El espíritu ignaciano a favor de los derechos del hombre

En una carta fechada el 26 de mayo “a toda la Compañía”, el P. Arturo Sosa afirma: “En un contexto globalizado como el de hoy, nos vemos confrontados a actuar como un cuerpo universal con una misión global, capaz de integrar la diversidad y singularidades de los contextos, culturas, tiempos y personas en los que se vive y trabaja. La colaboración y el trabajo en red ofrecen riqueza, solidaridad y una desafiante oportunidad a nuestro compromiso en las complejas y cambiantes situaciones socioeconómicas, políticas y religiosas de hoy. Resulta, pues, clara la urgencia de discernir juntos las estructuras apostólicas convenientes para alcanzar los ambiciosos objetivos apostólicos que nos hemos propuesto.”

Uno de los caminos que ya ha hecho sus pruebas desde 2008 es el del GIAN, la Red Global de Incidencia Ignaciana. Esta red defiende a los pobres y vulnerables y exige que sus voces sean tomadas en cuenta. Es una obra en la estela concreta de las Preferencias Apostólicas Universales y del esfuerzo por ver todas las cosas nuevas en Cristo, en el contexto del espíritu del Año Ignaciano, insiste el Padre General.

Por ello, el Secretariado para la Justicia Social y la Ecología acaba de publicar un “Documento de Gobernanza”, un documento de orientación que presenta lo que es el GIAN, su visión, el modo en que la Compañía puede desempeñar un papel de abogacía en favor de la necesaria transformación social y cómo su modo de proceder “ignaciano” da un color particular a sus intervenciones. Este texto será particularmente útil para aquellos, jesuitas y laicos, que están involucrados en el trabajo del apostolado social y que buscan dar a su compromiso una dimensión más allá de su contexto local o regional.

El GIAN es un excelente ejemplo de red jesuita que, sin sustituirse a las estructuras ordinarias de la Compañía – las del gobierno central, las Conferencias y las Provincias – ofrece un “valor añadido” al abrir vías de colaboración que van más allá de estas estructuras y que permiten a la Compañía participar en cuestiones verdaderamente globales.

Fuente: jesuits.global/es

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