Rodrigo Zarazaga SJ en el 56º Coloquio Anual del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina

El sacerdote jesuita Rodrigo Zarazaga, presidente del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) y referente de «Seamos Uno», se refirió este jueves a la grieta social que se visibilizó durante el largo aislamiento social por el coronavirus al participar del 56 Coloquio Anual del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA).

«Vivimos la cuarentena de una manera radicalmente distinta, una cosa es la cuarentena de delivery, de pasar a premium de Spotify y Netflix y stockearse de vino. Y otra la cuarentena de 15 amontonados en una casilla, con 7 u 8 hermanos compartiendo el crédito del celular para hacer tarea y salir con el carro a buscar cartón o algo para revender y que cada vez haya menos», reflexionó. «Una cosa es el verde del jardín de una casa y otra el gris de un basural».

«La desigualdad entra hasta por los sentidos», dijo Zarazaga. Y habló de lo diferente que puede ser un fenómeno natural como un trueno para un rico o para un pobre. El primero piensa «Qué macana, llueve, no lavé el lexus» mientras que para un pobre significa que hay que tapar el techo de chapa porque se llueve la pieza, no poder salir a hacer changas al otro día y directamente no comer.  «Seamos Uno nos ayudó a asomarnos un poco, cruzar ese puente y vivirla un poco como la vive el otro. Desde esa vivencia es que tenemos que responder qué país queremos ser. Me acuerdo cuando no conseguíamos suficientes latas de duraznos porque eran caras, en una casilla un chico agarra una lata de duraznos y dice hace tanto no comía duraznos, salimos de ahí y dijimos ‘los duraznos no se tocan'».

«Seamos Uno me enseñó a acercar mundos, que cuando entramos al mundo del otro nos transforma», sostuvo Zarazaga, quien afirmó: «Queremos un país con un liderazgo empresarial que no se vaya del país, que no nos dejen, que se queden a hacer lo que saben hacer, invertir, producir riqueza con eficiencia. Se responde esa pregunta poniéndose en el lugar del otro».

«Nos tenemos que dejar cuestionar fundamentalmente por esa desigualdad, que es el dolor que nos tiene que causar esa pobreza para llevarnos a la respuesta de qué país queremos ser», sostuvo Zarazaga.

Sobre el nacimiento y las acciones sociales de Seamos Uno, el sacerdote explicó que hubo «un camino que partió con mi participación en el coloquio de IDEA de 2016, y que se conecta con lo que empezamos a vivir desde marzo pasado con la pandemia, y de cómo iba a pegar en la gran pobreza estructural que ya arrastrábamos en el país».

«Nos pusimos a pensar en esas familias que iban a ver a sus hijos con hambre, y eso nos asustó mucho, y rápidamente la gente de IDEA recogió el guante». dijo Zarazaga al exponer junto a los empresarios Gastón Remy e Inés Cura, ambos referentes también de Seamos Uno. En esa línea, contó que se pensó en «un compromiso de entregar un millón de cajas con alimentos y productos de higiene, que significaron algo así como 60 millones de raciones, un delirio, tal vez, pero que se logró cumplir».

Calificó de «pasión contagiosa» al sueño que dio origen a un «proyecto amplio con participaciones tan diversas». En ese sentido, enumeró que participaron «empresas que compiten, iglesias que en el territorio a veces tenemos tensiones, jesuitas, pastores evangélicos, bancos de alimentos, todos deponiendo egos para cumplir ese objetivo que parecía tan ambicioso». En ese marco, puntualizó que «el norte que teníamos, de hacer algo para que no pasen hambre niños y niñas, acomodó el trabajo de todos los sectores, entre las distintas Iglesias, en sector público, en el privado».

Rodrigo afirmó además que «durante casi seis meses repartimos 500.000 raciones por día, y la actitud de los donantes permitió que saliera una caja cada 5 segundos» a distintos barrios populares de conurbano y de la ciudad de Buenos Aires, «con 5000 voluntarios, un conjunto de héroes y heroínas, en cada barrio, en cada centro comunitario». Reconoció que «los empresarios recogieron el guante ante la desigualdad y la realidad de la pobreza, con una competencia sana entre nosotros en la búsqueda de las donaciones» y «festejamos cada donación como si fuera un gol de la Selección», compartió Zarazaga con el grupo de personalidades del ámbito de los negocios.

Fuente: www.perfil.com

Cáritas duplicó la asistencia que brinda a hogares necesitados

Cáritas Argentina sigue trabajando diariamente en la asistencia y promoción de los más necesitados. Desde el inicio de la pandemia, en marzo de este año, ya entregó alimentos y elementos de higiene a más de 2.500.000 personas, duplicando así la asistencia que brindaba a comunidades necesitadas de todo el país.

Además de ayuda material, Cáritas da contención humana y acompañamiento espiritual, necesario en un contexto como el actual, donde la prolongación del aislamiento y el distanciamiento social están teniendo un profundo impacto psicológico y económico en la sociedad.

«La complejidad de la realidad económica comenzó a escalar hasta los sectores que nunca estuvieron excluidos: pequeños comerciantes, emprendedores, profesionales, cuentapropistas. Estas familias siempre habían generado sus recursos y ahora deben vender bienes conseguidos con esfuerzo y pensar cómo levantar las deudas de un emprendimiento que estuvo parado”, señaló Juan Pablo Gasme, coordinador de Desarrollo Institucional de Cáritas Argentina. Y agregó: “Vemos con dolor el marcado crecimiento de una nueva realidad: la de las familias de barrios urbanos que tiene que salir a pedir ayuda o comida por primera vez. Y que no saben cómo hacerlo.”

Desde el comienzo de la emergencia, Cáritas trabaja en torno a tres ejes estratégicos, con el fin de contener y promover a los sectores más expuestos de nuestra sociedad:

 – Eje alimentario: fortalecer los servicios alimentarios y la asistencia de calle, reforzando la ayuda brindada a través de comedores, merenderos y puestos móviles en la calle. Paralelamente se multiplicó la entrega de bolsones, viandas y kits de higiene.

 – Eje sanitario: Apoyar a los sistemas de salud, creando y fortaleciendo dispositivos no hospitalarios de aislamiento para los más vulnerables.

– Eje ingresos familiares: Facilitar el acceso a las ayudas del Estado, y procurar la reactivación local de las actividades laborales.

Al mismo tiempo, se formularon convocatorias a voluntarios jóvenes de todo el país para colaborar y sostener humanamente el despliegue realizado. La respuesta fue muy positiva. Los voluntarios fueron capacitados y se integraron rápidamente a la tarea, aportando su empuje y entusiasmo a la tarea.

Para colaborar:

Cuenta Corriente Banco Nación Nº 35869/51
Sucursal Plaza de Mayo 0085
CBU 01105995-20000035869519.

 

Fuente: aica.org

Curar el mundo desde la fuerza de los pobres

El P. Enrique Ciro Bianchi, sacerdote argentino y profesor de la Facultad de Teología de Buenos Aires,  elabora un comentario sobre el ciclo de catequesis del Papa Francisco sobre “Curar el Mundo”. En su reflexión, profundizará en el principio de la opción preferencial por los pobres.

Por Enrique Bianchi

En el mes de agosto el Papa comenzó un nuevo ciclo de catequesis bajo el título “Curar el mundo”. La pandemia ha abierto una herida en la humanidad que necesita ser sanada y Francisco nos invita a mirar a Cristo para buscar juntos un camino de salud. Como en el caso del paralítico de Cafarnaún, a quien los amigos descuelgan del techo y ponen frente a Jesús, la sanación que Él nos ofrece no es sólo física sino integral. En Cristo nuestra vida puede curarse desde su raíz. Podemos nacer de nuevo.

Si bien la redención es hecha por Cristo, no llega a nosotros independientemente de nuestro compromiso con la historia. Los cristianos estamos llamados a continuar su obra de sanación. De aquí la profética interpelación que Francisco nos presenta:¿cómo podemos ayudar a sanar nuestro mundo, hoy? A modo de orientación ofrece algunos principios de la Doctrina Social de la Iglesia que irá desarrollando en sucesivos encuentros. Uno de ellos es la opción preferencial por los pobres, al que relaciona con la virtud de la caridad y le dedica la tercera de sus catequesis de este ciclo (19/8/20). Allí repite y actualiza la enseñanza de la Iglesia presentando esta preferencia como una opción teológica. Debemos optar por los pobres porque Dios optó primero. Y no fue ésta una elección marginal en el plan de Dios. Dos veces en esa catequesis Francisco afirma que “la opción preferencial por los pobres está en el centro del Evangelio”.

Los caminos por los que busquemos curar al mundo tienen que estar marcados por un amor de preferencia hacia los que las sociedades relegan a las periferias. No intentaremos en estas reflexiones entrar en el terreno de estas acciones posibles sino buscar la luz de la Revelación sobre el principio de la opción por los pobres que debe animarlas.

Dios opta por los pobres

En Evangelii Gaudium el Papa aborda el tema en profundidad. Allí explica que el corazón de Dios tiene un lugar de privilegio para los pobres (EG 197). De aquí se desprende por simple lógica que si son los preferidos de Cristo deben ser los preferidos de los cristianos. La teología que subyace a esta opción arraiga en la cristología. Benedicto XVI al inaugurar la Conferencia de Aparecida la presentaba como “una opción que está implícita en la fe cristológica” (DA 392). En ese mismo encuentro los obispos dirán: “todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo” (DA 393).

El mundo de los pobres puede verse desde muchas perspectivas. Desde la Iglesia siempre lo vemos desde Cristo. De no ser así estaríamos errando el planteo de raíz. Miramos a los pobres desde un Cristo que “se hizo pobre” (2Co 8,9) y que les otorgó a ellos su “primera misericordia” (Juan Pablo II). En el rostro doliente de los pobres está Cristo llamándonos a ponerle el hombro a su cruz (“tuve hambre y me diste de comer…”). “Si realmente queremos encontrar a Cristo, es necesario que toquemos su cuerpo en el cuerpo llagado de los pobres” (Francisco, I Jornada mundial de los pobres). Para la Iglesia, los pobres antes de ser personas que no han accedido a todos los bienes del desarrollo moderno son un “sacramento de Cristo” (Pablo VI).

Reconocer la fuerza salvífica de los pobres

Pero la opción por los pobres no se agota en que sean objeto de una misericordia preferencial de nuestra parte. La Palabra de Dios nos lleva más lejos. El lugar de los pobres en el plan de salvación es un misterio de fe al que debemos acercarnos descalzos. El Papa Francisco nos llama a “reconocer la fuerza salvífica de sus vidas” (EG 198) y para hacerlo debemos desprendernos de valoraciones meramente humanas. Es contra razón pensar que la pobreza y la impotencia sean eficaces, sean redentoras. No es algo que nos pueda revelar ni la carne ni la sangre. Sólo la gracia de Dios nos puede hacer verlo. “Todo el camino de nuestra redención está signado por los pobres” (EG 197). Cuando Cristo se hizo pobre tuvo esa cosa misteriosa, que excede la razón, de unirlo al pobre con Él y asociarlo a su salvación. Les dio a sus vidas una eficacia redentora.

Dios desde la sobreabundancia de su amor quiere sanar a la humanidad del poder del pecado y de la muerte. Lo hace por Jesucristo, que carga sobre sí todas las heridas del mundo para darles un sentido nuevo. Cristo con su Pasión sana y lleva al Reino. Según la enseñanza paulina, puede pensarse que el Cristo que sufre la Pasión no es Él solo. San Agustín habla del “Cristo total”, Cristo cabeza unido a sus miembros, como sujeto de la Pasión. Es decir, que la redención se hace por la Pasión de Cristo y por la pasión de todos los miembros de Cristo que completan su Pasión (cf. Col 1,24). Todos los sufrientes, en general, completan la Pasión de Cristo, pero sobre todo y fundamentalmente los pobres. Con ellos Él se identificó explícitamente: “tuve hambre y me diste de comer…” (Mt 25 31,46).

Esto le da a la vida de los pobres una nueva dimensión que excede su condición de destinatarios de nuestra misericordia. Ellos -aun sin saberlo- son sujetos, actores, protagonistas de la redención. Por ellos Dios está derramando su salvación entre nosotros. Ante esto no hay que escandalizarse como se escandalizaron los apóstoles en la Pasión. Así como Cristo en su cruz cargó nuestros sufrimientos, estos otros cristos cargan nuestros dolores en sus vidas cruciformes.

Del Redentor se dijo: “por sus llagas hemos sido sanados” (Is 53,5). Su redención continúa y hoy -misteriosamente- nos sanan las llagas de tantos que sufren en los campos de refugiados o en las orillas de nuestras ciudades opulentas e indiferentes. No se trata de pobres ideales o mitificados. Hombres y mujeres concretos que -mientras nosotros leemos ideas sobre ellos- están luchando trabajosamente para apenas sobrevivir. Seres humanos a los que Dios les da una fuerza sobrehumana para seguir apostando a la vida cada día.

Hoy el mundo necesita ser curado, no solo de un virus casi invisible sino de las patologías sociales bien visibles que nos llevan a naturalizar que haya millones de personas hundidas en los sufrimientos de la pobreza. Necesitamos nacer de nuevo. Difícil será que se logre sin la fuerza histórica de los pobres. Ellos están mejor preparados que nadie para lidiar con la muerte. Lo vemos todos los días en nuestros barrios populares. Dios sabrá cuales sean los caminos históricos por los que nos llegará la salud que quiere darnos. Pero hay algo que sí podemos saber: si sigue la lógica de la redención de Cristo esa sanación nos va a llegar desde los pobres.

Fuente: vaticannews.va

Cardenal Czerny: Los desplazados internos pueden ser una fuerza de cambio

En el marco de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que se celebra el próximo domingo 27 de septiembre, el subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral subrayó que “las personas desplazadas nos ofrecen la oportunidad de descubrir partes ocultas de la humanidad y de profundizar nuestra comprensión de las complejidades de nuestro mundo”.

En un evento organizado por el Servicio Jesuita a Refugiados y la Unión Internacional de Superioras Generales, el cardenal Michael Czerny destacó que, a causa de los acontecimientos de este año, el Mensaje del Papa Francisco, aunque se refiere a los desplazados internos, incluye a “todos aquellos que están experimentando situaciones de precariedad, abandono, marginación y rechazo como resultado de COVID-19”.

Recordando los cuatro verbos propuestos por el Santo Padre en su Mensaje del 2018, acoger, proteger, promover e integrar, Czerny destaca que en el Mensaje de este año propone seis pares de verbos que tratan de acciones muy prácticas: saber para entender, estar cerca para poder servir, escuchar para reconciliarse, compartir para crecer, involucrarse para promover, cooperar para construir. Con ellos, “el Papa presenta una actitud o habilidad básica para lograr objetivos humanos profundamente importantes” reconoció el prelado.

En su exposición, el cardenal Czerny compartió dos consideraciones finales. En primer lugar, destacó que la cercanía de las instituciones católicas que trabajan con migrantes y refugiados “puede promover una escucha más atenta a lo que los desplazados internos necesitan, esperan y aspiran”, ya que ellos “deberían participar en el diseño y la prestación de respuestas de protección y asistencia; en la planificación y aplicación de soluciones que les afecten; y en la elaboración de leyes, políticas y estrategias relacionadas con el desplazamiento interno”.

Finalmente, reconoció que los desplazados internos pueden ser una fuerza positiva de cambio, ya que pueden demostrar “un notable grado de esperanza, resistencia y fuerza”. Al mismo tiempo, atender sus necesidades y apoyar sus redes e interacciones con los residentes locales “ayudará a construir la comunidad y a avanzar hacia la recuperación, la cohesión social, la paz, la seguridad y el desarrollo”.

Fuente: www.vaticannews.va

REPAM: balance del camino recorrido y presentación del nuevo secretario ejecutivo

Después de seis años de recorrido, la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, ha llevado a cabo en los últimos meses un proceso de discernimiento que ayude a continuar definiendo el camino a seguir en el futuro. También, el pasado 14 de septiembre  se llevó adelante una rueda de prensa en la que el Cardenal Claudio Hummes, presentó al marista brasileño João Gutemberg Sampaio como el nuevo secretario ejecutivo de la REPAM. A partir de ahora, se llevará a cabo un camino de transición entre el nuevo secretario y quien hasta ahora llevaba a cabo ese servicio, Mauricio López.

Presencia articuladora

En palabras del cardenal Hummes, estos seis años de camino de la REPAM, ha sido un tiempo para implicarse, para estar presentes en el territorio, para escuchar y junto con las comunidades construir los nuevos caminos, convencido de que “la causa era mucho mayor que las dificultades enfrentadas”.

El servicio que se lleva adelante es muy amplio, envuelve a mucha gente que trabaja tanto en las circunscripciones eclesiásticas como en espacios no eclesiales, como son las comunidades indígenas, siempre en una tentativa de estar entre los más frágiles y vulnerables.

Todo eso se concretó en el Sínodo, un momento en el que el Papa quiso oír a los obispos de la Amazonía y trazar nuevos caminos, un tiempo de discernimiento que tuvo como fruto el Documento Final y Querida Amazonía.

Discernimiento

La REPAM recoge todo lo que se está realizando en la Amazonía y todo lo que se ha realizado desde el inicio de la Evangelización, afirmaba el cardenal Pedro Barreto en la rueda de prensa. Según él, la Conferencia de Aparecida, donde el entonces cardenal Bergoglio fue el relator general del Documento, mostró la importancia de la Amazonía y la necesidad de crear una pastoral de conjunto en los 9 países de la Amazonía.

En este caminar, entre luces y sombras, Dios nos ha iluminado y fortalecido, y ha inspirado todo el proceso sinodal, afirmó el vicepresidente de la REPAM. El cardenal destaca la importancia de “nuestros hermanos indígenas”, a quienes ve como “guardianes de nuestro entorno natural”, que durante el Sínodo, desde la periferia, llevaron su vida y conocimientos al centro de la cristiandad. La misión de la Iglesia, que en el Sínodo estableció una alianza con los pueblos originarios, es acompañarlos ante la invasión de las grandes empresas, lo que está llevando al martirio a los defensores de la Amazonía, recordando el asesinato de un defensor ambiental ocurrido este último sábado en Puerto Maldonado.

El cardenal Barreto también ha querido agradecer al hermano João Gutemberg por haber aceptado el servicio de la secretaría ejecutiva de la REPAM, así como a “Mauricio López, que con mucha generosidad, juntamente con su equipo, que le apoyó en estos años, de manera muy generosa, nos hace sentir de verdad que nuestro agradecimiento sea profundizar la experiencia que estamos viviendo”.

Haciendo balance de lo vivido hasta ahora, Barreto quiso agradecer a los hermanos indígenas por la participación en el proceso de preparación y realización del Sínodo, “que predican con su vida y con sus testimonio que vale la pena cuidar la vida y cuidar nuestro entorno natural”. De cara al futuro, ve a la REPAM como “un suporte muy importante de articulación en el territorio para brindarle a la Conferencia Eclesial de la Amazonía el soporte efectivo para que sus orientaciones, sus documentos, la puesta de todas las propuestas, que el Sínodo ha ofrecido en su Documento Final puedan llevarse a la práctica de manera armónica, de manera articulada”.

Finalmente, afirmaba que Querida Amazonía nos hace tomar conciencia que tenemos que trabajar en dos aspectos: poner en practica las orientaciones que nos da el Documento Final del Sínodo y seguir soñando con una Amazonía donde se respeten los Derechos Humanos, sus culturas, el medio ambiente, y que la Iglesia sea fermento de paz y de justicia.

Nuevo secretario ejecutivo

En su primera intervención como secretario ejecutivo de la REPAM, João Gutemberg Sampaio, destacaba la importancia del trabajo en equipo, afirmando que “idealizar es muy bueno, pero poner en práctica necesita mucha creatividad y dedicación”. El nuevo secretario también agradecía a quien considera su gran amigo, director espiritual y consejero, Mauricio López, así como a su equipo.

De cara al futuro pedía “continuar animándonos y articulándonos, porque infelizmente nuestra Querida Amazonía, es también una Amazonía consumida, invadida, destruida”, haciendo una llamada a la unión entre las comunidades eclesiales y las personas de bien para “impulsar el cuidado, la protección de las comunidades humanas y de nuestra diversidad ambiental, tan importante para toda nuestra vida en el planeta, escuchando el grito de los pobres, el grito de la tierra”. El nuevo secretario se presentaba como “un instrumento de conexión para que podamos continuar sembrando luz y esperanza en nuestra Amazonía, y a partir de nuestra Amazonía, para muchos otros contextos del escenario planetario que necesitan amazonizarse, vivir la buena relación que los pueblos amazónicos tienen con la Madre Tierra”.

Fuente: redamazonica.org

Recursos para el Mes del Migrante y Refugiado

La Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes (CEMI) puso a disposición una serie de recursos para desarrollar iniciativas y actividades durante septiembre, Mes del Migrante y del Refugiado.

El organismo episcopal que preside monseñor Hugo Manuel Salaberry SJ, obispo de Azul, recordó que el domingo 27 de septiembre en la Argentina se celebrará el Día del Migrante y del Refugiado, con el lema “Como Jesucristo, obligados a huir”.

“Esta jornada nos invita como comunidad eclesial, a formar una verdadera familia con quienes en el mundo de hoy, caminan entre la desesperación de un futuro imposible de construir y el deseo de una vida mejor”, subrayó en la convocatoria.

La Comisión, invitó a dar relevancia a estas propuestas inclusivas y detalló los recursos que puso a disposición:

– Un afiche alusivo al Día del Migrante y del Refugiado.

– Una propuesta litúrgica, útil para esta celebración.

– El Mensaje del Papa para la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2020.

– El link al vídeo “Como Jesucristo, obligados a huir: compartir para crecer”.

Podés conocer más sobre esta iniciativa en: www.cemi.org.ar

Fuente: aica.org

Laudato Sí: la unión entre franciscanos y jesuitas que misionan en Brasil

La encíclica Laudato Si, publicada hace cinco años, podemos decir que marcó un antes y un después en la toma de conciencia sobre la necesidad de cuidar nuestro planeta, de nuestra Casa Común. Esa dinámica, asumida también fuera de la Iglesia, inclusive por quienes practican otras religiones y por gente que no asume la fe un la divinidad como algo propio, recibió un nuevo impulso con el Sínodo para la Amazonía, cuyas reflexiones fueron recogidas en el Documento Final del Sínodo para la Amazonía y en la exhortación postsinodal Querida Amazonía.

Inspirados en esa dinámica, los franciscanos y jesuitas que realizan su misión en Brasil decidieron unirse para emprender reflexiones y acciones encaminadas a la lucha por la justicia socioambiental, contra toda forma de explotación y desigualdad socioeconómica, contra toda expresión de racismo y en defensa de los pueblos indígenas y la democracia. Esta idea ha sido dada a conocer al inicio del «Tiempo de la Creación», que del 1 de septiembre al 4 de octubre pretende hacer ver a los católicos que el cuidado de la Casa Común es un elemento inseparable de la fe en el Dios Creador.

Como ellos mismo informan, la unión de franciscanos y jesuitas forma parte de un movimiento internacional – la «Revolución Laudato Si» – y tiene un gran simbolismo, porque reúne los carismas y las fuerzas de sus dos grandes santos fundadores – Francisco e Ignacio – que se reflejan en la imagen del Papa Francisco, que personifica a los dos como un jesuita que elige el nombre de Francisco. No podemos olvidar que quien estaba sentado al lado del cardenal Bergoglio en el cónclave en que se convirtió en el Papa Francisco, fue el franciscano Claudio Hummes, quien le dijo que no se olvidase de los pobres, y que como presidente de la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, como relator del Sínodo para la Amazonía y como presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía – CEAMA, ha tenido un papel de extrema relevancia en todo lo que hace referencia a la dimensión ecológica en la vida de la Iglesia católica.

Los jesuitas y franciscanos, con esta unión, proponen una «revolución» que incorpora un profundo cambio de paradigma en la relación con la tierra, nuestra «casa común»; en defensa de los pobres y excluidos, concibiéndolos como interlocutores y no sólo como destinatarios; en defensa de los pueblos indígenas y otras minorías; y, finalmente, en defensa de la democracia y contra todo tipo de autoritarismo. Podríamos decir que estos son los objetivos fundamentales de algo que, por la gran presencia de la Compañía y de la familia franciscana en todos los rincones del país, puede revolucionar la vida eclesial en Brasil.

Los detalles de este nuevo camino serán conocidos con mayor profundidad en un webinar que tendrá lugar el 30 de septiembre, a las 20 horas, horario de Brasilia, con la presencia del teólogo Leonardo Boff y la teóloga María Clara Bingemer, que presentarán, basados respectivamente en la espiritualidad franciscana e ignaciana, los fundamentos inspiradores de este encuentro simbólico entre las dos tradiciones. La mediación será la de la antropóloga Moema Miranda, asesora de la Comisión Especial de Ecología Integral y Minería de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB, y de la Red Eclesial Panamazónica – REPAM-Brasil. Las inscripciones se pueden hacer en la página de facebook: http://facebook.com/revolucaolsbrasil

Para los creadores de la unión entre franciscanos y jesuitas, la «Revolución Laúdica Sí» está alineada en dos caminos movidos por dos espiritualidades intensamente convergentes. «Desde el Santo de Asís y el Santo de Loyola, hasta el día de hoy, hay algo muy profundo que interconecta estos dos caminos y las prácticas inherentes a ellos, en un enriquecimiento mutuo natural. La familia ignaciana y la familia franciscana se sienten unidas, especialmente en el cuidado de los dones de la creación, la casa común y la construcción de relaciones justas y respetuosas», explican.

A la cabeza de la organización de la Revolución de Laudato Si Brasil se encuentran el Servicio Interfranciscano de Justicia, Paz y Ecología de la Conferencia de la Familia Franciscana del Brasil (Sinfrajupe), el Observatorio Luciano Mendes de Almeida (OLMA), organizador de la Red de Justicia Social y Ambiental de los Jesuitas, y el Movimiento Católico Mundial por el Clima. Los socios son MAGIS Brasil y la Facultad Jesuita de Filosofía y Teología (FAJE).

En la Carta en la que explican el significado y los objetivos de la unión entre las dos fuerzas, los idealizadores afirman: «Muchos elementos poderosos nos unen. Los franciscanos y los jesuitas tienen una historia en común, son cómplices de una alianza declarada con los pobres, con los desposeídos de nuestra sociedad, con los vulnerables en su dignidad. Para nosotros, franciscanos y jesuitas, no hay Revolución sin combatir los pilares que estructuran las desigualdades de nuestra sociedad, no hay Revolución lejos de la defensa de la verdadera democracia, no hay Revolución sin caminar con los pobres y perseguidos”.

Esta iniciativa cobra especial importancia dentro de la actual realidad brasileña, marcada por los ataques constantes al medio ambiente y a quienes se empeñan en su cuidado, promoviendo formas de vida alternativas y respetuosas, buscando otros estilos de vida, generando economías solidarias, sostenibles e integrales, así como muchos procesos de resistencia y lucha popular contra el modelo consumista y neoliberal, por el que ha apostado decididamente el actual gobierno brasileño.

La Revolución Laudato Si puede ser un instrumento de gran valor, que ayude a construir relaciones justas con los demás y con los dones de la Creación, teniendo como fundamento la valentía de Francisco de Asís e Ignacio de Loyola. Desde su testimonio de vida y su espiritualidad, los jesuitas y franciscanos quieren: ¡Que Cristo, nuestro Hermano Mayor y Compañero, ilumine nuestros caminos y nos haga crecer en el amor, la fe y la esperanza! Que sintamos a Dios en todas las cosas en profundidad y seamos constructores permanentes de paz y bien.

 

Fuente: religiondigital.org

Segundo Encuentro Regional de colaboradores de la Red Jesuita con Migrantes

Camila Robledo Ullúa es parte del Servicio Jesuita a Migrantes de nuestra Provincia y el pasado 20 de agosto participó del segundo Encuentro Regional de colaboradores de la Red Jesuita con Migrantes.¹ «Cada uno ha aportado su perspectiva, su riqueza personal y todos juntos nos hemos potenciado.», afirma. A partir de lo vivido en el encuentro, comparte su testimonio con nosotros.

Por Camila Robledo Ullúa

La primer palabra que me viene a la mente cuando pienso en el encuentro vivido el pasado 20 de agosto definitivamente es “encuentro”. Si bien la situación actual impidió la presencialidad y la cercanía física, la tecnología nos dio la herramienta para darle una vuelta de tuerca al asunto y poder reunirnos. Hemos logrado humanizar lo que antes era considerado un poco frio e inhumano, los medios tecnológicos.

Estas experiencias han estado llenas de risas, alegría, baile, canto, espacios formativos y de compartir muy ricos y valiosos.

Con la ayuda de Natalia y Luis Fernando, los coordinadores de las campañas por la hospitalidad del RJM (Red Jesuita con Migrantes), fuimos descubriendo la riqueza, con nombre y rostro, que representa el Servicio Jesuita a Migrantes. Hemos asumido las fronteras, y las hemos llevado a otro nivel previamente desconocido. Nos dimos cuenta de que la unión entre los países no sólo debe ser marcada en un mapa, sino que puede y debe ser marcada mediante metas en común. Nuestra meta en común es concreta, nuestros corazones arden y luchan por una sociedad más hospitalaria, más amiga, más humana y receptiva con aquel que migra en busca de una vida digna. Es esta meta en común lo que nos ha transformado en una comunidad, y nos ha inspirado a coonspirar todos juntos.

Personalmente, esta experiencia ha sido un paño de agua fría ante tanta preocupación general que se vive hoy en día. El saber que muchas personas, en diferentes lugares de Latinoamérica y el Caribe luchan por lo mismo que uno, realmente es un alivio y un motor para seguir adelante.

Hemos aprendido tanto en estos encuentros que sintetizar todo en un pequeño texto parece imposible, pero más allá de los saberes y de los aprendizajes incorporados, lo que considero más valioso es el haber descubierto los corazones de personas tan maravillosas que donan su tiempo sin pensarlo dos veces al rostro de Jesucristo que reside en el hermano migrante o refugiado.

Cada uno ha aportado su perspectiva, su riqueza personal y todos juntos nos hemos potenciado. Hablo por mí, pero estoy segura que todos sintieron, en mayor o menor medida, lo mismo. Salimos de los encuentros con más respuestas, con nuevas ideas y sueños para nuestras oficinas y para nuestros países; con más rostros concretos, con más energía para encarar los proyectos que vengan y con muchísimas ganas de seguir trabajando por esa meta común, por esa sociedad hospitalaria, que ahora pareciera sonar utópica, pero que de a poco se va haciendo realidad y cada vez mas cercana.

El Reino que tanto ansiamos y del que tanto nos habla Jesús, lo imagino con un nivel de hospitalidad deslumbrante, y es lo que siento en cada uno de estos encuentros, un anticipo del Reino con risas, con emociones y con tanta gratitud cruzando límites y kilómetros.

Presiento y sueño que este es el comienzo de un gran futuro, donde la humanidad será más hermana y más consciente de la riqueza de la alteridad.  Creo firmemente que, si todos comenzamos a soñar lo mismo, todos comenzaremos a coonspirar para lograr alcanzar la meta que nos une, la de una comunidad que acoja a los hermanos y hermanas migrantes con el amor con el que el Padre recibe al hijo en la parábola del hijo pródigo.

¹es el esfuerzo colectivo de personas y obras vinculadas a la Compañía de Jesús en su búsqueda de la Justicia y la Reconciliación a través dela defensa y promoción de los derechos de migrantes, personas desplazadas y refugiadas en Latinoamérica y el Caribe.

El CELAM a los presidentes de América Latina: “Construyamos creativamente soluciones conjuntas”

Los obispos que lideran el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), han enviado una carta a cada uno de los presidentes de los países de la región latinoamericana con un llamado a la integración y a la cooperación en búsqueda de soluciones frente a la crisis por el Covid-19.

En el mensaje expresa su preocupación frente al aumento de la pobreza en el continente, fruto de la pandemia, y la urgencia de “curar las estructuras sociales enfermas”.

Expertos en humanismo y solidaridad

Movidos por su responsabilidad como pastores del Pueblo de Dios, y con el ánimo de aportar al discernimiento de este “delicado contexto”, los responsables de la Iglesia en América Latina y el Caribe se dirigen a los mandatarios del continente desde su “experticia en humanismo y solidaridad” y con una mirada de esperanza, “recordando que toda decisión política, económica o social tiene como fundamento la moral y, por lo mismo, repercusiones morales“.

Fiel a su opción por los pobres, los prelados latinoamericanos exponen, de entrada, su preocupación por “el efecto de la pandemia en las vidas humanas y en la salud de los ciudadanos, en especial de los más pobres”. De hecho, las consecuencias devastadoras de la pandemia, que ya se ha cobrado más de 200.000 vidas en el continente, con casi cinco millones de contagiados, y podría generar un drástico aumento de la pobreza, rozando el 35% del total de la población –cuando se estima que antes de que termine el año podría llegar a unas 215 millones–, para el CELAM “es un dato escandaloso que repercute en nuestras conciencias” pues, “más que cifras, se trata de personas“.

En este escenario, la situación de los migrantes, los pueblos indígenas y afro, los campesinos, las mujeres, las personas mayores y la niñez, merece una particular atención, lo mismo que “el grave deterioro de la salud mental, que se expresa en la violencia y el miedo que atenta contra la libertad, fundamento de la democracia”.

“Mejor normalidad” con justicia social

De hecho, en su misiva –publicada en español y en portugués– la presidencia del episcopado latinoamericano, en cabeza de Miguel Cabrejos Vidarte, es enfática en señalar la necesidad de curar las “estructuras sociales enfermas“, esa otra “pandemia que nos afecta desde ya hace mucho tiempo”. Por eso, más que una “nueva normalidad”, los obispos exhortan a trabajar por una “mejor normalidad, con justicia social y respetuosa de la Casa Común”.

Se trata, por tanto, de atacar de raíz el “pecado estructural” de la injusticia que azota a los latinoamericanos, así como el “pecado ecológico” al que se refirieron los obispos en el Sínodo Panamazónico. “La pobreza, la injusta distribución de la riqueza, la carencia de adecuada educación, trabajo, vivienda, salud y el deterioro del medio ambiente nos obligan a demandar, más que crecimiento, desarrollo, y un desarrollo humano integral“.

La vacuna

Por otra parte, con relación a la premura de encontrar una vacuna que permita dar solución a la pandemia sanitaria, el CELAM bendice los esfuerzos de quienes trabajan en ello en el ámbito de las ciencias médicas y biológicas, incluyendo a los voluntarios que participan en las pruebas que se realizan en personas. No obstante, apela al principio médico primum non nocere (lo primero es no hacer daño) para pedir que las vacunas sean seguras y éticamente probadas, como también lo ha solicitado la Asociación Católica de la Salud de los Estados Unidos.

Con todo, ante la amenaza de que la vacuna se comercialice “con márgenes de utilidad excesivos” y bajo el primado de “los monopolios legales en la producción de los medicamentos innovadores, protegidos por leyes y convenios internacionales sobre patentes y propiedad intelectual”, los obispos latinoamericanos levantan su voz para que “se adopten oportunamente las medidas para asegurar que las vacunas estén disponibles para todos, priorizando a los más pobres, quienes han sido los más afectados por la pandemia en nuestro continente y en la humanidad entera”.

“Que no sea el criterio económico el que, una vez más, margine de la salud a los más golpeados por esta crisis sanitaria: los pobres“, clama la Iglesia latinoamericana y caribeña, animando a los líderes y a los gobernantes para que “junto con nuestros pueblos y con el apoyo de la comunidad científica construyamos creativamente soluciones conjuntas”.

Decisiones políticas impostergables

Con voluntad política y haciendo realidad el sueño de la ‘Patria Grande’, el CELAM confía que se avance decididamente para que los países de la región puedan lograr “entre todos lo que por separado ninguno o muy pocos pueden“, en las actuales circunstancias.

Ello implicaría, por ejemplo, “que se adopten acciones concretas que permitan disponer de centros de investigación, laboratorios y producción de medicamentos, que reúnan lo mejor de nuestra inteligencia científica y que sean sostenidos en forma cooperativa por los países de la región”.

La Iglesia latinoamericana, por su parte, se compromete a mantener con firmeza su compromiso “con la reconstrucción del tejido social latinoamericano y caribeño, y nuestra particular dedicación pastoral por la defensa y el cuidado de la vida, especialmente la de los más vulnerables y excluidos”, recordando, con san Romero de América, que “traicionaría su mismo amor a Dios y su fidelidad al Evangelio si dejara de ser voz de los que no tienen voz”.

 

Fuente: www.vidanuevadigital.com

Mes de la solidaridad en Chile: “Anteojos para ver al otro”

La Fundación Padre Hurtado y varias organizaciones sociales de Chile, en el marco del Mes de la Solidaridad, lanzaron el pasado 18 de agosto, la campaña “Anteojos para ver al otro”. Con esta iniciativa lo que se busca es reconocer el verdadero sentido de la solidaridad, como lo explica el comunicado de la Fundación Padre Hurtado.

La campaña, que ya ha alcanzado más de 10 millones de visitas en su portal http://www.anteojosparaveralotro.cl/, invita a las personas a ponerse los marcos de anteojos diseñados por niños con el fin de comenzar a ver como ellos: “sin miedos, sin diferencias, sin prejuicios, ver al otro, sin importar sus condiciones, porque para cambiar el mundo, hay que ver el mundo del otro”.

Fuentes:

vaticannews.va/anteojosparaveralotro

vaticannews.va/campañasolidaria