Otras Formas de Ser Feliz

Bienaventuranzas para aquellos que se atreven a vivir de una manera diferente.

Por Francisco Girón

«Felices más que los que dan, los que se dan ellos mismos, con la sencillez de saber que era lo que tenían que hacer.

Feliz si abres el bolsillo sin miedo, asomándote, sin gafas oscuras, al corazón de la miseria, no para tranquilizar tu conciencia, sino para meterte en la piel arrugada por el hambre y la enfermedad, y das.

Feliz si tu profesión te sirve para sorprenderte con el cambio de notas musicales en el corazón y el espíritu de los que acuden a ella.

Feliz si te tiras de bruces en el mar de los olvidados, de los marginados, de los pobres…

Felices los que al dar lo más rico de sí mismos, se reconocen pobres, limitados, impotentes, necesitados del otro y de los otros en la ayuda. Felices los que al dar se ven necesitados como el que más del Dios de la vida. Felices los que confían, esperan en Dios y en los que caminan con uno»

Fuente: Pastoral SJ

 

Magia

Nuestro día a día esconde una magia: ¿dónde se oculta?

Por Clarita Alessandria

Ya desde chicos hacen esfuerzos por contarnos de qué se trata. La magia que hacen los magos en los circos, la magia que hacen en las películas y en los dibujitos… Magia que juega con nuestra ilusión, magia como algo increíble, extraordinario, fuera de lo común, desconocida de la lógica. Pero, en realidad, la magia no es nada de todo eso. No hace milagros, no hace aparecer conejos o desaparecer cartas. No es un hechizo o brujería.

Y, entonces, ¿qué es?; se trata de algo increíble… La magia aparece cuando abrimos nuestro corazón, cuando somos auténticos, cuando nos damos, simplemente cuando amamos. Está en las cosas cotidianas, en lo simple.

La magia del amor, la magia del sentir, la magia de dar y darse, la magia de ser, de entregarse, ¡se trata simplemente de la magia de vivir!

¿A dónde está? Buscar la magia en aquellos que inspiran, que aman sin medidas, que luchan sin dejarse abatir; no se trata de una vida mágica sino de vivir con magia y en la magia.

Aquellos que sientan magia, que tengan magia, serán capaces de desnudar su alma humana de las máscaras y armazones, porque en definitiva, de eso se trata. La magia trae luz, ilumina los nuevos comienzos, es una nueva historia. Mueve el corazón, lo alborota y revoluciona.

Encontrarla y transmitirla exige de nuestro compromiso, de nuestra voluntad y ganas. Puede que no nos resulte fácil, quizás sea cuestión de buscar inspiración en aquellos que sí la tienen, en momentos felices donde se respiró magia, en la luz, o simplemente en el dejarse llevar…

Después de un tiempo, quienes se acostumbran a esta, entienden que nada es igual. La incorporan a su forma de ver las cosas y de sentir; porque todo es mucho más maravilloso con magia de por medio.

Hagamos de la magia un hábito, una forma de ser. Dejemos que la magia nos interpele, nos brinde herramientas para vivir en la cotidianidad, para hacer de algo extraordinario, ordinario. ¡Dejemos que la magia ablande nuestros corazones!

Fuente: Red Juvenil Santa Fe

 

Reflexión del Evangelio – Domingo 22 de abril

Evangelio según San Juan 10, 11-18

Jesús dijo: “Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas. Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí –como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre– y doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo rebaño y un solo Pastor. El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre”.

Reflexión del Evangelio – Por Fabio Solti SJ 

En el día de la fecha Jesús se nos presenta como el Buen Pastor. Término muy usado en el antiguo testamento para dirigirse a Dios: Jesús es su Cordero, el que se hace hombre y nos ama hasta dar su vida por cada uno de nosotros.

Jesús es el que conoce a cada una de sus ovejas, conoce cada uno de sus nombres: ¡te conoce a vos! Conoce tus límites, tus debilidades, tus vulnerabilidades… Porque él se hizo igual a vos y pasó por lo que vos también pasás ahora… Ahora estás acompañado: ¡para Él vos importás y mucho!

Jesús es el que sabe conducir al mundo para el Padre y nos invita a hacer camino con Él. Nos invita a participar con Él del Reino que el Padre nos quiere regalar y que comienza trabajando juntos aquí y ahora. Reino que se hará definitivo cuando estemos cara a cara con Él.

Así se da la relación del Buen pastor con sus ovejas: una relación de amor y confianza mutua.

La posibilidad de estar en camino con el Buen Pastor, se hace tangible en cada eucaristía con la comunión interior que hacemos con Él y con la invitación de encarnarla en nuestra vida testimoniando su Reino.

El pastor conoce a sus ovejas y las ovejas conocen a su Pastor.

¡Sigámoslo con fervor y pasión!

Fuente: Red Juvenil Santa Fe 

Hacen Falta Cantores

Hace falta gente que se anime a ofrecer su voz, que anuncie y denuncie con su modo de vida.

Por Maite López

Hoy hacen falta CANTORES. Que nos acompañen en el camino de la vida. Que hagan nuestra fe más viva, intensa y colorida. Que pongan voz a lo que Dios siente, piensa, desea y quiere. Que ofrezcan palabras y música a nuestras dudas, ilusiones, convicciones, bajones y subidones en la fe. Hombres y mujeres humildes, capaces de componer canciones nuevas y recrear las de siempre. Que nos recuerden que hemos sido creados para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor. Que acompañen tanto nuestros silencios como la oración personal y comunitaria. Que proclamen sin complejos la grandeza de Dios, la dignidad de cada ser humano, la bondad de lo creado, la fuerza de la comunidad, la hermosura de la Iglesia. Que lo hagan sin complejos. Artistas de Dios que nos recuerden que la fe y el amor son gratuitos; que gratis hemos de dar lo que gratis hemos recibido. Que alienten nuestra esperanza y desentierren las utopías. Que nos ofrezcan palabras cuando no las encontramos, para dialogar con el Señor o para hablar de él cuando lo necesitamos. Que presten su voz a Dios para que nos remueva las entrañas, nos ablande, nos abrace. Profetas y artistas que sean denuncia y anuncio. Que nos atraigan con la belleza que procede de Dios y nos conduzcan hasta él.

Fuente: Pastoral SJ

Resurrección es Música

¿Cómo describir la Resurrección? ¿Qué canción elegirías para hablar de ella?

Por Sergio Gadea SJ

Hubo quien dijo que no existe nada más arriesgado que escribir acerca de la Resurrección porque a través de ella todo lo que los cristianos creemos toma su sentido. Pero ¿de qué manera describir la nueva vida de Jesús? ¿Cómo expresar la experiencia que tuvieron los discípulos, ese pasar de la desolación de la muerte del maestro a la consolación y la gran alegría de ver cumplidas todas las promesas? Las palabras a mí, la verdad, poco menos que me sobran. Apuesto más por otras maneras de expresarse que, sin dejar de ser humanas, son capaces de dar nombre a lo innombrable y de tocar el corazón para comunicar lo desconocido. Como la música.

A veces nos encontramos con canciones que nos mueven hacia una realidad que va mucho más allá de su letra. Aún hoy, por ejemplo, Someone like you de Adele sigue sonando varias veces cada hora en las emisoras de radio sin dejar de conmover. Como dijo un presentador, es una canción capaz de hacernos sentir el desamor aun cuando nunca lo hayamos conocido.

Pero, ¿qué canción describiría la Resurrección? Supongo que tendrá algunos acordes de Silvio Rodríguez, cuando canta que “quedamos los que podamos sonreír en medio de la muerte, en plena luz”. O la melodía alegre y confiada de Vamonó de Fito & Fitipaldis en Lo más lejos, a tu lado, después de cantar el desamor del soldadito marinero, el corazón oxidado (de no usarlo) y el cómo ha aprendido en la vida a “tocar el cielo con las manos”. Pero la verdadera música de la resurrección está aún por componer y, a la vez, suena todos los días. ¿No la escuchas? Abre los ojos y los oídos, porque la Resurrección, como la música, entra por los sentidos y va directa al corazón.

Fuente: Pastoral SJ

 

Tiempo de Arriesgar

Para que la resurrección no se quede en una fiesta: ¿a qué me invita para dejarla entrar en vida?

Pensar en la Resurrección puede convertirse en un ejercicio de complacencia. “Jesús Resucitó”, “Feliz Pascua”, “qué bonito es todo…”. Besos y sonrisas para todos…Llenamos nuestras liturgias de cantos que hablan de gozo sin límites y felicidad plena. Recitamos oraciones que dicen que el mundo está lleno de luz, que la tiniebla ha desaparecido, que la gracia desborda en torrentes, que es tiempo de cantar… Pero si uno tiene ganas de ser escéptico el mundo ayuda mucho; miras alrededor y los periódicos siguen llenos de noticias trágicas. El que ayer sufría hambre hoy sigue con el estómago vacío. Los violentos no parecen haberse transformado en dóciles corderos. Nuestra Iglesia sigue necesitando más diálogo y menos seguridades. No hay 0´7 para ayudas al desarrollo, sigue habiendo deuda externa, no se ha abolido la pena de muerte, y así podríamos seguir mostrando semillas del mal (¿Y dónde quedan entonces las semillas de la resurrección que tanto exaltábamos la semana pasada?)

Tenemos que ser conscientes de que la Resurrección no es una cuestión de “todo o nada”, de un ya definitivo. Sólo es un anticipo, una promesa que ha empezado a cumplirse, un motivo para seguir luchando, una razón para correr riesgos.

Fuente: Pastoral SJ

 

Reflexión del Evangelio -Domingo 15 de Abril

Evangelio según San Lucas 24, 35-48

Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo”. Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: “¿Tienen aquí algo para comer?”. Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo: “Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos”. Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: “Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto”.

Reflexión del Evangelio – Por Ignacio Puiggari SJ  

En el evangelio de este domingo, con ocasión del retorno de unos discípulos, Jesús resucitado se vuelve a aparecer a los suyos. Es cierto que una vasta tradición nos ha permitido tener noticia de este suceso; sin embargo, ello no nos saca la legítima necesidad de volver a preguntarnos por el ser de esta persona resucitada, ¿quién es, en efecto, Jesús resucitado?

Preguntar por él significa desear su presencia, esto es, querer también nosotros mirar su rostro y tocar sus llagas, compartir con él el afecto, las palabras, el trabajo y la comida. Hay un tiempo en que los mensajeros del resucitado no nos bastan y queremos que él mismo se nos muestre. Es como si detrás del deseo de presencia se escondiese la pregunta: ¿es verdad que, así como lo dicen, me amás también a mí? ¿Es cierto que también me buscas y amas? Venían de regreso los mensajeros del resucitado, pero irrumpió el resucitado mismo y los encontró. Leyendo su experiencia acaso podamos reconocer cuándo, en efecto, fuimos alcanzados por el Cristo vivo y su Espíritu. Eso nos convertiría en testigos privilegiados de su amor, también portadores de una belleza que nuestro corazón pide predicar.

En primer lugar el encuentro con Jesús provoca un revuelo de sentimientos notable: se entreveran el temor y la paz, la duda y la alegría admirada, la confusión y la claridad. Hemos de retornar entonces a la Jerusalén de nuestros afectos, aun cuando nos sea más fácil el ocuparnos de muchas cosas y no pensar. El corazón es un espacio en el que no somos hacedores de nada, sino pasivos receptores de resonancias. Jesús presente marca la diferencia y nos enseña a distinguir: una cosa es la paz y otra el miedo. Los caminos que perfilan uno y otro afecto también son distintos: ¿a qué rumbos de lejanas evasiones nos arrojan el miedo y la confusión? ¿Qué decisiones de sabiduría y entrega nos anuncian la paz y la alegría serena?

De Emaús volvemos a Jerusalén para reencontrarnos con el Resucitado y dejar que él nos envíe. En el centro del corazón habitan además nuestras necesidades más profundas. Además de desear su presencia y querer compartir con él, los discípulos necesitaban saber qué les tocaba en suerte para el futuro. Sin duda, también nosotros podemos adentrarnos y escuchar esa necesidad de futuro y sentido; tocando ese deseo, sus llagas y los afectos que nos suscita, acaso también descubramos la huella del Espíritu del Señor. Porque en ese deseo late la posibilidad de transmitir un testimonio que es sólo posible para cada uno; un destino cuyos dones la comunidad podrá disfrutar sólo si de modo insustituible esa persona lo encuentra y lo entrega.

Pidámosle a María compartir este camino de búsquedas y encuentros, ayudándonos a discernir el modo hacia la mayor fidelidad con el Señor que habita resucitado en medio de la historia.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe 

Luis Ugalde SJ: Formación Universitaria Transformadora y Humanizadora

Resumen de la disertación del Padre Luis Ugalde SJ, coordinador de la Comisión Venezolana de Educación Jesuita, dada en el marco de la Conferencia Internacional: ‘Universidades jesuitas: hacia la transformación del mundo’. En ella, señaló que la Compañía de Jesús defiende la formación humana integral y entiende por calidad de educación la que busca formar hombres y mujeres conscientes, competentes, compasivas y comprometidas.

Añadió que dichas dimensiones de la calidad se aprenden con prácticas y métodos diversos y complementarios de los racionalistas, dirigidos a formar, junto con la inteligencia, la voluntad y el afecto para transformar las personas, las sociedades y la aplicación de la ciencia y la tecnología en áreas profesionales como el derecho, medicina, ingeniería, administración, economía, educación y comunicación.

“Es necesario que en la universidad se cultive la comprensión del funcionamiento de la sociedad con la voluntad de combatir el mal y fortalecer el bien. Asimismo, es indispensable el cultivo universitario del sentido de lo público en cada ciudadano y de las políticas públicas con la comprensión del funcionamiento de la sociedad y la voluntad de cambiar los aspectos inhumanos y encontrar soluciones a los problemas”, dijo Ugalde, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello.

El Padre de origen español, pero naturalizado venezolano, señaló que la universidad ilustrada moderna debe entronizar a la ‘diosa’ razón y desterrar a los ‘dioses’ oscurantistas. “Hay un antes y un después de la Ilustración en la Universidad. La anterior a la Ilustración en definitiva está subordinada a la Iglesia y al ser ésta oscurantista -dirán los ilustrados- hace que la universidad católica y las universidades jesuitas de inspiración cristiana sean oscurantistas. Por ello pierden la razón de ser y en consecuencia los estados ilustrados no autorizarán las universidades católicas”, aseguró Ugalde.

La única causa del mal, expresó, no es la ignorancia, como afirmaban los ilustrados, sino que, a mayor desarrollo de la racionalidad instrumental, mayor es también la capacidad y el poder de hacer el mal, como se demuestra, entre otras cosas, en las dos terribles guerras mundiales. En ese sentido, aseguró que una tercera guerra mundial en el siglo XXI tendría prácticamente la capacidad de destruir la humanidad entera gracias a una racionalidad instrumental científica y tecnológica enormemente desarrollada y puesta al servicio de la barbarie humana.

Reconoció que la Compañía de Jesús desde sus orígenes dio una enorme importancia a la física, la astronomía, la matemática y otras ciencias naturales, así como valoró el aporte humanístico de autores paganos que durante más de cuatro siglos los mantuvo en el centro de la formación de los jóvenes jesuitas.

“Pero era consciente de la ambivalencia de su aplicación y de la necesidad de discernimiento, para convertirlos en instrumentos de vida y no de muerte. Los Ejercicios Espirituales son para adquirir la libertad y el amor como don gratuito de Dios-amor que son indispensables para que la ciencia y la técnica sean usadas para ‘en todo amar y servir’ y transformar los dioses del poder y de la riqueza en medios al servicio de la humanización”, dijo.

La realidad es que el poder económico y el poder político en sociedades capitalistas o de socialismo estatista tienden a endiosarse y convertir a hombres y mujeres en medios de acumulación de su riqueza y de poder. En definitiva, no son las leyes naturales objetivas, sino la voluntad subjetiva la que aplica los medios para una finalidad u otra.

El grande y permanente reto de la humanidad es el discernimiento y la libertad para decidir y ordenar los medios y la racionalidad instrumental de todo conocimiento para humanizar y dar vida a todos.

Es indispensable el cultivo universitario del sentido de lo público en cada ciudadano y de las políticas públicas con la comprensión del funcionamiento de la sociedad y la voluntad de cambiar los aspectos inhumanos y encontrar soluciones a los problemas.

Fuente: Universidad IberoAmericana

Efectos de la Resurrección

Efectos cotidianos de la Resurrección: ¿qué hace la presencia del resucitado en tu día a día?

Invita San Ignacio en los ejercicios espirituales a considerar «Cómo la divinidad, que parecía esconderse en la pasión, aparece y se manifiesta ahora tan milagrosamente en la santísima resurrección, por los verdaderos y santos efectos de ella». Esos efectos cotidianos, que a veces se nos pasan desapercibidos, pero son tan reales… Valor en vez del miedo. Cercanía que rompe las distancias de antes. La conciencia de misión… Todo esto son efectos de esa resurrección, tan oportunos en este tiempo de Pascua.

Fuente: Pastoral SJ

 

El Último Abrazo

El misterio de la resurrección nos pone en búsqueda.

Por J. M. Rodríguez Olaizola SJ

Tal vez, solo tal vez, lo que empieza ahora es la búsqueda. Una búsqueda que nos ha de llevar toda la vida. Una búsqueda que se irá trenzando entre destellos y pérdidas, entre instantes de júbilo y otros de grisura. Una búsqueda en la que el amor será una batalla a tiempo entero. Una pelea en la que, por más que vuelvan una y otra vez los fantasmas que nos atormentan, podemos mirar, con esperanza, a una luz mayor; una luz que nos habla de un espíritu humano que se niega a rendirse. Es ahora el momento de seguir creyendo, por más que agoreros y profetas de calamidades inviten al escepticismo. Empieza ahora el tiempo de los testigos, que nos hablan de lo que han descubierto. No los embaucadores, que solo apuntan a palabras muertas, sino los que muestran, en lo que cuentan, pero sobre todo en cómo lo viven, que merece la pena arriesgarlo todo.

Tal vez, solo tal vez, el último abrazo aún está pendiente. Y será tan profundo, tan verdadero, tan liberador, que sabremos, al fin, que todo ha valido la pena.

Fuente: Pastoral SJ