Pastoral Universitaria: la propuesta de la UCC

La Universidad Católica de Córdoba cuenta con un espacio dedicado a acompañar y animar procesos de formación integral de la comunidad universitaria desde la propuesta de la espiritualidad ignaciana. Se trata del área «Identidad y Misión» de la UCC, y así describen lo que motiva y lo que desean transmitir con cada proyecto: «hay una experiencia de encuentro (con otros, con nosotros mismos, con Dios) que nos ha transformado el corazón y la vida. Y que nos ha lanzado a vivirla como hombres y mujeres nuevas. Que nos inspira un modo de proceder distinto, que creemos, contribuye a la construcción de un mundo más justo y amable.»

Para conocer el desempeño y el trabajo de este espacio pastoral, nos comunicamos con Gisela Giraudo, coordinadora del Área Identidad y Misión, quien compartió con nosotros los principales proyectos que se llevan adelante y la subdivisión de equipos y actividades:

Hace ya unos cuatro años elegimos organizarnos en Equipos: Equipo de Liderazgo Ignaciano, de Espiritualidad y Formación, de Solidaridad y Servicio, y de Comunicación

En cada equipo trabajan los/as jóvenes Animadores/as  se organizan propuestas tanto autónomas como ligadas entre sí. Algunas implican una participación esporádica y otras buscan generar procesos, como por ejemplo dos Programas que tenemos en marcha.  

En marzo del 2020 la sorpresa de la Pandemia puso en pausa la presencialidad que hasta el momento creíamos era nuestro fuerte. Pero apostamos a recrearnos, a dar fuerza al Equipo de Comunicación, que afianzó nuestra presencia en la redes, tomo un lugar transversal en nuestros Equipos y a la vez afianzó redes con la Secretaría de la Comunicación y otras áreas de la Universidad.  

Desde aquel marzo sostenemos en la virtualidad las siguientes propuestas:

Equipo de Liderazgo Ignaciano

  • Programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano (PLIUL). 
  • Taller de Herramientas para el liderazgo Ignaciano
  • Comunidad de Hermanos mayores: La conforman los egresados del PLIUL. Este año estarán animando un Ciclo Institucional sobre Ecología Integral junto a la Facultad de Ciencias Agropecuarias y la Secretaría de Proyección y Responsabilidad Social Universitaria.

Equipo de Espiritualidad y Formación:

  • Programa de Entrenamiento en Habilidades Emocionales: para ayudar a reconocer, poner nombre y gestionar las emociones de un modo más asertivo para relacionarse mejor con uno mismo y con los demás.
  • Retiros Espirituales (dirigido a jóvenes y  adultos).
  • Espacios de oración y comunidad dirigida a los equipos de gestión.
  • Tiempo con vos: espacios de oración que este año lo sumamos al Programa de la Red AUSJAL en ocasión del Año Ignaciano.
  • Rezando nunca solos – Comunidad de Lectio Divina anual: para compartir y rezar la Palabra de Dios en comunidad
  • Ciclo Ser Humanos: una serie de charlas/conversatorios sobre temas que atraviesan la experiencia vital de los jóvenes en el tiempo actual.
  • Taller sobre género y pastoral – Abrazar la diversidad: un modo de vivir la fe. 
  • Catequesis sacramental en clave universitaria
  • Escuela de Formación en Identidad Ignaciana (funciona como sede) 

Equipo de Solidaridad y Servicio:

  • Grupo misionero Oscar Romero.
  • Proyecto vinculado a la comunidad de Boquerón “Cuentos que alegran la noche”

A la par de estas propuestas seguimos ofreciendo Talleres de crecimiento personal y que permiten detenerse a pensar sobre los modos de vincularnos con las personas y el mundo que habitamos. Y mantenemos espacios de formación, hacia dentro de nuestra Área, con temas que los miembros del Equipo proponen.

No quisiera dejar de contarles sobre La novena de San Ignacio: son nueve días previos a la fiesta de nuestro Santo. En el marco del Año Ignaciano, nos pareció oportuno detenernos cada día por uno de los lugares que él recorrió y así llegar al 31 de julio compartiendo dos momentos para la reflexión uno dirigido a jóvenes y otro a adultos. 

Para finalizar quiero afirmar que la virtualidad al área llegó para quedarse, la comunidad universitaria demostró que desde casa eligen muchas de nuestras propuestas. Sin embargo deseamos poder volver a ciertas actividades que necesitan  la presencialidad como medio de encuentro: la actividad misionera, los retiros espirituales y las jornadas de convivencias.

Reflexión del Evangelio – Domingo 18 de julio

Evangelio según San Marcos 6, 30-34.

Por Rafael Stratta, SJ.

En tiempos en que “influencers” parecen surgir de hasta debajo de las piedras, es bueno encontrarse con evangelios cómo estos para volver al corazón de lo que motiva nuestro vínculo y seguimiento de Jesús. Esto de tener figuras que nos van marcando el camino, aconsejando, acompañando, no es nada nuevo. En el relato de hoy nos encontramos con los discípulos -esos “influencers” del siglo I-, que tienen una experiencia para compartir: la de ser apóstoles de Aquél que tiene palabras de vida eterna: pastores que cuidan y anuncian.

Ocurre que ya en el Antiguo Testamento podemos encontrarnos con pastores de todo tipo –o pseudo-pastores-, tal como pasa hoy. Esto es lo que narra Jeremías en la primera lectura de hoy. (“Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño”) Por eso el evangelio se nos hace tan actual, porque nos ayuda a reconocer el corazón de esta experiencia “pastoral”. El punto de partida de la labor apostólica es la compasión, que no da descanso porque nuestras entrañas se mueven al ritmo de las alegrías y sufrimientos de la humanidad, pero que, a su vez, demanda este buen descanso, lo hace necesario. En esta tensión entre el buscar el lugar apartado y ocuparse de los que no tienen quien se ocupe de ellos, surge el misterio de la gratuidad.

Una y otra vez tenemos que poner en el medio esta experiencia de Dios: todo modo de cuidar y ser cuidados, toda experiencia pastoral, parte siempre de la gratuidad de Dios. Es una gratuidad que no se fija quién se merece atención y quién no, sino que permite que se muevan sus entrañas compasivas y, a la vez, reconoce las necesidades de las propias carencias y cansancios. Si somos capaces de poner al centro esta experiencia de amar y ser amados gratuitamente, nuestro seguimiento de Jesús como anunciadores de su Reino será mucho más fecundo de lo que podamos imaginarnos.

Fuente: cvxuruguay.org

Posadas celebró la Fiesta de la Virgen de Itatí

El pasado 9 de julio celebramos, como cada año, la fiesta de Nuestra Señora de Itatí. En la ciudad de Posadas se realizó una caravana de autos que partió desde la catedral para acompañar la imagen de la Virgen de Itatí. Cientos de personas recorrieron las calles posadeñas hasta la parroquia. También se realizó la bendición y colocación de la imagen religiosa, que fue restaurada después de sufrir un ataque vandálico el año pasado.

El sacerdote Mario Moreira destacó la participación de, “la comunidad y la feligresía que acompaño en toda esta celebración. El colegio Virgen de Itatí que organizó la caravana que partió de la Catedral de Posadas”.

La misa central, fue presidida por el obispo Monseñor Juan Rubén Martínez. Las actividades en la parroquia continuaron durante toda la jornada. A las 17 se realizó la misa por los enfermos y a las 20 la tradicional misa.

El hermano jesuita consagrado, Francisco Castex, agregó: “Fue virtual y presencial. Los cantantes y un grupo reducido acompañamos aquí en la parroquia, mientras de Corrientes y de otros lugares nos seguían de manera virtual y contestaban a los chats. Es todo lo que estamos haciendo en estos días para recordar con alegría a nuestra mamá María”

Fuente: misionesonline.net

Reflexión del Evangelio – Domingo 11 de Julio

Evangelio según San Marcos 6,7-13.

Por Toni Catalá SJ

Jesús y los discípulos no se quedan instalados en ningún lugar para que la gente venga a ellos, no construyen ningún “templo” para predicar y curar a donde la gente tenga que acudir pagando el correspondiente arancel. Son los discípulos los que son enviados a la gente, a las aldeas y a las casas sin otra cosa más que la confianza en el que les envía. Si algo tiene claro Jesús es que con el dolor de la gente no se trafica, con el dolor y el sufrimiento no se hace negocio.

Jesús los manda ligeros de equipaje, tan sólo tienen que procurar sandalia y bastón para poder seguir caminando, lo demás sobra. Es verdad que este relato responde a la primera misión de los Doce, los envía “a pelo” por los caminos de Galilea, y estas indicaciones de Jesús nos pueden desconcertar a nosotros cristianos urbanos atrapadosen mil preocupaciones… Creo que, en nuestro caso, de lo que se trata es de discernir cuáles son los bastones y sandalias que nos hacen estar vivos y disponibles para anunciar la Buena Noticia del Reino y aliviar, sanar y liberar a los que nos rodean: el apoyo de los demás, la comunidad con la que celebro, la oración que me recoloca… y discernir los afanes en tener dos, o tres, o cuatro túnicas, y alforjas siempre llenas que nos distraen de lo importante y nos agobian innecesariamente.

La conversión que somos invitados a proclamar es mostrar que es posible reubicarse enla vida. Reubicar es caer en la cuenta de que o se puede estar exigiendo que todo gire a mi alrededor, que todo esté a mi servicio o que se puede estar con un corazón y una mirada atenta para poder estar al servicio de los que me rodean. El yo que solo exige es insaciable y siempre insatisfecho. Nos rodean gentes que están bloqueadas por situaciones deshumanizantes, “espíritus impuros”, gentes sufriendo porel límite y abatimiento que lleva consigo la enfermedad, “curaban a muchos enfermos” con al aceite del consuelo y alivio. Tenemos que discernir si, ante las heridas de este mundo concreto, aliviamos o echamos sal y vinagre en ellas, servicio que es generar espacios de liberación, eso es “echar demonios”.

Jesús dice y hace, hace y dice. La conversión que deseamos para los que nos rodean supone siempre pedir también al Señor la nuestra. El cambio de ubicación en la vida que lleva consigo el anunciar la Buena Noticia de la incondicionalidad del Amor, no es asunto sólo de predicación, es asunto de gestos, de modos de estar en la vida.

Jesús nos invita a la libertad, nos invita a no obsesionarnos ni empeñarnos en lo que no está en nuestras manos. Es genial la libertad de Jesús cuando nos dice que si en un lugar no es recibida la Buena Notica… pues a otra cosa. Nosotros somos sembradores, la cosecha la recogerán otros. Jesús nos invita a anunciar, a caminar, a dar vida… lo demás se nos dará por añadidura o se les dará a otros, en eso consiste la libertad y la gratuidad.

centroarrupevalencia.org

Referentes cristianos se unieron en oración por la paz y por la Patria

Con el objetivo de “orar juntos por la paz y por la Patria”, ayer martes 6 de julio a las 20 hs, referentes de distintas Iglesias cristianas de la Argentina se unieron en un encuentro de oración virtual transmitido por Youtube.

Congregados con el lema propuesto para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2021, “Permanezcan en mi amor, y darán fruto en abundancia”, participaron representantes de la Comisión Ecuménica de las Iglesias Cristianas en la Argentina (Ceica); la Comisión Episcopal de Ecumenismo, Relaciones con el Judaísmo, el Islam y las Religiones (Ceerjir); y referentes de las Iglesias Católica, Evangélica Bautista, Anglicana, Evangélica Luterana Unida, Ortodoxa Rusa del Patriarcado de Moscú, Evangélica Metodista Argentina, Evangélica del Río de la Plata, Cristiana Bíblica, Pentecostal, Apostólica Armenia y Nueva Apostólica.

La celebración fue convocada por delegados diocesanos de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de las diócesis argentinas, con la presencia de referentes de San Miguel de Tucumán, Córdoba Capital, Río Cuarto, Corrientes Capital, Salta, Oberá, Gregorio de Laferrere, Mar del Plata, Campana, Moreno y Capital Federal.

Más información en www.episcopado.org

Despojarnos de los lenguajes formales

Un análisis del largometraje Corpus Christi, una producción polaca lanzada en el año 2019.  La película narra la historia de Daniel, de 20 años de edad, quien experimenta una transformación espiritual mientras vive en un Centro de Detención Juvenil.

Despojarnos de los lenguajes formales

Cada país tiene un modo peculiar de expresarse artísticamente y eso se nota mucho en el cine. De hecho, últimamente he visto un par de películas polacas y tienen elementos muy llamativos. No sé tanto del séptimo arte como para hacer un estudio detallado, pero en las que he visionado la Iglesia juega un papel social muy llamativo. La última ha sido ‘Corpus Christi’, un largometraje que estuvo nominado a la mejor película extranjera el pasado 2019. El protagonista es un joven que, tras salir de un centro de detención, se hace pasar por sacerdote en un pequeño pueblo. Él, que había querido entrar en el seminario, pero sus antecedentes penales se lo habían impedido, se encuentra al frente de una comunidad que aún mantiene abierta una herida sin sanar.

Dejo a los lectores que vean y opinen sobre la película, pero a mí hay dos cosas que me invitan a reflexionar. Por un lado, hay varias ocasiones en las que el rostro del falso sacerdote expresa el temor y la reverencia de quien hace algo que le desborda. Da esa sensación cuando se ve abocado a confesar, a dar una palabra de consuelo o en el momento en que eleva la forma eucarística. Me recordó ese poema de León Felipe que afirma que para enterrar a alguien vale cualquiera menos el enterrador, porque “el que no conoce el oficio, lo hace con respeto”. La costumbre nos puede hacer olvidar esa necesaria reverencia que expresa la cara del protagonismo. ¿Cuándo hemos perdido ese asombro admirado ante la realidad que nos supera? ¿Qué nos pasa cuando ya no “descalzamos” el corazón ante la verdad del otro, conscientes de que nos encontramos en “tierra sagrada” (cf. Ex 3,14)?

Conectar con la verdad

Hay otro elemento de la película que también me ha hecho pensar. Se trata de la forma en que el falso sacerdote se dirige a Dios, pues desborda una honestidad casi descarnada. Sus predicaciones y oraciones se alejan mucho del típico lenguaje religioso que todos esperan, empleando un discurso políticamente incorrecto que, si bien despierta la suspicacia de algunos feligreses más devotos, aviva la pasión y el entusiasmo de la mayoría de su auditorio. Al expresarse sin filtros y con una verdad arrolladora, sus palabras resuenan de modo distinto en quienes escuchan y les permite conectar con su propia verdad.

No puedo evitar recordar cómo el salmista vuelca el corazón ante su Señor con frases que chirrían nuestra sensibilidad, poniendo en Manos de Quien es justo y bueno sus deseos de, por ejemplo, estrellar a los hijos de los enemigos contra las rocas (cf. Sal 137,9). ¿Qué pasaría si nos despojáramos de los lenguajes formales y fuéramos sinceros con nosotros mismos y con Dios? Igual, como los feligreses de la película, descubriríamos que Él tiene algo que decir a nuestra vida.

Ianire Angulo Ordorika
Religiosa Esclava de la Stma. Eucaristía

Fuente: vidanuevadigital.com

Nuevo video sobre el P. Pedro Arrupe: «Para qué vivimos»

En este mes de junio se ha publicado un nuevo vídeo sobre el P. Arrupe. Se trata de un proyecto en varias lenguas, y ya existe la versión en inglés y en español. Cuenta con la participación del jesuita español, biógrafo de Arrupe, Pedro Miguel Lamet, quien afirma:

“Arrupe es, en estos momentos que está su proceso de canonización en marcha, un testimonio de luz y de confianza, un puente entre oriente y occidente, un hombre universal, un hombre que está por encima de los nacionalismos, que quería tener el pasaporte de ciudadano del mundo, un hombre que nos decía a todos que no tuviéramos miedo.”

Fuente: infosj.es

Reflexión del Evangelio – Domingo 27 de Junio

Evangelio según San Marcos 5,21-43.

Por Rafael Stratta SJ

El Evangelio de este domingo nos envuelve con su movimiento y dinamismo para invitarnos a descubrir ese deseo profundo de Dios de que todos podamos vivir, ser salvados. En este movimiento una de las primeras cosas que se pone de manifiesto es que a Jesús se puede llegar desde prácticamente cualquier lado. Muchas veces en nuestro imaginario tenemos marcada una sola ruta para llegar a Jesús: “ser buenos, ser buenas”, como nos dicen desde chiquitos. Pero lo cierto es que a Jesús llegan desde los más “puros” –como Jairo, jefe de la sinagoga, hombre notable-, hasta los más “impuros” –como la hemorroísa, considerada intocable desde hacía doce años. Frente a esto, pareciera ser que lo que más importa no es la ruta de los méritos sino el deseo profundo de querer llegar y encontrarse con Él, de la manera que sea.

Y es en el encuentro donde se manifiesta la fuerza de la fe. Los milagros, las curaciones, las resurrecciones no quieren ser espectáculo para atraer seguidores. De hecho, los dos milagros de este pasaje se gestan en lo oculto (en el anonimato del tumulto y en la habitación casi vacía). Ocurre que éstos no son otra cosa que la confirmación de lo que ya se vive: la fe profunda en el Dios de la Vida. Esta fe es poderosa, tiene efectos concretos en nuestras vidas. Lo desafiante no es buscar signos para creer más, sino encontrar estos signos que ya se van dando en nuestra vida de fe.

Por último, quisiera destacar una cosa más: si bien hay múltiples caminos para llegar a Jesús, tenemos que tener en claro que sólo podemos llegar a él si nos ponemos en camino. La persona de Jesús no es una meta a alcanzar, sino alguien a quien seguir. Por eso la petición más repetida de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio es aquella del conocimiento interno de Jesús, para amarlo más y seguirlo mejor [EE 104].

No nos trabemos planificando rutas y calculando distancias, pongámonos ya en camino. Él pasa, siempre.

La «desacramentalización» de la fe

Un artículo de Álvaro Lobo Arranz SJ sobre las consecuencias de la pandemia en la vida espiritual eclesial, a partir de los impedimentos o las nuevas modalidades para la celebración sacramental.

No sin cierta polémica, en casi todos los países del mundo el confinamiento ha impedido a millones de fieles celebrar la Eucaristía, algo que no había ocurrido jamás. Algunos sacerdotes celebraron la misa en privado y la transmitieron de forma virtual, ayudando con la palabra y la imagen a la comunión espiritual y manteniendo así ciertos vínculos comunitarios. No obstante, a pesar del intento de minimizar el efecto, el pueblo de Dios ha tenido que sobrevivir espiritualmente sin la práctica habitual de los sacramentos, al menos de forma continuada. Aquí no solo está en juego la relación con Dios, también lo está con la Iglesia, con la comunidad y con uno mismo.

Cuando todas las restricciones hayan concluido, es posible que bastantes cristianos vuelvan a los templos fortalecidos con una fe que se alimenta de los sacramentos, y este particular ayuno les habrá servido para darse cuenta de su importancia. Lamentablemente, esta «desacramentalización» temporal supondrá ciertos problemas para algunas comunidades cristianas y unos cuantos fieles se desengancharán por el camino, sencillamente porque el hábito forja la virtud. Pienso en parroquias cuyos feligreses tienen una salud delicada y que salir a la calle y estar con gente se puede convertir en una actividad de riesgo. También en el caso de los padres que tratan de educar a sus hijos en la fe con cierta dificultad, y tienen que volver a convencerles de la importancia de cuidar la Eucaristía tras varios meses de ausencia. Qué decir de las comunidades de jóvenes que se están formando y que pierden las rutinas que favorecen la práctica sacramental o algunas personas -tal vez con dudas de fe, miedo o sobrecarga de trabajo- que han perdido el sano hábito de celebrar los sacramentos cada semana y ahora se cuestionan su pertenencia a la Iglesia.

Además, conviene señalar que la dificultad no se reduce solo a la celebración de la Eucaristía. La actividad pastoral requiere una gran inversión de tiempo y de imaginación, porque se pretende crear procesos en las personas. Con esta pandemia este trabajo se puede haber visto interrumpido, y en algunos casos tocará recomenzar de cero. Asimismo, habrá que repensar las liturgias, encuentros y celebraciones sin el calor de la muchedumbre -procesiones, grupos, retiros, oraciones multitudinarias, conferencias, Jornadas Mundiales de la Juventud…- que hasta dentro de un tiempo no podrán celebrarse como siempre se ha hecho y alimentaban la fe de mucha gente.

Sabiendo que nuestra fe católica pivota sobre una vida sacramental, estamos ante la urgencia de rediseñar nuevas propuestas pastorales que satisfagan la vida espiritual del Pueblo de Dios y que entretejan de nuevo lazos comunitarios, y esto supone un sobreesfuerzo y una exigencia creativa para agentes pastorales que en ocasiones no dan abasto. Esto ya ocurre en algunas partes del mundo debido a la escasez de sacerdotes, el matiz es que hoy por hoy muchas comunidades tienen que actualizarse a marchas forzadas tras varios meses de ausencia de celebraciones presenciales. Afortunadamente todavía queda tiempo, motivos y creatividad suficiente para celebrar la vida.

Fragmento de: Álvaro Lobo Arranz SJ “Secuelas espirituales del Covid 19. Una experiencia de crisis y esperanza (2021-06-04. https://www.laciviltacattolica.es/)

Del egocentrismo a poner a Dios en el centro

En el contexto del Año Ignaciano, el sacerdote jesuita Vernon D’Cunha, hace un recorrido por el itinerario espiritual de San Ignacio. En el texto presenta y reflexiona sobre algunos principios de la espiritualidad ignaciana que considera más sugerentes.
Por Vernon D’Cunha
¿Quién era San Ignacio? ¿Un hombre espiritual, un hombre piadoso y santo? ¿Un hombre profundamente temeroso de Dios, dado a la oración? Cierto que no, al menos durante los primeros 26 años de su vida. El mismo Ignacio dice que hasta los 26 años fue un hombre entregado a las vanidades del mundo, preocupado principalmente por un fuerte y estúpido deseo de ganar fama.
  • Dos ejemplos:
  1. En una ocasión, un grupo de jóvenes lo cercó contra un muro. Inmediatamente sacó su espada y cargó contra ellos con tal violencia y fiereza, que si alguien no lo hubiera detenido, habría matado a alguno o lo habrían matado a él.
  2. En segundo lugar, puede que Ignacio sea el único santo con antecedentes penales certificados ante notario: por riña nocturna con intención de causar daños graves.

Me gustaría compartir con los lectores algunos principios de su espiritualidad, que me resultan más atractivos.

Encontrar a Dios en todas las cosas

Significa que nada cae fuera del ámbito de la vida espiritual. La espiritualidad ignaciana considera que todo ofrece la posibilidad para un posible encuentro con Dios. En el Principio y Fundamento de los Ejercicios Espirituales, Ignacio quiere que nos hagamos indiferentes a la salud o a la enfermedad, a la vida larga o corta, a la honra o a la deshonra, a la riqueza o a la pobreza… porque en todo ello hay ocasión para encontrar a Dios. Dios está presente en todos y en todo, trabajando por su maduración. En definitiva, todo participa de la fuente que es Dios, como los rayos de sol participan del sol y el agua que mana de la fuente participa de la fuente.

¿Cómo ha sido nuestro encuentro con Dios en el ambiente de la segunda ola brutal de la pandemia de Covid-19? ¿Qué mensaje nos ha dirigido Dios en estas difíciles circunstancias, tan desafiantes?

Contemplativos incluso en la acción

Estamos llamados a ser contemplativos incluso en la acción, y esto significa ser personas de acción que a la vez tienen una postura contemplativa frente al mundo. En lugar de concebir un tipo de vida espiritual encerrado entre los muros de un monasterio, Ignacio considera que todo el mundo es nuestro monasterio. Este concepto -tan novedoso y radical para la vida religiosa de aquella época- supone una invitación y significa un reto para nosotros hoy. Es una condición sine qua non si queremos encontrar a Dios en todas las cosas.

Libertad y desprendimiento

En mi opinión, lo que nos impide una vida de libertad y sana alegría es que estamos desmesuradamente apegados a personas y a cosas. Tenemos afectos desordenados. Tener afectos y apego a determinadas personas y cosas es bueno. Pero un apego desmedido y desordenado trae consigo tristeza y dolor. Todo afecto es en sí mismo atractivo. Pero cuando llega a ser desordenado, no da vida. Provoca muerte. Ignacio nos invita a avanzar hacia tener apegos ordenados. Hacerlo supone ser más libres y más felices. Ciertamente, Ignacio quiere que tengamos vida y que la tengamos en plenitud.

Discernimiento

La pandemia de Covid-19 reclama de nosotros que estemos constantemente tomando decisiones. Vivimos una crisis a la vez global, por su propagación y su impacto, y local en lo que tiene de visible. Ha afectado a casi todo y a casi todos, y nos ha enfrentado a multitud de alternativas. El reto ha consistido en elegir correctamente al enfrentarnos a muchas alternativas en conflicto. Para hacerlo, las Reglas de Discernimiento de los Ejercicios Espirituales pueden resultar de utilidad. Son válidas y relevantes hasta el día de hoy, aunque han pasado más de 470 años. Hunden sus raíces en la realidad y han resistido la prueba del tiempo. El desafío no estriba simplemente en conocer las reglas, sino en tener la sabiduría y la gracia de saber cómo y cuándo utilizarlas.

El Magis

El magis, ‘todo para la mayor Gloria de Dios’, es una de las señas de identidad de nuestra espiritualidad. La mediocridad no tiene cabida en la visión del mundo de Ignacio. La espiritualidad del magis es la espiritualidad de las infinitas posibilidades. No es una espiritualidad que ponga en peligro de infarto. Es una espiritualidad que aporta profundidad, alegría y un soplo de aire fresco a la vida. El Padre General, al hablar del magis, dice que es una llamada no sólo a hacer más, sino también a hacer las cosas mejor.

Conclusión

La vida de Ignacio es la historia de un hombre centrado en sí mismo que acaba siendo un hombre centrado en Dios. A lo largo de los años, Ignacio fue creciendo en facilidad para encontrar a Dios, hasta el punto que, hacia el final de su vida, podía decir, llamándose a sí mismo peregrino: “En cualquier momento y lugar en que quería encontrar a Dios, podía hacerlo”. Que San Ignacio nos bendiga a todos con esta gracia, para que podamos arder con Dios como él lo hizo.

Fuente: jesuits.global/es