Ellos y Ellas

Salir, Seguir y Servir. Tres verbos que inspiran la propuesta de la Pastoral Magis de España para los jóvenes.

Siempre han sido y siempre serán nuestra misión: Los jóvenes. Su educación, la transmisión de la fe y el facilitarles experiencias de crecimiento integral, vienen siendo desde hace casi cinco siglos nuestro gran reto. Aunque nos dediquemos a otras actividades y sectores de la sociedad; aunque la historia y la tradición que nos avala parezca que se difumina ante lo vertiginoso de los nuevos tiempos; aunque experimentemos las limitaciones de los saltos generacionales, ellos condicionarán nuestras líneas de actuación y marcarán el rumbo de nuestro desvelo.

Ellos y ellas. Tan cambiantes. Imprevisibles. Hijos de su época. Siempre un paso por delante. Pertenecientes ya a todo tipo de estructuras familiares. Del primer mundo o en los márgenes de lugares que no son noticia. Pero todos y cada uno, llamados a convertirse en hombres y mujeres para los demás. Solo seguimos el sueño de Ignacio, la herencia moderna del P. Arrupe. No es otra cosa que el evangelio de Jesús, que sigue enamorando y se sigue tatuando en el corazón de tantos jóvenes que siguen buscando un horizonte de sentido para su vida.

Metidos en el Año Jubilar Aloisiano y con la mirada en el próximo Sínodo de Obispos que se dedicará a la juventud, queremos como cuerpo apostólico renovar nuestro compromiso por los jóvenes. En este contexto histórico, se nos invita a transitar caminos nuevos. A no dar respuestas pasadas a preguntas de hoy. A ser fieles a la esencia del evangelio sí, pero con ese punto de audacia que, en el pasado, misioneros y exploradores tenían cada vez que intentaban llevar la Buena Noticia donde nunca había llegado antes.

San Ignacio en los Ejercicios nos invita a que nos preguntemos: ¿Qué hemos hecho por Cristo? ¿qué hacemos por Cristo? ¿Qué hemos de hacer por Cristo? Son las tres preguntas clave que nos sirven de espejo para seguir actualizando nuestra reflexión y acción pastoral: ¿Qué hemos hecho por los jóvenes? ¿Qué hacemos por ellos? ¿Qué hemos de hacer?

Si tres son las preguntas, tres son los verbos sobre los que vamos delineando nuestra tarea con los jóvenes. Tres acciones que desde distintas perspectivas se acaban encontrando y buscan la misma finalidad: la experiencia profunda con el Maestro de Galilea. Es nuestra PASTORAL MAGIS.

Salir

Es llevar a los jóvenes a que conozcan la realidad, salgan de sus rutinas y escenarios. Salir para conocer, entender el mundo y comprender lo diferente. Salir a los cruces de caminos para ser Iglesia en salida que se hace prójimo. Acercarse a los que están lejos. Ser acogida en la intemperie. Descubrir que hay un mundo necesitado de palabras y gestos de Dios.

Seguir

Es llevar a los jóvenes a ese punto donde se decide el rumbo de la vida. Optar. Decidir conscientemente en libertad por Jesús y su pasión: el Reino. Despertar los deseos de abrazar Su estilo de vida. Seguirle para vivir como él y estar cómo él hoy. Seguirle para vivir la vida como peregrino, ligero de equipaje y lleno de pasos por andar.

Servir

Es llevar a los jóvenes a esos espacios donde el amor se pone de rodillas para entregarse, donde menores en riesgo, migrantes, ancianos y enfermos se convierten en el centro. Espacios donde restañar heridas y dejarse curar por los más necesitados. Espacios solidarios donde descubrir que el evangelio de Jesús se concreta y se hace justicia social en un mundo roto.

Quizás suene demasiado ideal. Todos sabemos que es mucho más complicado de lo que parece. Pero seguiremos apostando, porque siempre han sido y siempre serán nuestra misión: Los jóvenes.

Fuente: Jesuitas España

 

11° Asamblea de la Red de Parroquias Jesuitas de América Latina

Resumen de la 11° Asamblea de la Red de Parroquias de América Latina. Este evento se da cada 2 años en distintas ciudades del continente. Este año fue el turno de Lima, Perú, de ser anfitriona. El coordinador de la Red es el Padre Rafael Velasco SJ.

Por seis días (del 19 al 24 de mayo) los delegados de la Red Latinoamericana de Parroquias Jesuitas (RELAPAJ) de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (CPAL) se reunieron en Lima, Perú, para abordar las novedades parroquiales de cada país, y conocer cómo las parroquias jesuitas están respondiendo a los desafíos de la Congregación General 36.

El P. Rafael Velasco SJ, Coordinador de la RELAPAJ destacó que este encuentro tiene dos sentidos: compartir las experiencias del sector parroquias en toda Latinoamérica y a su vez reflexionar la misión de reconciliación y justicia para el sector. «Coincidimos que nuestras parroquias están llamadas a ser comunidades de vida, de encuentro, que salgan al encuentro de las comunidades y de los humanos, y que los acompañen en los procesos, que ayuden a reconciliar, reconciliar a las personas con Dios y también a reconciliar sus vidas, con sus vecinos, con su propia sociedad y a trabajar por una sociedad más justa».

El encuentro contó con la participación de 15 personas: P. Luis Javier Serralde (Colombia), P. Luis Raúl Arbeláez (Colombia), P. Mateo Garr (Perú), P. Cristino Quiñonez (Paraguay), P. José Luis Serra (México), P. Orlando Contreras (Chile), P. Laercio Lima (Brasil), P. Javier Antonio Fuenmayor (Venezuela), P. Carlos García Carrera (Cuba-Antillas), P. Santiago Polanco (Antillas), P. Miguel Ángel Vásquez (Centroamérica), P. Homero Fuentes (Ecuador), P. Rafael Velasco (ARU), P. Rafael Moreno (Representante de la CPAL) y la única mujer Roxana Gutiérrez (Bolivia).

Los dos primeros días del encuentro, los participantes se dedicaron a conocer más a fondo el funcionamiento de las parroquias jesuitas que pertenecen a la Provincia del Perú, conocieron la Parroquia La Virgen de Nazaret que está ubicada en El Agustino (Lima) y la Parroquia San Pedro de Lima, que se encuentra en el Cercado de Lima. A su vez, conocieron la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima en Miraflores, sede del encuentro.

La Red Latinoamericana de Parroquias Jesuitas (RELAPAJ) también reflexionó sobre diversos temas, como: la Misión de la Compañía en Latinoamérica, que estuvo a cargo del Presidente de la CPAL, Roberto Jaramillo SJ. Así también, analizaron los aportes para la realización del Plan Operativo de Acción del año 2018 y ejecutaron un plenario sobre la misión de las parroquias a la luz de la Misión de la Compañía.

El día miércoles por la mañana, los participantes tuvieron la oportunidad de escuchar vía Skype una charla sobre la preparación para el Sínodo de la Juventud 2018, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y el Magis 2019; que estuvo a cargo del P. Marcelo Amaro, Delegado de Juventud y Vocaciones por parte de la CPAL.

Para finalizar el encuentro, el P. Velasco destacó que «las parroquias jesuitas deben ser un espacio de encuentro con el Dios Jesús y por eso debemos trabajar fuertemente la espiritualidad ignaciana, los ejercicios espirituales, los ejercicios en la vida diaria; ofrecer ese alimento de la espiritualidad que ayuda que en este mundo tan complejo, para que las personas puedan encontrarse con Dios y podamos hacer comunidad que ayude a transformar la realidad. Comunidades de vida que generen otra vida”.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica

 

Escuchando.lat Ya es Una Realidad

La Compañía de Jesús en América Latina quiso poner en marcha un proyecto a través del cual apoyar y colaborar con la V Asamblea Sinodal de Obispos  que se llevará a cabo en octubre de este año. La temática que nucleará a los Obispos será ‘Fe, Discernimiento y Vocación’. Por eso, la reunión es más conocida como ‘el Sínodo de los Jóvenes’.

Por esto también, la Iglesia ha querido abrir los oídos y el corazón a la realidad de los jóvenes de dentro y fuera de ella.

Escuchando.lat será una instancia más, por eso, en ella encontrarás un contenido que viene del jóvenes, que han reflexionado y se han pronunciado respecto de distintos temas. Sin embargo, este contenido no está cerrado, sino en construcción. Todavía hay muchísimos jóvenes en Latinoamérica que no hemos escuchado y que invitamos que se sumen a construir este proyecto con nosotros.

Por eso

  • Si como joven, te gustaría ser parte, no dudes en ponerte en contacto.
  • Si sos educador/a y te gustaría generar espacios de debate y reflexión en el aula, no dudes en ponerse en contacto.
  • Si sos coordinador/a de grupos juveniles, espacios de catequesis, etc. que crees que los jóvenes tienen algo para decir que merece ser escuchado, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

Mientras tanto, los invitamos a seguir las redes.

  • Twitter @EscuchandoLat
  • Instagram: @esuchando.lat
  • Facebook: Escuchando.lat

Encuentro de Delegados de la Pastoral Juvenil y Vocacional de la CPAL

Compartimos una nota sobre el Encuentro de Delegados de Pastoral Juvenil y Vocacional de CPAL que se llevó adelante en la Provincia Centroamericana, desde el 7 al 11 de mayo.

Por Andrea Bran y Fernando Ochoa

El encuentro dio inicio el lunes (7 de mayo) con la bienvenida a cargo del P. Marcelo Amaro, S.J. (Coordinador de la Pastoral Juvenil y Vocacional de la CPAL). Fue un día dedicado a compartir las experiencias y los proyectos de cada provincia, en materia de formación y acompañamiento a jóvenes.

La dinámica del encuentro continuó el segundo día, dedicándolo a la formación de los participantes. Se contó con la participación del Equipo del Área Humano – Espiritual del Centro Loyola (integrado por: Carmen Aída Rodríguez, Ana María Salguero y Daniel Guevara), quienes llevaron a cabo el Taller de Técnicas de Acompañamiento. En este día, se tuvo también la oportunidad de compartir casos puntuales, e intercambiar experiencias sobre las dificultades que pueden haber, al momento de acompañar a las y los jóvenes de los diferentes países.

La mitad de la semana ha sido una pausa para analizar y reflexionar. En la primera parte del día se revisaron los desafíos que se tiene como equipo, y se reflexionó sobre los trabajos y oportunidades para trabajar en RED. Contamos con la participación del P. Roberto Jaramillo, S.J. (Presidente de la CPAL) y el P. Hermann Rodríguez, S.J. (Delegado para la Misión de la CPAL).

La segunda parte del día fue un espacio para dejarnos encontrar por la historia de aquellos que entregaron su vida, ante un contexto difícil. Fue la experiencia conocer algunos lugares que nos recuerdan de aquella llamada, aquella invitación, aquel Espíritu que movió a Mons. Óscar Arnulfo Romero y a los mártires de la UCA a responder, desde el amor y la justicia, ante las dinámicas y contextos del que fueron testigos. Visitamos la Catedral Metropolitana de San Salvador y oramos en la cripta, donde reposan los restos de Mons. Romero. Luego nos dirigimos al “Hospitalito” (como se le conoce a la Capilla del Hospital Divina Providencia), donde Monseñor vivió y fue asesinado aquel 24 de marzo de 1980. Cerramos el día con la visita al Centro Monseñor Romero y con la eucaristía en la Capilla universitaria, donde se encuentran enterrados los mártires jesuitas de la UCA. Fue una experiencia para reflexionar, ante las diferentes realidades, desde el sentir, el sentir con la Iglesia y reflexionar nuevamente, con las palabras del P. Ignacio Ellacuría, S.J.: “¿qué he hecho para crucificarlos?, ¿qué hago para que los descrucifiquen?, ¿qué debo hacer para que ese pueblo resucite?”.

El encuentro finalizó el viernes 11 de mayo; sin embargo, hay aún trabajo por reflexionar y, sobre todo, realizar luego de este encuentro. Seguimos encomendado a los delegados, para que sea Dios les ilumine y les conduzca, especialmente en la tarea de escuchar y acompañar a los jóvenes en este camino compartido del seguimiento de Jesús.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica

II Encuentro Nacional de Jóvenes en la ciudad de Rosario

La Iglesia Argentina convoca al II Encuentro Nacional de Jóvenes del 25 al 27 de mayo próximos, en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe.

El programa del Encuentro invita a dejarse fascinar, escuchar, discernir y convertir la realidad de la Iglesia desde los jóvenes, bajo el lema: “Con Vos, renovamos la historia”. La preparación de este II encuentro nacional –el primero se realizó en el año 1985-, incorpora toda la dinámica que las nuevas tecnologías aportan, con presencia destacada en las redes sociales. Así, la comisión de pastoral de juventudes, perteneciente a la Conferencia Episcopal, ha desarrollado su presencia en la web , en Facebook, Instagram y Twitter (@enjrosario2018), y propone los hasgtags #ENJRosario2018 y #ConVosRenovamosLaHistoria como referencia para publicaciones en estas redes.

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Jóvenes de todo el país, de comunidades parroquiales, movimientos, colegios y comunidades eclesiales, se reunirán para orar y manifestarse junto al Monumento a la Bandera, en búsqueda de caminos siempre nuevos para la Iglesia en Argentina. Abiertos a reconocer espacios de encuentro y esperanza compartidas. Dispuestos a ser “discípulos misioneros de una iglesia joven en salida, testimonio humilde de la alegría del evangelio”. Pidiendo “el coraje de salir al encuentro de los demás, hacernos prójimos de los pobres y oprimidos y, desde el corazón de nuestro pueblo, construir juntos la civilización del amor”. Por eso, en unión con la Virgen María, piden a Dios: “Con nosotros, renová nuestra historia”.

Acompañamos con nuestra oración a los grupos que asistirán –entre ellos, un nutrido grupo de la Parroquia del Patriarca San José, de la que fuera párroco el Papa Francisco, que se preparan intensamente para compartir esta experiencia.

MAS INFORMACION

 

Arturo Sosa SJ: Es el Momento de Escuchar a los Jóvenes

El 9 de marzo, el Padre General envió un mensaje a toda la Compañía de Jesús con motivo del 450° aniversario del nacimiento de San Luis Gonzaga SJ.

En el documento expresó que dirigir la mirada a estos jóvenes jesuitas «significa retomar la radical entrega de la vida a Jesucristo y a la causa del Evangelio, y ahondar nuestra integración entre vida y misión. Asimismo, supone crecer en libertad interior, de manera que podamos hacer del discernimiento el modo de proceder cotidiano en nuestro servicio a la misión de Cristo hoy».

Por invitación del Papa Francisco, la Iglesia tiene este año su atención puesta en los jóvenes. El Sínodo de los Obispos, en Roma, sobre «los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», el próximo mes de octubre, y la Jornada Mundial de la Juventud, en Panamá, en enero de 2019, serán dos momentos significativos en los que la Iglesia quiere centrar su mirada en la juventud actual para escuchar sus inquietudes, sueños y esperanzas, además de enriquecerse con sus alegrías, iniciativas y apertura a la vida.

Precisamente en el período de preparación para estos dos encuentros, la Compañía celebra simultáneamente los 450 años del nacimiento de San Luis Gonzaga (9 de marzo de 1568, en Castiglione delle Stiviere) y de la muerte de San Estanislao de Kostka (15 de agosto de 1568, en Roma). Ambos jóvenes jesuitas testimonian sorprendentes historias de apertura a Dios hasta el punto de asumir opciones contraculturales. Sintiéndose llamados a dar todo de sí, ambos manifestaron una inequívoca voluntad de identificarse con el Señor, respondieron con determinación y entusiasmo a su vocación y superaron los no pocos y arduos obstáculos que se interpusieron para su ingreso en la Compañía de Jesús.

Por su parte, la Santa Sede, teniendo presente el aniversario del nacimiento de Luis Gonzaga, ha proclamado la celebración de un Año Jubilar Aloisiano a partir del 9 de marzo hasta la misma fecha del año 2019. Como lugares privilegiados de peregrinación ha fijado la iglesia de San Ignacio en Roma, donde reposan los restos de San Luis Gonzaga, y todos los templos del mundo dedicados a este joven santo jesuita.

En consecuencia, el P. General ha querido invitar a toda la Compañía, en sus comunidades e instituciones a buscar la mejor manera de celebrar, de acuerdo a cada lugar. Este es un tiempo de gracia, que atrae nuestra mirada sobre el enriquecimiento que los jóvenes suponen para la sociedad, la Iglesia y la Compañía.

Sobre San Luis Gonzaga

Luis Gonzaga demostró una vigorosa personalidad desde muy joven. Nació y creció en un contexto familiar cristiano, donde se leían las cartas que escribían los misioneros jesuitas desde sitios lejanos, pero también mundano, cargado de sensualidad, ambición y violencia, que le prometía un futuro de riqueza, fama y poder. No obstante, con una sólida fe, una asombrosa libertad interior, y resistiendo presiones de todo tipo, buscó guiarse por la voz del Espíritu que resonaba en su conciencia, asumiendo el seguimiento del Señor como camino para su vida. Como San Estanislao, venció la resistencia de su familia y se entregó íntegramente a Dios en una Compañía de Jesús fundada unas décadas antes.

Luis Gonzaga sólo tuvo tiempo de darse enteramente a su formación; su entrega a ella justificó que se le considerara un ejemplo para los jóvenes jesuitas. Murió siendo estudiante de teología, a los 23 años, al contraer la enfermedad de quienes en Roma eran excluidos y marginados a causa de una atroz peste que acabó con la mitad de su población; atendiéndolos, voluntariamente arriesgó su vida y llegó al extremo de entregarla por ellos (cf. Jn 15,13). Ante su testimonio, Benedicto XIII lo proclamó en 1729 patrono de los jóvenes, Pio XI en 1926 patrono de los estudiantes y, en el cuarto centenario de su muerte, Juan Pablo II en 1991 patrono de los enfermos del sida.

Tengo la convicción de que el Espíritu de Dios sigue interpelando desde la fe y desde el sufrimiento de los pobres de la tierra a muchos jóvenes. Son muchos los que, en todos los países, anhelan un mundo sin corrupción, transparente y honesto, en el que haya reconocimiento y lugar para todos. Son muchos los jóvenes que, de forma noble, audaz y generosa, desearían hacer algo por el bien de la humanidad y de sus pueblos; querrían que el sufrimiento de tantos desaparezca, que se logre la reconciliación entre personas y pueblos, que se proteja nuestro planeta y que la humanidad se guíe por valores trascendentes que den sentido al mundo y a la historia humana. Frecuentemente, sin embargo, muchos de ellos no saben cómo hacerlo.

Es el momento, pues, de escucharlos y preguntarnos cómo ayudar a los jóvenes a crecer profundamente en su fe y amor a Cristo de modo que puedan, con una valentía semejante a la de Luis Gonzaga, enfrentar los ídolos de la cultura dominante. Así mismo, teniendo presente que murió sirviendo no sólo a los que estaban enfermos de una peste sino a los que eran abandonados sin esperanza en las calles de la ciudad y mirados con temor, es la ocasión para examinar cómo podemos nosotros, como ministros de la reconciliación que Cristo ha ofrecido a la humanidad, ayudar a los jóvenes hoy a que superen todo tipo de aprensión y de rabia, suscitada políticamente ante quienes son «diferentes» o ante los «otros», de modo que expresen acogida, confianza y compasión. Finalmente, sabiendo que Luis Gonzaga entendió la Vida Religiosa como una inspiradora opción personal de entrega de la propia vida por los demás, nos corresponde mirar cómo podemos presentar a los jóvenes de hoy la Compañía de Jesús y la Vida Religiosa como una gozosa opción de vida, para servir y dar vida a otros.

Termino pidiendo a María, Madre de la Compañía, que nos ayude a obtener la gracia de saber acompañar en la fe y en la vida a los jóvenes que tratamos y que acogemos en nuestras instituciones. Ella, siendo aún muy joven en la humilde población de Nazaret, acogió el llamado de Dios, se dejó cubrir por la sombra de su Espíritu y aceptó portar en sí y encarnar al Hijo del Altísimo para bien de su pueblo y de todas las generaciones futuras. Quiera Dios que nuestro servicio a los jóvenes hoy sea, como en el caso de Luis Gonzaga, ayudarles para que «en todo» puedan «amar y servir».

Fuente: Jesuitas Colombia

Un Dios que nos enciende el corazón: Pascua Joven Corrientes

Los jóvenes que vivieron la Pascua Joven en Corrientes comparten sus experiencias, algunos desde la organización y otros como participantes del retiro.

Por Lisandro Ramírez Ramírez

¿Por qué otra vez vas a ir a servir el fin de semana de pascuas? Esa es la pregunta que me la hizo un amigo y no pude responderle… Pensé en decirle la típica frase de que el servicio te llena y que no hay mejor inversión que el tiempo en Dios, pero me llame al silencio, me saque el casete y deje que esa pregunta de vueltas en mi cabeza durante todo este tiempo. Hoy creo que estoy en condiciones de dar una respuesta…

¿Por qué? Porque realmente creo que Jesús dió su vida por mí y pienso que puedo devolverle un poquito a través de esto.

Porque a través de lo que me gusta hacer, puedo ayudar a que jóvenes que no conozco puedan acercarse a Dios.

Porque Dios termina devolviéndote el doble de lo que le das.

Porque más allá del cansancio lógico de estar todo el día trabajando, hay una parte del cuerpo que no se cansa y es el corazón.

Porque hay situaciones, gestos y pequeños momentos que durante la Pascua Joven hacen ver y sentir el amor de Dios.

Porque todavía existen jóvenes que buscan llenar ese vacío y quieren seguir conociendo a Cristo.

Porque el servicio con amigos hace que todo sea mucho más fácil.

Y porque, a pesar de pasar la fiesta más importante para los católicos lejos de mi familia, Jesús se encargó que en estos días me olvidé de ese pequeño detalle y sea feliz.

«Hazme un fuego sin fronteras» fue el lema que nos acompañó durante esta Pascua Joven y es lo que hoy les quiero desear, que ese fuego que Jesús Resucitado prende en nuestros corazones sea capaz de traspasar nos y contagiar a todos los que nos rodean. Felices Pascuas!!!!

Por Agustín Talavera

Hablando desde el corazón, Pascua Joven es para mí una experiencia profunda, inclusiva, innovadora y contagiosa.

En primer lugar, la viví muy profundamente por el hecho de que mediante diferentes actividades, dinámicas y gestos pude analizar un poco más muchos aspectos de mi vida, desde lo más superficial hasta lo más profundo.

Fue un tiempo fuerte de encuentro con Jesús: una forma de conocer desde adentro su esfuerzo, Su amor, Su compasión, Su Fe, Su entrega humilde y transformadora; que rompió esquemas para el bien de los demás.

Otro aspecto muy interesante, es que el retiro es abierto para cualquier joven cristiano, no importa con qué espiritualidad se identifique ni cómo es su vida de Fe. Lo único que se necesita son ganas de estar ahí.

Además, la propuesta es muy original, ya que da una respuesta muy eficiente a lo que muchos jóvenes buscamos hoy en día: una Pascua de resurrección diferente, divertida, reflexiva y de comunidad que compartir con otras personas que tengan también el entusiasmo y valor para dejarse sorprender.

En lo personal, esta Pascua Joven significó un espacio para conmemorar lo vivido por los apóstoles y Jesús dos mil años atrás. Y a partir de su paso de la muerte a la vida, nos hace renacer, limpiar y renovar nuestro espíritu eliminando el agobiante y molesto peso del pecado, haciéndonos sentir acompañados y prendiendo una fuerte y hermosa llama sin fronteras en el corazón de cada persona que formó parte de esto para contagiar e iluminar a otros.

Por Milagros Amore

Para mí Pascua Joven fue una experiencia de pascua totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada todos los años. La decisión fue difícil porque implicó “romper” una tradición familiar de años de pasar juntos.

Cuando llegamos el jueves nos recibieron cantando con alegría, dándonos una hermosa bienvenida, cada uno de los chicos del equipo nos esperaba en distintos lugares. Hicieron una representación de la última cena, la traición de judas y después en misa el padre llevó a cabo el lavatorio de pies. Al ver eso fue el primer momento que sentí que algo se movió en mí porque me lo imaginaba a Jesús haciéndolo.

Al otro día comenzaron las charlas sobre distintos temas y las dinámicas. En la primera dinámica teníamos que taparnos los ojos y si teníamos alguien a quien perdonar o pedir perdón, hacer de cuenta que iba dirigido a esa persona. En la dinámica siguiente había un cordero representando aquel “cordero que quita el pecado del mundo”. Escribimos en un papel nuestros pecados después de una reflexión, y nos lo atamos a la frente. Teníamos que tenerlo hasta las tres de la tarde… momento que crucificarían a Jesús.

Armamos también una especie de velas con el nombre de cada uno. Al llegar la hora de la misa de las 15.00, ese papelito ya molestaba demasiado. Significando esos pecados que nos pesan, que incomodan o que incluso muchas veces no los vemos pero los demás sí. Los atamos en el cordero y seguidamente teníamos que besar la cruz. Segundo momento que sentí moverse algo en mí.

Al momento que todo esto transcurría, quienes querían eran llamados a confesión. Llegado mi momento, sentí un alivio enorme. Por la noche realizamos el Vía Crucis.

Fue realmente un fin de semana acompañando a Jesús en cada momento, desde que me levantaba hasta que me iba a dormir. Sentir su presencia en el viento, en las hojas de los árboles cuando se movían, en esa paz, en ese silencio… en esos dolores, en esas heridas que cada uno tiene en su corazón… en el compartir con el otro, las alegrías, las tristezas… en cada momento lo pude sentir. Pero especialmente puedo decir que lo sentí dentro de mí, Él resucitó en mi corazón, recordándome cuánto me ama y que quiere que confíe en su amor plenamente. “Hazme un fuego sin fronteras “era la frase que leía por todos lados cuando comenzaban los preparativos y no entendía el por qué… terminando la jornada comprendí que necesitaba que ese fueguito vuelva a encenderse en mí y poder encender otros fueguitos a mi alrededor. Feliz y agradecida, así me encuentro hoy.

 

Querida Iglesia: Aquí los Jóvenes

Sobre la Declaración para el Sínodo de Jóvenes tras la Asamblea Pre-Sinodal de Marzo

Por J.L. Panizza SJ

Querida Iglesia, esta es nuestra situación. Estos son nuestros deseos, inquietudes, fortalezas y miedos. ¿Podrías, por favor, decir algo al respecto? Fuerte y claro, con esperanza y alegría. Porque creemos que lo que digas ayudará a que amemos más a Jesús y sirvamos mejor a los demás”. Los jóvenes

De esta manera resumiría yo la declaración pre-sinodal que se escribió en preparación del sínodo (congreso de obispos) sobre “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” que se va a realizar en Roma este octubre. Este informe pretende ser una “hoja de ruta” para los Padres Sinodales, para que al reunirse puedan comprender mejor a los jóvenes y las situaciones que viven. Y así puedan dar desde la fe respuestas actualizadas y vigentes.

Cada vez está más presente en la sociedad (y mucho más entre los jóvenes) la idea de que la Iglesia es una institución obsoleta. Sin embargo, los que estamos cerca sabemos que la Buena Noticia de Cristo sigue tan vigente hoy como nunca y que la Iglesia Católica (pese a todas sus fragilidades) nos brinda los mejores espacios y enseñanzas para seguir esta Buena Noticia con fidelidad.

Son muchos los temas que nos preocupan. Muchas las situaciones en las que vemos dolor, injusticia, rechazo de la voluntad de Dios. Deseamos ir dando respuestas a todo esto como parte de la Iglesia. Frente a una Iglesia que “suele aparecer como demasiado severa y excesivamente moralista” en la que “es difícil superar la lógica del “siempre se ha hecho así” nosotros “necesitamos una Iglesia acogedora y misericordiosa (…) que ame a todos”.

Frente a un mundo que al diferente ‘le pasa factura’, nosotros queremos “ver en la diversidad una riqueza” y sumarnos a un “diálogo pacífico y constructivo”. No queremos que el otro sea ajeno, sino vivir en auténtica fraternidad. Esto implica también generar “consenso sobre la cuestión de acogida a los migrantes”, y el diálogo con “otras creencias y tradiciones” y también en lugares donde “es difícil para los jóvenes escuchar siquiera el mensaje del Evangelio”, sea por las “tensiones sociales” que pueden llegar a persecuciones o en “una sociedad cada vez más secular” que niega la dimensión religiosa del hombre.

El ideal de “construir un mundo mejor” sigue vigente. “Los jóvenes buscan comprometerse y afrontar situaciones de justicia social de nuestro tiempo”. Deseamos “afirmar la dignidad inherente al trabajo”, ser apoyados en la búsqueda de nuestros sueños de nuestros sueños, iluminados en nuestros esfuerzos por la Doctrina Social de la Iglesia y en este proceso, encontrar a la santidad como algo alcanzable y un camino a la felicidad.

La tecnología ocupa un lugar central en nuestras vidas. Buscamos criterios para que su uso pueda tener algo que ver con nuestro seguimiento del Señor, que nuestra vida online y offline no estén separadas, ni caigamos en una “cultura y dictadura de las apariencias”. Y también lo vemos “como un lugar fecundo para la Nueva Evangelización”, donde encontramos nuevas herramientas para rezar y estar en vínculo con la Iglesia.

Tenemos “poca claridad del rol de la mujer en la Iglesia”. Sentimos que parte de la Buena Noticia de Jesús es elevar la dignidad de la mujer, no perpetuar un orden social en el que el varón tenga la preponderancia. Por eso “animamos a la Iglesia para que pueda profundizar en su comprensión del papel de la mujer y poder así darles un mayor protagonismo, tanto a la mujer laica como a la mujer consagrada”.

Misericordia. Acogida y diálogo en la diversidad. Construcción de una sociedad mejor. Tecnología. Empoderamiento de la mujer. Aquí es donde los jóvenes sentimos que la voluntad de Dios nos llama. Y le pedimos a la Iglesia que nos ilumine en este camino de seguimiento de Cristo.

 

Pascua es Animarse a Permanecer en el Amor

Durante los días jueves, viernes y sábado santos, se llevó adelante en el Centro Manresa de Córdoba la Pascua Joven. Una propuesta que invita a los jóvenes a caminar la Semana Santa con una mirada ignaciana y con actividades que mezclan tiempos de formación, oración y servicio.

Este año, el lema de la Pascua Joven fue: ‘Permanezcan en mi Amor’. Este marcó un recorrido que los participantes fueron haciendo a medida que contemplaban el camino de Jesús.

El jueves, la propuesta era contemplar la llamada al servicio que hace Jesús en el lavatorio de los pies; y cómo al querer llevarla a la propia vida nos descubrimos frágiles y limitados. Para ello, el disparador de la tarde fueron tres testimonios en los que la clave era compartir cómo experimentaban la propia fragilidad a la hora de ponerse al servicio y qué habían aprendido de ella. Los tres invitados fueron: Lydia, fundadora de un grupo que acompaña a familias adoptantes y defiende los derechos de los niños a ser adoptados por una familia; Mariano Oberlin, sacerdote diocesano reconocido por su trabajo con los sectores más desfavorecidos; y Matías Hardoy SJ, estudiante jesuita.

Los testimonios abrieron la puerta para que los jóvenes pudieran compartir las propias fragilidades y se animaran a lavar (y dejarse lavar) los pies unos a otros. Luego, participaron de la tradicional celebración de jueves santo en el Templo de la Compañía de Jesús, donde colaboraron con la liturgia. El primer día terminó con un rato de adoración guiada frente al monumento en el mismo Templo.

El viernes, la propuesta invitaba a ir aún más profundo: contemplar a Jesús que se deja desarmar en el amor y dejarnos desarmar. Por eso, la primera actividad del día fue una suerte de ‘vela de armas’. Un tiempo de reflexión y oración personal para mirar dentro de cada uno y descubrir cuáles son las ‘armaduras’ o ‘corazas’ que nos retienen o limitan a la hora de seguir a Jesús. Luego de este tiempo, la consigna fue ‘salir a contemplar a Jesús desarmado’ en vidas desarmadas. Los jóvenes se dividieron en grupos de 10 personas que visitaron 6 lugares distintos, principalmente hogares de ancianos, la Casa de la Bondad (hogar de enfermos terminales) y la Hospedería (hogar de gente en situación de calle).

Al regresar, se sumaron a la celebración de Viernes Santo en el Templo de la Compañía, que estuvo seguida de un vía crucis. El mismo fue guiado, también por los jóvenes de Pascua Joven. Al finalizar las actividades en el Templo, se regresó al Centro Manresa para examinar el día.

El sábado tuvo como objetivo preparar los corazones para acoger la Buena Noticia del Resucitado. Por eso, la primera propuesta fue “salir a mirar la realidad de todos los días con ojos nuevos”. Se invitó a cada uno a salir a la calle, poner atención y dejarse sorprender por algún detalle o algo que antes no hubieran visto y registrarlo con una foto. Luego, cada uno compartió la foto que había tomado y qué había visto de distinto.

Luego, la invitación fue a preguntarse: ¿cómo quiero permanecer en el amor de ahora en más? Para armar una suerte de ‘Plan de Vida’ en el que ponerlo en acciones concretas. El tiempo restante de la tarde fue destinado a preparar la celebración del sábado de gloria.

Luego de la celebración hubo una cena para festejar la Resurrección todos juntos.

 

 

 

Testigos de una Iglesia Joven y Generosa

El Padre Ignacio Rey Nores SJ comparte la propia experiencia de la edición 2018 de la Misión San Francisco Javier. En ella habla de la actualización de nuestra vocación misionera de una Iglesia que muestra su rostro más joven y generoso. 

Por Ignacio Rey Nores SJ 

Del sábado 17 al domingo 25 de febrero se llevó adelante una nueva Misión San Francisco Javier en la Diócesis de San José. Participaron más de un centenar de jóvenes, en su mayoría de Montevideo y otros tanto de Argentina, acompañados por varios sacerdotes y estudiantes jesuitas, y hermanas de Jesús María, de las Esclavas y de las Hijas de Jesús.

En lo personal, me tocó misionar por segunda vez en la Parroquia N. S. de Luján en Trinidad donde es párroco el P. Gabriel Rainusso, y donde también trabajan Hnas. Olga, Irma e Idalina. Una vez más nos sorprendió la cantidad de adolescentes y jóvenes que se nos sumaron, no sólo para participar de los talleres de la tarde, sino para salir a misionar con nosotros todas las mañanas. Muchos de ellos son alumnos del Colegio San José, de las Hermanas Pobres Bonaerenses, con quienes han tenido varias experiencias de misión, por lo que están más que “entrenados”. Lindo esto de ser testigos de abundante mies en donde otros (otras, en este caso) han sembrado con entrega y gratuidad.

La otra gracia de esta misión han sido los pasos vocacionales de dos de los jóvenes que el año pasado participaron de la misión: del lado de los misioneros, Juan Pablo Suárez entró a nuestro Noviciado el sábado 24 de febrero, junto con otros tres jóvenes (ver nota aparte); y del lado de los jóvenes de la parroquia, Javier Montes de Oca entró al Seminario arquidiocesano en Montevideo el domingo 25 de febrero, junto con otros cuatro jóvenes. Juan Pablo estuvo en San José el primer fin de semana de misión acompañando y despidiéndose; Javier nos acompañó los últimos días de la misión y lo despedimos el mismo viernes 23 que cerrábamos la misión, noche en que la comunidad de la Parroquia preparó una linda fiesta agradeciendo también todo lo vivido en la misión y la presencia de los misioneros.

Lo otro que me dejó pensando fue un comentario que me hizo uno de los seminaristas que estuvo los primeros días allí en la Parroquia, y también salió a visitar las casas con nosotros. En el almuerzo del medio día me agradeció nuestra presencia allí en la Parroquia, y me recordó que también nos había visto en Julio en Paysandú cuando anduvimos por allí con Germán Guidi acompañando a distintos grupos del Pachacutí, viviendo y celebrando las misas en la Parroquia San José Obrero: “admiro esa vocación misionera que tienen ustedes los jesuitas, y la capacidad de colaborar en otras diócesis”. Me salió responderle con un “gracias”, seguido de un “me alegro”, y seguir con una interesante charla en la que le compartía lo bien que nos hace “salir” de lo propio con la conciencia de “querer colaborar”, y así extender el anuncio de la Buena Noticia. En ese sentido, esta misión San Francisco Javier, como también el Pachacutí, es efectivamente un servicio a la Iglesia que nos permite compartir lo mejor de nosotros: nuestra espiritualidad, nuestros jóvenes, nuestro “sentir con la Iglesia”; y a la vez nos nutre con las realidades de Iglesia de los lugares donde misionamos, y donde el Pueblo de Dios nos sigue evangelizando y alegrando el corazón. En mi caso, agradezco a mis compañeros de la Comunidad del Noviciado que me cubrieron en la Parroquia mientras yo podía sumarme a esta experiencia de Misión.