se me ofrece como don; expresa la recepción de algo que yo no me puedo dar a mí mismo. Me lo dan otros. Me lo regalan otros. A mí me toca abrir el corazón, lo más que pueda, para «recibir» lo que se me regala y hacerlo mío y de todos. Recibir lo que me desborda y hacerlo palabra y gesto. Recibir lo que, tal vez desde siempre, me puede en lo más hondo… me conmueve en lo más hondo, porque resulta de la confluencia y de la danza de dos deseos: el de Dios y el mío.

Dios me regala el don de ser cura. Su Pueblo me lo confirma. Yo, con mis mezquindades y mis deseos de entrega, con mi determinación a veces y mi inseguridad tantas otras, intento vivirlo como mejor me sale: “ofreciendo todas mis cosas, y a mí mismo con ellas; como quien ama mucho” [Cf. EE 234].

En estos días previos a mi recibida; en estos días de mucha gracia: de repasar en el corazón tantos nombres y rostros que se han hecho amigos y hermanos en el camino, de ponderar con afecto tanto que Dios ha hecho por mí… me encomiendo a sus oraciones y buenos deseos. Dios los abrace.

 

La ordenación será el 24 de septiembre a las 19.30hs en el Santuario de Nuestra Señora de los Milagros, Santa Fe, Argentina.

Podés seguir en vivo la transmisión de la ordenación por el canal de YouTube Nuestra Señora de los Milagros.

Palabra de la CPAL: El gusto de volvernos a encontrar

La Palabra que la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL) comparte a jesuitas y colaboradores en el mes de Septiembre de 2022.

Por Roberto Jaramillo SJ

Presidente de la CPAL

La tregua que nos han dado las vacunas bastó para reactivar los encuentros presenciales de las redes, permitiendo que podamos volver “a gustar y sentir” la alegría del reencuentro y la energía que representa el compartir la misma misión.

Ya en los primeros días del mes de junio se llevó a cabo la Asamblea de provinciales de la CPAL en México. En ella los superiores mayores adelantaron el discernimiento solicitado por el P. General a propósito de la necesidad de reconfiguración y reestructuración de provincias en América latina y El Caribe. Inmediatamente después se reunieron 60 personas, en Belém de Pará, en el Pre foro jesuítico Panamazónico, viniendo de todos los países, lugares y sectores apostólicos en donde trabajamos en esa macro región. Fue un momento importante para animar el ideal común de colaborar de manera especial en (a) la educación y formación de calidad, y (b) en el acompañamiento y empoderamiento de los pueblos originarios y sus organizaciones, así como para pedir y proponer a los padres Provinciales la implementación de un tipo de coordinación y animación apostólica que tenga en cuenta las particularidades de ese vasto territorio humano y geográfico.

A mediados de agosto se reunieron en Santo Domingo los delegados provinciales deformación de las 12 provincias de la CPAL para continuar profundizando en su servicio. La semana pasada, en San Salvador, se realizó el primer encuentro pos pandemia de la Red Claver de oficinas de Desarrollo en simultáneo con el encuentro de todos los
Administradores provinciales de América Latina y El Caribe. Fue una bella oportunidad de seguir profundizando en dimensiones tan reales y prácticas de nuestro servicio apostólico: tanto la captación de recursos como la administración de los bienes que nos son confiados al servicio de la misión.

Y ahora, mientras les escribo y envío este saludo participando en Roma en la tercera ronda anual del Consejo Ampliado del Padre General para conversar sobre el desafío de la Educación en la Compañía Universal, en la República Dominicana se reúnen los compañeros de la Red de Juventudes y Vocaciones para compartir experiencias y Conferencia de Provinciales en América Latina y el Caribe (CPAL) afinar sus articulaciones en torno de la tercera Preferencia Apostólica Universal (PAU): acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador.

Hemos aprendido muchas lecciones acerca del uso y del valor de la virtualidad; gran parte de nuestro trabajo se ha visto enriquecido por los medios tecnológicos que, de otra manera, no habríamos aprendido a utilizar. Sin embargo, el valor del encuentro cara a cara no puede ser sustituido.

Damos gracias a Dios por el aprendizaje realizado y por todos los instrumentos que nos ofrece, pidiendo que sepamos usarlos cada vez más discretamente en el servicio de Su misión.

 

Matías Yunes SJ sobre su experiencia en el Centro Aletti

Matías Yunes SJ se encuentra desde hace cuatro años viviendo en Roma, estudiando y colaborando con el Centro Aletti, un centro de estudios especializado en arte, teología y espiritualidad. 

Durante la última semana de agosto, Matías estuvo en la ciudad de Córdoba, Argentina, visitando a su familia y a la comunidad jesuita allí presente. Tuvimos la oportunidad de conversar con él sobre su experiencia en Roma, aquí compartimos su testimonio.

La riqueza del aprendizaje

El Centro Aletti es una comunidad abierta formada por unas 35 personas aproximadamente, entre ellos se encuentran artistas religiosas, jesuitas, laicos y laicas, y se caracteriza sobre todo por el arte en mosaico y pintura, son los dos tipos de lenguajes artísticos con los que se trabaja. Lo que hacen específicamente es arte litúrgico, con un importante trasfondo teológico y espiritual: “Hay todo un lenguaje teológico expresado en el arte que es muy característico de la comunidad Aletti y del grupo de artistas de allí. Las obras artísticas son para ser colocadas en un espacio, en este caso un espacio litúrgico, es un arte en función de la celebración de la Iglesia, de la manifestación de la vida de la Iglesia como cuerpo de Cristo. Cuando el mosaico se pone en la pared adquiere un nuevo significado. Por medio de ese arte la gente va a rezar, se transforma entonces en un puente o ventana hacia la vida de Dios.”, comenta.

Todo trabajo artístico que se lleva adelante tiene un sentido teológico, “Cuando estamos en tiempo de “cantiere”, tiempo que se dedica a la colocación de las obras de arte en el lugar para el que fueron pensadas, todos los días hacemos una homilía sobre un aspecto de la escena sobre la que se está trabajando, o de las distintas escenas, hay un fundamento bíblico muy rico, que ayuda también a uno a rezar a través de la imagen, ahí está el sentido del arte que se hace.”

Acompañar grandes proyectos

El año pasado Matías estuvo colaborando con la instalación del conjunto de mosaicos que se crearon para las capillas laterales del Santuario de la Cueva de San Ignacio, en Manresa, una obra del artista Marco Rupnik que se llevó adelante con ocasión de la celebración del Año Ignaciano. “Le llaman cantiere al momento en que todos los artistas se reúnen para llevar adelante la colocación de los  mosaicos, la obra se arma en la pared como piezas de un rompecabezas, fueron dos semanas que dedicamos sólo a la colocación. El grupo de artistas que participó es muy variado, de todas partes del mundo: Italia, China, Serbia, Croacia, Polonia, Líbano, Albania, Venezuela, es un grupo muy grande e internacional.” 

Por otro lado, una de las grandes obras de pintura que se realizó hace poco, fue el revestimiento de toda la capilla del Seminario Romano, lugar donde se forman todos los seminaristas de Roma. Este fue un pedido del Papa Francisco. 

Actualmente el grupo de artistas se encuentra trabajando en el Santuario de Aparecida, un pedido que realizó la Conferencia Episcopal de Brasil al Centro Aletti. “El proyecto consiste en realizar el revestimiento de las fachadas externas del Santuario, que queda muy cerca de São Paulo. Ya se hizo la fachada Norte, ahora se hará la fachada Sur, el próximo año la Este y se termina con la Oeste en el 2024, son 4 años en total. Cada fachada tiene 4.000 metros cuadrados y lleva aproximadamente 6 o 7 meses de trabajo previo en Roma y luego 3 meses de montaje en el lugar. Tuve la oportunidad de colaborar también en este proyecto.” 

La novedad de la experiencia

Matías destaca la riqueza de compartir este tiempo con otros, de nutrirse con las experiencias personales de sus compañeros y el aporte que cada uno hace en su día a día. Así lo relata: “Durante estos años y en esta experiencia me encontré con la novedad de una comunidad que vive lo que dice, dónde  todo el contenido teológico, todo lo que uno experimenta a nivel de la fe, se hace vida en la vida compartida con los otros, en el intercambio. Una dinámica muy común de la comunidad del Centro Aletti es que los artistas tienen que pasar tiempo en casa, Rupnik siempre insiste en que es la vida la que te enseña a trabajar, es la vida la que te enseña a rezar, entonces el hecho de vivir juntos, compartir la vida juntos, es lo que de alguna manera va a sacar de uno la vocación, el modo de vivir como persona: que es relacional, que es encuentro con otros, que es llamado al darse y al compartir. Esa es una de las riquezas más grandes que he podido ver y vivir.”

Para mi esta experiencia es un modo profundo de vivir la Iglesia y en la Iglesia, la posibilidad de vivir junto con otros y trabajar con otros, hace que el trabajo manifieste a la Iglesia, no es mi arte, no es de uno, no es mi trabajo, tampoco está puesto el foco en hacer obras perfectas. Es desde otro lado. Es de la Iglesia para la Iglesia.”

Desde hace un año y medio Matías se encuentra cursando el doctorado en teología, en la Pontificia Universidad Gregoriana, “Con el tema que elegí para mi tesis doctoral intento vincular teología, arte y espiritualidad. A través de la imagen de la Sabiduría Divina, un ícono antiguo del S XV, pretendo abordar iconográficamente el tema de la sabiduría y su vínculo con una categoría muy importante en la teología: la Divina Humanidad, es decir, la relación entre lo humano y lo divino.”

Encuentro anual de Delegados de Formación Provinciales

Del 14 al 18 de agosto se realizó el encuentro anual de Delegados de Formación de las provincias que conforman la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe – CPAL, convocados por el P. Luis Valdez SJ, Delegado de Formación de la CPAL. Este encuentro se realizó de manera presencial luego de dos años, reuniéndose en la Casa de Retiros Manresa de Santo Domingo, República Dominicana.

En el encuentro estuvieron presentes los Delegados de las Provincias de México, Antillas, Centroamérica, Venezuela, Colombia, Perú, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y la Provincia Argentina-Uruguaya.

Además de compartir el proceso de la formación en cada Provincia, se avanzó en la redacción de las Orientaciones Comunes para la formación en América Latina; de igual manera, se remodeló el Mes Arrupe y se hicieron sugerencias para tener un mejor acompañamiento y seguimiento de los jesuitas en formación y sobre el paso que dan hacia la etapa de teología. Un momento muy fecundo e iluminador fue el diálogo virtual con el P. Mark Ravizza SJ, Asistente para la formación del P. General.

Fuente: Oficina de Comunicaciones CPAL – jesuitas.lat

José María Rodríguez Olaziola en Córdoba

Lucas Serrano es estudiante jesuita y comparte con nosotros su relato sobre la visita de José María Rodríguez Olaizola sj a la ciudad de Córdoba, Argentina: resonancias, aprendizajes e invitaciones que suscitaron las conferencias y los encuentros.

Del 9 al 11 de agosto el jesuita José María Olaizola estuvo dando diversas charlas a religiosos, jóvenes y público en general y una adoración eucarística, invitado por la Universidad Católica de Córdoba, la editorial Ágape, el Centro Manresa y Radio María.

El encuentro con religiosos fue muy rico e interpelante sobre nuestra vida religiosa hoy: el diálogo de las generaciones jóvenes con las formadas; las instituciones y las misiones en las periferias; los procesos de secularización y nuestro testimonio; las dificultades de la trascendencia, etc. para ello utilizó la imagen de la tempestad calmada. Desde su visión, la vida religiosa es sacudida externamente e internamente tenemos grietas en nuestra propia barca, pero estamos con Jesús, y esa es nuestra mayor convicción.

Fue muy lindo encontrar a un compañero que le hable a nuestra iglesia local desde la realidad de España, buscando el «bien más universal». Nos motivó a aprender a caminar con las heridas, sin pretender que éstas desaparezcan.

El encuentro con jóvenes fue una clara invitación a madurar con el tiempo y hacerse adultos frente a la cultura moderna que busca la eterna juventud.

Finalizada su visita tuvimos en casa Arrupe un encuentro fraterno con los estudiantes. Compartimos los desafíos de su misión en las redes y la comunicación. Como jesuita se siente «cómodo de encontrar en todos los rincones del mundo una casa donde ser el mismo». Respondió a nuestras inquietudes sobre nuestras presencias en las redes y nos motivó a vivir esta etapa creyendo en el proceso al que nos invita la Compañía, para la mayor gloria de Dios.

San Alberto Hurtado

«Tan abnegado, tan caritativo, tan trabajador, tan celoso de la gloria de Dios y del bien de sus prójimos», así lo definía al P. Hurtado uno de sus compañeros de estudio. A modo de celebración de su vida y obra,  que conmemoramos cada 18 de agosto, compartimos parte de la biografía publicada por la fundación Padre Hurtado de Chile.

La alegría de Alberto por haber entrado al Noviciado queda bien expresada en una carta a su inseparable amigo: «Querido Manuel: Por fin me tienes de jesuita, feliz y contento como no se puede ser más en esta tierra: reboso de alegría y no me canso de dar gracias a Nuestro Señor porque me ha traído a este verdadero paraíso, donde uno puede dedicarse a Él las 24 horas del día. Tú puedes comprender mi estado de ánimo en estos días; con decirte que casi he llorado de gozo».

La primera parte de su formación se desarrolla en Chillán, entre Retiros Espirituales y labores humildes. Posteriormente se traslada a Córdoba, Argentina, para terminar allí su período de noviciado y consagrarse al Señor con sus votos religiosos el 15 de agosto de 1925.

Entre los años 1927 y 1931, estudia filosofía y comienza con la teología en Sarriá, España. Un testimonio de aquellos años lo afirma, «tan abnegado, tan caritativo, tan trabajador, tan celoso de la gloria de Dios y del bien de sus prójimos y, como fundamento de todo, tan sobrenatural, unido con Dios y piadoso, principalmente en su devoción a la Santísima Virgen». Por la situación política de España, los jesuitas sacan del país a sus estudiantes extranjeros. Y Alberto debe continuar la teología en la Universidad Católica de Lovaina, una de las más prestigiosas del mundo. Un compañero de formación recuerda: «A uno le agradaba estar con él, pues uno se sentía cómodo. Oía a sus compañeros con mucha atención. Vivía siempre en un ambiente de fe. Era muy mortificado, se daba de lleno al estudio, su caridad era grande; siempre servicial, con una sonrisa acogedora». Otro asegura: «Poseía un gran don de simpatía que hacía tan agradable el trato con él, que era sencillo y modesto». Un hermoso testimonio retrata su carácter: «Su pronta sonrisa y su mirada indagadora, en un modo indefinible, parecía urgirlo a uno a cosas más altas… Su sonrisa daba la impresión de que estaba mirando al interior de mi alma y estaba ansioso por verme hacer mayores y mejores cosas por el Señor».

Un jesuita belga, nos transmite un elocuente testimonio: «El P. Hurtado tenía el temperamento de un mártir; tengo la íntima convicción de que él se ofreció como víctima por la salvación de su pueblo, y especialmente por el mundo obrero de América. Conocí al Padre Hurtado en teología, en Lovaina.

Sobre todo impresionaba y edificaba su caridad, tan ardiente y atenta, resplandeciente de alegría y entusiasmo. Ya entonces se ‘consumía’ de ardor y de celo. Siempre listo a alegrar a los demás.

¡Cuánto amaba a su país y a su pueblo! Ese amor le hacía sufrir profundamente. Volví a ver al querido Padre en el Congreso de Versalles en 1947. Era la misma llama: el fuego interior lo abrasaba de amor a Cristo y a su pueblo. Mi querido amigo era un alma de una calidad ‘muy rara’, y para decirlo todo: un santo; un mártir del amor de Cristo y de las almas».

Fuente: padrealbertohurtado.cl

Una Iglesia que vive en el pueblo: Pedro Casaldáliga

Esta semana se cumplieron dos años del fallecimiento del P. Pedro Casaldáliga sj, para esta ocasión y en memoria de su vida, traemos un artículo del año 2020 que lo describe en su persona y su misión.

Con el impulso profético del Papa Francisco para ‘una Iglesia en salida’, la figura y el modelo de un obispo singular, Pere Casaldàliga, adquiere un relieve especialmente significativo. Experimentó y vivió la Iglesia del pueblo por el que dio su vida y por el que luchó hasta el fin; al que amó en sus gentes humildes y marginadas, en medio de la naturaleza explotada por terratenientes que denunció con coraje y valentía y defendió ecológicamente. Nada ni nadie le hizo desfallecer en su lucha liberadora desde el evangelio por aquella región y por todos los pobres del mundo.

Destinado a San Félix de Araguaia (Mato Grosso, Amazonia), un extenso territorio, de ríos, selvas y bosques, fue luego su primer obispo, entregado en cuerpo y alma a los marginados, defensor de sus derechos y costumbres, de su tierra robada, ‘voz de los sin voz’. Se unió a la lucha liberadora como teólogo de la liberación, de la que fue uno de sus mejores exponentes con su acción y reflexión y cuya teología aprendió en la entrega diaria y arriesgada al servicio de sus gentes más humildes y explotadas, indefensos posseiros, sin servicios básicos, sometidos a la violencia de los terratenientes, que expulsaban, invadían y devastaban, para sus intereses y beneficio, los territorios indígenas, su selva, su riqueza, asesinando y torturando, aterrorizando, a quienes se resistían, con todo tipo de medios y muchas veces apoyados por la política estatal. Ahí aprendió Pere Casaldàliga lo que significan y exigían ser cristiano y hacerse una Iglesia fiel a las ‘causas del Reino’ de Jesús, que sale de sus templos e instalaciones para anunciar la liberación, luchar, rezar y vivir con el pueblo que sufre y clama.

Desde su opción liberadora soñó en una «Iglesia vestida solamente de evangelio y sandalias… desnuda de certezas» que amara sin límites, en una entrega total. Su casa no tenía puerta ni ventana que se cerraran, igual que la de la mayoría de los habitantes de esas tierras. Por eso sus símbolos episcopales fueron el sombrero de paja sertanejo, en vez de mitra; un remo, sustituyendo al báculo; como anillo episcopal un anillo de tucum (pequeño coco de la región), una sencilla cruz pectoral de madera.

Obispo de los pobres, pobre con los pobres, luchador por todas sus causas y por la dignidad de los más humildes, su espíritu liberador se alza hoy con renovado impulso por la defensa de la Amazonía.

Fuente: religiondigital.org

 

Comunicado 9|08|2022

Buenos Aires, 9 de agosto de 2022

Queridos Ex Alumnos e integrantes de la Comunidad Educativa del Salvador:

Respondemos a la carta que nos hicieran llegar recientemente como autoridades actuales de la Compañía de Jesús y del Colegio del Salvador.

Agradecemos la preocupación genuina por las víctimas y por el bienestar y seguridad de los alumnos actuales y venideros.

En primer lugar reiteramos nuestro pedido de perdón a aquellos que sufrieron en el Colegio lo que no debían sufrir. Nos avergüenza. Lo lamentamos profundamente. Por eso les pedimos públicamente perdón.

También pedimos perdón a aquellos integrantes de la Comunidad Educativa que se sienten dolidos y desconcertados.

Las autoridades del Colegio y de la Compañía de aquellos años obraron creyendo que hacían lo mejor posible. No obstante, nos duele el dolor de las víctimas y que ese dolor haya sido causado en aquel momento por alguien en quien confiábamos.

En aquel momento se creyó que alcanzaba con sacar al acusado y preservar así a los alumnos de más daño. A casi veinte años de distancia de la primera denuncia recibida por las autoridades del Colegio y de la Compañía (sobre el final del ciclo lectivo 2003), se ve que –por ejemplo– generar algún espacio de diálogo específico hubiera ayudado. Se pensó erróneamente que los alumnos podían recurrir a los ámbitos de escucha cercana con los que cuenta el Colegio, que generan confianza y apertura para compartir, espacios que permiten dialogar y expresarse. Las autoridades de aquel tiempo confiaban en que, aunque no se hablara directamente, en algunos de esos espacios fueran apareciendo estas situaciones dolorosas que hoy afloran, así como han aparecido y han sido abordadas –a lo largo de estos años– una gran cantidad de situaciones personales, grupales y familiares del proceso personal de cada alumno. A la distancia se ve como una equivocación esa suposición. Hemos ido aprendiendo que las víctimas necesitan tiempo para hablar.

En esos años, la Iglesia entera fue tomando conciencia de la necesidad de elaborar protocolos de prevención y actuación. En 2010 se aprobó a nivel provincia de la Compañía de Jesús y luego se implementaron en cada obra apostólica. Por eso recién en 2013 se escribe el primer protocolo del Colegio. No significa que no se tuviera en cuenta la vigilancia en este tema. En la carta dirigida a las familias en julio de este año, se mencionan acciones específicas desde el año 2007.

El provincial de la Compañía de aquel tiempo aplicó los criterios y normas entonces vigentes: separar al jesuita del lugar para impedir que hiciera más daño; aplicarle restricciones de trato con menores de edad; reportar a las autoridades de la Compañía en Roma para que en un proceso interno se llegara a su dimisión.

Ha sido aclarado en declaración pública en estos días que –en aquel tiempo– la ley no nos facultaba para hacer la denuncia de oficio. De todos modos comprendemos que el dolor no entiende de leyes. Hoy actuaríamos de otro modo, no sólo por nuestros protocolos actualizados sino también porque es lo que señala la ley vigente.

Tanto la Compañía como el Colegio, en todo momento hemos estado abiertos a recibir a las víctimas, y nunca se negaron los hechos ni se descreyó de sus relatos, incluso el relato de aquellos que se presentaron después de la muerte de Fretes. Tanto las autoridades del Colegio como de la Compañía hemos creído en los relatos y hemos pedido perdón. Nunca hemos pedido a nadie que no hablara del tema con quien considerara debía hacerlo; más aún, a algunas de las víctimas ya adultas, se las instó a hablar con sus familias del tema.

No hemos tenido conocimiento de otros episodios semejantes ocurridos en el Colegio desde el 2003 a la fecha. Si hoy ocurrieran situaciones similares hay protocolos de actuación claros, que incluyen la denuncia y el diálogo con las comunidades involucradas.

A nivel de prevención, el Colegio ha señalado varias de las medidas que se han ido implementando con el correr de los años. La reciente comunicación a las familias del Colegio enumera varias de ellas.

A nivel de la Compañía, la mayor conciencia respecto de estos temas ha hecho, por ejemplo, que en los exámenes psicológicos previos al ingreso al noviciado se ponga especial atención respecto de si el candidato tiene tendencias a conductas abusivas. Junto con el protocolo de actuación también está (lo pueden ver en la página oficial) nuestra declaración respecto del tema y nuestro compromiso además de nuestra política de actuación. Eso nos motiva a implementar espacios de reflexión y capacitación al respecto. En el Colegio se han realizado estas capacitaciones y también en otras obras apostólicas. Cada jesuita se notifica del protocolo y de los estándares de prevención. Allí está claramente expresada la voluntad de la Compañía de Jesús de evitar que vuelvan a darse situaciones semejantes.

Ciertamente, juzgar con los criterios de hoy lo que ocurrió hace veinte años, por un lado nos puede ayudar a mirar con más rigor el presente, a aprender de los errores, pero también nos da una mirada distorsionada. Criterios y modos de actuación que parecían aceptables en aquellos tiempos, hoy no lo son. Modos de resolver situaciones que en aquel momento se daban por adecuados hoy nos parecen insuficientes. Aprendemos de la historia, de los aciertos y errores.

La confianza es un don, lamentamos profundamente que en algunos ese don haya sido dañado o resquebrajado. Y nos comprometemos a seguir fortaleciendo las condiciones para ese don. En el ámbito del Colegio se está dialogando el tema con los alumnos, docentes y familias.

Más allá de las preguntas, en el fondo está el dolor: el dolor de las víctimas. Solo ellos saben lo que sufrieron y cómo aún lo sufren. Sabemos que no hay dos personas iguales y por lo tanto no hay dos modos iguales de procesar el dolor. Ante el dolor hay que descalzarse. Es sagrado.

El compromiso de la Compañía de Jesús y del Colegio del Salvador para crear ambientes sanos y seguros es firme.

Reciban un cordial saludo.

Jorge I. Black SJ, Rector.

Rafael Velasco SJ, Provincial.

Comunicado 9/08/2022.pdf

Fallecimiento del P. Carlos Cravenna SJ

El miércoles 27 de julio falleció en la Enfermería del Colegio Máximo de San Miguel, provincia de Buenos Aires, el padre Carlos Cravenna sj. Tenía 85 años de edad, 62 años de jesuita, y 49 años de sacerdote. Nació el 1 de mayo de 1937 en Ituzaingó, provincia de Buenos Aires, y cuando tenía 23 años ingresó al Noviciado de la Compañía de Jesús.

FORMACIÓN EN LA COMPAÑÍA

  • Ingresó a la Compañía el 3 de enero de 1960, en Córdoba.
  • Hizo sus primeros votos el 6 de enero de 1962 en la Quinta del Niño Dios (Córdoba). El
    celebrante fue el P. Miguel Elizondo.
  • Estudió Literatura y Humanidades en el Noviciado (Córdoba) y en P. Hurtado (Chile), en el
    período 1962-1963.
  • Estudio Filosofía en el Colegio Máximo, en el período 1964-1966.
  • Realizó su Magisterio en el Colegio de la Inmaculada (Santa Fe), durante los años 1967-
    1968.
  • Estudió Teología en el Colegio Máximo, en el período 1969-1972.
  • Se ordenó sacerdote el 12 de mayo de 1973 en el Colegio Máximo por Mons. Carlos Ferrari
    (Mántara – Italia).
  • Realizó la Tercera Probación en Villa Barilari en el año 1974-1975.
  • Obtuvo el título de Licenciado en Teología y Profesor en Filosofía.
  • Hizo sus últimos votos el día 6 de junio de 1975, en Colegio Máximo. El celebrante fue el P.
    Jorge Bergoglio.

SUS PRINCIPALES TAREA APOSTÓLICAS FUERON

  • Operario. Colabora en C.E.S.I. Curia Provincial (1973).
  • Ministro. Colegio Máximo de San Miguel (1974-1976).
  • Ministro. Consultor. Archivero. Operario. Prefecto de salud. Colegio Máximo (1978-
    1984).
  • Ministro. Catequista. Delegado ACIC. Colabora en la parroquia “Jesús Resucitado”.
    Santa Fe (1986-1992).
  • Consejero espiritual. Noviciado. Córdoba (1998).
  • Asesor Pastoral en la Facultad de Medicina. Asesor de exalumnos. UCC (2000-2001).
  • Ministro. Ecónomo. Residencia de Córdoba (2003-2009).
  • Profesor y Asesor Pastoral. UCC. Residencia de Córdoba (2009-2010).
  • Ecónomo. Profesor y Asesor Pastoral de la UCC. Residencia de Córdoba (2011-2012).
  • Residencia de Córdoba. Ecónomo. Capellán Casa de la Bondad (2013-2019).
  • Ora por la Iglesia y la Compañía. Enfermería del Colegio Máximo (desde 2019).

Rezamos por su eterno descanso y le damos gracias a Dios por su vida.

Misión jesuita en Quilmes

Un grupo de estudiantes jesuitas misionaron durante las vacaciones de julio en la comunidad San Francisco Solano, en Buenos Aires. La presencia de los jesuitas llegó a esa localidad a comienzos del año 2020, cuando asumieron una nueva misión dentro de la diócesis de Quilmes: acompañar a las comunidades de las Parroquias Nuestra Señora de las Lágrimas y Nuestra Señora de Luján. En esta oportunidad, Martín Algorta sj y Juan Pablo Suarez sj, quienes llegaron a Solano desde Córdoba para compartir diez días de misión, nos acercan su testimonio sobre la experiencia de encuentro con tantos rostros que los recibieron con generosidad y amabilidad.

Martín Algorta sj

La primera impresión al volver a Solano después de haber realizado el año pasado la misión desde la comunidad María Peregrina de la parroquia Ntra. Señora de las Lágrimas, como experiencia de adviento del noviciado, fue encontrarme con la alegría de mucha gente que durante ese mes se había entusiasmado y ahora desplegaban esos deseos y esa alegría novedosa en algún espacio de servicio, en el cual comparten su alegría de vivir siguiendo al Señor, y contagian ese entusiasmo a otros. Fueron muchos, algunos ejemplos son Patricia, Roberto, Claudia, Alberto y Beatriz, quienes ahora están acompañando como madrazas y padrazos del primer umbral del Hogar de Cristo (“El Principio”) que se encuentra en el predio de la capilla.

Esta vez nos recibieron desde la comunidad San Jorge, y con Juan Pablo nos tocó trabajar sobre todo con los distintos grupos de jóvenes que participan en las diversas comunidades de las parroquias. El sábado a la noche hicimos un fogón en donde participaron alrededor de 30 jóvenes de distintos grupos: de la confirmación de tres comunidades distintas (María Esperanza de los Humildes, Caacupé y San Jorge), del grupo de la parroquia de Luján, participaron también dos jóvenes del Hogar de Cristo y muchos otros. En esta actividad y en otras que les propusimos, fue mucho el entusiasmo y las ganas expresadas por los jóvenes de conocer a otros con los que puedan compartir su fe, sus ganas de vivir, sus búsquedas, sus miedos y de seguir conociendo a Jesús y sus caminos de amistad.

Por último, me gusta destacar la posibilidad de compartir la misión también con estudiantes que tienen más años en la Compañía y con los jesuitas que están en la comunidad y a cargo de las obras apostólicas. Conocerlos en el servicio a los demás es conocer a los compañeros queriendo desplegar lo mejor que tienen. Verlos y escucharlos a ellos transmitir su experiencia de Dios, sus alegrías y esperanzas me trae mucho consuelo y ánimo para el camino.

Juan Pablo Suarez sj

En mi caso, hasta ahora no había tenido la oportunidad de conocer la nueva comunidad en la diócesis de Quilmes. Desde que Rafa nos escribió a toda la provincia allá por septiembre de 2019 con el llamado a discernir ofrecerse para la nueva misión y la posterior generosidad de los compañeros que transmitieron su disponibilidad, no pude quedar menos que entusiasmado por poder conocer el horizonte apostólico que se abría. Después de estos escasos 10 días que pudimos misionar en las distintas comunidades de las dos parroquias, los distintos umbrales del Hogar de Cristo y en la misma comunidad jesuita (uno es consciente que, como jesuitas jóvenes, con la sola presencia a veces también agitamos los espíritus de nuestros compañeros más experimentados), pude vivenciar una compañía con potencia apostólica, con creatividad y alegría por anunciar el evangelio entre los más pobres.

Fueron muy pequeñas las actividades que pudimos realizar: diversas charlas de espiritualidad ignaciana para distintos públicos, reavivar el espíritu misionero y la alegría de la fe con los jóvenes y variadas visitas a las casas del barrio. Sin embargo, y a pesar de la sencillez de la siembra, pude reconocer cómo es Dios quién trabaja en el corazón de su pueblo a través de pequeños gestos, y se nos regaló ser testigos de lo fructífera y motivadora que resultó la misión para muchos jóvenes y adultos. Ya más en lo personal, el poder dejar -por un rato- los libros de lado y poner la misión de la compañía -la misión de Cristo- en el centro, patear el barrio y sentir las tensiones de la vida apostólica, me resulto provocador para seguir reflexionando sobre nuestra vocación y labor, y sobre todo absolutamente renovador espiritualmente hablando.