La Misericordia de Dios nos une
Se llevó adelante en Bruselas un encuentro interreligioso en el que la actividad giró en torno al tema de la Misericordia de Dios y la misericordia de los hombres. Al mismo asistieron representantes del Islam, la Iglesia Católica y el Judaísmo.
Por Mari Sol Pérez Guevara*
Bruselas es una ciudad en búsqueda de respuestas y de sentido desde el fatídico martes 22 de marzo. Pasado los primeros días de abatimiento y desconcierto, el dolor nos empuja ahora a buscar lugares de diálogo entre comunidades y entre personas. El dolor hace surgir un deseo de encuentro y de convivencia.
Uno de los muchos encuentros de las últimas semanas tuvo lugar el 27 de abril, entre el Imán Brahim Bouhna, el Obispo de Tournai Guy Harpigny y el Gran Rabino de Bruselas Albert Guigui. Los tres líderes religiosos nos hablaron sobre la misericordia de Dios y de la misericordia de los hombres en el judaísmo, el cristianismo y el islam.
Por orden de «antigüedad», comenzó el Rabino Guigui llevándonos de la mano del Profeta Miqueas a contemplar el rostro de Dios que es a la vez misericordia y justicia. Siguió esta contemplación el Obispo Harpigny con el Evangelista Lucas como guía. El imán Bouhna nos explicó cómo el Corán presenta a Dios como Misericordioso: «El es Dios, no hay otra divinidad salvo El, Conocedor de lo oculto y de lo manifiesto. Es el Clemente, Misericordioso» (Corán 59:22).
En las tres religiones, la misericordia que hemos recibido de Dios se manifiesta en las obras de misericordia hacia los otros seres humanos, especialmente hacia los más frágiles.
El imán Bouhna habló de la necesidad de interpretar las suras del Corán que incitan a la violencia poniéndolas en el contexto histórico en el que fueron escritas, que no es la sociedad en la que vivimos. Compartió con nosotros sus encuentros con personas radicalizadas en las prisiones en las que trabaja como consejero espiritual y el esfuerzo de pedagogía que realiza con ellos. Describió los atentados como un ocaso de la inteligencia.
El Rabino Guigui concluyó que la misericordia nos empuja a encontrar al otro, a conocerlo y a respetarlo.
De este encuentro me llevo una idea: la Misericordia de Dios nos une y la misericordia de unos hacia los otros es todo un programa para la convivencia, “vivre ensemble”, “together in peace”. El obispo Harpigny lo resumió con humor: Pidamos la creación de un Ministerio de la Misericordia junto al Ministerio de Justicia.
Más allá de las ideas y de las palabras, volví con el corazón lleno de esperanza. Lo realmente importante del encuentro fueron la atención, el respeto y el amor con que el imán, el obispo y el rabino se escuchaban y se miraban entre sí. Ejemplar, en el sentido de ejemplo a imitar para creyentes y ciudadanos de cualquier convicción.
*@przmarisol CVX Bélgica, colaboradora en la Plataforma Acoger y Compartir y en la Capilla de la Resurrección.