La Iglesia de San Ignacio inauguró un túnel subterráneo del s. XVIII

El jueves 11 de noviembre a las 19hs, el sacerdote Francisco Baigorria, párroco de la Iglesia San Ignacio (Bolívar y Alsina), celebró una misa de acción de gracias por la “puesta en valor, refuncionamiento y reapertura” del antiguo claustro del Colegio Grande de San Ignacio, luego Real Colegio de San Carlos y la traza de túneles jesuíticos que atraviesan subterráneamente el templo más antiguo de la Ciudad de Buenos Aires. La inauguración de las obras, coincide con la celebración de los 360 años de la instalación de la Compañía de Jesús en la emblemática Manzana, conocida hoy como de Las Luces.

La historia

Ana María Di Consoli, coordinadora y gestora del acto inaugural y visitas guiadas del Proyecto San Ignacio, junto con Soledad Saubidet, precisó que “el colegio de los padres jesuitas comenzó a funcionar en 1617, en la antigua sede que ellos tenían cuando llegaron a Buenos Aires en 1608, en la zona de la Plaza”.

Los padres jesuitas inauguraron una escuela de primeras letras y otra de segunda enseñanza (colegio secundario), “muy precariamente en la zona de la Plaza”.

“En 1661 se mudan progresivamente y se instalan en la emblemática manzana (de este hecho se cumplen 360 años) tras recibir la donación de los terrenos por parte de la señora Isabel de Carbajal y la orden de traslado del gobernador Bucarelli”.

En la manzana los jesuitas levantan la Iglesia de San Ignacio, el viejo colegio y la procuraduría o administración de las misiones y el resto eran huertos, “donde se van a cocinar los ladrillos y tejas necesarias para la construcción del templo”, indicó Di Consoli.

“La primera iglesia es de 1675; de la cual se conserva la fachada, junto con la torre sur de 1680. Se calcula que para 1712 la iglesia definitiva estaba terminada, por lo menos en su aspecto estructural más importante y se cree que la obra finalizó para la consagración del templo en 1734. La torre norte, la que tiene el reloj, data de 1850 y no es jesuítica″, explica la guía de turismo.

“El jesuita alemán Juan Krauss, dice Di Consoli, proyectó la iglesia y el colegio de San Ignacio. Al fallecer en 1714, se paraliza la obra durante varios años, hasta que llegan a Buenos Aires los arquitectos jesuitas Andrés Bianchi, Juan Bautista Prímoli y Juan Wolf”, que definitivamente la terminan.

Lo que se va a inaugurar el jueves 11 es el claustro del viejo Colegio Grande de San Ignacio -grande por lo de secundario-. No era colegio “Máximo” porque no otorgaba doctorados, como sí lo hacía el de Córdoba. En cambio este de Buenos Aires otorgaba licenciaturas.

La puesta en valor del claustro del colegio jesuítico, que tras la expulsión de la Compañía pasa a ser regenteado por la corona española, tiene un bagaje histórico y sociocultural importantísimo y estuvo a cargo del arquitecto Alberto Boselli.

“En estos claustros se educaron y formaron los padres de nuestra Patria, nuestros próceres y grandes personalidades que inauguraron e iniciaron nuestra Nación”, subrayó el padre Baigorria y advierte que “haber recuperado este pequeño patrimonio es muy significativo”, ya que al construirse el Colegio Nacional de Buenos Aires, entre 1911 y 1938, se demuele el antiguo Colegio Real de San Carlos.

“Lo que se hizo –acotó la historiadora- fue recobrar la “espacialidad” como lo llaman los arquitectos, del claustro norte. Con la anuencia de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos y con el apoyo del estudio de estructura del ingeniero Jorge Fontán Balestra -que trabajó ad honorem- se quitó todo ese agregado de los años 40, para que ese lugar que fue patio volviera a serlo y recuperar el espacio como había sido pensado”.

Un túnel subterráneo de principios del siglo XVIII

La puesta en valor de la iglesia de San Ignacio de Loyola comenzó con un plan maestro que, en 2007, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, actual papa Francisco, encargó al padre Francisco Baigorria la misión «de poner en valor el templo y encarar un proyecto de resignificación histórica y cultural».

Además del claustro del viejo colegio, el párroco contó que otro espacio que “se recuperó y refuncionalizó es el tramo más importante y significativo que queda de aquella traza original que unía maravillosamente los edificios más sólidos y seguros de Buenos Aires en tiempos coloniales. Se trata de los pasajes subterráneos, construidos por estrategia y táctica militar ante posibles invasiones que existieron o pudieron haber existido en tiempos del Virreinato de una corona debilitada en Europa y un constante miedo y amenaza de ser invadidos y tomados por otra corona reinante”, explicó.

“Actualmente este túnel debe tener unos 40 metros caminables y dos chicotes laterales, uno de cuatro o cinco metros y otro pequeño. Son los únicos que la gente podrá recorrer en Buenos Aires. Se usaban para defensa de la ciudad”, añade Di Consoli.

“Vamos a recorrer ese túnel que va paralelo a la calle Bolívar; arranca en el claustro del colegio y finaliza en el altar de San José, hacia allí se orienta porque se dirige hacia el Cabildo, donde sabemos que hay una parte pero en muy mal estado por lo que no se lo puede visitar”.

“Es un vestigio o elemento contundente de nuestra historia y de nuestros primeros pasos de autodefensa e independencia de la corona borbona, que desde la Independencia hasta la fecha la Iglesia los conservó. Y aunque se conocía de su existencia, no eran accesibles para el público. El único tramo de túneles más importante y significativo que tiene la ciudad es este”, agregó el padre Baigorria.

Las torres de la iglesia

Además del claustro y el túnel, las visitas incluirán un recorrido por la torre sur, construida en 1680, que conserva sus tres campanas originales que aún funcionan -la más antigua data de 1766 y las otras dos de 1858-, a la que se podrá subir para, a través de su escalera original que fue reacondicionada, acceder al mirador.

La recuperación de la torre sur es otro aspecto importante, ya que en tiempos coloniales fue la más alta de la ciudad y funcionaba como un punto estratégico de defensa.

La visita también incluirá a la torre del reloj, construida por el ingeniero Felipe Senillosa a mediados del siglo XIX, donde se encuentra el reloj inglés que pertenecía al Cabildo de Buenos Aires y que también tiene una campana de mediados del siglo XIX.

“Creo que es una obra magnífica que llevó adelante el padre Baigorria, que cumplió sobradamente con el encargo que le hiciera en su momento el actual papa Francisco”, concluyó la historiadora.

Para el sacerdote “lo más contundente es el testimonio del importante y fundante papel que jugó la Iglesia en la construcción y bases de nuestra Nación. No solo en lo educativo sino también en lo político, en la organización de una Nación que daba sus primeros pasos y ponía sus fundamentos en la organización social y cultural. Este papel clave y estratégico en el mandato de instaurarlo todo en Cristo que la sociedad actual desconoce y niega”, aseveró.

El jueves 11 de noviembre, paralelamente al acto inaugural de las obras, el arquitecto Carlos Moreno expuso una muestra de dibujos que estará expuesta durante un par de meses que ilustran los modelos de construcción a lo largo de la historia de la Ciudad.

El costo de la entrada se destinará a la restauración y mantenimiento del templo. Se puede reservar lugar o escribir previamente a visitasguiadas@sanignaciodeloyola.org.ar

También se organizan visitas guiadas a colegios e instituciones que pueden solicitar información a la misma dirección de email.

Fuente: aica.org

Fotos: Gerardo Viercovich – La Nación

Publicación: «Los jesuitas. De Pedro Arrupe a Arturo Sosa»

El P. Román Espadas SJ, de la Provincia jesuita de Antillas, realiza una reflexión histórica del proceso de renovación y actualización de la Compañía de Jesús a lo largo de sus últimos cuatro Superiores Generales. Este texto ya ha sido publicado, por capítulos, en Religión Digital. En esta ocasión, anexamos el texto íntegro en PDF, para su mejor lectura y consulta gracias al consentimiento del autor.

Los jesuitas. De Pedro Arrupe a Arturo Sosa

  1. Un vasco nos fundó y otro nos renovó: La era Arrupe (1965-1983)
  2. El interregno papal: Paolo Dezza y Giuseppe Pitau (1981-1983)
  3. La estabilidad nórdica: Los 25 años de Peter-Hans Kolvenbach (1983-2008)
  4. Ver profundo y mirar lejos: Los años de Adolfo Nicolás (2008-2016)
  5. Las Preferencias Apostólicas: el actual Arturo Sosa (2016-)

A lo largo de estos cinco pequeños capítulos intentamos entender, valorar y asimilar, histórica e ignacianamente, el difícil, sistemático, coherente, aunque, con errores, retrocesos y conflictos, internos y externos, y, sobre todo, complejo y diversificado, proceso de renovación y actualización de su vivir, convivir y obrar apostólico, llevado a cabo por los jesuitas, a partir del Concilio Vaticano II (1962-65) hasta el día de hoy.

En este cuidadoso proceso de renovación y actualización, las pautas a tener en cuenta y las rutas a seguir han sido propuestas por seis Congregaciones Generales (la 31 a la 36, realizadas entre 1965 y 2016, con unos diez años de separación, entre una y la otra), máximo órgano de gobierno en la Compañía de Jesús y representativo de todos sus miembros.

Cuatro Superiores Generales (Pedro Arrupe, Peter-Hans Kolvenbach, Adolfo Nicolás y hoy Arturo Sosa) han ido concretizando y orientando las pautas, las rutas y el ritmo emanados desde esas seis Congregaciones Generales.

La ejecución de cada pauta y el caminar juntos en su puesta en práctica, se ha ido llevando a efecto por cada comunidad, por cada obra apostólica y por cada jesuita particular.

Este recuento histórico nos ayudará a profundizar en el contenido esperanzador del Año Ignaciano que estamos celebrando: “Ver todas las cosas nuevas en Cristo” que “hace nuevas todas las cosas”.

El hilo conductor y el intento de visión de conjunto vienen dados por el subtítulo Un hoy nuevo con mucho ayer ignaciano.

“El hoy nuevo” post-Vaticano II de los jesuitas, renovado y actualizado, se relaciona y se nutre, esperanzada y esperanzadoramente, con “el ayer ignaciano”, siempre nuevo y actual para los jesuitas.

Descargar PDF: «Los jesuitas. De Pedro Arrupe a Arturo Sosa»

Comunicado de la 42ª Asamblea de la CPAL

Entre el 2 y el 5 de noviembre se realizó la 42ª Asamblea de la CPAL en la cual participaron los superiores mayores de América latina y el Caribe, los superiores regionales o de sección (Amazonia, Haití, Cuba, Jamaica – Guyana), los asistentes del P. General, y los miembros del equipo central de la CPAL.

Nuestras deliberaciones estuvieron enmarcadas en la semana de celebración de todos los santos -vivos y difuntos- de la Iglesia y de la Compañía. La difícil situación y los retos apostólicos de nuestros compañeros en Haití, así como la participación de los superiores de los superiores de Cuba, Jamaica-Guayana y la Amazonia brasilera, fueron un importante aliciente para nuestra reflexión sobre los desafíos apostólicos de la conferencia. Comenzar cada uno de nuestros días de trabajo con un momento largo y bien preparado de oración común nos ayudó en el servicio de descubrir y acompañar “lo que el Espíritu” quiere de nuestro Cuerpo Apostólico.

Tres asuntos principales ocuparon a la Asamblea durante esos cuatro días intensos. En primer lugar, el estudio y enriquecimiento de la propuesta de desarrollo del PAC por parte del equipo central de la CPAL. A los programas presentados por el presidente de la CPAL los provinciales hicieron comentarios, correcciones, sugerencias, observaciones. Ahora será tiempo de corregir y enriquecer “la hoja de ruta” que ha de guiar el trabajo de la CPAL durante los próximos 6 años. Esperamos tener ese trabajo culminado en los primeros meses del año 2022.

Buena parte de la energía y del tiempo de la asamblea se dedicó, en un segundo momento, a introducir un proceso de discernimiento sobre la reconfiguración de provincias en la CPAL. Hace algunos días el P. General nos dirigió una extensa carta proponiendo una serie de cuestiones para la consideración de la Conferencia, y preguntas concretas para ayudarle en su propio discernimiento. Nos dimos, pues, en estos días pasados, tiempo para rezar, para compartir en grupos en conversaciones espirituales, y para poner en común nuestras luces, interrogaciones, desafíos, etc. La necesidad de repensar la manera como se gobiernan las provincias delante de la cambiante situación actual -tanto ad intra de la Compañía como en la realidad en que vivimos- seguirá siendo un asunto para trabajar intensamente en los próximos meses. El P. General había planeado estar con nosotros, pero el deceso de su mamá no se lo permitió. En ese momento nos acompañó, entonces, el P. Douglas Marcouller.

El tercer bloque de asuntos al cual nos dedicamos tuvo que ver con cuestiones varias: el papel y funciones de los delegados o asistentes de espiritualidad en las provincias, la presentación del texto final de la “Investigación Estudio sobre las Juventudes en el Caribe” (que será divulgado en los próximos días), la aprobación del documento “Modo de proceder en nuestro trabajo con Migrantes” del JRS/LAC y la RJM/LAC, la aprobación de un “Protocolo de Emergencias” para todas las provincias de la CPAL fueron parte del menú, entre otras decisiones y deliberaciones.

Una novedad en el desarrollo de la Asamblea fue introducida al utilizar pequeños videos (de 3 minutos cada uno) en los cuales los coordinadores de las redes informaron a la Asamblea de los hechos y desafíos de los trabajos que acompañan. A todos ellos el agradecimiento de la Asamblea por el esfuerzo y trabajo realizado en-red-dados.

Terminamos el viernes antes de mediodía agradeciendo a Dios la oportunidad que nos dio de reunirnos por medio de la virtualidad y por la participación de todas las provincias y regiones a través de sus superiores. Esperamos poder tener nuestra reunión presencial en junio de 2022, probablemente en México.

A todos y todas: nuestro abrazo fraterno.

Miembros de la Asamblea de la CPAL

Nombramiento del P. Ángel Rossi SJ como Arzobispo de Córdoba

El pasado fin de semana el P. Ángel Rossi SJ fue nombrado Arzobispo de Córdoba por el Papa Francisco. De esta manera, será el sucesor de monseñor Carlos José Ñáñez, luego de 23 años de gobierno en la arquidiócesis de Córdoba.

Sobre Ángel Rossi SJ

Ángel nació en Córdoba, Argentina, el 11 de agosto de 1958. En 1976 entró en el noviciado de la entonces Provincia Argentina de la Compañía de Jesús. Después de los estudios de Filosofía y Teología, realizados en parte en Ecuador, el 12 de diciembre de 1986, recibió la ordenación sacerdotal. Es licenciado en Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma) con una tesis sobre El discernimiento espiritual en San Ignacio.

Desde 1990 hasta 1992 se desempeñó como Rector de la iglesia de El Salvador, en Buenos Aires, y durante ese período abrió el Hogar San José, destinado a las personas que viven en situación de calle.

En 1992 creó la Fundación Manos Abiertas, que actualmente brinda ayuda a las personas más pobres y vulnerables en diferentes centros de asistencia social, ubicados en diez ciudades de la Argentina.

Desde 1992 hasta 1995 fue Maestro de los novicios de la Compañía de Jesús y desde 2013 hasta 2019 fue Superior de la comunidad de la Residencia Mayor en Córdoba.

Publicó diversos libros y ensayos de carácter espiritual y pastoral, como autor o coautor.

Ofreció numerosos ejercicios espirituales ignacianos a grupos de sacerdotes, religiosos y laicos. Hasta el momento de su nombramiento se desempeñaba como Consejero de la Provincia Argentino-Uruguaya de la Compañía de Jesús, con sede en la Residencia Mayor de la Compañía en Córdoba, y como Coordinador del Equipo Misionero Itinerante y Asistente espiritual de la Fundación Manos Abiertas.

Rezamos por el ‘P. Bayín ‘, su consagración y nueva misión encomendada por el Sumo Pontífice.

 

Red Jesuita con Migrantes: Campaña «Otro passo más»

Esta iniciativa busca conmemorar, el 18 de Diciembre, el día internacional de las personas migrantes, como un momento para escuchar y ver la realidad de tantas hermanas y hermanos que a lo largo de Latinoamérica y el Caribe se ven forzadas a migrar para rescatar sus vidas.

“Otro passo más” es la Campaña regional de la Compañía de Jesús en Latinoamérica y el Caribe para conmemorar el día internacional de las personas migrantes el próximo 18 de diciembre del 2021. Se trata de una propuesta creada colaborativamente por un Consejo de RedAcción conformado por personas que hacen parte de obras de la Red Jesuita con Migrantes y de otras expresiones de la Conferencia de Provinciales de Latinaomérica y el Caribe. “Otro passo más” da continuidad a #MigrarHaciaLoExtraordinario.

Las personas forzadas a migrar deben ponerse en movimiento para rescatar su vida. Al igual que ellas, todos y todas debemos ser conscientes de la importancia de ponernos en movimiento para avanzar.

“Otro passo más” apuesta por reducir la indiferencia, la discriminación y la xenofobia, aumentando la capacidad de escuchar y ver la realidad de las personas forzadas a migrar. Desde la experiencia práctica comprender cómo una persona forzada a migrar está en movimiento continuo buscando un lugar seguro para poder vivir con dignidad y realizar su propósito de vida, al igual que cada ser humano en la tierra.

Esta campaña está dirigida principalmente a jóvenes de Latinoamérica y el Caribe y todas aquellas personas que se quieran sumar.

El próximo 18 de diciembre, Día Internacional de las Personas Migrantes, será el lanzamiento de la canción «Otro Passo Más», cuya letra estará conformada con la suma de testimonios de personas migrantes, refugiadas y desplazadas que nos hablan del dolor de la ruptura y también de la esperanza en el porvenir.

Para preparar este lanzamiento, se nos invita a dar tres pasos:

Paso 1. Respondemos una pregunta
A partir del 1 de Noviembre invitamos a compartir la pregunta ¿Cuándo das otro passo más? y a escribir la respuesta en la web: redjesuitaconmigranteslac.org/otro-passo-más y en las redes sociales con el Hashtag #OtroPassoMás.

En cada territorio y espacio local se puede introducir esta pregunta y el ejercicio de escritura en actividades, talleres, encuentros y otras iniciativas que estén en marcha para este tiempo a partir del 1 de Noviembre y hasta el 18 de Diciembre 2021. Las frases también se pueden enviar al correo hospitalidad@redjesuitaconmigranteslac.org

Paso 2. Elaborar un video
Durante el mes de Noviembre invitamos a todas las personas interesadas a sumarse en la construcción del videoclip de la canción «Otro Passo Más». La propuesta es que grabar con el celular, en posición vertical, un recorrido de 21 pasos (lo que se está viendo en frente al caminar). Construiremos el video de la canción con la suma de trayectos grabados por distintas personas en muchos lugares del continente (caminos, calles, escaleras…)

Enviar este video corto al correo de hospitalidad@redjesuitaconmigranteslac.org o al whatsApp +57 3125509688

Paso 3. Compartir la iniciativa
Compartir esta iniciativa con todas las personas a nuestro alcance, al interior de equipos, a través de redes sociales y redes de colaboración, así la canción «Otro passo más» podrá llegar a más lugares de nuestro continente.

Pueden conocer más de la campaña en la web: redjesuitaconmigranteslac.org

Congreso Internacional de Ejercicios Espirituales «De la herida a una nueva vida»

Desde el Lunes 25 al jueves 28 de Octubre, se llevó a cabo el Congreso Internacional de Ejercicios Espirituales «De la herida a una nueva vida», organizado por la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (CPAL) y por la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia.

Hubo aproximadamente más de 800 inscriptos, un equipo técnico conformado por más de 30 personas, y más de 80 facilitadores que hicieron posible las conferencias, talleres, paneles y testimonios.

El momento de apertura del Congreso comenzó con la Eucaristía presidida por Monseñor Luis José Rueda, Arzobispo de Bogotá. Luego, el P. Roberto Jaramillo Bernal SJ, actual presidente de la CPAL, dio un mensaje de bienvenida a todos los presentes. Para finalizar este primer día, hubo un Conferencia de Apertura a cargo del P. Francisco de Roux SJ, Presidente de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición de Colombia.

 

El día Martes 26, segundo día del Congreso, tuvo como Eje temático principal la manera de aceptar y acoger nuestras heridas. Los paneles y talleres estuvieron orientados a dialogar sobre las heridas tanto personales como sociales, y el modo de trabajarlas e incorporarlas en la experiencia de los Ejercicios Espirituales, no sólo desde la propuesta de oración sino también desde el acompañamiento espiritual. La provincia Argentino Uruguaya se hizo presente con la participación del P. Rafael Velasco SJ y el P. Agustín Rivarola SJ en el abordaje de las heridas sociales. Para la perspectiva de las heridas personales, participaron el P. Juan Carlos Juárez SJ y Juan José Berli SJ.

Esta jornada finalizó con un espacio de entrevista en simultáneo al P. Adolfo Chércoles Medina SJ, la Hna. Nora  Beatriz Kviatkovski y el P. Francisco López Rivera SJ.  Tanto aquí como en los paneles que hubo durante el día, el público pudo enviar preguntas que el moderador iba seleccionando para realizarle a los disertantes.

       

El eje temático del tercer día fue la búsqueda de una comprensión diferente de lo que significan las heridas. Las conferencias de inicio estuvieron a cargo de la Dra. María Clara Bingemer y del P. Javier Melloni SJ.

El primer aporte proponía distinguir entre las heridas que generan confusión, exclusión, descarte, opresión, y las que nos abren al servicio, heridas que pueden ser reinterpretadas y en ese ejercicio ayudarnos a encontrar una perspectiva de futuro. Por su parte, Javier Melloni, remarcó la importancia de comprender las heridas personales, de la necesidad de vivir una experiencia de interioridad que nos lleve a nuestro núcleo humano, y desde allí trabajar para ubicarnos en un lugar nuevo, «una vida nueva», tal y como lo vivió Ignacio en la peregrinación de su vida.

Con una perspectiva desde lo diferente, los paneles pusieron en tema de diálogo distintos temas como: Pueblos originarios, diversidad de género, política, todos los temas fueron tratados desde la experiencia de los Ejercicios Espirituales y se abordaron distintas aristas como: el rol de la mujer a la hora de dar Ejercicios, el saber estar como mujer acompañante, el rostro femenino en la espiritualidad, el acompañamiento en la diversidad sexual, invitando finalmente a ser Iglesia en salida, que recibe y abraza el mundo diverso que habitamos.

La Conferencia de cierre del día proponía un espacio para compartir modos alternativos de dar y acompañar Ejercicios Espirituales, el primer aporte estuvo orientado a la importancia de proponer dinámicas para quienes recién llegan a la experiencia y no tienen conocimiento alguno de qué se trata la oración ignaciana. El segundo aporte propuso una dinámica de Ejercicios que combina puntos para la oración escritos y películas. De esta manera utiliza dos tipos de recursos para guiar la experiencia de oración.

El último día del Congreso, jueves 28 de Octubre, tuvo como eje temático el camino para transformar las heridas en fuente de vida, de amor y servicio.  La Conferencia principal contó con la participación del P. General Arturo Sosa SJ, quien presentó el tema «Transformar la herida», haciendo que el itinerario vital y la experiencia de Ignacio, dialogue con la vida de cada uno. Tomando diferentes hitos ignacianos, que nos sirvan de aprendizaje para el camino espiritual personal.

Los paneles y talleres del último día pusieron en diálogo temas como: justicia socio ambiental, mundos juveniles y nuevas tecnologías. Las ponencias sobre el ámbito juvenil y ejercicios espirituales, expusieron los desafíos que se presentan a la hora de acercar la experiencia de oración a los jóvenes, las dificultades, las limitaciones.  Y a partir de las experiencias de los disertantes ayudar a encontrar salidas y propuestas para que los mundos juveniles encuentren cada vez mas un camino hacia la interioridad desde la propuesta ignaciana.

Finalmente, el Congreso fue un espacio que convocó a la familia ignaciana en el mundo, que permitió comprender desde distintas perspectivas las heridas del mundo y de los grupos que lo habitan, comprenderlas para transformarlas en vida, en proyectos, en horizonte de trabajo.

 

 

 

 

 

 

«Mar adentro con Ignacio»: la familia ignaciana en Marsella

Aproximadamente 8.000 miembros de la “familia ignaciana” de la joven Provincia de Europa Occidental Francófona (EOF) se reunieron en Marsella el pasado 29 de octubre hasta 1 de noviembre. Jesuitas, por supuesto, pero también familias enteras, jóvenes del MEJ (Movimiento Eucarístico Juvenil) y religiosas de diversas congregaciones inspiradas en la espiritualidad de San Ignacio.

El P. François Boëdec, Superior Provincial de la EOF, estuvo en diálogo con el equipo de comunicaciones de la Curia General en Roma y compartió unas palabras que sobre este nuevo proyecto:

Estamos en el Año Ignaciano, oportunidad propicia para una renovación de nuestro espíritu de Ignacio. En el año 2006 tuvimos en Lourdes un encuentro de la familia ignaciana en la Provincia de Francia. La “familia ignaciana” tomó entonces conciencia de sí misma, y eso ha hecho posible una importante colaboración entre jesuitas y no jesuitas durante 15 años.

Ahora hemos pensado que el Año Jubilar significaba una nueva oportunidad, porque la familia ha crecido y ha evolucionado. Hay menos jesuitas y menos religiosas, pero hay más laicos que reciben inspiración de la espiritualidad ignaciana. Personas muy comprometidas.

  • Ha preparado usted esta gran reunión en época de pandemia: ¿no ha sido una idea descabellada?

Eso pensaron algunos. Por mi parte, pensé que era importante intentarlo, porque si esperábamos para hacer planes hasta que todo hubiera vuelto a la “normalidad”, podríamos tener que esperar demasiado tiempo. Nos pusimos en marcha; no fue fácil, pero al final nos vamos a reunir y será un momento importante.

  • ¿Cuál es el significado específico de la reunión?

Hace quince años estuvimos en Lourdes; esta vez en Marsella. Se trata de entornos muy diferentes; eso dice algo sobre la problemática que abordamos. Marsella es una ciudad intercultural, con una Iglesia valiente y pobre al servicio de toda esa gente. Me viene a la mente, por supuesto, la cuestión de los migrantes y, más ampliamente, la de las fronteras y las periferias. ¿Qué puede aportarnos hoy la espiritualidad ignaciana a propósito de la evolución del mundo?

Además, el encuentro tiene lugar en Francia, en un momento en que acabamos de recibir el informe sobre los abusos sexuales en la Iglesia. Esto es como un tsunami para los cristianos de Francia; va a teñir nuestra reflexión. No podemos simplemente celebrar un feliz encuentro, sobrevolando la realidad. Es obligado que nos preguntemos: ¿qué tipo de Iglesia queremos, qué tipo de compromiso con la población, qué tipo de proceso de conversión necesitamos? Esto está relacionado con el Año Ignaciano que nos pide “ver nuevas todas las cosas en Cristo”. Al mismo tiempo, también queremos que haya alegría. El Papa Francisco lo formuló bien: “¡Que nadie les quite la alegría!” A pesar de todas las dificultades, queremos sentir juntos que Cristo nos acompaña en este peregrinaje.

  • Además de los dos temas que acaba de mencionar, ¿cuáles son los retos que pueden abordarse durante la Asamblea?

Un reto para toda la familia ignaciana que constituimos, jesuitas y no jesuitas, es precisamente “¿qué imagen de Iglesia queremos diseñar para el futuro?” También están las Preferencias Apostólicas Universales, que suponen un guion para la acción y son tan relevantes para todos nosotros. Además, creo que el tema ecológico, la 4ª PAU, es cada vez más prioritario en relación con las otras tres; la situación del mundo nos obliga a mostrarnos cada vez más comprometidos y creativos en este ámbito. Sobre todo porque muchos jóvenes, jóvenes jesuitas y jóvenes de la sociedad, están haciendo hincapié en esto. Ello nos motiva a avanzar y todos los temas que implica estarán presentes en nuestra temática de Marsella.

  • Por otro lado, la organización de un evento de estas dimensiones ¿supuso una oportunidad a nivel espiritual para su Provincia?

Somos muy conscientes de que estamos en un periodo muy especial en la vida de la Iglesia, y también en la vida de nuestra sociedad. Un cambio de mundo, un cambio de época que nos exige estar bien arraigados, apegados a Cristo, y al mismo tiempo estar decididamente abiertos a nuevas cuestiones. Tenemos que mantener esto muy presente en una época en la que los miedos tanto se hacen notar. Para mí, celebrar esta reunión signfica infundirnos ánimos. No sólo para mantenernos unidos en un cálido nido, sino para sentirnos enviados.

Palabras del P. Arturo Sosa SJ para la ocasión

¡Qué placer para ustedes, escribió el Padre Sosa, poder estar juntos, reunirse después del aislamiento causado por la pandemia, y experimentar lo que significa estar en relación, diferentes pero unidos gracias a la experiencia de San Ignacio de Loyola hace 500 años! Añadió que había sido una gran audacia la organización de este encuentro, haberse propuesto emprender un viaje y mirar “mar adentro con Ignacio” -según el tema del congreso- y responder así al deseo del Papa Francisco de participar en la realización de una “Iglesia en las afueras”, ¡abierta al mundo y al diálogo!

En conclusión, el P. Arturo Sosa animó a todos los participantes en el Encuentro a seguir trabajando juntos, a poner en común sus respectivos talentos y medios, a insertarse en el mundo y a no vivir fuera de él. Les agradeció, de forma muy personal, la energía espiritual que le había proporcionado este encuentro. En una última llamada a la esperanza, afirmó: “Ser ignaciano es vivir, como pecadores perdonados, la alegría del Evangelio”.

 

Últimos votos: Alberto Michelena SJ

El pasado Sábado 23 de Octubre, Alberto Michelena SJ profesó los últimos votos con los cuáles se incorpora definitivamente a la Compañía de Jesús. La celebración eucarística tuvo lugar en la Parroquia del Sagrado Corazón, en Montevideo.

Compartimos sus palabras de acción de gracias:

Cuando uno empieza a compartir que le dieron en la Compañía los últimos votos la reacción general de mucha gente es: «¿últimos votos?», y así como es cierto que en nuestra vida de consagración vamos dando pasos de incorporación a la Compañía o de Consagración, como es la ordenación diaconal y sacerdotal, cada vez que vivimos estas experiencias damos gracias, y la verdad es que a uno le toca dar gracias un poco por lo de siempre, por lo mismo de otras veces. Yo siento un enorme gratitud, primero que nada a Dios, por el don de la vida y por el don de tanta vida en la vida y por el don de esta vocación que reconozco como un regalo enorme y que es para mi el lugar donde siento que más se despliega mi vida: dándose a los demás. Esa es mi primera gratitud: a Dios. Y después a tantos que me han acompañado en este camino de la vida, primero que nada a mi familia, a toda mi familia, a cada uno, muchas gracias a Dios por cada uno de ustedes y a ustedes porque de todos voy aprendiendo, me voy sintiendo acompañado y querido como en el episodio del encuentro de Jesús con Bartimeo, de alguna manera yo también he sido Bartimeo y ustedes han sido para mí algunos de los que me han acercado al Señor. Y sigo dando gracias a Dios por ustedes, también por mis compañeros jesuitas, en este día a uno le toca agradecer mucho por la Compañía, por la vocación a la Compañía, por San Ignacio, por la vocación jesuítica. Y agradecerle a cada uno de los compañeros en concreto, en este tiempo uno reza un poco más estas cosas que le toca vivir y aparecen muchos rostros, y en estos días en concreto en dónde uno va compartiendo la noticia con otros, se hacen sentir muchos compañeros jesuitas que a lo largo de la vida me han acompañado en este camino y quiero agradecer por cada uno en este tiempo, reconociendo que a veces soy medio rezongón o medio crítico o medio peleador con los compañeros, o a veces poco cariños o cuidadoso con los compañeros, reconozco que son un regalo enorme, y esto me pasó pensando en los rostros de mis compañeros en concreto, así que a cada uno, los que están aquí presentes y los que están lejos, mi enorme gratitud. A mi me toca estar de vuelta en Montevideo después de 20 años de estar misionado en distintos lugares, en muchos lugares de formación y otros apostólicos, me toca volver aquí de nuevo y recibir muchísimos saludos de gente que ha sido compañera a lo largo de la vida, con la que hemos compartido y a la que he intentado también yo acercarla al Señor cuando estaban quizás en momentos al costado del camino, y me toca reencontrarme aquí también con gente que conozco desde hace mucho tiempo, conocer a otra desde hace poquito y quiero agradecerle a Dios por todos ustedes, los que están aquí y los que no pueden estar, porque forman parte también de ese grupo humano que va caminando con el Señor , o que a veces también me va llamando desde el costado del caminando para que me acerque a darles una mano. Entonces agradecer enormemente a Dios esta vocación, a la Compañía y a todos los que forman parte de este camino.

Muchas gracias.

Alberto Michelena S.J.

Año Ignaciano: serie de vídeos del P. General

El tercer vídeo del P. General sobre el libro-entrevista “En camino con Ignacio” se centra en el tercer capítulo titulado “Vivir con audacia en el mundo de hoy”.

En él, Arturo Sosa SJ nos invita a educar nuestra mirada, para en este año Ignaciano “ver nuevas todas las cosas en Cristo” para ver la realidad como Jesús la mira. Y así ver con misericordia, compasión y compromiso, descubriendo la presencia amorosa y discreta del Dios Padre en la creación, en los pequeños y sencillos, en los distintos y los excluidos y en todos aquellos que desean construir un futuro esperanzador.

Arturo Sosa SJ: “El jesuita se hace pobre para acercarse al estilo de vida de Jesús”

El P. Arturo Sosa, como Superior General, ha dirigido el pasado 27 de septiembre una carta a todos los jesuitas, invitándoles a reflexionar personal y comunitariamente sobre su voto de pobreza. Desde la oficina de comunicaciones de la Curia en Roma lo entrevistaron por este tema.

  • Padre General, ¿el contexto del Año Ignaciano imprime un matiz especial a la reflexión sobre la pobreza religiosa a la que invita con su última carta a los jesuitas?

El punto de partida del enfoque que propongo es anterior al Año Ignaciano. La Congregación General 36 pidió que el General revisara el Estatuto de la Pobreza y la Instrucción sobre la Administración de Bienes. He constituido ya un comité que se ocupará de ello. Pero la preocupación por cómo vivir el voto de pobreza, no sólo a nivel personal sino mirando a toda la Compañía, es muy antigua. Ahora me propongo que esta reflexión no se convierta en pura cuestión de normas, sino que intente llegar al fondo de las cosas.

¿Un vínculo con el Año Ignaciano que conmemora la conversión de Ignacio? Recordemos que lo primero que hizo Ignacio cuando decidió cambiar de vida fue hacerse radicalmente pobre. De modo simbólico hizo donación de sus vestidos y entregó su espada. Luego pasó por un proceso muy largo hasta llegar, décadas después, a una definición de la pobreza religiosa en la Compañía.

De hecho, el tema de la pobreza es una dimensión fundamental de la vida cristiana, porque Jesús se hizo pobre y humilde. El punto de partida de la redención del género humano es Jesús que se hace pobre. Así, ser cristiano en el seguimiento de Jesús, pero más aún hacer voto de pobreza en el caso de los religiosos, es hacerse pobre para acercarse al estilo de vida de Jesús.

  • Los religiosos y religiosas de todas las congregaciones hacen voto de pobreza. ¿Existe una manera específica de vivirlo en la Compañía?

Por supuesto, ya que la Compañía de Jesús ha sido una Orden muy particular desde sus orígenes. Hasta entonces, la pobreza estaba ligada a la vida monástica. Los monjes vivían este voto uniendo sus recursos en un monasterio. La Compañía de Jesús, en cambio, es una orden apostólica, constituida por miembros dispersos según las necesidades de la Iglesia. El estilo de vida de un jesuita deberá ser a la vez pobre y apostólico. De hecho, San Ignacio dice que los jesuitas deben tener un estilo de vida como el de “Jesús y los apóstoles”. Se trata, pues, de una dimensión misionera y de inserción en el mundo, que influye en la forma de vivir el voto de pobreza.

¿Es complejo? Evidentemente, y por eso esto de vivir la pobreza apostólica ha constituido siempre una fuente de tensión. No tener nada, pero al mismo tiempo poder ser eficaz en un apostolado necesitado de recursos muy concretos.

  • Por ejemplo, ¿cómo conectan los jesuitas su voto de pobreza con su lucha contra la pobreza en un mundo más justo?

Se trata de saber añadir un adjetivo esencial a la pobreza de los jesuitas. Es una pobreza evangélica. En mi carta a los compañeros jesuitas no hago una reflexión sobre la pobreza sociológica, sino sobre el voto de pobreza. La pobreza no es un bien en sí misma. Lo dijo San Pablo: “Jesús se hizo pobre para hacernos ricos”. Jesús no es pobre porque le falte lo esencial; se hizo pobre a sí mismo. La pobreza es el resultado del don de sí mismo, de la generosidad, del amor a los demás. Este es el voto de pobreza: renunciar a uno mismo para seguir la dinámica abierta por Jesús de darse generosamente, enteramente, a los demás.

La pobreza social es fruto de la injusticia y no de la voluntad de Dios. Dios no quiere esta pobreza. La pobreza evangélica, en cambio, es enriquecedora porque da vida. Ofrece libertad interior, permite desprenderse de las posesiones y despierta la sensibilidad hacia los que sufren aquella pobreza provocada por la injusticia. Las imágenes del Reino de Dios no incluyen pobreza; presentan una gran abundancia de dones de Dios.

  • El Papa Francisco, durante su encuentro con los miembros de la Congregación General 36, afirmó que la pobreza religiosa es una “madre” y un “bastión”. ¿Desea comentar algo?

Esas palabras no eran suyas. Recordaba a los jesuitas que son imágenes empleadas por Ignacio en las Constituciones. Hay que recordar que Ignacio dedicó mucho tiempo a pensar sobre este problema y que también dedicó largo tiempo a meditar sobre ella con sus primeros compañeros. Estas imágenes son fruto de un discernimiento. ¿Qué es una madre? Ella es la que da la vida, la que la alimenta y la cuida. La pobreza, pues, es como una madre que da vida al compromiso religioso y lo alimenta. En cuanto a la imagen del “bastión”, quiere decir que la vida hay que defenderla. El ataque de las riquezas, por ejemplo, puede sobrevenir en cualquier momento.

Esto nos devuelve al comienzo de nuestra conversación sobre la importancia de tener estatutos y normas. Si el jesuita quiere vivir su objetivo de vivir en pobreza-humildad, debe tener algunos criterios, normas que le sirvan de bastión. En concreto, esto quiere decir que, si bien la Compañía desea que sus miembros no posean nada personalmente, debe disponer de medios para mantener a los que está formando para el apostolado, así como a sus enfermos.

  • En su carta, pide usted a cada jesuita y a cada comunidad que someta a revisión la forma en que viven el voto de pobreza. ¿Personalmente, qué hace usted en este sentido?

En primer lugar, como cualquier jesuita, me siento en la obligación de orar. En mi carta insisto en que el primer paso es dar gracias por los beneficios que nos ha traído la pobreza evangélica, herencia del propio Jesús. Yo también lo haré. Además, como Superior General, en octubre-noviembre daré un retiro de un día a todos los Provinciales del mundo, región por región, invitándoles a poner en movimiento a sus comunidades. Y luego, a finales de 2022, dirigiré otro retiro a los Provinciales para poder compartir los frutos de nuestra reflexión y nuestra oración. El objetivo no es editar documento alguno, sino hacernos avanzar en la forma como vivimos nuestro voto de pobreza.

Fuente: jesuits.global/es