Simposio sobre los Ejercicios Espirituales

El Simposio Internacional sobre los Ejercicios Espirituales se cerró el viernes 17 de junio después de una intensa semana de trabajo en la Cueva de Manresa, para reflexionar sobre la actualidad de la propuesta de los Ejercicios y cómo desplegar todas las posibilidades que ofrecen para responder a los retos de hoy.

Más de 80 personas de 27 países de todo el mundo, presentes en el Centro de Espiritualidad de la Cueva de San Ignacio, y más de 200 que siguieron las ponencias online pudieron conocer muchas y diversas iniciativas que ya exploran creativamente lenguajes, formatos, espacios… y que permitan recorrer el camino que hizo Ignacio hace 500 años con fidelidad creativa a su propuesta.

El balance es muy positivo. El Simposio ha reunido a ponentes que han podido trasladar sus reflexiones y propuestas desde el testimonio de experiencias vividas y bien conectadas con la realidad, y a la vez formuladas desde la profundidad y el rigor. Experiencias desde contextos de exclusión social, de migración, de encuentro con culturas y espiritualidades diversas, que han permitido profundizar en el conocimiento de diferentes formas de proponer los Ejercicios y acoger nuevos horizontes posibles.

La última jornada, de hecho, puso de manifiesto especialmente la forma de ofrecer los Ejercicios en la cultura contemporánea a través de los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías de la comunicación, en la sensibilidad ecológica y en la incorporación del cuerpo y el movimiento a través de la peregrinación. Las comunicaciones sobre estas cuestiones sirvieron para poner en evidencia una vez más los riesgos y oportunidades de la tecnología. Y para poner de relieve, en la cuestión ecológica, que seguramente éste debe ser un elemento indispensable y central en cualquier modalidad de los Ejercicios y no sólo un adjetivo. La ponencia sobre los Ejercicios en peregrinación hizo hincapié en conceptos como el movimiento, la austeridad o la flexibilidad para adaptarse a las diversas situaciones.

El trabajo en asamblea plenaria permitió hacer una valoración de la semana, reconocer que Manresa es hogar para toda la familia ignaciana llegada desde tantos lugares y compartir el deseo de poder reencontrarnos con una cierta periodicidad para seguir profundizando los temas iniciados. Los participantes valoraban especialmente la equilibrada combinación del ritmo orante y experiencial con la profundidad y el rigor del planteamiento de la semana. La fidelidad a la experiencia fundante de San Ignacio venia del hecho de estar en Manresa y la creatividad y adaptaciones múltiples de la riqueza y diversidad de los participantes de todo el mundo.

El Simposio tuvo como clausura la celebración de la Eucaristía presidida por el jesuita Josep Rambla, iniciador e inspirador de EIDES (Escuela Ignaciana de Espiritualidad), entidad coorganizadora del Simposio junto con el Centro de Espiritualidad de la Cova Sant Ignasi. Cabe destacar también como a lo largo de los días, la diversidad de sensibilidades y expresiones culturales se ha vivido a través de las celebraciones litúrgicas.

Este encuentro ha sido pues la oportunidad de reflexionar y experimentar a fondo el reto y el encargo recogido en la primera preferencia apostólica universal de la Compañía de Jesús, es decir, «Ofrecer los Ejercicios Espirituales en todas las modalidades posibles, abriendo a muchas personas, sobre todo a los jóvenes, la oportunidad de servirse de ellos para entrar o avanzar en el seguimiento de Cristo».

Mensaje Final de la 44ª Asamblea de la CPAL

Del 7 al 11 de junio se llevó a cabo en la ciudad de México la 44º Asamblea de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe – CPAL.  En las primeras líneas del documento final se lee: «Después de dos años y medio de nuestro último encuentro presencial en Paraguay a finales de 2019, nos encontramos de nuevo los provinciales de América Latina y el Caribe, junto con los superiores regionales de Guyana/Jamaica y la Amazonía, así como los dos asistentes regionales del P. General para esta zona.»

Entre los temas tratados, se enfocaron en los avances del Proyecto Apostólico Común – PAC.2 y en compartir los Proyectos Apostólicos Provinciales de las doce provincias en relación con las Preferencias Apostólicas Universales y el PAC.2. «La variedad metodológica y cronológica es inmensa, pero todos nos sentimos caminando en una gran sintonía, buscando con mucha hondura los llamados de Dios a cada una de nuestras provincias y tratando de responder a ellos de la manera más honesta y generosa posible, con los recursos con los que contamos.», detallaron.

En el siguiente enlace se puede acceder al mensaje final completo : Mensaje Final de la 44ª Asamblea de la CPAL

Hans Zollner y la lucha contra los abusos en la Iglesia

En las VI Conversaciones PPC, Hans Zollner, especialista en la lucha contra los abusos en la Iglesia, afirmó que “la primera tarea de la Iglesia es acabar con los escándalos y limpiar lo que hay que limpiar”. “Si no escuchamos a las víctimas, estamos excluyendo la voz de Jesús que nos habla a través de ellos”, agregó.

De hecho, alertó de que “las víctimas todavía hoy encuentran puertas cerradas y les cuesta encontrar personas humanas que les escuchen y les acompañen”.

Por último, hizo un llamamiento a los cristianos presentes en la sala a “abrir los ojos, orejas y la boca cuando vemos algo que podría ser un abuso, todos tenemos la responsabilidad de formarnos, informarnos y de empujar a nuestras comunidades a que actúen”.

Fuente: vidanuevadigital.com

 

ARU: Se actualizan protocolos para el cuidado y la prevención de abusos

En el año 2010 se publicó el primer protocolo sobre el abuso sexual de menores y personas vulnerables de la Provincia argentino-uruguaya, con el compromiso de proceder a su  revisión periódica de manera de mantenerlo actualizado siguiendo la legislación civil y canónica, y también aprovechar la experiencia en materia de esfuerzos de prevención, en el tratamiento de casos y en la ayuda a las víctimas.

En 2017 se aprobó una nueva versión, ampliamente difundida en todos los sectores de la Provincia, siguiendo las directivas emanadas de la Santa Sede y de la Curia General de la Compañía de Jesús.

Las últimas reformas aprobadas por la Santa Sede, tanto en el Libro VI del Código de Derecho Canónico como en las Normas para los delitos más graves reservados al dicasterio de la Doctrina de la Fe, aconsejan una nueva actualización al 8 de diciembre de 2021, fecha de entrada en vigencia de las reformas arriba mencionadas.

En cumplimiento de estándares internacionales, la materia se desglosa ahora en cuatro  documentos separados, pero obviamente vinculados: el “Compromiso institucional”, la “Política de prevención”, el “Código de conducta” y el “Protocolo de actuación” propiamente dicho.

Todos estos documentos están publicados en nuestra página web oficial en  el apartado especial de «prevención de abusos». Esta actualización presupone siempre el estricto cumplimiento de la legislación y normativa vigente en nuestros países.

Todos estos esfuerzos se enmarcan dentro de la cura personalis propia de la Compañía y el compromiso de protección y cuidado de menores y personas vulnerables.

Provincia Argentino Uruguaya

arturo sosa sj

Arturo Sosa SJ: «La paz se funda sobre la justicia social»

Durante la semana del 24 de mayo, los superiores mayores de más de 120 congregaciones religiosas masculinas se reunieron cerca de Roma. El P. Arturo Sosa es el presidente de este grupo y aprovechó la ocasión para presentar un tema que le es muy cercano, el encuentro como dimensión de las culturas y camino a la paz. Relacionó esta dimensión fundamental de la experiencia cristiana, el encuentro, con la búsqueda de la paz, objetivo primordial en nuestro tiempo de tensiones. Compartimos algunos extractos de su alocución.

El encuentro como dimensión de las culturas y camino a la paz
P. Arturo Sosa, Presidente de la Unión de Superiores Generales (USG)

  • Cultura(s), y multiculturalidad

Hacer del “encuentro” la dimensión esencial y permanente de las culturas en las que nos movemos es la guía de las reflexiones que comparto en esta ocasión. Hemos recordado cómo la injusticia estructural genera situaciones de des-encuentro. El desafío de la misión que hemos recibido es dar pasos efectivos hacia la fraternidad y la paz. Desarrollar la dimensión del encuentro al interior de las culturas en las que encontramos sentido a nuestras vidas se convierte, por tanto, en un requisito sin el cual no es posible avanzar. El encuentro es la dimensión de las culturas que sirve como instrumento para contribuir a superar la injusticia, transformar la sociedad y reconciliarnos como personas, pueblos y ambiente en el que se desarrolla la vida.

La Buena Noticia de Jesucristo se presenta como luz a todas las culturas humanas. Jesús nació, creció y vivió en una determinada cultura, sin embargo, su evangelio trasciende cualquier límite cultural. Él y sus discípulos entendieron, no sin fatiga, que la Palabra de Dios está dirigida a todo ser y toda cultura humana. Es posible encarnar el evangelio en todas y cada una de las culturas humanas. Como el fermento que penetra la masa, el evangelio se encarna en las culturas y abre la posibilidad del encuentro con Dios, con los hermanos y con la naturaleza. Todas las culturas necesitan este encuentro sanador para crecer en humanidad.

  • Encontrarse a partir del pan

En Fratelli tutti, el Papa Francisco parte del encuentro del Samaritano con el herido abandonado en el camino para expresar desde dónde se construye la fraternidad. El samaritano no está atrapado en un modo de vivir su cultura que le impida salir al encuentro de la persona que necesita de su ayuda. Por el contrario, la dimensión del encuentro le abre los ojos a las necesidades humanas sin distinciones. Desde la dimensión cultural del encuentro es posible hacerse cargo de otras personas, pueblos y culturas heridas. Es posible abrazarlas y poner todos los medios al alcance de la mano para sanar heridas, tender puentes y construir fraternidad.

  • Para guiar nuestro pasos por el camino de la paz

El anhelo de paz ha estado presente en las culturas humanas a lo largo de una historia llena de violencia y guerras. En nuestros días, en medio de la tercera guerra mundial a pedazos, como la califica el Papa Francisco, aspiramos a la paz duradera que va más allá del silencio de las armas. La paz se funda sobre a justicia social.

Mientras no se transforme la estructura socioeconómica que genera la pobreza y sostiene las escandalosas diferencias entre unos pueblos y otros, entre pocas personas muy ricas y mayorías pobres, mientras no desaparezcan los fundamentalismos religiosos justificadores y las ideologías encubridoras… no se apagará la violencia, ni disminuirá el flujo de las migraciones forzadas, ni el tráfico de personas. Tampoco cesará la agresión contra el medio ambiente aún a riesgo de amenazar la vida sobre el planeta tierra..

El encuentro intercultural se realiza en un contexto o una historia de conflictos de toda índole. Resulta imposible imaginar procesos políticos intra o inter culturales sin conflicto. El camino hacia la justicia y la paz, a través del encuentro intercultural, es un complejo proceso de reconciliación entre los seres humanos cuya culminación es el perdón, sin el cual la paz carece de fundamento sólido. La reconciliación que lleva a la justicia social incluye restablecer la relación armónica con la naturaleza, con todo el medio ambiente en el que se desarrolla la vida.

La paz verdadera es la reconciliación de todas las cosas en Cristo, meta final del encuentro intercultural.

Fuente: jesuits.global/es

Todos colaboramos en la misión de Dios

Por primera vez desde que comenzó la pandemia, les ha sido posible a todos los Presidentes de las Conferencias de la Compañía acudir a Roma para colaborar con el Padre General en las tareas de un “Consejo Ampliado”.

La reunión giraba en torno a un tema y debía durar cinco días. El Padre Sosa buscaba, en un ambiente de discernimiento, orientar el gobierno de la Compañía hacia la colaboración. Es ésta una dimensión de la vida de la Compañía que ha ido adquiriendo mayor importancia en todo el mundo a lo largo de los años, y sobre la que han insistido las últimas Congregaciones Generales.

El primer día se dedicó esencialmente a la oración y la conversación espiritual. Todos hubieron de responder a la pregunta: “¿Dónde me sitúo yo como colaborador en la misión de Dios?”

En los días siguientes se abordaron las diferentes formas como se vive la colaboración en contextos diversos. Primero a nivel de la Compañía universal, luego en el seno de las Conferencias y, por último, en los distintos ámbitos de actividad apostólica.

• A nivel de la Compañía universal, el Consejo volvió a discutir aquella experiencia – que luego se interrumpió – de un Secretariado para la Colaboración, También se repasaron textos tradicionales de la Compañía que mueven a una mayor colaboración a nivel universal. Surgió la pregunta sobre qué factores han facilitado y cuáles han constituido un obstáculo para la colaboración en las últimas décadas.

• A nivel de las Conferencias, se agradecieron ante todo los logros alcanzados en este campo de la colaboración. En este terreno hemos permitido que el magis nos interpele. Pero, dentro de cada Conferencia, queda todavía espacio para una colaboración mayor entre las Provincias.

• Por lo que se refiere a la colaboración en los diferentes campos o sectores de apostolado, el trabajo recayó sobre todo sobre los responsables de los Secretariados. De nuevo en esta ocasión hubo que reflexionar sobre qué camino hemos recorrido para alcanzar una mayor colaboración, y se dedicó algún tiempo a detectar los signos de esperanza que existen.

Durante el fin de semana de Pentecostés, mientras el grupo ya se dispersaba, el Padre General y los miembros de su Consejo Ampliado agradecían al Señor su presencia y le pedían fervientemente que la inspiración del Espíritu Santo nos lleve a una colaboración cada vez mayor, al servicio de una misión que no es nuestra, sino del mismo Dios.

Fuente: jesuits.global/es

 

 

Jornada de las comunicaciones sociales: «Escuchar con los oídos del corazón»

El pasado 29 de Mayo se celebró la 56º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. “Escuchar con los oídos del corazón” es el título del mensaje que ha dirigido el Papa Francisco no sólo a los cristianos sino, como suele hacerlo, a toda mujer y todo hombre de buena voluntad. Subraya el Santo Padre que, cuando intentamos curar heridas espirituales, caemos en la cuenta de que la necesidad más imperiosa del ser humano es ser escuchado. Y concluye que escuchar es un deber y una responsabilidad para muchos: padres y maestros, pastores y agentes de pastoral, todos aquellos que se dedican a servicios sociales, a la política o, por supuesto, los que ejercen el oficio de transmitir información.

La espiritualidad ignaciana presta amplia atención al escuchar. Escuchar en primer lugar al Señor, al que podemos oír en las múltiples formas como nos “habla” en las más variadas circunstancias. Lo que nos recuerda el lema del Año Ignaciano cuando invita a los acompañantes espirituales a escuchar sin desfallecer a los que van de camino, y ayudándoles a que ellos a su vez escuchen la voz del Señor.

El Padre Arturo Sosa, en su presentación de la tercera de las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía, “Acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador”, repite que para acompañar bien a los jóvenes de hoy, antes que nada hay que escucharlos. Debemos dar lugar a que los jóvenes se expresen, e incluso aprender mucho de ellos, comenzando por la experiencia nueva que pone ritmo a su vida – y que es ante todo la experiencia de una comunicación global e instantánea.

Francisco añade: “Sólo prestando atención a quién escuchamos, qué escuchamos y cómo escuchamos podemos crecer en el arte de comunicar, cuyo centro no es una teoría o una técnica, sino la «capacidad del corazón que hace posible la proximidad» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 171).

Fuente: jesuits.global/es

Serie de videos «En camino con Ignacio»: Capítulo 10

El P. Arturo Sosa SJ, publica un video cada mes para acompañar su libro En camino con Ignacio, publicado en ocasión de la celebración del Año Ignaciano.

A partir del contenido del capítulo 10 del libro, el P. Arturo Sosa SJ reflexiona sobre la importancia de la acción educativa en el mundo y expresa el deseo de la Compañía de Jesús de colaborar en la formación de personas sensibles a la realidad, con capacidad de discernir aquello que más conduce al bien propio y del prójimo.

Mirá el video aquí:

El espíritu ignaciano a favor de los derechos del hombre

En una carta fechada el 26 de mayo “a toda la Compañía”, el P. Arturo Sosa afirma: “En un contexto globalizado como el de hoy, nos vemos confrontados a actuar como un cuerpo universal con una misión global, capaz de integrar la diversidad y singularidades de los contextos, culturas, tiempos y personas en los que se vive y trabaja. La colaboración y el trabajo en red ofrecen riqueza, solidaridad y una desafiante oportunidad a nuestro compromiso en las complejas y cambiantes situaciones socioeconómicas, políticas y religiosas de hoy. Resulta, pues, clara la urgencia de discernir juntos las estructuras apostólicas convenientes para alcanzar los ambiciosos objetivos apostólicos que nos hemos propuesto.”

Uno de los caminos que ya ha hecho sus pruebas desde 2008 es el del GIAN, la Red Global de Incidencia Ignaciana. Esta red defiende a los pobres y vulnerables y exige que sus voces sean tomadas en cuenta. Es una obra en la estela concreta de las Preferencias Apostólicas Universales y del esfuerzo por ver todas las cosas nuevas en Cristo, en el contexto del espíritu del Año Ignaciano, insiste el Padre General.

Por ello, el Secretariado para la Justicia Social y la Ecología acaba de publicar un “Documento de Gobernanza”, un documento de orientación que presenta lo que es el GIAN, su visión, el modo en que la Compañía puede desempeñar un papel de abogacía en favor de la necesaria transformación social y cómo su modo de proceder “ignaciano” da un color particular a sus intervenciones. Este texto será particularmente útil para aquellos, jesuitas y laicos, que están involucrados en el trabajo del apostolado social y que buscan dar a su compromiso una dimensión más allá de su contexto local o regional.

El GIAN es un excelente ejemplo de red jesuita que, sin sustituirse a las estructuras ordinarias de la Compañía – las del gobierno central, las Conferencias y las Provincias – ofrece un “valor añadido” al abrir vías de colaboración que van más allá de estas estructuras y que permiten a la Compañía participar en cuestiones verdaderamente globales.

Fuente: jesuits.global/es

Padre Kino, constructor de puentes

¿Puede una obra de música contemporánea darnos luz sobre uno de los temas más candentes de la actualidad, el de la penosa experiencia de los emigrantes latinoamericanos a Estados Unidos? Éste es el reto que el compositor Armando Franceschini y el dramaturgo Mauro Neri se propusieron al llevar a la escena “Kino, el constructor de puentes”.

No todas las semanas el Padre General va a un concierto. Este martes 10 de mayo, sin embargo, por invitación del P. Pascual Cebollada, Postulador de las Causas de los Santos de la Compañía de Jesús, ha acudido a la Iglesia de San Ignacio en Roma para disfrutar de la presentación de esa obra.

Basada en la novela del escritor Mauro Neri que lleva por título: “KINO. L’Apostolo senza tempo dei migrantes messicani vittime del MURO” (KINO. El perpetuo Apóstol de los migrantes mexicanos víctimas del MURO), y publicada en 2017, se trata de una obra tan teatral como musical.

Con originalidad, presenta no sólo la vida del jesuita Eusebio Francesco Chini, más conocido como “Padre Kino” (1645-1711), sino también la relevancia de su testimonio en los siglos posteriores a su trabajo misionero en los territorios que hoy se hallan al norte de México y al sur de los Estados Unidos.

Para Mauro Neri, una cosa está clara: en América, el padre Eusebio sigue ciertamente muy vivo hoy, 310 años después de su muerte. En particular, está vivo en la memoria de las poblaciones indígenas del Estado de Sonora (México) y en las que tienen raíces indígenas y que son católicas en el Estado de Arizona (EE.UU.). Está tan vivo y presente que millones de personas siguen invocando la protección del cielo a través de la intercesión de quien siempre ha sido considerado como “su santo”.

En el ya mencionado Estado de Sonora, llevó la fe católica a los indígenas y lo hizo fomentando la mejora de las condiciones de vida y el desarrollo económico de la región. El Padre Kino fue también un hombre de ciencia que publicó obras sobre astronomía y cartografía.

Lo más importante para nosotros – y ello aparece claramente en la obra de Mauro Neri – es que el padre Chini se comprometió a defender la dignidad de los indios de Sonora, en particular oponiéndose a la obligación de la monarquía española de forzarlos a trabajar en las minas de plata. Esto provocó incluso una serie de conflictos con sus compañeros en la misión.

El libreto de “Kino, el constructor de puentes” evoca la influencia del jesuita en tres épocas y contextos muy distantes y diferentes. Primero, su labor misionera para con los autóctonos a finales del siglo XVII; luego su “presencia” o influencia entre los indígenas Pima a mediados del siglo pasado, después de la Segunda Guerra Mundial; y, por último, el Kino que aún hoy protege a los muy pobres y vulnerables migrantes de Centroamérica que buscan trabajo después de cruzar el duro desierto de Sonora de tanto peligro y así alcanzar la codiciada “América” confiando en su santo patrón.

En 2020, el Papa Francisco reconoció las virtudes heroicas del Padre Kino. Es un “venerable” de la Iglesia y el procedimiento de su beatificación está en marcha bajo la responsabilidad de la Compañía de Jesús. Se trata también de una operación que se realiza en estrecha colaboración con la Diócesis de Trento (Italia), la Archidiócesis de Hermosillo (México) y la Diócesis de Tucson (EE.UU.).

Fuente: jesuits.global/es