“El regreso de nuestros alumnos a las aulas nos devuelve la alegría de vivir la educación como misión” – Néstor Manzur SJ

Con un regreso escalonado y progresivo, las escuelas en Uruguay reabrieron sus puertas. Desde el Colegio San Javier de Tacuarembó, Néstor Manzur SJ nos comparte sobre la experiencia de la vuelta a clases: el reencuentro, las nuevas normas y una misión que continúa.

Por Néstor Manzur SJ

“Una nueva normalidad” ¡qué frase para este tiempo! Con el inicio del mes de junio, en el Colegio San Javier de Tacuarembó hemos emprendido el camino hacia esa “nueva normalidad”, esas ‘normas-nuevas’ de cuidados, de saludos, de regresos. ¡Han vuelto las clases presenciales!

Tempranito y con el frío, comenzaron a llegar los primeros alumnos. Saludo con el codo de por medio…, (primera norma ¡cumplida!), brotaba ya la pregunta del día:-“¿Y, cómo vuelven?”. La respuesta en un 90 % fue: -“¡CON GANAS!, queríamos volver”. 

Esta respuesta nos llenó el corazón de alegría y esperanza. Ha sido un tiempo de “nuevos aprendizajes”. Como antesala al comienzo de clases la Fiesta de Pentecostés, fue ocasión de pedir al Espíritu nos regale el don de “nuevas lenguas”, como a los discípulos “cada uno les oía hablar en su propia lengua” (Hechos 2:6)

Hoy creo que todos y en todos lados entendemos lo que significa “cuidarnos”, no desde la clave del miedo (cuidado= alerta) sino más bien desde como sinónimo de respeto y cariño (cuidado= atención). La clave del Buen Samaritano, quien supo hacerse cargo de atender al prójimo.

La Norma que se hace novedad es la de atender y para esto, establecemos protocolos de acción interpersonal. Las nuevas lenguas que nos toca interpretar son, quizás, las lenguas del corazón: aprender a hablar el idioma ‘paciencia’, ‘comprensión’; traducir en leguaje de sentimientos, de afectos; expresar el idioma ‘abrazo’ a través de los ojos. Hoy más que nunca nuestra miradas comunican, la distancia física se acorta a través de la mirada, ya sea presencial o a través de las pantallas.

El regreso de nuestros alumnos a las aulas nos devuelve la alegría de vivir la educación como misión y nos desafía a aprender de esto nuevo, de modos nuevos pero también de lenguajes nuevos sin perder aquello que se hace novedad siendo la esencia del ser humano: la esencia del AMOR.

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