Encuentro de Párrocos y Rectores de Templos de Argentina y Uruguay

Queridos Compañeros y Colaboradores:

Los días 30 de septiembre y 1 de octubre hemos tenido el encuentro de párrocos y rectores de templos de ARU.

Hemos participado 18 jesuitas junto con el Provincial. Hemos acudido los que hemos podido; y durante un día y medio hemos orado y compartido juntos acerca de lo que Dios ha ido haciendo en la vida de nuestras comunidades de parroquias y templos, “los dones de creación, redención y dones particulares” que hemos podido reconocer y agradecer. También hemos compartido lo que discernimos que Dios va haciendo hoy, los caminos que va abriendo desde la realidad misma para poder “amarlo más y seguirlo”. Hemos reflexionado, también, acerca de cómo poder acompañarnos en un caminar juntos desde el sector de parroquias y templos.

De nuestro encuentro fraterno han surgido algunas reflexiones acerca de nuestra misión que queremos compartir con todos:

Compartimos que nuestras parroquias y templos están llamadas a ser “islas de misericordia en un mar de indiferencia”. Creemos que Dios sigue dando vida incluso donde no alcanzamos a verlo, Dios sigue creyendo en nosotros, sigue creando y redimiendo. Y la misericordia es su Signo en este tiempo; es el signo de la Iglesia. Nuestras parroquias y templos, en este espíritu, están llamadas a ser como “hospitales de campaña” en medio de un mundo en el que el dolor, la injusticia y la violencia dejan gran cantidad de heridos.

Sentimos que nuestras parroquias están llamadas a ser espacios de escucha. Compartimos que nuestro pueblo necesita espacios en los que sus historias sean escuchadas sin ser juzgados para poder redescubrir la Vida de Dios en sus biografías a veces visitadas profundamente por el dolor. Nuestras parroquias y templos están llamadas a ser espacios de fraternidad, en la que otro tipo de relaciones sea posible y visible.

Sentimos la llamada a acompañar los ritmos del pueblo de Dios, estando al servicio de lo que Dios va haciendo en nuestra gente. Nuestras parroquias y templos –muchas de ellas insertas en medios populares- tienen también vocación de santuarios; de espacios de gracia en la que nuestro pueblo encuentra acompañamiento a sus propios ritmos de encuentro con Dios.

Es un desafío constante para nuestras comunidades, generar espacios de formación en la fe y en la espiritualidad para nuestros laicos y laicas. Creemos que debemos avanzar en la formación en espiritualidad y también en la formación teológica de nuestros colaboradores.

Tampoco debemos olvidar que nuestra misión también, en algunas ocasiones, implica señalar caminos evangélicos y abrir sendas de vida que no surgen necesariamente de la dinámica de las comunidades, no pocas veces instaladas en un modo determinado de hacer. Esas iniciativas que debemos discernir, pueden venir del diálogo con instituciones externas a nuestras comunidades parroquiales, pero que abren a las parroquias al diálogo sobre los problemas sociales y políticos y la transforman en espacios de encuentro y de acompañamiento de procesos populares. Esto implicará –por nuestra parte- escuchar los clamores de nuestro pueblo discerniendo en él la Voz de Dios que denuncia lo que oprime la vida y anuncia nuevos caminos de la “Vida verdadera de Cristo”.

Coincidimos en que es básica la actitud. Podremos caminar juntos y ayudar a nuestro pueblo sólo si tenemos actitud de escucha como pastores. Y podremos ayudarnos en nuestra misión si aprendemos a escucharnos entre nosotros. En este sentido valoramos esta experiencia de encuentro como un espacio de escucha de lo que Dios va haciendo en la vida de nuestros compañeros. Un espacio en el que no vinimos a enseñarnos ni a hacer gala de nuestros logros y realizaciones, sino en el que compartimos expectativas, esperanzas, consolaciones y perplejidades en la misión. Coincidimos también en que ha sido valioso el espíritu de oración que nos ha dispuesto a compartir desde otra profundidad.

Compartimos la convicción de que estos espacios deben continuar realizándose con periodicidad. También coincidimos en el valor de escuchar a los colaboradores y colaboradoras, además de variar el lugar de realización de los mismos. Por esa razón nos ha parecido bien realizar anualmente los encuentros en diversas parroquias; teniendo esos encuentros dos partes: un primer día con laicos y colaboradores de la parroquia o templo que nos reciba y un segundo día de compartir fraterno entre nosotros, párrocos y rectores de templos.

Estas son algunas de las reflexiones que queremos compartir con todos ustedes y que deseamos puedan comunicar algo de la experiencia vivida.

Que Dios nos siga bendiciendo y en todo seamos capaces de escuchar el susurro de Su Espíritu para consagrarnos al servicio de Su Pueblo.

Fraternalmente en Cristo.

PP. Fernando Albistur; Marcos Aleman; Leonardo Amaro; Héctor Bossié; José María Cantó; Horacio Carrau; Pablo Figueroa; Alejandro Gauffin; Humberto González; Ernesto López Rosas; Néstor Mansur; José María Mattaldi; Julio Merediz; Mario Moreira; Oscar Riedel; Jorge Seibold; Rafael Velasco; Daniel Ziloni.

 

Nuevo libro de Gabino Uríbarri sobre la Vida Consagrada

El jesuita Gabino Uríbarri, profesor de la Universidad Pontificia Comillas, acaba de publicar, junto a Nurya Martínez-Gayol, ACI el libro “Raíz y Viento. La vida consagrada en su peculiaridad” (Editorial Salterrae)

El Papa Francisco convocó un año de la Vida Consagrada del 30 de noviembre de 2014, al 2 de febrero de 2016. A través de la propuesta de los dos autores, este libro se adentra en la peculiaridad Teológica de la Vida Consagrada desde dos perspectivas expresadas a dos voces. La primera, de Gabino Uríbarri, que profundiza en la raíz. Es decir, en su cualificación teológica y sustancial “sin perder de vista que la vida consagrada está constitutivamente llamada, por su propia vocación a ser viento dinámico y huracán del evangelio radical”. La segunda voz, de Nurya Martínez-Gayol, trata de emprender el vuelo que precisa del viento del Espíritu y que tome una forma de vida ‘sin forma’, sostenida por la fe, radicalizada en la esperanza y habitada por el amor. Precisamente el título, Raíz y viento, alude a esa combinación paradógica y esencial que marca la Vida Consagrada.

En la conclusión general conjunta, muestran la estrecha ligazón entre estas dos perspectivas, raíz y viento.

Gabino Uríbarri sj, es doctor en Teología, profesor ordinario del Departamento de Teología dogmática y fundamental de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid) y miembro de la Comisión Teológica Internacional. Es autor de La singular humanidad de Jesucristo (Madrid 2007). Nurya Martínez-Gayol, aci, es profesora de Teología dogmática en la Universidad Pontificia Comillas. Doctorada en la Universidad Gregoriana con una tesis sobre «La gloria de Dios en san Ignacio», es autora de Los excesos del amor (Madrid 2012).

InfoSJ

 

Servicio Jesuita para el Desarrollo

Queremos ser reconocidos como institución que trabaja por el desarrollo rural, desde la organización social y productiva, generando impacto en el mejoramiento de la calidad de vida de las familias y comunidades con las que trabajamos, ganando su confianza con nuestra cercanía, responsabilidad y credibilidad.

Carta del Desarrollo Sostenible

Construida por agricultores y agricultoras de Guaymango, durante el Primer Taller de Desarrollo Rural Sostenible, en el marco de la Escuela Campesina.

Nosotros y nosotras soñamos y queremos ver las comunidades de Guaymango, transformadas.

Rescatar la familia, los valores, el trabajar para reconstruir unidos y lograr una mejor vida y equidad de género.

Desarrollar la agricultura sostenible, mejorar las parcelas para producir granos básicos, huertos caseros, aves, ganado, granjas de gallinas ponedoras y un mercado solidario.

Que las parcelas inutilizadas se puedan convertir en fincas integrales en las cuales podamos sembrar árboles frutales y maderables.

De igual forma, hacer zanjas de infiltración de aguas y barreras, a través de las cuales ayudemos a la naturaleza y principalmente al bienestar familiar.

Y de esa forma, en un tiempo no muy lejano poder ver la naturaleza reconstruida, y que garantiza la seguridad alimentaria.

En cada parcela dividida por cercas podemos sembrar árboles de hoja permanente, para que ayude a mejorar la sombra, tierra, aire y lo principal, la infiltración de agua.

Que en cada camino o callejón vecinal permitamos que los árboles crezcan, de manera que puedan dar sombra y purificar el aire.

Mejorara la atención en salud, espacios comunitarios y casas dignas.

Rescatar nuestra cultura y hacer valer nuestros derechos y deberes ciudadanos.

Contar con promotores eficientes, a través de capacitaciones.

Animadoras y animadores comunitarios de Guaymango, 2009

 

Camino de Adviento – Determinarse con el Buen Samaritano…

Por Mariano Durand SJ

Toda determinación que ponemos en práctica conlleva una aceptación y muchas renuncias. Es decidirse por un sí y decir no a otra, lo cual parece obvio. No se dirime una cuestión hasta que no hacemos efectiva una determinación. No podemos servir a dos señores.

Siendo así, no es difícil que nos encontremos en situaciones en las que, la determinación no se asume tan claramente como quisiéramos. En lo que respecta a este punto de la elección, los Ejercicios en su conjunto se orientan a evitar que nos determinemos por ‘afección alguna que desordenada sea’. Más aún, toda una sección del texto de Ejercicios identifica en las personas tres maneras de actuar llegado el momento de la elección, frente a la ocasión de determinarse por una u otra opción.

Algunas personas, dice, son indecisas: dan vueltas en torno a la situación y, en realidad, nunca terminan por arrojarse hacia la resolución. Viven postergando, una y otra vez, en una indeterminación que marea y que conduce, circularmente, siempre al mismo lugar.

Otras personas, más sutiles que las primeras, se hunden en la racionalización. Se encuentran atrapadas en sus afecciones porque no logran sentirse plenamente libres para expresar su propia determinación. Experimentan una fuerte direccionalidad en sus atracciones y persisten en convencerse a sí mismos de que su preferencia es la acertada. Por seguir su parecer, persistirá en ellos la duda de haber hecho una buena y sana elección.

Finalmente, dice San Ignacio, están las personas que se determinan con auténtica libertad y generosidad; personas, ‘con grande ánimo y liberalidad’, cuyo deseo más profundo es simplemente buscar la mejor forma de servir a Dios y a los demás. Cuya motivación primera se funda en responder, agradecidos, a tanto bien recibido. Capaces de que, ‘enteramente reconociendo’ su Gracia, en todo amar y servir. Con esa actitud como punto de partida, la resistencia tiende a desaparecer y emerge una determinación.

El malherido, medio muerto, al costado del camino cuestiona tres realidades y las pone en situación de determinarse por responder. No es que no lo vieran, no se les pasó por alto… o bajo. No les faltaba sensibilidad o capacidad de respuesta. Tampoco compromiso con sus propias convicciones o valores. Se determinaron por respuestas diferentes.

Uno eligió la postergación, dando un rodeo, evitó salirse de su zona de confort. Quizá con la ilusión de hallar, más adelante, mejores medios para ayudar al que lo necesita. Otro, posiblemente, eligió obedecer a su lógica de lo mejor: recurriría a un perito en la materia, con la excusa de desconfiar de su propia capacidad. Posiblemente con el argumento de que lo mejor –a veces- no sea tan enemigo de lo bueno.

El tercero, quizá ni se paró a pensar ni a razonar, siguió su corazón. Ese corazón que despertó en él la memoria de otros caminos, otras heridas, otras muertes en las que se reconoció asistido. Dejó que su agradecimiento germinara –y floreciera- en compromiso, en amor y servicio. Ya habría tiempo más adelante para calcular riesgos o para recurrir a un experto: él, se determinó.

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Clamor de la Tierra, Clamor de los pobres: Laudato Si´

Continúa el ciclo de conferencias del Intituto de Fe y Desarrollo dedicado a los retos sociales, éticos y ecológicos que permitirán conocer a fondo la encíclica Laudato Si y los retos que propone, con la participación del jesuita Julio Martínez, rector de la Universidad Pontificia Comillas, que se adentrará en la estrecha vinculación entre los problemas ambientales y las cuestiones sociales y humanas. Bajo el título de «Clamor de la tierra, clamor de los pobres», hablará de los interrogantes planteados: ¿qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?. «Esta pregunta no afecta sólo al ambiente de manera aislada, sino que nos lleva a interrogarnos sobre el sentido de la existencia y los valores que fundamentan la vida social: ¿para qué pasamos por este mundo? ¿Para qué vinimos a esta vida? ¿Para qué trabajamos y luchamos», recononce Martínez en uno de sus escritos dedicados a la encíclica del papa Francisco.

Para Julio Martínez la clave de Laudato si’ es que el vínculo entre cuestiones ambientales y cuestiones sociales y humanas es inseparable: «Por lo tanto es fundamental buscar soluciones integrales que consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales. No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental». De ahí que profundice en la ecología integral (ecología ambiental, económica y social; ecología cultural; ecología de la vida cotidiana) que no se entiende sin una opción por los más pobres.

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José, el hombre que ama y cree

Por Julio Villavicencio Sj

De San José podríamos abordarlo y rezar con su figura desde diferentes aspectos, todos importantes y relevantes para nuestra fe. Sin embargo me gustaría profundizar en dos aspectos que en estos momentos me parecen muy pertinentes y profundos.

Comencemos aclarando que en el Evangelio la figura de José no ahonda en muchos detalles. Es como que nos cuenta lo esencial y luego desaparece de escena. Por eso me gustaría que contemplemos a este José desde el amor y la fe. Dimensiones de su vida que se pueden observar en el Evangelio.

En primer lugar, el amor a María. Parece que José está amando a María con mucha seguridad. El puede dudar de ese hijo que María va a tener, de la versión de María, pero de lo que no podemos dudar es que este hombre ama a María. Tanto es así que prefiere huir y abandonar a María, antes que denunciarla por haber quedado embrazada sin que él fuera el padre. Ciertamente que este es un dato que podemos sacar de los Evangelios y contemplar en José. Esa travesía con su mujer, cargándola en un burro, cuidándola y sirviéndola en todo lo que él podía, todos estos esfuerzos hechos por este artesano semita eran inspirados por el amor. José era un hombre lleno de amor y que sabía amar.

En segundo lugar me gustaría profundizar en su fe. José es un hombre aparentemente sencillo. Amaba a María, pero en un primer momento no podía concebir en su cabeza la historia de María. Fue después de un sueño que José creyó en María. Entonces ahí tenemos una característica de José, creyó en sus sueños. José tuvo un sueño del Señor y creyó en él. Tanto creyó en este sueño, que toda su vida tomo un rumbo confinado en él. Ciertamente que José no sabía lo que iba a venir, cómo podría llevar a adelante esta aventura y cómo enfrentaría las dificultades de la vida que se le estaba presentando, pero José tuvo un sueño y creyó en él. Creyó en él por el gran amor que sentía. Inspirado por ese amor se animó a creer en su sueño, a creer en Dios y aventurarse a una vida nueva. La vida de la familia del Emmanuel, del Dios con nosotros.

En estos dos aspectos que hoy los invito a contemplar de José, creo que podemos sacar mucho provecho para nuestra vida espiritual y familiar. Tal vez pensar y rezar con nuestra propia vida a la luz de José, nos hace pensar en cómo está nuestra fe ¿Soy un hombre o una mujer de seños inspirados en el amor? ¿Creo en el amor para construir mi familia con Dios entre nosotros? ¿ Me animo a aventurarme en la construcción de la familia desde la fe en un mundo mejor, en un mundo donde Dios este con nosotros?

Cambio climático: 12 claves de la cumbre de París

Fuente: El País

Los representantes de 195 países, la mayoría de los Estados del mundo, se reúnen en la cumbre del Clima de París entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre. En este encuentro se tratará de cerrar el primer acuerdo global para intentar frenar el cambio climático.

¿Qué es el cambio climático?

Los llamados gases de efecto invernadero, principalmente el dióxido de carbono (CO2), se acumulan en la atmósfera e impiden que las radiaciones infrarrojas que emite el planeta al calentarse salgan al espacio. Esto hace que la temperatura del planeta suba. Estos gases siempre han estado presentes en la atmósfera. El problema, según el consenso científico (casi absoluto), es que las actividades humanas han contribuido a romper el equilibrio existente. La industria, el transporte y los usos del suelos han aumentado la concentración de estos gases. Según la según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó en 2014 las 397,7 partes por millón (ppm). Antes de la Revolución Industrial era de 278 ppm.

¿Qué consecuencias tiene el cambio climático?

Los científicos del grupo IPCC de la ONU señalaban que si el ser humano continúa con el ritmo de emisión de gases sin tomar medidas de mitigación la temperatura media global subirá entre 3,7 y 4,8 grados en 2100 respecto al nivel preindustrial. Además del aumento de la temperatura y del nivel del mar, los científicos sostienen que también afectará a los fenómenos climáticos extremos, como inundaciones, sequías y ciclones. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU ha analizado 28 fenómenos extremos registrados en el planeta en 2014. Y concluye que en 14 casos el cambio global ha hecho que sean más probables o más fuertes.

¿Se puede revertir?

Los científicos del IPCC advierten de que ya existe un cambio climático comprometido debido a los gases de efecto invernadero que el hombre ha emitido, sobre todo, desde la década de los setenta del siglo pasado. Esto hace que no se pueda impedir que la temperatura media global aumente. La opción que dan es limitar ese incremento a dos grados en 2100 respecto a los niveles preindustriales, para evitar así grandes desastres naturales.

¿Qué es la COP21 de París?

La vigésimo primera Conferencia de las Partes (COP21) es la cumbre en la que se sientan los 195 países firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). En este tratado internacional, que data de 1992, se reconocía la importancia del calentamiento global. Pero ese texto tenía que desarrollarse con medidas concretas.

¿Qué es el Protocolo de Kioto?

El Protocolo de Kioto, de 1997, fija las metas concretas de reducción de gases que tienen que acometer los países desarrollados. Pero, finalmente, solo vinculó a 37 Estados, de los que 28 pertenecen a la Unión Europea, y que representan el 12% de las emisiones globales. Fuera se quedaron las principales potencias emisoras: China, al no estar dentro del grupo de países desarrollados, y EE UU, que no ratificó el protocolo. Kioto entró en vigor en 2005 y, tras diez años de aplicación, ha conseguido una reducción del 22% de las emisiones en los 37 países firmantes, muy por encima del 5% fijado como meta. Pero al no estar las principales potencias, las emisiones globales han seguido creciendo. Entre 2000 y 2010, por ejemplo, se incrementaron un 24%.

¿Qué se discute en París?

Un protocolo que sustituya al de Kioto y que se empezaría a aplicar a partir de 2020. En este caso, la intención es que los 195 firmantes lleven a cabo políticas de mitigación, es decir, reducciones de emisiones. Además, se espera que se fije como objetivo que, a final de siglo, la temperatura global no supere los dos grados, aunque los Estados más expuestos (como los isleños) quieren bajar esa meta a 1,5 grados.

¿Qué fórmula se ha elegido?

El tratado no impondrá metas individuales de reducción de CO2. Para intentar no repetir Kioto, con un alcance muy limitado, se ha optado por otra fórmula: que cada país voluntariamente presente compromisos de reducción de emisiones, tanto los desarrollados como los que no lo son. A unos días del inicio de la cumbre, más de 170 lo han hecho. Entre ellos figuran todas las principales potencias económicas del mundo.

¿Son suficientes los esfuerzos presentados?

No. Según las estimaciones realizadas por la ONU, al extrapolar los compromisos voluntarios (en los que los Estados fijan metas para 2025 y 2030) el resultado es que la temperatura a final de siglo subirá como mínimo 2,7 grados, aunque otras organizaciones e instituciones hablan de hasta cuatro grados. De hecho, la previsión es que hasta 2030 las emisiones sigan creciendo, aunque a un ritmo menor que en las últimas décadas. Algunas potencias, como la UE y China, proponen como solución ante esta brecha que esos compromisos individuales se vayan revisando al alza cada cinco años e ir acercándose a la meta de los dos grados.

¿Será vinculante el protocolo de París?

Este puede ser uno de los puntos más complicados en la cumbre de París. La UE apuesta por un protocolo con apartados vinculantes. Por ejemplo, que lo sean los compromisos de reducción de emisiones que cada país ha presentado voluntariamente. Sin embargo, la Administración de Barack Obama podría tener problemas, como ya ocurrió con Kioto, para que el Congreso y el Senado ratifique un protocolo legalmente vinculante. La UE ha renunciado ya a que se incluyan sanciones, al considerarlo un elemento que puede disuadir a algunos países a la hora de firmar el acuerdo.

¿Qué es la adaptación?

Además de mitigación, en la cumbre también se discuten políticas de adaptación, es decir, medidas para que los países más vulnerables puedan prepararse para el cambio climático. Para ello, está prevista la creación del llamado Fondo Verde para el Clima, que a partir de 2020 cuente con 100.000 millones de dólares anuales. ¿Quién debe aportar? Esta puede ser otra de las dificultades en París. En teoría, solo los países considerados desarrollados. Pero fuera de esa categoría se quedarían potencias como China.

¿Habrá acuerdo?

Es complicado aventurarse. En 2009, con la cumbre de Copenhague, se levantaron expectativas parecidas a las de París y se fracasó. En esta ocasión, al margen de que las señales del cambio climático se han acentuado, parece haber una implicación mayor de las principales potencias, del G20 en general y de China, EE UU y Alemania en particular. Los líderes de estos tres países han situado el cambio climático en su agenda durante el último año.

¿Y si no hay acuerdo?

Si no se cierra, o se cierra un pacto poco ambicioso, no significará que la lucha contra el cambio climático se pare. Muchos de los compromisos voluntarios de reducción de emisiones ya los contempla cada país en su legislación nacional. Sería el caso, por ejemplo, de la UE, que se ha fijado unas metas concretas para 2030 al margen de la cumbre. Si no hay acuerdo, quizás, la peor parada sería la ONU y la idea de que un problema global como el cambio climático puede tener una respuesta también global

 

Testimonio de un peregrino: Ruta ignaciana Gipuzkoa 2015

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El año pasado un grupo de jóvenes adultos decidimos realizar Ruta Ignaciana por Cataluña (momento que también compartimos en este mismo Blog). De esa ruta nació un nuevo grupo de comunidad que hemos mantenido durante este curso. Un año después, gracias a la labor del Centro Loyola y CVX en Donostia, un grupo de 9 personas –mayoritariamente jóvenes adultos- hemos vuelto a realizar parte del Camino Ignaciano, pero esta vez por Gipuzkoa.

Es importante destacar que la ruta ignaciana ha ampliado sus horizontes; ahora tiene tres fases diferentes: Antes, Durante y Después. Sin embargo, sigue teniendo la misma base; compartir en comunidad vida, comidas, sentimientos, problemas, ideas, fe…

En el ‘Antes’, hemos tenido la oportunidad de realizar diferentes encuentros con nuevas realidades de voluntariado de la mano de Caritas. Estos encuentros se han potenciado con una guía para oraciones, textos, reflexiones… que nos ha facilitado el análisis de las luces, sombras, llamadas y sentimientos que hemos ido teniendo a través de estas nuevas experiencias.

En el ‘Durante’ hemos peregrinado realizando la Ruta Ignaciana en Gipuzkoa, donde hemos podido seguir los pasos de Iñigo comenzando por Loyola. Allí, además de revivir su historia, también hemos podido conocer a los Jesuitas que residen en la enfermería de Loyola. Ésta ha sido una experiencia de solidaridad que nos permitió sentir la fragilidad de la vida, aprendiendo a confiar en la voluntad de Dios. Allí vivimos testimonios enriquecedores, personas transmisoras que son Evangelio. En este día aprendimos uno de los pilares fundamentales de Iñigo, el autoconocimiento como elemento fundamental para descubrir a Dios.

Nuestra ruta continuó hacia Zumarraga para visitar la Ermita de la Antigua, punto de paso de Ignacio en su camino hacia Manresa. A través de diferentes momentos hemos trabajado –como comunidad- los temas propuestos en la primera semana de Ejercicios Espirituales; hemos visto que el mundo es injusto, que hay pecado, además de reconocer con sinceridad que somos pecadores… Sintiendo, como no podía ser de otra manera, el perdón incondicional de Dios ante estas realidades. Por otro lado, hemos pedido para tener la valentía de aceptar el amor y el perdón de Dios reconociendo nuestra fragilidad.

En la última etapa, llegamos hasta Arantzazu, donde ante la mirada de la Virgen intentamos hacernos más conscientes de todas las ‘sonrisas’ que vemos en nuestro día a día. Tratando de interiorizar estas sonrisas, reflexionamos sobre las diferentes maneras en las que también nosotros podemos aportarlas, acercándonos a nuevas realidades, mejorando nuestro entorno, trasmitiendo el mensaje de Dios… Nos hemos dado cuenta de cuáles son las claves que permiten ser Iglesia para los demás construyendo Evangelio; debemos buscar protagonismo transformando la realidad a través de pequeños gestos allá donde nos toque movernos.

No podemos olvidar que los paisajes que nos acompañaron durante estas etapas son muy recomendables para cualquiera que quiera disfrutar de una naturaleza extraordinaria.

Todo esto ha sido una experiencia que no puede quedar aquí. Son muchas las preguntas con las que volvemos, muchas realidades que nos han removido y que ahora tenemos en la cabeza y compromisos que tenemos que seguir aclarando. Debemos analizar todo lo vivido y sentido con tiempo para hacer todo esto nuestro e introducirlo en nuestro día a día. Esto no ha hecho más que empezar.

Aún nos queda el momento de ‘Después’. Un momento para que a través de la oración, y con algo de distancia temporal desde esta Ruta Ignaciana, reposemos lo vivido en los encuentros solidarios del ‘Antes’ y en la propia Ruta para discernir a qué somos llamados.

La ruta ha sido todo un éxito. Los objetivos que nos fijábamos a lo largo del año se han cumplido con creces y los participantes hemos vuelto con mucha fuerza. De cualquier forma, seguiremos buscando más respuestas y más preguntas mientras caminamos transmitiendo todas estas claves a los que nos rodeen (al menos, hasta la próxima ruta).

Jesuitas de la Tierra de Loyola y de Javier

 

Semana de la familia en Embarcación – Fe y Alegría

Fe y Alegría Argentina

En tiempos donde a nivel mundial se está reflexionando sobre el valor y el cuidado de la familia, por cuarto año consecutivo el Centro Educativo de Embarcación realizó la “Semana de la Familia»: un proyecto institucional cuyo objetivo es, justamente, fortalecer los vínculos familiares.

Las actividades comenzaron el día martes con competencias deportivas, en las cuales cada familia representó a un equipo en las disciplinas de lanzamiento de jabalina y fútbol.

El miércoles realizaron actividades artísticas en donde cada familia debió plasmar en un atril un dibujo de temática libre. Para finalizar un ping pong de preguntas y respuestas de temas variados, entre ellas preguntas relacionadas al Centro y a los ideales de Fe y Alegría.

El día más esperado por todos fue el del concurso de cocina. Días anteriores las familias habían pautado que se realizara el famoso Concurso del Guiso. Fue muy lindo y emotivo ver a los equipos poner manos a la obra o las manos en la masa.

El jurado estuvo integrado por medios de comunicación de Embarcación y el equipo directivo de la Institución. También estuvieron presentes periodistas de la televisión local cubriendo el evento, por lo que al día siguiente se compartieron entrevistas e imágenes del concurso.

Para finalizar, el viernes se realizó la Gran Cena Comunitaria, donde cada familia llevó un plato para compartir. Además se realizó la entrega de premios a todos los participantes y a las familias que se destacaron en cada actividad.

Se finalizó la jornada compartiendo un baile, acompañado por música que brindó la Banda Municipal, con diferentes tipos de ritmos e intérpretes.

 

Hemos visto su estrella

Por Patricio Alemán, sj

Este domingo comenzamos un tiempo de espera y un camino de preparación para la Navidad. Se trata de un camino que nos conduce a recordar y celebrar el nacimiento del Emmanuel, el Dios-con-nosotros. Y para acercarnos a ese momento, se me ocurre que podemos hacerlo del mismo modo que los Magos de Oriente: siguiendo una estrella (Mt. 2,2).

¿No parece una locura salir en medio de la noche a buscar algo/alguien que estuvimos esperando años, dejándonos guiar únicamente por una estrella? ¿Por qué no utilizar esos GPS que nos muestran el camino más corto, más rápido, más seguro, más cómodo? Precisamente, porque se trata de un camino y de una búsqueda entrelazada con la propia historia, y que nos exige paciencia e incertidumbre, resolver encrucijadas, retomar caminos.

En primer lugar, nos ponemos en camino dejándonos guiar por una estrella porque no sólo nos guía sino que, al mismo tiempo, nos mueve a ponernos en camino. Ella esconde y carga con nuestros deseos más profundos: amar y ser amados; con nuestras búsquedas más hondas que desde hace tiempo venimos llevando adelante con cierta timidez. Pero ahora es tiempo de lanzarnos en medio de la noche a caminar siguiendo esa luz. Porque hay algo que nos dice que es el momento que esperábamos; porque hay algo dentro de nosotros que ya no resiste a seguir escondiéndose. Hay un deseo esencial que nos empuja a “buscar y hallar” (EE 1) aquello que haga de nuestra existencia una vida plena.

En segundo lugar, esa estrella nos empuja y nos guía. Cada noche, sobre nosotros, brillan muchas estrellas que ya han desaparecido pero que igual seguimos viendo. De igual modo, nuestra historia está alumbrada por muchas personas que están lejos o ya no están con nosotros, pero que nos han mostrado y siguen mostrando el modo de lanzarnos a esta aventura de responder al llamado de ponernos en camino. Un llamado a encontrar y ser encontrados. Porque ellos nos enseñaron que hay “un lugar en el mundo para nosotros”, porque ellos nos enseñaron que nuestro caminar está lleno de encuentros y desencuentros, pero que hay uno, un encuentro, que nos transforma para siempre.

La estrella que guió a los Magos se detuvo sobre el Pesebre donde había nacido el Salvador, la Luz del mundo. Allí hallaron los que buscaban. Ahí también nosotros hallamos al que estamos buscando: al Dios-con-nosotros. Y al hallarlo a Él, nos encontramos con nosotros mismos. Se me revela mi verdad más profunda, sin títulos, sin máscaras, sin disfraces. Ese niño que está en el establo, nos revela nuestra propia fragilidad, nos revela que para Dios no hay realidad humana de la cual avergonzarse. Él quiere llegar, nacer, quedarse y alumbrar esas realidades que escondemos y que necesitan de su Luz, esas realidades pobres de nuestra existencia y que necesitan alimentarse de su Vida.

El encuentro con el recién nacido transforma nuestros caminos y búsquedas, les da un nuevo sentido y horizonte. Al igual que los Magos, no podemos regresar por el mismo camino sino que tenemos que intentar otros nuevos. Ya no nos guía una estrella, sino que dentro de nosotros se ha encendido una nueva luz. Se nos ha dado luz para alumbrar el mundo que nos rodea. Se nos ha dado una luz para alumbrar el camino que conduzca a otros al encuentro con el Dios de la historia.