Drogadicción: realidades que no queremos ver – Por Rafael Velasco SJ

Una reflexión del P. Rafael Velasco SJ para la sección Opinión del diario Clarín.

La muerte de varias personas por droga envenenada ha vuelto a poner sobre el tapete en la opinión pública el tema de la droga. Llama la atención la “sorpresa”, ¿Nadie sabía de la gran cantidad de muertos que genera la droga “en buen estado” desde hace rato? Muertes por sobredosis, por ajustes de cuentas, o por los suicidios de pibes que están “pasados de merca”, por ejemplo.

Como suele ocurrir, ahora que el tema es candente, la mayoría de los políticos “hacen política” con el asunto, es decir se dedican a querer sacar rédito para su parcialidad echando culpas a los del otro bando, pero nadie va al fondo de la cuestión…porque las responsabilidades son complejas y turbias. Y la tarea a realizar no da votos inmediatos.

Muchos medios de comunicación hacen su show. Hacen política también a su modo. Y recurren al cliché de estigmatizar a los pobres. Parece que el tema de la droga se circunscribe a los barrios pobres y que es sólo allí donde se da el problema y los culpables son los narcos del barrio con pinta de narcos para la TV. Se cree, o se quiere hacer creer, que es un tema de los pibes del barrio, de los transas locales, como si no hubiera droga –y mucha- en otros sectores sociales.

Pero hay quienes son parte de la solución. Muchas organizaciones sociales e iglesias. Las mismas iglesias que son estigmatizadas por “pobristas” desde algunos referentes políticos, son las que efectivamente están en los barrios más necesitados y ayudan desde escuelas, centros de jóvenes, clubes barriales, ámbitos de encuentros con la Palabra de Dios…

Las iglesias evangélicas y la católica, con sus muchas limitaciones, tratan de ayudar a que los chicos de los barrios no caigan en las drogas: ayudan también con centros de rehabilitación o espacios de vida como, por ejemplo, los Hogares de Cristo.

En los análisis que se escuchan en muchos medios y redes, faltan algunos elementos importantes: no se analiza por ejemplo, por qué tantos jóvenes y adultos recurren a las drogas.

No hay preguntas acerca de cómo una sociedad cada vez más adictiva en la que se niega futuro y cualquier alternativa de trascendencia da como resultado personas adictas a las drogas dañinas y a otras conductas de fuga de la realidad que generan auto destrucción (alcohol, violencia en los lugares de diversión, etc).

No se interroga acerca de la falta de horizontes que genera la no educación, la falta de trabajo, la falta de una disciplina que ayude a ordenar la propia vida.

¿No tendrá algo que ver con la proliferación de conductas adictivas el hecho de que la escuela esté destituida, que se hable solo de derechos y no de obligaciones, que se promueva que el único futuro está fuera del país, que se inocule el sentimiento de que no hay nada trascendente por lo que valga la pena luchar y comprometerse?

Lo simplista es culpar a los pobres por ser pobres y por ser “drogones”. Más complejo es preguntar por las responsabilidades de los que dejan entrar la droga, los que la financian, los que miran para otro lado, los que promueven conductas adictivas. Y más difícil aún es mirarnos como sociedad. Qué futuro ofrecemos a las generaciones que vienen.

“Somos su imagen más real lo que nunca esperaron ver, su reflejo más aterrador…” dice el Cuarteto de Nos en la canción Apocalipsis zombie. Nosotros creamos esta sociedad en la que aborrecemos el compromiso y el pensamiento.

Cuando se reemplaza el pensamiento por el adoctrinamiento, el compromiso por el “lo que pinte” mientras tenga ganas, lo esperable no es algo alentador. Estaría bueno que en vez de echar culpas y estigmatizar nos planteáramos responsabilidades y trabajáramos por ofrecer horizontes. Que, en definitiva, nos planteáramos alternativas a este “apocalipsis zombie”.

Rafael Velasco SJ

El Celam estrenó nuevo logo

El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) estrenó nuevo logo. El 15 de febrero entró en vigor la resolución por la que se renueva la identidad gráfica de la institución eclesial, firmada por monseñor Miguel Cabrejos, presidente del Celam, y moneñor Jorge Eduardo Lozano, secretario general.

El nuevo logo, surgido en consonancia con el proceso de renovación y reestructuración que viene realizando este organismo eclesial, desea conservar “la esencia y el legado de más de seis décadas de Evangelización en América Latina y El Caribe, referente de misionalidad en nuestra institución”.

La propuesta del cambio surgió del Centro de Comunicaciones del Celam, y fue presentada en la reunión del 23 de noviembre durante la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe. Para lograr un mejor uso del nuevo logo se elaboró un manual de uso interno en el que se presenta el nuevo visual gráfico y los elementos que lo componen, con especificaciones técnicas a tener en cuenta.

Fuente: aica.org

Reflexión: «Contemplativos en la acción»

Por Pep Buades

A medida que pasan los años, y van 31 desde que entré en el noviciado, voy profundizando y confirmando qué significa aquello de ser contemplativos, también en la acción.

No puede haber jesuita sin dar tiempo a la contemplación: al silencio, a la meditación de la Escritura, al coloquio íntimo con Dios. Una parte importante de nuestra ascesis está en el manejo de la agenda, en la capacidad de reservar tiempos para la contemplación.

No puede haber jesuita sin acción: porque estamos enviados en misión. Incluso los jesuitas ancianos que están en las enfermerías reciben misión, y están activos cuando oran por la Iglesia y la Compañía. Siempre tenemos el peligro de pervertir la acción, cayendo en el activismo, de justificarnos por la cantidad de trabajo, por la eficacia. Tenemos el peligro de secar la vida espiritual cuando disociamos acción y contemplación.

Somos, pues, contemplativos, también en la acción, porque nuestra forma espiritual nos abre a contemplar a Dios presente en todas las criaturas, trabajando laboriosamente en todo. Dios nos llama a acompañarle en ese modo de ser, estar, trabajar y darse. Esto nos da todo el sentido.

Fuente: serjesuita.es

X Congreso mundial de antiguos alumnos jesuitas

Dentro del marco del V centenario de la conversión de Ignacio de Loyola, del 13 al 17 de julio del 2022 celebramos nuestro décimo congreso en Barcelona.

Un encuentro dirigido a todos los Antiguos Alumnos del mundo y a la Comunidad Ignaciana donde podremos tomar conciencia del potencial que tenemos como red global e impulsar una misión compartida para contribuir con mayor fuerza a construir un sociedad más justa y sostenible.

Una comunidad global

Somos una comunidad global al servicio del mundo formado por Antiguos Alumnos, Jesuitas, 827 Escuelas Jesuitas, 204 Universidades así como múltiples redes, asociaciones y centros repartidos por los 5 continentes.

Una nueva mirada

Queremos generar un debate alrededor de los grandes retos a los que se enfrenta el mundo (Migraciones, Ecología, Tecnología, La Mujer) y las herramientas que tenemos a nuestra disposición (Religión, Innovación Social, Educación y Ámbito Profesional) con el fin de darles una respuesta Ignaciana.

Una misión compartida

Guiados por la Reconciliación con Dios, la Humanidad y la Creación así como por las Preferencias Apostólicas expresadas por el Padre General, queremos establecer un plan de acción que nos permita afianzar nuestro compromiso con el futuro y traspasar el testigo a los jóvenes.

Un trabajo en red

La magnitud y globalidad de los retos nos obliga a ser más eficientes y eficaces que nunca. Para ello desde la Unión Mundial de Antiguos Alumnos de Jesuitas creemos firmemente que para impulsar este cometido y generar un mayor impacto debemos potenciar nuestro trabajo en red.

Con la presencia del P. Arturo Sosa SJ, se cree que puede ser el momento de responder como red de Antiguos Alumnos a cómo colaborar para hacer de nuestro mundo un lugar más justo y acorde con el Evangelio, trazar el objetivo de generar un plan de acción para el futuro de las asociaciones, y poner en práctica la sensibilidad social, acorde con las palabras de Ignacio de Loyola «el amor se debe poner más en las obras que en las palabras».

‘Camino Ignaciano’, la película. Una peregrinación y un itinerario interior

El director húngaro Férenc Tolvaly ha seguido a cuatro jóvenes peregrinos a lo largo de los 700 km de senderos que separan Loyola y Manresa, en el norte de España, acompañados por el director de la Oficina de Peregrinaciones del Camino Ignaciano, P. José Lluís Iriberri.

Los peregrinos siguen las huellas de San Ignacio de Loyola, justo por donde el fundador de los jesuitas caminó hace exactamente 500 años.

El Camino Ignaciano es un viaje exterior e interior que nos invita a reflexionar sobre la aventura real de la vida, sobre la búsqueda de un camino y la oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos. Un documental de 90 minutos, filmado en lugares históricos de España, con un relato personal y sensible de cómo una peregrinación se convierte en un itinerario que cambia la vida. De hecho, la película contiene un mensaje para los que andan a la búsqueda de sí mismos, y para los que buscan a Dios. Habla tanto a los cristianos comprometidos como a cualquier persona que quiera profundizar en su experiencia espiritual, independientemente de su edad, sexo o incluso de su religión.

Gracias al acuerdo establecido entre los productores, la Provincia jesuita de Hungría (que ha participado en la producción) y la Curia General, las Provincias e instituciones vinculadas a la Compañía pueden utilizar la película, pero sólo dentro de sus instituciones (no a través de plataformas virtuales). El responsable, para hacerlo, debe solicitar una transferencia digital aceptando las condiciones de uso.

Fuente: jesuits.global/es

El examen ignaciano: «Encontrar a dios en todas las cosas»

El Examen es una oración de conciencia que San Ignacio enseñó en sus Ejercicios Espirituales. Es una invitación a «encontrar a Dios en todas las cosas» y reconocer como se mueve en todas las personas y eventos de nuestros días, “en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”.

El Examen consta de algunas indicaciones introspectivas para que sigas o adaptes a tu propio espíritu. Antes de comenzar, identifica algunos momentos importantes de tu año para orientarte hacia ese periodo de tiempo. Haz una pausa y respira lenta y profundamente, una o dos veces; toma conciencia de que estás en la presencia del Señor.

  • Pido luz

Sereno mi corazón para compartir lo vivido con un Amigo muy especial; pido luz para conocer las señales y la acción de Dios en el año que termina.

  • Agradezco los dones del año

¿De qué estoy especialmente agradecido este año?

Hago un repaso de lo vivido: actividades, experiencias, encuentros, trabajos… Doy gracias por todo lo vivido y vuelvo a pasar por el corazón en qué momentos sentí una mayor cercanía con el Señor. Por lo experimentado internamente es cómo me puedo dar cuenta de esta cercanía: esperanza, entrega, gratitud, servicio, libertad…

  • Perdonado/a Perdonador/a

¿Cuál es mi respuesta al Dios de mi vida? Pienso en los descuidos que no me permitieron obtener mayores frutos en el año. Reconozco si hubo alguna insensibilidad ante las necesidades que encontré en el camino. Pido perdón a quienes ofendí. Doy mi perdón a quienes me lastimaron. Me doy a mí mismo/a el perdón que Jesús me regala.

  • Invitado/a a un futuro nuevo

¿Con qué espíritu quiero entrar en los próximos meses? ¿El próximo año? Renuevo mi amistad y mi deseo de amar y servir: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”. Los movimientos internos vienen acompañados de invitaciones, trato de situarlas, agradecerlas, ver a dónde me impulsan. Pido a la Trinidad y María que me acompañen y ayuden.

Contenido extraído de un artículo publicado en Revista Jesuita n.53

Documental «Un jesuita en formación»

Los jesuitas en España lanzaron un documental sobre la vida de los jesuitas en formación.  Durante dos capítulos de media hora, relatan la vida de un estudiante jesuita desde que se levanta hasta que se acuesta, haciendo parte a sus compañeros de comunidad, de estudio y de pastoral.

La propuesta invita a mirar y convertir estos videos en un momento de contemplación donde podamos descubrir a Dios presente en lo más cotidiano.

Fuente: serjesuita.es

Cecilia Carpinella: «Mujer científica del año»

En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba anunció a las ganadoras del certamen Mujeres en Ciencia 2022 en las categorías Mujer Científica del Año: Cecilia Carpinella; Joven Promesa: Emilia Silleta; y el reconocimiento a la trayectoria para Miriam Strumia.

Cecilia es bioquímica, profesora de la Facultad de Ciencias Químicas de la UCC e investigadora del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales y Sustentabilidad José Sánchez Labrador sj (IRNASUS) cogestionado con el CONICET. Entre un centenar de postulaciones reconocieron especialmente su labor como Científica del Año por su trabajo relacionado al descubrimiento de drogas en plantas nativas de Argentina. Particularmente, destacó el hallazgo en 2021 de un compuesto con un potente efecto inhibidor de la proteína reconocida como una de las principales causas de fracaso en las quimioterapias obtenido a partir de una planta nativa de Argentina. A partir de esta molécula se sintetizó un panel de compuestos con actividad mejorada. Se trata de inhibidores de la bomba de resistencia a multidroga P-glicoproteína, una proteína presente en las membranas de la células de cáncer cuya función es expulsar el medicamento, lo que impide que la droga pueda ejercer su efecto. Al inhibir esta bomba, el medicamento vuelve a ser efectivo.

«Mirando a todas las mujeres super valiosas y comprometidas con lo suyo que había en el auditorio sentí mucho orgullo –apunta Cecilia– fue realmente un reconocimiento que no esperaba.» Además, destacó que esta distinción ayuda a visibilizar la ciencia «la mayoría de las veces la ciencia es silenciosa llegando a obtener muchos resultados que en general no se conocen, pero sustentan el trabajo de otros investigadores que pueden poner a disposición de la sociedad diversos productos. Una enorme cantidad de información previa permitió, por ejemplo, obtener en aproximadamente un año las vacunas contra COVID-19. Atrás de esos grandes logros hay mucho trabajo en silencio.«

 

Videos para meditar la Espiritualidad Ignaciana

Con el fin de incentivar la reflexión en torno a lema escogido del Año Ignaciano: «Ver nuevas todas las cosas en Cristo», el Colegio Seminario y el Centro de Espiritualidad Manresa de Montevideo (obras pertenecientes a la Provincia jesuita Argentina-Uruguay) han elaborado tres breves videos que abarcan momentos clave en la vida de Ignacio de Loyola.

Cada video plasma «seis miradas», seis testimonios diferentes (un empresario, una consultora, dos docentes universitarios, una maestra y un sacerdote jesuita) sobre cómo se vive la espiritualidad ignaciana, entrevistados por Manuel Martínez, Secretario Ejecutivo de CVX Mundial.

Las etapas que se reflexionan en cada video son:

Este material busca ayudar a meditar en un cambio de mirada en este tiempo, como lo indica el P. Álvaro Pacheco SJ, Rector del Colegio Seminario: «un cambio de mirada, un recrear la mirada, un abrir los ojos a la experiencia de Dios que viene a renovar todas las cosas».

Reflexión: El streaming y la vida a la carta

Reflexión por José María Rodríguez Olaizola SJ

No dudo de que la tecnología está facilitando muchos acercamientos. No quiero ni imaginar lo que hubieran sido los meses de confinamiento sin la posibilidad de acercarnos virtualmente a nuestros seres queridos, de compartir la fe salvando las distancias, o sin poder ni siquiera mantener en marcha actividades, informaciones y posibilidades de acompañamiento. Creo –y lo valoro– que muchas posibilidades han venido para quedarse. Y que un buen uso de las redes y de las retransmisiones puede facilitar actividades, encuentros y formación que termina siendo muy interesante.

Sin embargo, la facilidad para el streaming y sobre todo su abuso, lo está convirtiendo en una herramienta envenenada. En primer lugar, porque mata la presencialidad. No hablo de esas ocasiones en que uno, por estar a miles de kilómetros y aislado no tiene modo de acceder a determinados contenidos, sino de la facilidad con que hoy prescindimos de desplazarnos unos cientos de metros para sustituir el encuentro por el acceso virtual. En segundo lugar, parece que ya no se valora lo local-cercano, dado que siempre puede uno encontrar online versiones mucho más sofisticadas de esas mismas propuestas (ya sean reflexiones, celebraciones…). Por último, la disponibilidad de contenidos grabados permite ir generando una cierta conciencia de que lo puedes tener todo (a la carta y disponible para utilizarlo cuando quieras). Esto genera la falsa sensación de que no hay que renunciar a nada, sino tenerlo todo grabado. Pero termina generando un consumo mucho más superficial de los contenidos.

Como en todo, cualquier generalización admite muchos matices. Estoy seguro de que hay usos formidables, y visionados muy fecundos de los contenidos. Pero, personalmente, me siento bastante inseguro ante el cariz que va tomando esta vida a través de las pantallas. Será metavida, pero esto no es vida.

Fuente: pastoralsj.org